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HUAMANGA
FACULTAD DE CIENCIAS BIOLOGICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE BIOLOGÍA
INDENTIFICACÍON DE MACROINVERTEBRADOS EN EL
BOFEDAL DE SARACOCHA- DISTRITO DE QUINUA 2019
PRESENTADO POR:
HANAMPA BELLIDO, Luz Berli
MASCIOTTI MOISÉS, Pavel
GOMEZ BARZOLA, Carolina
TELLO CÁRDENAS, Maryani
ATAUCUSI ROJAS, Luis Sebastian
Ayacucho- Perú
2019
INTRODUCCIÓN
El bofedal es un tipo de humedal altoandino que presenta vegetación hidromórfica y generalmente
acumula turba. Saturado de agua estacional o permanentemente (MINAM).
Desde el punto de vista limnológico, entendemos por bofedal a masas de agua que
atraviesan o emergen entre una matriz compleja de vegetación geli turbada (Earle et
al. 2003, Squeo et al. 2006), donde se desarrollan comunidades de bacterias,
metafiton, microcrustáceos, macroinvertebrados, macrófitas y peces (Coronel et
al. 2004). Estas masas de agua se originan por escorrentía de ríos glaciares, aguas
subterráneas y/o precipitaciones en la época de lluvias (Alzérreca et al. 2001).
Los bofedales son ecosistemas clave en un medio con clima variable y severo para los organismos y para la
producción agrícola de los habitantes de las grandes alturas de los Andes. Además, constituyen ambientes
apropiados para numerosas especies de fauna y flora nativa. Por otro lado, los bofedales tienen gran
influencia en el microclima local, atenuando la sequedad en lugares de clima árido o semiárido del invierno.
Los bofedales son utilizados como alimento para el ganado ovino, vacuno y para los camélidos
sudamericanos (llama, alpaca y vicuñas).
I. Objetivo general:
- Evaluar la diversidad de macroinvertebrados existentes en el bofedal de Saraccocha, distrito de
Quinua-2019.
II. Objetivos específicos:
- Caracterizar la diversidad de macroinvertebrados acuáticos existentes en el bofedal.
- Caracterizar la diversidad de macroinvertrebrados terrestes existentes a los alrededores del
bofedal.
- Determinar la importancia de los macroinvertebrados terrestres y acuáticos en el bofedal.
III. MARCO TEÓRICO:
1 Ecosistema Acuático. El ecosistema acuático es el resultado de la interacción de los organismos
que allí viven con la calidad fisicoquímica del agua, la atmósfera y el medio terrestre que lo rodea.
Desde el punto de vista estructural todo ecosistema (acuático o terrestre), se compone de factores
bióticos y abióticos, dentro de una dinámica de interrelación definida y delimitada por estos
mismos como una composición dentro del ecosistema y las condiciones edafológicas. El ecosistema
acuático ya sea estuario, laguna, charca estacional, embalse, río, etc., se compone de elementos
que dependen de los aportes alóctonos y de la capacidad de reciclamiento de materia orgánica.
Entre estos se pueden nombrar factores bióticos como fitoplancton, zooplancton, bentos, necton y
neuston y dentro de los abióticos están temperatura, luz, nutrientes, pH, gases disueltos, sustrato,
entre otros. La regulación poblacional es esencial en la permanencia de las especies dentro de un
ecosistema establecido. De esta manera la interrelación de los factores bióticos y abióticos se
define en una dinámica en la que las especies presentes juegan un papel de selección, dentro de
sus propias relaciones interespecíficas e intraespecíficas (Roldán, 2003).
