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Seminario Teológico Presbiteriano

México

Profesor:
Lyd Pensado Piedra
Asignatura:
Ministerio Educativo
Alumno:
Raymer Xool Sáenz
Carrera:
Licenciatura en Teología

“Un mejor paradigma para la enseñanza en la


Iglesia”

México D.F. a 17 de diciembre del 2015.


Un mejor paradigma para la enseñanza en la Iglesia

Introducción

La Iglesia Presbiteriana de México en nuestros días ha tenido un declive en cuanto


a la membresía de la misma a nivel nacional, de igual forma aparecen las
corrientes carismáticas, y pareciera que de una forma muy sencilla llegan a vaciar
congregaciones enteras.

Quisiera poder dar el ejemplo de donde yo soy, el Estado de Quintana Roo, más
específicamente, de la Ciudad Capital Chetumal:

Fue en el año 2007 cuando se empezó a poner de moda un movimiento


llamado nido de águilas, éste movimiento realizaba lo que ahí se le llamaban los
famosos “encuentros”, nadie sabía lo que pasaba ahí, solamente los que habían
sido participes de ellos. Y esta Iglesia nueva, se empezó a llenar de miembros
rápidamente; hasta ahí no existe problema mayor, el problema era que ésta nueva
corriente no daba ningún, por decir, salvo a la Iglesia, sino que solamente sacaba
a los miembros de otras Iglesias y hacía que se convirtieran a su religión; esto
claramente afecto no sólo a las Iglesias Presbiterianas de la zona, sino a otras
denominaciones, como los bautistas, pentecostales, apostólicos y por mucho a los
católicos. Algo más que quisiera añadir era que hasta muchos “pastores” se
vieron seducidos por esta nueva corriente, y ellos juntos con sus Iglesias se
volvieron parte de éste movimiento. Esto obviamente movió a muchos de los
pastores a hacer ciertos análisis del por qué estos miembros son fácilmente
seducidos por estos movimientos nuevos. Muchos llegaron casi a las mismas
conclusiones, la Iglesia no entendía lo que es el cristianismo como forma de vida.

A lo largo de muchos años en la Iglesia Presbiteriana de la península la educación


en la Iglesia no ha sido suficiente para realizar un cambio real y verdadero en la
vida de las personas, ¿Cómo sé esto?, claramente todo lo que hablo es de mi
experiencia, de lo que he visto y vivido.
Existen muchas instituciones que forman tu vida para ser el cristiano que hoy eres;
menciona Harro Van Brummelen, que tres son las principales, La familia, la
escuela y la Iglesia,1 y que cada una de ellas va a aportar mucho a la educación y
formación de una persona; primeramente a familia, especialmente en los primeros
años de vida, éste es el bloque básico de la formación de una sociedad, los niños
experimentan y desarrollan su habilidad para vivir la vida Cristiana dentro de un
ambiente seguro familiar basado en una atmósfera Cristiana de amor, apoyo y
disciplina. Los padres deben modelar convicciones Cristianas y un estilo de vida
Cristiano, la mayor parte de la educación en el hogar es informal. Se lleva a cabo
a través de la interacción diaria y la discusión, las devociones, la provisión de
juguetes y libros, el compartir las tareas, saliendo juntos, y así sucesivamente. Los
niños aprenden más a partir de la manera en que los padres estructuran la vida
familiar de todos los días y de su modelado personal. La segunda es la Iglesia,
esta debe enseñarles a los jóvenes las Buenas Nuevas y como pueden asumir sus
responsabilidades plenas en el compañerismo de los creyentes. La función
docente de la iglesia no se detiene después de la conversión o la profesión de fe,
Más bien la iglesia continúa guiando a la gente a partir de las verdades más
elementales de la Palabra de Dios a sus implicaciones más profundas. El
programa educativo de la iglesia debe enfatizar lo que creemos, como aplicamos
eso a la vida y como funcionamos como parte de la iglesia de Dios y la sociedad.
El tercero es la escuela, he aquí donde pasamos la mayoría de los años de
nuestra formación académica y social, la escuela como tal no sólo es un lugar
donde se aprende datos que han de servirnos para la vida en sociedad, más bien
nos forma como seres para vivir en sociedad. Como nosotros sabemos aquí en
México la Iglesia y el estado están divididos, y estos se ha intentado llevar hasta
sus última consecuencias, y si revisamos el artículo 3º de nuestra constitución
encontramos una característica de la educación, debe ser laica, esto es más bien
sólo en un concepto, ya que la escuela es un ente que se desarrolla solamente por
la sociedad que la rodea, si la sociedad es una sociedad pesimista, la escuela

