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LA NUEVA VIDA DEL CREYENTE .

Colosenses 3:1-11

Introducción:
La semana pasada hemos hablado de la necesidad de identificarnos muertos al
pecado, los creyentes estamos revestidos de una nueva naturaleza gracias a nuestra
fe en el Señor Jesucristo. Al nacer de nuevo, nuestra medida debe ser con relación a
las leyes del Reino de Dios. Ese hecho es el que nos lleva a crecer espiritualmente y
nos garantiza que resucitaremos a la eternidad con el Señor Jesucristo.

Veamos ahora alguna evidencias en la nueva vida del creyente.

I. Creer en el Señor Jesucristo nos otorga una nueva naturaleza (v.1-4).


Nuestra resurrección es juntamente con Cristo, de aquí el consejo de la palabra de
vivir una vida dedicada desde el momento en que nos sometemos a Cristo, con un
diario vivir que le agrade a Dios ¿Cómo es posible vivir toda su vida agradándole a
Dios?
Lo primero en la lista es cambien sus pensamientos, ya no podemos pensar en las
cosas de este mundo, donde el dolor y lo pasajero afecta la relación del hombre con
su creador; es necesario pensar en las cosas del cielo es allí el lugar de nuestros
pensamientos; Cristo esta a la derecha del padre desde ese punto gobierna esta es la
clave para muchos que han detenido sus pensamientos en las cosas del mundo,
quien es aquel que se detiene a pensar en lo que ha dejado atrás, aquello que ya no
representa nada para aquel, ¿Acaso no pues ya has muerto al pecado y este mundo?

Lo segundo es que hoy por medio de Cristo, tenemos verdadera vida; amigo que
nos visitas entregue su vida a Cristo él ha estado buscándole y hoy es el día que hizo
el señor para salvarle, y amigo que ya ha aceptado a Cristo la vida en Cristo es
verdadera vida, vive con libertad de tal manera que ni las palabras deshonestas,
altisonantes, los pensamientos de hombre y no de Cristo, le hagan esclavo usted ya
ha sido libre cuando Cristo venga podrás así compartir su gloriosa presencia; lucha
por permanecer en libertad pues Cristo te hizo libre pues la nueva naturaleza nos
compromete a poner la mirada en las leyes del Reino de Dios y de esta manera
garantiza no moriremos eternamente si no que resucitaremos juntamente con
él.(v1-2).
II. La nueva naturaleza en Cristo nos compromete a decidirnos por el cambio (v.
5-7).
1. El camino del cristiano es parte de una decisión (v. 5) “Haced morir, pues, lo
terrenal en vosotros” La carga terrenal nos obstaculiza el crecimiento por tanto es
necesario que mueran en nosotros; todos los malos deseos; como lo son las
relaciones sexuales prohibidas, lo indecente, la avaricia, provocará la ira de Dios
pues actúas como hijos de desobediencia esta era la manera en que antes nos
comportábamos, lo viejo ha pasado ya eres nueva creatura; (nuevo hombre o mujer);
notaste bien dijimos “antes nos comportábamos” no ahora eso era antes pero también
es necesario dejar lo siguiente.

III.- La nueva naturaleza en cristo nos compromete a emprender el proceso de


crecimiento espiritual (v. 8)
1. El cristiano debe crecer en el plano espiritual leamos un momento y meditamos
en los versículos (8-9) ¿Cómo es posible a un estas cosas? ¿Acaso no es esta
una conducta pecaminosa? Esto ocurre en la vida del creyente cundo olvida
su naturaleza vv1-2 Dios le dio nueva vida… por esta razón es necesario
dedicar nuestra vida a Dios, haciendo lo que a Dios agrada no lo que a mí, me
agrade,… escuche el consejo de la palabra … piense en las cosas del
Cielo… recuerde que somos ciudadanos del reino de los cielos. En sus
actitudes frente a la vida: deje toda ira, enojo, malicia pues es una conducta que
afecta el testimonio de vida: blasfemia, palabras deshonestas, mentira. El
crecimiento espiritual es día a día (vv. 9, 10, 11).
2. NO luche con sus propias fuerzas, luche con la mente de Cristo no con sus
propias fuerzas donde la base de su fortaleza es su opinión, usted tiene la
mente de Cristo no puede ser incongruente en su forma de hablar y hacer; en la
carta a los Romanos ellos creyeron ser sabios y se hicieron necios, NO
SUPRIMA la advertencia de la palabra y no enfrente la ira de Dios la cual viene
sobre los hijos de desobediencia antes bien disfrute de una sano desarrollo de la
nueva vida en Cristo.

Conclusión:
Con demasiada frecuencia olvidamos que como cristianos estamos creciendo día a
día en la fe. Es un proceso. No se logra de un momento a otro ni de la noche a la
mañana. Esa disposición de crecer nos lleva a dejar de lado aquellos aspectos que
tenemos claro y que no edifican nuestra vida espiritual y a dedicarnos en las cosas
que son dignas de un creyente responsable

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