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International Education Studies; Vol. 8, No. 2; 2015

ISSN 1913-9020 E-ISSN 1913-9039
Publicado por el Centro Canadiense de Ciencia y Educación

Competencia de género del profesor moderno

Ludmila A. Auhadeeva1, Iskander E. Yarmakeev1 y Aver E. Aukhadeev2
Instituto de Filología y Comunicación Intercultural, Universidad Federal de Kazán (Región del Volga), Kazán,
Rusia
2
Universidad Estatal de Ingeniería Energética de Kazán, Kazán, Rusia
Correspondencia: Iskander E. Yarmakeev, Instituto de Filología y Comunicación Intercultural, Universidad
Federal de Kazán (Región del Volga), Kazán, Rusia. Tel: 795-0323-4229. Correo electrónico:
ermakeev@mail.ru

Recibido: 11 de octubre,2014 Aceptado: 17 de2014 noviembre,2014 Online

Published: January 27, 2015 doi:10.5539/ies.v8n2p32 URL:
http://dx.doi.org/10.5539/ies.v8n2p32

Resumen
Este artículo analiza las mejoras en la educación y la formación moderna de los profesores en materia de género en
términos de un enfoque basado en las competencias como estrategia básica para el desarrollo de la educación general y
profesional en Rusia. El artículo corrobora la pertinencia de la formación de los docentes en materia de género y la
necesidad de utilizar el enfoque de género en sus actividades profesionales. También se centra en la idea básica del
enfoque de género, sus objetivos, la importancia del enfoque de género para una socialización de género exitosa, la
autorrealización y la autoidentidad de los estudiantes. El artículo presenta los resultados del diagnóstico del estado
actual de aplicación de la integración de la perspectiva de género en las prácticas escolares modernas y las
actitudes de los profesores y los estudiantes respecto a esta cuestión. El enfoque de género requiere una formación
específica de los profesores, así como el desarrollo de una competencia en materia de género que se considera un
requisito previo para mejorar la calidad de la formación moderna de los profesores. Es una de las principales áreas de
modernización de la formación docente.
Palabras clave: educación, espacio educativo multicultural, enfoque de competencias, enfoque de género, socialización
de género, competencia de género, estereotipos de género.
1. Introducción
La Conferencia Mundial de la UNESCO aprobó la Declaración Mundial sobre la Educación Superior, en la que se
declara que el siglo XXI es el siglo de la educación. En consecuencia, la civilización mundial está
experimentando un verdadero "boom educativo" causado por el nacimiento de la "sociedad de la información",
una revolución en las técnicas, la tecnología y la economía, nuestra comprensión alterada de los derechos
humanos, las libertades, los deberes personales y las responsabilidades. Las prioridades mundiales en materia de
educación también están cambiando. Se definen las tendencias globales y europeas del desarrollo de la educación
y se reconoce el papel principal de la educación liberal. La globalización, como fenómeno mundial, ha puesto en
primer plano la cuestión de la educación mundial. En la actualidad, la educación funciona como un espacio
multicultural y educativo, que es una esfera especial en la que la conciencia individual entra en la conciencia
pública mundial, la esfera del diálogo entre culturas y mentalidades basado en la armonía, la integración, la
unidad humana y la preparación para el desarrollo personal y profesional (Auhadeeva, 2014).
La mejora de la educación se considera un requisito previo para el progreso social y un factor clave para el
desarrollo de la humanidad.
La principal tendencia a la modernización de la educación rusa es la mejora de la calidad de la educación profesional,
especialmente la formación de docentes, como factor determinante de la eficiencia y el potencial de todo el sistema
educativo nacional.
La necesidad de mejorar la calidad de la educación profesional está determinada por una serie de factores:
cambios socioeconómicos en el país; la entrada de Rusia en un Espacio Europeo Común de Educación Superior;
32
el enfoque basado en las competencias como estrategia básica para el desarrollo de la educación general y
profesional, etc.
El enfoque basado en las competencias se basa en las competencias de una persona, cuya formación es el
propósito y los resultados de la educación. El Comité Directivo para la Educación Superior y la Investigación del
Consejo de Europa considera que las competencias son componentes esenciales de una educación de calidad.
Varios investigadores consideran a Aristóteles como el fundador del enfoque por competencias, al estudiar las
posibilidades de la condición humana denotada por la palabra griega "atere"-"la fuerza que se desarrolla y mejora
a tal punto que se convierte en una cualidad del individuo".

