Clase 7 Liderazgo Real – La tarea mayor del Líder

Lectura 3 Clase 7

La prudencia del Líder

Marcelino Garay
MBA UC

AÑO 2013

Clase Ejecutiva n° 79 La prudencia del Líder–2013 Página 1 de 3

Clase 7 Liderazgo Real – La tarea mayor del Líder

La prudencia del líder y la sustentabilidad de la empresa

Por Marcelino Garay Madariaga
MBA UC

Los recientes escándalos financieros, tanto internacionales como nacionales, son síntomas
dramáticos de una enfermedad que aqueja a quienes dirigen las empresas, sobre todo a
aquellas que cotizan en bolsa. Me refiero a la pérdida de perspectiva.

Hay directivos que viven sólo para el corto plazo, para el trimestre.

Según, Javier Fernández Aguado - experto español en management, quien nos visitó en el
pasado mes de agosto - dichos directivos más que vivir, duran. No viven, ya que su principal
foco de interés son los resultados del trimestre, haciendo perder con ello el alma de las
organizaciones.

El alma de las organizaciones no es otro que el Propósito Estratégico de la misma, su razón de

ser.

Este paradigma, anclado en la sobrevaloración de uno de los stakeholders - los accionistas - ha

llevado a muchos de dichos directivos a enfocarse sólo en aquello que contribuye a los
resultados de corto plazo y peligrosamente, cerrar su juicio a las tendencias y fuerzas del
entorno.

Llegado este momento, la supervivencia de la organización queda atada al ciclo de vida del
Directivo, lo que en algunos casos no sólo se traduce en que la organización da la espalda a sus
diversos grupos de interés, sino también a los accionistas de quienes se supone se ocupa
preferentemente.

El directivo, de cualquier organización, que decida liderar debe contar con perspectiva. Sin
embargo, esta ceguera de la que hablamos, muchas veces, le impide desarrollar la necesaria
prudencia para dirigir.

La prudencia no puede ser entendida como ser timoratos al decidir, sino como la capacidad de
“ver lejos”, ocupándose de lo que hoy importa sin por ello cerrar las posibilidades de futuro.

La sustentabilidad por tanto, nos invita a reposicionar la templanza y la prudencia como

criterios esenciales en la toma de decisiones, asumiendo con fuerte voluntad la difícil tarea de
gestionar la tensión entre las exigencias del presente y las oportunidades del futuro.

La prudencia del líder permitirá que la empresa se mantenga abierta y conectada a su entorno,
gestionando la armonización de los diversos intereses de los grupos de interés, logrando con
ello que su sujeción económica y social, no dependa de una sola perspectiva, sino de varios
pilares, que junto con exigir más respuestas, legitime su actuar.

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Como dice Javier Fernández Aguado, experto ya referido. Las empresas deben obtener
resultados y junto con ello, crear las condiciones de posibilidad para una vida honorable de
todas las personas que forman sus grupos de interés.

No es otro, el propósito de toda organización, lo que forma el alma de la misma y que la

distingue de la mera actividad transaccional.

“El líder tiene que andar con las luces altas, para conectar el corto con el largo plazo y sus grupos
de interés actuales y futuros”

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