DOMINGO 6 DURANTE EL AÑO – 15 DE FEBRERO DE 2015 - Nº 2216 – CICLO B
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"SI QUIERES PUEDES SANARME" (Mc 1, 40)
El Evangelio de este domingo nos narra la
actividad sanadora de Jesús, que está muy
vinculada a su Persona, a su predicación y
a su acción salvífica. Los milagros y curacio-
nes que realiza nos indican que Jesús es el
Hijo de Dios y que su Reino ya está entre
nosotros (Mc 1, 15)
El episodio que nos relata san Marcos, hace
referencia a Jesús que iba predicando por
toda Galilea y en ese caminar se le acerca
un leproso. Los enfermos de lepra eran
considerados impuros y por esta condición
debían permanecer aislados, lejos de los
lugares poblados. En este entendido, la pri-
mera lectura recuerda las prescripciones de
la Ley con respecto a la lepra. Se trata de
medidas sumamente severas que obligaban al enfermo a vivir
solo, separado de la comunidad, fuera de los pueblos y ciudades,
y si acercaban a un lugar habitado o se cruzaban con alguien en
el camino, estaban obligados a gritar manifestando su condición
de impuros. “El que haya sido declarado enfermo de lepra, andará
harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: “¡Impuro,
impuro!” Mientras le dure la lepra, seguirá impuro: vivirá solo y
tendrá su morada fuera del campamento” (Lv 13, 45-46)
Jesús se encuentra con una de estas personas expulsadas y
• En tu opinión ¿existen situaciones de exclusión y marginamiento en nuestra sociedad? ¿Como reaccionas
PREGUNTAS ante esta realidad?
DE REFLEXIÓN • Como cristiano ¿qué acciones concretas realizas a favor de las personas que sufren enfermedades
que rechaza la sociedad?
• ¿Qué enseñanza te da Jesús curando al leproso?
RITO DE ENTRADA
M. Hermanas y hermanos: Dios nos convoca para celebrar juntos
la Eucaristía. La liturgia de este Domingo nos invita a ser construc-
tores de una sociedad fraterna, más humana y que no margine a
nadie, Comenzamos con el canto:.
1. CANTO DE ENTRADA: “Vamos cantando al Señor” (VSJ. 41)
Vamos cantando al Señor:
Él es nuestra alegría.
La luz de un nuevo día venció a la oscuridad:
que brille en nuestras vidas la luz de la verdad.
La roca que nos salva es Cristo, nuestro Dios:
lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.
Los cielos y la tierra aclaman al Señor:
“ha hecho maravillas, inmenso es su amor”.
2. SALUDO
C.En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
C. Queridos hermanos: “Que Dios les llene de alegría y de paz en
la fe” y que el Espíritu Santo esté constantemente con ustedes.
Y con tu Espíritu.
3. ACTO PENITENCIAL
C. Pidamos a Dios perdón de todos a nuestros pecados, espe-
cialmente por nuestra falta de solidaridad con los que sufren.
(Silencio breve)
aisladas de la comunidad, y ella en lugar
de mantener la debida distancia, como es-
pecificaba las leyes, se aproxima al Señor,
se pone de rodillas delante de Él, y en vez
de gritar “Impuro, impuro!” le suplica: “Si
quieres, puedes sanarme” (v 40). El lepro-
so contamina no sólo a las personas que
se le acercan, sino también, a las cosas
que toca y a las casas en que entra Jesús
en vez de rechazar y mantenerse distante
del leproso, se compadece, deja que se
acerque, le extiende la mano, le toca y le
cura liberándole de la enfermedad y de su
situación de exclusión y marginamiento e
incorporándole a la comunidad de la que
había sido expulsado. Con el gesto de tocar
y curar al enfermo, Jesús nos quiere ense-
ñar que el leproso no es un maldito o alguien que haya sufrido
el castigo de Dios, como se pensaba entonces, sino que es un
ser humano, amado por el Padre, quien no hace aceptación
de personas.
La curación de la lepra era uno de los grandes signos espera-
dos para los tiempos mesiánicos (cf. Mt 11,5). Y la actividad de
Jesús da a conocer que ya ha llegado ese tiempo, en el que el
ser humano debía ser restituido por completo en su dignidad
humana, como hijo de Dios.
C. Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor, ten piedad.
C. Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad.
C. Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo: Señor, ten piedad.
C. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén
4. CANTO DEL GLORIA: “Misa del Lago” (VSJ. 474)
Gloria a Dios, gloria a Dios en el cielo,
paz a los hombres, paz en la tierra.
Gloria a Dios, gloria a Dios en el cielo,
paz a los hombres que ama el Señor.
Te alabamos, te bendecimos,
te glorificamos y damos gracias,
Dios Padre nuestro.
Te proclamamos Hijo del Padre,
Rey del universo. Tú eres Santo,
Dios Jesucristo.
Y al que recibe la misma gloria
y es Dador de vida, fuego divino,
Dios Santo Espíritu
5. ORACIÓN COLECTA
C. Oremos (silencio). Dios nuestro, que te complaces en habitar
en los corazones rectos y sencillos, concédenos la gracia de vivir
de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna de
tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
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6. PRIMERA LECTURA.
M. La lepra en la tradición judía, era una enfermedad ligada Pero yo reconocí mi pecado,
al tema del pecado de impureza. El leproso no podía parti- no te escondí mi culpa,
cipar en la vida pública, ni religiosa del pueblo. pensando: «Confesaré mis faltas al Señor».
¡Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.
Lectura del libro del Levítico 13, 1-2. 45-46
El Señor dijo a Moisés y a Aarón: ¡Alégrense en el Señor,
regocíjense los justos!
Cuando aparezca en la piel de una persona una hinchazón, ¡Canten jubilosos
una erupción o una mancha lustrosa, que hacen previsible
los rectos de corazón! R.
un caso de lepra, la persona será llevada al sacerdote Aarón
o a uno de sus hijos, los sacerdotes. 8. SEGUNDA LECTURA.
M. El Apóstol nos da consejos prácticos para la vida cris-
La persona afectada de lepra llevará la ropa desgarrada y tiana, nos pide que toda nuestras acciones sean para la
los cabellos sueltos; se cubrirá hasta la boca e irá gritando: gloria de Dios.
«¡Impuro, impuro!». Será impuro mientras dure su afección.
Por ser impuro, vivirá apartado y su morada estará fuera Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los
del campamento. cristianos de Corinto 10, 31—11, 1
Hermanos:
Palabra de Dios. Sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa
que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.
7. SALMO RESPONSORIAL 31, 1-2. 5. 11
R.¡Me alegras con tu salvación, Señor! No sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los
paganos ni tampoco para la Iglesia de Dios.
Feliz el que ha sido absuelto de su pecado Hagan como yo, que me esfuerzo por complacer a todos
y liberado de su falta! en todas las cosas, no buscando mi interés personal, sino
¡Feliz el hombre a quien el Señor el del mayor número, para que puedan salvarse.
no le tiene en cuenta las culpas, Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.
y en cuyo espíritu no hay doblez! R.
Palabra de Dios.

