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El monopolio.

Un MONOPOLIO es un mercado en el cual hay un amplio número de


demandantes, cuya suma de sus demandas individuales constituye la demanda total del
mercado, y hay un solo vendedor, con un producto definido y homogéneo para el cual
tiene poder de precios.

¿Por qué aparecen los monopolios?

Las razones principales vienen dadas, en primer lugar, por el ACCESO EXCLUSIVO
a ciertos recursos (por ejemplo, si el litio sólo se puede producir, principalmente, en 3
lugares, y una empresa es propietaria de los mismos está en este tipo de monopolio).

En segundo lugar, puede ocurrir que haya BARRERAS A LA ENTRADA mediante


leyes o reglamentaciones – patentes- para proteger los derechos de quien tuvo la idea
que ahora está explotando una empresa determinada. Esta forma origina cierta
controversia, ya que las empresas necesitan este incentivo para hacer sus
investigaciones. Y es que si una empresa después de años de investigación descubre la
cura del SIDA y se permite, a otras empresas, copiar la fórmula, está claro lo que
ocurrirá: ¡las empresas no tendrán incentivos para investigar la cura del SIDA!

Lo malo de este sistema es que, por un lado, no se investigan enfermedades


extrañas (hay pocas personas dispuestas a pagar por esas curas) y por otro lado, las
enfermedades típicas de los países pobres no se investigan ya que…los consumidores no
tendrían el dinero necesario para comprar las medicinas producidas por las
farmacéuticas. Esto origina debates éticos, ya que, a menudo, se comenzaban a
investigar enfermedades tropicales debido a que el gobierno de un determinado país
(que suele ser Estados Unidos) tenía alguna misión militar. Pero no debemos ser
hipócritas en este asunto. Es muy fácil pedir a las empresas farmacéuticas que permitan
la venta de genéricos (copias legales de medicamentos) pero claro, la razón es que quien
pierde dinero es otro, así es muy fácil regular. Debes pensar que las empresas
farmacéuticas, como tú, desean ganar dinero. Y es muy fácil pedir ser solidario…a los
demás. Reflexiona acerca del tiempo y dinero que das tú a los demás en plan altruista, y
posiblemente te de la risa. Es por eso que la definición más común de comunismo es : lo
mío para mi, lo de los demás a repartir. Aunque a mi me gusta más la definición de
comunismo de Ronald Reagan: es comunista quien ha leído “El capital”. Es
anticomunista quien lo ha entendido.

Volviendo a las razones por las cuales aparecen los monopolios, falta una. Se da
en las ECONOMÍAS A ESCALA (cuando hay costes medios decrecientes). Eso implica que
las empresas pueden reducir costes incrementando la producción, con lo cual otras
empresas no tienen incentivos para entrar en el mercado. Este tipo de monopolios se
llaman monopolios naturales, y llevan aparejados la existencia de elevados costes
hundidos y fijos. Un ejemplo es el ferrocarril; no tiene sentido que otra empresa
construya, al lado de las vías de tren, otras nuevas. Con la gran cantidad de costes a las
que se han incurrido para hacer la infraestructura es obvio que aumentando la red de
servicios los costes medios caen.
Características del monopolio.

Hay muchas diferencias con la competencia perfecta:

1.- Existe una ÚNICA EMPRESA PRODUCTORA , el producto es único, no tiene


sustitutivos cercanos y existen barreras a la entrada, que pueden ser artificiales o
naturales.

2.- El monopolista tiene poder para FIJAR EL PRECIO del producto, el cual usará
para maximizar su beneficio (eso es lo que dice la teoría, pero también hay que tener en
cuenta la hipotética pérdida de reputación por introducir precios excesivamente altos.
Así, un estudio realizado en Estados Unidos demostró que Microsoft podía haber
vendido los ordenadores a 6.000 euros de media, ganando mucho más dinero).

3.- NO EXISTE MOVILIDAD PERFECTA de los factores de producción, lo cual es


lógico, ya que, precisamente el monopolista controla dichos factores.

4.- NO EXISTE LA CURVA DE OFERTA de monopolio, ya que la producción no


depende del precio, se tiene muy en cuenta la curva de demanda del mercado.

Equilibrio en el monopolio.
Si recordamos las matemáticas de nuestros tiempos jóvenes, siempre están en
mente los simpáticos problemas que consisten en maximizar los beneficios.

Desde el punto de vista de la empresa, este planteamiento coincidiría con la


siguiente relación:

B(x) = P(x) x – (CV(x) + CF).

Se debe comprender que el precio está en función de x ya que viene dado por la
función de demanda, y cuando el empresario decide una cantidad de venta “x”, de forma
automática se establece P.

Si derivamos la expresión anterior, nos queda:

dB/dx = IMg(x) – CMg(x) = 0.

Por lo tanto, la condición de óptimo en monopolio se muy sencilla:


IMG(X) = CMG(X).

La representación matemática es muy sencilla y se desarrollará a lo largo del


curso, (a partir de la función de demanda); pero es útil tener en cuenta que el punto de
máximo beneficio estará en la zona elástica de la curva de demanda, que el Img(x) será
mayor que P, y que en esta situación el mercado es ineficiente, ya que si realizamos el
típico estudio de bienestar tenemos que el productor está mejor que antes (gana
excedente), el consumidor está mucho peor que antes (pierde mucho excedente) y el
resultado global es que la sociedad pierde. Pero ocurre que, claro está, al monopolio lo
que le interesa es su propio beneficio, no el de el conjunto de la sociedad (lo mismo
suele ocurrir con los seres humanos).

