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Disciplinamiento: la construcción
de un concepto1
Adriano Prosperi
1
Texto publicado con el título «Disciplinamento», Historia. Saggi presentati in occasione dei
vent’anni della Scuola Superiore di studi storici, a cura di Paulo Butti de Lima (San Marino:
AIEP, 2010), 73-88. Traducción del italiano al español de Rafael Gaune y revisión de Verónica
Undurraga.
2
Peter N. Miller, «Nazis and Neo-Stoics: Otto Brunner and Gerhard Oestreich Before and
After the Second World War», Past and Present 176: 1 (August 2002): 144-186.
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3
Véase la colección póstuma Strukturprobleme der frühen Neuzeit. Ausgewählte Aufsätze (Berlin:
Duncker & Humblot, 1980).
4
Neostoicism and the Early Modern State (Cambridge: Cambridge University Press, 1982).
5
Otto Brunner, Per una nuova storia costituzionale e sociale (Milano: Vita e Pensiero, 1968).
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6
Max Weber, Economía y sociedad. Esbozo de una sociología comprensiva (México: Fondo de Cultura
Económica, 1964), 43.
7
«Confessional Europe», en Handbook of European History, 1400-1600, editado por Thomas A.
Brady, Heiko A. Oberman y James D. Tracy (Leiden: Brill 1994-95), 641-682.
8
«Gegenreformation als Modernisierung? Prolegomena zu einer Theorie des konfessionellen
Zeitalters», Archiv für Reformationgeschichte LXVIII (1977): 226-252 y «Confessionalizzazione
forzata? Prolegomeni ad una storia dell’età confessionale», Annali dell’Istituto storico italo-ger-
manico in Trento 8 (1982): 13-37.
9
Konfessionalisierung. Ernst Walter Zeeden se refirió a Konfessionsbildung.
10
[N. del T] Véanse en español los siguientes libros de Michael Stolleis El ojo de la ley. Historia de
una metáfora (Madrid: Marcial Pons, 2011) y La textura histórica de las formas políticas (Madrid:
Marcial Pons, 2011).
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modo en que Wolfgang Reinhard –una de sus obras más comprometidas es una
historia del poder político– propuso aplicar a la Contrarreforma la categoría
disciplina social y considerarla como la forma católica de «modernización». Lo
que está al centro de tales propuestas y discusiones es la «modernidad» de la
Edad Moderna (die Moderne), punto de referencia esencial para todo este dis-
curso. Recordemos que, en la tradición historiográfica de origen protestante, la
Edad Moderna se abría con la rebelión de Lutero contra Roma en nombre de la
libertad de consciencia. La Iglesia católica y los países que negaban la Reforma
se sitúan entonces en una posición reaccionaria, de oposición a la historia y de
pura negación.
La historiografía católica recogió con Hubert Jedin una precisión de Ernst
Troeltsch11 que, en una importante conferencia de 1906 sobre el significado del
protestantismo para el mundo moderno, distinguió el protestantismo liberal
dieciochesco de la etapa luterana como fase de esclavitud: momento de tran-
sición desde el medioevo a la Edad Moderna. Jedin, por su parte, en su ensayo
«¿Reforma católica o Contrarreforma?» (1946)12, situó el momento tridentino
del catolicismo en una fase que fue definida de transición/conservación pero
no reaccionaria. La propuesta de Jedin dio voz a la nueva presencia de la Igle-
sia católica en el mundo de la postguerra, la caída de Alemania y la sujeción al
poder nazi de la Iglesia protestante. El esquema weberiano del nexo exclusivo
de la modernidad con el espíritu del protestantismo ascético, debía ceder con el
ascenso económico y social de los países católicos. El origen de estudios sobre
el movimiento religioso de reforma en el mundo católico, y sobre las conse-
cuencias de la reproducción del Concilio de Trento, instaló la importancia y
la complejidad de los procesos que sucedieron en la Europa católica, entre la
segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, mientras el mun-
do protestante estaba bajo ataque y la Contrarreforma avanzaba no solo con
la fuerzas de las armas, sino con las obras de la conquista espiritual por parte
de los misioneros, especialmente jesuitas; esto último, también es «disciplina
social» y «modernización». Y, una vez concebido que el catolicismo tridentino
participó en el nacimiento del mundo moderno, se necesitaba entender qué
características asimilaron la vía católica a la vía de la Reforma: es aquí que se
reafirmó la propuesta del «disciplinamiento» o «social discipline».
