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10 Consejos para tocar

mejor
Tocar mejor. Eso es lo que todos los guitarristas
queremos conseguir cada vez que agarramos nuestra
guitarra. Y no se trata solo de mejorar solamente desde
un punto de vista técnico: tocar más rápido, afinar bien
esos bendings, memorizar escalas... Se trata de poder
expresarnos un poquito mejor cada día que pasa
tocando nuestro instrumento.

No hay ninguna fórmula mágica ni receta infalible


para lograr este objetivo. Desde luego, unos tienen
ciertas facultades innatas que les ponen un poquito
más al alcance esta meta. Para los demás, y para
todos, al final del día, será el trabajo duro el que
nos permita mejorar. Créenos, no hay nada mejor
que tocar cada día para mejorar. No es necesario
hacerlo muchas horas, pero es más productivo
hacer un poco cada jornada, antes que darnos un
atracón una vez cada quince días. Dicho lo cual,
aquí os dejamos 10 consejos para que, paso a
paso, consigamos parecernos a ese guitarrista que
queremos ser.

Usa un metrónomo
La primera recomendación, en realidad, ya la
tienes en el párrafo anterior. Haznos caso, y verás
como mejoras a ojos vista. Pero ve un poco más
allá, y emplea en cada sesión de práctica un
metrónomo. No tiene por qué ser exclusivamente
una claqueta: usa una pista de batería, si te
resulta más cómodo y musical. Pero intenta
siempre tocar siguiendo el tempo. Esto
desarrollará tu sentido del ritmo, algo tan
necesario tanto tocando acordes, como riffs y, no
te confundas, solos. Presta atención a los acentos,
y poco a poco te resultará algo tan natural como
agarrar la púa. Las cajas, fíjate en las cajas: no es
solo el bajista el que debe fundirse con la batería.
Luego, irás desarrollando la habilidad de tocar
“entre” los tiempos, enriqueciendo aún más tu
estilo.

Toma clases
No todo el mundo tiene el tiempo o el dinero para
hacerlo, pero podemos asegurarte que tomar
clases de guitarra es un billete directo a mejorar
mucho en poco tiempo. Siempre que des con un
buen profesor, y te le pongas ganas al asunto,
claro. El fijarse en cómo lo hace alguien con más
experiencia, y el tocar frente a alguien que puede
corregirte objetivamente, además de ofrecer
buenos consejos y buenas prácticas, es una de las
mejores inversiones que puedes hacer. No lo
dudes: recibir lecciones de guitarra, da sus frutos.

Toca con otra gente


La música no está ahí para hacerla uno solo. Tocar
en tu habitación puede ser muy divertido, y puede
que estés haciendo grandes progresos. Pero nada
es comparable a tocar con otra gente. No es solo
que puedas aprender de lo que hacen los demás.
Que también: nada mejor que tocar con un bajista
y un baterista para entender qué función tiene
cada instrumento, y cuál es la nuestra. Y nada
mejor que tocar con otro guitarra para comprender
en toda su dimensión el sonido de nuestro
instrumento, y la importancia del arreglo y el tono.
Pero no se trata solo de eso: tocando con otra
gente se desarrolla un sexto sentido, que a veces
parece mágico. Una forma de entenderse casi sin
mirarse, solo escuchándose unos a otros. Eso es la
música, y es algo que todo guitarrista debe
aprender para considerarse, en fin, guitarrista.

Aprende canciones, usa tu oído


Todos tenemos una legión de maestros ahí, al
alcance de nuestra mano. Concretamente, en
nuestra colección de discos. ¿Por qué no aprender
cada semana una canción nueva? Pero a
conciencia, aprendérsela de pé a pá. Es una forma
inigualable de ponerse retos a uno mismo, forzarse
a mejorar para dominar un tema que se nos
resiste. Y, por el camino, aprender nuevos
recursos, nuevas figuras, nuevos riffs, y hacer un
máster personal en armonía y estructura musical.

Para rizar el rizo, intenta usar solo tu oído. Sí, de


lleno en este siglo XXI tenemos a nuestro alcance
todas las partituras que podamos desear de casi
todos nuestros grupos favoritos. Pero oblígate a
escuchar e imitar: es la mejor forma de poner a tu
oído en plena forma, y aprender a distinguir de
forma natural intervalos y tonalidades. ¡Haz la
prueba!

