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se bajaron todos, hasta Estrago, que corrió ladrando al césped. Alastair miró a su hijo antes de
cerrar el coche; no había ninguna maleta que cargar, ni ninguna bolsa o equipaje del que
preocuparse. Call regresaba de la casa del maestro Joseph sin nada.
<<No exactamente sin nada.-La voz de Aaron resonó en su cabeza-. Me traes a mí >>
Call intentó no sonreír. Resultaría raro que su padre le viera sonriendo por nada, sobre todo
porque últimamente no tenían muchos motivos para sonreír: el Magisterium había derrotado a las
fuerzas del Maestro Joseph, pero había sido una masacre. Aaron, su mejor amigo, había regresado
de entre los muertos solo para volver a morir.
- ¿Estás bien? – Alastair miró a Call con los ojos entornados – parece que te haya sentado
mal algo.
- No me extraña.
Call se paseó por las otras habitaciones; sin especial interés, fue cogiendo cosas y dejándolas.
Su antiguo uniforme del curso de hierro. Unas piedrecitas lisas de las cavernas del
Magisterium. Una foto en la que salí junto a Aaron y Tamara, sonriendo de oreja a oreja.
No había hablado con ella desde que la vio arrodillada sobre su cuerpo en el campo de batalla
frente a la fortaleza del Maestro Joseph. En aquel momento le había parecido posible que ella
lo quisiera de verdad, pero el silencio que siguió lo colocó en su lugar. Después de todo,
querer que alguien no muriera no era lo mismo que querer seguir teniendo trato con esa
persona.
Tamara no había querido que Call resucitara a Aaron y, cuando lo hizo, no había considerado
que Aaron fuera Aaron. Para ser justos, su amigo no se había comportado como siempre.
Resultó que volver a meter el alma a un cuerpo ya un poco podrido daba resultados extraños.
Curiosamente, Aaron era mucho más él mismo ahora que solo le hablaba en la cabeza. Pero
Tamara no sabía que Aaron seguía con ellos, y teniendo en cuenta cómo había reaccionado
otras veces, no creía que se lo fuera a tomar muy bien. Ya pensaba que Call era un hechicero
malvado, o al menos con tendencia al mal.
Y eso era algo en lo que prefería no pensar, porque, de todo el mundo, Tamara siempre había
sido la que más había creído en él.
Call se sobresaltó. A pesar de que Aaron había estado con él en la enfermería del Magisterium
hasta que se recuperó de los efectos de emplear demasiada magia del caos durante la pelea
con Alex, tener a alguien que oyera sus pensamientos y le respondiera no dejaba de resultarle
inquietante.
- ¿Te apetece comer algo? Puedo preparar unos bocadillos de queso gratinado con
pimientos. O podemos pedir una pizza.
- Los bocadillos me parecen perfectos. – contestó Call.
Alastair los preparó con cariño; untó una fina capa de mantequilla en el pan para que se
tostara bien, y abrió una lata de sopa de tomate. Nunca había sido muy buen cocinero, pero,
para Call, cenar con él y pasarle trozos de corteza a Estrago por debajo de la mesa era mucho
mejor que el banquete más delicioso que pudiera conjurar el Maestro Joseph.
- ¿El futuro?
- Vas a empezar el Curso de Oro en el Magisterium. Todo el mundo está de acuerdo en
que…, ejem, has aprendido suficiente magia para considerar que has completado el Curso
de Plata. Atravesarás la puerta en cuanto vuelvas a la escuela en otoño.
- ¡No puedo volver al Magisterium! – exclamó Call -. ¡Todos me odian!
Call dudaba que hubiera algún mago con una vida normal.
Pero…
- Mira, tengo que decirte una cosa - confeso Call -. Aaron no se ha ido del todo.
Alastair asintió levemente, y Call se relajó, aliviado. Su padre se lo estaba tomando bien. Quizá
hasta supiera qué hacer.
- Es una bonita manera de verlo – repuso Alastair, finalmente -. Lo cierto es que lo estás
llevando muy bien. El dolor de la pérdida es duro, lo sé. Pero lo mejor es recordar a la
persona y…
- No lo entiendes – le interrumpió Call -. Aaron me habla. Lo oigo.
- A veces, yo también me sentía así después de la muerte de tu madre. Era como si pudiera
oír la voz de Sarah regañándome. Sobre todo una vez, cuando te dejé gatear en el jardín y
empezaste a comer tierra mientras yo no miraba.
- ¿Comí tierra? – preguntó Call.
- Te vuelve resistente a las enfermedades – replicó Alastair, un poco a la defensiva -. No te
pasó nada.
- Vale - repuso Call -. Pero eso no tiene nada que ver. Lo importante es que Aaron me habla
de verdad.
La noche antes de partir para su último Curso en el Magisterium, Call estaba tirado en la cama,
observando el camino blanco que la luna dibujaba sobre la colcha. Ya había preparado la bolsa
para ir al Magisterium al día siguiente, donde vestiría el uniforme rojo intenso del Curso de
Oro. Recordó haber contemplado a Alex Strike con su flamante uniforme rojo, tan seguro y
tranquilo con sus amigos. Pero Alex estaba muerto, y Call se alegraba. Alex había asesinado a
Aaron y se merecía todo lo que le había pasado.
<< Call. – la voz de Aaron era solo un susurro -. No pienses en esas cosas. Solo tienes que dejar
que pase mañana. >>
- Pero todos me odia – repuso Call. Sabía que su padre no estaba de acuerdo, pero él estaba
muy seguro.
Había luchado en el lado bueno en la última batalla y había salvado el Magisterium, pero
seguía siendo el portador del alma de Constantine Madden.
<< Estrago, para ya – pensó Aaron, y el lobo alzó la cabeza, parpadeando -. ¡Puede oírme! >>
<< Nos tienes a Estrago y a mí – dijo Aaron -. Mientras sigamos juntos, todo irá bien. >>
En ese momento, Call sabía lo que realmente había preocupado a su padre: que se
descubriera que era el receptáculo del alma de Constantine. Sus temores habían acabado por
hacerse realidad, excepto la parte de morir en los túneles.
<< ¿Siempre te pones en lo peor? – preguntó Aaron -. Como el sistema de puntos del señor del
mal. La verdad es que tenemos que hablar de eso.
- No te estoy juzgando, Callum. Aunque has estado muy callado durante todo el viaje.
Unos minutos después, Call salió del coche y se colgó la bolsa al hombro. Estrago saltó tras él,
olisqueando el viento. Había otros alumnos bajando de un autocar: los niños que acababan de
Call dejó de inquietarse y comenzó a desear que Warren, el extraño lagarto que vivía en las
cuevas, los hiciera caer en una sima.
<< Eso sin duda te haría ganar algunos de esos puntos de señor del mal >>, le espetó Aaron.
Oyó susurros alrededor y notó que había ojos clavados en ellos. Cuando Alastair se apartó, tenía
los dientes apretados.
Call suspiró y lo observó partir. Luego entró en las cuevas del Magisterium. Estrago le siguió de
cerca.
Todo le resultaba conocido y desconocido a la vez. El olor a piedra, que se iba intensificando a
medida que se adentraba en el laberinto de túneles, le resultaba conocido. El ruido de los
pequeños lagartos reptando rápidamente y el brillo del musgo le resultaban conocidos. El
modo en que los otros alumnos lo miraban y susurraban tapándose la boca con la mano
también le resultaba conocido, aunque mucho menos agradable. Incluso lo hacía uno de los
Maestros. Mientras se acercaba a la puerta de sus habitaciones, Call pilló al Maestro
Rockmaple mirándolo boquiabierto, y le hizo una mueca.
Tocó la puerta con su muñequera y esta se abrió. Call entró, convencido de que la estancia
estaría vacía.
Pero no lo estaba. Tamara se hallaba sentada en el sofá, vestida ya con el uniforme del Curso
de Oro.
<< ¿Por qué pensabas que no estaría aquí? – le preguntó Aaron -. También es su habitación. >>
Por una vez, Call no contestó en voz alta, pero fue porque un estruendo le llenó los oídos y
solo pudo pensar en Tamara. En lo guapa que estaba y en lo mucho que le brillaba el pelo, que
llevaba recogido en una gruesa trenza. Y pensó también en que en ella todo parecía
perfectamente ordenado, desde el agudo perfil de las cejas hasta su inmaculado uniforme.
<< Esto ha sido raro – comentó Aaron-. Se te ha chamuscado el cerebro o algo así. ¿Call?
¡Tierra llamando a Call! >>
Pero se sentía sucio, torpe y totalmente estúpido. Y no sabía cómo iba a explicarle que quizá
no hubiera tomado siempre la decisión correcta, pero que al final todo había salido bien, y que
no estaba enfadado con ella por haberse largado con Jasper y haberlo dejado en la Central del
Señor del Mal con el Maestro Joseph y Alex, así que seguramente ella no debería estar
enfadada con él por haber resucitado a Aaron…
<< No, no puedes decir nada de eso >>, afirmó Aaron con rotundidad.
- ¿Por qué? – preguntó Call, y entonces calló en que lo había vuelto a hacer: había hablado
en voz alta. Se contuvo para no taparse la boca con la mano, lo que solo hubiera
empeorado las cosas.
<< Repite después de mí, dijo Aaron. "Tamara, sé que tienes razones para estar enojada y sé
que debo recuperar tu confianza, pero espero que podamos volver a ser amigos algún día". >>
Call respiró hondo. "Sé que tienes razones para estar enojada", dijo, sintiéndose aún más
tonto, si eso fuera posible. "Y sé que tengo que recuperar tu confianza, pero espero que
podamos ser amigos de nuevo algún día". La expresión de Tamara se suavizó. "Podemos ser
amigos, Call". Call no podía creer que lo había dicho había funcionado. Aaron siempre sabía
qué decir, y ahora, con Aaron en su cabeza, ¡Call también sabría qué decir! Eso iba a ser genial.
"Está bien", dijo ahora que no estaba recibiendo ninguna otra instrucción por parte de Aaron.
"Bien". Tamara se agachó y acarició el cuello de Estrago, haciendo que la lengua del lobo se
enroscara de felicidad. "Él realmente parece estar bien, ahora que no tiene el caos dentro de
sí. Ni siquiera parece tan diferente”.
<< Ahora dile que te preocupas por ella y que tomaste malas decisiones y lamentas las cosas,
le dijo Aaron. >>
¡No voy a decir eso! Call respondió con el pensamiento. Si le digo que me preocupo por ella, se
reirá de mí. Pero si no digo nada más, tal vez todo esto se acabe.
Todo lo que obtuvo de Aaron a cambio fue el silencio. Un malhumorado silencio. "Me
preocupo por ti", dijo Call, y Tamara se puso de pie. Tanto ella como Estrago lo miraron
sorprendidos. "Tomé malas decisiones. Realmente malas decisiones. Las peores decisiones
que alguien haya podido tomar nunca”.
"Quería que Aaron volviera", dijo Call, y Aaron, en su cabeza, estaba en silencio. “Tú y Aaron,
son los mejores amigos que he tenido nunca. Y Estrago. Pero él no me juzga".
Estrago ladró. El labio de Tamara se contrajo un poco, como si intentara no sonreír. "No quiero
presionarte", dijo Call. “Tómate todo el tiempo que necesites para decidir cómo te sientes.
Solo quería que supieras que lo sentía. Tamara se quedó en silencio por un largo momento.
Luego se acercó a él y lo besó en la mejilla. La energía zumbó a través del cuerpo de Call y él
luchó contra el impulso de poner sus brazos alrededor de ella.
Tamara se echó hacia atrás. "Eso no significa que te perdone totalmente o que hayamos
vuelto a donde estábamos", dijo. "No estamos saliendo, Call". "Lo sé", dijo Call. No había
esperado nada más, pero aún se sentía como un golpe sordo en el pecho. "Pero somos
amigos", dijo ella. Sus ojos brillaban ferozmente. “Mira, ahora todos aquí tienen una opinión
diferente de ti. Ellos no saben nada sobre cómo tú... sobre Aaron siendo resucitado. Saben
que el maestro Joseph te secuestró, y saben que ayudaste a derrotarlo a él y a Alex. "Eso
puede ser... ¿bueno?"
“Pero todos saben que ahora tienes el alma del Enemigo de la Muerte. Todo el mundo lo sabe,
Call. No sé si podrán entender que no eres él. "" Podría quedarme en esta habitación todo el
año ". Call miró a su alrededor. "Puedo conseguir comida encantando un paquete de
mortadela como lo hizo el Maestro Rufus cuando llegamos por primera vez".
Tamara negó con la cabeza. "De ninguna manera. En primer lugar, no tenemos mortadela.
Segundo, vamos a salir y enfrentarlos. Necesitas poder tener una vida normal como mago,
Call. Tienes que mostrar a todos que solo eres tú, que no eres un monstruo. "Tal vez nunca
tenga una vida como mago, pensó Call. Esto podría ser eso. Aaron, en su cabeza, permaneció
en silencio. Call estaba bastante seguro de que no debería decirle nada a Tamara sobre la
sugerencia de su padre de saltarse el Collegium y salir corriendo del mundo de los magos.
Estaba demasiado confundido al respecto.
“Está bien", dijo. "Estoy dentro. ¿Qué quieres hacer primero? ¿Ir a la galería? "" Primero,
tengo algo que darte ", dijo Tamara, sorprendiéndolo. Entró en su habitación, con su trenza
balanceándose, y salió cargando una daga. La daga de Call, fabricada por su madre, con la
empuñadura y la vaina decorada con motivos en espiral. "Miri", suspiró, tomando el arma de
vuelta. "Tamara - gracias."
<< Ahora, si alguien en el Refectorio te molesta, puedes cortarles la cabeza, pensó Aaron
alegremente. >>
Call comenzó a ahogarse, pero afortunadamente, Tamara lo atribuyó a la emoción y le dio una
palmada en la espalda hasta que se recompuso.
Call se llevó la mano a su propia cara. Debería haberse afeitado esta mañana. A Tamara
probablemente le gustaría eso.
Espera. ¿Qué? Pensó Call alarmado pero antes de que pudiera pensar más en eso, Tamara le
dio un empujón hacia la comida. Con el estómago en forma de nudos en el camino hacia el
Magisterium, no había comido mucho, pero tener a Tamara a su lado lo hacía sentir mucho
mejor y descubrió que estaba hambriento.
Tomó algunos líquenes verdosos, algunas rebanadas de champiñones grandes y unas bolas de
masa morada en forma de bola de color azul en una salsa azul.
<< También toma unos pasteles de nabo, dijo Aaron. Esos son buenos. >>
A Call nunca le habían llamado la atención los pálidos pasteles de nabo, que se parecían
demasiado a los de un pescado sin ojos para su gusto, pero de todos modos dejó caer algunos
en su plato. Tomando una taza de té, siguió a Tamara a una mesa. Encontró una donde solo
“Oye, um, ¿cómo está Kimiya?" Preguntó Call finalmente, solo para decir algo. Tamara puso
los ojos en blanco pero sorprendentemente también sonrió. “Castigada, tuvo que quedarse en
casa después del Collegium durante todo un año por fugarse con el señor del mal Alex.
También por unirse a su malvado ejército." "Wow ", dijo Call.
Levantó la vista para ver a tres niños del Curso de Hierro dirigiéndose hacia su mesa. Tres
niños: un niño pálido con el pelo blanco y rubio, un niño de piel más oscura con muchos rizos y
otro niño cubierto de pecas. "Um, hola", dijo el niño pálido. "Soy Axel. ¿Eres realmente el
Enemigo de la Muerte? "" ¡Él no es el Enemigo! ", Dijo Tamara. "Bueno", dijo Call, "tengo su
alma, supongo. Pero yo no soy él. No tienes por qué tenerme miedo.
Los tres niños del Curso de Hierro habían retrocedido un paso cuando comenzó a hablar, por
lo que no estaba seguro de lo convincente que había sido. Lo miraban como si esperaran a que
les mostrara los dientes, cuando Jasper apareció detrás de ellos. "¡Lárguense, pequeñajos!"
Gritó Jasper, haciendo que gritaran y corrieran de regreso a su mesa. Jasper se rió a
carcajadas. Tenía un corte de pelo aún más extraño que antes, de alguna manera tan
puntiagudo como excesivamente largo al mismo tiempo, y llevaba una chaqueta de cuero
sobre su uniforme.
"Eso no es útil", dijo Tamara. "Debemos llegar a ellos con comprensión, no asustarlos como si
fueran niños pequeños en una fiesta de Halloween". Jasper le hizo una mueca. "¡Qué bueno
verlos a todos, también!", Dijo, y se dirigió hacia Celia y la comida. Call no pudo evitar mirar a
Celia, que llevaba una diadema en lugar de las viejas pinzas para el cabello que había usado
cuando era más joven. Una vez, ella había sido una muy buena amiga. Ella incluso había
querido salir con él. Pero ahora, ella ni lo miraba.
“¡Hola!” Saludó Gwenda, bandeja en mano. Se sentó frente a ellos y comenzó a comer
tranquilamente. Call la miró sorprendido. O bien ella estaba enormemente fuera del círculo de
los chismes de la escuela o no le importaba nada. "¿Qué pasa?", Preguntó ella. "Soy el
Enemigo de la Muerte", le dijo Call, en caso de que ella no lo hubiera escuchado. Ella puso los
ojos en blanco. "Lo sé. Todo el mundo lo sabe. Lástima por lo de Alex, estaba muy bueno".
"No estaba bueno, era malvado", dijo Tamara. "Era malvado, sí. Eso también lo saben todos”,
dijo Gwenda. Ella saludó a través de la habitación. ¡Kai! Rafe! ¡Por aquí! ”Kai y Rafe estaban de
pie junto a una enorme sopera. Se miraron y se encogieron de hombros antes de encaminarse
a la mesa. Ambos asintieron con la cabeza a Call antes de escarbar en su comida.
"Jasper y Celia están nuevamente juntos", dijo Gwenda, gesticulando con su tenedor. Call
siguió su mirada y vio que Jasper y Celia habían llevado sus bandejas a una mesa y habían
fusionado sus labios como dos buceadores. Jasper tenía sus manos en el cabello rubio de
Celia. "Después de toda la batalla contra el Mestro Joseph, Celia decidió que Jasper era un
Pronto todos comenzaron a hablar sobre quién había roto o habían vuelto a ser novios en la
escuela, quiénes eran los nuevos Maestros y qué películas se mostraban en la Galería. Aaron
se quedó callado en la mente de Call, escuchando. Se sentía normal, tan normal que Call
comenzó a relajarse. Justo entonces Celia se apartó de Jasper y llamó la atención de Call. Su
mirada estaba helada. Jasper trató de atraerla hacia atrás, pero ella estaba de pie, acechando
a la mesa de Call.
“Tú”, le espetó ella, señalandolo. Toda la habitación quedó en silencio, como si hubieran
estado esperando esto. "Tú eres el Enemigo de la Muerte, mentiroso". Tamara se levantó de
un salto. "Celia, no entiendes..." "Entiendo. ¡Entiendo todo! ¡Nos mintió a todos! "Constantine
Madden era astuto y malvado, ¡y ahora Call se ha vuelto a introducir en el Magisterium y
Aaron Stewart está muerto por su culpa!"
Pero Call no pudo evitar escuchar. "Celia", dijo Jasper, saliendo de detrás de ella y poniendo
las manos en sus hombros. Celia, vamos. No es como el enemigo de la muerte. Pero ella lo
rechazó.
"Tengo familiares que todavía estarían vivos hoy si no fuera por ti", dijo Celia. Constantine
Madden los mató. Y eso significa que tú los mataste, al igual que mataste a Aaron. “Yo no
maté a Aaron", logró decir Call. Sentía la cara caliente y su corazón se aceleraba. Todos en el
refectorio los miraban.
“¡Podrías haberlo hecho!", Dijo Celia. “El Enemigo de la Muerte sus secuaces y los caotizados,
todos estaban buscándote. Estaban fijos en ti. Tú eres la única razón por la que cualquiera de
ellos estuvo en el Magisterium.
"Lo siento", contestó finalmente Call. "No recuerdo ser nadie más que Call, pero haría
cualquier cosa para recuperar a Aaron. Haría cualquier cosa para que él no hubiese muerto en
primer lugar.
Celia parecía haber perdido fuelle. Miró a las personas sentadas en la mesa de Call, a Tamara.
Los ojos de Celia tenían un brillo extraño, como si tal vez estuviera parpadeando para contener
las lágrimas. "Estás tratando de hacerme quedar mal, como si yo fuera la mala", dijo Celia.
“¿Recuerdas cómo difundiste los rumores sobre Aaron?” Preguntó Tamara. "No eres perfecta,
Celia".
<< Ese fui yo, dijo Aaron, que casi hizo que Call resoplara con una risa sorprendida. >> Si lo
hubiera hecho, todo el Magisterium podría haber decidido que Celia tenía razón sobre él.
Es un truco, dijo Celia. "Sé que es un truco, incluso si eres demasiado estúpido como para
verlo". Con eso, ella giró sobre sus talones y salió del Refectorio. "Todavía estamos, uh,
resolviendo las cosas", dijo Jasper, corriendo hacia ella.
Call se puso de pie, ya que tampoco quería estar allí. Todos lo miraban fijamente y él solo
quería ir a clases y estar a solas con Tamara y el Maestro Rufus. No podía seguir fingiendo que
todo era normal. Un anuncio se hizo eco a través de la sala: "Todos los aprendices deben
dirigirse a la entrada principal. Las clases se cancelarán durante la primera mitad del día para
una asamblea general".
Con un mal presentimiento, Call estaba seguro de que esto tendría algo que ver con él.
En aquel entonces había estado preocupado por los peces sin ojos y perderse en los túneles.
Ahora, esas preocupaciones parecían pertenecer a una persona diferente. Tamara tomó su
mano y la apretó sorprendiéndolo. ¿Eso significaba que todavía le gustaba? ¿Significaba eso
que podrían volver a estar juntos después de todo? Jasper se había juntado con Celia y él era
un pesado, así que tal vez Call tenía una oportunidad.
<< Celia también es una pesada, dijo Aaron, lo cual era malo para Aaron. Ella no debería
haberte dicho eso. >>
"Pensé que te gustaba Celia", dijo Call, y Tamara lo miró sorprendida. Había hablado en voz
baja, pero no lo suficiente. "Me cae bien", dijo ella. "Pero cuando te dice esas cosas, quiero
decir, nos está insultando a todos. Sé que ella piensa que somos tus secuaces con el cerebro
lavado. Ella se sonrojó de ira. "Celia puede ir a tragarse un pez sin ojos".
Cada vez más estudiantes se amontonaban en el vestíbulo de entrada. Call se vio obligado a
acercarse un poco más a Tamara, lo cual estaba bien para él. "¿Qué pasó con llegar a las
personas con entendimiento?" "Solo hice una excepción", dijo Tamara. "Mira, Celia podría
venir, ella es muy..."
"Estudiantes", la voz del Maestro Rufus retumbó, su voz amplificada por la magia del aire. “Los
hemos llamado aquí porque sabemos que los rumores y la ansiedad se están difundiendo
entre ustedes. Este es realmente un tiempo de gran inestabilidad en el mundo mágico. El
maestro Joseph, un subordinado del Enemigo de la Muerte, trató de destruir el mundo de los
magos en nombre de Constantine Madden. Pero fue derrotado. Sus palabras resonaron
desafiantes. "Todos hemos conocido personas que se acercaron al Enemigo por egoísmo y por
miedo".
Hubo un murmullo. Call se dio cuenta de que muchas personas estaban mirando a Jasper y de
repente se encontró reviviendo un recuerdo casi enterrado en su memoria, el recuerdo de un
guardia de la Asamblea que arrastraba al padre de Jasper fuera del campo de batalla con las
manos atadas. “Muchos de esos magos están ahora en el Panópticon o están siendo retenidos
por la Asamblea. Traten a los que tienen familiares que están siendo rehabilitados con
compasión. Su decepción en sus seres queridos ya es lo suficientemente grande". Jasper se
sonrojó y miró al suelo.
"Debemos aprender de esta lección que no podemos permitir que el miedo nos gobierne",
dijo el Maestro Rufus. “Chismes, sospechas de tus compañeros aprendices, todo eso viene del
miedo. Pero el miedo no tiene lugar en el corazón de un mago. Fue el miedo a la muerte lo
que puso a Constantine Madden en su camino hacia el mal. Cuando el miedo nos gobierna,
olvidamos quiénes somos realmente. Nos olvidamos del bien que somos capaces de hacer. La
multitud se había quedado en silencio.
"Hay entre nosotros a quienes puedes temer porque no los entiendes", dijo el Maestro Rufus.
"Pero Callum Hunt, nuestro Makaris, ayudó a cerrar este último capítulo sobre el trágico
legado del Enemigo de la Muerte. Cuando importaba, él se puso del lado de la ley y el orden,
de la bondad y la humanidad. El mal siempre se levantará, y el bien siempre lo derrotará.
Rufus cruzó los brazos sobre su pecho. "Un aplauso para Callum Hunt".
El aplauso fue débil. Tamara dejó caer la mano de Call para poder aplaudir, y lentamente otros
se unieron. No era una ovación de pie, pero era algo. Se extinguió rápidamente cuando el
Maestro Rufus y los otros magos bajaron flotando desde su alta percha y se alejaron
majestuosamente de la sala, lo que indicaba que la reunión había terminado.
Después de todo, la única razón por la que no estaba enojada con él era por lo que Aaron le
había dicho que dijera, y si le gustaban las cosas que Aaron decía, tal vez era realmente Aaron
quien siempre le había gustado. Eso es lo que Jasper había pensado. Eso es lo que Call también
había pensado, si él era honesto consigo mismo. A todos les gustaba Aaron mucho más de lo
que les gustaba Call. ¿Por qué Tamara sería diferente?
<< Ella te dijo que le gustas, dijo Aaron, y Call se estremeció. >>
No le importaba que Aaron escuchara la mayoría de las cosas que pensaba, pero deseaba
poder ocultar los pensamientos que tenía acerca de Aaron.
Con un suspiro, Call recorrió los pasillos del Magisterium, tratando de concentrarse en no
pensar en absoluto. Tal vez podría llevar a Estrago a dar otro paseo. A Estrago le gustaban los
paseos.
Cuando Call agitó su brazalete frente a la puerta y esta se abrió, vio que el Maestro Rufus los
estaba esperando. Se sentó en el sofá, mirando a Call y Tamara por debajo de sus tupidas y
expresivas cejas. "Bienvenido de nuevo al Magisterium", dijo. "Espero que estés contento de
estar aquí". "Es mejor que el Panópticon", dijo Call. "Eso fue todo un discurso el que dio".
"Sí", dijo el maestro Rufus. "Yo también pensé lo mismo. Espero que ambos estén listos para
su próxima lección. Es posible que hayas aprendido suficiente magia para pasar por la Puerta
de Plata, pero no has aprendido la misma magia que los otros grupos de aprendices. Tendrás
que apresurarte para alcanzarlos.” Call puso los ojos en blanco. "Genial."
El Maestro Rufus continuó, ignorando este comentario. “Como bien sabe Tamara, hay premios
que se otorgan a los estudiantes al final de su Curso de Oro, premios que los ayudarán a
avanzar en el Collegium y en el mundo de los magos. No hay tiempo para perder el tiempo si
quieres ganar algo." "Tienes que estar bromeando", dijo Call. "Nada de lo que haga en mi
Curso de Oro impedirá que la gente piense en mí como el tipo que solía ser el Enemigo de la
Muerte".
"Tal vez", dijo el maestro Rufus. "Pero ¿qué pasa con Tamara?" Call la miró con aire de
culpabilidad. "Ella lo hará muy bien", dijo, queriendo que fuera verdad. Pensar que Tamara no
recibiría todos los premios y reconocimientos que merecía lo hacía sentir mal. Ella había sido
la mejor en la Prueba de Hierro, era la mejor en todo, si no ganaba, sería por él. No es de
extrañar que necesitara a Aaron para decirle qué debía decirle.
<< Dile que trabajarás tan duro como puedas, dijo Aaron. >>
"Pondré mi mejor esfuerzo en ello", dijo Call, y tanto Tamara como el Maestro Rufus lo
miraron con sorpresa. “Me alegra oírlo,” dijo finalmente el Maestro Rufus, poniéndose de pie.
"¿Están listos para ir?"
Call se sobresaltó, no se había dado cuenta de que la lección iba a comenzar ahora. "Supongo
que sí", dijo. Le pareció que Tamara lo miraba de forma extraña, pero una vez que llegaron al
pasillo, ella se puso a su lado e incluso le golpeó el hombro con el de ella, así que tal vez se lo
había imaginado. El Maestro Rufus se adelantó a ellos, abriéndose paso entre la multitud de
estudiantes que se dirigían hacia atrás desde el vestíbulo de entrada.
“¿Qué crees que va a ser?", Dijo Call en voz baja cuando el maestro Rufus los condujo a un
corredor menos abarrotado, luego bajó un conjunto de escalones de piedra natural que
descendían a una caverna del tamaño de una catedral. Una piscina subterránea de color azul
brillaba en el centro; Call había olvidado lo extrañamente bello que podía ser el Magisterium.
"¿Qué tanto lo he echado de menos?"
"Todo", dijo Tamara, pero sin enfado. "Um, control más preciso de la magia de fuego, control
de tormentas, magia del clima, metalurgia..." La pierna de Call comenzó a doler ferozmente
cuando llegaron al piso de guijarros de la caverna. Se la había destrozado cuando era muy
joven y no se había curado bien. Varias cirugías más tarde, estaba bastante seguro de que
nunca lo haría. Otros estudiantes ya habían llegado; Call reconoció a Gwenda, Celia, Rafe, Kai y
Jasper, que lucían sombríos. La Maestra Milagros también estaba allí, y rápidamente instruyó
que se dividirían en equipos. Ella asignó a Celia y Jasper para ser capitanes de equipo.
“Genial", murmuró Call a Tamara. "Ahora nunca me van a elegir". Celia tuvo la primera opción
y eligió a Rafe. Luego fue el turno de Jasper. Caminaba por la fila de estudiantes que
esperaban como un sargento en una película de guerra inspeccionando uniformes. Incluso
estaba entornando los ojos y masticando un cigarro imaginario, lo que a Call le pareció una
exageración. "Una elección difícil, una elección difícil", anunció finalmente, deteniéndose con
las manos detrás de la espalda. "Muchos buenos candidatos". "Jasper, sigue adelante", dijo el
Maestro Rufus. "Es un ejercicio, no un compromiso de por vida". Jasper suspiró, como si dijera
que no lo entendía de nuevo. "Callum Hunt", eligió. Hubo un bajo zumbido de sorpresa.
Incluso Tamara hizo un ruido de sobresalto. Call estaba demasiado desconcertado para
moverse, hasta que Tamara lo golpeó en la espalda. Fue a reunirse con Jasper, todos los ojos
estaban fijos en ambos. Celia tenía las mejillas rosadas por la molestia. Jasper la miró con
tristeza. "No entiende por qué te elegí", dijo cuando Call se unió a él. "Yo tampoco", dijo Call.
"Es justo", continuó Jasper. “Considera la recompensa por tomar la decisión correcta en el
campo de batalla. Y por todas las vidas que salvaste. Ahora estamos a mano."
"Equipos", dijo la Maestra Milagros, atrayendo toda la atención hacia ella. Llevaba una cesta
en la mano. "Me gustaría que cada aprendiz tome una de estas varillas de metal y la encante
para poder encontrar otro tipo de metal. El Magisterium es rico en depósitos metálicos. Cada
quién decidirá qué metal quiere detectar. El equipo que haya encontrado la mayor cantidad
de depósitos de metal en la próxima hora gana”. Al mirar al Maestro Rufus, estaba claro que
su maestro estaba esperando a que levantaran la mano y preguntaran algo, como por
ejemplo, cómo encantar las barras.
"¡Buena suerte!", Dijo la Maestra Milagros, y ambos equipos se apresuraron a buscar sus
suministros. El Maestro Rufus negó con la cabeza y Call sintió que tal vez ya había fallado
alguna prueba importante. El metal estaba fresco contra la piel de Call y más pesado de lo que
esperaba. "Está bien", le dijo a su equipo. "Ahora, uh, ¿qué hacemos?" Gwenda puso los ojos
en blanco y se metió un riso detrás de la oreja. "Mira a Jasper".
La gratitud de Call hacia Gwenda por estar dispuesta a sentarse con él se estaba evaporando
rápidamente. "Estuve en la cárcel y luego fui secuestrado", se quejó Call. "No tumbado en una
playa bebiendo de cerveza de raíz sobre un flotador". "Escuché que fue Tamara quien te
secuestró", dijo Kai, volviendo los ojos curiosos hacia ella. "Por el bien de nuestro equipo", dijo
Tamara. "Solo ayúdanos". "Bien", dijo Gwenda. "Básicamente, estamos convirtiendo esto en
barras de radiestesia para metal en lugar de agua. Busca dentro del metal y piensa en las
propiedades que quieres que encuentren. Estas barras tienen motas de todos los otros
metales dentro de ellas, por lo que puedes hacer que busquen oro, cobre o aluminio o lo que
sea. "" Nuestra mejor opción es dividir los metales ", dijo Tamara, que fue realmente
inteligente.
Gwenda asintió. "Tomaré tungsteno", dijo ella. "Kai, tomas cobre. Tamara, tomas oro y... "Soy
el capitán del equipo", les recordó Jasper. "Voy a tomar el oro. Tamara puede tener plata. El
resto está bien. Call puede tener aluminio”. Call ni siquiera estaba seguro de qué era el
aluminio, excepto el papel de aluminio con el que su padre solía envolver las sobras. Sin
embargo, no tenía nada que hacer sino estar de acuerdo. "Bien", dijo, y comenzó a
concentrarse en la barra de metal en su mano. Trató de pensar en ella como una varita.
Después de todo, aunque en general ser un mago no se parecía en nada a como los programas
de televisión lo retrataban en el mundo normal, esas personas a menudo agitaban varitas y
Call sintió movimiento en la varilla de metal de su mano. Rodó un poco, luego se enderezó,
casi tirando de él hacia adelante. Dejó que lo jalara, como si Estrago lo arrastrara con una
correa. Podía escuchar las voces de los demás elevadas con entusiasmo y consternación
mientras trabajaban para encontrar sus propios metales. Mientras tanto, Call se dirigía hacia el
lago. Se preguntó si la vara lo arrastraría bajo el agua. Por lo que sabía, había depósitos de
aluminio a diez pies de profundidad. Se estremeció un poco y se sintió aliviado cuando la vara
parecía estar maniobrando alrededor de una gran roca. Se encontró a sí mismo apretujándose
a lo largo de un espacio estrecho entre la roca y la pared de roca. Justo cuando se estaba
volviendo ridículamente claustrofóbico, se abrió un poco. Estaba en un espacio un poco más
grande que una cabina telefónica, con el techo alto de la catedral visible en lo alto. Call miró a
su alrededor.