Si la interpretación romántica del mundo moderno había puesto el acen-
to sobre los orígenes del individualismo y la revolución contra las cadenas de
11
[N. del T.] Véase una recopilación de textos de Ernst Troeltsch en Schriften zur Bedeutung des
Protestantismus für die moderne Welt (1906-1913) (Berlin, New York: W. de Gruyter, 2001).
12
[N. del T.] Véase una síntesis de la obra de Hubert Jedin en José Goñi Gaztambide, «Monse-
ñor Hubert Jedin in memoriam», Scripta Theologica 13 (1981): 231-238.
50
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1989).
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14
La Controriforma. Il mondo del rinnovamento cattolico (1540-1770) (Bologna: Il Mulino, 2001).
15
El término nació en la obra del jurista de Gotinga J.F. Pütter a fines del siglo XVIII para indi-
car las contrarreformas: la reconquista de los territorios alemanes convertidos a la Reforma
protestante.
16
[N. del T.] Véase el importante texto escrito por Delio Cantimori, Eretici italiani del Cinque-
cento e prospettive di storia ereticale italiana del Cinquecento [1939], editado por Adriano Prosperi
(Torino: Einaudi, 2009).
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la relación entre Italia como nación moderna y Europa fue encontrada aquí: en
la afirmación de los valores de la tolerancia y libertad religiosa, como también,
en el conflicto entre cultura y ciencia moderna con la Iglesia católica que cuenta
con nombres ilustres como el de Galileo.
La historiografía católica encontró en el clima de una Italia en ascenso eco-
nómico-social, y gobernada por el partido de los católicos, la fuerza para derribar
aquel paradigma historiográfico. Es así que la propuesta del concepto «discipli-
namiento social» conoció una discreta fortuna en la Italia de fines del siglo XX:
una fase en que declinó la hegemonía historiográfica francesa y se sustituyó por
la «historia constitucional y social» alemana. Sin embargo, esto no fue una sim-
ple operación de importación cultural. En Italia, escribió Paolo Prodi, el nuevo
concepto se anunció como el que superaba las viejas vallas historiográficas17.
Para evaluar las ambiciones internas, en la formulación de la nueva termi-
nología, basta leer el balance que Prodi propuso en la presentación de las actas
de un seminario que tenía como temática la disciplina del alma, del cuerpo y de
la sociedad18. El esfuerzo de imponer en la sociedad una disciplina pertenece al
campo de poder, en consecuencia, coincide con la política. En la sociedad oc-
cidental las fuerzas que se oponen con la finalidad de controlar la sociedad son
dos: el poder espiritual y temporal. De su contraste nace la «fibrilación» de la
sociedad occidental hecha de revoluciones continuas derivadas de la imposibili-
dad de afirmación de un solo poder. El esquema historiográfico, planteado por
Prodi, recogía en un diseño teórico general los resultados de sus investigaciones
sobre la historia del papado como forma de poder de las dos almas19 y anticipa-
ba las vastas teorizaciones presentadas en sus obras sucesivas sobre la historia
del juramento20 y la justicia21.
Podemos indicar algunas ponencias presentadas en el seminario con el
objetivo de reflexionar sobre el método, los orígenes del concepto y su desarro-
llo historiográfico en el siglo XX. Pierangelo Schiera, por ejemplo, parte desde
17
Paolo Prodi, «Controriforma e/o riforma cattolica: superamento di vecchi dilemmi nei nuovi
panorami storiografici», en Crisi e rinnovamenti nell’autunno del Rinascimento a Venezia, edita-
do por Vittore Branca y Carlo Ossola (Firenze: Olschki 1991), 11-21. Véase la recopilación
orgánica de las intervenciones de Prodi sobre estos temas en Christianisme et monde moderne.
