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11 mujeres más acusan a Plácido

Domingo de acoso sexual


La agencia Associated Press publica nuevos testimonios sobre el
supuesto abuso de poder del tenor español en producciones en
Estados Unidos
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PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL

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Los Ángeles 5 SEP 2019 - 19:54 CEST


Plácido Domingo, este agosto en Hungría. EFE

Un total de 20 mujeres acusan a Plácido Domingo de acoso sexual después de que


la agencia Associated Press (AP) publicara este jueves 11 testimonios más que
detallan el supuesto comportamiento abusivo del tenor español. Los casos se refieren
a producciones en Estados Unidos. Solo una de ellas, una cantante llamada Angela
Turner Wilson, da su nombre. El resto permanecen en el anonimato porque siguen
trabajando en el mundo de la música clásica y temen represalias, asegura la agencia.
Domingo rechazó la “campaña de AP para denigrarle” a través de una portavoz.

Según la información los 11 testimonios son de mujeres que decidieron contar su


historia después de ver las explicaciones de Domingo cuando el pasado 13 de agosto
se publicó una primera investigación en la que nueve mujeres le acusaban por
primera vez de acoso sexual. Solo una de aquellas mujeres daba su nombre, la
mezzosoprano retirada Patricia Wulf. Domingo dijo entonces que los relatos de esas
mujeres eran “inexactos tal como se presentaban” y razonaba que ciertos
comportamientos del pasado se juzgan hoy con otras reglas y valores.

La información de este jueves recoge también relatos de trabajadores no


directamente acosados por Domingo, pero que atestiguan un patrón de
comportamiento del tenor. Varios empleados de la Ópera de Los Ángeles (LA
Opera), de la que Domingo es el director general, aseguran sin dar sus nombres que
la conducta del cantante era “conocida por todos” y que los gestores de la institución
lo sabían. La compañía ha encargado una investigación interna tras las primeras
informaciones.

La cantante Angela Turner Wilson relata que compartió cartel con Domingo durante
la representación de la ópera Le Cid en la temporada 1999-2000 de la Ópera de
Washington. Ella tenía 28 años y Domingo, 59. “Sabía que para mí era el comienzo
de cosas grandes”, dice sobre la oportunidad que representaba.

MÁS INFORMACIÓN
 Nueve mujeres acusan a Plácido Domingo de acoso sexual
 Una de las mujeres que denuncia a Plácido Domingo: “¿Cómo le dices que no a Dios?”

Una tarde antes de la representación, relata Wilson, Domingo y ella se estaban


maquillando juntos en el camerino cuando él se levantó y le puso las manos sobre
los hombros. Después, bajó las manos y le agarró los pechos por debajo del sostén.
“Dolió”, dice la mujer citada por AP. “No fue suave. Me manoseó con fuerza”. La
mujer dice que Domingo se marchó y ella se quedó atónita y humillada. Wilson
tiene hoy 48 años y es profesora de canto en Dallas (Texas).

La agencia asegura que una decena más de mujeres como Wilson le han contado
encuentros similares con Plácido Domingo, de 78 años. Estos relatos incluyen
tocamientos no consentidos, peticiones insistentes de citas a solas, llamadas
nocturnas e intentos de besarlas en los labios.

El tenor respondió a las nuevas acusaciones a través de una portavoz. “La campaña
continuada de AP para denigrar a Plácido Domingo no solo es equivocada sino
también inmoral. Estas nuevas acusaciones están plagadas de inconsistencias y,
como en la primera historia, son en muchos sentidos simplemente incorrectas”, dice
la portavoz Nancy Seltzer. “Debido a la investigación en marcha, no vamos a
comentar en detalle, pero rechazamos enérgicamente la imagen engañosa que AP
está intentando dar del señor Domingo”.

La historia cita también a Melinda McLain, que era coordinadora de producción en


la Ópera de Los Ángeles en su temporada inaugural de 1986-1987. También trabajó
con Domingo en la Houston Grand Opera. McLain dice en el artículo que ella hacía
un esfuerzo por no poner al tenor a ensayar en una habitación a solas con mujeres
cantantes jóvenes, incluso si él lo pedía. También intentaba asignarle siempre
asistentes de vestuario masculinos.

“Montábamos estrategias elaboradas para mantenerlo alejado de ciertas cantantes”,


dice McLain. “Yo nunca mandaba a ninguna mujer a su camerino”. Otra estrategia
era invitar a la esposa de Domingo, Marta Ornelas, a las fiestas de la producción. Si
su esposa estaba presente, “se comportaba”, dice la mujer.

