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Un hombre hace su ingreso a una plaza emblemática de Jauja y una orquesta típica lo recibe
entonando una de sus composiciones. Conforme sus pasos lo acercan más al conjunto, el
personaje escucha con más nitidez el sonido triste de los saxos y no logra contener la
emoción. Intenta respirar hondo, pero se quiebra. Cada integrante del conjunto lo abraza
con una mezcla de alegría y nostalgia. Un clarinetista extrae del bolsillo un pañuelo para
intentar secar las huellas de sentimiento que brotaban desde sus ojos.
La escena corresponde al pasaje más emotivo del documental “El país de los saxos”, de Sonia
Goldenberg. La obra fue estrenada hace más de una década en Huancayo. Cuando al nalizar
la película encendieron las luces de la sala, el impacto emocional de la película se evidenció
en las miradas húmedas de los asistentes.
Julio Rosales Huatuco, aquel personaje emblemático del documental, falleció el sábado 9
de marzo a los 87 años y su partida cierra la etapa de una valiosa generación de grandes
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compositores y músicos forjadores del formato de las orquestas típicas del valle del
Mantaro.
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Luego de integrar otros conjuntos como “Aurora Andina”, “Los Rebeldes de Huancayo” y
“Sensación del Mantaro”, Julio Rosales Huatuco dio un paso importante en la historia del
país de los saxos, al crear en mayo de 1964 su orquesta: “Los Engreídos de Jauja” (más
adelante: “Los Engreídos del Perú”).
El conjunto también estrenó cada una de sus composiciones, como aquella tunantada que se
eternizó en las voces de las hermanas Olga y Esmila Zevallos. Vida pasajera.
Polidoro García, gerente de Virrey, rechazó aquella propuesta. Julio se encontraba buscando
otras disqueras cuando recibió la noticia de que el empresario había retrocedido y
nalmente entrarían a sala.
“Grabamos desde las diez de la mañana, hasta las cinco de la tarde”, recordó Julio, quien
también buscó a los compositores Tomás Palacios y Emilio “Moticha” Alanya para crear una
canción que brilló en la voz de Pucarina: Ayrampito.
Julio solía tocar de manera infaltable cada 20 de enero, en la esta de la Tunantada de Jauja.
En noviembre del año pasado ya había iniciado la recaída en su salud. En febrero fue
internado por un mes y falleció el sábado, víctima de una insu ciencia renal. Las vibraciones
de su saxo ya no viajaron por las calles de Huayucachi, otra tierra del sur del valle del
Mantaro que lo acogía cada año, durante los carnavales y el huaylarsh.
Martes 12 de marzo. La fecha queda registrada en la memoria del pueblo. Aquel personaje de
corazón sensible del país de los saxos será despedido ese día y se anuncia la presencia de
varias orquestas típicas. Julio Rosales Huátuco emprende el último viaje para reunirse y
conformar en el cielo la mejor orquesta típica de todos los tiempos con los saxos de los
hermanos Agustín y Jacinto Unsihuay, los violines de Tiburcio Mallaupoma y don Zenobio
Dagha.
Pd. En la visita reseñada del año 2012, Julio Rosales Huatuco dejó para el recuerdo esta
composición suya ejecutada en su saxo: Vida Pasajera.
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Julio Rosales Huatuco – Vida Pasajera from Etnias Patrimonio Musical on Vimeo.
Artículo: Jauja, Julio Rosales Huatuco, Los engreídos del Perú, Orquestas típicas
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