Вы находитесь на странице: 1из 1

Sócrates (490-399 a.C.

)
Se ocupó casi exclusivamente del hombre, especialmente se dedicó a los
problemas éticos. Trabajó básicamente en dos campos: ético, lógica, pues
sostenía que la lógica era indispensable para la ética. Todo mal proviene de la
ignorancia, por lo tanto nadie comete a propósito y conscientemente el mal,
entonces, “es lo mismo saber lo que es justo y ser justo”.
Misión de Sócrates: Fundar filosóficamente la vida moral griega.
Las leyes que rigen la vida moral, se encuentran en la conciencia misma del
hombre, por lo tanto se deben buscar en la propia conciencia. Estas leyes son
universalmente validas porque derivan del conocimiento, ya que la verdad es una
sola y universal. El intelectualismo socrático sostiene la universalidad de la virtud
en su plenitud.
Para Sócrates basta la virtud para obtener todo lo demás (la felicidad), esta
virtud es proporcionada por la ciencia. El hombre es la medida de todo, y por lo
tanto también su conducta moral, pero es el intelecto el que debe pronunciarse
sobre los principios morales sin apoyarse en los sentidos.
Se destaca por su postura frente al relativismo y pretendida sabiduría de los
sofistas y por su incansable voluntad de dedicarse y buscar la verdad. Sócrates
evita quedarse en lo particular pasando a lo universal, desde donde obtiene los
conceptos universales. Enseña incansablemente inquiriendo sobre la esencia de
las cosas, expresada en la definición (abstracta y universal) que los sabios de su
tiempo no conocían.
Resalta la necesidad del autoconocimiento (conócete a ti mismo), ya que
sostiene que La verdad está dentro de cada uno.
Sócrates decía compartir la profesión de su madre (comadrona, partera)
debido a que él ayudaba a los hombres a dar a luz la verdad (mayéutica).
Su método, la mayéutica, tiene dos pasos: 1º.- La ironía o refutación, que
consiste en hacer que el interlocutor descubra su propia ignorancia: “solo sé que
nada sé”.
2º.- La mayéutica propiamente, que consiste en el proceso de alumbrar la
verdad, de darla a luz: el interlocutor descubre la verdad que reside en su interior:
“conócete a ti mismo”.
Sócrates se refiere a una voz interior, un “daimon” que le prevenía sobre lo
bueno y lo malo, su conciencia moral, motivo por el que le acusaron de introducir
dioses ajenos a la “polis”.
Discípulos: Jenófanes, Alcibiades, Platón. Nada escribe.

Síntesis de
Pablo Herman Brevis Espinoza

Вам также может понравиться