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Nueva Catedral
Ecce Homo
1
RITOS INICIALES
Entrada en la Iglesia
(Monición Inicial)
Todos se reúnen en un sitio adecuado desde donde pueda dirigirse la procesión hacia el templo.
El obispo y los presbíteros concelebrantes y ministros, revestidos con sus respectivas vestiduras
litúrgicas, van a la puerta principal, donde están todos reunidos. El obispo deja el báculo, se quita la
mitra y saluda al pueblo con estas u otras palabras tomadas preferentemente de la sagrada Escritura:
Y con tu espíritu.
Luego, el obispo se dirige al pueblo con estas palabras:
Entrad por las puertas del Señor con acción de gracias, por sus atrios
con himnos.
Se entonan los gozos al Ecce Homo para hacer la entronización de la imagen en la Nueva Catedral.
Sigue la procesión de entrada. No se llevan cirios. No se quema incienso, ni durante la procesión ni
en la misa antes del rito de incensación del altar y de la iglesia. Delante irá el crucífero con la reliquias
de los santos, al que siguen los seminaristas, los presbíteros concelebrantes, el Obispo y finalmente
los fieles laicos.
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Bendición y aspersión del agua.
Terminada la lectura del mandato pontificio, el obispo bendice el agua para rociar al pueblo en señal
de penitencia y en recuerdo del bautismo, y para purificar las paredes y el altar de la Catedral.
Los seminaristas llevan el agua al obispo, que está de pie en la cátedra. El obispo invita a todos a
orar con estas palabras:
Amén.
El Obispo, acompañado por los dos obispos concelebrantes principales y cuatro diaconos, rocía con
agua bendita al pueblo y las paredes de la catedral, pasando por la nave de la misma; de regreso,
rocía el altar. Mientras tanto, se canta. Después de la aspersión, el Obispo regresa a la cátedra y,
terminado el canto, dice, de pie, con las manos juntas:
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Dios, Padre de misericordia,
esté presente en esta casa de oración
y, con la gracia del Espíritu Santo,
purifique a quienes somos templo vivo para su gloria.
Todos:
Amén.
Oración Colecta
Oremos.
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
(Monición)
Conviene celebrar la proclamación de la palabra de Dios de la siguiente manera: un ministro lleva el
leccionario al obispo. El obispo, de pie y con la mitra puesta, toma el leccionario, lo muestra al
pueblo y dice:
Todos:
Amén.
Luego, lectores y salmista se acercan al obispo; él entrega el leccionario al primer lector. Y lectores
y el salmista se dirigen al ambón, llevando el leccionario a la vista de todos.
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Primera Lectura
"Esdras abrió el libro a los ojos de todo el pueblo - pues estaba más alto
que todo el pueblo - y al abrirlo, el pueblo entero se puso en pie. Esdras
bendijo a Yahveh, el Dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos,
respondió: «¡Amén! ¡Amén!»; e inclinándose se postraron ante Yahveh,
rostro en tierra."
Palabra de Dios
5
Salmo
Sal 84(83) 2 – 13
6
Segunda lectura
HERMANOS:
Palabra de Dios.
7
Evangelio
16, 13 – 19.
Homilía
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Terminada la homilía, se dice el Credo. En cambio, se omite la oración de los fieles, ya que en su
lugar se cantan las letanías de los santos.
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ORACIÓN DE DEDICACIÓN Y UNCIONES
(Monición)
Letanías de los Santos
Después, el obispo invita al pueblo a orar, con estas palabras:
El diácono dice:
Pongámonos de rodillas.
E, inmediatamente, el obispo se arrodilla ante su sede; también los demás se arrodillan. Entonces,
se cantan las letanías de los santos, a las que todos responden.
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Santos Francisco y Domingo, rogad por nosotros
San Francisco Javier, ruega por nosotros
San Carlos Borromeo ruega por nosotros
San Juan María Vianney, ruega por nosotros
San Antonio María Claret ruega por nosotros
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros
San Juan Pablo II ruega por nosotros
San Juan XXIII ruega por nosotros
San Pablo VI ruega por nosotros
Santa Laura Montoya ruega por nosotros
San Josemaría Escrivá de Balaguer ruega por nosotros
Santos y Santas de Dios, ruega por nosotros
Beatos Mártires de san Juan de Dios ruega por nosotros
Beato Padre Marianito ruega por nosotros
Beato Jesús Aníbal Gómez ruega por nosotros
Beato Pedro María Ramírez ruega por nosotros
Beato Jesús Emilio Jaramillo ruega por nosotros
Beato Álvaro del Portillo ruega por nosotros
Beatos mártires Claretianos rueguen por nosotros
Muéstrate propicio, líbranos, Señor
De todo mal, líbranos, Señor
De todo pecado, líbranos, Señor
De la muerte eterna, líbranos, Señor
Por tu encarnación, líbranos, Señor
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor
Por el envío del Espíritu Santo, líbranos, Señor
Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos
Para que gobiernes y conserves
a tu santa Iglesia, te rogamos, óyenos
Para que asistas al Papa
y a todos los miembros
del clero en tu servicio santo, te rogamos, óyenos
Para que concedas paz y concordia
a todos los pueblos de la tierra, te rogamos, óyenos
Para que tengas misericordia
de todos los que sufren, te rogamos, óyenos
Para que nos fortalezcas y asistas
en tu servicio santo, te rogamos, óyenos
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos
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Cristo, óyenos. Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Concluido el canto de las letanías, el Obispo, en pie y con las manos extendidas, dice:
Te pedimos, Señor,
que, por la intercesión de la santa Virgen María
y de todos los santos,
aceptes nuestras súplicas,
para que este lugar que va a ser dedicado a tu nombre
sea casa de salvación y de gracia,
donde el pueblo cristiano,
reunido en la unidad,
te adore con espíritu y verdad
y se construya en el amor.