La varilla había dejado de temblar, pero no vio nada que pareciera aluminio.
<< Cuidado, Aaron dijo de repente, y Call se hizo a un lado justo cuando algo pasaba por su
oreja y golpeaba el suelo. >>
Lo miró fijamente. Brillaba ligeramente, se trataba de una bola de lo que claramente era
aluminio. Lo miró por un largo momento. "Simplemente hizo eso..."
"Callum Hunt". Era una voz áspera y medio silbadora que Call conocía bien. Echó la cabeza
hacia atrás y vio que el lagarto de fuego se aferraba a la roca sobre su cabeza. Las escamas
enjoyadas de Warren brillaron a la luz, y sus ojos de color rojo dorado giraron como molinillos.
“Un regalo para ti.” ¿Warren había dejado caer el aluminio? Call se agachó y lo recogió antes
de enderezarse y mirar al lagarto con suspicacia. "¿Por qué me ayudas?", Preguntó Call.
Warren se rió entre dientes. “Los viejos amigos se mantienen unidos, sí, los viejos amigos lo
hacen”. Él inclinó la cabeza hacia un lado. "No esperaba a dos de ustedes".
<< Creo que él puede percibirme, pensó Aaron, sonando un poco nervioso. >>
"¡Call!" Gwenda se apretó en el espacio junto a él. Call casi saltó fuera de sus zapatos. "¿Qué
haces...?" Ella se interrumpió de repente, mirando a Warren, con los ojos muy abiertos. "¿Eso
es un elemental de fuego?" "Eso es Warren", dijo Call. "Es solo un lagarto que conozco".
"Desagradable", siseó Warren. "Somos amigos". "Y habla", Gwenda se maravilló. "¿Cómo lo
encontraste?"
"Pero Automotones está muerto, o en el caos o lo que sea", dijo Call. "Vamos, Warren. Lo que
dices no tiene ningún sentido. Warren soltó un silbido frustrado. "El final está más cerca de lo
que piensas". Gwenda casi deja caer su barra de metal. "¡Eso suena espeluznante!"
"Nah", dijo Call. "Él siempre dice eso". "¡Call!" Era Tamara, que sonaba preocupada. "Call,
¿dónde estás?" "Tantos amigos". La lengua de Warren salió disparada y se lamió el ojo, lo cual
era un hábito que tenía y que Call consideraba que debía practicar en privado. Tamara
emergió del estrecho pasadizo, parpadeando en dirección a Gwenda y luego a Warren. "Oye.
Pensé que te había oído hablar con alguien y... —Su voz se fue apagando, probablemente
porque se dio cuenta de lo poco halagador que era el hecho de que Call estuviera conversando
con alguien por sí solo, fuera lo bastante inusual como para preocuparse, aunque
probablemente, tristemente, era cierto. "¿Qué está pasando?" "No mucho", dijo Call al mismo
tiempo que Gwenda decía: "Su amigo el lagarto espeluznante nos estaba dando una
advertencia de lagarto espeluznante".
"Él dijo algo sobre el llanto de Automotones o algo así", admitió. “Pero le dije que tenía que
estar equivocado, porque Automotones está en el caos. Aarón lo envió allí cuando estábamos
buscando a mi papá".
Call se volvió para hacer un gesto hacia Warren, pero el pequeño elemental se había ido. Call
levantó las manos con frustración. "¡Oh vamos! ¿Warren? ¡Vuelve aquí! ""
¿Así que esto es lo que pasa con ustedes? “Exigió saber Gwenda. "Aparece un extraño lagarto
y, de repente, todo se tuerce y están luchando contra un elemental masivo o algún ejército de
caotizados o algo así. Bueno, déjenme decirles que no estoy para esas cosas".
"Nadie está pidiendo tu ayuda", gruñó Call, mientras recogía su bola de aluminio.
Justo en ese momento se escuchó un sonido de timbre, como una campana distante, seguido
por la voz de la Maestra Milagros, que los llamaba de regreso. Apenas habían podido hacer
ninguna requisa por los túneles. Call no podía creer que el ejercicio ya hubiera terminado.
"¿Alguna de ustedes encontró algo?", Preguntó. Tamara negó con la cabeza. "No creo que
Se abrieron paso a través del túnel para encontrar a Kai y Jasper marcando con entusiasmo sus
hallazgos en un mapa. Sin embargo, Call notó que él era el único que tenía una muestra real
del metal. Esperaba que eso fuera algo bueno, pero cuando se lo mostró al Maestro Rufus,
miró por encima de la bola de aluminio de una manera desconcertada. Tanto Malinda como
Cindy habían encontrado impresionantes cantidades de sus respectivos metales incrustados
en las paredes. El equipo de Celia obviamente había ganado, aunque ninguno de los Maestros
hizo gran cosa al respecto. "Ahora que han encontrado tanto metal en el Magisterium,
mañana iremos a la biblioteca y descubriremos las propiedades de cada uno", anunció la
Maestra Milagros. “¿A qué tipo de magia se presta cada uno de los metales? ¿Y cómo
diseñarías un arma a partir de lo que has encontrado hoy? Queremos ver sus diseños e ideas".
Celia, que claramente esperaba un premio en lugar de otra asignación, dio un gran suspiro.
La maestra Milagros continuó. “Hay algo más que vamos a hacer hoy, algo que se hace muy
pocas veces, pero que no está exento de precedentes. El Maestro Rufus y yo hemos estado
discutiendo qué sería lo más útil para su aprendizaje y se ha decidido que Gwenda y Jasper se
convertirán en aprendices del Maestro Rufus y yo tomaré parte de los aprendices huérfanos
de los Maestros que cayeron en la batalla reciente. En este momento, todos están un poco
sobrecargados, y esta es una manera de ayudar".
¿Más Jasper? ¿Por qué me odia el universo? Pensó Call, Tamara cruzó los brazos sobre su
pecho. Call no estaba seguro de lo que eso significaba, pero al menos no estaba saltando de
alegría.
Celia, sin embargo, parecía estar echando humo. Ella debía estar lo suficientemente enojada
con el hecho de que su novio se había mudado a otro grupo de aprendices, pero era
muchísimo peor que estuviera en uno con el Enemigo de la Muerte en él. Esto no iba a
mejorar las cosas entre ella y Call.
"Jasper nunca ha ocultado que quería ser aprendiz del Maestro Rufus desde el principio", dijo
Gwenda. "¿Pero por qué yo?" "¿No te acuerdas?", Dijo la maestra Milagros. "Pediste que te
reasignaran". Por un momento, Gwenda pareció que iba a ahogarse, y Call recordó
abruptamente cómo había ido a sus habitaciones hacía mucho tiempo para quejarse de que
Jasper y Celia estaban saliendo. Y cómo le había preguntado si podían persuadir al Maestro
Rufus para que la aceptara como aprendiz. Aparentemente, no eran los únicos con los que ella
lo había discutido.
“¡Pero eso fue en el Curso de bronce! Y definitivamente no quería mudarme con Jasper ", dijo
Gwenda, que resumió tan perfectamente los sentimientos de Call que no pudo evitar pensar
que podría ser divertido tenerla como compañera de cuarto después de todo. Pero no
importaba cuánto le gustaran, tener nuevos aprendices en su grupo iba a ser raro. Siempre
Preguntó Aaron, y había algo en ese pensamiento que hizo que Call recordara cómo, para
Aaron, esto podría ser como estar siendo reemplazado.
"Jasper y Gwenda, se mudarán a la habitación de Tamara y Call, así que empaquen sus cosas y
reencantaremos sus brazaletes", dijo el Maestro Rufus. "Esta noche, me reuniré con cada uno
de ustedes en privado para determinar sus fortalezas y debilidades".
Jasper asintió, luciendo sorprendido. Había pasado su Curso de hierro tratando de entrar en el
grupo de aprendices del Maestro Rufus. El Maestro Rufus era el más famoso de los maestros
de magos y tenía buen ojo para elegir aprendices que seguirían haciendo cosas importantes,
para bien o para mal. Él había enseñado a Constantine Madden, pero también había enseñado
a miembros prominentes de la Asamblea y magos del Colegium. Ahora, Jasper finalmente
estaba teniendo su oportunidad. Call se preguntó si todavía era algo que deseaba. "Está bien",
dijo Jasper lentamente, como si todavía estuviera tratando de procesar lo que estaba
sucediendo. Gwenda lo arrastró para empacar. Celia se acercó a la Maestra Milagros,
probablemente para quejarse. Call decidió que era mejor que volviera a la habitación y se
asegurara de que Estrago estaba de buen humor para mudanzas.
Tamara se puso a caminar junto a él. "Entonces", dijo, "¿qué piensas de la advertencia de
Warren?" Con todo lo que había sucedido, eso era lo último que Call esperaba que dijera, pero
Tamara era una persona que rara vez se distraía de las cosas importantes. "¿Podría
Automotones realmente haber escapado del vacío?", Preguntó Call, aunque en realidad no
esperaba una respuesta.
"No lo sé", dijo Tamara. "Pero podríamos ir a la biblioteca esta noche para investigar. Tal vez
había otro elemental como Automotones. "" ¿Como su primo? "Preguntó Call. "¿Y crees que
tal vez los amigos de Warren los confundieron porque Automotones es el famoso?" Tamara lo
miró molesta. "Claro", dijo ella. "Los automotones están en todas las revistas de celebridades
elementales".
Oh, cállate, pensó Call, concentrándose en algo que se dio cuenta de que casi había pasado
por alto. “¿Vamos a la biblioteca esta noche?” ¿Esto es como una cita? ¿Una cita de estudio?
Pensó Call.
<< Aaron cantó "Tengo un manojo encantador de cocos" en su cabeza a través de los pasillos
de la cueva, solo para animarlo. >>
"Está bien", dijo Tamara, haciéndose cargo. “Esto es lo que estamos buscando. Cosas sobre
Automotones, ¿hay otros elementales como él? Y el caos, ¿puede volver algo del caos?
¿Sabemos algo sobre el reino del caos? ”
“¿Tú no? “Dijo Gwenda, mirando a Call. "Quiero decir, tú eres un mago del caos".
Él negó con la cabeza. "No. Ni idea. Puedo enviar las cosas al caos, pero no tengo idea de lo
que hay al otro lado”. Todos se separaron y tomaron diferentes secciones de la biblioteca; Call
terminó en la sección de la magia del caos, donde había un montón de libros que, de forma
culpable, se dio cuenta de que probablemente ya debería haber leído: libros sobre la historia
de los magos del caos, el significado de los contrapesos y el descubrimiento de la magia del
caos. Estaba buscando un libro llamado Alma y Vacío: Teoría preliminar cuando Aaron habló.
<< Necesito un cuerpo, dijo. No puedo quedarme en tu cabeza para siempre. >>
Call se desplomó contra las estanterías. Sabía que esto iba a venir, y sería un alivio estar solo
en su propia cabeza, pero todavía se sentía un poco rechazado. Además, no tenía idea de
cómo lograrlo. "No es tan fácil conseguir un cuerpo", murmuró.
“No podemos usar un cadáver, eso es lo que te pasó la última vez. Te pusiste raro allí porque
el cerebro estaba muerto. Y eso fue empujar tu alma hacia tu propio cuerpo. Imagina cómo
sería con algún otro cadáver al azar. Hizo una pausa. "Y no un bebé. Eso es lo que pasó
conmigo. Perderías todos tus recuerdos. Serías una persona diferente. Una persona realmente
pequeña e indefensa”.
<< No quiero ser un bebé. Aaron sonaba horrorizado. Y definitivamente no quiero sacar el
alma de un bebé. >>
"Podríamos ir al hospital", dijo Call, dándose cuenta de lo morbosa que era toda la
conversación. “¿Encontrar a alguien que está a punto de morir?”
"¿Podríamos curarlo con magia?", Sugirió Call, aunque sabía que esto no era realista. Ninguno
de ellos sabía mucho sobre la magia curativa.
<< Entonces probablemente deberíamos curarlos y dejarlos vivir, dijo Aaron con la molesta
nobleza de siempre y que le dijo a Call que este Aaron estaba bien. >>
Ahora estaba vivo y no era un monstruo muerto viviente, había una gran parte de Call que
quería renunciar, incluso si eso significaba que Aaron viviría en su cráneo para siempre.
"Si sigues rechazando todas mis sugerencias, te quedarás atrapado aquí", le recordó Call.
Desde detrás de una estantería cercana, escuchó a alguien riendo. Miró a su alrededor,
preocupado de que alguien lo hubiera escuchado hablar consigo mismo. En cambio, vio a
Tamara sentada en la mesa, balanceando sus piernas, con Jasper a su lado, aparentemente
diciendo algo divertido. Call entrecerró los ojos.
Podríamos matar a alguien, pensó Call, sus ojos se estrecharon aún más cuando vio a Tamara
reírse de nuevo con Jasper. Él definitivamente estaba coqueteando. Podríamos matar a Jasper,
por ejemplo.
Mataste al maestro Joseph, pensó Call, y luego se sorprendió. Él no le habría dicho eso a Aaron
en voz alta. No había querido mencionar nada de lo que había sucedido durante ese tiempo
horrible. Pero parecía que no podía dejar de pensar. Prácticamente le arrancaste la cabeza
como un tomate.
<< Supongo que saltar de un cuerpo a otro siempre será un asesinato, pensó Aaron
sombríamente. Siempre estás matando el alma de alguien más. Por eso es malo. Es por eso
que todo lo de Enemigo de la Muerte estaba mal. Resultó causar mucha muerte en lugar de
revertirla. >>
Supongo que sí. Call dejó Alma y Vacío: Teoría preliminar sobre la mesa, donde Gwenda ya se
había unido a Tamara y Jasper. Estaban charlando sobre Automotones, Tamara y Jasper
contándole a Gwenda sobre la batalla en el antiguo estacionamiento de Alastair,
especialmente las heroicidades de estrago. ¿Te acuerdas? Call pensó, pero Aaron se había
quedado en silencio en su mente. No era justo Se sentía mal por herir los sentimientos de
Aaron, pero era imposible no pensar en cosas estúpidas y terribles. Cosas horribles flotaban en
la superficie de su mente todo el tiempo y no podía evitar que vinieran. En el pasado, apenas
se había abstenido de decir lo peor de sus pensamientos en voz alta; ¿Cómo se suponía que
debía contenerse para no pensar en ellos? Ahora Aaron se escondió en la parte más profunda
de su mente y no reveló nada. Tal vez los pensamientos de Aaron eran incluso peores que los
de Call, pero Call nunca lo sabría.
Desde la mesa cargada de libros, oyó hablar a Gwenda. "Entonces, Call te arrastró a este
enorme cementerio de autos en busca de su padre y luego un elemental te atacó, y ¿Call aún
no te había dicho que era el Enemigo de la Muerte?" "Probablemente ni siquiera estaba
seguro de que le creeríamos. Dijo Jasper, sorprendiendo a Call. No le hubiera creído Por
supuesto, lo habría fingido en ese momento, porque me secuestraron y nunca deberías decirle
a tu secuestrador que es un loco. "
"Lo hacen, ahora que lo mencionas", dijo Jasper. "¿Por qué estoy defendiendo a Call de
nuevo? Él es la razón por la que siempre me secuestran. "
" ¿Porque son muy buenos amigos? ", Dijo Gwenda, sonando confundida. "Eres su compinche
¿no? Bueno, uno de sus compinches.
"No, no, no, no, no!" Dijo Jasper, claramente horrorizado. "Realmente no puedes haber
pensado en mí de esa manera. ¡Soy su rival! Call y yo siempre vamos cara a cara, mano a
mano, en el amor y la guerra. ¡Y gano tantas veces como pierdo! ¡Soy su rival! "
"Warren ha tenido razón antes", dijo Call, sin saber si estaba defendiendo a Warren o a sí
mismo. "Llevaremos estos libros a la habitacion y seguiremos revisándolos hasta que
encontremos algo".
"Lo que sea que haga flotar su bote", dijo Gwenda. Ella hizo un chasquido a Jasper, que
parecía incrédulo. "Venga. El tiempo es un desperdicio "." La gente hace chasquidos a los
perros ", protestó Jasper, siguiendo a Gwenda desde la mesa. "No puedes hacerme chasquidos
a mí". "Chasquido", dijo Gwenda alegremente. "Chasquido, chasquido". Las protestas de
Jasper se amortiguaron cuando él y Gwenda se alejaron del oído. Sacudiendo la cabeza,
Tamara dividió la carga de libros entre ella y Call.
"Tal vez estamos siendo paranoicos", dijo mientras salían de la biblioteca. "Tal vez la
advertencia de Warren realmente no significa nada".
"Casi no puedes culparnos por ser paranoicos después de todo lo que hemos pasado", dijo
Call. Deseaba que Aaron volviera a su cabeza y le dijera lo que debía decirle a Tamara, que
parecía cansada y preocupada, pero Aaron permaneció obstinadamente ausente.
Tamara agachó la cabeza. "Supongo que no". ¿En qué estaba pensando ella? Call quería
golpear su cabeza contra una pared, pero habían llegado a sus habitaciones y Tamara les
estaba dejando entrar con su pulsera. Dejaron sus libros sobre la mesa. Call estaba a punto de
sugerir que se dirigieran a la Galería a tomar un bocadillo cuando Tamara recogió Alma y Vacío
y miró hacia atrás.
"'Lo opuesto al caos'", leyó en voz baja, "es el alma humana". Ella tragó saliva. Call, lo... lo
siento. No es por decirte que no trajeras a Aaron, sino que no me esforcé en comprender por
qué sentías que lo necesitabas. Todos te decían que eras responsable de su muerte. Todo el
mundo te estaba tratando como si fuera tu culpa. Debes haber sentido que la única forma de
arreglar las cosas era traerlo de vuelta”.
Call sabía que probablemente era una mala idea ser honesto. Pero no sabía qué más hacer, o
qué más decir. "No quería que Aaron volviera, para sentirme mejor", dijo. “Quiero decir, sí, me
sentí culpable, pero yo también tenía miedo de hacerlo, siempre tengo miedo de lo que podría
suceder si no me estoy observando a mí mismo, asegurándome de que no me vaya
completamente hacia el mal. Pero Aaron era mi amigo, y él tenía fe en mí, y yo no quería que
estuviera muerto. Eso fue todo."
Los ojos de Tamara brillaron, como si estuviera al borde de las lágrimas. "Y me fui y te dejé",
dijo ella. “Debes haber pensado que no tenía fe en ti en absoluto. Supe que estaba equivocada
en el momento en que volví al Magisterio. Había estado pensando que los magos nos salvarían
"Nadie puede arreglar todo", dijo Call. Tamara se veía tan triste que él quería
desesperadamente abrazarla, pero ¿querría eso? "No es tu culpa que confiaras en ellos.
"No quiero ser solo tu amigo", dijo Call. Ella lo miró con los ojos abiertos, como si no pudiera
creer que él dijera eso. Call pudo sentir su corazón latiendo con fuerza por todo su cuerpo.
Tampoco estaba seguro de creer que lo había dicho. "Lo siento", dijo. "Pero es la verdad. Me
gustas, Tamara. De hecho, yo... Ella se puso de puntillas y lo besó. Call se sentía como si un
rayo hubiera golpeado todo su cuerpo. La primera vez que se habían besado, había estado
demasiado aturdido para responder de verdad, pero esta vez la rodeó con sus brazos como
había querido hacer antes. Y Tamara lo rodeó con los brazos, y eso fue increíble, y ella le
acarició la mejilla con suavidad mientras la besaba, y eso era aún más sorprendente. Ella olía a
agua de rosas, y él estaba bastante seguro de que este era el mejor beso que alguien en la
historia había tenido y definitivamente habría recibido una medalla olímpica en besos si los
Juegos Olímpicos calificasen este tipo de cosas.
<< AUGH ¡Todavía estoy aquí! se escuchó el grito en la cabeza de Call, causando que Call se
alejara de Tamara. Era Aaron, aparentemente horrorizado y enfadado por todos esos besos.
>>
"¿Call?" Preguntó Tamara, confundida. Lo estaba mirando con una especie de media sonrisa
de ensueño en su rostro que lo hizo querer besarla nuevamente, pero probablemente se
enfadaría mucho cuando se enterara de Aaron. "Uh", dijo Call, buscando algo, alguna razón
para detenerse ahora y que pudieran comenzar de nuevo más tarde. "Creo que vamos
demasiado rápido, creo que necesitamos... “Allí, los pensamientos de Call lo abandonaron.
Tamara parpadeó, pareciendo herida. "Está bien", dijo en voz baja. "Pero pensé que esto era
lo que querías".
"¡Oh, sí!", Dijo Call, tal vez un poco demasiado ansioso. "Realmente, realmente lo quiero. Es
solo que... "
<< Esto creo que deberíamos, um, tomar un descanso para asegurarnos de que estés segura,
dijo Aaron. >>
Call repitió las palabras. Sonaban bien Pensado. Maduro. Sin embargo, Tamara lo estaba
mirando extrañamente de nuevo.
<< Queremos asegurarnos de que estamos construyendo sobre una base de confianza, dijo
Aaron. >>
Tamara cruzó los brazos sobre el pecho y lo miró con los ojos entrecerrados. "Suenas como
Aaron", le dijo.
"Eso creo", dijo ella, que no sonaba del todo de acuerdo. "Supongo que ambos lo extrañamos
a nuestra manera." Tamara puso su mano en la mejilla de Call, cálida contra su piel. "Buenas
noches, Call." Y con eso, se fue a su habitación, dejando a Call para ir a la suya y arrojarse
sobre la pequeña cama. Estrago se levantó de un salto, dando vueltas antes de sentarse
directamente sobre los pies de Call, pero Call ni siquiera podía reunir la energía suficiente para
preocuparse. Las cosas habían ido tan bien con Tamara que casi había olvidado que tenía otro
secreto. Ella ya había aguantado tanto. ¿Acaso le creería?
Sé lo que vas a decir, le dijo Call, mirando el brillante techo de mica sobre él, recordando lo
maravilloso que había sido en ese momento en el que estaban juntos y todo lo demás no
había importado. Que yo debería confiar en ella. Y sé que debería. Debería decirle. Pero solo
quiero que las cosas sean normales.
¿Algo en su cabeza? Call cerró los ojos. Un enorme cansancio lo había invadido. Lo que fuera
que Aaron sabía, no quería saberlo. Ahora no, dijo. Simplemente no ahora.
Call se sentó, jadeando. Su cabello estaba pegado a la frente por el sudor. Le llevó varios largos
momentos recordar quién era y dónde estaba, en su propia cama en el Magisterium. Pateó las
cobijas lejos, esperando que el aire frío lo despertara y lo empujara más lejos del sueño. Había
sido horrible, de una manera maravillosa...
Creo que sí, dijo Call. Quiero decir, sí. Fue una pesadilla, eso es todo.
<< Era Constantine, dijo Aarón. Sus recuerdos. Tiene que haber sido él. >>
Call suspiró. "Probablemente solo tengo que evitarlos", dijo con tristeza. Al menos en su
habitación, podía hablar en voz alta con Aaron sin que nadie pensara que había perdido la
razón. "Está bien, dispara".
<< Hay algo encerrado en tu cabeza, dijo Aaron. No sé cómo describirlo, pero estar aquí es
como estar en un gran espacio con ventanas. Puedo mirar fuera de ellas y estoy mirando por
tus ojos. Hay corrientes, emociones, que se mueven más allá de mí, y tus pensamientos son
como palabras en mi mente. Pero cuando no estábamos hablando antes, fue como si me
hubiera topado con una puerta cerrada. En medio del cuarto. Hay algo cerrado dentro de ella.
>>
<< Creo que son los recuerdos de Constantine, dijo Aaron. Creo que alguien los encerró aquí
para que no tuvieras acceso a ellos. >>
<< No lo sé. Aaron sonaba frustrado. Tal vez cuando saltó a tu cuerpo, porque eras un bebé, tu
mente no podía manejar todos los recuerdos, así que se alejaron, tiene algo de sentido. >>
O tal vez me habrían hecho darme cuenta de que era un adulto, atrapado en el cuerpo de un
bebé. ¿Tal vez pensó que eso lo volvería loco?
Call se levantó de la cama, sacudiendo la cabeza, aunque sabía que Aaron no podía verlo. "No.
"Todo el tiempo que estuve con el Maestro Joseph, cada vez que estuve cerca de Anastasia
Tarquin, todo lo que querían era que recordara que era Constantine Madden, porque
pensaban que esos recuerdos, no sé, sobregrabarían los míos. ¿Y si los recuerdos me hacen
dejar de ser Call? Aarón se quedó callado por un largo momento.
<< Supongo que pensé que solo serían recuerdos y sería como la forma en que estoy en tu
cabeza. Todavía soy yo, incluso si escucho tus pensamientos. >>
Pero el alma de Constantine es mi alma. Tal vez se sentirán como mis recuerdos. Pero incluso
si no lo hacen, ¿qué pasa si son realmente, realmente malos? “se dio cuenta, de que tenía
miedo de algo más que la posibilidad de convertirse en Constantine. Tenía miedo de enfrentar
<< Supongo que no pensé en eso, dijo Aaron. Pero si alguna vez quieres mirar los recuerdos,
también estoy aquí en tu cabeza. Haré todo lo que pueda para asegurarme de que te quedes,
¿vale? >>
Call se sintió como un cobarde. "Déjame pensarlo". Era temprano, pero sabía que no iba a
poder volver a dormir. En su lugar, se levantó, tomó su toalla y su muda de ropa, y se dirigió a
la sala de baño, con Estrago caminando detrás de él. Se lavó rápidamente mientras Estrago
hacía estallar pompas de jabón con la lengua, estornudando y luego gruñendo a las burbujas.
Después del baño, Call regresó a su habitación y se sorprendió al ver a Jasper, sin camisa,
haciendo estiramientos en el área común. "¿Qué estás haciendo?" Exigió Call.
"Preparándome para el resto del día", dijo Jasper, como si Call fuera el raro. "Entrar en el lugar
mental correcto para la magia".
Cuando regresó de sacar a pasear a Estrago, las dos chicas estaban levantadas, Gwenda con
una gorra de seda púrpura sobre sus risos, Tamara bostezando mientras llevaba su pasta de
dientes a la zona de baño. La realidad de que Jasper y Gwenda eran realmente nuevos
compañeros de habitación de Call y que de ahora en adelante estarían en su grupo de
aprendices estaba comenzando a volver ineludible y todavía no estaba seguro de cómo se
sentía al respecto. En el lado positivo, al menos no habían entrado cuando él y Tamara
estaban besándose.
Call acababa de dejar algo de comida para Estrago cuando se abrió la puerta y entró el
Maestro Rufus.
“Aprendices, hoy continuaremos aprendiendo sobre el metal, tanto desde una perspectiva
científica como mágica. Call, se unirá a nosotros después de reunirse con un miembro de la
Asamblea. "
"Esta es una reunión informal y el Sr. Rajavi me ha asegurado que se les quitará muy poco
tiempo a sus clases". El Maestro Rufus no parecía particularmente preocupado, lo cual fue
tranquilizador.
“¿Mi papá está aquí?” Preguntó Tamara. "Quería que te saludara", dijo el Maestro Rufus.
"Lamentó no poder verte, pero hay reglas que impiden que los aprendices tengan visitas.
Cuando Call llegó a la puerta de Rufus, golpeó y escuchó la voz del Sr. Rajavi desde adentro:
"Adelante". La oficina se veía como siempre. Los mismos papeles estaban pegados a las
paredes, cubiertos por lo que Call ahora reconocía como ecuaciones alquímicas. El gran sofá se
había ido, reemplazado por más estanterías, y la antigua estación de trabajo había sido
reemplazada por una hecha de un material claro y reluciente: cuarzo, supuso Call. El padre de
Tamara se sentó detrás del escritorio de Rufus. Oh, Dios pensó Call. El padre de Tamara. Y
acababa de besar a Tamara. ¿Fue por eso que el señor Rajavi estuvo aquí?
<< No seas ridículo, dijo Aaron. ¿Crees que es psíquico o algo así? >>
Kimiya fue castigada por besar al malvado Alex, Tamara lo había dicho. El Sr. Rajavi tenía una
política bien establecida de no aceptar que sus hijas se besaran con los Señores del Mal. Call se
deslizó en la silla frente al escritorio, con los ojos muy abiertos. El Sr. Rajavi lo miró con una
expresión seria. Llevaba un traje negro de aspecto caro y un grueso reloj de oro en una
muñeca. Su barba estaba perfectamente recortada. Necesito decir algo sobre Tamara, pensó
Call.
<< ¿Tranquilizarlo sobre qué? No besaste a Tamara. Solo mantén la boca cerrada, Call. >>
"¡Mis intenciones son honorables!" Quería decir más, pero Aaron había establecido un fuerte
zumbido en su cabeza, como una abeja gigante. El señor Rajavi parpadeó. "Eso es bueno, hijo.
Es bueno saber que a pesar de tener el alma de Constantine Madden, quieres vivir una vida
honorable".
Al menos había detenido el zumbido de las abejas. Call cambió de postura incómodamente en
su silla.
"Ella no es mi madre". Una ola de enojo pasó por Call, borrando su vergüenza anterior. "Ella
era la madre de Constantine Madden, y yo no soy él".
El Sr. Rajavi sonrió levemente. Me gusta tu convicción. Y sé que mi hija piensa muy bien de ti.
Por otra parte, he comenzado a sospechar de aquellos a quienes mis hijas consideran muy
bien".
<< Tal vez deberías decirle que besaste a Tamara", dijo Aaron. Él es un imbécil. >>
Siempre fue así, pensó Call. Simplemente nunca lo viste porque él no era así contigo.
Call se sintió instantáneamente mal por haber pensado eso, pero no quería dejar que el
silencio se prolongara demasiado mientras trataba de explicarle las cosas a Aaron. "Si te
refieres a Alex Strike, me alegro de que él también esté muerto", dijo Call sin rodeos. "Pero no
quiero ver a Anastasia". "Ella está en el Panópticon", dijo el Sr. Rajavi. "Su sentencia fue esta
tarde. Ha sido condenada a muerte.
Eso sacudió a Call. Intentó no mostrarlo, pero sus manos se apretaron en los brazos de su silla.
Tal vez debería estar de acuerdo en verla, pero tratar de imaginarse de nuevo en el
Panópticon, al otro lado del cristal mágico, fue horrible. Además, no tenía nada que decirle a
Anastasia. Él no podía ayudarla. Y no quería seguir fingiendo estar de acuerdo con que ella lo
llamara Constantine. Pensó en los recuerdos que Aaron había encontrado encerrados en su
cabeza. Tal vez si los miraba, tendría algunos de los sentimientos por ella que ella esperaba
que tuviera. Pero eso solo lo hizo reafirmarse en su decisión de no desbloquear esos
recuerdos. “¿Tengo que ir?” Preguntó Call. "Por supuesto que no", dijo Rajavi. Parecía aliviado
al pensar que Call realmente estaba diciendo que no. Tal vez él tampoco quería ir al
Panópticon. "Si cambia de opinión, dígale al Maestro Rufus".
Call se levantó, asumiendo que la reunión había terminado, solo para que el Sr. Rajavi se
quedara donde estaba. Después de un momento incómodo, Call volvió a sentarse. "¿Hay algo
más?"
"Una oferta, te gradúas del Magisterio pronto. Una vez que termines el Curso de Oro serás un
mago serio y muy poderoso, un Makaris. Quiero que vayas al Collegium. Me aseguraré de que
te acepten en los mejores programas allí. Voy a despejar un camino para que seas un mago
muy importante, quizás un miembro de la Asamblea algún día. Pero queremos que dejes de
usar la magia del caos, excepto con el permiso explícito de la Asamblea. Queremos que seas
nuestro Makaris".
Call estaba asombrado, no es como si fuera por el mundo corriendo y usando la magia del caos
todo el rato, por diversión. Pero este era el mismo Sr. Rajavi que había conseguido que Aaron
<< Tal vez la Asamblea también te dé permiso para hacer trucos del caos en las fiestas, dijo
Aaron con sorprendente cinismo. >>
"¿Cómo sabrías si uso o no la magia del caos?" Preguntó Call. Las cejas del señor Rajavi se
elevaron. Call supuso que no parecía la pregunta de alguien que planeaba ser honesto.
<< Sigo siendo tu mejor amigo, dijo Aaron. Si empiezas a pensar que estoy muerto, realmente
me vas a asustar. >>
"Esperamos que lo hagas", dijo, una promesa y una amenaza, todo en uno.
"Tengo que pensarlo", respondió Call. El señor Rajavi se levantó y extendió su mano a Call,
quien se levantó para sacudirla. Call se dio cuenta de nuevo de cuánto había crecido, estaba
mirando al señor Rajavi a la cara.
"Piensalo bien", dijo el señor Rajavi. "Tienes un futuro brillante por delante."
A veces Jasper saludaba a Celia. Ella le devolvía el saludo graciosamente, ignorando a todos los
demás en la mesa. Tamara simplemente puso los ojos en blanco, todos estaban riendo y
bromeando, excepto Call, que se quedó callado. Podía sentir la tensión de Aaron. Aaron
siempre había amado este tipo de grupos grandes, floreciendo con todo el humor y el afecto.
<< Es como ser un fantasma, dijo Aaron, ahora puedo ver todo, pero no puedo hacer o decir
nada. >>
"¿Qué está pasando contigo, Jasper?", Dijo Gwenda finalmente, después de haber
intercambiado otro raro saludo con Celia. "¿Están juntos o no?"
"Es complicado", dijo Jasper. "Celia quiere que renuncie a Call y presente una protesta por ser
incluido en el grupo de aprendices del Maestro Rufus".
"Eso es ridículo", dijo Kai. "La mitad del Magisterium mataría por ser estudiante de Rufus".
"Bueno, parece que le gustan los asesinos", dijo Celia, quien claramente había escuchado y
estaba mirando.
"No es por eso", protestó Jasper. “¡Se trata de no rendirse! ¡Un Dewinter no hace lo que le
dicen! ¡Un Dewinter es independiente! ”. Pensé en cómo el padre de Jasper no era
independiente en absoluto. Estaba encerrado en el Panóptico, ensuciando el nombre de los
Dewinter.
A Jasper le gustaba quejarse mucho sobre cosas pequeñas, pero nunca sobre la situación de su
padre. Aunque le debe pesar bastante.
"Celia no puede seguir siendo tan ridícula", dijo Tamara. "Es increíble que reciba apoyo".
"Yo diría que casi la mitad de la escuela se siente como ella", dijo Kai en voz baja. "Hay muchas
personas a las que no les gusta o no confían en Call, y algunas de ellas creen que es
básicamente el Enemigo de la Muerte con un uniforme del Curso de Oro".
"¿Qué pasa con las personas que realmente me quieren?" dijo Call sintiéndose enfermo.
“¡Eso no es cierto!” Protestó Tamara. "Hay gente que te quiere, Call. Y a Estrago le gustas, y a
Warren.