2 Análisis de los cuerpos de Agua. Los estudios limnológicos están orientados a la determinación
de las características fisicoquímicas del agua y de las comunidades asociadas a ellas. Se parte del
principio de que a cada tipo de ecosistema está asociado una determinada comunidad de
organismos (Margalef, 1983, 1998; Roldán 1992, 1996). En cualquier estudio sobre caracterización
de aguas desde el punto de vista físico y químico, es necesario contar con un programa de
muestreo cuidadosamente diseñado y supervisado en los diferentes cuerpos de agua seleccionados
para su estudio. Este diseño estará en función de los objetivos del estudio o tipo de caracterización,
es decir que se debe programar el muestreo de acuerdo a las variables de carácter físico y químico
a medir. La calidad del agua se puede determinar mediante análisis fisicoquímico, junto con los
bacteriológicos y biológicos. Dentro de los primeros se incluyen la temperatura ambiental y del
agua, el oxígeno disuelto, el pH, el nitrógeno, el fósforo, la alcalinidad, la dureza, los iones totales
disueltos y los contaminantes industriales y domésticos que pueda tener, conductividad eléctrica,
caudal, nitritos, nitratos, DBO, DQO; entre otros (Ruíz, 2002). Ninguno de estos estudios,
determinan por si solos de manera precisa la calidad que un cuerpo de agua pueda tener en un
momento dado. Si se conoce el tipo de organismos que vive en un ecosistema bajo determinadas
condiciones fisicoquímicas y biológicas, se puede definir el impacto que los agentes externos hayan
podido causar sobre su equilibrio ecológico. Los análisis 71 bacteriológicos, se hacen general y
rutinariamente en las plantas potabilizadoras de agua para determinar la posible contaminación del
agua por materias fecales. Su objetivo es prevenir efectos negativos sobre la salud humana. Los
biológicos consisten en la identificación de la flora y fauna acuática presente en un cuerpo de agua
bajo condiciones naturales o perturbadas (Roldán et al., 2001). En los últimos años se ha venido
utilizando métodos de evaluación biológica rápida de sistemas acuáticos como respuesta a la
necesidad de conocer y restaurar los ecosistemas afectados, teniendo presente el equilibrio entre
el costo y esfuerzo requeridos. En estos estudios se consideran tanto variables fisicoquímicas como
bióticas, como el estado de conservación del hábitat fluvial que incluye la composición y magnitud
de la vegetación riparia. Se han llevado a cabo trabajos en donde han sido desarrollado y adaptados
índices biológicos de calidad de aguas a comunidades de macroinvertebrados bentónicos, con la
finalidad de evaluar el grado de integración biótica en sistemas acuáticos perturbados por acción
antrópica (Barbour et al 1999; Marqués et al 2001). Las principales razones del empleo de seres
vivos para monitorear la calidad del agua, son el relativo bajo costo y lo sencillo de implementar de
este tipo de estudios, en comparación con los análisis químicos o de toxicidad que son mucho más
costosos (Montejano et al 1999). De los organismos que habitan ambientes lóticos, las algas y los
insectos acuáticos son de los grupos que actualmente más se emplean para monitorear la calidad
del agua (Barbour et al 1999). Las comunidades de macroinvertebrados son buenos indicadores de
alteraciones locales ya que muchos organismos bénticos tienen patrones de migración limitados o
son sésiles. También son importantes porque permiten reflejar cambios ambientales acumulativos
en períodos de tiempo relativamente cortos debido a que tienen ciclos de vida complejos, como es
el caso de la mayoría de los insectos (Montejano et al 1999).
3 Macroinvertebrados acuáticos. Roldán (1992) los describe como organismos que no tienen
espina dorsal y que son visibles sin usar un microscopio. En la mayoría de los riachuelos, la energía
disponible para los organismos se almacena en las plantas y se pone a disposición de la vida animal
en forma de hojas y algas que comen los macroinvertebrados. A su vez, estos son una fuente de
energía (alimento) para aves, mamíferos y peces. Dentro de los cuerpos de aguas continentales, los
macroinvertebrados bentónicos han recibido una gran atención en los estudios de los ecosistemas
de aguas corrientes, principalmente por su importancia como eslabones tróficos intermediarios
entre los productores primarios y consumidores como por ejemplo peces, por ser transformadores
e integradores de la materia orgánica alóctona (hojas, semillas, ramas, troncos caídos, etc.)
principal entrada de energía a los sistemas fluviales, y también son destacados por su actual
utilidad como indicadores biológicos.