Todos:
Amén.
Todos se colocan de pie.
(Monición)
Colocación de las reliquias
Un presbítero lleva las reliquias al Obispo de los santos:
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Oración de Dedicación
(Monición)
Hecho lo anterior, el obispo, de pie y sin mitra, junto al altar, dice en voz alta:
Es la Iglesia excelsa,
la Ciudad colocada sobre la cima de la montaña,
accesible a todos, y a todos patente,
en la cual brilla perenne la antorcha del Cordero
y resuena agradecido el cántico de los bienaventurados.
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Que en este lugar el torrente de tu gracia
lave las manchas de los hombres,
para que tus hijos, Padre, muertos al pecado,
renazcan a la vida nueva.
Todos:
Amén.
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(Monición)
Unción del altar y de los muros de la Catedral
Luego, el obispo se quita la casulla y toma un gremial, va al altar con otros ministros, uno de los
cuales lleva el recipiente con el crisma, y procede a la unción del altar. El obispo, de pie ante el altar,
dice en voz alta:
Terminada la unción del altar, el obispo se lava las manos. Luego se quita el gremial y se pone la
casulla.
(Monición)
Incensación del altar y de la Iglesia
Después del rito de la unción, se coloca sobre el altar el brasero para quemar incienso. El Obispo
hecha incienso en el brasero, diciendo:
(Monición)
Iluminación del altar y de la Iglesia
Terminada la incensación se retira el brasero, y algunos ministros secan con toallas la mesa del altar
y la tapan, si es necesario, con un lienzo impermeable; luego, cubren el altar con el mantel y lo
adornan con flores; colocan adecuadamente los candelabros con los cirios requeridos para la
celebración de la eucaristía.
Después, un ministro se acerca al obispo, el cual, de pie, le entrega un pequeño cirio encendido,
diciendo en voz alta:
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LITURGIA EUCARISTICA
Los ministros preparan el altar como de costumbre. Mientras se llevan los dones, se hace un canto
adecuado. Cuando todo esta preparado, el obispo va al altar, deja la mitra y lo besa. La Eucaristía
continúa como de costumbre, pero no se inciensan los dones ni el altar.
El obispo se acerca al altar, toma la patena con el pan, y manteniéndola, un poco elevada sobre el
altar, dice en secreto:
Después deja la patena con el pan sobre el corporal. Después el sacerdote toma el cáliz y,
manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo responde:
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Oración sobre las ofrendas
Todos:
Amén
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PREFACIO
El Misterio del Templo de Dios
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PLEGARIA EUCARISTICA III
El Obispo que preside, con las manos extendidas, dice:
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo
requiere la naturaleza de éstas.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
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"TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS".
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión. Después prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después, con las manos extendidas, dice:
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Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
C1 Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
san José, su castísimo esposo,
los apóstoles y los mártires,
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre,
que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco
a mí, indigno siervo tuyo,
a mi hermano Oscar José, Obispo de Iglesia de Valledupar
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
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A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos y dice:
El Obispo toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Amén.
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RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Obispo, con las manos juntas, dice:
Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
El Obispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz os dejo, mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
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concédele la paz y la unidad.
Junta las manos
Amen.
El Obispo, extendiendo y juntando las manos, añade:
Y con tu espíritu
Luego el Diacono dice:
El Obispo, toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el
cáliz, diciendo en secreto:
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El Obispo hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Luego se acercan los Presbíteros, a comulgar y luego se procede a repartir la comunión entre los
fieles. Mientras tanto se entona un canto.
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Inauguración de la capilla del Santísimo Sacramento
(Monición)
Aclamación:
Amén.
Todos:
Amén.
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Después, el obispo vuelve al altar e inciensa, de rodillas, el santísimo sacramento y, tomando el velo
humeral, recibe el copón en sus manos, cubiertas con dicho velo. Se ordena la procesión, en la cual,
marchando todos detrás del crucífero, se lleva el santísimo sacramento con cirios e incienso a la
capilla de la reserva.
Mientras tanto, se canta un canto adecuado.
Cuando la procesión llega a la capilla de la reserva, el obispo coloca el copón dentro del sagrario,
dejando la puerta abierta, impone incienso e inciensa arrodillado el Santísimo Sacramento. Después
de unos momentos de oración en silencio, cierra la puerta del sagrario. Un ministro enciende la
lámpara que arderá continuamente delante del santísimo sacramento.
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Bendición final y despedida
El obispo toma la mitra y dice:
Y con tu espíritu.
Entonces, el obispo, con las manos extendidas sobre el pueblo, lo bendice diciendo:
Amén.
El obispo:
Amén.
El obispo:
Amén.
El obispo toma el báculo y prosigue:
Amén.
El Diacono despide a la asamblea diciendo:
Pueden ir en paz.
Todos:
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