"A Warren no le gusta nadie", dijo Call, apartando su plato. Pensó en su sueño del Collegium,
¿no sería simplemente más de esto?
Kai se levantó de repente. Sus ojos marrones se encontraron con los de Call y él negó con la
cabeza tristemente. "Lo siento", dijo, y cruzó la habitación para sentarse en la mesa de Celia.
Todos lo miraron atónitos. Rafe rompió el silencio. "Charlie es su novio, y está completamente
del lado de Celia", dijo. "Tienes que entender, ha sido muy duro para Kai".
Jasper se veía sombrío. "Se están dibujando líneas de batalla", dijo, y por una vez, no estaba
bromeando.
Call casi imaginó que podía ver una delgada línea brillante que separaba su mesa de la de
Celia. Arrastrando un tenedor a través de su liquen, Call sabía que iba a tener que hacer algo.
Solo deseaba saber qué hacer.
"Ninguno de ellos querrá asociarse conmigo", dijo Call a Tamara, luego se sintió un poco
avergonzado. Sus amigos ya tenían que lidiar con la hostilidad que las personas que les
importaban sentían hacia Call. Él no tenía derecho a quejarse de eso.
Tamara le dio una palmadita tranquilizadora en el hombro. "Tal vez hay un pequeño malvado".
Él la miró con furia y ella le sonrió alegremente. "Ese es el espíritu. A tu pequeño fanático le
gustará eso. Él se rió a pesar de sí mismo.
Mientras tanto, Jasper se estaba inflando al pensar que alguien se iba a impresionar con él.
"Tengo mucha sabiduría que transmitir", le decía a Gwenda. "Lo importante es encontrar un
aprendiz digno de mí".
Una vez que atravesaron la Puerta de la Misión, Call no pudo evitar notar que los bosques
estaban extrañamente tranquilos. No hubo trinar de pájaros en los árboles. Ni siquiera podía
oír los grillos. Miró hacia los demás. Tamara y el Maestro Rufus también se habían detenido. El
silencio era verdaderamente misterioso. Los bosques nunca estuvieron realmente tranquilos,
siempre se oía el canto de los pájaros, o el sonido de animales distantes en la maleza. Pero no
se escuchaba nada. Call estaba a punto de decirle algo al Maestro Rufus cuando las puertas del
Magisterium se abrieron de nuevo y más y más aprendices salieron con sus Maestros. De
repente, fue más difícil escuchar el silencio de los bosques sobre la charla humana.
"Ya les hemos emparejado", dijo el Maestro Rockmaple, tan fuerte que los aprendices
comenzaron a calmarse. "Voy a decir el nombre de un estudiante del Curso de Oro y luego el
de uno del Curso de Hierro con el que se van a emparejar". Una brisa sopló a través de los
árboles, y en el momento en que Maestro Rockmaple terminó de hablar, Call se puso nervioso
de nuevo al escuchar el silbido del viento a través de las ramas y nada más. No había sonidos
de animales. Pero estaba el sonido de otra cosa, a Call le sonaba algo familiar.
"Rockmaple", dijo el Maestro Rufus, "Creo que deberíamos volver adentro y posponer este
ejercicio por otro..."
Entonces Call recordó, era el sonido que había escuchado cuando él y su padre habían ido una
vez a las Cataratas del Niágara. Un estruendoso ruido, como si el aire se estuviera astillando.
El dragón era masivo, negro brillante y sinuoso, con alas pequeñas y membranosas y enormes
mandíbulas forradas de colmillos. Sus ojos eran de un rojo brillante. Un jinete humano estaba
sentado sobre su espalda, uno con una larga capa azotada por el viento.
<< Él está muerto. Aaron sonaba aturdido. Él tiene que estar muerto. Fue absorbido en el caos.
>>
El dragón abrió sus enormes mandíbulas y salió fuego negro. Quemó a través de las copas de
los árboles circundantes, prendiéndolos en llamas. Quemaron sin luz, sin calor. Call recordó su
sueño, la llama negra se extendió de sus manos. El dragón estaba respirando puro fuego de
caos.
“¡Rápido, todos dentro!”, Gritó el Maestro Rufus. Hizo un gesto a los estudiantes para que
regresaran. "Tamara! ¡Call! ¡Salgan de aquí! ”Los Maestros corrían, rodeando a los estudiantes
para llevarlos de regreso a las puertas del Magisterium. Los del Curso de Hierro corrían, casi
tropezando unos con otros en su afán por regresar a las puertas.
“¡Espera!” Gritó uno de los Maestros. "Manténganse cerca..." Pero ya era demasiado tarde. El
dragón se abalanzó hacia el suelo mientras Alex se aferraba a su espalda y atrapó dos chicos
del Curso de Hierro. Uno de ellos era Axel, el niño pequeño que había sentido curiosidad por
Call cuando llegó al Magisterium. Parecía aterrorizado, pero no estaba llorando. Parecía que
estaba tratando de morder las garras del dragón del caos. Junto a él estaba una chica del
Curso de Hierro que gritaba mientras intentaba liberarse. Pero el dragón se mantuvo firme,
subiendo en picado hacia el cielo con los estudiantes agarrados fuertemente entre sus garras.
A horcajadas sobre el dragón, sonriendo ahora, Alex gritó y su voz resonó en el bosque.
¿Devorado del caos? Call miró al Maestro Rufus, pero el Maestro Rufus tenía una intensa
mirada puesta sobre Alex, parecía enfurecido, todos los Maestros lo parecían, pero se habían
detenido en el camino, sabiendo que no tenían otra opción. Por encima de ellos, podían
escuchar a los chicos gritando, sus gritos eran llevados por el viento.
Call miró a Tamara. Ella temblaba de furia. "Tenemos que hacer algo", dijo. Las llamas negras
se alzaron más y se comieron más árboles. Fuego pensó Call. Él había apagado el fuego antes.
Alex seguía hablando. “Primero, liberarán a Anastasia Tarquin del cautiverio o arrojaré a estos
mocosos al fuego y luego terminaré con el resto de ustedes, después de verlos arder".
Un murmullo recorrió la multitud. ¿Anastasia tarquin? No todos sabían que ella había sido la
madrastra de Alex; incluso Call se asombró de que a Alex le importara lo suficiente como para
molestarse en exigir que saliera de la prisión.
Fue el maestro Rufus quien dio un paso adelante para hablar. "Tienes que darnos tiempo",
gritó. "Tenemos que contactar al Panópticon." Alex estaba sonriendo salvajemente. Call solo
podía imaginar el placer que sentía al darle órdenes a sus antiguos maestros.
"Saquen un teléfono tornado aquí en cinco minutos, o tostaré uno de estos mocosos".
"Call, Tamara", dijo Alex, volviendo su mirada preñada de estrellas hacia ellos. Su rostro
parecía un pergamino detrás del cual ardía una brillante luz negra. "¡Qué gran reunión!" Echó
la cabeza hacia atrás y se echó a reír.
"Deberías haberte quedado en el vacío", gritó Call mientras se concentraba en alejar el aire del
fuego del caos que comía los árboles. Pero no importó cómo tiró, las llamas ni siquiera
parpadearon. No eran como el fuego regular, alimentado con aire. Call no estaba seguro de
qué se alimentaban, pero a medida que su magia fluía hacia ellos, no sentía calor ni luz. Si no
lo opuesto al caos el alma, entonces temía que el fuego se alimentara de la sustancia misma
del mundo. No podía apagar el fuego de esa manera, pero era un Makaris. Él debería ser capaz
de controlarlo. Envió su poder hacia las llamas del caos, concentrándose en detener su
propagación. Parecía que estaba funcionando: el fuego comenzó a menguar, quemándose a sí
mismo sin nada más de lo que alimentarse.
"Y tu nunca deberías haber nacido", le dijo Alex, que parecía encantado de hacerlo. "Eres una
parodia de todo lo que era el Enemigo de la Muerte, una imitación endeble".
Call sonrió con esperanza vengativa. Si pudiera controlar a Alex, le sería difícil no obligarlo a
que hiciera algo estúpido y humillante, por supuesto, después de dejar a los niños del Curso de
Hierro a salvo en el suelo. Se acercó de nuevo, esta vez no hacia el fuego en sí, sino hacia Alex,
solo para golpear lo que parecía una pared de vacío pegajosa. Sintió que su poder era
arrastrado hacia Alex y luego expulsado hacia atrás con lo que parecía ser una fuerza física. En
lo que sea que Alex se había convertido, era demasiado poderoso para que Call lo controlara.
El Maestro Rockmaple corrió de regreso a través de la Puerta de la Misión con el Maestro
North y el Sr. Rajavi, quienes aparentemente no habían logrado salir del recinto del
Magisterium. El maestro North llevaba un teléfono tornado.
Tamara miró a su padre, él le lanzó una rápida mirada de vuelta, pero no le habló, lo que
probablemente fue la decisión correcta, era mejor que a Alex no recordara su relación, era
mejor para ellos que Alex no pensara en una nueva forma de lastimar a uno de ellos.
"Realmente no podemos hacer esto", estaba diciendo el Maestro North. Luego vio a los niños
colgando de las garras del dragón, ambos luciendo cada vez más aterrados, cada vez más
seguros de que serían alimento del caos.
"Por ahora", dijo Rajavi, activando el teléfono tornado. En el otro extremo había un guardia
del Panópticon. Call reconoció el uniforme con un estremecimiento. “Necesitamos que
consigas a Anastasia Tarquin y la prepares para su liberación. Pero tráela aquí primero.
Necesitamos ver que está bien y luego será puesta en libertad ”, dijo Rajavi.
"Anastasia Tarquin?" Exigió el guardia, aturdido. “¿Con qué autoridad?” “Hablo en nombre de
la Asamblea”, dijo Rajavi mientras el guardia parecía darse cuenta lentamente de con quién
estaba hablando y de la confusión de lo que estaba sucediendo en el fondo. Él palideció y salió
corriendo.
Sobre su dragón, Alex sonrió, satisfecho. El dragón abrió sus garras y la niña se resbaló,
emitiendo un alarido. El dragón la atrapó de nuevo, como si fuera una pelota y estuviera
jugando con ella mientras sus gritos seguían y seguían.
"¡Detente!", Gritó el señor Rajavi. “¡Te estamos dando lo que quieres! Solo devuelva a los
niños... "
"Claro, los enviaré de vuelta, ligeramente chamuscados ", dijo Alex, riendo. Se le ocurrió a Call
que esto era lo que Alex siempre había querido ser. Esto era lo que siempre había pensado
que se suponía que era el Enemigo de la Muerte: este maníaco horror.
"Los niños son inocentes", dijo el Maestro Rufus. “No te han hecho nada. Tómame. "
" Se va a volver loco ", susurró Tamara, con el rostro pálido. "Tenemos que hacer algo..."
"¡Ella está aquí!", Dijo Master North. A través del remolino del teléfono del tornado, pudieron
ver a Anastasia con el holgado uniforme de un prisionero de Panópticon, siendo conducidos
por la puerta principal de la cárcel por dos guardias fornidos. Ella estaba parpadeando pero
claramente ilesa.
Los guardias se hicieron a un lado, y Anastasia miró a su alrededor con asombro. Estaba claro
que no tenía idea de lo que estaba pasando. Su voz apenas era audible a través del teléfono.
"¿Qué está pasando? ¿Quién está ahí? "
"¡Será mejor que lo hagas! "Gritó Tamara. “Todos saben cómo se ve Anastasia y todos saben
que es una traidora. ¡Si no la alcanzas primero, cualquier mago que pase podría atraparla y
devolverla a la cárcel, o algo peor!
Alex le mostró los dientes toda la multitud se puso en tensión, y el dragón se adelantó,
abriendo sus garras. Los dos chicos del Curso de Hierro se soltaron, cayendo hacia el suelo y
luego disminuyendo la velocidad justo antes de que golpearan. Ambos se sentaron, para alivio
de Call. Sin embargo, Axel sostenía su brazo y Call supuso que los Maestros no habían podido
amortiguarlo lo suficiente. El maestro Rockmaple corrió hacia los niños. El dragón de Alex se
echó hacia atrás, dejando escapar una bocanada de fuego negro. "No me seguirás", dijo Alex, y
extendió su mano.
La oscuridad se derramó de ella. Call recordó su sueño otra vez. Toda una ciudad desgarrada
por el caos. La oscuridad comenzó a formar un vacío giratorio, como un embudo negro de
succión. Al extenderse hacia el Magisterium, aspiraba hojas y piedras el más cercano era el
maestro Rockmaple, porque había corrido para agarrar a los niños. Levantó las manos y el
fuego ardió entre ellas. Con una mirada severa, lanzó fuego hacia el caos... Y la ola negra se
lanzó hacia adelante y lo envolvió. Con un aullido, fue arrastrado al vacío. Él se había ido. La
gente gritaba de nuevo, dándose la vuelta para correr de nuevo al Magisterium, pero la
presión de los cuerpos creó un bloqueo en las puertas, estaban atrapados afuera, sería una
masacre.
Call solo negó con la cabeza, su pelo azotado por el viento del vacío. Tamara estaba tirando de
su brazo, tratando de que retrocediera. Dobló los dedos ligeramente, como había hecho en su
sueño: el vacío comenzó a fragmentarse, rompiéndose en pedazos como un cristal negro que
se rompe. Pero la oscuridad estaba alrededor de Call y se sintió caer.
“Oh", dijo Call. Recordando algo parecido, algo sobre un agujero abierto hacia el caos tratando
de cerrarse sobre su propia alma.
<< Traté de aferrarte, pero sentí que te estabas escapando, Aaron continuó. >>
Sonaba asustado y enojado, Call pensó que tenía sentido, si él hubiera muerto, Aaron también
habría muerto.
<< Ese NO es el punto - Aaron comenzó a decir, pero la Maestra Amaranth interrumpió. >>
Call pensó por un extraño momento que se refería a Aaron, antes de girarse para ver a Tamara
sentada en la cama junto a él. Dejó el libro de anatomía que había estado leyendo y corrió
hacia su cama.
"No seas idiota", dijo Tamara con cariño. "No tienes nada por lo que lamentarte".
<< No lo entiendes, dijo Aaron. No iba a morir Si tu alma estuviera agotada, habría estado solo
aquí. >>
Call supuso que esa era una de las formas en que Aaron podía conseguir un cuerpo.
Tamara se sentó en la silla junto a su catre. Ella estaba sonriendo, y él estaba increíblemente
aliviado de verla a ella también. Las cosas no se veían bien cuando perdió el conocimiento.
"¿Estás bien?", Dijo. "¿Todo el mundo está bien?"
"La mayoría", dijo Tamara. "Rompiste el tornado de caos de Alex, y luego te desmayaste y no
me di cuenta exactamente de lo que estaba pasando". "Pero básicamente Alex escapó con la
confusión". Ella se mordió el labio. "También perdimos al Maestro Rockmaple".
"Lo siento", dijo Call de nuevo. Sabía que debería haber actuado antes.
"Te dije que no es tu culpa", dijo Tamara, regresando a su habitual tono mandón. "No sé qué
vamos a hacer con respecto a Alex", agregó. “Después de que te desmayaste, me las arreglé
para hablar con mi papá. Dijo que Alex tenía razón, que nunca antes ha habido un Devorado
por el caos. Ya hay muy pocos Makaris y son tan pocos los magos que se convierten en
Devorados, que los Makaris nunca antes lo habían hecho. No sabemos cómo detenerlo. Ni
siquiera sabemos mucho sobre los Devorados. En el mundo de los magos, no nos gusta admitir
que algo así puede suceder”.
Call pensó en la hermana de Tamara, Ravan, y en el maestro del Maestro Rufus, el Maestro
Marcus. Ambos se habían convertido en devorados y, de hecho, eran espeluznantes. Ya no del
todo humanos, no del todo elementales. Call nunca supo de qué lado estaban ellos dos, y
nadie parecía saber cuánto quedaba de su antiguo ser. Aunque, por lo que valía, Alex parecía
exactamente el mismo malvado y desagradable que había sido antes de ser un Devorado del
caos. Sólo que con mucho más poder.
"¿Pero estoy seguro de que pensaremos en algo?" Call lo intentó débilmente. Tamara frunció
el ceño.
Call repitió las palabras, tratando de sonar como si realmente se sintiera así. La forma en que
Aaron los habría dicho.
Tamara levantó una mano. "No. Absolutamente no. ¿Por qué estás hablando de esa manera?
El Call que yo conoco nunca diría eso. El Call que conozco estaría hablando de empacar bolsas
y salir corriendo a un lugar remoto donde podríamos disfrazarnos y escondernos. Luego, más
tarde, podría hacer algo heroico a regañadientes. Ella lo miró con profunda sospecha. "Algo
está sucediendo".
Call se estremeció y pensó en su padre, quien no hace mucho había sugerido que huyeran a
una ubicación remota. Tamara lo conocía alarmantemente bien. No podía dejar de decirle algo
más. "Uh", dijo. "Aaron está en mi cabeza".
"No estoy mintiendo, y no estoy bromeando", dijo Call en un susurro áspero. “Cuando Aarón
murió, en el campo de batalla, su alma pasó a mí. Y no ese tipo de extraño medio Aaron, sino
el verdadero Aaron. El alma de Aaron está viva y está en mi cabeza".
Tamara lo miró con la boca abierta. Ella estaba claramente tratando de decidir si él necesitaba
una dosis masiva de medicina.
"Puedo probarlo", dijo Call. "Dame una oportunidad". Después de una larga vacilación, ella
asintió.
Call no sabía exactamente a qué se refería, pero él asintió. Tamara lo estaba mirando
fijamente, sin duda notando que estaba asintiendo con la cabeza sin ninguna razón, pero a Call
ya no le importaba. Necesitaba que alguien le creyera que esto era verdad. Adelante.
"Tamara", dijo. No había querido decirlo, la palabra acababa de salir de su boca. Se quedó
quieto, era como escuchar a Aaron. ¿Qué iba a decir a continuación? "¿Recuerdas esa primera
noche después de la Prueba de Hierro?", Dijo Aaron. Tamara asintió, con los ojos abiertos.
"Call se fue a la cama temprano. Estábamos sentados en la sala de estar y tu dijiste: 'No te
preocupes de que esté en nuestro grupo de aprendices, no durará toda la semana ''.
Ella lo miró fijamente durante un largo momento. "Podrías haberle dicho a Call." Era una
buena señal de que estaba actuando como si estuviera hablando con Aaron. Bien, pero raro.
Call le había dado a Aaron permiso para controlar su cuerpo, pero todavía no le gustaba.
"¡Aaron! ", Gritó Tamara, y lanzó sus brazos alrededor de Call. Ella estaba sollozando. "Eres tú.
Sé que nadie más lo sabía. "
"No puedo creer esto ", murmuró Call. Estaba disfrutando abrazar a Tamara, pero había algo
sobre lo que Aaron dijo que le había disgustado. "¡Ambos querían deshacerse de mí! ¡Eso
apesta!”
Tamara se apartó un poco, sus ojos brillaban con lágrimas. "Lo superamos", dijo ella.
Call aún no se sentía completamente reconfortado, pero se alegraba de que ella le creyera.
Cuando lo miró de nuevo, había algo nuevo en su rostro, algo que nunca había visto antes.
"Call", dijo. "Estaba equivocada. Hiciste algo increíble. No sé cómo lo hiciste, pero trajiste a
Aaron de la muerte. "
" Y eso es bueno ", dijo Call, no estoy seguro de cómo explicarlo de una forma que yo
entienda. "¿Cierto?"
“Sigo pensando en algo que dijiste cuando llegaste por primera vez al Magisterium, cuando
recién estabas aprendiendo sobre el mundo de los magos. No entendiste por qué el Enemigo
de la Muerte era un nombre tan aterrador. ¿Recuerdas lo que dijiste? ¿Quién quiere ser el
Amigo de la Muerte? ”
"Lo he pensado mucho", le dijo Tamara. "Acerca de cómo no hay nada de malo en no querer
más muerte. Todos queremos eso. Ese no era el problema de Constantine, y traer a Aaron de
regreso es tan bueno que es increíble. Es asombroso. Call, hiciste algo que nadie había hecho
antes. "
" Bueno, pero tenemos dos problemas ", dijo Call, aunque se mostró reacio a renunciar a
cualquiera de las buenas opiniones de Tamara. "Uno, Aaron más o menos se metió en mi
cabeza al tratar de evitar que me destruyera el caos y no estoy seguro de que podamos hacer
algo así otra vez. Y, uh, dos, tenemos que conseguirle un cuerpo a Aaron”.
Sus ojos se abrieron un poco. "Oh, sí." Antes de que pudieran llegar al meollo de la ética del
robo de cuerpos, la Maestra Amaranth regresó. Junto a ella había un miembro de la Asamblea
que Call reconoció, pero que no recordaba su nombre. La serpiente de al Maestra Amaranth
"Callum", dijo la Maestra Amaranth. "Contra mi consejo, los miembros clave de la Asamblea
han venido al Magisterium y están ansiosos por tener una reunión con usted y algunos de sus
amigos. Uno pensaría que serían un poco más pacientes, pero resulta que son muy malos para
esperar”. El miembro de la Asamblea a su lado tenía una expresión cada vez más pinchada e
infeliz pero no picó el cebo. "Lo sentimos", dijo. "Pero esto es una cuestión de urgencia. Alex
Strike nos ha enviado sus demandas y los involucran a ambos”.
La Asamblea se reunía en la gran sala de piedra alrededor de la mesa redonda donde Call se
había sentado frente a ellos antes, cuando les había llevado la cabeza de Constantine Madden
en una bolsa. Eso había sido un gran éxito, o eso le gustaba pensar. Cuando él y Tamara
entraron, se sorprendió al encontrar a Jasper allí, hablando en voz baja con uno de los
miembros. Call se acercó lo suficiente como para escuchar que su conversación era sobre el
padre de Jasper, actualmente encarcelado en el Panópticon. Si Anastasia había sido
condenada a muerte, ¿cuál era el castigo del padre de Jasper? No podía estar realmente en
problemas, Call intentó tranquilizarse. Seguramente Jasper se lo habría dicho. Pero al
contemplar las caras sonrientes de los magos, un escalofrío lo atravesó. "Suficiente,
suficiente". Una aguda voz cortó la charla cuando Call y Tamara tomaron sus asientos. El
maestro Rufus se sentó frente a ellos, con los brazos cruzados. Algunos otros maestros del
Magisterium estaban con él. "Suficiente. Todos son llamados al orden”, dijo el asambleísta
Graves, anciano y gruñón, que era una de las voces principales de la Asamblea. "Tenemos
asuntos que discutir".
Todos tomaron asiento Call trató de llamar la atención de Jasper, pero este estaba mirando
sus propias manos cruzadas.
"Hemos sufrido una gran pérdida hoy", dijo el Maestro North. "El Maestro Rockmaple,
después de una larga vida dedicada al servicio desinteresado a sus compañeros magos, está
muerto". "No solo muerto", dijo la Maestra Milagros, con los ojos rojos. "Fue absorbido en el
caos. Quién sabe dónde puede estar vagando su alma "." Estaba salvando a dos estudiantes ",
dijo el Maestro Rufus. "Será recordado como un héroe. Como debería llamarlo ", agregó,
lanzando una mirada al Asambleísta Graves. "Si no fuera por nuestro Makaris, Alexander Strike
podría haber logrado asesinar a más inocentes”.
“Y es para discutir sobre Alexander Strike que se ha convocado esta reunión", dijo Graves.
Levantó un pedazo de papel de la mesa de piedra frente a él como si fuera un objeto
desagradable. "Tengo aquí su lista de demandas, que nos llegó después de que, según
informes, lo vieron en el Panópticon, 'rescatando' a Anastasia Tarquin de un castigo muy
merecido".
"En cierto sentido, él nos mantiene a todos como rehenes", dijo Rufus. "Nadie sabe lo que
puede hacer un Devorado por el caos".
"Él puede quemar el bosque", dijo Tamara. “Él puede crear agujeros negros de caos que solo
Call puede desmantelar. Y Call prácticamente se suicidó haciéndolo.
El asambleísta Graves miró por sobre su larga nariz hacia ella. "Tamara Rajavi", dijo. "Me
imagino que te gustaría escuchar esta lista de demandas, ya que te menciona
específicamente. ¿O prefieres charlar? ”Call agarró la mano de Tamara debajo de la mesa
antes de que ella pudiera trepar sobre ella y darle un golpe a Graves, quien se aclaró la
garganta, se colocó un par de gafas en la nariz y comenzó a leer.
A estas alturas ya saben que yo, Alexander Strike, me he convertido en un Devorado del caos.
Yo soy el caos, y el caos soy yo. Puedo desatar el poder destructivo del caos en la tierra en
cualquier momento que desee. Puedo quemar ciudades y evaporar océanos. Puedo destruir el
mundo. Solo tienen una oportunidad para salvarse, y es hacer lo que yo diga. Consideraría
hacer una tregua con el Magisterium si los magos se ponen inmediatamente a mi disposición
para construir una fortaleza para mí. He adjuntado un dibujo. Será masivo, hecho de mármol y
granito. Quiero que se construya cerca del Magisterium, de modo que cada aprendiz tenga que
verlo cada vez que esté fuera de las cavernas, y quiero que tenga una sala de cine grande y un
balcón. Debe empequeñecer cualquier fortaleza que Constantine Madden haya tenido.Tan
pronto como se construya la fortaleza, la ocuparé. Entonces me traerán a Callum Hunt,
Tamara Rajavi y Jasper deWinter encadenados para que no puedan hacer magia. De hecho,
los traerán amordazados, especialmente a Call. Por último, quiero que me entreguen a Kimiya
Rajavi, aunque ella vendrá voluntariamente.
Alexander Strike
"Él cree que mi hija Kimiya estaba enamorada de él ", dijo Rajavi. “Ella es una niña tonta, pero
muy avergonzada de haberse desviado. Estar con él otra vez es lo último que desearía. Graves
lo miró con escepticismo, pero no hizo ningún comentario. "Vi a Alex", continuó el Sr. Rajavi.
“No se parecía en nada al chico que recordaba. Llevaba una capa enorme y parecía deleitarse
asustándonos. Todas sus demandas pueden parecer absurdas, pero realmente tiene poder y la
"Devorado por el caos", dijo el asambleísta Graves después de un momento. "No tenemos
experiencia con algo como eso, ¿verdad?" Se produjo un silencio. "No", dijo, después de
dejarlo pasar varios momentos. "Callum, como Makaris, ¿qué sabes de esto?" Call se aclaró la
garganta y comenzó a entrar en pánico. Este era el tipo de situación en la que nunca le había
ido bien. Siempre decía algo incorrecto.
<< Tú tampoco sabes nada, le dijo Aaron. Sólo diles eso. >>
"Hay un lagarto que conozco", dijo Call. Pudo escuchar el gemido de Aaron en su cabeza, pero
Call siguió hablando. “Él me advirtió sobre otra cosa, algo que había sido enviado al caos. Así
que supongo que lo único que sé es que quizás Alex trajo a otros elementales del caos con él.
Como tal vez ese dragón. Graves no parecía impresionado.
"¿Podrías convertirte en un Devorado del caos?" "¿Qué?" dijo Call. Graves se ajustó las gafas.
“Si usas tu habilidad para manipular el caos sin un contrapeso, podrías ser atraído y
convertirte en uno de los Devorados. Serías una criatura del caos, no del todo humana. Pero
podrías ser capaz de derribar a Alex. Sería un acto muy heroico.”
Call lo miró fijamente. No podía creer que Graves realmente estuviera sugiriendo tal cosa,
pero luego recordó la forma en que Aaron sabía que lo estaban tratando bien porque iban a
pedirle que muriera por ellos. Ahora Call era el único Makaris en la ciudad.
Desafortunadamente para la Asamblea, Call nunca había sido particularmente bueno para
sacrificarse.
<< Pensaste que era un imbécil, ¿es eso? Preguntó Aaron. >>
"¡No!", Dijo Call, luego se dio cuenta de que había respondido a Graves directamente sin
pretenderlo.
"Call tiene razón él no hará eso, sería un suicidio”, dijo el Maestro Rufus, interrumpiendo
cualquier posible objeción. "Call, Jasper, Tamara. Quiero que entiendan lo que está pasando
aquí, porque decirles que Alex quiere que se los entreguen es un riesgo". Un riesgo que no
todos aquí pensaron que deberíamos tomar”. Miró a Graves, quien le devolvió la mirada.
“Ahora que conocen las peticiones de Alex, ahora que conocen el peligro que él les plantea
directamente, pueden estar justificados en no querer tener nada que ver con esto. Alex cree
que nunca les diríamos que los había pedido como prisioneros, por miedo a que huyeran, pero
yo confío en ustedes. Estoy seguro de que no correrán debido a la muerte y destrucción que
hacerlo traería a personas inocentes.
"No tenemos planes de entregarlos a Alex, pero creo que comenzaremos a construir su
fortaleza, porque eso hará que crea que estamos cooperando y nos comprará algo de tiempo".
"Si voy a hacer esto por mi cuenta", dijo Call, con voz dura, "si tengo que averiguar cómo
derrotar a Alex, a pesar de que todavía soy un estudiante, entonces quiero algo a cambio". Lo
que sea que haga, lo que sea que mis amigos decidan que tenemos que hacer para destruir a
un Devorado del caos, no quiero que se interpongan en nuestro camino.
Quiero que me ayuden, basta de tratarme como si fuera el Enemigo. ¿Entendido? ”Hubo un
silencio. La cara del Maestro Rufus era ilegible; Call se preguntó si había ido demasiado lejos.
Graves se quitó las gafas de la nariz y entrecerró los ojos para mirar a Call.
"Entendemos, Sr. Hunt", dijo. "Te entendemos muy bien". "Bien", dijo Call, y se puso de pie.
Para su alivio, Tamara y Jasper también se levantaron, claramente listos para ir a donde él iba.
"Entonces lo haré lo mejor que pueda".
"Te ayudaremos", dijo Tamara. Se alegró de que ella no hubiera dicho que todo estaría bien.
Pero Tamara era demasiado inteligente para decir eso. Ella sabía que ese tipo de promesas no
significaba nada; ella hizo el tipo de promesa que podía mantener. "No estarás solo". Ella
levantó la vista. "¿Cierto, Jasper?" Él asintió.
<< Y yo estaré aquí, dijo Aaron. ¿Recuerdas cuando era yo en este sofá? ¿Recuerdas que tiré
mi zapato porque sabía que ser Makaris significaba que tendría que morir por el Magisterium?
>>
"Y yo también ayudaré", dijo Gwenda, luego se detuvo. "Espera, ¿con qué prometí ayudar?"
Jasper le contó rápidamente sobre la reunión y el mensaje de Alex. "¿Quieres decir que tienes
que descubrir cómo derrotar a un Devorado del caos?", Dijo Gwenda con incredulidad. "En
realidad, espera, tenemos que descubrir cómo derrotar a un Devorado de caos, ya que acabo
prometer que ayudaré? No puedo creerlo. Siempre me pregunté cómo terminabas atrayendo
a Tamara y Jasper hacia estas cosas, y ahora lo sé. "
" No es broma ", dijo Jasper. "¿Cómo terminamos diciendo estas cosas? ¿Quién quiere
involucrarse en este tipo de cosas? "
"No seas ridículo", dijo Jasper. "Por supuesto que sí. Quiero decir, no quiero, pero entiendes el
punto. ¿Cuál es nuestro primer movimiento? "
"¿Crees que Alex tiene aliados?", Dijo Gwenda, sentándose en la mesa. "Además de Anastasia
Tarquin, supongo".
"No como los tenía el Maestro Joseph", dijo Call. Alex no es el enemigo de la muerte. A él no le
importa terminar con la muerte y el dolor. A él solo le importa el poder. Así que muchas de las
personas que siguieron a Constantine y su grupo probablemente no seguirán a Alex. "
"¿Qué hay del dragón?", Preguntó Gwenda. “Debe haber sido un elemental del caos, pero era
enorme. ¿Eso era Automotones? ¿Crees que eso era lo que Warren nos estaba advirtiendo? "
" Automotones es un enorme elemental diferente, pero desde que Alex volvió, quién sabe qué
más vino con él ", dijo Tamara. "Tenemos que asumir que incluso si él no tiene seguidores, aún
puede controlar suficientes monstruos para que un ataque directo sea arriesgado".
"Nadie sabe cómo detener a un Devorado del caos", dijo Call. “Quiero decir, ni siquiera sé
mucho sobre los Devorados. A los magos no parece gustarles hablar de ellos.
Tamara suspiró. “Sí, cuando Ravan se convirtió en uno de los Devorados, mi familia fingió que
estaba muerta. Ellos pensaron que era mejor así. Pero cuando necesitaba su ayuda, ella estaba
allí para mí. Todavía se consideraba mi hermana. "
Tamara negó con la cabeza. "Ella no tiene que ser humana para que le importe".
La última vez que Call vio a Ravan de cerca, ella había estado sacándole a él y a Jasper del
Panóptico, era un pilar de fuego terrorífico. La última vez que la había visto desde lejos, había
estado ayudando a Tamara y Jasper a escapar del Maestro Joseph. Ella había sido una columna
de fuego.
<< No olvides el campo de batalla, dijo Aaron. Ella estaba allí, también. >>
"Alex parece exactamente el mismo idiota que era antes", dijo Call. "Pero Ravan, espera, ¿aún
puedes contactarla?"
"¿Qué quieres decir?", Preguntó Tamara. "Podríamos preguntarle a Ravan acerca de ser un
Devorado", dijo Call. “Sobre las fortalezas y debilidades. Tal vez podría ayudarnos a descubrir
cómo derrotar a Alex. "
"Los magos todavía la están buscando, "dijo Jasper. "No les gusta dejar que los Devorados
simplemente anden sueltos. Si la atrapaban, la llevarían de vuelta al Magisterium y la
encerrarían de nuevo".
Ella suspiró. "Sí, puedo contactarla, pero Jasper tiene razón. Se arriesgaría al enviar un
mensaje. Ella podría no contestar. "
"En este momento es una posibilidad muy remota ", dijo Call.
"Mientras tanto, deberíamos intentar encontrar a Warren de nuevo", dijo Gwenda. "Apuesto a
que él sabe más de lo que está diciendo".
"Bueno", dijo Jasper. "Es hora de sacárselo, necesitamos interrogar a ese lagarto. Atrapa a esa
lagartija, átala a una silla y dile que dormirá con los peces si no nos cuenta todo lo que sabe.
Las cejas de Tamara se elevaron. "Él siempre está durmiendo con los peces", dijo. "Al menos lo
hace cuando no se los está comiendo".