Orden Hemiptera: El orden Hemíptera a nivel mundial, está compuesto por cerca de 50.000
especies, de las cuales sólo 3800 pertenecen al Suborden Heteróptera (Merritt and Cummints,
1996), que son principalmente formas dulceacuícolas, aunque unas pocas viven en océanos y otras
pueden sobrevivir en aguas salobres (Roldan 1982). Los del grupo Heteroptera estan asociados a
ecosistemas acuáticos, comúnmente se conocen como "chinches de agua" se encuentran entre los
insectos poco estudiados del neotrópico, debido a que se considera no representan un peligro o
utilidad práctica inmediata. Sin embargo además de que algunas especies pueden servir como
indicadores de calidad de agua y otras son utilizadas en la alimentación de humanos, juegan un
papel importante en las cadenas tróficas acuáticas ya que pueden servir como alimento de algunos
organismos o como depredadores de las poblaciones de otros invertebrados (González 2002),
llenando así etapas intermedias en las cadenas alimenticias de sus respectivas comunidades
(Bentink et al. 1956). Ocupan un hábitat muy específico dentro de la película superficial del agua y a
la vez muy diverso, debido a que se les encuentra en aguas abiertas, de flujo lento, así como en
ambientes acuáticos lóticos y lénticos, o aún en aguas torrentosas, algunas especies resisten
ambientes algo hostiles tales como: las temperaturas de las aguas termales. Ciertas familias de
Hemípteros que habitan el néuston viven en aguas con tensión superficial no rebajada, que pueden
ser calificadas como limpias; estos grupos podrían ser usados como indicadores de calidad del
aguas, ya que las sustancias tensoactivas como los detergentes y el petróleo rompen la tensión
superficial del agua. (Aristizabal 2002).
Orden Dermaptera: Los dermápteros (del griego derma, piel y pteron, ala) son unos de los órdenes
de insectos más pequeños que existen, con unas 1.840 especies repartidas en 12 familias. Los
dermápteros típicos poseen en su extremo posterior dos cercos con forma de tijera, de ahí su
nombre común de tijeretas, aunque algunas especies han perdido esta característica, al poseer
comportamientos parásitos. Aunque poseen unas pequeñas alas, muy pocas especies son capaces
de volar, pero algunas producen sonidos con estas, mientras que otras especies las han perdido.
Generalmente son organismos que viven en el suelo y de hábitos nocturnos, siendo tanto
herbívoros como saprófagos, carroñeros y cazadores. Sus cercos característicos son usados para la
caza y la defensa, poseyendo algunas especies además glándulas repugnatorias. Muchas especies
cuidan de sus huevos en cavidades subterráneas, lamiéndolos continuamente para evitar
contaminaciones, aunque hay también especies vivíparas.
Los primeros fósiles del grupo aparecen entre Triásico superior y Jurásico inferior, en lo que hoy es
Inglaterra y Australia, hace 208 millones de años. Estas especies primitivas extinguidas carecen de
algunas características presentes en las especies actuales, situándose en el suborden extinguido
Archidermaptera, con unas 70 especies.
Orden hymenoptera: El orden Hymenoptera incluye grupos tan conocidos como las hormigas, las
avispas y las abejas. Aunque existe una gran variedad de formas y tamaños se puede afirmar que
presentan un plan morfológico estructural muy homogéneo. Esta homogeneidad contrasta con una
enorme variación en sus modelos comportamentales. En la cápsula cefálica se diferencian ojos
compuestos normalmente bien desarrollados y aparato bucal estructuralmente masticador,
aunque adaptado en algunos casos a lamer y succionar. Las alas son membranosas, con tendencia a
la reducción de la venación; el primer par siempre es mayor que el segundo. En los ‘Apocrita’ el
primer segmento abdominal (propodeo) se incorpora al tórax. El ovipositor en las hembras se
encuentra modificado a modo de sierra (‘Symphyta’), taladro (‘Parasitica’) o aguijón (‘Aculeata’).
Son insectos holometábolos con dos tipos larvarios principales: eruciforme en los sínfitos e
himenopteriforme (vermiforme eucéfala) en los apócritos, aunque en los Parasitica pueden existir
larvas con morfologías muy particulares.
Es uno de los órdenes hexapodianos considerados “hiperdiversos” con alrededor de 160.000
especies descritas aunque quedan muchas por describir.
Los himenópteros se caracterizan por una biología que incluye una enorme amplitud de
comportamientos en cualquiera de los aspectos que se traten. Su modo de vida va desde especies
solitarias hasta otras capaces de formar sociedades complejas.
Su importancia económica es de gran relevancia; algunos pueden considerarse “perjudiciales” ya
que pueden producir plagas forestales (sínfitos), aunque la mayoría de las especies podrían
considerarse “beneficiosas”, al intervenir de manera decisiva en aspectos relacionados con el
control de plagas (parasitoides y depredadores), la polinización y la apicultura (aculeados).
