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Comportamiento

Electoral
Argentino
después del 2001

Opinión Pública y
Comportamiento
Político Electoral
2003: Después de la debacle
La campaña de 2003 fue corta, discreta y austera, debido a que las consecuencias de
la crisis del 2001 habían vuelto muy susceptible al electorado a cualquier tipo de gasto
superfluo desde la política.
Fue un escenario complejo, con muchos candidatos con posibilidades ciertas de
resultar electos. No hubo una polarización entre los candidatos. El PJ resolvía su
interna en el plano nacional con tres representantes: Carlos Menem, Nestor Kirchner y
Adolfo Rodríguez Saa. Los otros dos candidatos eran partidos nuevos que se habían
desprendido de la UCR: Elisa Carrió (ARI) y López Murphy (RECREAR). Y finalmente
el candidato de la UCR fue Leopoldo Moreau.
Al existir un escenario de gran desconcierto y alta competitividad entre los candidatos,
las encuestas ocuparon un lugar central.
A lo largo del proceso, hubo una paridad entre los cinco candidatos. Todos estuvieron
en algún momento arriba en las preferencias. Y las fluctuaciones entraban dentro de
los márgenes de error.
Desde los medios de comunicación y los discursos políticos y de las consultoras hubo
muchas irresponsabilidades en la presentación de las encuestas. Ya que no se
comentaban los márgenes de error, para explicar las pequeñas fluctuaciones. Los
medios presentaron la contienda como una carrera de caballos.
Los candidatos pusieron en duda la seriedad de las encuestas. Menem criticaba la
idea de la segunda vuelta y afirmaba que ganaría en la primera instancia. Sin
embargo, la única certeza que presentaban las encuestas, era la existencia de un
escenario de ballotage.
Alcanzada la segunda vuelta entre Menem y Kirchner, la contundencia de las
encuestas sobre el posible resultado, hicieron bajarse de la contienda a Menem. Lo de
Kirchner fue una victoria por las encuestas (70% de intención de votos), ya que no
logro celebrarse los comicios de la segunda instancia.
La consultora Ipsos-Mora y Araujo midió con periodicidad mensual entre junio de 2002
y abril de 2003 las preferencias electorales de la ciudadanía argentina a nivel nacional,
con parámetros de comparabilidad. A partir de dicha información Mora y Araujo,
Lacase y Grandi elaboraron el artículo: “La elección argentina de 2003: un caso atípico
de fragmentación y despolitización del electorado”, de lectura obligatoria en este
programa.
Como señalan los autores: “La elección presidencial del 27 de abril de 2003 quebró las
tradiciones electorales en la Argentina. La elección se caracterizó por una alta
fragmentación del electorado, la absoluta despolitización del voto y la incertidumbre
sobre el resultado final hasta el día mismo de la votación.”
Para su análisis los autores identificaron la variable intención de voto para cada uno
de los candidatos presidenciales. Se analizaron los cinco candidatos con mayor
intención de votos, por lo cual se excluyó a Leopoldo Moreau. Como variables
demográficas de segmentación se seleccionaron las siguientes:

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 Nivel económico – social (alto, medio alto, medio, medio bajo, y bajo)
 Punto geográfico (dividido en tres categorías: Capital Federal, Gran Buenos
Aires y resto del país)
Asimismo, se utilizaron tres variables blandas (referidas a tres dimensiones
conceptuales):
 Propuesta
 Peronismo /Antiperonismo
 Aparato Partidario (influencia de las maquinarias electorales sobre ciertos
sectores de votantes)
Entre las conclusiones a las que arriban los autores podemos señalar las siguientes,
como las más importantes:
 No solo cada candidato tuvo su momento, sino que además cada uno logró
insertarse en un nicho del mercado electoral y pocos pudieron traspasar las
fronteras de ese nicho. Muchos de los aumentos y descensos en la intención
de voto de cada candidato se explican más por fluctuaciones del electorado
dentro de cada nicho que por su capacidad de sumar fuera de el.
 La baja calidad de casi todas las campañas electorales y la escasa
profesionalidad con las que fueron encaradas. Solo la campaña electoral de
López-Murphy puede ser rescatada como un aporte original de esta elección a
la comunicación política.
 La fragmentación de las expectativas, reflejaba dramáticamente la
fragmentación de la sociedad y la crisis de confianza en los partidos políticos.
 El proceso electoral que culminó con una altísima dispersión del voto, comenzó
con una dispersión aún mayor. Los cinco candidatos más votados obtuvieron el
91,2% de los votos, y en la última encuesta preelectoral alcanzaban el 82,9%,
mientras que en junio de 2002 sumaban entre todos solo 44,2%. (Ver cuadros
1, 2 y gráfico 1 en páginas 26 y 27 de Mora y Araujo, Lacase y Grandi; “La
elección argentina de 2003: un caso atípico de fragmentación y despolitización
del electorado”, de lectura obligatoria en este programa.)
 Los tres candidatos que terminaron en os tres primeros lugares al cabo del
proceso (Menem, Kirchner y López Murphy), son los tres que iban últimos al
comienzo del mismo (al inicio encabezaban Carrió y Rodríguez Saá).
 Entre junio y diciembre de 2002 las cosas cambiaron poco. En enero y febrero
se inicia un re-acomodamiento profundo estable hasta marzo, y en abril se
produce de nuevo un sacudón. (ver cuadro 3 en página 29 de Mora y Araujo,
Lacase y Grandi; “La elección argentina de 2003: un caso atípico de
fragmentación y despolitización del electorado”, de lectura obligatoria en este
programa.)
 Ausencia permanente de polarización. (ver cuadro 4 en página 29 de Mora y
Araujo, Lacase y Grandi; “La elección argentina de 2003: un caso atípico de
fragmentación y despolitización del electorado”, de lectura obligatoria en este
programa.)
 Con partidos fuertes y legítimos, la Argentina seguramente hubiera votado en
2003 de otra manera. A la vez, si la impronta del hecho de pertenecer o no a la
corriente peronista no fuese tan honda en este país, el voto podría haberse
alineado en forma algo mas polarizada. En esta ocasión el voto se orientó a los
candidatos, pero además cada nicho del mercado electoral – ya sea que se lo
definiera en términos demográficos, ya sea en términos de orientaciones
ideológicas – escogió un candidato y tendió a no moverse de él.

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 López Murphy, el único candidato que presento una campaña coherente,
creativa y sensible, pudo romper las pautas de los otos candidatos, y pudo
crecer en intención de votos desde el inicio hasta el final de la campaña.
 Las variaciones territoriales en el voto no explican demasiado el resultado
alcanzado por cada candidato, aunque sin duda contribuye. La diferencia
porcentual en el voto de Menem, entre la región que más lo votó, es de 10%; n
el voto a Kirchner es de 6,5%; en el voto a López Murphy es de 7%. (ver en
página 32 las fortalezas territoriales de los candidatos en Mora y Araujo,
Lacase y Grandi; “La elección argentina de 2003: un caso atípico de
fragmentación y despolitización del electorado”, de lectura obligatoria en este
programa.)
 La posición socioeconómica de los votantes explica más que la dimensión
territorial (ver Grafico 2 en página 34 en Mora y Araujo, Lacase y Grandi; “La
elección argentina de 2003: un caso atípico de fragmentación y despolitización
del electorado”, de lectura obligatoria en este programa.)
 En el orden ideológico, político y económico los candidatos se ubicaron en
distintas posiciones. En la dimensión económica menú y López Murphy
ocupaban el extremo “conservador” (antiinflación), Rodríguez Saa una posición
intermedia, carrió y Kirchner una posición más cercana al extremo
“progresista”. En el tema apertura económica, Menem y López Murphy
ocupaban el extremo “conservador”, en tanto los otros tres candidatos estaban
mas cerca del polo opuesto, favorable a una economía más cerrada o con
mayores controles y protecciones. En resumen, Menem y López Murphy
aparecían como los candidatos con propuestas económicas más
“conservadoras” (o pro economía de mercado), Rodríguez Saá en una posición
intermedia, Carrió y Kirchner como los más progresistas. En la dimensión
institucional o de reforma política, Carrió y López Murphy representan la “nueva
política” (esto es, formulan propuestas de mejora de la calidad de la política y
de las instituciones), en tanto Menem y Rodríguez Saá representan claramente
el “antiguo régimen” y Kirchner ocupa una posición intermedia. El voto
peronista, cuya pauta se correlaciona con la del voto a Menem, se correlaciona
también bastante con el voto a Rodríguez Saá, pero no con el de Kirchner. La
alta correlación entre el voto a López Murphy y a Carrió sugiere que entre estos
dos candidatos – uno de “centroderecha”, la otra de “centroizquierda” – hay
tantos aspectos que los unen como que los alejan. (ver Figura 1 en página 38
en Mora y Araujo, Lacase y Grandi; “La elección argentina de 2003: un caso
atípico de fragmentación y despolitización del electorado”, de lectura obligatoria
en este programa.)
 En conclusión, la dimensión que más explica el voto es el peronismo
/antiperonismo; en segundo lugar, la dimensión institucional. La variable de
estratificación social explica el voto en mayo medida que la dimensión
territorial, pero no explica porqué el estrato bajo vota tan “conservador” como el
alto ni porqué el voto en los estratos medios se dispersa ente tantos
candidatos.