"Podríamos atraerlo con un plato de comida", dijo Gwenda. "¿Qué crees que le gustaría
comer?" Discutieron eso por un tiempo y terminaron usando magia, un viaje al Refectorio, una
red y una rápida revisión en sus propios cajones de chatarra para crear un plato que estaban
seguros que tendría algo para atraer a Warren. En el plato había grillos de las cuevas, peces sin
ojos, gemas, carbones y líquenes que sabían a algodón de azúcar. Los cuatro, con Estrago
detrás, caminaron a través de los túneles llamando "¡Warren!" Y finalmente dejaron el plato
para esperar. No pasó nada. Jasper comenzó a silbar. Gwenda comenzó un juego de tic-tac-toe
con Tamara.
"¡El tiempo está más cerca...!", Dijo Call en voz alta, esperando que el pequeño lagarto no
pudiera resistirse a terminar su frase favorita.
"¿Qué?" Dijo Gwenda, y luego gritó cuando Warren se escabulló de las sombras corrió en una
línea recta hacia el plato y devoró un grillo.
"Warren ya lo había adivinado", dijo Warren, descartando el liquen. Tomó unos cuantos grillos
más. “Has visto al Devorado del caos, ¿verdad? Sabes por qué te lo advirtió Warren.
"Aunque en el futuro apreciaríamos advertencias más concretas, ¿sabes?" Dijo Jasper, incapaz
de agarrar a Warren para interrogarlo. "Deja de dar rodeos. Solo di lo que quieres decir.
"¿Se refiere siempre a sí mismo en tercera persona? ", Susurró Gwenda mientras seguían a
Warren hacia el pasillo.
"No siempre", dijo Call. "Es inconsistente". Gwenda murmuró algo acerca de no poder creer
que estaban haciendo esto. Era tarde, y los pasillos estaban oscurecidos no había estudiantes
alrededor mientras se apresuraban tras el brillante lagarto, que doblaba las esquinas con tanta
rapidez que pronto se perdieron. Call pudo sentir que sus compañeros se inquietaban cuando
el suelo se inclinaba hacia abajo y hacia abajo, y las paredes se volvían más manchadas de
humedad. Sintió como si pudiera sentir la presencia del peso de toda la montaña sobre él,
presionando hacia abajo.
Llegaron por fin a un pasaje que era más como una grieta en las rocas. Era horriblemente
estrecho. Warren se metió en él, claramente esperando que el resto los siguiera. Estrago,
incapaz de entrar, se cernía preocupado en la entrada. Call miró a Tamara, que tragó saliva y
se deslizó en el espacio detrás de la lagartija. Tuvieron que arrastrarse lateralmente para
empujarse, la piedra presionando contra sus espaldas y estómagos. Call pudo escuchar a
Jasper quejándose de que debería haber comido menos liquen en la cena. Por favor, por favor,
no me dejes morir atascado aquí, Call oró, y haré todo lo que pueda para derrotar a Alex.
Escuchó a Tamara dar un grito de alivio, y un momento después salió del espacio estrecho
como un corcho de una botella. A su alrededor había paredes de roca volcánica endurecida,
negras y escarpadas. El calor era intenso. Tanto Jasper como Gwenda se quedaron sin aliento
cuando emergieron. El fuego era audible en la distancia, crepitando como un trueno.
Había un ancho pasillo entre dos largas filas de jaulas, cuyas barras estaban hechas de
reluciente oro tallado con símbolos de fuego. Call había estado allí antes, aunque había pasado
por las oficinas de Anastasia Tarquin. "Aquí es donde mantienen a los Devorados", dijo Tamara
en voz baja. “Los que han sido consumidos por los elementos. Esta área es para el fuego. "
"¿Warren? "Dijo Call. "Warren, ¿qué estás haciendo? ¿Cómo llegamos aquí? "
" Hay una manera secreta de entrar en cada lugar ", dijo Warren. "Y alguien aquí quiere verte."
Comenzó a correr por el pasillo. Después de un momento, los cuatro estudiantes siguieron.
Hacía tanto calor que Call sintió como si cada aliento le quemara los pulmones. Tamara y los
demás parecían miserables, también. Se alegró de que Estrago no hubiera venido: un abrigo
de piel era lo último que se necesitaba aquí. La mayoría de las jaulas estaban llenas de lo que
parecían hogueras ardientes; Algunos eran azules o verdes, la mayoría eran rojos y dorados.
En una jaula, la lava goteaba del techo como lluvia feroz.
Una rueda de fuego giraba en el aire. Tamara se detuvo frente a una jaula vacía. El interior era
de piedra ennegrecida. Le temblaban los labios. "Ravan", dijo ella, tocando los barrotes.
Call se acercó a los barrotes de la jaula, lo más cerca posible sin llegar a quemarse. "Marcus,
necesitamos tu ayuda", dijo. "Nos has ayudado antes".
"¿Y eso en qué me beneficia?", Preguntó Marcus. "Todavía estoy aquí, dentro de esta jaula".
"Has hecho un gran bien al mundo", dijo Tamara con firmeza. "Nos ayudaste a derrotar al
Maestro Joseph".
"Y ahora su aprendiz se levanta, más poderoso que nunca", dijo Marcus. "Quizás no haya
victoria, pequeños de Rufus".
"En realidad, solo se convirtió en mi Maestro recientemente", dijo Jasper. "Quiero decir, para
el registro."
"Marcus", dijo Call firmemente. "¿Qué sabes de Alex Strike? ¿El Devorado por el caos? "
"Escuché rumores de que tal criatura había nacido, "dijo Marcus. “Al principio, no lo creía,
para ser un devorado por el caos debes convertirte en el vacío, que es la nada. El vacío en el
corazón del torbellino”.
"Muchos han regresado", dijo Marcus. “El Devorado fue enviado al caos. Pero fue capaz de
abrir una puerta hacia nuestro mundo y regresar. Trajo consigo a aquellos que pensó que
podrían ayudarlo aquí: Azhdaha, el Gran Dragón. Automotones. El más salvaje de los
caotizados jamás lanzados al vacío. Todos han regresado a su lado. "
Call suspiró. “Él era un Caotizado leal a Constantine, a mí o lo que sea. Tampoco creo que
Stanley fuera su verdadero nombre; así es como lo llamé.
Call estaba frustrado y sudoroso. "¿Por qué quisiste vernos? Warren dijo que conseguiste que
nos trajera aquí. Al oír su nombre, el lagarto se acurrucó en el hombro de Marcus y comenzó a
frotarse como lo haría un gato, sacándole la lengua al aire caliente. Call supuso que eran más
cercanos de lo que había pensado.
"Fuiste tú quien buscó a Warren", les recordó Marcus. "Hice que te guiara hacia mí por Rufus.
Si no me hubiera Devorado, el Maestro Rufo podría haber estado menos distraído, menos
dispuesto a permitir que el Maestro José se acercara a Constantine. Todos tenemos una parte
de la responsabilidad por el Enemigo de la Muerte, y me gustaría descargar la mía ayudando a
la derrota de esta nueva amenaza”.
"Entonces ayúdame. ¡Ayúdanos! Marcus lo miró con ojos ardientes. "Todo lo que necesitas ya
está contigo".
"¡Eso no ayuda!" Dijo Call. “Solo di lo que quieres decir por una vez. ¡No más enigmas! —
Buena suerte, magos —dijo Marcus, y luego estalló en una columna de llamas. Cuando se
apagó, no había nadie más que Warren, las gemas en su espalda brillaban más que nunca.
"Los llevaré a casa", dijo el pequeño lagarto, corriendo hacia delante antes de esperar una
respuesta, dejándolos que le dieran alcance.
"Ese era el maestro Marcus", dijo Gwenda mientras lo seguía. "No puedo creer que lo
conozcas, no puedo creer que acabamos de hablar con él, es una leyenda, y aterrador. Una
leyenda aterradora. "
A Call le dolía la pierna mientras se abría paso a través de los túneles y sintió que era
exactamente lo contrario de genial. Frente a la Asamblea, había actuado como si fuera capaz
de encontrar una manera de detener a Alex. Pero mientras se dirigían hacia las partes menos
congestionadas del Magisterium, comenzó a desesperarse.
<< Vamos a estar bien, dijo Aaron, pero él no parecía del todo seguro de sí mismo. >>
Warren se detuvo y se posó en una roca sobre un arroyo que pasaba por las cuevas. Estaban
de vuelta en una parte familiar del Magisterium.
"Espera", dijo Gwenda. "Pensé que estaba más cerca de lo que pensamos".
Gwenda se volvió hacia Call. "¿Él siempre dice eso? Por favor, dime que esto es normal".
Ella les dio a todos una mirada feroz. "Eso es lo que vamos a descubrir".
Unas horas más tarde, habían cubierto la mesa, el sofá y una gran parte del piso en su sala
común con libros que habían tomado prestados de la biblioteca. Cada uno de ellos tenía una
pila y estaban hojeando, buscando armas que pudieran ser útiles contra Alex. Resultó que los
magos habían hecho muchas cosas a lo largo de los años, aunque muy pocos de ellos estaban
a la altura del Alkahest, que podía matar a los usuarios del caos con su propia magia y que Alex
había modificado para robar las habilidades Makaris de Aaron y que afortunadamente había
sido destruido. La mayoría eran útiles pero un poco aburridos, como los cuchillos que volvían a
la mano de la persona que los tiraba. Unos pocos eran raros.
"Encontré un hacha que corta las cabezas de tres palomas con cada lanzamiento", dijo Jasper,
levantando la vista de su libro con el ceño fruncido. "¿Quién querría hacer algo así?"
"Alguien que realmente odia a las palomas", dijo Gwenda con un bostezo.
Justo en ese momento alguien tocó la puerta. Call se acercó y la abrió para encontrarse frente
a un grupo de chicos de primer año, entre ellos Axel y la chica que había sido atrapada por el
dragón.
"Soy Lisa", dijo la niña, entregando un dibujo a Call. “Solo queríamos que supieras que nunca
creeremos nada malo que alguien diga sobre ti. Eres genial, nos salvaste y yo dibujé un retrato
tuyo”.
Call tomó el retrato y lo miró. No podía negar que en realidad estaba muy bien dibujado. El
rostro realmente se parecía a él, pero el cuerpo estaba mucho más abultado y también
mostraba su camisa rasgada con seis abdominales. "Uh", dijo Call, avergonzado. Tamara lo
tomó de sus manos.
"Lo más seguro es que no lo hagamos", dijo Jasper, quien hubiera amado el dibujo si hubiera
sido de él.
Con Celia diciéndole a la gente que Call era malvado, supuso que no podía permitirse malas
relaciones públicas. Tal vez estos niños del Curso de Hierro podrían ayudarlo a recuperar la
gracia del resto de los estudiantes. "Gracias", le dijo a Lisa. "Es genial".
"Solo queríamos que supieras", dijo Axel, "lo que necesites, o si quieres que hagamos
cualquier cosa, no dudes en pedírnosla".
Una sonrisa malvada creció en la cara de Call, ese era un regalo con el que sabía muy bien qué
hacer. "¡Genial!", Dijo. "Como pueden ver, estamos muy ocupados, entonces, ¿qué tal si van al
Refectorio y nos consiguen algunos de esos pasteles de liquen que saben a pizza? Y luego
necesito más libros de la biblioteca... "
"Tal vez sólo los pasteles de liquen por ahora", dijo a los chicos del Curso de Hierro. Ellos
asintieron y se fueron a cumplir las órdenes de Call.
"Creo que descubrirás que lo son", dijo Call, y luego admitió: "Supongo que me gané un Punto
de señor del mal por eso".
"Te lo diré más tarde", dijo, dándose cuenta de que tal vez no quería que ella supiera acerca
de la lista de cosas de señor del mal. Y definitivamente no quería que Jasper y Gwenda,
quienes lo miraban de manera extraña, comenzaran a contar puntos por él.
<< Si no hay armas en estos libros, tendremos que ponernos serios, dijo Aaron. Sé que no
quieres mirar los recuerdos, pero podrían ser nuestra mejor esperanza de derrotar a Alex. >>
No serviré de nada a nadie si me hago un señor del mal completo, pensó Call como respuesta.
Echaba de menos los días en que creía que hacer trampa en una prueba o tomar la última
porción de pizza era suficiente para convertirlo en un tipo malo. Los recuerdos eran peligrosos
y peligrosamente tentadores. ¿Y si pudiera salvar el mundo pero eso significaba perderse a sí
Cuando terminaron de leer todos los libros, los pasteles de líquenes eran un recuerdo lejano.
Estaban frustrados y hambrientos. Finalmente, Gwenda se levantó y estiró los brazos sobre su
cabeza. "Está bien", dijo ella. "Necesitamos un descanso".
"¿Crees que Alex se está tomando un descanso?" Exigió Jasper. "El mal nunca toma un
descanso".
"Bueno, Gwenda tiene razón. Necesitamos uno ", dijo Tamara. “Bajemos a la galería y
nademos. Tenemos que dejar que nuestras mentes descansen y ver si obtenemos nuevas
ideas. "
"Bien", dijo Jasper, dándose cuenta de que todos estaban en contra de él. "Pero de todos
modos no vamos a colgar ese retrato de Call en la pared".
La galería estaba sorprendentemente llena de estudiantes. Call habría pensado que después
de los eventos traumáticos del último día, especialmente la muerte del Maestro Rockmaple,
habría sido un lugar oscuro y silencioso. Pero estaba lleno de gente, gritando y pasando un
buen rato.
“La gente necesita estar distraída. Es normal. "Gwenda y Jasper ya estaban en el largo snack
bar de piedra, llenando los platos con dulces y líquenes crujientes con sabor a queso y nachos.
Call tomó un té azucarado congelado y Tamara un vaso de algo con frambuesas y enormes
lichis.
Todos se dirigieron a los sofás blandos, cuando Call se detuvo de repente. Celia estaba sentada
allí con Charlie y Kai, llevaba una camisa amarilla con flores y sonreía. Se veía bonita y alegre,
"Bueno, miren quién tiene el valor de mostrarse por aquí", dijo alguien. No fue Celia. Era un
niño con una camisa de mezclilla y bañadores, pelo rojo y piernas largas y delgadas. Call pensó
que lo conocía, pero no estaba seguro.
<< Ese es Colton McCarmack, dijo la voz de Aaron en su cabeza. Él era amigo de Jennifer
Matsui, antes de que muriera. >>
Call sintió un bulto frío en su estómago. Había devuelto a la vida a Jen Matsui como una
caotizada. No había sido su intención hacerlo, pero había sido horrible. "Mira, no queremos
ningún problema", dijo Call, levantando una mano. "Vamos a sentarnos en otro lugar".
"Mientras estés en el Magisterium, tendrás problemas", dijo una chica sentada junto a Colton.
Ella tenía el pelo negro corto con el flequillo teñido de azul brillante.
"Eras muy amigo de Alex", dijo Colton, inclinándose hacia adelante. "¿No es así?"
"¿Qué quieres decir, Colton?" Exigió Tamara con las manos en las caderas. "Alex fingió ser
nuestro amigo, él mató a Aaron, que era el contrapeso de Call, seguramente no estarás
sugiriendo que somos grandes fanáticos suyos. "
"Deja en paz a Call."Era Kai, un poco avergonzado. Se aclaró la garganta. “Todos lo vimos
salvar a esos niños esta tarde. Y destruir la magia del caos de Alex Strike. Obviamente está de
nuestro lado”.
"Demasiado obvio", dijo Colton. “Alex ya había conseguido lo que quería. Me imagino que
todo estaba preparado para que pareciera que Call estaba luchando contra el Devorado,
cuando realmente está ligado a él".
"Y tú". Colton se volvió hacia Jasper. “¿No se unió tu padre al maestro Joseph? Hablas como si
tuviéramos alguna razón para creer que eres leal a los magos, pero de algún modo, cuando
Call salió de la cárcel, Tamara y tú estaban allí. Tamara, cuya hermana Kimiya es la novia de
Alex. Todos saben que ambos son tan corruptos como él. "
Ante la mención de su padre, Jasper pareció encogerse. La rabia brotó en Call. "Apartate", dijo
bruscamente. "Nadie está aliado con Alex. A Jasper ni siquiera le gustó mucho, y estamos a
“Celia tiene razón sobre ti” dijo Colton. "No se puede confiar en ti, y tampoco se puede confiar
en nadie que pueda soportar estar cerca de ti". Con eso, se marchó, seguido de su novia y
amigos.
Call y los demás regresaron a sus habitaciones con corazones pesados. Gwenda, que no había
hablado con Colton y tampoco había sido acusada de ser malvada, probablemente estaba
sopesando los posibles beneficios y desventajas de ser su amiga. Call estaba bastante seguro
de que las matemáticas no estaban de su lado.
"Es un mensaje de Ravan", dijo Tamara. “Ella se comunica con el fuego, es su lenguaje y su
letra. "
"De acuerdo” dijo Jasper. "Pero, ¿cómo se supone que debemos saber lo que quiere decir?"
'El lugar' es probablemente el lugar donde la conocí el año pasado", dijo Tamara. "En los
terrenos del Magisterium".
Tamara asintió. “¿Pero 'la hora de tu edad'? ¿Se refiere a mi cumpleaños? "
"¿O a la hora en que naciste?" Intervino Jasper." ¿Cómo lo sabes? A menos que llames a tu
madre o algo así.
Call abrió la boca para decir que Aaron lo había descubierto cuando recordó que sería un
error. "Cuatro de la tarde", dijo en su lugar. “Porque tiene dieciséis años”.
"Aquí estamos", dijo Tamara cuando llegaron al bosque. Se subió a una roca y se sentó. Por un
momento, esperaron, respirando el olor de las agujas de pino. En algún lugar en la distancia,
un lobo aulló y Estrago levantó las orejas.
Entonces, como una chispa volando de la chimenea, Ravan estaba allí, se parecía tanto a una
chica como Call no la había visto nunca. Estaba rodeada por un nimbo de llamas, y su mano
izquierda era todo fuego, como un Alkahest ardiente. Sus ojos también estaban llenos de
fuego, y de su cabello brotaban chispas. Pero todavía tenía forma de chica y,
desconcertantemente, Call podía ver su parecido con Tamara. Lo hacía sentir incómodo por
razones que no podía articular ni para sí mismo.
<< Porque la idea de que algo así le sucediera a Tamara te asusta, dijo Aaron. Porque te gusta.
Ustedes se gustan. >>
<< Lo es mientras estoy atrapado aquí. Además, espero que ustedes dos niños locos hagan que
funcione. >>
"Ravan". Tamara se había levantado, pareciendo entender que ella era la portavoz no oficial
del grupo. "Gracias por venir".
"Tú eres mi hermana", dijo Ravan, con chispas volando de su boca mientras hablaba. "Querías
que viniera, así que vine. ¿Qué pasa? ”
Tamara se estiró para jugar con su collar. "Necesitamos saber cómo matar a un Devorado".
Ravan se echó a reír, sonaba como el estallido de los fuegos artificiales. Jasper se retiró unos
pocos pasos, claramente nervioso porque las chispas iban a caer sobre su ropa. "¿Por qué te lo
diría?"
"De lo contrario, Alex Strike me matará a mí y a Kimiya también", dijo Tamara. Ravan dejó de
reírse. Se quedó flotando y ardiendo, mientras Tamara explicaba lo que estaba pasando: la
construcción de la torre, las peticiones de Alex, la incapacidad de Call para hacerle daño con el
caos. "No queremos herir a ningún otro Devorado", terminó Tamara. "Pero tenemos que
deshacernos de Alex, Ravan. De lo contrario, podría matar a mucha gente. "
"Pero el caos..." "Lo opuesto al caos es el alma", dijo Call. "No hay tal cosa como un Devorado
del alma".
"No puede haberlo", dijo Ravan. “Una persona no puede ser Devorada por su propia alma.
Sería como ser asesinado por la vida. "
"Bueno, ¿qué se supone que debemos hacer, entonces? ", Dijo Gwenda. "No podemos
lanzarle almas".
"No lo sé", dijo Ravan. "Te ayudaría si pudiera." Tamara parecía amargamente decepcionada.
"Si escuchas a otros elementales o Devoured hablando sobre una forma de deshacerse de
Alex, por favor, dímelo".
"Lo haré, hermanita. Mantente a salvo. Si me necesitas, volveré. Y con eso, Ravan estalló en un
tornado de llamas, giró en el aire y luego se dispersó en chispas como si ella nunca hubiera
estado allí. Los cuatro que se quedaron sentados en silencio, su esperanza se esfumó. La
mente de Call se aceleró: seguramente tenía que haber alguna otra opción, alguna otra idea,
alguien más a quien pudieran preguntar. Estrago ladró cuando una de las chispas se acercó
demasiado a su pelaje. Call pensó que incluso él sonaba deprimido.
En la distancia, un aullido hizo eco a través del bosque. "¿Qué es eso?" Dijo Jasper, sentándose
derecho.
"Probablemente sea uno de los lobos caotizados..." dijo Gwenda, dejando que la frase se fuera
apagando. Desde que comenzaron a estudiar en el Magisterium, los bosques habían estado
llenos de criaturas cargadas de Caos. La Orden del Desorden incluso se había movido para
estudiarlos. Entonces la Asamblea los había reunido, y aunque Call los había rescatado de ese
destino, ya no estaban en el bosque.
"Tal vez volvieron", dijo Tamara, saltando de la roca y caminando hacia el borde del bosque.
Se escuchó otro aullido, este mucho más cerca. Luego, desde la dirección opuesta, uno de los
lobos se puso a la vista. Era una forma oscura, como si hubiera sido recortada en papel, con la
nada ocupando el lugar donde debería haber estado. El pelaje en la espalda de Estrago se
levantó. Estos no eran lobos caotizados, al menos ya no. Estos habían regresado del vacío con
Alex y ahora eran elementales del caos, mucho más poderosos y mucho más aterradores.
El fuego se encendió en el centro de la palma de Tamara, una bola que creció mientras ella se
detenía. Estrago mostró los dientes y corrió hacia las bestias.
"Pongámonos espalda con espalda", gritó Jasper. Call se puso de pie, listo para enviar a estos
elementales de vuelta al caos. Pero se habían acercado demasiado a Tamara para asegurarse
de que abrir un portal no la atrajese como le había pasado al Maestro Rockmaple. Estrago
había llegado a Tamara y estaba de pie entre ella y las criaturas del caos, gruñendo.
<< Tenemos que hacer algo, dijo Aaron, que no fue particularmente alentador. >>
Call envió un rayo de energía caótica, dirigida hacia uno de los lobos que se acercaba a ellos.
Desapareció, se dispersó por en el vacío. Dos de los lobos corrieron hacia Gwenda a la vez
desde direcciones opuestas y ella invocó el metal para lanzarlo a uno de ellos. Golpeó a la
criatura en la garganta, enviándola volando hacia atrás. Jasper se lanzó frente al otro lobo,
creando un enorme muro de viento que rompió las ramas de los árboles detrás del lobo y lo
lanzó volando contra una roca.
Tamara lanzó bolas de fuego a los lobos que estaban más cerca de ella, pero se reunieron más
a su alrededor. Call comenzó a entrar en pánico, disparando rayos de caos hacia los lobos.
Gwenda seguía arrojando metal, y había profundos agujeros en el suelo a su alrededor, pero
ella estaba empezando a parecer desesperada. Se había quedado sin metal, Call lo sabía.
Tanto Tamara como Jasper tenían el rostro tenso por el agotamiento. Había demasiados, y
estaban muy cerca de Tamara, Gwenda y Estrago, no había manera de que pudiera enviarlos a
todos al vacío a tiempo. Un lobo se abalanzó hacia la garganta de Tamara, los dientes
chocaron contra su piel. Los recuerdos, pensó con pánico. Si tuviera los recuerdos de
Constantine, sabría qué hacer. Constantine era el enemigo de la muerte. Él podría haber
manejado esta situación.
Se sentía como si algo dentro de la cabeza de Call estuviera desgarrándose. Cayó de rodillas,
aferrándose a las sienes. Estrago corrió hacia él, poniendo su pata en el brazo de Call; Call
agachó la cabeza, consciente de que el fuego y el metal volaban a su alrededor. Su pierna
enviaba dolores punzantes a través de él, emparejados con la presión y el dolor en su cabeza.
Nunca había esperado que una colección tan débil y enfermiza de personas montara tal
defensa. Los caotizados que había traído con él fueron destruidos, cayendo en su segunda
muerte, y él mismo fue herido. Mal herido. Su cuerpo estaba fallando, su corazón se estaba
desacelerando, sus pulmones se ahogaban en su propia sangre. Buscó un nuevo contenedor.
Sarah Hunt, quién había enviado los cuchillos mágicos a su pecho, se las arregló para hacer
devolver algunas de las cuchillas para golpearla y ahora ella se apoyaba contra la pared,
mortalmente herida, mirándolo con ojos cautelosos y apagados. No, ella no seguiría viva
mucho tiempo. Miró a algunos de los abuelos, sus cuerpos protegían a los niños. Muertos,
todos ellos muertos.
Escuchó un grito débil, y vio que había un bebé, todavía vivo, en brazos de un hombre: Declan
Novak, el hermano de Sarah. Declan se había desplomado contra la pared cerca de su
hermana. El mago hizo rápidos cálculos. No tenía idea de si su poder de Makaris lo
acompañaría al ocupar el cuerpo de este niño. Siempre se había preocupado de poseer el
cuerpo de un Makaris antes, si el poder no iba con él, podría encontrar su fin definitivamente.
Dio un paso largo y doloroso hacia el bebé, ignorando los gritos de Sarah para que se
mantuviera alejado. El niño estaba llorando, lo que era una buena señal. Todavía era fuerte,
Call se despertó con un grito y luego siguió gritando. Alguien lo había atado a una cama y
había marcas de quemaduras en la pared, marcas de quemaduras que Call no recordaba haber
hecho. Tampoco recordaba las paredes, ni la habitación. "¿Call?" Era la voz de Jasper, y por un
momento, Call se calló. Sabía dónde estaba, después de todo. O al menos pensó que lo sabía
antes de que la habitación se inclinara y todo se oscureciera. Entonces le pareció que estaba
en mil lugares a la vez, que había una multitud de personas que pasaban ante él, tratando de
hablar con él. Mil voces gritando. Túnicas de magos de la asamblea, hombres y mujeres con la
piel quemada y ennegrecida, agitando los puños. "¡Te derroté en Praga!" Gritó Call a uno de
ellos. "Lo hice, ¡y te derrotaré otra vez!" "Esto realmente no es bueno", dijo la voz de Jasper.
Call se encontró de nuevo en su cuerpo. Sus muñecas estaban atadas a los postes de una gran
cama cuyas colgaduras mostraban marcas de pinchazos, daños por agua y humo. Le dolían los
hombros. "Soy yo", dijo Call. Su voz sonaba ronca y le dolía la garganta. "¿Dónde está Aaron?"
<< Estoy aquí, dijo la voz de Aaron en su cabeza. Call, tienes que conseguirte a ti mismo.
Empuja los recuerdos hacia atrás, enciérralos de nuevo. Tenías razón >>
Jasper parecía preocupado. Por qué estaba al lado de la cama de Call, Call no lo sabía. "Aaron
está muerto", dijo. "¿Call? ¿Sabes dónde estás? Él corrió hacia la puerta. "Tamara! ¡Está
hablando! ”. Una niña corrió a la habitación, con el pelo volando al viento. Piel marrón, cabello
oscuro, hermoso. Call la conocía, pero el conocimiento se estaba alejando de él. Agarró las
cuerdas conectadas a sus muñecas, tratando de aferrarse. "¿Qué está pasando ahora?", Dijo.
"¿Qué pasó entonces?" La niña, Tamara, Tamara, se acercó a su cama, con los ojos llenos de
lágrimas.
"Call, ¿qué es lo último que recuerdas?" "La cueva de hielo", dijo Call, y vio que ambos lo
miraban con horror justo antes de que cayera al borde de todo.
Maugris observaba con interés. Entendía que odiara la muerte. Había pasado generaciones y
siglos evitándola él mismo. Mirando hacia abajo a los dedos elegantes pero arrugados de su
propia mano, esta vez una mano de mujer, sabía que podría fácilmente tener una década o
tres más en este cuerpo. Y, sin embargo, Constantine, en su estado actual, podría no durar
tanto. Se quemaría, todo él ambición impulso y ninguna estrategia. El Maestro Joseph había
hecho un buen trabajo, separándolo del Magisterium, de las personas que se preocupaban por
él. Maugris se permitió un momento de placer y orgullo al cultivar a ese mago. Un hombre lo
suficientemente roto como para ser manipulado, lo suficiente como para romper a ese niño,
había sido una excelente elección para un aprendiz. Y, sin embargo, nunca había sospechado
que su Maestro nada más estaba inflamando sus propias ambiciones. Ciertamente nunca
había sospechado que ella fuera una Makaris. La boca de la mujer que usaba como cuerpo
formó una sonrisa torcida. La última vez que ascendió en el poder, la última vez que hizo un
intento de morder el mundo de los magos, fue hace suficientes décadas para que nunca lo
conectaran con el mago que había sido antes. Esa era la ventaja de mentir durante varias
generaciones: le dio al mundo tiempo para olvidar. Pero este nuevo Makaris había intentado
algunos experimentos interesantes. No había logrado devolver la vida a los muertos, pero le
había dado a Maugris una buena idea para formar un ejército. Un ejército imparable. Era hora
de convertirse en Constantine Madden.
Call volvió a abrir los ojos, de vuelta en la habitación de piedra con la cama. Las marcas de
quemaduras ya no estaban en la pared, pero no estaba seguro de si las había imaginado o si
simplemente habían sido reparadas. Escuchó aullidos - ¿Estrago? ¿Lobos caotizados? "¿Call?"
Sonó una voz suave. Volvió la cabeza. "¿Te acuerdas de quién eres ahora?" Celia estaba allí,
con su cabello rubio rizado y con una diadema sobre su cabeza, su rostro tan pálido que
resaltaba el enrojecimiento de sus ojos. Call frunció el ceño, intentando colocarla en sus
recuerdos. A ella no le gustaba. ¿Había quemado su torre y quemado todas sus tierras?
¿Asesinado a su familia? ¿Escupir en su sopa? Había tantos crímenes recorriendo su cabeza.
<< Call, dijo una voz en su cabeza, una voz que lo sobresaltó. Call, tienes que concentrarte.
Empuja hacia atrás los recuerdos. >>
"Sé que es una excusa", dijo Celia. "Pero también es una explicación, y quería que tuvieras
una. Me equivoqué, y lo siento. "
"¿Por qué ahora?" Quiso saber. ¿Por qué había decidido perdonarlo cuando había estado en lo
cierto todo el tiempo? Él no era digno de confianza. Ni siquiera estaba seguro de que fuera
Call.
"Casi mueres salvando a Jasper", dijo ella. Constantine no habría hecho eso. Tal vez hubiera
hecho algunas de las otras cosas para verse bien, pero no podía pensar en ninguna razón para
hacer lo que hiciste, aparte de hacerlo para salvar a Jasper, Tamara y Gwenda. Y luego
comencé a pensar en los paseos que solíamos hacer con Estrago y en lo horrible que sería que
todos pensaran algo malo sobre mí por algo que no podía controlar. Y luego pensé que no era
justo que tuvieras que estar a punto de morir para que yo pensara bien de ti. Y luego oí que no
estabas bien y me pregunté si las cosas hubieran sido diferentes si no hubiéramos, si no
hubiera...
"No fue eso", comenzó a decir Call, pero la habitación se inclinó de nuevo y apareció una
bocanada de humo. Estaba parado en la cubierta de un barco y en la distancia vio una armada
entera en llamas. Observó a los magos que saltaban al mar, pero cuando llegaban al agua, los
tentáculos los alcanzaban desde las profundidades. Necesitaba advertirle a la mujer, a la chica
que lo sentía.
"Hay elementales", le dijo con urgencia. “Bajo las olas. Esperando. Te ahogarán si los dejas ".
"Oh, Call", oyó decir, con una voz suave interrumpida por los sollozos.
Siempre lo había sabido. Lo opuesto al caos es el alma. Pero nunca había pensado realmente
en lo que significaba. Desde el día que lo había pensado, se había acostado en su cama,
considerando las posibilidades, pensando en el método, en la oportunidad... La puerta de su
buhardilla se abrió. Era el maestro Janusz. Todavía un hombre en su apogeo, se acercó a la
cama del mago moribundo. El hombre en la cama odiaba a su antiguo maestro. ¿Cómo se
atreve a tener salud y un futuro cuando ya había vivido tantos años? Se enfureció cuando el
Maestro Janusz se acomodó sus almohadas y usó magia de fuego para encender la vela junto a
su cama. La habitación ya estaba a oscuras. Escuchó mientras el mago mayor se mostraba
esperanzador acerca de cómo estaría bien pronto, tan pronto como el clima fuera más cálido.
"Tonterías", dijo, cuando no pudo soportarlo más. "Voy a morir. Lo sabes tan bien como yo.
El maestro Janusz se detuvo, viéndose afectado. "Pobre Maugris", dijo. "Es una vergüenza.
Podrías haber sido un gran Makaris. Uno de los más grandes que el mundo ha conocido. Es
una pena que hayas muerto tan joven”. La ira cayó sobre Maugris. No quería compasión.
"¡Hubiera sido el mejor Makaris que jamás hubiera conocido la historia!", Rugió. “¡El mundo
habría temblado ante mí!” Fue entonces cuando el Maestro Janusz cometió su error. Se acercó
al hombre postrado, con las manos extendidas. "Debes calmarte, mi muchacho..." El mago
moribundo se estiró con todas sus fuerzas, no con las fuerzas de su cuerpo sino las de su
mente. La idea que se había quemado en su interior cobró vida. Era un manipulador del caos.
¿Por qué no podía él también manipular el alma? Buscó dentro del Maestro Janusz con las
manos hechas de humo y vacío, y vio que los ojos del otro hombre se hinchaban. Con toda su
fuerza, liberó su propia alma de sus amarres y la empujó hacia el Maestro Janusz, oyendo el
pequeño grito del mago cuando su alma fue forzada a salir hacia la nada. Unos momentos
después, la puerta se abrió de golpe. La casera, al oír la conmoción, había corrido escaleras
arriba. Ella vio ante ella una escena que había esperado: su joven inquilino moribundo había
expirado, con la cara blanca y todavía en su cama. El maestro Janusz estaba en el centro de la
habitación, con una expresión aturdida en su rostro. "El niño", dijo ella. “¿Murió?” El Maestro
Call abrió los ojos. Se sentían como algo muy pesado. Celia se había ido, si es que realmente
había estado allí en primer lugar. Tamara estaba sentada junto a su cama. Ella estaba
sosteniendo una de sus manos. Pero era un poco extraño que ella lo llamara Aaron. Estaba
bastante seguro de que no era Aaron. Excepto que no estaba completamente seguro de que
no lo fuera. Los recuerdos se arremolinaban dentro de su cabeza: un cachorro de lobo
caotizado, una torre en llamas, un monstruo hecho de metal, una habitación llena de magos, y
él era uno de ellos. Uno por uno los mató a todos, para que nunca pudieran ir contra él. Los
vio caer y se rió... "Yo era la guadaña de las almas", gruñó. “Yo era el Cernícalo Encapuchado,
Ludmilla de Praga, el Azote de Luxemburgo, el Comandante del Vacío. ¡Fui yo quien quemó las
torres del mundo, partí el mar y la muerte morirá antes que yo!