Orden Lepidoptera: Un Lepidóptero adulto se identifica con facilidad por la presencia de dos pares
de alas membranosas cubiertas de escamas aplanadas, peculiaridad de la que deriva el nombre del
orden. Puede existir espiritrompa o no, ya que ésta falta en los grupos basales del Orden así como,
por pérdida o reducción secundaria, en diversas familias. Las larvas, de tipo eruciforme (orugas) y
con cápsula cefálica generalmente bien esclerosada, presentan cinco pares de falsas patas (aunque
hay excepciones) en los segmentos abdominales tercero a sexto y décimo. Técnicamente la
monofilia del Orden se justifica por numerosas apomorfías (hasta 27) que no siempre comprenden
características fáciles de identificar en un estudio superficial. Algunas de las más evidentes son: 1,
cabeza sin ocelo medio; 2, palpos labiales con órgano de vom Rath (invaginación con sensilos
sensibles quimiorreceptores); 3, mesotórax con apodema tergo-pleural corpo-tentorial (área dorsal
de la sutura pleural mesotorácica); 4, tibia del primer par de patas con epífisis móvil en su cara
interna, y provista a lo sumo de un espolón; 5, cercos ausentes en ambos sexos; 6, palpos maxilares
de las larvas con menos de cinco artejos; 7, alas cubiertas de escamas (macrosedas aplanadas,
peculiaridad de la que el Orden toma su nombre, pero tal vez homoplástica) (detalles en Hennig,
1981; Kristensen, 1981, 1984a, 1984b, 1985, 1999; Lukhtanov, 2000).
Orden Orthoptera: Son artrópodos de la Clase Insecta, por lo general tamaño desde mediano a
grande, aunque algunos pueden ser muy pequeños. La cabeza forma generalmente un ángulo recto
con el eje del cuerpo (boca dirigida hacia abajo), con ojos compuestos grandes, con ocelos y
antenas más o menos largas. Aparato bucal de tipo masticador. Tercer par de patas normalmente
especializadas para el salto. Dos pares de alas (ocasionalmente reducidas en mayor o menor grado
según las especies, llegando incluso a estar ausentes en algunas): el primer par suele ser de
consistencia coriácea (tegminas), el segundo (alas propiamente dichas) se encuentra plegado bajo
el anterior y es de consistencia más membranosa.
Orden Odonata: Los odonatos (que significa dientes en la mandíbula) son un orden de insectos con
unas 6.000 especies. Los adultos muestran un aspecto muy conservado, con una cabeza más ancha
que el resto del cuerpo, grandes ojos, un abdomen largo y delgado y cuatro alas membranosas.
Poseen unas antenas muy cortas y unas piezas bucales masticadoras bien desarrolladas. Son
organismos carnívoros activamente cazadores que atrapan a sus presas con las patas, las cuales
suelen tener espinas que actúan como una red que facilita atrapar a las presas al vuelo. Los
juveniles tienen una forma muy diferente a la adulta, siendo acuáticos y también activamente
cazadores. Cuando la larva crece sale del agua y se produce la metamorfósis, originando al adulto.
Es frecuente que los machos defiendan un territorio del que expulsan a cualquier intruso, además
algunas hembras también expulsan a otras hembras de su territorio de puesta. Los machos realizan
una parada nupcial, con un vuelo ondulante, subiendo y bajando, para atraer a la hembra y,
posteriormente, ambos, realizar un vuelo nupcial. El orificio genital está en el octavo segmento en
las hembras y en los machos, los cuales, no obstante, poseen el órgano copulador en el segundo
segmento abdominal, lo que los diferencia del resto de los insectos y hace necesario que tengan
que doblar el abdomen durante el apareamiento, para así poder alcanzar el orificio genital de la
hembra. Es por esto que durante la cópula adquieren una postura muy característica. Poseen una
distribución mundial pero siempre ligados a ambientes acuáticos, donde puedan vivir sus larvas.
Orden Diptera : Los dípteros (que significa dos alas), con más de 150.000 especies conocidas se
sitúan entre los 4 órdenes con mayor número de especies de todos los seres vivos. Una de sus
principales características es la posesión de solo dos alas, ya que el segundo par de alas está
trasformado en unos muñones llamados halterios que le sirven para estabilizar el vuelo, siendo los
dípteros los organismos mejor adaptados al vuelo. Los dípteros necesitan alimentarse de comida
líquida ya que no poseen un aparato masticador, sino lamedor-chupador. Suelen alimentarse de
fluidos vegetales como el néctar o la savia, fluidos animales como la sangre, sudor o fluidos de la
descomposición de los animales muertos u otro tipo de fluidos que encuentran en sus hábitats.