9.
EVANGELIO
M. Jesús devuelve la dignidad al leproso En seguida la lepra desapareció y quedó
marginado de su sociedad, superando así purificado.
las normas de la ley de Moisés. Su actuación
liberadora expresa el amor que Dios Padre Jesús lo despidió, advirtiéndole severa-
tiene para todos. mente:

Aleluia. «No le digas nada a nadie, pero ve a presen-

Un gran profeta ha aparecido en medio de
nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo.
Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos 1,40-45
Se le acercó un leproso a Jesús para pedirle
ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo:
«Si quieres, puedes purificarme».
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó,
diciendo: «Lo quiero, queda purificado».
tarte al sacerdote y entrega por tu purificación
la ofrenda que ordenó Moisés, para que les
sirva de testimonio».
Sin embargo, apenas se fue, empezó a
proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo
sucedido, de tal manera que Jesús ya no
podía entrar públicamente en ninguna ciudad,
sino que debía quedarse afuera, en lugares
desiertos.
Y acudían a Él de todas partes.
Palabra del Señor.
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COMUNIDAD EUCARÍSTICA: COMUNIDAD MISIONERA

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10. HOMILIA (Silencio) 14. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
11. CREDO C. Que esta ofrenda nos purifique y renueve, Señor, y sea cau-
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. sa de recompensa eterna para quienes cumplen tu voluntad.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue Por Jesucristo, nuestro Señor. Por J.C.N.S. Amén.
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al PLEGARIA EUCARÍSTICA
tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y 15. CANTO DE COMUNIÓN: “Con nosotros está” (VSJ. 194)
está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde

