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Semana de Estudios 2019

Presbiterio de la Arquidiócesis de Durango

Confesar a Jesucristo hoy


Pbro. Dr. Julián Arturo López Amozurrutia

PROGRAMA

Lunes 29 Introducción: La profesión de fe cristológica

Martes 30 Aproximación bíblica a la profesión de fe cristológica


a) Homología cristiana
b) Memoria Iesu
c) Expresiones maduras

Miércoles 31
Cristología conciliar
a) Nicea
b) Constantinopla
c) Éfeso
d) Calcedonia
e) Últimos grandes concilios.

Jueves 1 Perspectivas actuales


a) Jesucristo, cercanía definitiva de Dios
b) Jesucristo, plenitud humana en Dios

Viernes 2 Conclusión: Horizonte espiritual y pastoral


Textos bíblicos

Mt 10 32Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me
declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; 33pero a quien me niegue ante
los hombres, lo negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.

Rm 10 9 Porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que
Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo.

1Co 8 6 Para nosotros un solo Dios, el Padre, del cual todas las cosas y hacia el cual
también nosotros y un solo Señor, Jesucristo, por quien todas las cosas y por el cual
también nosotros.

Flp 2 6El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios,
7al contrario, se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, hecho semejante

a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; 8se humilló a sí mismo, hecho
obediente hasta la muerte y muerte de cruz. 9Por eso Dios lo sobre-exaltó 10y le
otorgó el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla
se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, 11y toda lengua confiese: Jesús
Cristo Señor, para gloria de Dios Padre.

Flp 2 6 o]j evn morfh/| qeou/ u`pa,rcwn ouvc a`rpagmo.n h`gh,sato to. ei=nai i;sa qew/|(
7 avlla. e`auto.n evke,nwsen morfh.n dou,lou labw,n( evn o`moiw,mati avnqrw,pwn

geno,menoj\ kai. sch,mati eu`reqei.j w`j a;nqrwpoj


8 evtapei,nwsen e`auto.n geno,menoj u`ph,kooj me,cri qana,tou( qana,tou de. staurou/Å
9 dio. kai. o` qeo.j auvto.n u`peru,ywsen kai. evcari,sato auvtw/| to. o;noma to. u`pe.r pa/n

o;noma(
10 i[na evn tw/| ovno,mati VIhsou/ pa/n go,nu ka,myh| evpourani,wn kai. evpigei,wn kai.

katacqoni,wn
11 kai. pa/sa glw/ssa evxomologh,shtai o[ti ku,rioj VIhsou/j Cristo.j eivj do,xan qeou/

patro,jÅ

Col 1 15Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; 16porque en él


fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos y
Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él. 17Él es
anterior a todo, y todo se mantiene en él. 18Él es también la cabeza del cuerpo: de la
Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en
todo. 19Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. 20Y por él y para él
quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por
la sangre de su cruz.
Hb 1 1En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los
padres por los profetas. 2En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha
nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos. 3Él es
reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra
poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la
derecha de la Majestad en las alturas; 4tanto más encumbrado sobre los ángeles
cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.

Jn 1 1 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba ante Dios, y el Verbo era Dios.
2Este estaba en el principio ante Dios. 3 Por medio de él se hizo todo, y sin él no se

hizo nada de cuanto se ha hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres. 5Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. 6Surgió un hombre
enviado por Dios, que se llamaba Juan: 7este venía como testigo, para dar testimonio
de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 8No era él la luz, sino el que daba
testimonio de la luz. 9El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
viniendo al mundo. 10 En el mundo estaba, el mundo se hizo por medio de él, y el
mundo no lo conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. 12Pero a cuantos
lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. 13Estos
no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han
nacido de Dios. 14Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria; gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de
verdad. 15Juan da testimonio de él y grita diciendo: “Este es de quien dije: El que
viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo”. 16Pues
de su plenitud todos hemos recibido, gracia sobre gracia. 17Porque la ley se dio por
medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. 18A
Dios nadie lo ha visto jamás. Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien
lo ha contado.
Textos conciliares