1
Harro Van Brummelen, La naturaleza y propósito de la educación escolar, de su libro: Caminando con Dios
en el Aula Escolar.
será pesimista, si es cuadrada, la escuela lo será, si es violenta, también la
escuela lo será, si es “religiosa”, la escuela tampoco escapará de eso.

La escuela es lo que es porque la sociedad así lo quiere; ahora bien, conociendo


nuestra cultura mexicana, cómo es nuestra escuela, podríamos decir que no es un
lugar muy agradable, la que hoy llamamos escuela secular es un mal necesario, y
lo digo así porque sabemos que no es mejor lugar para que un niño que apenas
crece en el evangelio pueda asistir, porque es muy probable que pase lo que se
denomina “malear”, que el niño se descarríe y se aleje de la Iglesia.

Existen muchos motivos por los cuales una persona se puede alejar de sus
preceptos que se le han enseñado desde siempre, pero considero que el mayor de
ellos es una mala educación, no porque lo que se enseñe es malo, sino más bien
por el método de enseñanza, el aprendizaje es todo un proceso en el cual existen
muchos factores, ya sea tanto lo que se enseña, como se enseña, la vocación del
maestro, el trabajo del alumno, y hasta el espacio en el que se lleva a cabo este
proceso de aprendizaje.

Ahora, en este trabajo lo que planeo hacer es un análisis en la educación que se


imparte en el segundo agente de la formación de una persona cristiana, es decir,
la Iglesia, éste que es el apoyo primordial del primer agente, la familia, y es
también el centro para desarrolla un ambiente cordial en el tercer agente que es la
escuela. El sistema que se lleva en las Iglesias podríamos decir que hoy es
obsoleto, y nos damos cuenta de ello porque en sí la gente no entiende lo que es
vivir cristianamente, y por eso son llevados como “el tamo que arrebata el viento”
de un lado para otro. Veamos qué es lo que la pedagogía nos enseña y que de
ellos podemos aplicar al método de enseñanza de la Iglesia. Primeramente
aprendamos un poco acerca del aprendizaje, luego enfoquémonos al área de qué
es lo que significa ser maestro y por último como formar un verdadero lugar de
aprendizaje.
El aprendizaje

El aprendizaje es el proceso a través del cual se adquieren o modifican


habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del
estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación. El
aprendizaje humano está relacionado con la educación y el desarrollo personal.
Debe estar orientado adecuadamente y es favorecido cuando el individuo está
motivado.