Tamara hizo un ruido ahogado. "Aaron", dijo ella. "Sé que estás ahí. Sé que Constantine está
haciendo esto de alguna manera. Está volviendo loco. Call dentro de su mente". No es
Constantine. Las palabras se arremolinaron dentro de la mente de Call. Él no sabía muy bien a
qué se referían, pero llevaban una enorme urgencia con ellos. Encontró de repente palabras
que salían de su boca: "No es Constantine", jadeó. "Hay otro mago. Una maldad aún mayor y
mucho más antigua. Sus recuerdos estaban bloqueados, pero los desbloqueamos y
básicamente están explotando el cerebro de Call".
Los ojos de Tamara se ensancharon. "Aaron", suspiró ella. Su cuerpo se sacudió hacia
adelante. "Aaron, tienes que salvar a Call. ¡Tienes que cerrar esos recuerdos! ¡Ponlos detrás de
un muro o algo! Y Call, tienes que ayudarlo. Tienes que dejar que lo haga.
"Por un momento, pareció como si hubiera caído en la maraña de recuerdos, ese tiempo se
deslizó y volvió a los lados, pero luego vino otra sensación, como una tela fría contra su frente
. Era como la sensación de que alguien entraba en tu habitación que es un absoluto desastre y
comienza guardarlo todo cuando no estas allí, pero de alguna forma lo guarda todo en los
lugares correctos, en los lugares en los que querías poner las cosas.
<< Estoy aquí, dijo la voz de Aaron. ¿Sabes quién eres? >>
"Sí", dijo Call. Desde el final de la cama, Tamara lo observaba con cautela, reservando
claramente el juicio de si el hecho de que Call estuviese hablando consigo mismo en voz alta
era una buena señal o una mala señal.
"Callum Hunt". Se volvió hacia Tamara. "Ahora estoy bien. Sé que soy Callum Hunt. Lo
recuerdo... bueno, recuerdo muchas cosas. Dejó escapar el aliento de golpe y se apoyó contra
el estribo de su cama. "¿Cuánto tiempo estuve... así?" Su estómago gruñó, la cascada de
recuerdos parecía instantánea e interminable. Podía sentirlos todavía, en los límites de su
mente, susurrando.
"¿Días?", Repitió.
Ella sonrió una sonrisa suave que estaba en desacuerdo con su fiereza habitual. "Más tarde",
le dijo ella, y él estaba demasiado agotado y hambriento para protestar. La observó salir por la
puerta, luego, lenta y dolorosamente, se sentó. Le dolía todo el cuerpo, lo peor de todo era su
pierna. En sus recuerdos, en esos otros cuerpos, su pierna no había dolido. Pero no se lamentó
por esa sensación. Había sido horrible, siendo ese mago malvado e inmortal. Y estar atrapado
en esos recuerdos se sentía como ahogarse, jadeando por la conciencia de la forma en que
podría haber jadeado por aire. No sabía cómo los había controlado Aaron.
¿Estás bien? le preguntó a Aaron. Y luego, porque estaban solos, y él quería saber: ¿Tienes
miedo?
Tamara regresó con platos de liquen y gaseosas. Gwenda y Jasper la seguían, llevando incluso
más comida (sándwiches, pizza) y colocándola donde Call podía llegar fácilmente sin
levantarse de la cama. Pronto su manta quedó cubierta con platos de comida. Tamara volvió a
la puerta cuando Gwenda y Jasper se sentaron cerca de Call. "Está bien, se supone que
debemos decirle al Maestro Rufus que estás despierto, pero queríamos hablar contigo antes",
dijo en voz baja. Entonces ella chasqueó los dedos. "Y alguien más quiere verte, también".
Estrago entró trotando. Parecía un poco deprimido y miró con nerviosismo a Call. Para un
lobo, tenía un gran ojo de lado.
"Oye, muchacho", dijo Call con voz ronca, recordando cómo Estrago se había alejado de él en
el bosque. "Oye, Estrago".
"El Maestro Rufus cree que estabas enfermo por usar demasiada magia del caos", dijo Jasper,
pero sonaba dudoso. Probablemente fue porque había escuchado a Call hablar sobre sus
recuerdos y las ciudades incendiadas.
“Mira, tengo que decirles algo y les prometo que es el último secreto que tendré, si pareciera
que se me acerca otro secreto, lo esquivaré y haré lo que sea para evitarlo. Mentiroso, dijo
una parte de él. Una parte de él que no era Aaron, pero que no podía esconderse de Aaron.
Después de todo, Gwenda y Jasper todavía no sabían que había dos almas dentro de él. Pero
al menos le había dicho a Tamara. Al menos él no tendría ningún secreto para ella.
"Algo así", dijo Call. "Pero también recuerdo ser otra persona".
"¿A dónde vas?", Preguntó Jasper, y Call quiso decirle que se callara, no quería que Gwenda
dijera lo que estaba pensando, porque Call no necesitaba escucharlo. Pero Call no le dijo a
Jasper que se callara porque no quería que Jasper también se fuera. Especialmente no quería
que Tamara los siguiera. Pero Gwenda regresó un momento después con un gran libro
llamado Makaris a través de la Historia. "Está bien", dijo ella, con los ojos brillantes. "¿Eras el
monstruo de Morvonia?" "No lo creo, en realidad", dijo Call. "No me suena".
"Supongo que es bueno que no fueras un mago malvado a lo largo de la historia", dijo Tamara.
"Ella envió una plaga de escarabajos contra los hombres de Praga cuando uno de ellos se
divorció de un amiga suya". Gwenda se rió entre dientes.
"No hay aprobación de los Señores del Mal", dijo Jasper. Se volvió hacia Call. "Mira", dijo,
"hemos pasado por muchas cosas juntos. Tanto que puedo decir que realmente no me
importa qué mago malvado fuiste en tu vida pasada. "
"Como agua bajo el puente, o a lo pasado pisado, como quieras", dijo Jasper.
"Lo era, pero es complicado. Parece que el malvado mago original, Maugris, rastreó a
Constantine después de que se convirtió en el Enemigo de la Muerte. Saltó a su cuerpo y nadie
notó la diferencia, probablemente porque Constantine ya era bastante malo. Sin embargo, sí
explica por qué nunca intentó en realidad traer a Jericho de entre los muertos, simplemente lo
llevó a un mausoleo; a Maugris no le importaba.
Tamara se estremeció. "No puedo imaginar tener los recuerdos de alguien más empujándome
de una vez así. No me extraña que estuvieras tan desorientado".
Call asintió, deliberadamente no dijo que si su alma había comenzado con alguien llamado
Maugris, entonces esos recuerdos no pertenecían a otra persona. Le pertenecían, aunque
deseara que no le pertenecieran. "Sin embargo, había algo", dijo. "Yo, quiero decir, Maugris,
ha estado por ahí por mucho tiempo. Y vio algunas cosas. Como otro Devorado del caos. Por
un momento, todos se quedaron callados, mirándolo.
“¿En serio?” Dijo Gwenda. "No estás bromeando?" ¿Maugris vio a un Devorado por el caos?
Call asintió.
"¿Sabes cómo detener a Alex?" Preguntó Tamara, parecia estar conteniendo el aliento.
"Conozco una forma", dijo. "Maugris logró purificar el caos del Devorado con el que luchó. De
acuerdo con las reglas de la alquimia, tomó cuatro Devorados de cuatro elementos diferentes
<< Desearía poder luchar contra él, dijo Aaron. Desearía poder darle un puñetazo en la cara.
>>
“¿Así que viviría?" Preguntó Tamara. Call no podía decir si estaba decepcionada o no, pero
asintió.
"Tal vez si hubiera sido un Devorado por más tiempo, entonces no quedaría tanto de él, pero
creo que será lo suficientemente fuerte como para ser peligroso. Recuerda, todavía es un
Makaris".
"Para que él también pueda hacerlo", dijo Jasper. “Él podría sacar el alma de alguien más y
saltar saltar a otro cuerpo cuando se esté muriendo, al igual que Maugris.
"Vamos, Call, piensa como un señor del mal ", dijo Jasper. Sabe lo que hizo Constantine
Madden, sabe cómo sobrevivió a la Masacre Fría".
Tamara asintió. "Jasper tiene razón. Vamos a tener que ser muy cuidadosos”.
"Al menos tenemos un plan", dijo Gwenda, tomando gran trago de su gaseosa. "Pensé que
nunca íbamos a conseguir uno. En realidad, esto es bastante emocionante. Jasper negó con la
cabeza, como si estuviera de luto por la Gwenda razonable de los días pasados.
Call pensó que, después de estar inconsciente y furioso, no podría dormir, pero resultó que
después de comer y hablar estaba agotado. Sean cuales fueren las visiones, no fueron
tranquilas. Por suerte esa noche no recordaba sus sueños.
Al sonar el timbre, se levantó, se estiró, rascó a Estrago y salió a la sala común. El maestro
Rufus estaba allí, esperándolo. "Callum", dijo. "Me siento aliviado de verte levantado y en
movimiento. Todos temíamos por ti, un hecho demasiado común en estos días. Desde la
muerte de Aaron, has estado tomando demasiados riesgos. ¿Cuántas veces has extendido
demasiado tu magia? ¿Cuántas veces has hecho magia que sería peligrosa incluso si tuvieras
un contrapeso? que no tienes, Call miró hacia el suelo.
“Elige otro contrapeso y hazlo pronto. No, esa persona no será Aaron, pero te mantendrán con
vida”. Call no dijo nada. El Maestro Rufus dio un largo suspiro. “No puedo decirte que tengas
más cuidado, no cuando la Asamblea te está enviando contra Alex. Pero si se trata de culpa...
<< Tiene razón, dijo Aaron. "Nada de esto es tu culpa, Call. Eso sería como culparte a ti mismo
por haber nacido. >>
El Maestro Rufus esperó un momento, como esperando que Call respondiera, pero no lo hizo.
"He estado pensando", continuó el Maestro Rufus. Sobre mi propia situación. Acerca de cómo
uno tiene que enfrentarse a veces a cosas incómodas”.
El hombre mayor le lanzó una sonrisa triste. "Si superamos esto, sí".
Hubo un golpe en la puerta. El maestro Rufus abrió la puerta, al otro lado estaba Alastair. Se
veía demacrado y fragil, como si no hubiera dormido en unos días, su cabello estaba
desordenado. “¡Call!”, Exclamó, empujando a su viejo maestro, alcanzó a Call y lo abrazó.
"Tu padre ha estado muy preocupado por ti", dijo el Maestro Rufus, cuando Alastair dejó de
golpear a Call en los omóplatos y retrocedió para mirarlo. "Se ha estado quedando en el
Magisterium desde que enfermaste".
"Creí haber escuchado su voz", dijo Call, recordando las palabras de su padre enredadas entre
la inundación de otros recuerdos y visitantes.
Alastair y Call se sentaron en el sofá mientras Estrago se acercaba para investigar. Después de
husmear la pierna del pantalón de Alastair, se acurrucó y se quedó dormido en su zapato.
"Está bien, Call", dijo Alastair. "Sé que esto no fue la gripe o algo así. ¿Qué te ha pasado?
Gritabas sobre quemar ciudades y marchar delante de los ejércitos. ¿Esto tiene algo que ver
con el Enemigo? "
<< Ten cuidado con lo que dices, advirtió Aaron cuando Call abrió la boca. Si él cree que estás
en peligro, arrasará todo el Magisterium. >>
Tenía razón, Call lo sabía. Así que le contó a su padre una versión editada de los
acontecimientos: que los recuerdos de Constantine se habían amurallado en su cabeza, que
los había dejado sueltos cuando había pensado que tenía que salvar a sus amigos, que lo
habían abrumado hasta que Tomó el control y volvió a cerrarlos. Alastair ya estaba medio
fuera de su asiento.
<< No, advirtió Aaron. Si comienzan a hurgar por aquí, no se sabe qué podría pasar. >>
"Espera", dijo Call. "¿Qué te dijeron? ¿Te hablaron de Alex Strike? "" ¿El chico que regresó
como Devorado por el caos?
Sí, pero...
Alastair se dejó caer de nuevo en el sofá. "¿Tú? Pero solo eres un niño. "
" Soy el único Makaris que tienen ", dijo Call. "Y nadie sabe cómo derrotar a un Devorado por
el caos".
Alastair lo miró con horror. "Mi auto está estacionado afuera", dijo en voz baja. "Podríamos
huir, Call. No tienes que quedarte aquí. Podríamos perdernos fácilmente en el mundo
normal".
Se sintió bien al saber que Alastair anteponía la vida de Call por encima de cualquier otra cosa
en el mundo, pero lo único que haría a Call diferente de Constantine o de Maugris era que no
lo hiciera. Una vez más recordó el Cinqunce, la línea que había añadido: Call quiere vivir. Una y
otra vez lo había pensado, avergonzado. Ahora esa línea parecía cortar el corazón del terrible
deseo que lo había llevado a convertirse en un monstruo. De acuerdo, varios monstruos
diferentes.
Y todos merecían vivir. Incluso si eso significaba que Call ponía en riesgo su propia vida.
"Realmente tengo que intentarlo", le dijo a su padre. "E incluso tengo un plan. Es solo que
necesito algunos Devorados para ayudarme. Conozco a un Devorado de fuego, pero necesito
otros tres, para los otros tres elementos. "
Call sacudió la cabeza. "Los Devorados lo devoran, luego lo regurgitan, eso hace que pierda el
caos de su interior. Y luego terminan estando en el mismo peligro en el que estaremos el resto
de nosotros, luchando contra un Makaris regurgitado y realmente enfurecido.
“¿Conoces a alguien?”
"En las cataratas del Niagara. Estaba en la guerra, cuando se Devoró. Él podría escuchar si le
presentamos el caso. "
"En este momento". Call se levantó y comenzó a despertar a sus amigos golpeando
fuertemente sus puertas.
"Incluso mejor que el liquen", había dicho Jasper felizmente, mordisqueando un muslo. La
radio estaba sintonizada en alguna estación de jazz. Call recostó la cabeza y comenzó a pensar
en el futuro. Una vez que Alex fuera derrotado, invitaría a Tamara a una cita, una cita real. A
ella le gustaba el sushi, así que irían a algún lugar para una gran cena de pescado. Entonces tal
vez irían a ver una película o un paseo para tomar helado. Comenzó a imaginárselo cuando se
dio cuenta de que no estaba solo en su cabeza. Rápidamente, trató de pensar en otra cosa. Le
gustaría darle una nueva correa a Estrago. Sí, eso sería bueno.
<< Y a mí un cuerpo nuevo, le recordó Aaron. Si alguna vez quieres besar a Tamara de nuevo
sin que yo también esté allí. >>
Call suspiró. "Todos ustedes son buenos niños, ayudando a Callum", dijo Alastair, lo que hizo
que Call se sintiera humillado y también como si tuviera unos siete años.
Tamara sonrió. "Alguien tiene que intentar convencerlo de que no se meta en problemas".
"Alguien debería", dijo Jasper. "Lástima que ese alguien no seas tú."
"Escuché que a ella tampoco le gustó que tu padre estuviera en prisión por ayudar al
enemigo", dijo Gwenda, y se encogió de hombros cuando todos la miraron.
"Vamos a resolver las cosas", dijo Jasper, con los labios apretados.
"En realidad ella vino a visitarme mientras estaba enfermo", dijo Call. "Y se disculpó."
"Ella se disculpó con Call", dijo. "Tal vez ella pueda salir con él."
“Nada". Tamara cruzó los brazos y miró por la ventana. Estaba oscureciendo, y casi no había
nadie más en el camino. El GPS mostró que estábamos en Pennsylvania, cerca del Bosque
Nacional Allegheny. Altos árboles puntiagudos se alineaban en la carretera.
Alastair le lanzó una mirada divertida de reojo a Call, pero no dijo nada, y la conversación giró
hacia otras cosas. Call se quedó en silencio, pensando en lo que les esperaba. Después de otra
media hora, Alastair salió de la carretera a un motel que tenía un restaurante adjunto. Un
anuncio de neón prometía pastel de cerezas y nachos con queso fundido. Call y los demás
siguieron a Alastair al interior mientras los registraba a todos en habitaciones separadas y les
pedía que se reunieran afuera en cuarenta y cinco minutos para cenar. Call estaba
simplemente poniéndose una camisa nueva y haciendo todo lo posible para peinarse el pelo
rebelde cuando alguien toco a la puerta. Era Jasper, que llevaba una camiseta en que se leía
LOS UNICORNIOS FURIOSOS TAMBIEN NECESITAN AMOR, Call lo miró y parpadeó. "¿Qué?"
Jasper entró y se sentó en la cama. Call suspiró. No recordaba que Jasper hubiera esperado
nunca que lo invitaran a pasar a algún sitio. "¿Se trata de Celia?" Dijo Call.
"¿Tu padre?"
¡Lo sé! Dijo Call. Simplemente no sé por qué quiere hablar conmigo al respecto.
Jasper continuó. "Uno de los miembros de la Asamblea me dijo que están considerando matar
a todos los magos que se pusieron del lado del Maestro Joseph".
"Yo..." Jasper agitó su mano con impaciencia. "No tienes que preocuparte. Es solo que vamos
en esta gran misión para ayudar al Magisterium. Y si tenemos éxito, serás un héroe. Él cruzó
los brazos sobre el pecho. “Si eso sucede, quiero que intercedas con la Asamblea. Ellos harán
lo que tú quieras. Diles que dejen ir a mi papá”.
Por un momento, Call sintió la extraña sensación de que el mundo se inclinaba hacia un lado
otra vez, pero no era porque los recuerdos de un malvado mago se estuvieran enredando con
los suyos. Fue porque este no se suponía que ese fuera su papel. Él no era un héroe. Jasper no
debía pedirle favores o actuar como si fuera importante, ese era Aaron. Se suponía que ese
era el papel de Aaron.
<< Hey, vino la voz en su cabeza. Estoy bien con eso no siendo yo. Estaba bien con que no
fuera yo en aquel entonces, pero no había nadie más. Y ahora no hay nadie más que tú. >>
Call asintió. “Si logramos cumplir esta misión, también serás un héroe. Podrías pedírselo tú
mismo.
" No puedo decirles que liberen a tu papá, pero puedo insistir en que no le den la pena de
muerte sin importar cómo vaya su juicio ", dijo Call. "Y puedo insistir en que tenga un juicio,
uno justo".
Por un momento, Jasper se quedó en silencio. Luego dio un largo suspiro. "¿Lo prometes?"
Jasper hizo una mueca. "No, confío en ti. Además, eso es asqueroso".
Call sonrió, contento de que Jasper estuviera actuando normalmente otra vez, caminaron
juntos hacia el restaurante adjunto al motel. Alastair ya estaba allí con Gwenda y Tamara,
estaban sentados en una cabina incluso habían conseguido sus bebidas: Alastair estaba
tomando café y las chicas tomaban batidos. La iluminación del techo era parpadeante y
amarilla. El linóleo estaba desgastado y agrietado. Pero detrás del estuche, había tartas
prístinas y relucientes pasteles con sombrero de copa cerezas y copos de coco. La boca de Call
comenzó a hacerse agua.
"Tengo algunas noticias", dijo Alastair. "Me puse en contacto con el Maestro Rufo en el
teléfono tornado. La torre de Alex está cerca de ser terminada. Creen que pueden detener la
construcción, pero solo por tres días más. El Maestro Rufus dijo que necesitábamos completar
nuestra misión para entonces. "
"¿Tres días más?" Chilló Call. "¿Cómo vamos a encontrar a tres Devorados tan rápido?"
"Solo concentrémonos en la tarea que tenemos delante", dijo Alastair. "Convencer a Lucas y
quizás él pueda enviarnos en dirección a otros Devorados".
"¿Pero qué pasa si no puede?", Preguntó Call, que admitió para sus adentros no era la cosa
más heroica que podía decir.
"¿Realmente crees que este plan funcionará?", Preguntó Alastair. Call asintió. "Entonces
encontraremos la manera", su papá lo tranquilizó.
Su comida llegó, pero a pesar de que se veía deliciosa, Call no pudo saborearla.
Esa noche no pudo dormir bien, solo dio y dio vueltas en su cama sin poder consiliar el sueño
Estrago le lamió la cara, haciéndole saber que estaba allí con él. Ayudo un poco pero se
despertaba una y otra vez de todos modos, y se despertó completamente cuando vio por la
ventana que el amanecer estaba llegando.
Unas horas más tarde, mientras tomaba una enorme taza de café, Call se repantigó en Rolls-
Royce de Alastair. Hoy hubo menos charla en el coche y más tensión. Todos parecían
estresados, y cuando pararon a almorzar en McDonald's, incluso Jasper solo pudo comer cinco
hamburguesas y una bolsa de papas fritas. Después de unas pocas horas, todos los que
estaban en el auto estaban echando una siesta, excepto Estrago, Call y Alastair.
"Lo siento", dijo Alastair, mirando por el espejo retrovisor para asegurarse de que los demás
estaban dormidos. "No debería haber sugerido salir corriendo del Magisterium".
Call se sobresaltó. "Tú eres el que tenía razón", dijo. "cuando decías que nunca debí haber ido
al Magisterio en absoluto.
Call se quedó en silencio, pensaba tan a menudo que tenía que luchar contra el mal dentro de
él, que nunca se detenía a considerar que pudiera haber hecho algún bien. El camino siguió y
siguió. Eventualmente Call se adormeció, se despertó en una estación de servicio por los
olores del café y los bollos de canela en el microondas, bebió un poco de café, se estiró, fue al
baño y decidió no lavarse la cara con el agua ligeramente pardusca que venía del grifo.
De vuelta en el coche, bebió más café y se comió tres bollos de canela glaseados. Cuando
llegaron al área de estacionamiento del Parque Estatal de Niagara Falls, Call estaba listo para
salir zumbando de su asiento como un colibrí por tanta azúcar que había comido. Encontraron
un lugar donde estacionar el auto y avanzaron a pie, ignorando el acuario y otras cosas
divertidas, para dirigirse directamente al centro de visitantes. Allí, recibieron la explicación de
que podían ir a la torre de observación y desde allí, si lo deseaban, podían tomar un ascensor
hasta el fondo de las Cataratas del Niágara e ir en un paseo en bote. Incluso había un lugar
llamado "el nido del cuervo", en el que estaban bastante seguros de que la niebla se iba a la
cara. Call se había preguntado si el ascensor estaría hecho de vidrio, pero era metal ordinario.
Cuando llegaron al fondo, las puertas se abrieron en un torrente de ruidos. Se apresuraron a
salir a cubierta. Podían ver a los turistas caminando de un lado a otro sobre cubiertas de
madera rojas, vestidos con ponchos de color amarillo brillante. Las cubiertas estaban
conectadas por pasarelas de madera que subían y bajaban.
Las cataratas caían tan cerca que Call quedó atónito, a pesar de que no estaban allí para hacer
turismo. Cuando el agua golpeó las rocas en el fondo, explotó en una niebla blanca, luego
corrió en torrentes sobre las rocas, pasó las cataratas y se precipitó a una velocidad increíble.
"Vamos", dijo Alastair en voz baja. "Sígueme". Los guió por varios pasillos mientras se colaban
entre los turistas con ponchos. Todos se estaban mojando en el aguacero, y la pierna de Call
estaba empezando a doler. Alastair se movió intencionalmente hacia el borde de una cubierta
y les hizo señas para que se acercaran, luego subió ágilmente. Ayudó a Call a continuación, fue
una caída corta, y los demás, incluso Estrago, aterrizaron rápidamente junto a ellos.
Estaban en un camino estrecho que conducía por el agua. Algo sobre el camino le dijo a Call
que era un camino de magos, algo invisible para los ojos normales. Tal vez el hecho de que
nadie más estuviera en él. Tal vez el hecho de que las únicas huellas en la tierra no fueran en
absoluto huellas, sino sellos que parecían estar en forma del símbolo del elemento agua. El sol
había salido, y los secó a medida que avanzaban por el sendero, el ruido del río ahogaba
cualquier conversación que no estuviera gritando.
Un niño con poncho amarillo se había deslizado de alguna manera, incluso con todas las
precauciones y la barandilla. Había caído en el torrente espumoso sobre las rocas y estaba
siendo arrastrado, girando como una hoja. Por un momento desapareció bajo el agua y salió a
la superficie.
Call no podía decir si estaba consciente o no, no podía decir qué tan fuerte había golpeado las
rocas. "Tenemos que hacer algo", dijo Tamara, corriendo hacia la orilla del agua. "Traten de
recogerlo. Jasper y yo nos concentraremos en calmar el agua. Gwenda, asegúrate de que
ninguna de las personas se dé cuenta ", dijo Call. Jasper asintió. Gwenda arrugó la cara en
concentración. Ella intensificó la niebla del rocío, creando una niebla que los ocultó. Luego
intensificó dos de los arco iris para que fueran lo suficientemente hermosos como para
distraer a los espectadores. Puede que no sea suficiente para evitar que la familia del chico se
distrajera de lo que estaba sucediendo, pero podría significar que nadie más estaba mirando.
Call nunca había sido particularmente bueno en la magia del agua, pero él la buscó, tratando
de controlar el flujo de los rápidos para abrir un camino para Tamara. Vio que Jasper se estaba
concentrando en frenar el movimiento del agua cerca del niño, que estaba subiendo
lentamente en el aire y flotando hacia ellos. El niño abrió los ojos y los miró, pero cuando lo
hizo, Call vio que sus ojos estaban llenos de agua. La magia de Tamara lo acercó más, pero
cuanto más se acercaba, menos se parecía a un niño. Su piel se onduló y se volvió translúcida,
como si no estuviera hecho de carne en absoluto. Luego se derrumbó en un charco, sin dejar
ningún niño, solo una chaqueta amarilla.
Un géiser salió disparado del agua, y de ahí surgió una forma de hombre. "Has pasado mi
prueba", dijo con voz gorgoteante. "Ahora, ¿qué quieres?"
"Alastair Hunt". El hombre era translúcido, pero el agua formaba una imagen clara de sus
rasgos, incluso los esbozos de cabello rizado. “Ha pasado mucho tiempo”.
“¿Un favor?”
" Quiere hacer daño a mucha gente ", dijo Jasper. "Tal vez acabar con la humanidad".
"Eso fue cuando era humano", dijo el Devorado. "Pero ya no soy humano".
"Podrías vivir en cualquier parte", dijo Tamara. "Pero tú eliges vivir aquí".
"Me gusta n las cataratas del Niagara. Me gusta el poder de la cascada, la corriente de agua. "
"Y la gente ", dijo Tamara. Podrías estar en el mar, lejos de cualquiera. Podrías estar en uno de
los grandes ríos. Incluso podrías elegir una cascada remota. Pero no, eliges un lugar donde
siempre habrá humanos cerca. Y nos pusiste a prueba mostrándonos un niño humano en
peligro. Creo que, seas lo que seas, aún te preocupas por la gente. "
"Tal vez lo hago. "Lucas giró lentamente en el agua. Gwenda y Jasper observaban
maravillados. “Encuentro que no me gusta la idea de que la humanidad sea eliminada. Te
ayudaré."
Los hombros de Call se hundieron de alivio. "Genial", dijo. “¿Conoces algún otro Devorado?
¿Como de otros elementos?
"Ya tenemos a Ravan, una Devorada por el fuego, de nuestro lado", dijo Tamara rápidamente.
"Solo necesitamos un devorado de la tierra y un devorado del aire".
Lucas hizo un ruido pensativo como salpicaduras de agua. "Tal vez Greta", dijo. "Lo último que
supe fue que se había establecido en un sumidero cerca de Tampa".
"¿Greta Kuzminski?", Dijo Alastair. “¿Se convirtió en una devorada de la tierra? ¿Fue porque le
gusta la tierra o porque odia a la gente?
"Sobre todo ella odia a la gente", dijo Lucas. “Ella fue traicionada por la Asamblea. Estaban
dispuestos a decir cualquier cosa para ponerla de su lado en la guerra contra Constantine,
pero después de la tregua, traicionaron todas las promesas que habían hecho. Te diré
exactamente dónde encontrarla, pero es posible que tengas dificultades para convencerla de
la forma en que me convenciste”.
" Genial ", murmuró Gwenda. "Sabía que esto era demasiado fácil".
"No conoces a otro Devorado de la tierra, ¿verdad?" Dijo Jasper. "¿Alguien más amigable?"
"Yo no", dijo Lucas. Fiel a su palabra, les dio instrucciones detalladas, que Call trató de
memorizar. "Buena suerte para ti. Cuando tengas todo lo que necesitas, toca el agua y di mi
Para cuando todos regresaron al coche de Alastair, Tamara estaba retorciendo sus trenzas, y
Call sintió como si su ropa empapada pesara cien libras. Después de mirar alrededor para
asegurarse de que nadie estuviera mirando, Tamara reunió suficiente magia de fuego para
crear una fogata en miniatura con la que todos pudieran calentarse. (Excepto Estrago, que
acaba de sacudir el agua de su pelaje).
"Entonces, ¿quién es Greta?", Preguntó Call a Alastair. "¿Una antigua novia o algo así?"
"Sólo una compañera de clase malhumorada. Supongo que las cosas no cambian. Alastair,
extendiendo sus manos hacia la hoguera, parecía ausente. "Es una pena que ella esté en
Tampa". Es un viaje muy largo para que lo hagas.
“¿No quieres decir que es un largo viaje para nosotros?", Dijo Call, sorprendido.
Alastair negó con la cabeza. "Creo que tengo una pista sobre un devorado de aire, pero no hay
tiempo para que viajemos juntos si vamos a regresar al Magisterium a tiempo. Solo asegúrate
de convencer a Greta y te veré allí. — ¿Quieres que tome el auto? —Preguntó Call. El Phantom
de Alastair era su posesión más querida; Lo cuidaba cada fin de semana, puliendo y
arreglando. Call no podía creer que Alastair se lo confiara.
Call miró las llaves y el dinero que tenía en las manos. Pensó en sugerir que volaran, pero sabía
que su propia magia no los llevaría muy lejos. Y no tenían tiempo de encontrar un elemental
del aire que pudiera llevarlos. "¿Qué vas a hacer?"
"Tengo un amigo que me puede llevar. No te preocupes Para cuando llegues, estaré en el
Magisterium con un devorado del aire. Alastair dio una palmada en la espalda de Call, luego,
cambiando de opinión, lo atrajo a un feroz y breve abrazo. "Esto casi ha terminado".
Dejándolo ir, Alastair saludó a los otros niños. Silbando, caminó por el estacionamiento,
dirigiéndose hacia la carretera.
"Será mejor que así sea", dijo Call, deslizándose en el lado del conductor del Rolls-Royce. Puso
las manos en el volante. La última vez que estuvo sentado en este asiento fue cuando era un
niño pequeño, fingiendo conducir y haciendo ruidos de vroom-vroom.
<< Recuerda cuando tuve que conducir porque no sabías cómo, dijo Aaron. >>
Tamara jugueteaba con la radio mientras Call se dirigía con cuidado fuera del estacionamiento
y hacia la carretera.
"Provisionalmente", dijo.
"Es una licencia provisional", dijo. "No he tenido mucha práctica, primero fui encarcelado y
luego secuestrado y luego casi morir y luego por vivir en una cueva".
Eso no pareció calmar a Gwenda, pero Jasper no parecía preocupado. Él acarició a Havoc y
miró por la ventana. "Me gustan los viajes por carretera", dijo, mirando pasar el paisaje. “Y los
juegos de viaje, deberíamos jugar uno de esos. Gwenda le dio un puñetazo en el hombro.
"¡Ay!", Gritó.
"Punchbuggy". Ella sonrió. "¿Qué? Pensé que te gustaban los juegos de viaje por carretera,
acabo de ver un escarabajo rojo. Él se estiró y le hizo cosquillas bajo los brazos, haciéndola reír
mientras se retorcía. Estrago ladró e intentó reubicarse.
"Gwenda es genial", dijo Call a Tamara, mirándolos por el espejo retrovisor. "Finalmente, hay
alguien a quien Jasper le gusta menos que a mí". Tamara puso los ojos en blanco, como si no
solo estuviera equivocado, sino que también fuera idiota. Ya que Call no tenía idea de lo que
había dicho que era tan estúpido y no quería admitirlo, mantuvo sus ojos en la carretera. Tal
vez ella estaba celosa. Tal vez ella no quería escucharlo hablar bien de otra chica. Pero Tamara
no se veía particularmente incómoda. Estaba apoyada contra la ventana, con el pelo en una
ordenada trenza francesa, viendo pasar los autos, con una pequeña sonrisa en su rostro.
Unas horas después, sin embargo, nadie sonreía. Estaban aburridos e inquietos y hambrientos.
La ruta los llevó de vuelta por donde habían venido, a través de Pennsylvania nuevamente,
luego a través de West Virginia, Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, y finalmente a
través de Georgia hasta Florida. Tomaría casi un día completo, dieciocho horas, llegar allí. Call
pensó que podrían dividirlo en dos largos días de manejo con otro hotel en el medio.
Finalmente, se detuvo en el estacionamiento de un Taco Bell. El Rolls se estremeció un poco
cuando se apagó, lo que hizo que Call se pusiera nervioso. Esperaba no tener que reparar ese
auto notoriamente delicado por su cuenta.
Esa noche Call estuvo acostado durante mucho tiempo tratando de dormir, se sentía como si
tuviera un gran peso sobre sus hombros. Era difícil mantenerse enfocado cuando sabía que él
era la razón por la que todos estaban allí, y era la razón por la que tenían que luchar contra
Alex, y era la razón por la que casi todo lo malo del mundo había sucedido. Lo cual era solo
una especie de exageración.
Hubo un golpe en la puerta. Call se arrastró fuera de la cama, preguntándose si Jasper estaba
aquí para pedirle otro favor. Pero no era Jasper. Era Tamara.
"¿Puedo entrar?" Dijo ella nerviosamente. Ella estaba en pijamas y zapatillas. El color
melocotón de los pijamas hacía brillar su piel.
"Claro", dijo Call, apartándose para dejar pasar a Tamara. Estaba contento de haberse puesto
sus pantalones de chándal menos atrevidos y una camiseta limpia. Y que se había duchado
unas cinco veces, porque todavía se sentía asqueroso después de haber estado empapado en
el Niagara. Tamara entró y se sentó en el borde de la cama. Tan en el borde en realidad que
parecía que estaba a punto de caerse.
"Call", dijo ella, jugueteando con su collar. "Mira, quería hablar contigo sobre..."
<< Oh, continúa, dijo Aaron. No tengo nada más que hacer. >>
"Aaron dice que no tiene nada más que hacer", dijo Call.