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2. Revisión de la literatura
El desarrollo del enfoque basado en las competencias en la educación está relacionado con conceptos tales como
"competencia", "competencia comunicativa" introducida en la terminología científica de la teoría del lenguaje
(Chomsky, R. White, etc.) y el desarrollo del concepto "competencia social de ser competente" (White, 1959).
John Raven tiene 37 competencias, señalando que algunas de ellas pueden estar relacionadas con la esfera
intelectual, mientras que otras pueden estar relacionadas con la esfera emocional. Pueden reemplazarse entre sí, y
representan "habilidades motivadas". Define la competencia como una cierta habilidad que es necesaria para
llevar a cabo una acción particular en un dominio particular y que incluye conocimiento altamente especializado,
tipos especiales de habilidades en una materia, formas de pensar, así como un sentido de responsabilidad por las
propias acciones. (Raven, 1998)
Según la investigadora alemana Ute Clement, el "atractivo" del término "competencia" en comparación con el
término "cualificación" está en su "significado abierto e inclusivo": "Si la "cualificación" describe la
correspondencia funcional entre la demanda de puestos de trabajo y los fines especiales de la educación, la
"competencia" debe incluir la capacidad de actuar adecuadamente ante la situación en áreas amplias". (Ute,
2002)
Algunas de las tendencias actuales en el desarrollo de la teoría y la práctica educativa moderna es una pedagogía
de género. El enfoque de género, las relaciones de género, la educación de género y la competencia de género se
han convertido en el tema de los investigadores extranjeros y rusos (por ejemplo, Auhadeeva y Zakirova, 2013;
Bobovnikova y Bocharova, 2011; Gurian, 2004; Haste, 2013; Holfve-Sabel, 2012; Lahelma, Lappalainen, Palmu
y Pehkonen, 2014; Mudric, 2003; Klecina, 2004; Starovoitova, 2006). Se centran en las características de la
formación y la educación de los niños de ambos sexos.
En la literatura sociológica moderna, el término "género" se utiliza a menudo para distinguir el sexo "biológico"
del "social", el significado desarrollado por instituciones sociales como la familia, la educación, los medios de
comunicación, la política, etc.
Según los investigadores rusos, la distinción entre sexo y género es la siguiente: el sexo está determinado por las
diferencias físicas entre el hombre y la mujer, y la noción de "género" refleja sus características psicológicas,
sociales y culturales.
La Estrategia de Género de la Federación de Rusia (2004) hace hincapié en la importancia de reformar el sistema
educativo sobre la base de programas orientados al género que promuevan el libre desarrollo espiritual y una
perspectiva de género en los planes de estudio de todas las instituciones de enseñanza superior. El enfoque de
género es visto como una de las formas que conducen al desarrollo de la personalidad que cumple con los
estándares internacionales.
Se pone de relieve la cuestión de la mejora de la calidad de la formación de un profesor para que pueda aplicar el
enfoque de género en las escuelas modernas y la formación de una competencia de género como un componente
importante de la competencia cultural general de un empleado profesional moderno (Fahrutdinova, Fahrutdinov,
& Konopatskaya, 2014).
La idea básica del enfoque de género en la pedagogía es tener en cuenta la influencia que las interrelaciones
tienen tanto en hombres como en mujeres en todos los aspectos de las actividades educativas: contenidos,
formas, métodos de formación, tecnologías de organización de los procesos educativos, comunicación
pedagógica, así como los estereotipos tradicionales de género. Se entienden como la representación
estandarizada de comportamientos y rasgos de carácter correspondientes a los conceptos de "masculino" y
"femenino". Estos estereotipos de género son los mecanismos más llamativos y eficaces para el desarrollo de los
roles tradicionales de género y el comportamiento social. (Voronina, 2005)
Los estereotipos son reconocidos y adquiridos por el individuo en el curso de la socialización de género. El
sistema educativo, como institución líder de socialización, desempeña un papel clave en este proceso.
La escuela integral es el modelo básico del mundo social, donde los niños actúan como sujetos de relaciones
públicas y donde se desarrollan las habilidades de interacción con personas de ambos sexos. La escuela es un
lugar donde los estereotipos tradicionales de género se fijan en la mente del niño, donde se practican los
comportamientos. No sólo determinan el éxito de la interacción con el mundo exterior en el presente y en el
futuro, sino también las oportunidades de superación personal y profesional. Por lo tanto, las características y
capacidades individuales de los niños y las niñas deben tenerse en cuenta al organizar actividades educativas en
las escuelas y al crear un entorno de aprendizaje que tenga en cuenta las cuestiones de género. Este objetivo se
logrará si tanto las maestras como los maestros educan a los niños en las escuelas. El papel de los profesores
varones es especialmente importante: no sólo desempeñan sus funciones profesionales, sino que también son un
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ejemplo para los niños en lo que respecta al comportamiento masculino, la comunicación, la actitud hacia el
trabajo y la vida en general. En este caso, los estereotipos de género jugarán un papel positivo. Este hecho puede
influir en gran medida en la eficacia de la socialización de género.
El enfoque de género en las actividades educativas tiene por objeto crear las condiciones para educar a los niños y
niñas que