El proceso de aprendizaje, tiene su mayor desarrollo dentro de lo que nosotros


llamamos el salón de clases, he ahí donde el aprendizaje se debe notar en su
mayor auge; este proceso de aprendizaje esta algo devaluado, en este proceso
común (o paradigma industrial) de aprendizaje existen dos entes que se diría que
son los principales y hasta los únicos, que son el maestro y el alumno; uno
funciona con emisor y el otro como receptor, la información viaja de las palabras
del maestros hasta la libreta del alumno donde el realiza apuntes, y he aquí todo el
proceso de aprendizaje, sin embargo este aprendizaje nos es posible, éste método
de aprendizaje cree bajo la concepción de la pedagogía tóxica que es viable un
anclaje completo, una reproducción fiel y total entre lo que enseña el docente y lo
que el alumno aprende, claro que esto es imposible. Aquí va a entrar lo que se
conoce como el inconsciente, pero, ¿Esto cómo funciona en el proceso de
aprendizaje?, debemos aceptar hoy algo, la pluralidad interpretativa, cada
estudiante lo que hará es una versión individual de lo que se enseña, y esto lo
enlazará con ideas, conceptos, lugares e incluso sabores, y esto es algo que como
profesores no podemos impedir, un niño nunca entenderá la Historia Bíblica del
David vs Goliat, a como lo entendería un Joven de 18 o un adulto maduro,
inclusive ni siquiera un niño de la misma edad lo entendería de la misma forma,
algo que hay que entender del aprendizaje es que nunca ocurre igual y de la
misma manera en todos los alumnos. Hay que aceptar algo, Que lo que los
profesores enseñan no es lo que los estudiantes aprenden, es claro y obvio, pero
también esto no significa que no aprendan nada, sino que aprenden otras cosas,
no las que se les enseña, si podemos aceptar esto, que el proceso industrial es
imposible, será ahí cuando el verdadero aprendizaje suceda. El acto pedagógico
no tiene un cierre como tal, no es un proceso que se acabe, sino que continúa y
nunca termina.

Mientras que la pedagogía tradicional se ha centrado en el trabajo de lo visible, la


recuperación del inconsciente nos lleva a considerar lo invisible al mismo nivel de
importancia. Las pedagogías invisibles o el conjunto infinito e incontrolable de
microdiscursos que suceden y/o que no suceden a la vez en un acto pedagógico,
que acontecen en un segundo plano dirigidos hacia un destinatario ideal y que
transforma el cuerpo y la mente de los participantes del acto pedagógico en
cuestión2 alteran todo el proceso. Los profesores deben de tener en cuenta que lo
que se habla en clase es una muy pequeña parte de la información que se
transmite a los estudiantes: nuestros accesorios de trabajo, el tono, la postura, el
color del aula, dejar la puerta abierta o cerrada, si utilizamos tecnología o no,
todos estos son microdiscursos, que modifica de forma invisible pero de manera
muy grande en el proceso de aprendizaje. Algo que debemos hacer es transformar
el acto pedagógico en un ejercicio democrático, abierto y conectado con lo
inconsciente. Trabajar las pedagogías invisibles puede llevarse con el Método
DAT(detectar, analizar y transformar). Detectar consiste en activar un mecanismo
de sospecha, repensar nuestras prácticas educativas con nuevos ojos, Analizar
consiste en una revisión crítica de los elementos que hemos detectado, y
Transformar significa hacer algo con respecto a lo que hemos detectado y
analizado.

Al proceso de aprendizaje de podemos aportar aún más, inclusive de algo no


podíamos pensar, de la ignorancia y el olvido. Hoy una de las metas de los
profesores es fomentar la Ignorancia activa, ¿qué es esto? Esta es una resistencia
activa ante un conocimiento que no queremos albergar, ahora la ignorancia se
puede reformular mediante cuatro propuestas, a) No hay nadie ignorante,
cualquier acción que hagas, ya sea de forma natural o inconsciente, demuestra
que nadie es ignorante, estos son una cantidad de saberes que no son

2
Acasa, María, Pedagogías invisibles: el espacio del aula como discurso, Madrid, Los libros de catarata, 2012.
considerados como altos o bajos. B) La ignorancia, la capacidad de no saber algo,
puede ser entendida como una necesidad en vez de como un error. Esto nos lleva
a conocer que el aprendizaje tiene una etapa de desarrollar un pensamiento crítico
y tomar una decisión en cuanto a lo que quiero saber, que es lo importante y que
no lo es. C) Aprendamos más de lo que no nos enseñan que de aquello que
pretenden enseñarnos. Claro está que si se aprende de lo que vemos, de lo obvio,
de lo que está, pero también de lo que es invisible, lo que está oculto. D) El
curriculum opaco, este es un grupo de información que parece explícita, que
parece que nos comunica un mensaje concreto, pero justamente hace lo
contrario3.

