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Nunca había leído nada de los es- brir si las alegaciones de los
critos de Menno Simons, aunque nací anabaptistas acerca de erro-
en un hogar menonita y he sido un res en la enseñanza católica
miembro activo de iglesias menonitas estaban en lo cierto. Poco a
desde hace 40 años. Hasta estudié en poco tuvo que admitir que
un instituto y en una universidad me- así era.
nonitas. Y por cierto, siempre que he Menno no abandonó su
preguntado a mis amigos y compañe- vida cómoda como cura pá-
ros menonitas si habían leído algo de rroco hasta poco después de
Menno Simons, he descubierto que la muerte de su hermano,
son muy pocos los que lo han hecho. que se había unido a un gru-
Al final me venció la curiosidad. po de anabaptistas militaris-
Decidí dedicarme a leer todo lo que tas, que murió o en un com-
escribió Menno. Fui a la colección bate o bien por ejecución.
Complete Works of Menno Simons En 1536, a la edad de 40
(Herald Press, 1986), que reúne en un años, Menno abandonó la
enorme libro de unas 1.000 páginas, Iglesia Católica y se unió al
todo lo que escribió Menno. Con el grupo de los «obbenitas»,
tiempo, no me leí las obras de Menno una facción de los anabap-
una sola vez sino que me encontré tistas liderada por Obbe Phi-
volviendo una y otra vez a ellas. Me lips.
sentí atraído al mundo de un hombre Poco después Menno fue llamado que lo que existe de ningún otro ana-
que ha ejercido una influencia tan no- a asumir un papel de liderazgo dentro baptista. Veinticinco de sus escritos
table sobre cientos de miles de los que del movimiento. Aceptó la responsa- han sido clasificados en el compendio
hoy son conocidos como «menoni- bilidad, aunque se lo tuvo que pensar de sus obras, Complete Works, como
tas». Releía algunos de sus escritos mucho, sabiendo que le supondría una libros y tratados. Diecisiete son car-
porque me llenaban tanto de inspira- vida de clandestinidad y peligro por la tas, meditaciones, oraciones y demás
ción; y otros, porque me resultaban oposición que suscitaba el anabaptis- escritos. Entre ello hay dos himnos,
tan incomprensibles. A continuación, mo entre las autoridades. Menno se
algunas de las cosas que descubrí: entregó de lleno a la obra a pesar de
los peligros y la necesidad de despla-
Algunos hechos y fechas impor- zarse continuamente de un lugar a Cuatro conclusiones claras que
tantes. Menno nació en 1496 en otro para evitar el arresto, la tortura y
Holanda y fue ordenado al sacerdocio la ejecución. Al cabo de ocho años,
se deducen de leer a Menno:
católico en 1524. Cuatro años des- las autoridades ya se referían a la fac-
pués del arranque del movimiento 1. Hay que prestar atención a
ción obbenita como «mennistas», re-
anabaptista, con 32 años, Menno em- la Palabra de Dios.
conociendo la ascendencia de Menno.
pezó a estudiar la Biblia para descu- Sirvió como líder principal y portavoz 2. Vivir vidas piadosas es lo
de esta facción del anabaptismo du- que cuenta.
También en este número: rante 25 años y hasta su muerte de
3. La virtud de ser clara y ple-
causas naturales en 1561.
El valor de las cosas pequeñas 4 namente evangélicos.
Reunión de líderes de AMyHCE 6 Temas sobre los que escribió 4. Cristo es y tiene que ser el
Noticias de del Cong. Mundial 7 Menno. Existen unos 42 escritos que centro de la enseñanza y
La carta de Santiago 8 se atribuyen a Menno. Esto es más conducta cristiana.
2 El Mensajero número 76
uno de los cuales viene con la indica- a Gellius Faber, un pastor luterano
ción de que ha de cantarse con la to- que había publicado un ataque contra
nada de «Dónde estará mi amada». el anabaptismo.
Los escritos de Menno son muy El grupo más grande de los escri-
variados, tienen cada uno un propósito tos de Menno tiene que ver con su
particular y siempre tienen que ver obra como anciano en la joven iglesia.