Cinquante ans de recherches, traducción y edición de Antonella Romano (Paris: Seuil/Gallimard,
2006), 85-99.
18
Disciplina dell’anima, disciplina del corpo e disciplina della società tra Medioevo ed età moderna, edi-
tado por Paolo Prodi con la colaboración de Carla Penuti (Bologna: Il Mulino, 1994).
19
[N. del T.] Véase el libro de Paolo Prodi, Il Sovrano Pontefice. Un corpo e due anime: la monarchia
papale nella prima età moderna (Bologna: Il Mulino, 1982).
20
[N. del T.] Véase el libro de Paolo Prodi, Il sacramento del potere. Il giuramento politico nella storia
costituzionale dell’Occidente (Bologna: Il Mulino, 1992).
21
[N. del T.] Véase el libro de Paolo Prodi, Una historia de la justicia. De la pluralidad de fueros al
dualismo moderno entre conciencia y derecho [2000] (Buenos Aires: Katz, 2008).
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Max Weber que en Economía y Sociedad define disciplina como concepto socio-
lógico fundamental relacionado con el «poder»22. Sin embargo, principalmente
Wolfgang Reinhard realizó una caracterización de los tres conceptos historio-
gráficos: «disciplinamiento social», «confesionalización» y «modernización».
La conclusión de su ensayo fue que «en la historia del ‘disciplinamiento social’
parece desaparecer la idea de un proceso unitario y realizado exclusivamente
desde las autoridades»23. Así, ampliando el discurso a la noción de «microfísica
del poder» de Michel Foucault, Reinhard concluía proponiendo una reformu-
lación del concepto «disciplinamiento social» y «confesionalización» abrién-
dose a la historia de la sociedad y a la antropología microhistórica.
El problema era cómo un modelo nacido desde la tradición prusiana del
Estado luterano podía servir para explorar los comportamientos, ideas y prác-
ticas de una sociedad protomoderna como la italiana, caracterizada por una
variedad de culturas sobres las cuales se extendió la obra unificadora del cris-
tianismo oficial.
Aquellas viejas vallas historiográficas continúan mostrándose resistentes,
así como también perdura en la realidad la diferencia entre los países conquis-
tados por la Reforma, como definición del movimiento guiado por Lutero,
Zuinglio, Calvino, y los conquistados por el catolicismo en la edad tridentina.
En cuanto a la naturaleza de este catolicismo, ha sido largamente debatida la
cuestión de si se trató de una simple reacción defensiva y agresiva de una ins-
titución eclesiástica, como sostuvo Benedetto Croce en 1924, o de un proceso
independiente y precedente en relación a la acción protestante: un proceso do-
tado de un alma religiosa capaz de alimentar pensamientos y sentimientos en
modo creativo.
La historia de esta discusión es larga y el lenguaje que registra los éxitos
y problemas funciona como las dos caras de Jano; por un lado, refleja el esta-
do de las investigaciones, y por otro, expresa las relaciones que en el presente
se crean entre las iglesias y la sociedad. Desde esta perspectiva un caso ejem-
plar –en algún modo las premisas de este desarrollo– se formuló finalizando la
Segunda Guerra Mundial con la propuesta de Hubert Jedin, en un opúsculo
impreso en Suiza que ofrece un exhaustivo balance del estado de la cuestión.
Propuso, de un lado, una historia de los conceptos que aún hoy se utilizan, y del
otro, una propuesta historiográfica para el uso de estas nociones. Como observa
22
Pierangelo Schiera, «Disciplina, Stato moderno, disciplinamento: considerazioni a cavallo fra
la sociologia del potere e la storia costituzionale», Disciplina dell’anima, 21-46.