En la pedagogía existe un tabú el cual es el tema de la verdad, ahora imagínense


en la educación Cristiana. Ahora algo interesante, pareciera que todo aquel
contenido que aparece inmerso en un acto pedagógico inmediatamente queda
percibido como cierto, también si percibimos algo en la televisión o en radio u otro
medio de comunicación, damos muchas veces por cierto que sucedieron las cosas
de esa manera, sin reflexionar que lo que escuchamos es más una mediación
sobre lo que pasó. Debemos empezar a negar la posibilidad de la pedagogía
como certeza absoluta. Hay que aceptar a la pedagogía como una cuestión de fe,
aceptar como una decisión personal el fiarnos totalmente de los profesores, libros,
académicos, o no fiarnos de ninguna manera y considerar a la pedagogía como un
gran fraude. Y entendiendo esta concepción dentro de lo educativo podemos
divisar al profesor como un estafado, que entiende que no existe la objetividad
absoluta ni siquiera en la ciencia. Resituarnos como estafadores, creadores de un
discurso que no va más allá de nuestra visión particular sobre un tema, hace que
desarrollemos un mecanismo de sospecha permanente hacia la pedagogía, por
eso es que lo que debemos intentar hacer es el poder desarrollar una verdad
subjetiva no como mala, sino como necesaria, y este acto de estafadores es lo
que se supone que debemos transmitir a nuestros alumnos, a no fiar de forma
vana y fácil, sino que ellos desarrollen un pensamiento crítico de las cosas, y ellos
puedan crear su propia verdad subjetiva que los ayude a suplir sus necesidades.
3
Acaso, María, rEduvolution hacer la revolución en la educación, 1ª Edición, Espasa Libros, 2013.
Una vez que aceptamos a la pedagogía como un acto a tres grupos, es importante
aceptar que el inconsciente también deja su marca en el trabajo del profesor, y
después de que se les mira como estafadores, ahora se les debe mirar como
creadores, como productores culturales, como artistas. Una de las ideas que los
profesores deben aceptar es que toda la información que seleccionamos,
ordenamos y compartimos con los estudiantes, es un cuerpo de conocimientos
personal, único subjetivo y biográfico. Pasar de este paradigma tradicional a este
es aceptar que los contenidos que figuran nuestras clases, no son verdad del todo,
y esto a un cristiano es algo que le duele mucho, ya que la verdad en la que
nosotros creemos no es en realidad una verdad bíblica totalitaria, sino más bien es
una verdad subjetivamente heredada. Entender lo anterior desplazará al profesor
a nuevos lugares, ya que modifica este paradigma de profesor como transmisor y
como técnico, en el profesor como productor cultural, como creador, como artista,
sobre todo como intelectual transformativo, un agente que es capaz de cambiar el
mundo al entender su docencia como esa cadena de microrrevoluciones. El
maestro tiene que llegar a ser un docente creador, no repetidor.

Los Maestros

En su libro “Padres brillante, Maestros fascinantes”4 Augusto Cury nos dará a


conocer lo que son los siete hábitos de los buenos maestros y maestros
fascinantes y también los siete pecados capitales de los mismo, veamos cada uno
de ellos, analizándolos detenidamente para ver que podemos rescatar para la
educación cristiana.

1. Los buenos maestros son elocuentes, mientras que los maestros


fascinantes conocen el funcionamiento de la mente

Los buenos maestros tienen buena cultura académica y transmiten la


información con seguridad y elocuencia en el salón de clases; los maestros
fascinantes van más allá de este objetivo. Tratan de entender el
funcionamiento de las mentes de sus alumnos para poder educarlos mejor.
Para los maestros fascinantes, cada estudiante no es sólo otro número en el
aula, sino un ser humano complejo, con necesidades únicas. Los maestros