con los problemas que afrontaba la En algunos casos se trata de palabras
joven iglesia anabaptista. El movi- de inquietud frente a cosas que pasa-
miento anabaptista sólo llevaba once ban en la iglesia; en otros, se trata de
años cuando Menno su unió a la fac- cartas de ánimo para miembros de la
ción obbenita. Los primeros escritos iglesia. Entre ellas figura su «Carta
de Menno explicaban las creencias, pastoral a la iglesia de Ámsterdam»,
tanto para los propios miembros de la donde a la sazón se había producido
iglesia como para otros que querían un brote de la peste; y su «Carta de
informarse sobre el grupo; por ejem- consolación para un santo enfermo»
plo, el folleto titulado «Nacer de nue- que luchaba con sus dudas. Ocho de
vo» (mi favorito) y «El fundamento sus escritos tienen que ver con la ex-
de la doctrina cristiana», ambos publi- comunión, una cuestión con que tu-
cados a los pocos años de su adhesión vieron que lidiar Menno y sus iglesias
al movimiento. durante casi todos los 24 años de su
Pero el mundo de Menno estaba ministerio. La última cosa que escri- Menno no alega nunca alcanzar a
plagado de sobresaltos. Del movi- bió, su «Réplica a Sylis y Lemke», comprender perfectamente las Escri-
miento anabaptista había nacido un fue una respuesta dura al ataque que turas. Una y otra vez exhorta a los
buen número de herejes, lo cual llevó habían montado dos líderes jóvenes lectores a corregirle si descubren que
a las iglesias estatales a denunciar en- contra el posicionamiento oficial de la se ha equivocado. La base de esa co-
carnizadamente el anabaptismo en ge- iglesia a favor de la práctica de la ex- rrección, sin embargo, tenía que venir
neral. Algunos de lo escritos de Men- comunión. de las propias Escrituras. En su «Ré-
no están dirigidos directamente contra Al leer y releer las obras de Men- plica a Gellius Faber», por ejemplo,
esos movimientos anabaptistas heréti- no, hay cuatro temas que me parece Menno escribe: «Si no puedo sostener
cos. «La blasfemia de Juan de Lei- que destacan. mi doctrina y mi fe con las Escrituras
den», por ejemplo, trataba de desacre- y si no puedo demostrar que su doc-
ditar a los «münsteritas», un grupo de Hay que prestar atención a la trina y fe de usted están en el error, es
anabaptistas revolucionarios que atra- Palabra de Dios. Menno entendía decir, en esas cuestiones donde no es-
jo a centenares de seguidores, entre que las Escrituras son fundamentales. tamos de acuerdo, entonces no me ne-
ellos el hermano de Menno. Otros es- Ya en su primer libro, «La blasfemia garé a reconocer mis errores ante todo
critos denunciaban a otro hereje ana- de Juan de Leiden», aparece esta for- el mundo, retractarme de mi doctrina
baptista llamado David Joris, que ale- ma de razonar cuando escribe: «Que y padecer el castigo del fuego junto
gaba ser un profeta de linaje del rey todo el mundo preste atención a la Pa- con mis libros».
David y promovía la poligamia. labra de Dios». Menno era un hombre La conducta piadosa. Menno en-
Como portavoz de los obbenitas, culto, de muchas letras y razonamien- fatizó que la fe cristiana transforma la
Menno también mantuvo correspon- tos bien pensados. Pero la Biblia y conducta. El texto entero de la afir-
dencia con funcionarios estatales y especialmente el Nuevo Testamento, mación que antes citábamos es: «Que
con los principales teólogos de otras es medular en todo lo que creía y es la todo el mundo preste atención a la Pa-
iglesias. Cuatro de los escritos de autoridad para todo lo que hacía. labra de Dios y viva conforme a ella».
Menno son esfuerzos por conseguir Curiosamente, este apasionamiento En «La resurrección espiritual», Men-
que los gobernantes dejaran de perse- de Menno con las Escrituras le llegó no escribe: «Las Escrituras exhortan a
guirles. Una de las obras más emoti- tardíamente. Menno confiesa que los que de verdad han nacido de nue-
vas es «Una súplica patética a todos nunca había leído la Biblia hasta dos vo y han resucitado, a que presten
los gobernantes», donde Menno escri- años después de su consagración co- muy particular atención a su llama-
be: «Y por tanto les rogamos, nobilí- mo sacerdote católico. Debido en miento y sigan un caminar nuevo,
simas excelencias, una vez más, por parte a la ejecución de Sicke Snijder, piadoso».
amor a Jesús, que abandonen ustedes un anabaptista de la comarca que fue En todos sus escritos, Menno esti-
enteramente todo pensamiento hostil decapitado por rebautizarse, Menno mula cambios, regaña y razona con
contra estos sus pobres huérfanos». empezó a leer la Biblia. A partir de todos sus lectores para que abandonen
Cuatro de sus escritos son debates con entonces la leía vorazmente; todos sus sus conductas malas y caminen en la
otros teólogos donde Menno aclara lo escritos están plagados de citas bíbli- piedad. En «Nacer de nuevo», Menno
que creen los anabaptistas obbenitas y cas. escribe: «Os repito que ellos quieren
se defiende de acusaciones falsas. ser una iglesia cristiana, pero es de
Entre ellos se encuentra una respuesta sobra evidente por sus acciones que
marzo 2009 El Mensajero 3
constantemente— en esa tentación del cas veces en la vida— sino hacer las
poder político, militar, económico, pequeñas cosas con amor. Es curioso
moral y espiritual. Lo han hecho, por observar cómo la mayoría de la gente,
supuesto, por considerar que todos es- incluso los creyentes, pasan por este
tos poderes podían ser instrumento mundo buscando más poder, más di-
para la proclamación del evangelio. nero, más prestigio, más admiración.