23
«Così, tra le altre cose, anche nella storia del ‘disciplinamento sociale’ sembra andar via via
svanendo l’idea di un processo unitario e realizzato esclusivamente dall’autorità», Wolfgang
Reinhard, «Disciplinamento sociale, confessionalizzazione, modernizzazione. Un discorso
storiografico», Disciplina dell’anima, 123.
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24
Paolo Prodi, «Il binomio jediniano ‘riforma cattolica e controriforma’ e la storiografia italia-
na», Annali dell’Istituto storico italo-germanico in Trento 6 (1980): 85-98.
25
[N. del T.] Véase el texto de Wietse De Boer, The Conquest of the Soul: Confession, Discipline, and
Public Order in Counter-Reformation Milan (Leiden, Boston, Köln: Brill, 2001).
26
Wietse De Boer, «Social Discipline in Italy: Peregrinations of a Historical Paradigm», Archiv
für Reformationsgeschichte 94 (2003): 294-307.
27
[N. del T.] Una discusión historiográfica en torno a las propuestas de Delio Cantimori en
Vincenzo Lavenia, «Bibliografia ragionata», Eretici italiani, 486-487.
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la lucha social y política marcada por la muerte de Aldo Moro (1978). Se tra-
tó entonces de interrogar las fuentes históricas, y reconsiderar en su conjunto
los frutos de exploraciones particulares surgidas después de la Segunda Guerra
Mundial y más o menos reconducibles bajo la bandera de la Reforma católica.
La reconstrucción de un país derrotado y destruido se produjo bajo la guía
de un fuerte partido católico. El viento de crecimiento económico y esperanza
social-política se advirtió también en los estudios históricos, delineándose un
nuevo interés por la historia religiosa italiana y por el tiempo tridentino del
catolicismo, ese que se encarnó en las parroquias y diócesis. No obstante, en el
tiempo de la crisis, mientras emergían las profundas resistencias al encuentro
entre el centro católico, liderado por Aldo Moro, y la izquierda marxista, se
descubría otro rostro del catolicismo italiano, aquel del poder monárquico del
papa-rey, y del ejercicio de una soberanía sobre Italia que usaba otros medios en
relación a la interpretación efectuada por el laicado católico al alto magisterio
de doctrinas sociales impartido por la jerarquía. Esto, sin duda, era la conquista
directa de un dominio que se ejercitaba sobre las consciencias, originando res-
puestas desde un entusiasmo religioso militante contra el individualismo mo-
derno y la idea de libertad de consciencia. Más allá de las presencias capilares
de instituciones como la parroquia, emergía la red móvil de las misiones para
conquistar las masas populares; la de los confesores movilizados para proteger,
guiar consciencias perplejas por los peligros de la libertad y amueblar el mundo
interior con imágenes y pensamientos de una disciplina de la obediencia; la
de una magistratura de comisarios de la fe, o inquisidores, destinada a ejercer
funciones de vigilancia contra los peligros de la desobediencia, de la preferencia
personal, de la herejía28.
Adriano Prosperi, Tribunali della coscienza. Inquisitori, confessori, missionari [1996] (Torino: Ein-
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audi, 2009). [N. del T.] Para otros escritos y ensayos de Adriano Prosperi sobre las dimensio-
nes del disciplinamiento religioso véanse «Riforma cattolica, crisi religiosa, disciplinamento:
un percorso di ricerca», Annali dell’Istituto storico-italo-germanico in Trento 19 (1993): 401-415;
«L’inquisitore come confessore», Disciplina dell’anima, 177-214; «Riforma cattolica, Contro-
riforma, disciplinamento sociale», Storia dell’Italia religiosa, 2. L’età moderna (Bari: Laterza,
1994), 3-48; «Croci nei campi, anime alla porta. Religione popolare e disciplina tridentina ne-
lle campagne padane del ‘500», Il piacere del testo. Saggi e studi per Albano Biondi, a cura di Adriano
Prosperi (Roma: Bulzoni, 2011), 83-118; Salvezza delle anime, disciplina dei corpi. Un seminario
sulla storia del battesimo, a cura di Adriano Prosperi (Pisa: Edizioni della Normale, 2006).
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