AP asegura haber hablado con varias personas que trabajaban en el departamento de


vestuario de LA Opera y que dicen que su comportamiento era “conocido por todos”
y que la institución lo sabe desde hace años. Aunque las acusaciones se remontan a
años atrás, una empleada asegura que sus colegas intentaban evitar asignar a mujeres
a las pruebas con Domingo incluso en la temporada 2016-2017.

“Mi jefe directo me dijo que evitaban mandar ningún tipo de mujeres atractivas
jóvenes a los preparativos con él debido a su comportamiento”, dice un empleado
que solicita permanecer en el anonimato porque sigue trabajando en la industria. El
empleado afirma que Domingo era conocido por “acercarse demasiado, abrazar,
besar, tocar y mostrar afecto físicamente”.

La Ópera de Los Ángeles anunció poco después de las primeras informaciones sobre
Domingo que abriría una investigación. La lleva a cabo la abogada local Debra
Wong Yang. Hasta el momento, la institución no ha avanzado ningún detalle sobre
el alcance, la duración o el método de la investigación.

Tras las primeras acusaciones contra Plácido Domingo sobre supuesto acoso sexual,
el pasado 13 de agosto, el mundo de la ópera se vio dividido por el impacto sobre la
imagen de una de sus figuras más importantes en el último medio siglo. La Ópera de
San Francisco y la Orquesta de Filadelfia anunciaron a las pocas horas que
cancelaban sendas actuaciones de Domingo previstas para el otoño. La ópera
Metropolitan de Nueva York anunció que esperaría a la conocer el resultado de la
investigación de la Ópera de Los Ángeles antes de tomar una decisión.

La Ópera de Los Ángeles respondió el jueves por la mañana a EL PAÍS con un


breve comunicado: “Nos tomamos estas acusaciones con extrema seriedad. Como
hemos dicho con anterioridad, creemos que todos nuestros artistas y empleados
deben sentirse valorados, apoyados y seguros. No podemos hablar sobre ninguna
acusación en particular mientras está en marcha la investigación independiente”.

Su compromiso más inmediato, sin embrago, era en el Festival de Salzburgo el


pasado 25 de agosto. El festival decidió mantener la actuación y salió en defensa del
tenor. Domingo subió al escenario austriaco y recibió una calurosa ovación por su
actuación especialmente significativa por el momento que estaba pasando. El
miércoles siguiente, fue bien recibido también en Hungría, donde inauguró un
recinto deportivo para uso religioso junto a su hijo, Plácido Domingo Jr., y la
soprano Ana María Martínez.

Instituciones y profesionales en Europa han salido a apoyar públicamente a


Domingo, como el Teatro Real de Madrid o la soprano Ainhoa Arteta. Domingo
mantiene en su calendario oficial las actuaciones en el Metropolitan de Nueva York,
el próximo 25 de septiembre, y en la Ópera de Zúrich, el 13 de octubre.

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El gigante de la moda H&M


suspende las compras de cuero a
Brasil por la Amazonia
Los incendios de este agosto quemaron cuatro veces más superficie
que hace un año, es el equivalente a 4,2 millones de campos de
fútbol
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NAIARA GALARRAGA GORTÁZAR

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São Paulo 6 SEP 2019 - 01:02 CEST


Una pila de troncos en una empresa maderera en el bosque nacional de
Jacunda, en la Amazonia brasileña, a finales de agosto. LUIS ANDRES
HENAO AP

Tras el daño por los incendios y las declaraciones del presidente brasileño, nuevo
golpe a la imagen internacional de Brasil. El gigante de la moda H&M ha anunciado
este jueves que suspende con efecto inmediato la compra de cuero de Brasil “debido
a la conexión de los graves incendios de la Amazonia con la producción ganadera”.
La empresa sueca, que es la segunda minorista de moda del mundo tras la española
Inditex, ha anunciado su decisión precisamente en el día en que el Gobierno del
polémico Jair Bolsonaro lanza una campaña publicitaria dentro y fuera de sus
fronteras para reafirmar la soberanía brasileña sobre esa región clave para frenar el
cambio climático y defender las credenciales ecológicas de Brasil.

Los incendios de este agosto han quemado cuatro veces más superficie que el año
pasado, según datos del Instituto de Investigaciones Espaciales. Es el equivalente a
4,2 millones de campos de fútbol, destaca WWF.