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El desarrollo y la orientación de los valores espirituales contribuirán a la manifestación y posesión de

características positivas individuales masculinas, femeninas y andróginas. También es un medio para que las
generaciones más jóvenes se adapten con éxito a las realidades de las actitudes sobre los roles sexuales y el
aislamiento efectivo de los roles sexuales en la sociedad (Mudrik). Las prioridades en la educación de niños y
niñas no son normas fijas de masculinidad y feminidad, sino el estudio de posibles asociaciones entre niños y
niñas (Bobovnikova, etc.).
Así, el enfoque de género en la educación busca promover las manifestaciones individuales de las características
de género de los escolares (masculino, femenino, andrógino), su libertad de expresión y el desarrollo de las
cualidades que pueden ir más allá de los estereotipos de género, lo que significa una socialización de género
exitosa, la autorrealización y la autorrealización.
Definimos la socialización de género como un proceso de desarrollo de la personalidad y autodesarrollo que se
realiza en el sistema de relaciones con los adultos, los compañeros y uno mismo de acuerdo con las
características individuales y de género.
Incluso un análisis superficial del contenido de los libros de texto existentes en las humanidades con respecto a
la aplicación del enfoque de género muestra que no se centran en la educación y la crianza de niños y niñas
(Kovalenko et al., 2014).
Los investigadores rusos entienden el enfoque de género en la pedagogía en términos del concepto de "identidad
de género". En este caso, se presta especial atención al enfoque individual de la manifestación de la identidad de
género de los niños. Cabe señalar que la identidad de género no es uniforme, la misma para todas las personas
del mismo sexo. Los investigadores reconocen la multiplicidad, individualidad y plasticidad de las diferencias de
género. Según Kostikova, "no es que representantes de diferentes sexos necesiten un enfoque diferenciado por
parte del profesor, sino que tienen que enfrentarse al complejo mundo de los cambiantes estereotipos de género
que entran en conflicto con sus deseos e inclinaciones personales. Los objetivos del enfoque de género en la
educación son explicar la naturaleza de estos estereotipos, mostrar su variabilidad y condicionamiento social".
(Kostikova, Mitrofanova, Pulína y Gradskova, 2001, рp, 68-70).
3. Métodos
Un problema importante de la educación de género hoy en día es que los estereotipos tradicionales de género no
corresponden a las realidades del mundo ni a las tendencias modernas de la sociedad. Reflejan el pasado,
dificultan la socialización de género y limitan las capacidades de los alumnos en el ámbito del autodesarrollo y la
autorrealización. Hoy en día, la socialización tradicional de género de niñas y niños reproduce los estereotipos
patriarcales de las interacciones de género en las esferas pública y privada, que contradicen la transformación
existente de las relaciones de género en la sociedad moderna y que son un obstáculo para la revelación de la
personalidad, la igualdad de género y el desarrollo constante de las relaciones democráticas.
La modernización de los estereotipos debe tenerse en cuenta ya que reflejan la realidad de género y permiten
predecir el futuro del género. La aceptación de la modernización de los estereotipos, de su diversidad y del
desarrollo de la tolerancia en los maestros y los escolares puede cambiar el modelo de relaciones entre los sexos
y garantizar la aplicación de una capacidad positiva de la generación más joven en materia de género.
La implementación del enfoque de género en la educación significa actuar con comprensión del origen social de
las categorías "masculino" y "femenino" en la comunidad. También significa poner la personalidad e
individualidad del niño en su desarrollo y educación por encima de los límites tradicionales del sexo. La escuela
debe dar a los niños la oportunidad de desarrollar sus habilidades e intereses individuales, independientemente de
su afiliación sexual. Debe oponerse a las normas tradicionales con respecto a los sexos. Para ello, el profesor
moderno debe tener competencia de género y conocimiento de las tecnologías del enfoque de género aplicado al
proceso de socialización de niños y niñas.
Es necesario hacer un diagnóstico del estado de la realidad pedagógica para organizar una formación específica
de los futuros profesores en la utilización de la perspectiva de género en sus actividades profesionales. Se
utilizaron los siguientes métodos para llevar a cabo esta investigación: S. La prueba de identidad de género de
Bem (un cuestionario de roles de género BSRI), que determina el tipo de personalidad y revela el grado de
características masculinas y femeninas; el Inventario de Personalidad de Friburgo (FPI), que define los rasgos de
personalidad masculino-femeninos; la prueba de Leary (modificada por Reshetnyak y Vasilchenko), destinada a
estudiar los rasgos y características de género en la estructura de la personalidad; el cuestionario "Proverbios"
(Kletsina) para el estudio de las actitudes de género; prueba de tolerancia comunicativa de Boyko y una prueba
de control comunicativo para determinar las cualidades comunicativas, la tolerancia comunicativa y el nivel de
control comunicativo como indicadores principales de una competencia de género.