Concilio de Nicea

Pisteu,omen eivj e[na Qeo,n pate,ra Creemos en un solo Dios, Padre


pantocra,toraà pa,ntwn o`ratw/n te kai. omnipotente, creador de todas las cosas
avora,twn poihth,nà visibles e invisibles,
kai. eivj e[na ku,rion VIhsou/n Cristo,n to.n y en un solo Señor, Jesucristo, el Hijo de
ui`o.n tou/ Qeou/Ã gennhqe,nta evk tou/ Dios, engendrado unigénito del Padre, es
Patro.j monogenh/ toute,stin evk th/j ouvsi,aj decir, de la sustancia del Padre, Dios de
tou/ Patro,jà Qeo.n evk Qeou/à fw/j evk Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios
fwto,jà Qeo,n avlhqino.n evk Qeou/ verdadero, engendrado, no hecho,
avlhtinou/à gennhqe,nta ouv poihqe,ntaà consustancial al Padre, por quien todas las
o`moou,sion tw|/ patri,Ã diV ou- ta. pa,nta cosas fueron hechas, las que hay en el cielo
evge,netoà ta, te evn tw|/ ouvranw|/ kai. ta. y las que hay en la tierra,
evn th/| gh|/Ã el cual por nosotros los hombres y por
to.n diV h`ma/j tou.j avnqrw,pouj kai. dia. nuestra salvación descendió y se encarnó, se
th.n h`mete,ran swthri,an katelqo,nta kai. hizo hombre, padeció, y resucitó al tercer
sarkwqe,ntaà evnanqrwph,santaà día, [y] subió a los cielos, y viene a juzgar a
paqo,ntaà kai. avnasta,nta th|/ tri,th| los vivos y a los muertos.
h`me,ra|Ã Îkai.Ð avnelqo,nta eivj tou.j Y en el Espíritu Santo.
ouvranou,jà evrco,menon kri/nai zw/ntaj
kai. nekrou,jÃ
kai. Eivj to. a[gion pneu/maÅ (DH 125)

Concilio de Constantinopla

Pisteu,omen eivj e[na Qeo,nà pate,ra Creemos en un solo Dios, Padre


pantocra,toraà poihth.n ovuranou/ kai. todopoderoso, creador de cielo y tierra, de
gh/jà o`ratw/n te pa,ntwn kai. avora,twn\ todo lo visible y lo invisible;
kai. eivj e[na ku,rion VIhsou/n Cristo,n to.n y en un solo señor, Jesucristo, Hijo de Dios,
ui`o.n tou/ Qeou/Ã to.n monogenh/Ã el unigénito,
to.n evk tou/ patro.j gennhqe,nta pro. engendrado del Padre antes de todos los
pa,ntwn tw/n aivw,nwnà fw/j evk fwto,jà siglos; Dios luz de luz, Dios verdadero de
Qeo,n avlhqino.n evk Qeou/ avlhtinou/Ã Dios verdadero, engendrado, no creado, de
gennhqe,nta ouv poihqe,ntaà o`moou,sion la misma sustancia que el Padre, por quien
tw|/ patri,Ã diV ou- ta. pa,nta evge,neto\ todo fue hecho;
por nosotros los hombres y por nuestra
salvación bajó del cielo, por obra del Espíritu
to.n diV h`ma/j tou.j avnqrw,pouj kai. dia. Santo se encarnó de María, la Virgen, y se
th.n h`mete,ran swthri,an katelqo,nta evk hizo hombre. Por nuestra causa fue
tw/n ouvranw/n kai. sarkwqe,nta evk crucificado bajo Poncio Pilato: padeció y fue
pneu,matoj a`gi,ou kai. Mari,aj th/j sepultado, y resucitó al tercer día según las
parqe,nouà kai. evnanqrwph,santaà Escrituras, subió al cielo y está sentado a la
staurwqe,nta te u`pe.r h`mw/n evpi. derecha del Padre; de nuevo vendrá con
Ponti,ou Pila,tou kai. paqo,nta kai. tafe,nta gloria para juzgar a los vivos y a los muertos,
kai. avnasta,nta th|/ tri,th| h`me,ra| kata. ta.j y su reino no tendrá fin.
grafa.jà kai. avnelqo,nta eivj tou.j
ouvranou,jà kai. kaqezo,menon evn dexia| Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de
tou/ patro.jà kai. pa,lin evrco,menon meta|. vida, que procede del Padre, que con el Padre
do,xhj kri/nai zw/ntaj kai. nekrou,j\ ou- th/j y el Hijo recibe una misma adoración y
basilei,aj ouvk e;stai te,loj\ gloria, y que habló por los profetas. Y en la
kai. eivj to. pneu/ma to. a[gionà to. ku,rion Iglesia, una, santa, católica y apostólica.
kai. zwopoio,n, to. evk tou/ patro.j Reconocemos un solo bautismo para el
evkporeuo,menonà to. su.n patri. kai. ui`w|/ perdón de los pecados y esperamos la
sumproskunou,menon kai. resurrección de los muertos y la vida del
sundoxazo,menonà to. lalh/san dia. tw/n mundo futuro. Amén.
profhtw/nÅ Eivj mi,an a`gi,an kaqolikh.n
kai. avpostolikh.n evkklesi,anÅ
~Omologou/men e]n ba,ptisma eivj a;fesin
a`martiw/nÅ Prosdokw/men avna,stasin
nekrw/n kai. zwh.n tou/ me,llontoj
aivw/nojÅ VAmh,nÅ (DH 150)
Concilio de Éfeso

