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SEGUNDA CARTA: LOS ANTIGUOS VALORES

RESUMEN

Reflexion:

Los valores han estado en constante cambio a lo largo de los años y según la epoca
unos salen y otros se esconden y actualmente en la sociedad se han dejado a un
lado los valores y ahora lo que se busca es ser mas que los demas, en la
competencia.

Ya no es como antes que a cada acontecimiento se le hacia una fiesta o celebracion.


Por eso las cosas simples y puras han perdido su valor y ahora lo que mas resalta
y sobresale por encima de todo son las cosas materiales.

La segunda carta habla de los antiguos valores y de la importancia de todas las


ceremonias, pero ya todo ha cambiado, ya no se siente lo mismo, el ambiente ya no
es lo mismo, ahora las ciudades disponen de carteles y estan pegados de publicidad
la cual solo hace a la gente consumir y consumir haciendo que esta solo busque lo
mas nuevo para estar a la moda y ser mejor que los demas y poder presumir de su
nueva adquisicion. La vida ahora carece del ocio, de esos pequeños espacios que
se sacaban para hacer cualquier actividad o para matar el tiempo, ahora solo se
espera a que salgan anuncios y publicidades aunuciando nuevos productos, ahora
no se hace mas que estar atentos a nuestros dipositivos y ni siquiera voltear a mirar
a la persona para darle un saludo.
La persona se ve como un medio explotable la cual solo debe producir, y la sociedad
termina aprovechandose y usando a las personas mas vulnerables y sin
conocimientos como marionetas llegando hata el punto de humillarse por dinero,
esto es causado por la perdida de verguenza de la gente, cada vez mas personas
la pierden y se dejan manipular.
Resumen:
En esta segunda carta el autor nos comenta sobre las sociedades desarrolladas
que se han levantado sobre el desprecio a los valores trascendentes y comunitarios
y sobre aquellos que no tienen valor en dinero sino en belleza.

‘’En los juegos de los chicos percibo, a veces, los resabios de rituales y valores que
parecen perdidos para siempre, pero que tantas veces descubro en pueblitos
alejados e inhóspitos: la dignidad, el desinterés, la grandeza ante la adversidad, las
alegrías simples, el coraje físico y la entereza moral.’’

Han habido épocas buenas y épocas calamitosas, pero dependían de la naturaleza,


de las cosechas; el hombre no sentía que debía obrar siempre y en cualquier
momento para controlar el acontecer de todo, como lo cree hoy en día. Antes los
hombres trabajaban a un nivel más humano, frecuentemente en oficios y artesanías,
y mientras lo hacían conversaban entre ellos. Eran más libres que el hombre de hoy
que es incapaz de resistirse a la televisión.

La vida de los hombres se centraba en valores espirituales que hoy a muy pocos
les importa, como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a
la adversidad.

Algo notable es el valor que aquella gente daba a las palabras. De ninguna manera
eran un arma para justificar los hechos. Hoy todas las interpretaciones son válidas
y las palabras sirven más para descargarnos de nuestros actos que para responder
por ellos.

La humanidad está cayendo en una globalización que no tiende a unir culturas, sino
a imponer sobre ellas el único patrón que les permita quedar dentro del sistema
mundial. En el afán del hombre por controlarlo todo ha perdido el rumbo y aquellos
valores como la dignidad, el desinterés, la grandeza ante la adversidad, las alegrías
simples, el coraje físico y la entereza moral, si bien no han desaparecido del todo,
si son escasos porque se le da un valor diferente al tiempo, importa más lo que se
haga que como se use. En cuanto a la moral las creencias que infunden respeto
son pisoteadas por la pérdida de valores como el sacrificio, la vergüenza, la
fidelidad, la palabra dada.

Se pierden los valores autóctonos, las nuevas generaciones se apegan a lo


moderno y olvidan su pasado, por el contrario se apenan de él. Los velorios, lo
religioso, lentamente van quedando atrás, ya no se guarda luto ni respeto por el que
falleció, la vida debe continuar. El hombre se rinde frente al respeto por el que
falleció, la vida debe continuar.

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