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Valores del Abogado y Principios Católicos

Breve análisis del “Decálogo del Abogado” de Eduardo Couture y los valores
católicos que los sustentan

“[…] al final… pareciera que al abogado lo


tienen en buena estima, pero por abajo
siempre le están dando palo”

Introducción

“¿Por qué estudiar Derecho si ya hay tantos abogados?”, “¿acaso quieres tener
tu consorcio al estilo Jhasmany Torrico?”, “¿para qué Derecho?, si en este país no existe
justicia”… y un largo etcétera de frases de similar estilo fueron las que amigos y familiares
me dijeron cuando les conté que me decidí por estudiar la Carrera de Derecho.

Debo decir que tales interrogantes no se me hicieron del todo extrañas, y para nada
me sorprendieron. La historia republicana1 y la literatura criolla2 en Bolivia no hicieron
otra cosa que crear una imagen del abogado como “el tinterillo”, “el abogado picapleitos”,
“el leguleyo”, o peor aún como un parásito que vive a costillas de la desgracia ajena.
Lamentablemente ese imaginario social en torno a la figura del abogado aún sigue vigente
hasta nuestros días.

1 Gran parte de los políticos y gobernantes, de hecho, fueron abogados en su momento.


Es más, ser jurista tenía gran estima entre la población en algún momento, por lo que
parecía ser un requisito para ser un gobernante idóneo.
2 El ejemplo más claro y representativo de este caso –a mi parecer– es “La candidatura

de Rojas” de Armando Chirveches, obra que reúne las peripecias de un aprendiz de


abogado que reúne todas las características de los estereotipos del abogado republicano
en Bolivia, de hecho, casi todas las obras de este autor tienen como protagonistas
centrales a abogados. Y es sólo uno de las decenas de obras en la literatura boliviana
que dibujan a la figura del abogado de mala manera.

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Entonces, ¿qué explica el elevado número de estudiantes que esta Carrera en la
mayoría de las universidades de nuestro país?, ¿será que el prestigio de “ser abogado” y
la posición económica que conlleva pueden hacer “soportable” los estereotipos y
prejuicios que esta profesión carga?

Esta situación me resulta más paradójica, pues, la importancia y el prestigio del


Derecho mantienen socialmente en el imaginario a ésta como una profesión respetable y
necesaria, pero que se ha deteriorado por las razones prácticas de un mercado laboral
competido y agresivo, que relativiza los valores en su ejercicio. Más grave aún, se percibe
una baja aceptación del abogado como garante de los principios y valores elementales, en
contradicción con el prestigio social e histórico que conserva. Esa caída está mediada –
como ya dijimos párrafos arriba– por la circulación en medios masivos de comunicación
de “malos y cotidianos ejemplos”, y por la participación directa de abogados en las peores
crisis de institucionalidad y en delitos que la comunidad percibe como terribles. Se
configura así una imagen de lamentable pragmática actual para la profesión.

Desde esta contradicción social, entre el prestigio de una de las profesiones


reconocidas como más antiguas –y por ello numerosa– y la ambivalencia con que se
perciben las prácticas cotidianas de sus actores, el presente trabajo propone sumar
elementos para el enriquecimiento de la mirada en la búsqueda del sentido de la imagen
social del profesional del derecho como portador de valores universales, haciendo especial
énfasis en los de naturaleza católica-cristiana.

¿Se puede ser un buen católico y un excelente abogado al mismo tiempo?


Necesariamente, SÍ

No es novedad saber que el cristianismo influyó en gran medida a la Filosofía, y


por ende, al Derecho y a la Política. De hecho, gran parte de los valores de naturaleza
cristiana (la solidaridad, la misericordia, el perdón, la generosidad), con el tiempo,
vinieron a formar parte de los cimientos de la democracia y el Derecho Moderno, de ahí
la necesidad de tomarlos en cuenta al momento de evaluar no sólo a la figura del abogado,

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sino a la sociedad misma en su conjunto, radica ahí la importancia para analizar el estrecho
vínculo y amplias similitudes entre ser un buen católico y ser un abogado probo.

Las profesiones tienen, desde otra perspectiva, una trayectoria histórica, una
dinámica de constitución y de transformación. Frente a ello Eduardo Couture (1904-
1956), jurista uruguayo considerado parte de los padres del Derecho Latinoamericano,
elaboró el “Decálogo del Abogado”, mismo que citamos y analizamos a continuación:

Decálogo del Abogado

Eduardo Couture

1.- ESTUDIA: El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás


cada día un poco menos Abogado.