"Pero esa es la cosa", dijo Call. "Tú ya me conoces. Lo tienes desde el principio, y siempre ves
lo mejor en mí. Aunque he sido diecisiete diferentes magos malvados”.
"Sabes la verdad sobre mí", dijo Call. “Toda la verdad. Todo lo que nadie más excepto Aaron
sabe. Y todavía siempre, bueno, quizás no al principio, pero siempre has creído en mí. Me
haces querer hacer cosas buenas, Tamara. Me haces querer salvar a la gente solo para hacerte
feliz. "
Call tuvo la sensación de que quizás su discurso había salido un poco mal. "Más o menos. ¿A
veces? ”Respondió él. "Otras veces me gustaría que alguien más lo hiciera".
"Bueno, quiero salir contigo. Sé que he traído muchas cosas raras a tu vida y actualmente
estoy poseído por nuestro mejor amigo, por no mencionar todo el asunto del Enemigo de la
Muerte, así que entiendo por qué estás harta de mí. Pero en caso de que no lo estés, en caso
de que te estabas preguntando cómo me sentía, quiero que seas mi novia".
"¿Estás seguro de que quieres esperar?" Call asintió con la cabeza y dio un bostezo de mentira.
"Probablemente deberíamos dormir un poco", dijo. Tamara se inclinó hacia delante y lo besó
en la mejilla, haciéndolo sentirse sobrecalentado y confundido al mismo tiempo. Cuando ella
salió, él experimentó una punzada de arrepentimiento. Tal vez debería volver a llamarla y
escuchar cualquier cosa terrible que iba a decir. Pero no lo hizo. De todos modos no durmió
mucho.
"¿Tal vez?" Dijo Jasper. "El GPS parece estar pidiéndonos que giremos de nuevo, pero no hay a
donde girar". El Rolls disminuyó su velocidad, en parte porque Call había pisado los frenos y en
parte porque el lodo se estaba haciendo más profundo. Call tuvo la incómoda sensación de
que el auto se estaba hundiendo un poco en el terreno pantanoso.
"Este auto no puede quedarse atascado aquí", dijo Call. "Papá me matará si no le devuelvo su
auto".
"¿Sabemos dónde estamos?", Preguntó Gwenda. "Mi teléfono lo sabe", dijo Jasper. "Pero tal
vez sea mejor que vayamos a pie desde aquí".
Todos se salieron fuera de los Rolls, con los pies deslizándose. Cuando se alejaron del auto,
pareció que se hundía un poco más. "¿Esas son arenas movedizas?" Preguntó Tamara.
"¡Augh!" Dijo Call, sosteniendo su cabeza. "Pensé que las arenas movedizas eran solo en las
películas, no pensé que fuera real".
¿Todavía andará? ¿Cuántas abolladuras habían hecho a lo largo de la base? No había tiempo
para preocuparse por eso ahora.
"Por aquí", dijo Jasper, levantando su teléfono. Lo siguieron por el sendero junto al río
Sopchoppy, escuchando el zumbido de los insectos, sonido de las ranas y el constante trino de
pájaros sobre ellos.
El calor húmedo pesaba sobre sus espaldas, y los mosquitos volaban en las nubes, haciendo un
ruido agudo y zumbando. Call tuvo el pensamiento poco caritativo de que tal vez Lucas los
había engañado y tal vez no había Greta.
"Tienes que estar bromeando", le dijo Gwenda. "¿Ahora qué? ¿Estamos cerca? ¿Tienes alguna
idea de adónde vamos? "
"Por allí ", dijo Jasper, señalando vagamente a través del agua, hacia un grupo de árboles.
"¡Greta!" Gritó Call, causando que algunas aves despegaran de las ramas cercanas. Al menos
uno de ellos era un buitre. "Lamentamos molestarlo, pero Lucas dijo que tal vez podría
ayudarnos". No hubo respuesta. Call se sintió derrotado, como si los hubiera decepcionado a
todos. Aunque en realidad, había sido Jasper con el teléfono quien había arruinado las cosas.
Call abrió la boca para señalar eso.
<< No, dijo Aarón. No hay tiempo para culpar a los demás. Además, apuesto a que ya se siente
mal. >>
Call frunció el ceño y miró a Jasper, que todavía estaba agitando su teléfono. Se veía bien Pero
Call supuso que Aaron tenía razón.
"De ninguna manera", dijo Gwenda. “Esa agua está llena de caimanes. Lo garantizo ".
"Tal vez sea un caimán", dijo Gwenda nerviosamente. "A veces se suben a los bancos de tierra
y se comen a la gente".
“¡Porque los odio!” Dijo ella. "Son como dinosaurios con dientes enormes y... ¿qué es eso?"
Las ondas en el agua se habían convertido en un remolino, girando alrededor de los cipreses
que crecen fuera del río. De repente, se escuchó un fuerte ruido de succión y el de un
remolino, como un volcán en erupción hacia adentro. Los árboles comenzaron a hundirse en el
agua.
"Es un sumidero", dijo Tamara. "He visto videos de ellos. ¡Retrocedan! ”Todos retrocedieron,
observando con asombro cómo los árboles y la tierra de la orilla del río eran arrastrados hacia
abajo en el hueco del pozo con un fuerte y repugnante ruido. Los árboles crujieron y se
hicieron pedazos, las ramas se desprendieron a medida que se arrastraban por debajo de la
superficie del agua. La superficie del agua se agitó de nuevo, y de ella surgió algo enorme. Era
un gigante hecho enteramente de tierra y barro. La boca de Call se abrió cuando la criatura se
alzó sobre ellos, arrojando peces y enormes gusanos. Un hedor inundó el pantano como
basura en descomposición cuando el gigante abrió dos enormes ojos color lodo. "Ella está
tratando de asustarnos", siseó Tamara mientras las demás retrocedían, con náuseas. "Lucas
dijo que odia a las personas".
"Está funcionando", dijo Jasper, limpiándose los ojos llorosos. "Estoy asustado."
“Fuera de aquí, magos,” dijo Greta. Su voz tronó y resonó, luego dejó dejó caer más lodo en el
pantano.
Call se aclaró la garganta. "Es un placer conocerte", dijo. "El, ah, lodo y los gusanos son muy
geniales, muy, ah, poderoso". Greta se estiró y partió un árbol por la mitad.
<< La adulación no funcionará, dijo Aaron. Pero apuesto a que no está encantada con la
Asamblea. >>
"Mira", dijo Call, "lamentamos molestarte. Pero no tenemos otra opción. Necesitamos tu
ayuda."
Greta parpadeó. El barro cayó como una cascada en el agua. "¿Por qué querría ayudarte?"
" Eso no es cierto ", siseó Tamara, luego se detuvo. "En realidad, supongo que es técnicamente
cierto".
"¿Por qué debería importarme?", Dijo Greta, pero ella habló más pensativamente ahora.
"¿Qué han hecho los magos por mí?".
"Otros dos Devorados nos están ayudando", dijo Gwenda. "Ravan del fuego y Lucas del agua".
"La Asamblea tendría que reconocer lo que hiciste", agregó Call. "Estarían avergonzados de la
forma en que te trataron".
Greta hizo un ruido sordo. Call se dio cuenta de que el hedor terrible se había ido, y Greta se
veía un poco diferente: ya no estaba arrojando gusanos y peces. En cambio, las flores crecían
arriba y abajo de las crestas de su cuerpo rocoso, junto con hongos de colores brillantes. "La
Asamblea debe admitir su vergüenza", dijo Greta. “Somos Devorados, no elementales, somos
magos, no debemos ser encarcelados ni tratados como monstruos".
"Esta sería una manera de demostrar que los Devorados no son monstruos. Que también
pueden salvar a la gente ", dijo Call. "Y si Alex no se detiene, no se sabe qué podría destruir.
Podía destruir todo el mundo, y eso también te afectaría a ti, y a otros Devorados.
Greta gruñó pensativa. "¿A los Devorados del caos les gustan las ranas?"
<< Creo que deberías decir que no, dijo Aaron. A Alex realmente no le gusta nada. >>
" Dinos cómo convocarte ", dijo Call. "Prometo que solo lo haremos cuando todos los
Devorados estén unidos y sea el momento de luchar contra Alex".
Algo se abrió camino desde el suelo entre los pies de Call. Un reluciente trozo de cuarzo con
forma de geoda. "Rompe eso en una roca", dijo Greta, "y yo iré donde estés."
"No morimos", dijo Gwenda. "Eso tiene que contar para algo".
Regresaron a los Rolls sin ser atacados por caimanes o ranas o por un enorme hoyo que se
abría debajo de ellos. El auto no había sido aspirado a otro sumidero. Aún mejor, cuando Call
giró la ignición, el auto arrancó con facilidad.
No sonaba igual que cuando Alastair le había dejado que lo tomara prestado, pero se movió lo
suficientemente bien como para permitirles salir del camino de tierra.
Una vez que llegaron a la carretera, el auto comenzó a emitir un silbido, Call pensó que podría
tratarse del radiador, al poco tiempo se hizo más pronunciado. Continuó conduciendo,
enviando un poco de magia refrescante hacia el motor en caso de que tuviera razón.
La torre dorada se alzaba en lo alto del cielo. A la luz de la luna, parecía ya terminada. Tenían
un día más. Un día más antes de que él se enfrentara a Alex de nuevo. Call dejó el auto de
Alastair estacionado en un rincón de un claro cerca de las puertas delanteras. Él, Estrago y los
otros aprendices entraron, demasiado cansados para hablar. Estaba planeando tomar un
baño, pero una vez que llegaron a sus habitaciones, Call se quedó dormido en su cama, con el
barro todavía en sus pantalones.
"Estoy seguro de que lo hará", le dijo Call, intentando poner fe en ello. Tal vez Alastair ya
estaba aquí. Habían llegado tarde; tal vez se estaba quedando en otra parte de la escuela. Tal
vez simplemente no lo habían visto. Call llenó su plato de champiñones y liquen, pero después
de que se sentó, no estaba seguro de poder comer nada de eso. Estaba preocupado por la
confrontación contra Alex, preocupado por dar lo que prometió a Greta, preocupado por todo.
Fue entonces cuando Colton McCarmack se acercó a su mesa, con el pelo rojo brillante como
un centavo nuevo. Dos de sus amigos lo siguieron, pero se detuvieron antes de estar
demasiado cerca.
"Espero que no hayas perdido demasiado dinero", dijo Call. "Espera, en realidad, espero que sí
lo hayas hecho". Debería haber estado molesto por el hecho de que Colton fuera a molestarlo,
pero cuando Call estaba nervioso, se mostraba irritado y ayudaba tener a alguien con quien
desahogarse.
"Estábamos todos hablando y recordamos cómo solía ser Alex, un tipo guay, un chico amable,
nunca habría hecho algo así, Colton se burló.
Tamara le dirigió una mirada tan mordaz que Call se sorprendió de que el cabello de Colton
no se incendiara sin ninguna magia involucrada. "¿Por qué no vas a hablar con tu viejo amigo
Alex, entonces?", Dijo Call, poniéndose de pie. "Si son tan buenos amigos, tal vez pueda
convertirte en su subordinado número uno". Jasper se rió.
"Oh, basta, "dijo Celia, caminando hacia ellos y poniendo su brazo en el de Colton. "Call hará
algo valiente mañana".
"Buena suerte", dijo Celia a Call suavemente, y luego siguió a Colton, dirigiendo una mirada
extraña a Jasper.
"¿Qué fue eso?", Preguntó Tamara. Jasper se encogió de hombros, pareciendo avergonzado.
Call estaba demasiado distraído para darle algún sentido a la vida amorosa de Jasper. Estaba
pensando en Alex, en la forma en que lo veía al principio como un chico amable, divertido y
agradable. Pensó que Alex era una buena persona, como Aaron. Pero todo eso había sido
superficial, actuado. En su alma, Alex había sido terrible todo el tiempo.
<< Todos pensamos que era agradable, dijo Aaron. Eso es lo que él quería que pensáramos. >>
Por supuesto, Call también tenía un alma malvada. Y tal vez Colton tenía razón acerca de la
forma malvada de hacer las cosas que tenía Call, porque de repente supo cómo iba a ganar. Y
no era un plan que cualquiera pudiera describir como bueno.
En ese momento, el Maestro Rufus se acercó a su mesa. "Estoy aliviado de que todos hayan
vuelto. Recibí un mensaje del padre de Call de que está retrasado. Él estará aquí mañana. Pero
hoy, la Asamblea quiere verlos a todos ustedes. Quieren repasar el plan final. Si has terminado
con el desayuno, ven conmigo.
Tamara, Gwenda y Jasper se pusieron de pie. Mientras seguían a Master Rufus fuera del
Refectorio, Call puso su mano en el brazo de Tamara.
Necesito decirte algo", le dijo Call. "Porque no vamos a tener ningún secreto". En el camino a
la Asamblea, él le fue susurrando algo, explicándole todo lo que había pensado. Ella no lo
contradijo, incluso cuando él pensó que lo haría. Ella no le dijo que estaba mal. Todo lo que
ella preguntó fue: "¿Crees que funcionará?" "Eso espero", dijo Call, y entraron para enfrentar
a la Asamblea.
"Señor. Hunt”, dijo Graves, haciendo un gesto a Call y Tamara para que se acercaran a la mesa.
Estaba en un estrado elevado, por lo que la mayoría de la Asamblea los miró impasibles,
algunos otros con compasión.
"Eso es correcto", le dijo Call, tratando de proyectar toda la autoridad que nunca había creído
que tenía. "Vamos a separar a Alex del caos".
"¿Crees que puedes hacerle eso a un devorado?", Dijo la Maestra Milagros. "Eso nunca se ha
hecho".
"En realidad, sí se ha hecho", dijo Call. "Requiere cuatro Devorados, que representan cada uno
de los otros elementos".
"¿Y quieres que te proporcionemos Devorados de nuestras celdas?", Dijo Graves. "Eso es
imposible."
"No será necesario", le cortó Tamara enojada. "Ya hemos reunido nuestro propio equipo".
"Entonces será mejor que no lo hagan ahora", dijo Call. "Porque todo este plan depende de
que Tamara, Jasper y yo, hagamos lo que ustedes nos pidieron. Y a cambio, queremos algo. "
Un murmullo recorrió la habitación. Call escuchó que decían traidor y nunca y, como siempre,
enemigo. La ira se hinchó dentro de él, y se dejó sentir. Era mejor que tener miedo. No soy
quien creen que soy, pensó. Soy peor.
Tamara habló sobre el bullicio. "Hemos averiguado que tal vez Alex no tiene control sobre sí
mismo. Tal vez él está bajo el dominio a alguien más. Tal vez nunca eligió hacer ninguna de
esas cosas.”
Jasper giró la cabeza hacia Call. Gwenda frunció el ceño. Lo mismo hizo el maestro Rufus.
Todos ellos claramente querían interrumpir, pero no lo hicieron.
Call tomó aire profundamente. "Su madrastra, Anastasia Tarquin". Todos se quedaron
atónitos, mirándose el uno al otro. Anastasia Tarquin había sido una de ellos, una asambleísta.
Fue solo después de la última batalla que descubrieron su traición y se dieron cuenta de quién
era ella realmente: la madre de Constantine Madden, trabajando entre bastidores para ayudar
al Maestro Joseph a hacerse con Call, con la esperanza de que Call recordara su pasado como
el enemigo de la muerte.
"Todo lo que queremos es que ustedes acepten que si está derrotado y resulta que no actuó
por su cuenta, no será arrojado al Panópticon", dijo Call. "Sé lo que es ser mal juzgado. Sé
cómo es que la gente piense que eres malvado cuando las circunstancias te empujaron en esa
dirección y no tuviste ninguna buena elección".
"¿Y realmente crees eso de Alex?"Las expresivas cejas del Maestro Rufus se levantaron.
"Sé lo que es sentir que no puedes regresar, que no tienes esperanzas de una segunda
oportunidad". Call trató de parecer su más simpático y heroico, pero temía que lo que
realmente parecía era alguien tratando de intimidar con su mirada. Por otro lado, no podía
tener una mirada de loco peor que la de Jasper.
"Si crees que puedes vencer a Alex y dejarlo vivo", dijo Graves, "entonces, ¿crees que puede
ser tomado prisionero?"
"Eso es ridículo", dijo el Sr. Rajavi, mirando incrédulo. "Todavía será un Makaris fuera de
control..." "No, no lo será", dijo Call rápidamente. "Despojarlo de todo el caos también lo
despojará de sus poderes de Makaris. Será un mago ordinario.
"Piensen en lo que sabe", dijo Tamara de repente. “Toda la magia del maestro Joseph, los
secretos de Anastasia. Si él muere nunca sabremos nada...”
Los ojos de Graves brillaron. "Entiendes", dijo, "que si parece rebelde o si se resiste,
tendremos que matarlo".
"Por supuesto", dijo Call. "Lo entendemos. Simplemente pensamos que hay una buena
persona ahí, atrapada bajo las órdenes de Anastasia".
"Una vez que haya sido sometido, tendremos que pedirle que se presente ante la Asamblea y
que informe de todas sus fechorías y del papel de Anastasia en ellas. Entonces decidiremos
qué creer”, dijo Graves.
"Lo hago", dijo Call. "Si van a ayudarnos a derrotar a Alex aquí, entonces querrán ser tratados
de manera justa". No como criminales y monstruos".
"La mayoría de ellos vive tranquilamente entre los elementos ", agregó Jasper de repente.
"Nadie está diciendo que no deben arrestar a un Devorado que hace algo mal, pero es
incorrecto suponer que todos son malvados sin darles una oportunidad".
"Se trata de tu hermana", dijo Graves, mirando fijamente a Tamara. "¿No es así?"
"Ravan es un buen ejemplo", dijo Tamara tercamente. "Ella nunca ha hecho nada malo".
Jasper tosió una tos que sonaba como una fuga de la cárcel. Call y Tamara lo ignoraron. "Ella
ayudó a derrotar al maestro Joseph", dijo Tamara. "Y por eso, está siendo cazada".
"Muchas cosas son peligrosas", dijo la señora Rajavi, con la voz seca. Su esposo la miró como si
quisiera decirle algo, pero ella estaba mirando al frente. "Aunque la Asamblea puede concluir
que mi decisión es parcial, me gustaría decir que Ravan me ha revelado que aunque los
Devorados no son personas como eran antes de su transformación, tampoco son elementales.
Deberíamos tratarlos mejor y podríamos encontrar mejores aliados en ellos.
Graves se aclaró la garganta. "Esto es lo más irregular". Call esperó, sin querer dar su brazo a
torcer.
"Discutiremos sobre el tema e informaremos de nuestra decisión", dijo Graves finalmente. "Y
ahora queremos desearles a los tres buena suerte mañana. Estamos listos para ayudarlos una
vez que Alex sea... recuperado. Estaremos allí, con los escudos en su lugar, para asegurarnos
de que Alex no pueda invocar más criaturas del caos. Seremos testigos de su valentía". Pero no
vamos a venir a ayudarlos.
"Uh, gracias", dijo Call. "Genial, y cuando hayamos terminado, volveremos y discutiremos
sobre nuestra recompensa. "
"Te lo haremos saber", prometió Call, sonriendo en dirección a Jasper. Si se las arreglaban
para conseguir esto, sacar al papá de Jasper de la cárcel sería una tarea fácil.
Luego salieron de la asamblea juntos. Mientras lo hacían, Call escuchó que el maestro Rufus
era asaltado a preguntas por los Asambleístas y se sintió un poco mal. Pero era difícil sentirse
demasiado culpable cuando todavía estaba tan nervioso de que su plan se arruinara.
"¿De verdad crees que Alex está siendo controlado por alguien más?" Puso una mano en su
cadera y le lanzó el tipo de mirada que le lanzas a alguien cuando crees que puedes decir si
están mintiendo por algún tic físico. Ella realmente esperaba que eso no fuera cierto.
"Bien", dijo ella. "No me digas. Voy a volver a la habitación, Jasper, vamos.” Ella se marchó.
Sorprendentemente, Jasper la siguió sin comentar. Tamara suspiró, pareciendo culpable.
<< Sabes que no hemos terminado, ¿verdad? dijo Aaron en la cabeza de Call. >>
<< Bueno, no te va a gustar, pero hay una persona más que tendrás que incluir en el plan. >>
<< Anastasia Tarquin. Tienes que convencerla de que respalde tu historia. >>
Call le explicó a Tamara sobre Anastasia Tarquin y cómo Aaron pensó que debían incluirla
dentro de sus planes. "Pero ni siquiera sé cómo hacer eso".
"¡Eso no puede funcionar!" Dijo Call. "Alex probablemente está haciendo cosas malas con ella.
No creo que esté merodeando esperando llamadas telefónicas. "
<< Mira, dijo Aaron, estuve en un hogar de acogida por un tiempo. Sé cómo hablar con las
personas que quieren que les llames mamá. >>
Call no podía discutir eso. Siguió a Tamara a la oficina de Rufus, un camino que los llevaba a lo
largo del río subterráneo. Recordó la primera vez que él, Tamara y Aaron habían viajado juntos
en este río. Habían estado en un barco con Rufus, y habían observado con asombro cómo
Rufus había convocado elementales de agua para impulsar el barco por el río subterráneo. Call
recordó el sonido de la risa de Tamara y Aaron rebotando por las paredes de la cueva.
Call resopló. Habían llegado a la oficina del maestro Rufus, y Tamara mantuvo la puerta
abierta para que pudiera seguirla. El teléfono tornado estaba sobre el escritorio de Rufus, y
por primera vez, Call notó una fotografía de Rufus con el brazo alrededor de un hombre con
gafas de montura dorada. Parecía un buen chico, del tipo que podría tener una librería o un
cine. Call se preguntó cómo se sentiría cuando descubriera que estaba casado con un ninja
mágico secreto.
Tamara apoyó la mano en el cristal que contenía el teléfono tornado. "Anastasia Tarquin",
dijo.
El humo en el interior del cristal giró y se unió. Call vio los contornos de lo que parecía un loft
moderno: un gran espacio con mucha madera, cromo y grandes ventanas que miraban hacia
lo que supuso que era la ciudad de Nueva York. Anastasia, de pie ante un gran fregadero de
metal, levantó la vista sorprendida cuando el humo se centró en su rostro.
La expresión de Anastasia cambió. Ella vaciló, luego dijo: "No es seguro hablar aquí. Podría
regresar en cualquier momento. "
"Te extrañé", dijo Call. Pensó que ella no le creería, se había negado a visitarla en la cárcel.
Pero su expresión se suavizó.
Tamara apartó la mano del cristal y la imagen que había en el interior giró para volver a formar
patrones de humo girando, pero no antes de que Call viera a Alex entrando en el desván.
Parecía irradiar oscuridad, incluso a través de la imagen del teléfono.
"No tan sucio como vamos a sentirnos después de hablar con ella", dijo Tamara con seriedad.
"El pueblo está bastante lejos, deberíamos irnos".
"No creo que debas venir", dijo Call, sabiendo que a ella no le iba a gustar eso.
"Esto podría ser una trampa", dijo Call. "No creo que lo sea, creo que ella quiso decir lo que
dijo, pero Anastasia podría decidir que necesita mantenerse a salvo al secuestrarme de nuevo.
Esa siempre será una posibilidad”.
"Pero si Anastasia viene, será más probable que se convenza si estoy solo". Call suspiró. No
quería ir solo más de lo que Tamara quería, pero sabía que debía hacerlo.
"Bien", dijo Tamara. "No iré contigo hasta el final, pero voy a estar en la cima de la colina y me
aseguraré de que no pase nada. Si Anastasia te secuestra o te traiciona, al menos puedo
avisarle a alguien. Al menos podremos ir tras de ti.”
Se escabulleron por la puerta de la misión. Cuando pasaron junto a otros estudiantes al salir,
Call notó que había algunos murmuraban, pero no parecía nada malo. No fruncían el ceño y no
parecían asustados. Se veían como debió verse Call aquella vez, cuando estaba observando a
los estudiantes mayores emprender una importante misión.
Caminaron juntos por el bosque, Tamara tomaba la mano de Call cuando uno de ellos tenía
que cruzar un camino especialmente rocoso o saltar sobre un tronco. Call pensó en la noche
que ella había venido a su habitación de hotel, sobre la conversación que casi habían tenido.
¿Tal vez debería decir algo? Pero tal vez este no era el mejor momento para sacar a relucir Su
relación, ya que había muchas posibilidades de que Anastasia intentara arrancarle la cabeza
con magia de viento en el momento en que la viera.
Todavía estaba tratando de pensar qué decir cuando llegaron a la cima de la colina. Tamara se
inclinó y le besó la mejilla.
"Para que te dé suerte", dijo al ver su expresión de sorpresa. "Buena suerte a Aaron, también.
Lo harás genial. "
Lo que fue un poco raro, pero aun así lo hizo sentir feliz. "Si escuchas un grito aterrorizado, ese
seré yo", dijo Call, luego se dirigió hacia el pueblo. Anastasia ya estaba parada en lo que
quedaba de la aldea de la Orden del Desorden, un elemental de aire flotaba detrás de ella. Las
casas parecían en mal estado y la tierra aún más cubierta de maleza que la última vez que
estuvo aquí, cuando pelearon con Alex y Aaron resultó muerto. Fue desconcertante estar en el
mismo lugar de nuevo, con los jugadores en posiciones similares.
Anastasia sonrió cuando Call apareció y él le devolvió la sonrisa. Trató de sentir simpatía.
Después de todo, ella amaba a Constantine, a pesar de todo lo que había hecho. Ella lo amaba
lo suficiente como para llevarlo al Magisterium y trabajar detrás de escena para asegurarse de
que estuviera a salvo, incluso después de que se hubiera convertido en un monstruo y en otra
persona por completo.
Amaba a Constantine de la forma en que Alastair había amado a Call, excepto que Call no creía
que Alastair hubiera soportado tanto tiempo todo eso del Enemigo de la Muerte. Pero tal vez
estaba equivocado. Quizás Alastair lo hubiera amado incluso si él fuera un Señor del Mal. Call
no estaba seguro de lo que quería creer. Pero lo hizo sentir un poco mal por Anastasia.
<< Dile que hemos desbloqueado algunos recuerdos, dijo Aaron. Simplemente no le digas
cuáles. Dile que lamentas no haberla recordado antes. >>
"Tengo algo que decirte, Anastasia", dijo. Ella lo miró con una mezcla de vacilación y
esperanza. "Realmente no te recordaba, y lo siento", dijo. "Pero me di cuenta después de que
Alex llegó, de que Constantine había guardado sus recuerdos dentro de mi cabeza. Le
preocupaba que un bebé no pudiera soportar los recuerdos de un adulto. Lo arregló para que
no los desbloqueara hasta que estuviera listo. — ¿Y tú estabas listo? —Preguntó Anastasia.
"Supongo", dijo Call. “Fuimos atacados por lobos, y los recuerdos se abrieron. Podía verme
paseando de un lado a otro frente a la tumba de Jericho".
<< Dile que pudiste verla. El tono de Aaron era firme. >>
"Pude verte, mamá", dijo Call. "Sé cuánto me querías y cuánto te importaba lo que me pasó".
La cara de Anastasia comenzó a desmoronarse. Su maquillaje cuidadosamente aplicado se
corrió mientras sus lágrimas bajaban por sus mejillas.
"Oh, Con", jadeó Anastasia, y se tiró sobre él, atrapándolo en un fuerte abrazo. Call clavó sus
talones en la tierra suave para evitar caer junto con ella. Era tan alto como Anastasia, pero ella
tenía la fuerza de la histeria de su lado.
¿Qué se lo explique a Alex? Call ahogó una risa. "No podré hacer eso", dijo. "El Magisterium lo
ha preparado todo para que Alex y yo tengamos que luchar". “Quieren que lo mate. "
<< No puedes contradecirla, dijo Aaron. Haz que entienda el peligro. Si Alex y tú pelean uno de
los dos podría morir. >>
"Sabes lo fuerte que soy", dijo Call, tratando de mirarla como había hecho Constantine. "Si
Alex y yo peleamos, nos mataremos el uno al otro". Parecía temerosa. "Es un devorado por el
caos". "No creo que ninguno de los dos sobrevivamos. Por eso necesito tu ayuda. "
“Podríamos huir", dijo. Los tres. Vivamos juntos, mis dos hijos y yo. Ella lo miró con expresión
nebulosa.
"No mientras Alex sea un Devorado por el caos", dijo Call. “Piénsalo como una enfermedad
que tenemos que curar. Mientras el caos lo esté devorando, él me odiará y luego, un día,
comenzará a odiarte".
"Sí se pueden curar". Call intentó proyectar confianza y seguridad mientras Aaron le hablaba
en silencio. "Lo he preparado todo. El Magisterium insiste en que nos encontremos en
combate, y sé cómo quitarle el caos. Una vez que eso suceda, estaremos bien, siempre y
cuando les digas que Alex solo hizo las cosas malas que hizo porque le pediste que lo hiciera".
"¿Porque le pedí que lo hiciera?" Ella se echó hacia atrás. "¿Cómo ayudará eso?"
Call ignoró eso. "Necesitan creer que no era él. De lo contrario, lo seguirán hasta los confines
de la tierra y lo ejecutarán. Pero puedes asumir la culpa y escapar.”
<< Dile que no es realmente su culpa. Dile que será una heroína. Mucha gente pensará que
ella hizo lo correcto. >>
Call respiró hondo. "Mucha gente no está de acuerdo con las decisiones del mundo mágico
sobre las cosas", dijo. "La forma en que matan a Makaris en Europa. La forma en que tratan a
"Estoy seguro de que cuando te levantes y hables, muchos simpatizarán", dijo Call. “Y puedes
huir en tu elemental de aire. Puedes asegurarte de que está cerca esperando”.
"El Magisterio perdonará a Alex", dijo Call. "Y luego iremos contigo, y dejaremos atrás el
mundo de los magos. Podemos pasar nuestras vidas viajando.” Pensó en las palabras similares
que Alastair le había dicho cuando le rogó que abandonara el Magisterium. "Podemos estar
juntos".
Los fríos ojos grises de Anastasia brillaron. "Muy bien", dijo ella lentamente. "Será mejor que
me cuentes exactamente cómo vas a hacer que funcione este plan".
"Funcionó", dijo. "Estaba pensando que entiendo por qué la gente le teme a los magos del
caos". Tal vez deberían temernos.
Tamara puso su mano en el hombro de Call. “No es justo que, como eres un Makaris, tengas
que lidiar con todo esto. No era justo cuando era Aaron, y no es justo cuando eres tú.
Seguimos siendo niños. Tal vez no como los niños que éramos cuando llegamos al
Magisterium, pero somos demasiado jóvenes para ser responsables de la vida de tantas otras
personas. Creo que lo estás haciendo muy bien".
"Si crees que sí, entonces supongo que debe ser cierto ", dijo Call.
Cuando llegaron, Jasper y Gwenda los estaban esperando, con aspecto grave.
"¿Qué pasó?", preguntó Call en voz alta, cortando su conversación. Gwenda lo miró de forma
abrupta y apesadumbrada, una frialdad de miedo lo recorrió.
"Será mejor que vengas", dijo Jasper. "Ahora". Comenzó a moverse a través de los túneles lo
suficientemente rápido como para que Call tuviera que pedirle que redujera la velocidad dos
veces para mantener el paso. Cuando regresaron a su sala común, el Maestro Rufus estaba
Call podía ver sus gafas, la forma de su rostro, incluso el contorno translúcido del cabello gris y
marrón. Call lo conocía. Él no quería, pero lo hizo. El Devorado era Alastair, su padre. Por un
momento, la pierna mala de Call casi se rindió. Se tambaleó hacia un lado y se sostuvo en una
mesa.
Todos los pensamientos de Call habían huido. No quería creer lo que estaba mirando. No
quería ver lo que estaba delante de él. No quería comprenderlo. "Papá", dijo. La palabra salió
rota. Tamara se quedó sin aliento.
<< Él realmente debe amarte, dijo Aaron, lo que le parecía incorrecto a Call y al mismo tiempo
que era verdad. >>
"Papá", dijo de nuevo, y la forma fluyó hacia él, lo envolvió en la niebla y el viento girando. No
había nada reconfortante en ese abrazo, era demasiado inhumano, demasiado frío.
"Call", dijo la voz de Alastair. "Lo siento. Pero esta es la única manera en que podría haberte
ayudado".
"¡Pero tu odias la magia!" Gritó Call, enojado ahora. No era justo, no era justo que Alastair
tuviera que sacrificarse. Nada de esto era justo, nada de eso había sido nunca justo, pero
Alastair no debería haber tenido que renunciar a todo. "¿Cómo vas a ir a las ventas de garaje
ahora? ¿Cómo vas a jugar con los coches? ¿Cómo vas a conducir coches? ¿Qué va a pasar con
todas tus antigüedades? Se atragantó. "¿Qué hay de nuestra vida juntos? ¿Qué hay de nuestra
vida?
"Necesitaba ayudarte, Call", dijo Alastair. "No hay vida para mí si algo te sucede. Eres mi hijo. "
"¡Y tú eres su padre!", Dijo Tamara. ¡No deberías haber hecho esto! Call te necesita. "
"Esto tampoco era lo que yo quería ", dijo Alastair. “Extrañaré ir al cine, trabajar juntos en los
autos, pasear a Estrago, que seamos padre e hijo. Ser parte de su vida a medida que te vas
haciendo mayor y te casas, hacer rebotar a un nieto en mis rodillas.
"Quizás este es el precio que tengo que pagar por no haberle dicho a Call la verdad sobre la
magia durante todos esos años", dijo Alastair. “Por cada una de las veces en que no confié en
él. Tenemos que confiar en la gente que amamos".
"Ravan". Ella dejó escapar un grito ahogado. Tenemos que convocarla a ella y a los demás. ¿No
deberíamos estar en la torre de Alex al amanecer? "
"Alastair. "El Maestro Rufus habló con voz retumbante. “Es algo muy noble lo que has hecho.
Noble y dolorosa. Incluso si el Magisterium no lo hace, haré todo lo que pueda para ayudarte
después de esto ".
" Gracias, viejo maestro ", dijo Alastair. "Los estaré esperando afuera de la Puerta de la Misión
al amanecer".
"Tamara, Gwenda, Jasper", dijo Rufus. “Vayan a prepararse para mañana, les hemos
preparado uniformes nuevos para cada uno de ustedes, tienen hechizos que repelen la magia
oscura entretejidos en la tela."
"Callum, quédate aquí un momento", dijo Rufus. "Quiero hablar contigo." Los otros se fueron,
Tamara a regañadientes; Call podría decir que ella quería quedarse con él. También tendría
que prepararse. Se suponía que debían irse a primera hora de la mañana. Pero sintió como si
no pudiera levantarse. De alguna manera, lo que Alastair había hecho había sido la última
gota. "Call", dijo el Maestro Rufo, "Necesito que sepas algo".
"He tenido muchos estudiantes a lo largo de los años", continuó el Maestro Rufus. “Algunos de
los mejores que han salido del Magisterio. Y algunos de los peores. Call lo miró fijamente.