4
Cury, Augusto, Padres brillantes, maestros fascinantes, 2015.
fascinantes transforman la información en conocimiento y el conocimiento en
experiencia. Saben que sólo las experiencias se registran de una forma
privilegiada en los campos de cultivo de la memoria, y que sólo ellas crean en
la memoria avenidas capaces de transformar la personalidad. Por eso siempre
incorporan la información que transmiten a una experiencia de vida. Los
valores cristianos no son algo que solamente se quieran trasmitir, sino que se
ponga en práctica en la vida diaria, cada cabeza es un mundo y el trabajo del
maestro es intentar entender lo más que se pueda ese mundo para llevar a
cabo un verdadero aprendizaje. Claro está que parece que la mayoría de los
educadores cristianos se preocupan por esto, sin embargo esto nunca es
completo del todo. Ya muchos de estos maestros no están seriamente
comprometidos, o no le toman la importancia a la educación en las Iglesias.

2. Los buenos maestros tienen una metodología, mientras que los maestros
fascinantes tienen sensibilidad.

Los buenos maestros hablan con sus voces; Los maestros fascinantes hablan
con sus ojos. Los buenos maestros son didácticos; los maestros fascinantes
van más allá, tienen la sensibilidad para hablar a los corazones de sus
alumnos, Un maestro fascinante es un amo de la sensibilidad. Un maestro
fascinante es un amo de la sensibilidad. Sabe proteger su emoción en focos de
tensión. ¿Qué significa esto? Significa no permitir que la agresividad y las
actitudes impulsivas de sus alumnos le roben su tranquilidad. Entiende que el
débil excluye, el fuerte acepta; el débil condena y el fuerte comprende. Trata de
aceptar y comprender a sus alumnos, incluso a los más difíciles. Hablando de
los más difíciles es más fácil mandar a hablar a su madre para que lo calme, es
más fácil gritarles para que se comporten, y el perder el control de tus
emociones es una delgada línea.

3. Los buenos maestros educan la inteligencia lógica, mientras que los


maestros fascinantes educan la emoción

Los buenos maestros enseñan a sus alumnos a explorar el mundo en que


viven, desde la inmensidad del espacio hasta el átomo diminuto; los maestros
fascinantes enseñan a sus alumnos a explorar el mundo que son, su propio
ser. Como sigue la educación en la Iglesia tiende a seguir esta línea de
explorar el exterior, entender al mundo, los credos las confesiones, la biblia,
pero en realidad, nunca hay una exploración real de lo interior, siempre bajo
ese tonto argumento de que el hombre es malo y del él sale pura maldad, pero
entendamos que el hombre en cristo, es un hombre nuevo, donde ahora reside
el Espíritu Santo, y con la ayuda de este la exploración interior nos llevará a
cosas realmente buenas.
4. Los buenos maestros usan la memoria como depósito de información,
mientras que los maestros fascinantes la usan como apoyo en el arte de
pensar.

Los buenos maestros usan la memoria como un depósito de información; los


maestros fascinantes usan la memoria como un apoyo para la creatividad. Los
buenos maestros siguen el programa de clases; los maestros fascinantes
también, pero su objetivo fundamental es enseñar a sus alumnos a ser
pensadores y no repetidores de información. Algo que es cierto es que dentro
de nuestras escuelas eclesiales, sólo nos enseñan a ser repetidores de
conceptos religiosos que fueron formulados hace siglos, no existe una reflexión
acerca de ellos, ni siquiera en la Biblia, seguimos llevando esa idea de lectura
literalista que no nos deja avanzar como Iglesia para resolver los conflictos
sociales de hoy.

5. Los buenos maestros son temporales, mientras que los maestros


fascinantes son inolvidables.