Pues, no decimos que la naturaleza del Verbo, transformada, se hizo carne; pero tampoco que
se trasmutó en el hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; sino, más bien, que habiendo
unido consigo el Verbo, según hipóstasis o persona, la carne animada de alma racional, se
hizo hombre de modo inefable e incomprensible y fue llamado hijo del hombre, no por sola
voluntad o complacencia, pero tampoco por la asunción de la persona sola, y que las
naturalezas que se juntan en verdadera unidad son distintas, pero que de ambas resulta un
solo Cristo e Hijo; no como si la diferencia de las naturalezas se destruyera por la unión, sino
porque la divinidad y la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y
Cristo e Hijo por la concurrencia inefable y misteriosa en la unidad... Porque no nació
primeramente un hombre vulgar, de la santa Virgen, y luego descendió sobre Él el Verbo;
sino que, unido desde el seno materno, se dice que se sometió a nacimiento carnal, como
quien hace suyo el nacimiento de la propia carne... De esta manera [los Santos Padres] no
tuvieron inconveniente en llamar madre de Dios a la santa Virgen. (DH 250-251)

Fórmula de unión

Queremos hablar brevemente sobre cómo sentimos y decimos acerca de la Virgen madre de
Dios y acerca de cómo el Hijo de Dios se hizo hombre necesariamente, y no por modo de
aditamento, sino en la forma de plenitud tal como desde antiguo lo hemos recibido, tanto de
las divinas Escrituras como de la tradición de los Santos Padres, sin añadir nada en absoluto
a la fe expuesta por los Santos Padres en Nicea. Pues, como anteriormente hemos dicho, ella
basta para todo conocimiento de la piedad y para rechazar toda falsa opinión herética. Pero
hablamos, no porque nos atrevamos a lo inaccesible, sino cerrando el paso con la confesión
de nuestra flaqueza a quienes quieren atacarnos por discutir lo que está por encima del
hombre.
Confesamos, consiguientemente, a nuestro Señor Jesucristo Hijo de Dios unigénito, Dios
perfecto y hombre perfecto, de alma racional y cuerpo, antes de los siglos engendrado del
Padre según la divinidad, y el mismo en los últimos días, por nosotros y por nuestra
salvación, nacido de María Virgen según la humanidad, el mismo consustancial con el Padre
en cuanto a la divinidad y consustancial con nosotros según la humanidad. Porque se hizo la
unión de dos naturalezas, por lo cual confesamos a un solo Señor y a un solo Cristo. Según la
inteligencia de esta inconfundible unión, confesamos a la santa Virgen por madre de Dios,
por haberse encarnado y hecho hombre el Verbo de Dios y por haber unido consigo, desde la
misma concepción, el templo que de ella tomó. Y sabemos que los hombres que hablan de
Dios, en cuanto a las voces evangélicas y apostólicas sobre el Señor, unas veces las hacen
comunes como de una sola persona, otras las reparten como de dos naturalezas, y enseñan
que unas cuadran a Dios, según la divinidad de Cristo; otras son humildes, según la
humanidad. (DH 271-273).