Esperó a que el Maestro Rufo le dijera lo decepcionado que estaba.
“Sé que no siempre he estado allí cuando me necesitabas. Siempre traté por encima de todo
lo demás, de alejarme para que pudieras encontrar tu propio camino. A menudo era doloroso
no extender una mano. Pero incluso cuando te dieron la opción de correr en lugar de
enfrentarte a un Devorado del Caos, no la tomaste". El Maestro Rufus se inclinó hacia su
cabeza. "Pienso en todos mis estudiantes, pero de todos el que más orgulloso me ha hecho
sentir has sido tú".
Call se aclaró la garganta. "Gracias, Rufus." Rufus asintió y se fue como siempre lo hacía, sin
ceremonia. Call se dirigió a su habitación, con los huesos cansados, Estrago, que había estado
encerrado allí, saltó sobre él con entusiasmo. Call cayó sobre la cama y trató de dormir. No
pensó que lo haría, pero, agotado y abrumado, lo hizo.
Cuando Call despertó, se sentía mejor con respecto al mundo. Todavía se sentía asustado por
su padre, pero estaba empezando a ver que ser un Devorado de aire podría no ser lo peor. Al
menos su padre no iba a envejecer y morir como los padres de otras personas. Alastair
sobreviviría a Call. Y tal vez Alastair no podría prepararle la cena y cuidarlo exactamente como
lo había hecho antes, pero Alastair no era el mejor cocinero de todos modos y Call asistiría al
Collegium. Claro, si no moría.
"Ya me conoces", dijo Call. "No es fácil ser compañeros de cuarto, especialmente en la misma
cabeza, pero me alegro de que hayas estado conmigo. Me alegro de que estés en mi cabeza.
Pase lo que pase, eres el mejor, mejor amigo de todos los tiempos".
<< No muchas personas hubieran estado bien si hubieran tenido a otra persona en su cabeza,
dijo Aaron. Y casi nadie se hubiera arriesgado como tú lo hiciste para devolverme la vida,
siempre actúas como si debieras agradecerme por ser tu amigo, solo porque soy amable y
educado y puedo hacer que la gente me quiera. Pero yo soy el que debería estar agradecido,
Call. Y yo soy yo. >>
Tamara salió de su habitación justo a tiempo para ver a Jasper y Gwenda separándose. "¿Qué
está pasando?", Preguntó, frunciendo el ceño. "Escuché gritos." El cuello de Jasper estaba un
poco enrojecido.
"Estábamos, uh, solo resolviendo algunos problemas entre nosotros". Gwenda miraba
tímidamente al suelo. Una pequeña sonrisa curvó su boca.
"¿Estás bromeando?" Tamara le dio un codazo en el costado. “¡Ha estado viniendo desde
siempre! ¡¿De qué pensabas que se trataba todo ese coqueteo en el auto?! ”
"Vamos", dijo Tamara. "Vamos a desayunar y luego vamos a luchar contra el señor del mal. El
verdadero señor del mal. Comieron rápidamente. Gwenda y Jasper se tomaron de las manos
todo el tiempo y Call siguió preguntándose si debería haber tirado a Tamara para darle un
beso o la mano o haber hecho algo. No era justo que Jasper pareciera ridículo todo el tiempo,
pero luego resultó que sabía más que Call sobre las relaciones y las chicas y, a veces, incluso
sobre la magia.
<< A Tamara le gustas, dijo Aaron. Recuerda, hoy somos optimistas. >>
En ese momento, alguien llamó a la puerta y no hubo más tiempo para discutir. El Maestro
Rufus estuva allí con la Maestra Milagros y el Asambleísta Graves. Habían traído consigo una
cuerda mágica.
"No vamos a atarles los brazos con fuerza", dijo Graves. "Pero debemos dar la apariencia de
estar de acuerdo con sus órdenes".
"Tamara", dijo la Maestra Milagros, "tu hermana está aquí y quiere hablar contigo".
Es Kimiya quien quiere hablar contigo. Te está esperando fuera de las puertas.
De repente, Call recordó que Alex también quería que Kimiya les fuera entregada, y que él
pensaba que ella seguía siendo su novia. También recordó la última vez que habían visto a
Kimiya. Ella había estado abrazando a Alex mientras él se regodeaba y Tamara se veía como si
le hubieran dado una patada en el estómago, por lo que a Call no le gustaba mucho.
Tamara tragó saliva. "Bueno. Quiero verla. Se dirigieron por el pasillo detrás del maestro
Rufus. El estado de ánimo optimista de Call se estaba convirtiendo rápidamente en tensión
cuando pasaban frente a grupos de estudiantes que miraban en silencio. Estaba bastante
seguro de que la mayoría de ellos no sabían lo que estaba pasando, pero sabían lo suficiente
como para entender que estaban pasando cosas malas. Después de todo, muchos de ellos
habían visto a Alex atacar, y todos habían visto la torre dorada elevándose en el horizonte
como un cuchillo apuntando al cielo. Call siguió mirando las cosas a medida que pasaban. La
puerta de sus antiguas habitaciones, las que había compartido con Tamara y Aaron. El camino
hacia el refectorio. El camino sinuoso a la biblioteca. Los brillantes patrones de piedras en las
De repente se escuchó un fuerte ladrido Estrago había irrumpido por la puerta de sus
habitaciones y estaba cargando por el pasillo. Casi derribó a Call cuando saltó para poner sus
patas en su pecho y gimió frenéticamente.
"¿Qué está pasando?" le preguntó Call acariciando la cabeza de Estrago. "¿Qué pasa,
muchacho?"
"Él sólo quiere venir", dijo Tamara. "No deberíamos dejarlo atrás".
"¿No es mejor", dijo Rufus, "que desee ir contigo por amor y lealtad, y no porque esté atado
por el caos? Él es tu lobo, y creo que se ha ganado su lugar a tu lado".
Así que salieron de la Puerta de la Misión como un grupo de seis: el Maestro Rufus, Tamara,
Gwenda, Jasper y Call, con Estrago detrás de él.
Call vio a Kimiya inmediatamente. Ella estaba de pie con el Sr. y la Sra. Rajavi, que estaban
amontonados en un grupo familiar apretado. Todos ellos miraban con cautela a Alastair, que
se movía de forma translúcida cerca, pero no demasiado cerca, de varios miembros de la
Asamblea. Dado lo que le había sucedido a Ravan, Call sentía que no podía culpar a los Rajavis
por ver a Alastair de esa manera. Devorados de cualquier tipo debían horrorizarlos. Pero él los
culpó de todos modos.
Tamara se separó inmediatamente del grupo y corrió hacia su familia, mientras Call y los
demás se dirigían hacia Alastair y los magos. Estrago y Call saludaron a Alastair, quien pasó una
amplia mano sobre el cabello de Call, removiendo las hebras sin tocarlo. Estrago husmeó a
Alastair y ladró preocupado mientras pasaba por entre sus piernas. Alrededor de ellos, algunos
miembros de la Asamblea se reunieron y consultaron con otros magos que Call no conocía que
estaban explicando algo sobre la torre de Alex. Al parecer, realmente habían construido todo,
con una sala de cine y muchas habitaciones, pero habían usado los mismos materiales
encantados que usaban en el Panópticon. Sería mucho más difícil para Alex convocar a las
criaturas del caos una vez que estuviera dentro, y planearon sellar la entrada y salida una vez
que Call y sus amigos estuvieran dentro. También permitiría a los magos ver a través de los
materiales, observar lo que sucediera y acudir en ayuda de Call, si fuera posible.
"Pero si alguien entra a ayudar eso permitirá que Alex Strike pueda convocar a más
elementales del caos", dijo Graves.
<< Dile que no necesitarás ayuda, dijo Aaron. A la gente le gusta escuchar ese tipo de cosas. >>
<< Solo dilo, dijo Aaron. No es más o menos probable que ayude sin importar lo que le digas.
Pero él pensará que eres valiente y le gustarás más. >>
"Puedo manejar a Alex", dijo Call. Graves parecía aliviado. Antes de que tuviera que prometer
nada más, Call se dirigió hacia donde Tamara estaba saludando a su familia.
"Les he estado diciendo a todos lo mucho que lo siento", dijo Kimiya. "No me di cuenta de lo
enojado que estaba Alex. Pensé que sería divertido hacer nuestra propia organización, tener
nuestras propias cosas. Alex dijo que la Asamblea les había mentido a todos, que Constantine
había muerto hacía mucho tiempo y que solo querían que todos tuvieran miedo. Y cuando me
di cuenta de que era cierto, Constantine se había ido, también creía en todas las otras cosas
que decía. Nunca pensé que le haría daño a Aaron. Si hubiera sabido que... todo hubiera sido
diferente.
Tamara miró a su hermana con sospecha. “Quería lastimar a la gente. Hizo daño a la gente. "
"Me arriesgué con alguien que me importaba", dijo Kimiya con una mirada aguda a Call. Lo
cual fue totalmente injusto. Bueno, fue un poco injusto. "Yo estaba equivocada. Pero ahora
estoy aquí para ayudarlos a derrotarlo.”
Tamara miró a su hermana sin calidez ni confianza. A veces, Call olvidaba lo inquebrantable
que podía ser. "No vas a ser atada", le dijo a su hermana. "Vas a tener que ser el que actúe
primero. Una vez que estemos dentro, tendrás que asegurarte de que los Devorados tengan lo
que necesitan para manifestarse. Incluida Ravan. Hubo una suave explosión al oír el nombre
de Ravan, quien apareció como un penacho de humo y llamas.
"Ravan", dijo Tamara, y suspiró de alivio. "Estás aquí". La Devorada de fuego ardió su camino
más cerca. Podías ver la forma de Ravan ahora, su largo cabello y su rostro joven, en forma de
llamas. Ella habló. “Mi pequeña familia, hecha de cera y yesca. ¿Me temen?
La señora Rajavi negó con la cabeza. "No puedo mirar". Se dio la vuelta, con el rostro lleno de
lágrimas.
"Ravan", dijo la señora Rajavi, con una inmensa tristeza en su voz, "te conocíamos antes, pero
no estamos seguros de que te conozcamos ahora".
Ravan parpadeó una vez. "Pero arderé por tu bien de todos modos".
"Mis hijas". La señora Rajavi comenzó a sollozar. "Oh, Ravan. Oh, Tamara y Kimiya, ¿las voy a
perder a todas? ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué nuestra familia? ”Tamara y Kimiya se
Inmediatamente fue abordado por el Maestro Rufus. "Call", dijo. "Es hora de convocar a los
dos últimos Devorados". Call siguió al Maestro Rufus al centro de un círculo de magos.
Jasper y Gwenda ya estaban allí. Los magos observaron en silencio mientras Jasper convocaba
un pequeño charco de agua, que burbujeaba alrededor de sus pies. Se arrodilló y lo tocó.
"Lucas", dijo, y saltó hacia atrás sorprendido cuando el charco se disparó hacia arriba en una
columna, tomando la forma de Lucas, el Devorado por el agua. Los magos se quedaron sin
aliento y varios de ellos retrocedieron.
Era el turno de Call. Sacó la geoda de Greta de su bolsillo, se inclinó y la estrelló con tanta
fuerza como pudo reunir contra la roca. Se rompió en fragmentos brillantes. Todos miraron los
fragmentos expectantes. No pasó nada.
"Yoo-hoo", dijo una voz aburrida, y todos se giraron para ver a Greta, una pila de rocas
retumbante, flotando alrededor del borde del círculo. "Estoy aquí". Ella y Lucas se saludaron el
uno al otro. Alastair se acercó a ellos lentamente, y Ravan avanzó, arrastrando chispas. Todos
los magos se alejaron para dar espacio a los Devorados, o quizás para alejarse de los
Devorados.
Al oír gritos, Call se volvió para encontrar a Gwenda en medio de una feroz discusión con el
Maestro Rufus. "Pero debería ir", dijo ella. “¡Soy parte del grupo de aprendices! ¡Ayudé a
recoger a los Devorados! ”El Maestro Rufus negó con la cabeza. "Absolutamente no, Gwenda.
Call, Jasper y Tamara van porque Alex exigió que fueran. ¡No sacrificaré la seguridad de otro
estudiante sin una buena razón!
"¡Puedo ayudar a protegerlos!" dijo Gwenda. "Es una buena razón", Se giró y vio a Call. "Call,
dile que debería ir contigo".
Call vaciló. "Gwenda, has sido una muy buena amiga, y has salvado nuestros culos un montón
de veces desde que comenzó el Curso de Oro. Lo siento si alguna vez te he subestimado. Pero
no hay forma de que Alex te deje venir con nosotros. En el momento en que vea a alguien que
no ha pedido, desatará el caos. Los ojos de Gwenda brillaron con enojo, pero Call pudo decir
que ella sabía que no estaba mintiendo.
Call miró al Maestro Rufus. "¿No puede venir ella con los maestros y la Asamblea?", Preguntó.
"Solo sería lo justo."
"¡Todos, escuchen!" Era la voz del asambleísta Graves, amplificada y con eco. "Callum Hunt.
Tamara Rajavi. Jasper deWinter. Por favor, párense frente a mí.
Tamara se alejó a regañadientes de su familia. Jasper se apartó de Lucas, y unos segundos más
tarde, todos estaban parados frente al asambleísta Graves, junto con Estrago, que se había
colado junto a Call. "Ese lobo caotizado..." comenzó Graves enojado.
Graves miró a Estrago, quien le pestañeó con ojos de lobo normales, grandes y verdosos.
"Podría haber jurado -" Tamara se rió, e inmediatamente reprimió el sonido. Graves la fulminó
con la mirada. "Atar sus manos", dijo.
La maestra Milagros y el maestro North se colocaron detrás de ellos. Call y los demás pusieron
sus manos detrás de sus espaldas, y los maestros comenzaron a enrollar tiras de metal
encantado flexible alrededor de sus muñecas. Call sabía que era necesario, pero la ira aún
hervía dentro de él.
"Estos se desprenderán cuando tires contra ellos tres veces en rápida sucesión", les dijo
Graves. "Pero también se destruirán, así que, por favor, no lo prueben por adelantado".
Tamara lo miró con aire de culpabilidad, claramente habiendo estado a punto de hacer eso.
A su alrededor, los magos se elevaban en el aire. Call podía sentir que lo levantaban, podía
sentir el viento soplando debajo de él, pero con Alastair tan cerca, aunque su magia estaba
atada, no podía tener miedo. Recordó lo mucho que había deseado sentir la ingravidez, había
querido volar para poder evitar todas las dificultades de tener una pierna que le dolía mucho.
Pero ese había sido el deseo de un niño. Sus problemas ahora no podían ser resueltos con un
poco de magia.
<< Tal vez puedan resolverse con mucha magia, dijo Aaron en su cabeza. >>
Volaron sobre campos y carreteras grises que serpenteaban bajo sus pies, el bosque y el
Magisterium se retiraron detrás de ellos. Call echó un vistazo para ver a Estrago girando en el
aire, agitando sus patas, y Tamara cerca, su cabello oscuro volando como una pancarta. Ella lo
miró y le dio una sonrisa alentadora.
Desde el cielo, Alex y su comitiva se hicieron visibles. Alex todavía estaba en la parte posterior
de su elemental del caos con forma de dragón, pero ahora su atuendo se había vuelto aún más
elaborado. Vestía de negro, por supuesto, y enormes botas negras con enormes hebillas
plateadas en forma de relámpagos. Alrededor de sus hombros tenía una capa.
Sí, pensó Call. Definitivamente lo era, incluso estaba revoloteando en la brisa. El pelo de Alex
estaba peinado con gel. Volando a su lado había dos elementales del caos, ambos con forma
de caballo que parecían mucho menos sólidos. A veces parecían tener alas; otras veces, en
lugar de patas, parecían tener tentáculos de pulpo largos y flexibles. Call adivinó que uno era
para Anastasia. El otro, temía que sería para Kimiya.
Cuando Alex aterrizó, su capa giró en el aire y Call vio una bruñida corona de metal en su
cabeza, sus puntas como colmillos, aunque Call sabía que todo su atuendo estaba calculado,
que a Alex solo le importaba la ilusión, pero la ilusión funcionaba pensó Call. En realidad, Call
sintió un fino zarcillo de miedo y se estremeció.
"Gente del mundo de los magos y otras luminarias, me alegra que hayan decidido ceder a mis
demandas y reconocer mi superioridad", dijo Alex. "Esta torre que me han construido es muy
bonita. Planeo reinar en silencio y no molestarte demasiado. No quiero hacer nado del tipo
“Enemigo de la Muerte”, como reanimar a personas o animales. Eso no es lo mío. Lo mío es
que todos sepan lo asombroso y aterrador que soy".
"¿Te refieres a todos en el mundo de los magos?", Preguntó Graves. A pesar de que esto era
solo un show, se veía furioso. "Todavía tienes la intención de mantener los grandes secretos
de la magia, ¿no?"
Alex se rió, y la multitud de criaturas a su alrededor lanzó una cacofonía de alaridos y aullidos.
Era mucho más aterrador que lo que nadie había pensado. Podría ser un niño ridículo, como
dijo Graves, pero tenía acceso a un enorme poder y criaturas que podrían respaldarlo.
"Mi torre no es estúpida", dijo Alex, e hizo un gesto casual en dirección a Graves. Fuego negro
salió de sus dedos y se tragó al asambleísta. En segundos, no quedó nada más que un círculo
carbonizado en la hierba. Kimiya gritó, luego contuvo el ruido con un obvio esfuerzo cuando
Alex la miró con el ceño fruncido. Los magos también gritaban, voces resonando alrededor del
claro. Jasper estaba mirando a Gwenda, su rostro se arrugó con preocupación. Tamara se
limitó a sacudir la cabeza, con expresión sombría.
El Maestro Rufus dio un paso adelante, dentro del círculo ennegrecido. "Alex Strike", dijo.
Alex se rio "Maestro Rufus", dijo. "Joseph solía hablar de ti todo el tiempo. El gran mago que
había enseñado a Constantine Madden. Pero ser tu asistente no reveló ninguna grandeza.
Constantine era grande a pesar de ti, no gracias ti. Él movió sus ojos en dirección a Call, su
boca se estiró en una sonrisa. "Después de todo, mira lo mal que lo has hecho con Callum".
"Puedes hacerme lo mismo que le hiciste a Graves", dijo Rufus, y Call se tensó. No creía que
pudiera soportarlo si Alex eliminaba a su profesor de la faz de la tierra. Tendría que liberarse
de sus esposas y eso arruinaría todo.
"Pero entonces no obtendrás lo que quieres. Será una guerra con la comunidad de magos, y
como has dicho, no quieres eso. Quieres que te dejen solo. "
"Sería más fácil para ti también si el mundo común no supiera sobre los magos", dijo Rufus.
“Piensa en lo que podrías hacer. Podrías usar tu magia para engañarlos y ganar millones".
Alex se rio "Tal vez si eres brillante, Rufus. Todo bien. Mantendré el secreto de la magia.”
Volvió sus ojos brillantes y llenos de estrellas hacia Kimiya. "Vamos, cariño. ¿Ya no me amas? ”
Kimiya sonrió luminosamente. Call se sintió incómodo cuando ella corrió por la hierba hacia
Alex y tomó su brazo. O estaba dando una buena actuación o iba a traicionarlos a todos. Alex
se inclinó para besarla. Tamara hizo un ruido de asco. Afortunadamente, fue un beso breve, y
Alex se separó sonriendo, con el brazo colgando de los hombros de Kimiya.
"Que los rehenes den un paso adelante", dijo Alex. "Que caminen hacia la entrada de la torre".
Call miró a Tamara. Sus miradas se encontraron, al menos estaban en esto juntos. Aaron,
también. Los tres contra el mundo. ¿Quién hubiera sabido que cuando Rufus los escogió, se
convertirían en las personas más importantes en la vida de Call? Miró a Jasper, a su rostro
determinado. Call nunca hubiera pensado que serían amigos, pero de alguna forma, cuando su
vida corría peligro, Jasper había estado allí tendiéndole una mano, generalmente con una
Call se volvió para mirar por encima del hombro. Los magos de la Asamblea parecían estar
muy lejos. Solo podía ver a Gwenda y Rufus. Con un movimiento de su muñeca, Alex lanzó una
llamarada de caos hacia todos ellos. Call interrumpió un grito cuando se dio cuenta de que
Alex no estaba atacando, solo estaba alzando una barricada, el fuego se levantó en un muro
sin fin que se curvaba alrededor de ellos, separando a Jasper, Call, Tamara, Kimiya, Estrago y
Alex de los demás magos, pero permitiéndoles acceder a la torre. Alex se burló. Vamos a ver
nuestro nuevo hogar. Callum, puedes abrir el camino. Con una última mirada al fuego que lo
separaba del Maestro Rufus, Call se dirigió hacia la puerta de la torre, una cosa pesada de
madera. No pudo abrirla, así que se quedó allí hasta que uno de los elementales del caos se
acercó, deslizó un tentáculo hacia la puerta, pero cuando la tocó, solo quedó un agujero
donde había estado el pomo.
El enorme elemental de metal surgió del humo que los rodeaba y avanzó hacia la puerta. Call
se quedó mirando, ellos pelearon contra Automotones una vez y casi fueron asesinados.
Automotones se tambaleó hacia las puertas delanteras, sus ojos, eran engranajes, zumbando y
girando. Su mano salió disparada, y una cuchilla afilada y vibrante apareció al final. Cortó la
puerta hasta que una gran parte de ella se abrió y se estrelló contra el suelo. Alex tendrá que
arreglar esa puerta, pensó Call. Definitivamente no es un hombre de planificación a largo
plazo, automotones retrocedió y todos se dirigieron hacia adentro con diversos grados de
renuencia. El primer piso era una gran sala redonda, completamente vacía, excepto por una
alfombra y una escalera de caracol que se elevaba hacia arriba, Call subió, y los demás le
siguieron.
El segundo piso era una sola habitación enorme con gigantescas ventanas a través de las
cuales Call podía ver las copas de los árboles. Había varios sofás y una pequeña cocina, junto
con una pantalla grande como la de la Galería, donde Alex solía proyectar películas. Como Call
no estaba seguro de a dónde quería ir Alex, él se detuvo allí, caminando hacia la esquina más
alejada. Tamara lo siguió, luego Jasper. "Ahora", les dijo Call. Tiró tres veces de sus puños y sus
manos estuvieron libres. Luego se llevó el silbato a la boca y sopló. No salió ningún sonido,
solo un viento salvaje que corrió por la habitación para tomar la forma de Alastair y luego
desaparecer nuevamente. Junto a él, Lucas se manifestó, y luego Greta. Pero ambos se habían
ido cuando Alex entró en la habitación. Call tenía las manos detrás de la espalda, aunque ya no
estaban atadas. Tamara y Jasper hicieron lo mismo.
Alex sonrió con aire de suficiencia, caminando para admirar las vistas, su capa ondeando
detrás de él. Él estaba sosteniendo una de las manos de Kimiya. Call pensó que la sonrisa en su
rostro parecía forzada. Esperaba que fuera forzada. "Muy bien aquí, ¿no?" Dijo Alex, agitando
Traducido por: mendozaxa804
un brazo para indicar todo el espacio: el suelo de mármol, los grandes sofás con sus cojines, la
enorme televisión. "¡Mamá! ¡Estoy en casa! "
<< Anastasia, pensó Aaron. Por supuesto que ella está en algún lugar aquí. >>
“¿Alex?” Todos se detuvieron cuando Anastasia bajó las escaleras desde arriba. Llevaba un
vestido blanco y una especie de capa blanca de gasa. Su cabello estaba atado en un moño
apretado. Miró a Call por un largo y constante momento. Él no podía leer su expresión. Se
sentía frío por dentro, ¿y si ella hubiera visto lo que le había pasado a Graves por la ventana?
¿Y si ella lo estaba reconsiderando todo?
Anastasia cruzó la habitación para pararse cerca de Alex, quien sonrió. Miró a Call, con una
mueca que parecía exagerada, como si la hubiera practicado en el espejo.
"Realmente pensaste que el Magisterium valoraba tu vida lo suficiente para salvarte, ¿no es
así, Call Hunt?" Se rió. "Pero los entregaron a los tres de una vez. Son unos cobardes, como
todos los magos. Leí todos esos libros en la casa del Maestro Joseph, y lo que pensé cuando los
leí fue cuán débiles nos habíamos vuelto. Los magos solían ser algo grade. Solían usar su poder
para algo más que mantener a las personas a salvo de los elementales. Pronto vas a estar
muerto, Callum. Y entonces todos tendrán que reconocer que soy el mago más grande de
cualquier generación, el que derrotó al Enemigo de la Muerte".
"¡A nadie le importan los detalles técnicos!" Gritó Alex. “A nadie le importa la historia real.
¿Crees que a la gente le importaba el hecho de que Constantine amaba a su hermano o que su
madre lo amaba? No, porque eso es aburrido. Y tampoco les importará lo fácil que el
Magisterium me lo puso para matarte, solo les importará que lo haya hecho. "
"Tal vez matemos a los dos niños y encerremos a la chica en la mazmorra", dijo Anastasia con
dulzura.
"Por supuesto que tiene un calabozo", espetó Alex. "Y no hables a menos que te hable,
DeWinter. Deberías haber sido leal a mí. Tu padre fue leal al maestro Joseph".
"Mi padre estaba equivocado", dijo Jasper en voz baja. Call lo miró fijamente. No creía haber
oído a Jasper decir eso antes.
"Suficiente", dijo Call. "Tal vez nadie tenga que morir. Tal vez podríamos hacer algún tipo de
trato. "
"No hay tratos, Hunt, "dijo Alex. "Esta vez no tienes nada que yo quiera. No me importa traer a
la gente de la muerte. Me importa el poder. Y me importa la venganza. Él sonrió. "Quiero que
se pongan en fila delante de mí", dijo, y las estrellas negras en sus ojos brillaron como
destellos. "Primero Tamara, luego Jasper, entonces tú, Call. Los voy a matar en ese orden, y
verás morir a tus amigos, Makaris. "
"¡Dijiste que no harías daño a Tamara! ", Gritó Kimiya. "Cambié de opinión", dijo Alex,
levantando la mano. Estaba brillando con luz oscura, un halo de negrura alrededor de sus
dedos. Kimiya se alejó de él, buscando las cerillas con manos temblorosas.
Alex se giró hacia ella, el humo se esparció por sus manos. Call se giró para mirar a Tamara y
Jasper, ambos pálidos, pero sacudieron sus cabezas hacia él como para decir, Todavía no.
"¿Qué estás haciendo?" le preguntó Alex a Kimiya.
"Solo estaba..." dijo Kimiya, pero luego sus palabras parecieron agotarse. Ella se apartó del
alcance de Alex, claramente aterrorizada. La caja de cerillas se cayó de sus manos.
"¿Realmente vas a traicionarme?" exigió Alex. "¿A mí? ¿Quién te iba a salvar de tu vieja y
aburrida vida?
"Esto no es lo que prometiste que sería", dijo Kimiya. "Nunca me dijiste que ibas a lastimar a la
gente".
"¿Así que conspiraste contra mí? ¿Con estos perdedores? Alex negó con la cabeza. Levantó la
mano y un rayo de caos creció de su palma; Tamara saltó hacia él, abandonando la pretensión
de tener las manos atadas. Él agitó el brazo con la fuerza del caos, arrojándola a un lado, y las
manos de Call también se separaron, con la rabia colmándolo - ¿cómo se atreve Alex a tocar a
Tamara? ¿Cómo se atreve a amenazar a sus amigos? Todavía estaba invocando el caos en su
interior cuando Alex dejó volar un rayo de fuego negro directamente contra Kimiya. El caos
explotó de la mano de Call en el mismo momento. Las dos lanzas de caos se reunieron en el
aire. Sin embargo, ninguno de los dos se disolvió, chocaron entre sí y rebotaron contra la
pared de la torre, haciendo que la piedra se pulverizara.
"Whoa", dijo Jasper. Call estuvo de acuerdo. El caos se había abierto paso a través de la roca,
el metal y el vidrio, y ahora había un agujero del tamaño de un camión en la pared de la torre.
En el otro lado del agujero, Call podía ver el campo frente a la torre. El muro del fuego caos se
estaba apagando, aunque parecía que los magos todavía no podían cruzarlo. Sin embargo,
muchos de ellos estaban mirando la torre, algunos apuntando y jadeando.
Alex se volvió hacia Call, con su sonrisa pagada de nuevo. "¡Oh, entonces pensaste que ibas a
pelear conmigo! Por eso viniste aquí voluntariamente. El Magisterio y la Asamblea me van a
pagar por engañarme, pero tú vas a pagar primero. "
"¿Eso haré?”
Alex lo miró boquiabierto. Call no pudo evitarlo. Él había empezado a sonreír. Porque detrás
de Alex, Alastair se arremolinaba, el aire se unía para formar su forma imponente. Estrago
ladró cuando Lucas salió del charco en el suelo, reluciente y plateado. Y de la aplastada bellota
de Tamara, Greta emergió, un río de tierra y piedra que se extendía hacia arriba. "¿Qué es
esto?" Alex se giró, levantando su mano de nuevo. Miró con incredulidad.
"Son Devorados. Pero ¿por qué están aquí? ¿Por qué están ustedes aquí? "
<< Mamá. Se suponía que debías decir "mamá", le recordó Aaron, pero ya era demasiado
tarde. >>
Call no lo había hecho y ahora ella sabía que él le había estado mintiendo. Todo iba mal.
Anastasia dio un paso hacia Call, sus ojos brillaron. Un borrón gris voló entre ellos, era
Estrago, quien apretó sus mandíbulas en la muñeca de Anastasia.
Ella gritó y dejó caer los fósforos. Alex envió otra descarga de caos a Estrago, pero el lobo saltó
fuera del camino y el fuego negro se estrelló contra la pared de la torre. Más piedra se
derrumbó.
"¡Me estás haciendo arruinar mi torre!" Alex le gritó a Call. "¡Siempre lo arruinas todo!"
Call no podía negarlo. Más que ser un Makaris, eso era casi su súper poder.
Kimiya tomó los fósforos de nuevo con sus manos temblorosas, sacó una y la golpeó. Se
encendió y luego Ravan estuvo allí, encendiéndose a la vida.
"¿Qué estás haciendo?" gritó Alex cuando el Devorado se lanzó hacia él.
Fue como si el mundo se colapsara sobre sí mismo. Todos los elementos chocando con el caos:
la fuerza del aire, el calor ardiente del fuego, la implacabilidad del agua, el poderoso peso de la
tierra. Cayeron sobre Alex con el poder destructivo de mil tornados arrasando campos, miles
de volcanes en erupción con una fuerza que ennegreció el cielo, miles de terremotos
arrugando y destrozando ciudades, y miles de inundaciones arrastrando pueblos enteros en
un tsunami. Eran humanos, pero no humanos; Call cubrió su rostro con su mano mientras
rompían salvajemente el caos que rodeaba a Alex, ya que estaban arrancando pedazos con sus
manos, parches aceitosos de la nada que se disolvían completamente en el aire.
Alex lanzó un gran grito de agonía que envió un rayo de miedo a través de Call.
Automotones echó hacia atrás la cabeza y rugió, luego lanzó sus mandíbulas hacia Jasper.
Jasper giró sobre sus talones y lanzó fuego a Automotones, explosión tras explosión de llamas
que envió al monstruo de metal tambaleándose hacia atrás, con sus placas y engranajes
brillando al rojo vivo.
<< Me alegro de ver que Jasper finalmente consiguió dominar los ataques de fuego, dijo
Aaron. >>
Automotones se tambaleó hacia ellos otra vez. El fuego negro del caos se había apagado en el
exterior, y los magos corrían hacia la torre, golpeando las puertas cerradas de abajo. La torre
se sacudió.
Alex seguía gritando. Echó la cabeza hacia atrás con un aullido y la oscuridad brotó de sus ojos,
dos largos rastros de oscuridad que se elevaron en el aire. Kimiya estaba gritando fuera de sí.
Tamara estaba de pie, haciendo un escudo de aire para protegerla.
Alex volvió la cabeza hacia un lado. Estaba rodeado por los Devorados por todos lados.
Lágrimas negras se escaparon de sus ojos. Extendió una mano. "Madre", gruñó él. "Madre."
Anastasia se apartó de él, su rostro era una máscara de horror. La cara de Alex se frunció, y un
último rayo de caos salió disparado de su mano. Era débil. Call podía sentir su debilidad, pero
lo suficientemente fuerte. Golpeó a Anastasia en el pecho, levantándola y dejándola caer al
suelo, con un agujero negro chamuscado en la parte delantera de su pecho.
Alex se relajó.
Call hizo memoria de todo lo que había aprendido sobre el toque del alma y envió su
concentración hacia Alex. Podía ver el alma de Alex, su brillo y su luz, ya no estaban
ennegrecidos por el caos. Lo sintió, casi como si lo sostuviera en sus manos, pulsando y
provocando chispas, envuelto alrededor con cuerdas de odio, ambición y dolor. Call pudo ver
al chico al que le había gustado ser popular, a quien le gustaba ser el asistente del Maestro
Rufus, pero que nunca sintió que fuera suficiente. Vio al niño que había creado ilusiones
elaboradas con películas, entrelazando a sus amigos y a él mismo, siempre a sí mismo, como el
ganador, el vencedor, la persona que consiguió todo al final. Call vio la parte de Alex que se
había sentido privada cuando murió su padre, abandonado por una mujer con su propia
agenda, su propia obsesión. Vio crecer su ambición florecer y retorcerse. Vio su odio hacia
Call, su resentimiento, su deseo de ser el ganador. Call vio todo eso, vio el alma de Alex,
entera, humana y defectuosa.
Con todas sus fuerzas, Call se preparó y trató de sacarlo del cuerpo de Alex.
Sintió un terrible eco en el hecho. El cuerpo en el que vivió fue robado, y ahora estaba
robando otro. Pero incluso estando débil, Alex era un Makaris y se defendió. También empujó,
luchando contra la conciencia de Call, obligando al cuerpo físico de Call a arrodillarse.
Nunca me derrotarás, declaró la voz de Alex, haciendo eco en la cabeza de Call. Por un
momento, Call se sintió desarraigado, a la deriva. ¿Y si porque no había nacido en ese cuerpo,
era más difícil quedarse? ¿Y si no podía aguantar, incluso cuando Aaron lo dejó atrás? El
pánico comenzó a florecer en su pecho. El peso de Alex empujándolo hacia atrás lo lanzó
contra el suelo, con los codos apoyados y los hombros tensos.
<< Tal vez uno de nosotros no puede, pero ambos lo haremos, dijo la voz de Aaron, segura y
fuerte. >>
Unió sus pensamientos a los de Call y juntos se volvieron hacia Alex, liberándolo de las líneas
brillantes que amarraban su alma a su cuerpo, empujándolo hacia afuera. Empujándolo a la
nada.