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allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Con nosotros está y no lo conocemos;
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la comunión con nosotros está, su nombre es “el Señor”. (2-2)
de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna. Amén. Su nombre es “el Señor”, y pasa hambre,
12. ORACION UNIVERSAL y clama por la boca del hambriento;
C. Presentemos con fe y convicción nuestras oraciones a Dios y muchos que lo ven pasan de largo,
Padre, para que por medio de su Hijo Jesucristo, escuche
nuestras solicitudes. A cada oración respondemos: Por Jesús, acaso por llegar temprano al templo.
Salvador, escúchanos.
Su nombre es “el Señor”, y sed soporta,
Por la Iglesia, para que el Espíritu Santo la renueve, la y está en quien de justicia va sediento;
haga servidora y así se extienda y llegue a todos los
continentes dando esperanza de vida y amor. Oremos. y muchos que lo ven pasan de largo,
a veces ocupados en sus rezos.
Por el Papa Francisco, para que su ministerio sea
fortalecido por el Espíritu Santo y por la Palabra de
Jesús. Oremos. RITO DE COMUNIÓN
Por los Obispos, Sacerdotes y Diáconos, para que 16. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
anuncien con alegría el Evangelio de Jesús y edifiquen C.Saciados con el Pan del cielo, te pedimos, Padre, la gracia
verdaderas comunidades cristianas sobre la Palabra de
Jesús. Oremos. de desear siempre este alimento que nos da la vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Por los gobernantes del mundo, para que trabajen por
la libertad y prosperidad de sus países. Oremos.
RITO DE CONCLUSIÓN
Por el Vº. Congreso Eucarístico Nacional, para que M. Hermanas y hermanos: Fortalecidos con el alimento de
este acontecimiento nos ayude a fortalecer nuestra fe
y nos haga discipulos-misioneros dispuestos a dar la la Palabra y de la Eucaristía, retornemos a nuestros hogares
vida por el proyecto de vida plena del Reino de Dios. con el firme propósito de solidarizarnos con los que sufren,
Oremos. en especial, con los que padecen alguna enfermedad que los
Por nosotros, aquí presentes, para que la experiencia margina de la sociedad.
que vivimos de compartir la Palabra y el Pan de
Vida, se multiplique en nuestras familias y nos haga 17. BENDICIÓN.
seguidores valientes de Jesucristo, Oremos. C. La bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo (✝)
(La Asamblea presente otras intenciones referidas a las urgen-
y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca
cias del momento que vive nuestro país, región, comunidad.) para siempre. Amén.
C. Acoge Padre Bueno las oraciónes que tu pueblo te ha 18. CANTO FINAL: “Dichoso quien en su vida” (VSJ.272)
presentado con amor filial. Por J.C.N S. Amén. Virgen morenita, Virgen milagrosa,
13. CANTO DE OFRENDAS: “Señor, te ofrecemos el vino y el pan” (VSJ. 147) Virgen morenita, te elevo mi cantar.
Señor, te ofrecemos el vino y el pan, Son todos mis hermanos devotos de tus ruegos,
así recordamos la cena pascual.
hoy todos son tus hijos, Madre del Salvador. (2)
Porque Tú solo eres bueno, Señor, queremos
cantar; tus misericordias, ¿quién podrá cantar?
Así será, Virgen mía, mereces el respeto y la veneración
Sólo Tú eres de los dioses el Dios; por eso yo te canto y te elevo mis plegarias
tuyo es nuestro afán. Tus misericordias...
y pido que escuches
Te ofrecemos nuestras vidas, Señor,
en torno a tu altar. Tus misericordias... mis ruegos por favor. (2)

SUGERENCIAS PARA LA CELEBRACIÓN

4 Tomar el tiempo necesario para interiorizar y proclamar el mensaje del Acto Penitencial.
4 Después de la Homilía, la Asamblea medita en silencio sobre el mensaje del Evangelio. Para este fin, aprovechar las
preguntas que se formulan en la primera página de esta hoja litúrgica.
4 Antes de la bendicón final, el que preside motiva a los fieles a prepararse a vivir la Cuaresma.
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COLOQUIO SOBRE LA CUARESMA

La realidad que nos envuelve.

