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UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA

COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA I
DOCENTE: JAVIER MANUEL RAMOS
ALUMNO_____________________________________________CÓDIGO_________________ INGENIERÍA AGRÍCOLA I

ANÁLISIS TEXTUAL
“El modelo teórico de Walter Kintsch y Van Dijk (1978) propone que el texto está estructurado por tres unidades
semánticas y que por tanto aquél puede ser comprendido, reconstruido y almacenado semánticamente en tales
unidades estructurales. Estas unidades son: la Microestructura, la Macroestructura y la superestructura. La
Microestructura se entiende como una red de proposiciones interconectadas donde tales interconexiones están
apoyadas en correspondencia y relaciones correferenciales. La Macroestructura es un producto del procesamiento
del texto en el nivel microestructural que esencialmente representa semánticamente el asunto, el tema, la situación
y el evento que el texto ha construido en su interior. Más específicamente, es una representación semántica global
del texto producto de la transformación de la Microestructura en un conjunto de proposiciones de mayor jerarquía
(Macroproposiciones) que contienen el tópico del texto. La Superestructura se entiende como el conjunto de
estructuras semánticas globales que le confieren a cada tipo de texto su carácter diferenciador.”
Discurso y aprendizaje

1. ANTES DE LA LECTURA:
a. ¿Cuál es su intención antes de leer el texto?
b. Problematice el texto a partir del título.
c. Exponga brevemente su conocimiento previo sobre el posible tema.

2. DURANTE LA LECTURA:
a. Realice el análisis de la Microestructura textual; tenga en cuenta identificar tanto las Micro-
proposiciones, como las Macro-proposiciones explícitas o implícitas.
b. Identifique la Macroestructura: junte coherentemente las Macro-proposiciones, utilizando las palabras
de enlace.
c. Identifique el asunto o el tema central del texto.

3. DESPUÉS DE LA LECTURA:
a. Identifique la Superestructura del texto. Tenga en cuenta ubicar qué tipo de texto leyó y argumente su
respuesta tomando ejemplos del texto.
b. ¿Cuál es la intención del autor?
c. Opine sobre el contenido del texto.
d. Elabore una pregunta de nivel literal tipo icfes con sus respuestas, dos preguntas inferenciales y dos
críticas e intertextuales.

TLC dinamizará el agro

La agricultura colombiana es una de las pocas en el mundo que tiene potencial de crecimiento. Frente al TLC,
ello representa una oportunidad que debe aprovecharse.

EL COLOMBIANO | Medellín | Publicado el 22 de mayo de 2012

Con la puesta en marcha del TLC con Estados Unidos se han escuchado diversas voces que expresan su
preocupación respecto a la suerte del sector agropecuario colombiano que constituye la principal fuente de
trabajo e ingresos de la población rural.

Sin embargo, y no obstante la gran diversidad productiva que tiene el sector agropecuario y la importancia que
tienen los bienes de exportación en la dinámica sectorial, como en el caso del café, pocos se han referido a las
oportunidades de exportación que se abren y a los alivios monetarios que les significará a muchos hogares
acceder a alimentos más baratos.

Adicionalmente, las críticas al tratado se hacen como si nuestra agricultura tuviera un elevado grado de
desarrollo y exhibiera altas tasas de crecimiento. Pero la realidad es otra. La utilización de la tierra con vocación
agrícola no es mayor al 25 por ciento de su potencial y, en materia forestal, tal aprovechamiento es aún mucho
menor. Es decir, el país tiene en su sector agropecuario una considerable capacidad de crecimiento y desarrollo
la cual, a diferencia de muchos otros países, no depende de un puñado de productos sino que, por el contrario,
es muy diversa.

De otra parte, y como lo han señalado los ministros de Agricultura y de Comercio, en la negociación del tratado
se aseguró que las cadenas agropecuarias y agroindustriales más sensibles tuvieran un largo período de
transición, entre 15 y 18 años, con niveles arancelarios adecuados. En otras palabras, los agricultores tienen
tiempo suficiente para ajustar sus procesos productivos y asegurar mayores niveles de productividad y
competitividad. Para ello, la política sectorial debe enfatizar la provisión de bienes públicos, como la
investigación, la asistencia técnica, la infraestructura de riego y la información.

Igualmente, es necesario considerar que el entorno internacional para el desarrollo del sector agropecuario es
altamente favorable y esto es un factor que juega a favor de un país que, como Colombia, tiene tierra
disponible.

De una parte, los precios de los alimentos están en niveles altos y las perspectivas futuras es que mantengan
tendencia al alza. Esto hace más viable que la producción local compita con la foránea. De otra, las diversas
proyecciones de demanda mundial de alimentos para las próximas décadas señalan que el mundo tendrá que
intensificar y ampliar el uso de la tierra agrícola. Adicionalmente, la irrupción y el acelerado crecimiento de los
biocombustibles han abierto nuevas oportunidades de desarrollo agrícola.

La política sectorial ha enfatizado el tema del acceso y la propiedad de la tierra y ello está bien en un país
donde la inequidad rural es alta. Pero este no puede ser su único objetivo, pues sin un adecuado y dinámico
entorno productivo, comercial y de gestión en el sector agropecuario, los programas de tierra pierden su eficacia
y no generan mayores transformaciones entre los pequeños productores.

Sin duda, el TLC representa retos de gran importancia para la agricultura colombiana pero la puesta en marcha
de adecuadas políticas e instituciones, bien pueden asegurarle, a un país rico en recursos naturales,
especialmente tierra, que la apertura de mercados lejos de ser una amenaza inevitable bien puede convertirse
en un impulsor de su desarrollo y, para ello, la promoción de las exportaciones no tradicionales se vuelve un
imperativo

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