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Discriminación del conocimiento...

50.— Que los Vedas significan al Sí mismo por medio de palabras tales como «Conocimiento», etc.,
deviene razonable si es verdadero que el Sí mismo es de la naturaleza de la Consciencia Pura y que el
intelecto Le refleja.
51, 52.— (Objeción —La discusión comienza aquí y acaba en el verso 69). Es bien sabido entre las
gentes que el significado de la raíz (que es una acción) y el significado del sufijo verbal (que es un hacedor)
aunque diferentes unos de otros en cada una de las palabras, tales como «hace», «va», etc., se ve que
pertenecen al mismo sujeto (por ejemplo, Devadatta). No se ve que pertenezcan a dos sujetos diferentes, ya
sea según las gentes ordinarias o ya sea según los gramáticos. Así pues, que se me diga la razón por la cual
los significados de la raíz y el sufijo deben pertenecer a dos sujetos diferentes en el caso de las palabras
tales como «conoce», etc.
53.— (Respuesta). El significado del sufijo verbal es el reflejo del Sí mismo en el intelecto, y la raíz
denota una acción, es decir, una modificación del intelecto. Cuando el intelecto y el reflejo no son
discriminados del Sí mismo, la palabra «conoce» es aplicada falsamente a Él.
54.— El intelecto no tiene ninguna consciencia y el Sí mismo no tiene ninguna acción. Por
consiguiente, la palabra «conoce» no puede ser aplicada a ninguno de ellos.
55.— Similarmente, la palabra «conocimiento», en el sentido de la acción de conocer, no puede ser
aplicada al Sí mismo. Pues el Sí mismo no es un cambio (el cual se indica por una acción como es
enseñado en la Sruti), ya que Él es eterno.
56.— La palabra «conocimiento», en el sentido del instrumento de la acción de conocer, se aplica al
intelecto y no al Sí mismo, pues un instrumento no puede existir sin un agente (es decir, si el Sí mismo
deviene el instrumento, entonces no quedará ningún agente). Similarmente, la palabra «conocimiento», en
el sentido de eso que es el objeto de la acción de conocer, tampoco puede aplicarse al Sí mismo (pues el Sí
mismo no es nunca un objeto).
57.— El Sí mismo no es cognoscible nunca y no es denotado directamente por ninguna palabra, según
aquellos que sostienen que Él es eternamente sin-cambio, libre de sufrimiento y uno solo.
58.— Si el ego fuera el Sí mismo, cualquier palabra podría ser aplicada a Él directamente en su sentido
primario. Pero el ego no es el Sí mismo según la Sruti, ya que posee hambre, sed, etc.
59-62.— (Objeción). Bien, las palabras que no tienen ningún significado primario, no pueden tener
tampoco ningún significado secundario. Por consiguiente, aún se tiene que explicar la aplicación de las
palabras «conoce», etc. Los Vedas perderían su autoridad como una evidencia si las palabras fueran falsas
(es decir, si no tuvieran significado), lo cual no es deseable. (Respuesta). Por consiguiente, ¿debe uno
aceptar la aplicación de la palabra «conoce » según el uso popular? (Objeción). Si se acepta el uso (de la
palabra <conoce> propia ) de las gentes ignorantes, se llegará a la conclusión de los Chârvâkas que
sostienen que no hay ningún Sí mismo (otro que el cuerpo). Pero eso es inaceptable. Por otra parte, si se
acepta el uso de la palabra «conoce» por los eruditos, se llega al mismo dilema que antes (ver verso 54).
Los Vedas, que son una autoridad, no usan palabras sin significado.
64.— (Respuesta) Puesto que el reflejo aparece como la cara, las gentes aceptan su unidad con su
reflejo en un espejo. Por consiguiente, todas las gentes usan naturalmente los verbos «conoce» etc., debido
a la no-discriminación entre eso (el intelecto) en lo cual está el reflejo (como el espejo) y eso que es
reflejado (el Sí mismo [como la cara]).
65.— Se dice que el Sí mismo es conocedor (es el agente del conocimiento) de las cosas debido a la
sobreimposición de la agencia del intelecto sobre Él. Similarmente, el intelecto es llamado un conocedor
debido a la sobreimposición de la Consciencia sobre él.
66.— El Conocimiento Eterno, que es la naturaleza del Sí mismo descrito por la Sruti como la Luz de la
Consciencia, no es creado nunca por el intelecto, ni por Sí mismo, ni por nada más.
67.— Lo mismo que las gentes consideran a sus cuerpos como ellos mismos y dicen que los cuerpos
conocen las cosas, así también, ellos hablan del intelecto como si fuera el agente en la producción del
conocimiento, y del Sí mismo (como si fuera su sede).
68.— Engañados por las modificaciones del intelecto, las cuales parecen ser conscientes y creadas, los
filósofos argumentativos dicen que el conocimiento es producido.
69.— Por consiguiente, las palabras «conoce», etc., y las correspondientes modificaciones de la mente y
su recuerdo, son posibles debido a la no-discriminación del Sí mismo, el intelecto y el reflejo del Sí mismo
en él.
70.— Lo mismo que las propiedades (manchas obscuras, etc.) de un espejo, asumidas por el reflejo de
la cara en él, son atribuidas a la cara, así también, las propiedades del intelecto (ser el hacedor, etc.)
asumidas por el reflejo del Sí mismo, son sobreimpuestas sobre Él.
71.— Lo mismo que las antorchas y otras cosas parecen poseer el poder de quemar (debido al fuego que
hay en ellas), así también, las modificaciones del intelecto, iluminadas por el reflejo del Sí mismo, parecen
estar dotadas del poder de percepción.

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