La campaña publicitaria refleja la preocupación del Gobierno por las consecuencia


de la indignación mundial por los fuegos. Paralelamente, el Gabinete ha decidido
que 1.000 millones de reales (220 millones de euros) de las multas por corrupción
que Petrobras pagó en EEUU sean dedicadas a combatir la deforestación.

H&M, propietaria de marcas como Other Things o Cos, ha explicado en una nota
que la suspensión estará vigente “hasta que existan sistemas de control creíbles de
que el cuero no contribuye al daño ambiental en la Amazonia”. Empieza a ocurrir lo
que los exportadores del potentísimo sector agropecuario más temen, una campaña
de boicot a sus productos impulsado por empresas europeas con una clientela cada
vez más preocupada por el cambio climático. H&M se suma a la firma VFcorp,
dueña de Timberland, Vans y The North Face, que la semana pasada anunció que
dejaba de comprar cuero brasileño.

La decisión del gigante sueco tiene poco calado económico, es más bien un potente
gesto en un momento en que Brasil se ha convertido en un villano ambiental. Suecia
es precisamente la patria de Greta Thunberg, la más reciente catalizadora de la
preocupación ecológica de los europeos.

En las últimas semanas se han multiplicado las críticas de mandatarios extranjeros,


con el francés Emmanuel Macron al frente, contra Bolsonaro por su desprecio a la
preservación ambiental. Desde que llegó al poder, en enero, la deforestación ha
aumentado y la fiscalización se ha debilitado.

El impacto económico de la decisión es limitado para Brasil, otra cosa son las
consecuencias en términos de reputación y políticos. Las exportaciones de cuero
brasileño fueron de 1.300 millones de euros (1.440 millones de dólares) en 2018
dirigidas principalmente a Estados Unidos, China e Italia, según el Centro de la
Industria Brasileña de Curtidos. Y una portavoz de H&M ha explicado a Reuters que
solo una pequeña parte del cuero que usan es brasileño porque la mayoría procede
de Europa.

La campaña gubernamental “Amazonia para Brasil” reivindica esa región en


términos patrióticos y presume de que el país es “un ejemplo mundial de
preservación, conservación y sostenibilidad ambiental” además de recordar que
mantiene intacta el 84% de su flora en la Amazonia y el 60% de todo el país. Brasil
ha sido considerado en los últimos años un líder ecológico. Pero los críticos de
Bolsonaro, incluidos todos los exministros de Medio Ambiente, sostienen que este
Gobierno está destruyendo los cimientos de esos logros.

El cruel escaparate del Brasil que


aún celebra la tortura
La escena de un adolescente recibiendo latigazos por robar una
barra de chocolate en São Paulo no es un caso aislado en un país
que maltrata a los jóvenes negros en la calle y en el sistema
penitenciario
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BREILLER PIRES

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São Paulo 5 SEP 2019 - 16:55 CEST

Algunos casos de tortura en Brasil.

Mientras intenta implorarle a su verdugo que deje de azotarle, con gritos


amortiguados por una mordaza, el adolescente de 17 años, desnudo, es castigado con
un látigo entre carcajadas e intimidaciones de otro hombre que grababa la escena
que se hizo viral este martes. Según la denuncia registrada en una comisaría de la
zona sur de São Paulo, el episodio se produjo el mes pasado en las dependencias de
un supermercado de la cadena local Ricoy, donde el muchacho fue acusado de haber
robado una barra de chocolate. En el vídeo de menos de un minuto, los dos
agresores, que según las investigaciones trabajaban como vigilantes de seguridad del
establecimiento, también le amenazan de muerte.

“Se trata de una situación de tortura, considerado un delito de especial gravedad y,


además, cometido con tintes de sadismo”, dice Ariel de Castro Alves, miembro del
Consejo Estatal de Derechos Humanos (Condepe), que sigue las investigaciones.
“Exigiremos un castigo a los responsables de estos actos bárbaros.” El Consejo
Tutelar también se ha manifestado sobre el caso y promete prestarle asistencia
psicológica a la víctima, mientras que la Secretaría Municipal de Derechos Humanos
y Ciudadanía lamenta “los sucesos que hieren la dignidad humana y demuestran la
intolerancia de nuestra sociedad con las personas que tendrían que recibir una
atención civilizatoria y adecuada”.