Empezamos la Cuaresma. O mejor dicho, empieza el gran Tiempo Pascual
de la Iglesia. Cuarenta días de preparación para la Pascua y después
Cincuenta días de celebración de la Resurrección del Señor y de la
acción salvadora de su Espíritu. Es el tiempo fuerte de la Comunidad
cristiana Católica.
Algunos elementos de la Cuaresma marcan mucho la manera normal de
vivirla y que se deben superar. Quizá el primero es que la celebramos cada año; para muchos eso significa que
la repiten hace ya veinte, treinta, cincuenta veces. Es muy difícil evitar la sensación de rutina. Otro aspecto es
la falta progresiva, de resonancia social, a no ser la resonancia por contraste del carnaval; se da, además, el
fuerte acento interno, espiritual, de la Cuaresma, sobre todo del Miércoles de Ceniza. La conclusión es que
da la sensación de que la Cuaresma sea un hecho privado.

Revitalizar los aspectos centrales.

Con motivo de la Cuaresma-Pascua evitemos estas reducciones y volvamos a hacernos conscientes de lo
que es la fe cristiana, y precisamente en nuestro mundo de hoy. El centro es Jesucristo, su Persona y su
Mensaje, el acontecimiento de su Muere y Resurrección. Nuestro momento histórico está lleno de preguntas,
de dolor, quizá sobre todo de perplejidades y de superficialidad. Pues bien, nosotros creemos que también
este nuestro mundo encuentra la verdadera luz de la vida en el mensaje de Jesús, en el acontecimiento de su
Pascua. De hecho el Evangelio evita los planteamientos teóricos y globales, y encara a cada persona y a cada
comunidad humana con su propia fidelidad. No hay otro camino que éste. En efecto, el Evangelio de Jesús
y su mismo proceso personal hasta la donación de la muerte y la plenitud de la Resurrección nos interpelan
a todos y nos ponen en el camino de la conversión personal y comunitaria según el Espíritu.
Cuaresma: conversión e interiorización.
El primer acento de la Cuaresma es una llamado a superar la superficialidad:
“Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” (Gen 3,19). La ceniza lo
visualiza y recuerda el engaño en que constantemente caemos sobre tantas
cosas que nos llenan el corazón y que no nos pueden dar la Vida. Pero este
acento es parcial y quizá el Miércoles de Ceniza está excesivamente marcado
por este tono. Debemos dar relieve a lo que ha de ser el objeto de nuestra
atención, centro de toda la Cuaresma: el Señor Jesús, su vida, su muerte y
resurrección. Esto queda subrayado por la fórmula: “Conviértete y cree en
el Evangelio” (Mc 1, 15).

el programa.
Todo invita a dar importancia a lo que la tiene: el corazón abierto y sincero. El programa de Cuaresma resuena
en la segunda fórmula de bendición de la Ceniza: “Concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales
el perdón de nuestros pecados y la vida nueva imagen de tu Hijo resucitado.” Este es el programa. Toda la
Cuaresma será la contemplación del camino de Jesús. La conversión requiere, por una parte, la gracia de
Dios; por eso la Cuaresma es tiempo de intensificar la Oración y de Escuchar con mas frecuencia la Palabra.
Y por otra parte, se necesita también una acción de nuestra parte. Al recibirla, reconocemos nuestra peque-
ñez, pero reconocemos también el poder salvífico de Jesucristo quien nos invita a participar de su vida de
Resucitado. Así, nos esforzaremos a ser solidarios con los más necesitados y concretar el lema: "Cuaresma,
Camino de conversión personal y comunitaria".

Dios habla cada día: del 16 al 22 de febrero

Liturgia de las Horas II/IV semana.
Lunes: Gn 4,1-15.25; Sal 49,1.8.16b-17.20-21; Mc 8,11-13
Martes: Gn 6,5-8;7,1-5.10; Sal 28,1-3.9b-10; Mc 8,14-21
Miércoles de Ceniza: Jl 2,12-18; Sal 50,3-6a.12-14.17; 2Co 5,20 -6,2; Mt 6,1-6.16-18
Jueves: Dt 30, 15-20; Sal 1,1-4.6; Lc 9,22-25
Viernes: Is 58,1-9a; Sal 50,3-6a.18-19; Mt 9,14-15
Sábado: Is 58,9b-14; Sal 85,1-6; Lc 5,27-32
Domingo, 1 de Cuaresma: Gn 9,8-15; Sal 24,4-5b.6.7b-9; 1P 3,18-22; Mc 1,12-15

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