Las cuerdas que unían el alma de Alex a su cuerpo se deshilacharon y se fueron rompiendo
hasta que ya se había ido, sin siquiera un grito o un lamento. Call no sabía a dónde iban las
almas; supuso que nadie lo sabía, pero estaba seguro de que estaba en algún lugar más allá
del vacío.
Era como si pudiera sentir el alma de Aaron respirando temblorosa y vacilante. Call alcanzó a
Aaron por última vez, a su contrapeso, hasta el alma que le era más familiar en el mundo. Era
Pero no hubo respuesta. Solo había un eco de silencio en los oídos de Call. Él estaba solo. No
se había dado cuenta de lo poco que estaba acostumbrado a estar realmente solo en su propia
cabeza.
Call se dio cuenta de que la batalla se estaba librando cuando oyó los fuertes sonidos como de
derrumbe o aplastamiento. El dragón del caos se había comido otra sección de la torre.
Docenas de magos volaron hasta el segundo nivel de la torre, ayudados por Alastair y el poder
del aire, y se unieron a Jasper y Tamara en la lucha contra Automotones. Greta, Lucas y Ravan
también se habían unido: Greta estaba lanzando piedras a los elementales del caos, Lucas
dirigía arroyos de agua sobrecalentada hacia ellos y Ravan disparaba descargas de fuego.
Dentro de la torre, Kimiya tenía a Anastasia acurrucada en su regazo y parecía estar tratando
de evitar que muriera.
Alex abrió los ojos. Kimiya se quedó sin aliento: Habían vuelto a ser azules, ya no eran negros
ni plateados. Tosiendo violentamente y luciendo aturdido, Alex se puso de rodillas.
Los gestos parecían familiares. Él no se movía como lo hacía Alex. Se movía como Aaron. Tenía
sus gestos. El corazón de Call saltó hasta su garganta. ¿Se lo estaba imaginando, o su plan
realmente había funcionado?
El Maestro Rufus subió corriendo las escaleras e irrumpió en la habitación; después de él llegó
el Maestro del North y la Maestra Milagros. Se quedaron mirando la escena frente a ellos:
Anastasia muriendo, los Devorados todavía flotando en la habitación, los enormes pedazos
arrancados de las paredes.
"¡Alex!" Gritó Call. Alex, detén las criaturas del caos. Muéstrales que ahora estás de nuestro
lado. "
"Deténganse", gritó Alex, con una voz que era igual a su voz habitual y al mismo tiempo
diferente. “¡Deténganse, criaturas del caos! Les ordeno que se detengan.
El dragón detuvo bruscamente sus movimientos, automotones rugía, Desde fuera de la torre
se escucharon más sonidos de eco cuando las criaturas del caos lo escucharon.
“¡Mira!” A través del agujero roto en la pared, Call pudo ver a las criaturas caóticas volverse y
retirarse, con Automotones a la cabeza. A medida que avanzaban, parecían brillar y
desaparecer, cada una desapareciendo, dejando solo manchas de oscuridad colgando como
humo contra el cielo.
Los magos del Magisterio estaban gritando. Ravan, Lucas, Greta y Alastair habían
desaparecido, probablemente preocupados de que no serían particularmente bienvenidos
ahora que el peligro inmediato había terminado.
"Call. Ven aquí. Era Kimiya, gesticulando con urgencia. Tamara estaba arrodillada a su lado,
convocando magia terrestre para curar a Anastasia. Call no se movió para detenerla. Nada iba
a ayudar a Anastasia ahora. Ella le sonrió, y había sangre en sus dientes. "Con", susurró ella.
Tamara se mordió el labio, el color resplandecía en sus mejillas. Siempre había odiado cuando
Anastasia llamaba a Callum por el nombre de Constantine Madden.
"Con", dijo Anastasia de nuevo. "Yo sé lo que hiciste. Lo sé. Él extendió la mano y la tomó,
porque nunca había querido que ella saliera lastimada. Nunca había querido que nadie saliera
lastimado.
"A veces, no eres como mi hijo, nada de nada", dijo, y luego levantó la voz. “¡Magos del
Magisterio, tengo una confesión final!”
"Fui yo quien controló a Alex", dijo Anastasia, y toda la sala de magos se quedó sin aliento y en
silencio, escuchando. “Fui yo quien controlé todo, no el Maestro Joseph, ni Constantine
Madden, yo. Eran todos mis peones. Todos ustedes mis peones. "
"Aprendí de los mejores", dijo ella. “Mi hijo Constantine, el Enemigo de la Muerte. Mantuvo a
Jericho como su esclavo durante años, lo obligó a ser su contrapeso y renunciar a partes de su
alma. Cuando Alex se convirtió en mi hijastro, comencé a controlarlo. Al principio eran
pequeñas cosas. Más tarde lo hice totalmente obediente al Maestro Joseph. No tenía más
remedio que obedecer sus órdenes. Ella tosió y la sangre se esparció por su ropa blanca.
“Hagan lo que quieras con él. No me importa Nunca lo amé".
"Quiero el crédito", dijo Anastasia. “Fui yo quien lo hizo un Devorado, yo quien hizo que se
construyera esta torre. El Magisterium me quitó a mi hijo, pero al final me sirvió a mí y a mis
deseos. Miró a Call. Se obligó a sonreírle, y algo en su rostro se relajó. "No puedes lastimarme
más", dijo en un susurro, y sus ojos se cerraron, con la cabeza inclinada hacia un lado.
Tamara gritó. Gwenda había corrido a través de la habitación hacia Jasper, y él la estaba
sosteniendo con expresión sombría.
Alex la estaba mirando, con el rostro pálido. "¿Qué he hecho?", Preguntó, lo que parecía una
pregunta perfectamente apropiada y también se arrancó de un lugar muy dentro de él. Alex
volvió su mirada hacia los magos, hacia el Maestro Rufus. "Deberían arrestarme. Alguien
debería arrestarme. "
"¡Espera!" Dijo Call. "Escucharon a Anastasia. Ella lo obligó a hacer todas esas cosas. Ella lo
obligó a convertirse en un devorado del caos. Acordaron perdonarlo.
"Acordamos interrogarlo", dijo el Maestro North. Graves lo aceptó, de todos modos. Y gracias
a él, Graves está muerto. Alex agachó la cabeza.
Aaron, pensó Call. Aaron, mírame. Pero no lo hizo. Y Call no sabía si pensar en él como Alex o
Aaron, no sabía si el alma de Aaron estaba intacta dentro del cuerpo de Alex, o si Aaron estaba
en agonía, aplastado por la culpa o el horror o un millón de otras cosas. O tal vez su alma había
sido destrozada, tal vez ya no era nadie, ni Alex ni Aaron. Y entonces, Call se dio cuenta de
Estrago, se había deslizado al lado de Alex y estaba husmeando suavemente en su mano,
como había hecho una vez con Aaron. Y distraídamente, Alex, Aaron, tenía que ser Aaron, se
agachó y acarició la cabeza del lobo.
Call vio al Maestro Rufus mirando al lobo, con los ojos entrecerrados. Antes de que pudiera
decir algo, el señor y la señora Rajavi subieron las escaleras y corrieron hacia la habitación
para abrazar a Tamara y Kimiya. "Lo hicieron, mis queridas", dijo la señora Rajavi, besándolas a
ambas. "Ustedes son heroínas, estoy tan orgullosa de ustedes".
En privado, Call pensó que Tamara se merecía todo el mérito y Kimiya ninguno, pero se lo
guardó para sí mismo.
Alastair apareció en un torbellino de aire, sorprendiendo a todos. "Los otros se han ido", dijo.
"Parece que esto finalmente ha terminado".
"Tan pronto como dejen ir a Alex", insistió Call, y su padre le dirigió una mirada muy
confundida.
Aaron: porque Call estaba seguro de que Alex era Aaron, absolutamente seguro, excepto que
realmente deseaba que Aaron dijera algo para confirmarlo, no habló en absoluto.
Rufus asintió. Estaba claro que todos lo estaban mirando ahora como lo habían hecho una vez
con Graves. "Una vez que estemos seguros de que nadie más está gravemente herido,
podemos proceder a decidir qué vamos a hacer con Alex".
"¿Por qué estás actuando como si estuvieras a cargo?" demandó el Maestro North, quien lucía
como quien no ha recibido el memo.
“Me pidieron que me uniera a la Asamblea y he aceptado. Durante mucho tiempo, quise
mantenerme alejado del mundo de los magos. No es fácil ser mejor conocido por enseñar a
uno de nuestros más grandes enemigos. Pero esta vez he dicho que sí. El Maestro Rufo parecía
grave. "¿Ahora podemos llevar a estos estudiantes a la seguridad? Ya se han arriesgado lo
suficiente por nosotros.
Call intentó decirle algo a Aaron, pero el Maestro North ya lo estaba levitando en el aire.
Tamara también extendió su mano hacia Aaron, pero él pasó sin reaccionar. Los ojos de Call y
Tamara se encontraron, la misma pregunta en ambos.
Gwenda entró y los abrazó a todos. Ella trajo a Rafe y Kai con ella y abrazaron mucho a Jasper
y saludaron a Tamara y Call. Informaron que la escuela estaba celebrando y que todos estaban
actuando como si nunca hubieran sospechado de Call en absoluto. Como Kai y Rafe también
actuaban como si ellos mismos nunca hubieran sospechado de Call, podían creerlo fácilmente.
Alastair entró para decir que él, Greta, Lucas y Ravan se irían del Magisterium antes de que
terminaran encerrados con Alex. Tenían la promesa del Maestro Rufus de que se iba a
desarrollar algún tipo sistema para tratar con los Devorados en la próxima reunión, pero hasta
entonces era mejor no llamar demasiado la atención.
"Te veré una vez que te hayas graduado", prometió Alastair a Call. "No te preocupes por mí,
tampoco. Necesito volver a casa y asegurarme de que la casa y todas mis cosas se manejen
adecuadamente.
Por un momento hubo un silencio incomod. Alastair se agachó para tocar la mejilla de Call. Se
sentía como un roce de aire. "Lo siento mucho", soltó Call. "esto sucedió por mi culpa, por mi
culpa, eres un devorado de aire, y nunca volverás a arreglar autos ni a ir al cine... —Iré al cine
—dijo Alastair con suavidad. "Voy a estar al final y ¡no tendré que pagar para entrar!
"Escucha, Call. Toda mi vida deseé haber podido hacer más. Más para derrotar al enemigo de
la muerte. Más para vengar a Sarah. Y ahora me he dado cuenta de que ese sentimiento se ha
ido, como si finalmente hubiera podido lograrlo, finalmente he podido hacer lo suficiente. "
"Al criarte a ti", dijo Alastair. "Eres una buena persona, Call un luchador y un gran mago. Sus
ojos brillaron. "No puedo decirte lo valioso que ha sido todo nuestro tiempo juntos".
Call sintió que su corazón se le aceleraba. Estuvo a punto de preguntarle a Alastair cuándo
iban a ir a casa juntos, pero la Maestra Amaranth les estaba dando una mirada aguda por
hablar. Alastair guiñó un ojo y desapareció.
La Maestra Amaranth levantó las manos. "Supongo que sí. Después de todo, ¿quién soy yo
para retrasar a los héroes del Magisterium con una pequeña cosa como asegurarnos de que
estén sanos?
"Jasper parecía estar listo para pedir permiso para irse también, hasta que Gwenda entró a la
enfermería y los abrazó a todos. Entonces, de repente, parecía haber desarrollado un dolor en
la pierna que obligaba a Gwenda a sentarse junto a su cama y decirle lo valiente que había
sido.
“Warren nos condujo allí una vez", dijo Tamara, y procedió a llamar a la pequeña lagartija.
"Waaaaarrrrrren, ¿dónde estás? El tiempo se ha acabado. Lo hicimos. Se acabó. Pero
necesitamos tu ayuda una última vez. ”
Una lengua salió disparada del techo, golpeando a Tamara en la nariz y haciendo que se
frotara con fuerza. "¡Asqueroso!" Gritó ella. "Eso es asqueroso, Warren".
El lagarto elemental soltó un sonido sibilante que podría haber sido una risa. Luego se arrastró
desde el techo y con cada movimiento, se hizo más grande. Las gemas en su espalda brillaban
con una luz ardiente mientras crecía y crecía. Cuando terminó de crecer, era más grande que
Estrago, con la boca llena de dientes de piedras preciosas.
" En tu pasado está tu futuro ", dijo Warren. "Y en tu futuro, tu pasado". Call suspiró, dándose
cuenta de que no había ninguna posibilidad de que Warren, sin importar su tamaño, le diera
una respuesta honesta.
"¿Puedes llevarnos por el camino secreto hacia donde está Aaron? Quiero decir, ¿ donde Alex
está retenido?"
"¿Otro secreto? Sí, Warren guardará otro secreto. Warren te llevará al lugar. Pero le deberás a
Warren y, algún día, Warren también pedirá algo. "
"Pensé que salvar al mundo nos ganaría el derecho a pedir un favor de vez en cuando", dijo
Tamara con aspereza. Ignorándola, Warren partió. En realidad era más fácil seguir la versión
más grande de él. Todavía podía subir por el techo, lo que ponía a Call un poco nervioso. Tenía
miedo de que le cayeran encima.
Llegaron a través de la entrada secreta a las prisiones de los elementales, pasaron a través de
la cámara de fuego y luego a la cámara de aire, donde extraños elementales silbadores
estaban encerrados en jaulas de cristal transparente que le recordaron a Call su tiempo en el
Panópticon.
"¿Qué quieres decir con lo que está pasando?", Dijo Call. “Escuchaste lo que dijo Anastasia.
Alex estaba siendo su esclavo antes. Ahora está libre. Las expresivas cejas de Rufus se alzaron.
"¿Y qué estás haciendo tú aquí? Un lugar en el que se supone que no debes estar. Estoy
seguro de que tampoco hay ningún misterio en eso".
"Uh", dijo Call. Cuando Aaron no estaba en su cabeza, era mucho más difícil encontrar el tipo
de respuestas que les gustaban a los maestros. Rufus negó con la cabeza.
"No lo creo de todos modos", dijo rotundamente. “Controlar a alguien es una magia poderosa,
del tipo que requiere supervisión constante. Sin embargo, Anastasia Tarquin rara vez visitó el
Magisterium. "
"Ella estuvo aquí durante nuestro Curso de Bronce,"dijo Tamara. "Fue entonces cuando Alex
comenzó a volverse malvado".
En la celda, Aaron negó con la cabeza muy ligeramente. Call deseó que todavía pudiera leer la
mente de Aaron y supiera lo que estaba tratando de comunicar.
"Cuando dijiste que querías darle a Alex una segunda oportunidad, me preguntaba qué
sabías", dijo Rufus. "Sabía que nunca perdonarías a Alex por matar a Aaron. Pero insististe en
que él viviera. Y aquí está él, aparentemente ileso. Y al parecer ya no es Alex. Tamara tragó.
"¿Qué quieres decir?" Susurró ella. "Creo que sabes a lo que me refiero", dijo Rufus. "Pero
quiero que lo digas. Permítame aclarar una cosa: la reunión de la Asamblea que determinará
lo que sucederá a Alex está por comenzar. Si no me dices nada, me opondré a su libertad en
todo lo que pueda. Si me dices la verdad ahora, puedo ayudarte. "
El maestro Rufus cruzó sus brazos sobre el pecho. "Son los únicos términos que obtendrás".
"Bien", dijo Call, lanzando toda precaución al aire. "Eso no es Alex, es Aaron.
Aaron miró al suelo. El maestro Rufus no pareció sorprendido. "Aaron no murió en el campo
de batalla".
"Su alma entró en mí", dijo Call. "Lo llevé en mi cabeza todo este tiempo, pero sabíamos que
necesitaba un cuerpo. ¡Y Alex mató a Aaron! ¡Lo asesinó sin motivo! Era justo que él debiera
ser el que le devolviera a Aaron un cuerpo y una vida. "
Tamara deslizó su mano en la de Call. Incluso con la tensión del momento, Call notó el calor de
sus dedos; Su toque le dio confianza, y se mantuvo un poco más erguido.
"Lo sabía todo", dijo ella. "Estuve de acuerdo en proteger a Call y Aaron. Si Aaron no hubiera
tomado el cuerpo de Alex, él hubiera seguido luchando hasta que Call estuviera muerto, y
hubiera lastimado a mucha más gente. Viste lo que le hizo a Graves. Ahora una buena persona
está viva gracias a lo que hicimos”.
"Repartir vida y muerte como si ustedes fueran pequeños dioses", dijo el Maestro Rufus.
"¿Qué te enseñé? ¿Qué tienen mis métodos que animan a mis alumnos a alcanzar tales niveles
de arrogancia? ”. La última parte salió mucho más fuerte de lo que Rufus solía hablarles,
incluso cuando lo estaban decepcionando.
Aaron suspiró. “La magia del caos no es como otras clases. Apuesto a que hay muchos niños
en el Magisterium que han usado su magia para todo tipo de cosas extrañas. Falsificando
gemas preciosas y vendiéndolas, encantando cosas mágicas para hacer que las personas que
no son mágicas crescan un pie o lo que sea, y les muestran películas con finales falsos. Eso es
lo que pone a prueba los límites de la magia regular. Al probar los límites de la magia del caos,
obtienes... esto. "
"Suenas exactamente como solías hablar, Aaron, "dijo Rufus. "Si no estuviera tan enojado, me
sorprendería".
"No queremos más problemas", dijo Call. "No quería ninguno de estos problemas. Ni siquiera
quería ir a la escuela de magos para empezar, si lo recuerdas ¿no?.
Rufus parecía que estaba a punto de objetar, pero Call lo interrumpió. "No estaba en lo cierto
al respecto, pero lo que trato de decir es que ya no vamos a jugar con la vida ni con la muerte,
ni nada de eso". Vamos al Colegium y vamos a mantener la cabeza baja".
" Muy bien ", dijo el Maestro Rufus. "Voy a pensar en lo que me han dicho y tomaré mi
decisión en la reunión de la Asamblea". Agitó una mano y la pared que mantenía a Aarón
encerrado cayó. "Incluso si no puedes decir toda la verdad", aconsejó a Aaron, "habla desde el
corazón".
Tamara se acercó y abrazó a Aaron con fuerza. "Estoy tan contenta de que hayas vuelto", dijo,
y Call sintió un temblor de celos familiar.
"Vamos,"dijo el Maestro Rufus, guiando a Aaron para que caminara delante de él. Con un
movimiento de las muñecas de Rufus, Aaron llevaba restricciones. "Antes de que lleguemos
tarde a la reunión de la Asamblea".
Call y Tamara siguieron al Maestro Rufus fuera de la prisión de los elementales y a través de
algunas cámaras con ecos, hasta que llegaron a la misma sala grande que la Asamblea había
usado antes. Allí estaba la misma mesa y esta vez Aaron fue colocado en el centro, de modo
que se quedó allí, con todos mirándolo fijamente. Call recordó cómo se había sentido al estar
en el mismo lugar.
"Alex Strike", comenzó la señora Rajavi, y Call pudo escuchar la ira en su voz. Has asesinado a
uno de nuestros miembros delante de nosotros. Eres responsable de muchas más muertes y
"Ella lo confesó, “dijo Aaron. "Todo lo que hice fue por orden suya al estar bajo su influencia".
"¿Recuerdas haber sido controlado?", Exigió Master North. Estaba sentado en el lugar donde
Graves se había sentado una vez. "¿Recuerdas lo que hiciste?"
Aaron negó con la cabeza. "No tengo ningún recuerdo de ser un Devorado del caos", dijo, lo
que, según Call, era la verdad. O de traicionar al Magisterium. Soy leal al Magisterium, y odio
al Maestro Joseph”. Hablaba con un veneno que habría sido difícil de falsificar.
“Entiendes que no es fácil creerte”, dijo la Maestra Milagros, pero su voz era más suave.
“Todos te vimos quemar los bosques alrededor del Magisterium. Te vimos torturar niños y
asesinar al maestro Rockmaple ".
"Esa fue Anastasia", dijo Aaron. Parecía más nervioso ahora, probablemente porque en
realidad estaba mintiendo, lo que siempre lo hacía sentir incómodo. No había sido Anastasia,
había sido Alex.
Ambos están muertos ahora, pensó Call con toda la fuerza que pudo reunir. Por una vez,
extrañó el tiempo en el que había podido hablar con Aaron en silencio. No los estás
lastimando. No importa lo que piensen de ellos, solo importa si tú estás bien.
"¿Por qué hizo todo eso?", Dijo el Maestro Rufus. Su expresión era imposible de leer. "¿Por
qué usarte para tratar de derribar la escuela, la Asamblea?"
"Ella culpó y odió a todos los magos por la muerte de sus hijos", dijo Aaron. "Al principio pensé
que sería como un nuevo hijo para ella, pero era una herramienta que debía usar. Ella había
aprendido un poco de los libros de Constantine. Ella fue capaz de atrapar un pequeño trozo de
mi alma, fue capaz de controlarlo, como la Orden del Desorden controlaba a los animales en el
bosque. Cuando todos se enteraron de Aaron, fue cuando ella actuó. Ella tomó el control de
mí y me hizo asesinarlo y tomar sus poderes de Makaris. No recuerdo nada después de eso.
Tamara golpeó el hombro de Call con el suyo. "Eso fue bastante bueno", susurró. Muy buena
mentira, quiero decir.
Murmullos recorrían la habitación. "Ella sí confesó", Call escuchó a alguien decir, y "Pero, ¿y si
él no está diciendo la verdad? ¿Qué pasaría si estuvieran juntos? ”, Dijo alguien más.
"Creo que es hora de someter esto a votación", dijo el Maestro North. "Todos los que estén a
favor de aceptar la historia de Alex Strike como verdadera y permitirle regresar al
Magisterium, levanten las manos".
Call sabía que a él y Tamara no se les permitía votar. Tamara estaba mirando a sus padres con
una súplica muda: después de un largo momento, ambos levantaron sus manos. A Call le
"Está bien", dijo el Maestro North, tomando nota. "Ahora, todos a favor de enviar a Alex Strike
al Panóptico, levanten la mano".
Al igual que la vez anterior muchas manos se levantaron, ahora la Maestra Milagros estaba
entre ellos. Pero el Maestro Rufus todavía mantenía sus manos sobre la mesa.
"Me abstengo", dijo Rufus con una voz tan seca como la grava.
El maestro North se encogió de hombros. "Entonces es un empate", dijo. "Rufus, vas a tener
que votar. Necesitamos un desempate. "
"Tiene que hacerlo," susurró Tamara. "Tiene que votar por... por él".
Miró a Aaron. Call apenas pudo mantenerse en su asiento. Sus uñas se clavaban en sus palmas
con tanta fuerza que dolía.
El maestro Rufus se puso de pie. "Hay una cosa que puede determinar la verdad aquí", dijo.
"En lugar de un voto emitido solo por intuición, me gustaría ver a Alexander Strike y Callum
Hunt pasar por la Quinta Puerta".
La sala estalló en protesta. El Maestro Rufus permaneció inexpresivo a través de todo esto,
como una roca en una corriente agitada.
"Call es mi aprendiz", dijo Rufus. Alex fue mi asistente. Les puedo decir que ambos están listos.
La Quinta Puerta, la Puerta de Oro, se trata de hacer buenas obras en el mundo, con la
intención genuina de hacer el bien. Si la puerta se abre para ellos y les permite pasar, entonces
han aprendido esa lección. Tenga en cuenta que Constantine nunca entró por esa puerta; dejó
la escuela antes de que le pidieran que lo hiciera. Si Alex puede caminar por la Puerta del Oro,
entonces creo que deberíamos aceptar que sea lo que sea que haya sido obligado a hacer por
las circunstancias, tiene un corazón puro.
"Muy bien", dijo el Maestro North finalmente. "Me gustaría mucho ver a estos dos ser
probados por la puerta. En alquimia, el oro es considerado como el más puro de los metales.
La Puerta de Oro probará la pureza de sus corazones. Si fallan, chicos, serán encerrados para
siempre. No habrá más posibilidades. Regresen a sus habitaciones, vístanse con sus uniformes
y prepárense".
"Si pasan por la puerta", dijo Tamara, "yo iré con ellos".
"No", dijo la señora Rajavi, de pie. "Por supuesto que no lo hará. Nadie duda de que Tamara
haya estado actuando en nombre del Magisterium y el mundo de los magos. Su lealtad no está
en duda”.
El Sr. Rajavi estaba con su esposa. “Deja a nuestra hija fuera de esto”.
“Saqué a Call de la prisión. Creo en Alex ", dijo Tamara a los magos. “Lo suficiente para
compartir su destino, pasaré por la puerta con ellos.”
Y si la puerta me rechaza, entonces no merezco nada diferente de lo que los chicos obtengan.
"" Tamara - "comenzó Call. Él creía que ella podría atravesar la puerta, pero ni siquiera le
gustaba la expectativa de que ella pudiera terminar en el el Panópticon.
"Muy bien", dijo el Maestro North, cortando a Callf. "Ustedes tres vayan y prepárense. Los
veré en el Salón de los Graduados.
Todo el cuerpo de Call temblaba con una tensión casi liberada mientras regresaba a sus
habitaciones en el Magisterio. Tamara le cogió la mano. Aaron estaba respirando con
dificultad, como si estuviera luchando contra un ataque de pánico. "Creo que lo hicimos", dijo
Call finalmente, cuando entraron a sus habitaciones. "Todo lo que tenemos que hacer es
caminar por la puerta final. Habremos completado nuestros estudios en el Magisterium y
evitaremos la prisión”.
"¿Cómo se siente?" Preguntó Call. "estar de regreso". Aaron se volvió hacia él y, aunque era la
cara de Alex, era fácil ver cómo brillaba el espíritu de Aaron.
“¿Quieres decir que se siente no estar en tu cabeza? Se siente un poco raro, como si este
cuerpo fuera un traje que todavía no me queda bien. Pero es bonito y tranquilo. Vivir en tu
cabeza era como vivir en una especie de vorágine de auto-recriminación, terquedad e ideas
ridículas”. Se volvió hacia Tamara. "En serio. Deberías escuchar los que no dice en voz alta.
Estaba jugando con una forma de vencer a Alex que implicaba masticar chicle, clips ... —
Sería, sin embargo, la última graduación. Se cambió y fue a buscar a Miri que reposaba en su
mesita de noche. La ató a su cinturón, estaba listo, excepto que no del todo. Alguien llamó a la
puerta y Tamara entró en su habitación. Ella también llevaba su uniforme del Curso Dorado,
sus mejillas enrojecidas, su cabello enrollado en una trenza en la parte posterior de su cabeza.
Call pensó que se veía hermosa, y se sintió aliviado de que por una vez no hubiera nadie en su
cabeza para burlarse de él. Simplemente podía mirar a Tamara y pensar en lo mucho que le
gustaba, e incluso si algún día a ella no le gustaba, incluso si ese día era ahora, siempre que
ella siguiese siendo su amiga, estaría bien.
"Vine porque había algo que quería decirte", dijo. "Algo que no pude decirte antes".
Por un segundo Call se preocupó de que pudiera estar demasiado conmocionado para
moverse, pero eso resultó no ser un impedimento. Lanzó sus brazos alrededor de Tamara y le
devolvió el beso, y se sintió como volar. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y él la
abrazó aún más, y el beso fue increíblemente suave y dulce, y al mismo tiempo, como estrellas
y cometas explotando en su cerebro.
Ella retrocedió un poco, y había lágrimas en sus ojos. "Así", dijo ella. "No podía hacer eso
mientras Aaron estaba en tu cabeza".
"¿Lo dices en serio?", Dijo. "Como, eso quiere decir que te gusto? Porque te amo, Tamara, y
quiero ser tu novio.
"Demasiado como para que esté bien si solo fueran amigos, pensó Call, debió haber estado
temporalmente loco, la miró ansiosamente mientras sus ojos se estrechaban - oh Dios, ella iba
a decir que no. Iba a decir que solo lo había besado para terminar, o porque sentía pena por
él, o porque asumió que él iba a morir pronto.
"Yo también te amo", dijo ella. "Y realmente odio la idea de que alguien más sea tu novia, así
que supongo que será mejor que esa sea yo".
"Ugh, eso significa que alguien está aquí", dijo Tamara, alejándose de Call a regañadientes.
"Supongo que será mejor que vayamos a ver si es el Maestro Rufus".
Salieron a la sala de estar, tomados de la mano. Pero no era el Maestro Rufus, eran Gwenda y
Jasper. Jasper miró sus manos unidas y levantó las cejas. "¿Podría ser que se cumplió tu
sueño?", Preguntó.
"Sí", Call se hizo eco de sus palabras. Él también podía burlarse de ellos por besarse, pero en
ese momento, no tenía ganas de burlarse de nadie. Estaba demasiado feliz y demasiado
asustado, una extraña combinación.
"Se supone que debemos llevarte a la última puerta", dijo Jasper. El resto de los magos están
esperando. No es justo que te gradúes antes que yo. Eso definitivamente hará que el
Collegium sea más propenso a darte un buen puesto". Suspiró. "Pero, al menos mi papá va a
estar bien".
Call asintió. No podía sentirse mal por el hecho de que el padre de Jasper se quedaría en la
cárcel por ayudar al Maestro Joseph, pero por el bien de Jasper se alegraba de que nada más
le sucediera. "Es muy probable que nos explulsen del Collegium", dijo, tratando de animar a
Jasper. "Sobre todo si accidentalmente lo quemamos hasta los simientos".
"Sí", dijo Tamara. "Y las opciones eran 'graduarse antes' o 'ir a la cárcel, sin pasar por go, ni
recoger un millón de dólares'".
La sonrisa de Aaron era esperanzadora y llena de nerviosismo. "Antes no era yo mismo, pero
ahora lo soy. Espero que puedan perdonarme".
"¿En realidad estás en el equipo, bueno ahora? ", Preguntó Jasper. Aaron asintió. Jasper le dio
una mirada larga y firme. "Huh".
Juntos, recorrieron las cavernas del Magisterium y pasaron por una habitación con largas
estalagmitas y lodo humeante calentando el aire. Se metieron por otra puerta y entraron en el
salón de los graduados. Un arco que Call nunca había visto estaba brillando con una luz
dorada. Las palabras talladas Prima Materia brillaban en la pared de arriba como si estuvieran
iluminadas desde el interior de sus surcos.
El maestro Rufus tenía una sonrisa tensa, que se relajó cuando entraron. "Tamara, Alex, Call.
Están listos para pasar por la puerta final del Magisterium, la Puerta del Equilibrio.
Anteriormente, sus estudios le permitieron recorrer el control, la afinidad, la creación y la
transformación. Hace mucho tiempo ustedes pasaron por la Primera Puerta, la Puerta de
Control, y se convirtieron en magos por derecho propio. Ahora, una vez que pasen por la
Puerta del Equilibrio, no solo serán magos, sino también un miembro con buena posición en el
mundo de los magos. Pasar por la puerta exige que puedas dejar de lado tus propios deseos y
emociones por el bien de los demás. Si puede ver la puerta, entonces está listo para ser
probado. Tamara Rajavi, tú primero.
Tamara dio un paso adelante, con los hombros hacia atrás, y caminó hacia la puerta. Como lo
había hecho con la primera puerta que cruzó, levantó la mano para tocarla. Entonces ella
desapareció.
"Está bien", dijo Aaron, pareciendo nervioso. Se limpió las manos contra los pantalones. Se
acercó a la puerta, respiró hondo y luego caminó, desapareciendo también.
Call no pudo ver a ninguno de ellos. No podía ver si habían llegado al otro lado. Todo lo que
podía ver era la expresión implacable del maestro Rufus y los ojos de los otros magos,
esperando que fuera juzgado.
Call miró a su alrededor. Para su sorpresa, allí estaba Alastair. Se veía como siempre, excepto
que estaba un poco borroso alrededor de los bordes, y ya no estaba usando sus lentes. Miró al
Maestro Rufus, y Call se dio cuenta de que su maestro debía haber convocado a su padre para
la ceremonia.
Alastair desapareció, y reapareció de nuevo a solo un pie de Call. Call se acercó a su padre, y se
abrazaron rápidamente. Alastair estaba empezando a sentirse substancial: Call casi podía
sentir la textura de su chaqueta. "Una vez pasé por la Puerta del Equilibrio", murmuró Alastair.
"Tú también puedes. Eres mi hijo. "
Mucho había cambiado en el Magisterium, pensó Call, dando su último paso hacia la Puerta
del Equilibrio. Hubo vítores detrás de él: Alastair, Gwenda, Jasper, incluso los Rajavis.
No estaba pasando solo. Tenía quienes le apoyaban a su espalda, y a sus dos mejores amigos
en el otro lado. Respiró hondo y entró. Era el ojo de un tornado. Las imágenes de su vida
pasaron a su alrededor: una cueva de hielo, su vieja tabla de skate, la cocina de Alastair, el
Refectorio lleno de estudiantes, el Maestro Rufus dando clases, Aaron y Tamara riendo,
Estrago como un cachorro atrapado en el abrigo de Call. El amor por todas esas cosas se alsó
en él, se expandió en su pecho. Vio caer la torre de oro, Alex en su dragón, Drew colgando a
Aaron sobre el monstruo del caos, Anastasia muriendo, el Maestro Joseph observándolo. Pero
no sintió rabia. Él había superado esas cosas, y a esas personas. Había ganado La mejor parte
de él había ganado, y no había recuerdos que lo rodearan que no fueran los suyos. No había
recuerdos de Constantine Madden, ni recuerdos que pertenecieran a Maugris. Sólo los
recuerdos que le pertenecían. Ahora sabía quién era realmente. Era Callum Hunt.
El tornado giró y la calma que vino después fue casi ensordecedora. Estaba de pie al otro lado
de la puerta con Aaron y Tamara; ambos le sonreían. Ambos lo habían logrado. Por el
momento, la multitud no podía verlos, aunque Call podía ver a los magos en la distancia,
mirando ansiosamente hacia la puerta. En un momento caería el muro ilusorio, pero en este
momento estaban juntos, sin ser vistos.
"Lo hicimos", dijo Tamara. Agarró la mano de Aaron en una de las suyas y la de Call en la otra.
"Lo logramos, juntos".
"Y tenemos que prometer que no seremos como los otros usuarios del caos", dijo Aaron a Call,
agarrando su mano con fuerza. "No como Maugris. Cuando estemos viejos y sea hora de que
muramos, nos iremos. Nunca volveremos a hacer algo así".
"No robaran cuerpos", dijo Tamara. “Se vigilaran entre ustedes mismos. Y los vigilaré a los dos.
Y si uno de ustedes rompe el pacto, le toca al otro detenerlo, junto conmigo. ¿Entendido?
Aarón sonrió y hubo algo en su mirada, algo extraño en esos ojos que no siempre le habían
pertenecido. "Lo prometo", dijo. "Definitivamente lo prometo. Mientras viva, nunca volveré a
robar otro cuerpo.