Concilio de Calcedonia

1. Ἑπόμενοι τοίνυν τοῖς ἁγίοις πατράσιν 1. Siguiendo, pues, a los santos Padres,

2. ἕνα καὶ τὸν αὐτὸν ὁμολογεῖν υἱὸν 4. enseñamos unánimemente

3. τὸν κύριον ἡμῶν Ἰησοῦν Χριστὸν 2. que hay que confesar a un solo y mismo
Hijo
4. συμφώνως ἅπαντες ἐκδιδάσκομεν,
3. y Señor nuestro Jesucristo:
5. τέλειον τὸν αὐτὸν ἐν θεότητι
5. perfecto en la divinidad,
6. καὶ τέλειον τὸν αὐτὸν ἐν ἀνθρωπότητι,
6. y perfecto en la humanidad;
7. θεὸν ἀληθῶς καὶ ἄνθρωπον ἀληθῶς
7. verdaderamente Dios, y verdaderamente
8. τὸν αὐτὸν, ἐκ ψυχῆς λογικῆς καὶ
hombre,
σώματος, 8. de alma racional y cuerpo;
9. ὁμοούσιον τῷ πατρὶ κατὰ τὴν θεότητα, 9. consustancial con el Padre según la
10. καὶ ὁμοούσιον τὸν αὐτὸν ἡμῖν κατὰ divinidad,
τὴν ἀνθρωπότητα, 10. y consustancial con nosotros según la
11. κατὰ πάντα ὅμοιον ἡμῖν χωρὶς humanidad,

ἁμαρτίας· 11. en todo semejante a nosotros, excepto en

12. πρὸ αἰώνων μὲν ἐκ τοῦ πατρὸς el pecado;


12. engendrado del Padre antes de los siglos
γεννηθέντα κατὰ τὴν θεότητα,
según la divinidad,
13. ἐπ᾽ ἐσχάτων δὲ τῶν ἡμερῶν
13. y en los últimos días,
14. τὸν αὐτὸν δἰ ἡμᾶς καὶ διὰ τὴν
14. por nosotros y por nuestra salvación,
ἡμετέραν σωτηρίαν
15. ἐκ Μαρίας τῆς παρθένου τῆς θεοτόκου 15. engendrado de María Virgen, la madre de

κατὰ τὴν ἀνθρωπότητα, Dios según la humanidad;

16. ἕνα καὶ τὸν αὐτὸν Χριστόν, υἱόν, 16. que se ha de reconocer a un solo y mismo
Cristo Señor, Hijo unigénito
κύριον, μονογενῆ,
17. en dos naturalezas,
17. ἐν δύο φύσεσιν,
18. sin confusión, sin cambio, sin división, sin
18. ἀσυγχύτως, ἀτρέπτως ,ἀδιαιρέτως,
separación.
ἀχωρίστως γνωριζόμενον·

19. οὐδαμοῦ τῆς τῶν φύσεων διαφορᾶς


19. La diferencia de naturalezas de ningún
ἀνῃρημένης διὰ τὴν ἕνωσιν, modo queda suprimida por su unión,
20. σωζομένης δὲ μᾶλλον τῆς ἰδιότητος 20. sino que quedan a salvo las propiedades
ἑκατέρας φύσεως de cada una de las naturalezas
21. καὶ εἰς ἓν πρόσωπον καὶ μίαν 21. y confluyen en una sola persona y en una

ὑπὸστασιν συντρεχούσης, sola hipóstasis,

22. οὐκ εἰς δύο πρόσωπα μεριζόμενον ἢ 22. no partido o dividido en dos personas,

διαιρούμενον,
23. sino uno solo y el mismo Hijo unigénito,
23. ἀλλ᾽ ἕνα καὶ τὸν αὐτὸν υἱὸν καὶ

μονογενῆ,

24. θεὸν λόγον, κύριον Ἰησοῦν Χριστόν·


24. Dios Verbo Señor Jesucristo
25. καθάπερ ἄνωθεν οἱ προφῆται περὶ
25. como de antiguo acerca de Él nos
αὐτοῦ
enseñaron los profetas,
26. καὶ αὐτὸς ἡμᾶς ὁ κύριος Ιησοῦς 26. y el mismo Jesucristo,
Χριστὸς ἐξεπαίδευσε, 27. y nos lo ha trasmitido el Símbolo de los
27. καὶ τὸ τῶν πατέρων ἡμῖν καραδέδωκε Padres
σύμβολον.
(DH 301-302)