El Abogado que no estudia a diario, que no se actualiza, es día a día, menos Abogado.
Pero esto sucede con todas las profesiones u oficios. De forma que, todos aquellos que
emprendemos un oficio, pretendemos ser mejores hoy y esto solo se logra con el estudio
constante y actualizado.

2.- PIENSA: El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

El Derecho es una ciencia compleja, cambiante y por eso, la capacidad de razonamiento


que poseemos todos los seres humanos es imprescindible para su aplicación. A través del
pensar, se analizan supuestos, y se definen estrategias que permitan una aplicación
adecuada y satisfactoria de las normas jurídicas.

3.- TRABAJA: La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.

Normativas extensas, variadas y numerosas, acompañan el día a día de trabajo del


Abogado. Retos diarios hacen de esta labor, una de las más duras y retadoras. Por eso el
Abogado debe trabajar al servicio de la Justicia, y no perder nunca ese Norte en su actuar,
sin importar las situaciones sociales que se presenten.

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4.- LUCHA: Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto
el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.

Esta es la labor por excelencia del Abogado, debe luchas por defender las normas, luchar
por llegar a una verdad, y por sobre todo, luchar para velar por la Justicia. Es el deber
cotidiano de todo Abogado, la lucha diaria en la aplicación correcta de las normas
jurídicas.

5.- SE LEAL: Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas
que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo, leal
para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en
cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.

Confidencialidad con el cliente, tolerancia al adversario, honestidad al juez,


profesionalismo en la aplicación del Derecho, y sabiduría en todo aquello que compone
la labor del Abogado.

6.- TOLERA: Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea
tolerada la tuya.

Donde hay dos Abogados, hay tres verdades; popular refrán que está profundamente
ligado a este mandamiento. Así como tú expones tu verdad, y esperas que esta sea
escuchada, analizada y tolerada; así debes escuchar, analizar, tolerar y adicional, aprender
todo lo que puedas de las verdades ajenas.

7.- TEN PACIENCIA: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su
colaboración.

Todo juicio, tiene procedimientos debidamente estipulados, con tiempos y pautas que el
Abogado debe seguir, para cumplir con todos los requisitos y poder llevar su verdad al
éxito. Un Abogado sin paciencia, no logrará sus metas, ya que no podrá seguir los
procedimientos, etapas ni normas.

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8.- TEN FE: Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia
humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como substitutivo
bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho,
ni Justicia, ni Paz.

Uno de los mandamientos más difíciles de aplicar hoy en día, en especial por la sociedad
actual, donde el poder y el dinero suelen definir el curso de muchas cosas, incluyendo la
Justicia en muchos casos. Un Abogado debe comprometerse en su actuar a respetar estos
principios de Justicia, Paz y Libertad acorde a la correcta aplicación del Derecho, o su
carrera perderá el rumbo.

9.- OLVIDA: La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando
tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el
combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

En un proceso legal, el Abogado desata todos sus conocimientos teóricos y empíricos, su


capacidad intelectual y hasta su personalidad, para defender sus intereses (el gane de la
verdad de su cliente), y al hacer esto, se desata una lucha de poder, uno de los pecados
más comunes del Abogados, que si no se olvida prontamente, acabará destruyendo tu
carrera.

10.- AMA TU PROFESIÓN: Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día
que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proporcionarle
que sea Abogado.

Los hijos son el orgullo de los padres, poder sentirse orgulloso de que tu hijo elija tu
misma carrera, quiere decir que tu pasión por el Derecho es tal, que quieres compartirlo
con tus hijos, que pase a la siguiente generación y el legado pueda continuar.

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Conclusiones

El prestigio social de la profesión de Abogado está vinculado, en la población


general, al ropaje del abogado como profesional exitoso en términos económicos y de
poder. El Derecho, socialmente, se ve como una profesión de formalismos, de gestión de
relaciones públicas, de presentación de la persona como profesional, aspectos que resultan
más relevantes que los valores del ejercicio profesional: humildad, honestidad, solidaridad
y ética. Pero como pudimos observar en el Decálogo del Abogado elaborado por Couture,
ambas situaciones no son contradictorias y mucho menos antagónicas, pues estos diez
principios son una guía que procura una integridad moral y ética en el ejercicio de la
profesión, mismas que pueden extrapolarse o trasladarse a la de cualquier otra profesión
(con mínimas diferencias), pero por sobre todo, a quien se precie de ser católico o “buen”
católico; pues, para cumplir con todos valores descritos, no se necesita ser abogado,
BASTA CON SER BUENA PERSONA.

Bibliografía

COUTURE, Eduardo (2019). “Decálogo del abogado”. En:


https://www.google.com/amp/s/agendalegalcr.wordpress.com/2017/03/28/el-decalogo-
del-abogado (fecha de consulta 08/03/2019)

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