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FIGURA 1: Posicionamiento de los candidatos en dimensiones programáticas

MENEM R. SAÁ KIRCHNER CARRIÓ


L. MURPHY

Peronismo No peronismo

R. SAÁ KIRCHNER CARRIÓ


MENEM L. MURPHY

Nueva Política
Antiguo Régimen
MENEM R. SAÁ KIRCHNER CARRIÓ
L. MURPHY

Progresista
Conservador

En 1983 sólo un 12% de los argentinos en edad de sufragar se sentían ajenos por
completo a algún partido; esa proporción llegó al 68% en el 2002 y disminuyó luego
ligeramente hasta alcanzar el 57% en el 2003. Las personas que se declaraban
simpatizantes de algún partido político bajaron en veinte años del 47% al 12%, y los
que se declararon afiliados de 26% a 13%. La Argentina de 1984 era una sociedad
que valoraba a los partidos políticos y se sentía cerca de ellos, en buena medida pare
de ellos; la de hoy, lo siente ajenos y les da la espalda.
Como concluyen Mora y Araujo, Lacase y Grandi: “Esto ayuda a explicar la
fragmentación de los partidos en la elección presidencial de 2003, y
consecuentemente, la alta despolarización. (…) Claramente, la declinación de los
partidos acompaña el ascenso de la política electoral centrada en el candidato.”

2007: El cambio dentro de la continuidad

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La campaña que concluyó en las elecciones presidenciales y legislativas del 28 de
octubre de 2007 dio la victoria a la primera presidente mujer electa en la Argentina.
Cristina Fernández de Kirchner junto al vicepresidente a Julio Cobos ganaron con el
45,25% de los votos según el escrutinio definitivo. No resultó necesaria la segunda
vuelta debido a que la fórmula ganadora obtuvo más del 45% de los votos válidos.
El segundo puesto también quedo en manos de una candidata mujer. Elisa Carrió
(Coalición Cívica) logró el segundo puesto, con el 23,04%. Aún así, la cuestión del
género no fue considerado un tema relevante durante la campaña electoral.
Los candidatos más importantes fueron Cristiana Fernández de Kirchner (PJ-FPV),
Elisa Carrió (Coalición Cívica), Roberto Lavagna (UCR), Jorge Sobisch (Movimiento
Provincias Unidas), Alberto Rodríguez Saá (Frente Justicialista de Liberación) y Pino
Solanas (Proyecto Sur). En general el uso de las encuestas no fue tan importante, ya
que el oficialismo, que llevaba como candidata a la esposa del entonces presidente
Néstor Kirchner, tenía una amplia ventaja sobre la oposición que se presentaba
dividida a la elección.
Se daba por hecho la posibilidad de que la candidata oficialista ganara la contienda.
De hecho, al igual que la estrategia de su marido (La estrategia de Kirchner en el 2003
fue mostrarse como un hombre “nuevo” de la política, casi como si fuera un outsider,
por ello, cuanto menos se conociera del candidato era mejor para la campaña), el
oficialismo decidió realizar una campaña de una fuerte inversión publicitaria pero con
una exposición mínima de la candidata. La campaña de Cristina Fernández se realizó
en gran medida en el exterior, en los viajes “oficiales” a los países amigos, preparados
para que puedan tener repercusión local, pero sin exponer a la candidata a la
contienda interna.
El mayor interrogante a lo largo de la contienda fue quién ocuparía el segundo puesto
y si habría un corrimiento de votos necesarios para llegar al ballotage. Escenario que
finalmente no ocurrió. Al inicio del proceso, Roberto Lavagna (UCR) ocupaba el
segundo puesto, pero a medida que se acercó la fecha de los comicios, Elisa Carrió
desplazó al ex ministro de economía de Kirchner, al tercer lugar. En gran medida, este
corrimiento del voto se dio por un uso estratégico del mismo por parte del electorado,
quien se inclinó por la candidata de la Coalición Cívica, ya que era la que más
probabilidades tenía de entrar a la segunda vuelta.
fiches d la campaña 2003
Imágenes de las gráfica

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Bibliografía de referencia

Colegio24hs. (2004). La Formación de la Opinión Pública. Buenos


Aires, AR: Colegio24hs.

Dittus, B. R. (2006). La opinión pública y los imaginarios sociales:


hacia una redefinición de la espiral del silencio. Madrid, ES: Red
Athenea Digital.

Muraro, H. (2000). Políticos, periodistas y ciudadanos: de la


videopolítica al periodismo de investigación. Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica.

Noelle-Neumann, E. (2010). La espiral del silencio: opinión


pública: nuestra piel social. Madrid; Paidós.

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