Un buen maestro es recordado durante el tiempo de escuela; un maestro


fascinante es inolvidable. Un buen maestro encuentra a sus alumnos; a un
maestro fascinante lo encuentran ellos. Un buen maestro es admirado; un
maestro fascinante es amado. Un buen maestro se preocupa por las
calificaciones de sus estudiantes; un maestro fascinante se preocupa por
transformarlos en ingenieros de ideas. Ser un maestro inolvidable es formar a
un ser humano que hará la diferencia en el mundo. Sus lecciones de vida dejan
una marca indeleble en los terrenos consciente e inconsciente de sus alumnos.
El tiempo puede pasar y las dificultades aparecer, pero las semillas sembradas
por un maestro fascinante nunca morirán. Ahora esto en ámbito cristiano, tiene
aún más relevancia, quien más que los maestros cristianos para que sean
inolvidables en este aspecto, debemos ser amados por nuestros alumnos,
nosotros debemos hacer a través de la palabra de Dios a esos hombres y
mujeres que hará un cambio real dentro de la Iglesia de cayente y de cambiar
la sociedad en algo mejor.

6. Los buenos maestros corrigen el comportamiento, mientras que los


maestros fascinantes resuelven los conflictos en el salón de clases

Los buenos maestros corrigen los comportamientos agresivos de sus alumnos;


los maestros fascinantes resuelven los conflictos en el salón de clases. Entre
corregir comportamientos y resolver conflictos en el aula hay una distancia más
grande que la imaginada por nuestro noble sistema de educación. Los
maestros deben proteger sus emociones ante los acalorados conflictos de sus
alumnos; de otro modo, la fricción puede desgastarlos profundamente. Frente a
cualquier fricción, ofensa o crisis entre los estudiantes, o entre los alumnos y el
maestro, la mejor respuesta es no dar ninguna respuesta. Trate de no dar
lecciones morales al agresor. Este procedimiento se utiliza desde la edad de
piedra y no es eficiente, no genera un momento educacional porque la emoción
del agresor está tensa y su inteligencia está obstruida.

7. Los buenos maestros educan para una profesión, mientras que los
maestros fascinantes educan para la vida.

Un buen maestro educa a sus estudiantes para una profesión; un maestro


fascinante los educa para la vida. Los maestros fascinantes son profesionales
revolucionarios. Nadie puede evaluar su poder, ni siquiera ellos mismos.
Modifican paradigmas, transforman el destino y el sistema social de la gente
sin usar armas, únicamente preparando a sus alumnos para la vida a través de
la exhibición de sus ideas.

Estos siete hábitos son los que hoy en día están circulando como nuevos
paradigmas para la educación dentro de las escuelas seculares, y claro que
ninguno de estos tienen como idea un tipo de agrado Dios, sino del cómo mejorar
la sociedad por medio de la educación, y todos estos también serán de ayuda para
nosotros como maestros cristianos, tomarlos para dar aún más, claro que para la
Gloria de Dios.

Lugar de Aprendizaje, El aula

Hay que reflexionar sobre el espacio, porque somos cuerpos que estamos en un
espacio. El lugar donde uno está siempre condiciona su manera de aprendizaje. El
espacio que nos rodea es mucho más importante de lo que pensamos, de manera
que hay instituciones que se encargan de construir un mobiliario para que las
actividades que ahí se realicen se desarrollen de cierta manera. Tan sólo ver los
centros comerciales o museos o lo que sea, esos lugares están construidos para
dar una ambientación y generar sensaciones diferentes. Lo que nosotros debemos
estar dispuestos a hacer es crear recintos destinados para que la educación
suceda, también llenar el lugar de elementos destinados a que las aulas de no
lugares pasen a ser lugares, que las aulas pasen de ser anónimos a ser espacios
con el que nos identificamos, con los que se establezca una relación, un territorio
vinculado con sus usuarios en el que se dé el aprendizaje.

Ahora en la Iglesia que tipo de estructuras tenemos, casi siempre la nave principal
donde se da la educación a los adultos es un gran rectángulo, en el cual casi
siempre verás un color madera en el techo, piso, bancas, etc… pero tenemos que
identificar si esos espacios en realidad son confortables para que el proceso de
aprendizaje se dé. Ahora en los salones de clase donde están niños y
adolescentes pasa lo mismo, podríamos decir que tal vez en el salón de los niños
está adornado con posters de historias bíblicas, algunas plantas, y su gran pizarra,
y considero que ahí se da un buen espacio para el aprendizaje, pero el salón de
los adolescente no es así, tal vez sólo encuentres una gran mesa con dos bancas
a los lados, a veces considero que el ser adolescente en este sentido es diferente,
porque la forma en que te enseñan cambia, diciendo que ya estás grande y que no
ya no puedes aprender como los pequeños, sin embargo, eso no quita que tu
salón de clases sea un lugar agradable donde en realidad se pueda aprender.