II Concilio de Constantinopla
Si alguno dice que uno es el Verbo de Dios que hizo milagros y otro el Cristo que padeció,
o dice que Dios Verbo está con el Cristo que nació de mujer o que está en Él como uno en
otro; y no que es uno solo y el mismo Señor nuestro Jesucristo, el Verbo de Dios que se
encarnó y se hizo hombre, y que de uno mismo son tanto los milagros como los sufrimientos
a que voluntariamente se sometió en la carne, ese tal sea anatema. (DH 423).
En efecto, la unión se entiende de muchas maneras: los que siguen la impiedad de Apolinar
y de Eutiques, inclinados a la desaparición de los elementos que se juntan, predican una
unión de confusión; los que piensan como Teodoro y Nestorio, gustando de la división,
introducen una unión habitual. Pero la santa Iglesia de Dios, rechazando la impiedad de
una y otra herejía, confiesa la unión de Dios Verbo con la carne según composición, es decir,
según hipóstasis. Porque la unión según composición en el misterio de Cristo no sólo guarda
inconfusos los elementos que se junta, sino que tampoco admite la división. (DH 425).
Si alguno, confesando que la unión se hizo de dos naturalezas: divinidad y humanidad, o
hablando de una sola naturaleza de Dios Verbo hecha carne, no lo toma en el sentido en que
lo enseñaron los santos padres, de que de la naturaleza divina y de la humana después de
hecha la unión según la hipóstasis, resultó un solo Cristo, sino que por tales expresiones
intenta introducir una sola naturaleza o sustancia de la divinidad y de la carne de Cristo,
sea anatema. (DH 429).

III Concilio de Constantinopla

Y predicamos igualmente en Él dos voluntades naturales o quereres y dos operaciones


naturales, sin división, sin conmutación, sin separación, sin confusión, según la enseñanza
de los santos Padres; y dos voluntades, no contrarias – ¡Dios nos libre! –, como dijeron los
impíos herejes, sino que su voluntad humana sigue a su voluntad divina y omnipotente, sin
oponérsele ni combatirla, antes bien, enteramente sometida a ella. Era, en efecto, menester
que la voluntad de la carne se moviera, pero tenía que estar sujeta a la voluntad divina del
mismo, según el sapientísimo Atanasio. Porque a la manera que su carne se dice y es carne
de Dios Verbo, así la voluntad natural de su carne se dice y es propia de Dios Verbo, como
Él mismo dice: «Porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del
Padre, que me ha enviado», llamándola suya la voluntad de la carne, puesto que la carne
fue también suya. Porque a la manera que su carne animada santísima e inmaculada, no por
estar divinizada quedó suprimida, sino que permaneció en su propio término y razón, así
tampoco su voluntad quedó suprimida por estar divinizada... (DH 556)

II Concilio de Nicea

Entrando, como si dijéramos, por el camino real, siguiendo la enseñanza divinamente


inspirada de nuestros santos Padres y de la tradición de la Igleisa católica [...], definimos
con toda exactitud y cuidado que de modo semejante a la imagen de la preciosa y vivificante
cruz han de exponerse las sagradas y santas imágenes, tanto las pintadas como las de
mosaico y de otra materia conveniente, en las santas iglesias de Dios [...].
Porque cuanto con más frecuencia son contemplados por medio de su representación en la
imagen, tanto más se mueven los que éstas miran al recuerdo y deseo de los originales y a
tributarles el saludo y adoración de honor, no ciertamente la latría verdadera que según
nuestra fe sólo conviene a la naturaleza divina; sino que, como se hace con la figura de la
preciosa y vivificante cruz, con los evangelios y con los demás objetos sagrados de culto, se
las honre con la ofrenda de incienso y de luces, como fue piadosa costumbre de los antiguos.
Porque el honor de la imagen se dirige al original, y el que adora una imagen, adora a la
persona en ella representada. (DH 600-601)

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