MÁS INFORMACIÓN

 El agujero negro de la cárcel de Al Aqrab


 El adolescente torturado que esquivó la muerte
 Más de 11 horas torturada sexualmente por soldados de la Marina en México

Para el comisario José Luiz de Souza, encargado del traslado de la denuncia, el


delito tiene que tipificarse como tortura. “Es una escena impactante, de extrema
violencia, donde la víctima está completamente intimidada”, afirma Souza. El
adolescente declaró que la sesión de tortura duró alrededor de 40 minutos. Durante
la grabación, se puede oír a uno de los agresores diciéndole “te vas a llevar uno más
para que no te matemos”. La Policía pretende incautarse del látigo y del teléfono
utilizado para registrar el vídeo. Los dos vigilantes de seguridad ya han sido
identificados. Según la cadena Ricoy, ambos están apartados de sus funciones en el
supermercado. La empresa informó mediante un comunicado que “no aprueba
ningún tipo de ilegalidad y colabora con las autoridades competentes que trabajan en
la investigación del caso para tomar las medidas pertinentes”. De ser condenados,
los agresores pueden enfrentarse a entre dos y ochos años de prisión.

Aunque este acto evoque tiempos de la esclavitud, la exposición de un joven negro


torturado por justicieros se ha vuelto parte de una rutina dramática incentivada por
llamamientos que claman por tomarse la justicia por las propias manos. En 2014, un
grupo organizado de ajusticiamiento que actuaba en el parque de Aterro do
Flamengo, zona sur de Río de Janeiro, ató a un adolescente de 15 años en un poste
con un candado de una bicicleta y posteriormente le dio una paliza. Los agresores le
llegaron a arrancar parte de una oreja. Dos meses después, en el estado de Espírito
Santo, Alaiton Ferreira, de 17 años, murió tras haber sido linchado por decenas
personas en Serra, región metropolitana de Vitória, quienes le acusaban de
violación. No obstante, la Policía Civil de la ciudad no registró ninguna denuncia de
violencia sexual contra el adolescente.

El mismo año, un estudio del Gobierno federal en colaboración con UNICEF arrojó
que el riesgo de muerte de adolescentes negros es 2,88 veces mayor que el de los
blancos. El informe sirvió como base para que Brasil recibiese una notificación en
2018 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la Organización de
los Estados Americanos (OEA), a causa de la epidemia de violencia que sufre la
población joven y negra. Pero los blancos en situación de vulnerabilidad social
tampoco escapan a la ola de tortura patrocinada por los justicieros.

En 2017, el caso del adolescente de 17 años al que le tatuaron “soy un ladrón y un


idiota” en la frente como forma de castigo por, presuntamente, haber intentado robar
una bicicleta en São Bernardo do Campo tuvo una gran repercusión en todo el país.
El joven, ingresado en una clínica de desintoxicación, pasó por varias sesiones de
láser para eliminar el tatuaje que le hicieron a la fuerza. Los dos tatuadores, que
grabaron la agresión, permanecieron ocho meses en prisión. No obstante, como no
se les acusó de tortura, pasaron a régimen abierto tras ser condenados por lesión
corporal y coacción.

La práctica de tortura aún es un problema recurrente que sufren los menores


internados por actos delictivos. En junio, la Defensoría Pública de São Paulo
denunció a la Fundação Casa por agredir a 22 adolescentes infractores. Cerca de dos
decenas de agentes habrían castigado a los muchachos usando porras y tirachinas en
el Complejo Raposo Tavares. En menos de una semana, dos directores de la
fundación, uno de São José dos Campos y otra de Caraguatatuba, fueron destituidos
tras las denuncias de las agresiones. En São José, una de las víctimas perdió el bazo
y parte del páncreas debido a los golpes sufridos.

En el sistema penitenciario, la dinámica se reproduce de manera endémica. Expertos


en violencia destacan la permanencia de prácticas de tortura provenientes de la
esclavitud que jamás han salido de las cárceles brasileñas, las cuales se ampliaron a
objetivos políticos enemigos durante la dictadura militar. Los estudiosos también
señalan que el discurso de desprecio hacia los derechos humanos adoptado por Jair
Bolsonaro durante su carrera política, así como sus elogios a un militar torturador
condenado por la Justicia, son factores preocupantes, pues crean un ambiente
teóricamente más permisivo a las infracciones.

Un estudio de la Defensoría Pública del Estado de Río de Janeiro divulgado a finales


de julio revela que, en 10 meses, este organismo ha recibido 931 denuncias de
tratamientos inhumanos cometidos contra personas encarceladas —más del 70% de
ellas negras— en dicho Estado. En media, tres presos son torturados cada día. “Las
cifras reflejan la lógica de perpetuación de las violaciones de los derechos humanos,
principalmente en el momento de la detención”, explica el abogado de oficio Fábio
Amado. “Hay, por desgracia, una naturalización de esta práctica tan grave que es la
tortura.”

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