En los espacios que son destinados al aprendizaje podemos identificar cinco


estructuras reconocibles: el suelo, el techo, las paredes, las ventanas y la puerta.
El suelo, imagina que el suelo es una gran alfombra, donde andes descalzo, y te
puedas mover con libertad, la puedas usar como área de trabajo y muchos otros
usos, en vez de simplemente olvidarlo, sólo como el lugar en el que siempre
caminas. El techo también podríamos decir que es un lugar olvidado, no como un
museo o una tienda lo llenaría. También con las paredes sucede ese problema,
muchas de ellas desnudas sin nada que deje algo invisible en las personas que
aprenden. Ahora bien, la puerta, este tiene que ver con más allá de un simple
cerrarla, cuando el maestro cierra la puerta puede dar a conocer dos cosas,
primero el aislamiento y segundo la conexión dentro del aula, tiene que ver con
abrirse o cerrarse al exterior. Cuando analizamos el acto pedagógico desde un
punto de vista semiótica5, la puerta puede entenderse como un mecanismo
mediante el cual regulamos la libertad, como un dispositivo a partir del cual
evidenciamos las normas, de manera que cuando el profesor decide cerrar la
puerta nadie más la puede abrir, y está dejando en claro de manera invisible quién
tiene el poder. Cierto sería que el aprendizaje sería diferente si el profesor les
preguntara a su alumnos que decidirían ellos en cuanto a la puerta. Claramente el
aula es un lugar muy importante para llevar a cabo este proceso de aprendizaje,
es por ellos que nosotros como maestros debemos esmerarnos por dar un sitio y
un lugar donde la educación real se pueda dar.

Conclusión

Podemos hoy en día entender como la pedagogía a nivel social como ha ido
evolucionando, gente que se esmera porque el proceso de aprendizaje para la
vida sea lo mejor posible; nosotros como profesores cristianos, hoy en día
debemos trabajar aún más, ya que nosotros no sólo nos esmeramos en formar
seres sociales que intenten interactuar de forma pacífica con otros, sino más bien

5
Ciencia que estudia los diferentes sistemas de signos que permiten la comunicación entre individuos, sus
modos de producción, de funcionamiento y de recepción.
que sean de agrado Dios y luego a los otros. Todos los conocimientos que
nosotros podamos obtener como maestros, debemos traerlos a los pies de Jesús
para hacer de ellos un uso sano para la Iglesia. Como iniciaba decía que el
principal problema por el que las Iglesia se ven abandonas y vacías es siempre
por una mala formación de las misma, y no sólo eso, sino también de una falta de
compromiso real de los profesores, si uno no se empapa de lo que actualmente se
estudia para llevar una buena pedagogía, es que no estamos tomando en serio
nuestro papel como maestros de la Iglesia, y esto es francamente muy triste, hay
que trabajar en ello, estudiar, informarnos y formarnos para ser los maestros que
desarrollen cristianos que cambien a esta sociedad corrupta, que sirvan, y que
puedan vivir de una manera plena.

Bibliografía

Harro Van Brummelen, La naturaleza y propósito de la educación escolar, de su libro: Caminando


con Dios en el Aula Escolar.

Acasa, María, Pedagogías invisibles: el espacio del aula como discurso, Madrid, Los libros de
catarata, 2012.

Acaso, María, rEduvolution hacer la revolución en la educación, 1ª Edición, Espasa Libros, 2013.

Cury, Augusto, Padres brillantes, maestros fascinantes, 2015.

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