Un ejemplo matemático. Si P(x) = 20 – x; C(x) = x 2 + 4x + 10, obtenemos el


ingreso marginal derivando el ingreso (20 – x)x; se obtiene 20 – 2x. Derivando el coste
total se obtiene el coste marginal, 2x + 4.

Así: 20 – 2x = 2x + 4.
16 = 4x.
x = 4; P = 20 – 4 = 16; C(4) = 16 + 16 + 10 = 42.
Como el ingreso es 64 y el coste es de 42, el beneficio es de 22 euros, pero
piensa una cosa muy importante: ¡la condición de óptimo no depende del coste fijo!

Es decir, si el coste fijo del problema hubiese sido de 100 euros, la solución del
monopolio sería la misma, pero el beneficio no, ya que ahora el coste sería de 16 +16 +
100 = 132 euros, con lo cual el monopolista perdería 68 euros.

Dos conclusiones acerca de esta idea: es un monopolio natural, y no siempre


gana dinero un monopolista, ya que costes fijos altos generan posibles pérdidas (de ahí
que algunos monopolios naturales estén subvencionados por el gobierno debido a su
necesidad social).
La discriminación de precios.

Un monopolista tendría un poder todavía mayor si podría cobrar a cada cliente a


su antojo, sabiendo cuanto está dispuesto a pagar.

La teoría económica da muchos posibles ejemplos de DISCRIMINACIÓN DE


PRECIOS, veremos tres:

1.- DISCRIMINACIÓN DE PRIMERA ESPECIE. El monopolista sabe cuánto está


dispuesto a pagar cada cliente, y le cobra a cada uno en consecuencia. Debe tener
cuidado, ya que si se pasa del precio de reserva de su cliente (que es lo que está
dispuesto a pagar) se queda sin negocio.

Dos ejemplos de esta discriminación serían el del abogado de prestigio (que se


puede permitir el lujo de cobrar a cada cliente lo que le parece) o el del adivino (alguien
que va a una consulta y para pedir consejo; piensa una cosa, querido lector, si el adivino
es bueno de verdad puede intuir tu precio de reserva, y entonces ya te deja, hablando en
términos no muy económicos precisamente, totalmente pelado).

2.- DISCRIMINACIÓN DE SEGUNDA ESPECIE. El monopolista cobra en función de


las UNIDADES VENDIDAS. Si sabe que un consumidor está dispuesto a pagar más por las
primeras unidades que por las siguientes le puede cobrar de forma descendente; si vas a
una película te cobro 10 euros, por la segunda 8, y así sucesivamente. Por supuesto, la
vida no es tan compleja, pero sí es cierto que a veces se cobra en dos tramos. Eso sí, el
sentido es doble: un monopolista que quiere vender más y te cobra menos por unidades
adicionales (la típica compra de 3 por 2), o el de un monopolista natural que te cobra
más por unidades adicionales para que no te pases de consumo (es el caso del agua; si se
estima cuál es la cantidad necesaria para una familia, se decide, pasado un límite, cobrar
más).
3.- DISCRIMINACIÓN DE TERCERA ESPECIE. El monopolista cobra en FUNCIÓN DE
LOS COMPRADORES. Por ejemplo, si vende entradas de cine, puede decidir un precio
general para el público y otro más bajo para estudiantes y jubilados, ya que supone que
éstos tienen menos poder adquisitivo y así se les puede atraer para ver una determinada
película.

Como puedes observar, estas estrategias, pensadas para un monopolista, pueden


ser útiles para cualquier tipo de empresa. Esa y no otra es la clave de estos estudios:
mediante un caso genérico, sacar conclusiones para casos semejantes.

Y es que las posibles discriminaciones son enormes. Vamos a hacer un juego


que, por otra parte, es real:

Si una persona decide presentarse a unas oposiciones, tiene varias opciones; tipo
A, B, C, D y E. Las primeras son de mayor dificultad (licenciados y diplomados). Si un
alumno se está preparando una oposición de tipo A y decide matricularse a una
academia, le cobrarán por mes estudiado. El empresario sabe que como lo que está
aprendiendo el alumno es complejo, le va a costar dejar la academia (eso implicaría que
su inversión no ha servido para nada). Sin embargo, si un alumno decide apuntarse a
una oposición de tipo D, el estudio es más asequible, y un alumno puede tener más
pereza, y abandonarse. En consecuencia, el empresario cobra, de entrada, una gran
cantidad (2.000 euros, por ejemplo) y el alumno puede ir siempre que lo desee. Incluso
durante años. Así, evita perder.

¿A qué tipo de discriminación pertenece este caso?

¿Qué prefiere un consumidor?

Si la fórmula de la Coca Cola fuese pública, cualquier empresa podría venderla;


en consecuencia, se generaría un mercado de competencia perfecta que, como hemos
visto, bajaría rápidamente los precios.

La respuesta a esta cuestión, pues, es obvia: un consumidor siempre va a preferir


un mercado de competencia perfecta, ya que la compra le saldría más económica.

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