Improvisa
Pero no te centres en la creatividad ajena. Ve un
poco más allá del imitar, y comienza a dar rienda
suelta a la tuya. Hazte con unas cuantas bases o
backing tracks de los géneros que más te gusten,
y lánzate a improvisar sobre ellas. Prueba a
construir solos sobre la marcha empleando todo lo
que sabes (escalas, figuras aprendidas en
canciones, etc.), combinándolas y alterándolas.
Pero sobre todo, dejándote llevar. Pero no te
quedes ahí: prueba también a tocar riffs que casen
bien con la base, o figuras armónicas. En
definitiva, date la oportunidad de improvisar.

¡Toca despacio!
No corras. No hay nada peor en nuestro camino
para ser mejor guitarrista que tener prisa. Cuando
estés aprendiendo temas, figuras, solos, o
repasando ejercicios, empieza siempre con un
tempo lento en tu metrónomo. Asimila cada cosa
tocándola muy despacio, y poco a poco ve
subiendo de velocidad. Es la manera más efectiva
de que tu cabeza y tus dedos comprendan
completamente el ejercicio. Además, si eres capaz
de clavar el ritmo y los acentos con un bpm bajo,
todo sonará mucho más compacto cuando
aumentes el tempo.

Vigila tu mano derecha


Muchos guitarristas creen que toda la
responsabilidad a la hora de tocar recae en la
mano izquierda (o derecha, si eres zurdo... la del
mástil, vaya): fuerza en los dedos para realizar
bendings, velocidad en la digitación... Mientras, le
prestan poca atención a la derecha. ¡Mal! Te
aseguramos que muchas de esas figuras y riffs
complicados que se te resisten, estarán mucho
más al alcance si te centras en que tu mano
derecha lleve bien el tempo. De manera constante.
Todo el rato Machaca la púa-contrapúa como si
fuera una regla sagrada: ya habrá tiempo de
romper con ella cuando esté asimilada. Y
acostúmbrate a que tu mano derecha siga
constantemente el beat de la canción, estés
tocando acordes o licks. Esto te forzará a tocar a
contrapúa cuando realmente toca, y te ayudará a
que los acentos caigan realmente en su sitio.

Huye de tu zona de confort


No te acomodes. Es muy fácil que, cuando
agarramos nuestra guitarra, nos dejemos llevar
tocando cosas que tenemos ya asumidas. Es
divertido, nos permite expresarnos y dejarnos
llevar... Pero podemos caer en un círculo vicioso:
cuando tengas esa sensación de que “siempre toco
lo mismo”, es que necesitas huir de tu zona de
confort. Prueba escalas nuevas, o toca las que ya
conoces en zonas del mástil que frecuentas poco.
O prueba con figuras sacadas de otros estilos.
Fuérzate a ello y saldrás del callejón.

También puedes probar a dejar a un lado la púa, y


tocar solo con los dedos. Algo a lo que no estarás
acostumbrado y te obligará a tocar de forma
distinta. O cambia de guitarra... ¡o incluso de
instrumento! Busca siempre un nuevo desafío que
te ponga al límite y te permita seguir avanzando.

Escribe canciones
No te limites a aprender escalas y temas ajenos.
Deja fluir tu creatividad y compón temas propios.
No intentes que sean todo un hit o algo
revolucionario de buenas a primeras. De lo que se
trata es de poner en práctica tus conocimientos y
comprobar cómo funcionan... en el mundo real.
Escribiendo canciones aprenderás mucho sobre
qué cosas funcionan y cuáles no, cuándo hay que
tocar más y cuándo menos... Algo que todo
guitarrista debería aprender más pronto que tarde.

Escucha mucha música


Y no solo de tu estilo. Fíjate en otros instrumentos,
intenta imitar su fraseo, fíjate en arreglos, en
estructuras armónicas... Escucha mucho y de todo.
Asimílalo, y ponlo en práctica en tu propia manera
de tocar, componer y aportar en los temas de tu
banda. En la música todo vale si el resultado final
es memorable. Y tu personalidad como guitarrista
puede construirse a partir de influencias
inesperadas.
Y un consejo extra... Céntrate en tocar, no en
el equipo.
No te distraigas. No más de la cuenta, al menos.
Los guitarristas tendemos a darle mucha
importancia al equipo: los pedales, los amplis...
¡los cables! Pero no olvides nunca esto: los
grandes guitarristas suenan bien con cualquier
equipo que les pongas delante. ¿El tono está en los
dedos? No exclusivamente, pero algo te puede
hacer sonar mejor no te hará tocar mejor
necesariamente. Si muchos invirtiéramos tanto en
tiempo en tocar como en perseguir equipo...

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