Poseen unos juveniles con forma de larva generalmente sin estructuras diferenciadas, las cuales si
que poseen mandíbulas y pueden alimentarse de materiales sólidos. Estas larvas suelen vivir en
lugares húmedos, ya sea en agua, suelo húmedo, lodos y materiales en descomposición, cadáveres
o en el interior de organismos vivos, donde se comportan como parásitos. Estas larvas pasan por un
estadio de pupa para trasformarse en el adulto.
Los dípteros aparecen en casi todos los ecosistemas del globo excepto en los submarinos. Viven
desde en suelos desérticos o charcas hipersalinas hasta el agua de los lagos polares, aunque su
mayor diversidad aparece en los trópicos húmedos.
Son uno de los últimos órdenes en originarse dentro de la evolución de los insectos, estando
emparentados con el orden Mecoptera. Aparecieron en el Triásico medio, estando ya ampliamente
repartidos por el mundo en el Triásico superior.
Concepto de bioindicador Los posibles efectos de una alteración de las condiciones del medio
donde una comunidad habita pueden evidenciarse a diferentes niveles. Si la perturbación es muy
grande (por ejemplo una contaminación por vertidos domésticos que agota el oxigeno del agua) los
2 efectos se notan a nivel de la comunidad entera con la única presencia de unas pocas especies
tolerantes. Perturbaciones intermedias (por ejemplo un incremento de nutrientes) pueden dar
lugar a otros cambios menos drásticos, como la desaparición de unas pocas especies o el
incremento de la densidad de otras ya presentes o la aparición de unas terceras, más tolerantes al
factor de estrés. Finalmente, algunas perturbaciones (un ligero incremento de las sales por
ejemplo) pueden no modificar la estructura de la comunidad pero sí dar lugar a otros cambios no
perceptibles a este nivel pero sí a nivel individual. Este es el caso de la presencia de tóxicos en el
agua, induce en los organismos respuestas metabólicas para intentar compensar el problema
generado por las condiciones del medio. Si las concentraciones son bajas, pueden no producirse
cambios en la presencia o abundancia de la especie pero sí cambios en la utilización de ciertas vías
metabólicas o en las propiedades del material genético y es posible detectar el estrés generado
para esta especie mediante estos cambios. A los indicadores que no producen cambios
estructurales se les denomina biomarcadores para diferenciarlos de los bioindicadores que sí
detectan estos cambios. Los biomarcadores pueden ser bioquímicos, fisiológicos, histológicos
(daños en tejidos) o genéticos (daños en el material hereditario) y pueden ser cambios transitorios
o permanentes. Así por ejemplo, Barata et al. (2005) evaluaron poblaciones del tricóptero de
Hydropsyche exocellata en un gradiente de contaminación urbana e industrial en el río Llobregat
(España) y encontraron un incremento de la actividad enzimática antioxidante relacionado con un
aumento en la contaminación por metales pesados, concluyendo que la combinación de respuestas
químicas y bioquímicas pueden ser usadas para evaluar y diagnosticar la contaminación en ríos
altamente perturbados. Esta es un área emergente en el estudio de los macroinvertebrados
acuáticos y aunque algunos han sido usados de forma habitual en estudios de ecotoxicología,
todavía son poco utilizados en programas de monitoreo y vigilancia. En este trabajo nos
centraremos en los bioindicadores que se utilizan de forma habitual en la vigilancia y seguimiento
de la contaminación para los estudios de los cambios a nivel de población, comunidad o
ecosistema. La relación entre el nivel de organización, los cambios producidos en los organismos y
la utilidad de los biomarcadores o bioindicadores se refleja en las figuras 1 y 2 (modificadas de
Adams, 2002).
Area de estudio: Bofedal de Saraccocha, ubicado en el distrito de Quinua, Provincia Huamanga, Región
Ayacucho a una altitud de 4 123 msnm, entre los meses de abril a junio del 2019. Ubicada en la
coordenada (UTM), 13°00'12.8" S, 74°02'02.9" W.
Materiales. Se realizaron muestras mensuales alrededor del bofedal de Saraccocha, para lo cual se empleó:
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