VOLUNTAD COMO LEGITIMACIÓN DE LA PROPIEDAD

Mateo Alejandro Alvarado Malagón

La propiedad como aquello que le pertenece al hombre, esta demarcada por ciertos factores
que le dan el valor “propio” de cada individuo, la propiedad, también se entiende como ese
factor externo en el cual el ser humano se proyecta y por ende se hace importante para este;
una de estas características es el trabajo, sin embargo el trabajo por si mismo no es un factor
determinante de la propiedad, debido a que el resultado del esfuerzo (la propiedad) seria
colectiva por lo que el trabajo esta ligado a la sociedad para quien se ejerce, asimismo el
trabajo no es la única forma de adquirir la propiedad; la herencia y los contratos realizados
entre hombres son otros ejemplos de hacerse con un objeto y en condiciones ideales, ninguno
de estos requiere que alguno de los sujetos involucrados produzca algo relacionado con la
propiedad en cuestión; no obstante existe un factor imperante a la hora de determinar la
propiedad como tal y es la voluntad del individuo sobre la cosa.

La voluntad es un factor metafísico que afecta la relación persona-cosa directamente y lo

transforma en una relación de propiedad, a diferencia de todas las interacciones que se pueden
llevar a cabo con un objeto a nivel corpóreo, la voluntad está por encima del espacio real y
es de carácter universal, cuando un individuo expresa su voluntad ante la cosa de quererla
como suya, legitima la posesión sobre un objeto, pero no es simplemente la voluntad de un
sujeto en su individualidad quien crea dicha relación de propiedad sino el sentimiento
reciproco que tienen los demás individuos ante la cosa que ahora es ajena, además la voluntad
de un solo sujeto no puede predominar sobre los otros por lo que debe haber un factor macro
dentro de la sociedad, una cosa común dentro de la cual todos los individuos pueden hacerse
dueños de esta, este animo de hacerse dueño de un objeto se denomina voluntad colectiva.
La voluntad colectiva, no aplica para tal para el total de los individuos sino todos en su
colectividad y hace referencia a aquello a lo que los hombres son propietarios de forma innata
(ejemplo el hombre por naturaleza es dueño de la tierra como globo); y de aquella voluntad
colectiva que nace como pauta para establecer la voluntad individual sobre las cosas para
ejercer el vínculo de propiedad que tiene un sujeto con una cosa. El hombre haciendo uso de
su voluntad es capaz de apropiarse de cualquier objeto en cuanto este no le pertenezca a
ningún otro no obstante con base en ello habría una gran problemática en el momento de
definir quien seria el verdadero y legitimo dueño de determinado objeto debido al conflicto
de intereses que habría entre los individuos que desean el objeto; ante ello nace el derecho
del primer ocupante, el derecho del primer ocupante es un recurso espacio temporal ante el
objeto que alude a que la cosa es de aquel primer individuo que le halla reclamado.

Aunque la voluntad es la base de la legitimación de la propiedad en la sociedad, de ser infinita

todo que no pertenece a nadie puede ser reclamado por un determinado individuo, y habría
un abuso del disfrute de la propiedad siendo dueños de una cantidad innecesaria de objetos,
de este modo para poner un freno a la capacidad de posesión se establecen dos axiomas: un
hombre puede hacerse propietario de un objeto en cuanto este no le pertenezca a nadie y sea
necesario para este, y dentro de la misma sociedad deben existir determinadas cosas que le
pertenezcan a la totalidad de la población y no a individuos en específico, esto con el objetivo
de que haya armonía.

La voluntad funciona como el elemento fundamental para que en una relación entre un sujeto
y un objeto exista la propiedad en si y el individuo pueda apoderarse totalmente de un objeto,
sin embargo para que esta relación se lleve a cabo y los demás sujetos dentro de la sociedad
la respeten debe existir una voluntad colectiva que funcione como generadora de las
relaciones entre los particulares y coaccione el mismo ejercicio para que no halla abusos y se
evidencie una coexistencia entre los sujetos y sus determinadas propiedades.