Pero olvidaban que Jesús no se aferró Y en esa carrera no nos damos cuenta
a su poder divino sino que se hizo uno que se nos escapa lo esencial de la vi-
de nosotros. da.
Son muchas las personas que es- • «Te alabo, Padre, Señor del cielo y
tán convencidas que el cristiano del de la tierra, porque ocultaste estas
A continuación enumero algunos
futuro está llamado a ser alguien irre- cosas a sabios y a inteligentes, y
de los muchos textos que encontramos
levante, ante un mundo que ofrece y las revelaste a niños» (Lc. 10,21).
sobre el tema:
que busca poder. El poder del cristia-
Jesús respondiendo a la pregunta: no no será otro que su propia vulnera- • «Aprende a disfrutar de las cosas
¿Quién es entonces el mayor en el Re- bilidad. Porque así fue como Jesús vi- pequeñas, porque tal vez un día
ino de los cielos? Su respuesta: «Si no no a enseñarnos el amor de Dios. La vuelvas la vista atrás y te des cuen-
os convertís y os hacéis como niños, llamada de Jesús no es otra que ser ta de que eran las grandes cosas».
no entrareis en el Reino de los cielos» hombres y mujeres que en su relación —Robert Brauli.
(Mateo 18,3). Algunos de sus discípu- con los demás y con la naturaleza, • «En esta vida no podemos hacer
los pretendían los primeros puestos en nunca tendrán una relación de domi- grandes cosas. Únicamente pode-
el Reino y Jesús les dice: «Cualquiera nio e imposición, sino de ausencia de mos hacer pequeñas cosas con
de vosotros que desee llegar a ser poder. Con humildad y vulnerabili- amor». —Teresa de Calcuta.
grande será vuestro servidor, y cual- dad.
quiera de vosotros que desee ser el • «Cuanto más grandes somos en
A lo largo de mi vida he descubier- humildad, tanto más cercanos es-
primero será siervo de todos» (Marcos
to que las personas verdaderamente tamos de la grandeza».
10,43-44).
grandes que se han cruzado en mi vi- —R. Tagore.
La parábola tan conocida de los ta- da y la han marcado, han sido básica-
lentos del evangelio de Mateo 25,14- mente amables, sencillas, cercanas, • «Hazte pequeño en las grandezas
30, cuenta cómo dos de los personajes humanas, vulnerables, positivas y que humanas y alcanzarás el favor de
habían recibido cinco y dos talentos, contagian a cuantos se encuentran en Dios, porque grande es la miseri-
respectivamente. Cuando el señor su camino con su manera de vivir. Es- cordia de Dios y revela sus secre-
vuelve para pedirles cuentas de la ges- tas personas son todo un desafío para tos a los humildes» (Ecco. 3,20).
tión de los talentos, les dice a ambos: mí. • «El mayor don que podemos otor-
«En lo poco has sido fiel, sobre mu-
garnos unos a otros es nuestra pro-
cho te pondré». El énfasis de esta his- 3. Algunas sugerencias para vivir pia vulnerabilidad».
toria está no en lo mucho, sino en lo las cosas pequeñas en el día a día —M. Scott Peck.
poco; y que aquél que en lo poco lo
hace bien, posiblemente recibirá ta- Lo verdaderamente grande es lo • «Somos lo que hacemos día a día,
reas más grandes por hacer. pequeño, lo normal, lo cotidiano. de modo que la excelencia no es
Hacer bien las cosas pequeñas; estar un acto sino un hábito».
El apóstol Pablo parece que enten- disponible para los demás (los más
dió muy bien este mensaje de Jesús —Aristóteles.
pequeños) son oportunidades que se
cuando nos dice: «Se despojó a si nos presentan cada día. Vivir lo coti- Yo diría a modo de conclusión de
mismo tomando forma de siervo, diano no es hacer cosas extraordina- este artículo que para ser rey, antes
haciéndose semejante a los hombres» rias o heroicas —que llegan muy po- hay que ser príncipe; para ser maestro,
(Filipenses 2,7). hay que ser alumno. No puedo pensar
en cosas grandes si antes no he apren-
2. Las cosas pequeñas en la vida de dido a valorar y vivir las cosas peque-
los seguidores de Jesús ñas. Para resucitar hay que morir.
Si el hacerse pequeño, servidor de
todos, no ser importante ni espectacu- Continuará…
lar y no buscar el poder, fue un ele-
mento clave en la vida de Jesús y su
ministerio, tenemos que confesar, con
dolor, que una de las mayores ironías
de la historia del cristianismo es ob-
servar cómo muchos de sus seguido-
res y dirigentes han caído— y caen
6 El Mensajero número 76
FOTO:
El 9º Encuentro Menonita Español,
diciembre de 2008.
marzo 2009 El Mensajero 7