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Como plataformas de investigación, teníamos 10 escuelas: las escuelas secundarias nº 7 y nº 12; las escuelas
secundarias nº 1, 9, 72 y 99 (Kazán, República de Tatarstán, Federación Rusa); el internado humanitario para
niños superdotados (Aktanysh, República de Tatarstán, Federación Rusa), etc. Cerca de 300 personas han
participado en la encuesta.

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4. Resultados y Discusión
Los resultados mostraron que todos los maestros tienen rasgos de personalidad femeninos y masculinos
pronunciados y se adhieren a los estereotipos tradicionales de género. Y esto, por supuesto, tiene una influencia
significativa en la socialización de género de los alumnos y en la formación de actitudes y valores de género
entre ellos.
Todos los participantes (100%) señalaron que existen diferencias en la educación y la crianza de los niños en
edad escolar y que, en su opinión, el enfoque de género es un componente necesario de las actividades
pedagógicas en la escuela moderna. Determina la eficacia de las actividades educativas y la socialización de
género de los alumnos.
La mayoría de los maestros (90 por ciento) desean ampliar sus conocimientos sobre las características de la
socialización de género y la implementación del enfoque de género en las escuelas modernas. Constatan la falta
de literatura científica y metódica y de apoyo pedagógico sobre este problema. Sólo el 10 por ciento de los
encuestados afirma haber aplicado con éxito una perspectiva de género en su trabajo.
Según los resultados de la investigación sobre las cualidades comunicativas, el 25 por ciento de los profesores
tiene un alto nivel de tolerancia comunicativa, el 62,5 por ciento tiene un nivel medio y el 12,5 por ciento tiene
un nivel bajo. En cuanto a las pruebas de control comunicativo, el 5 por ciento de los profesores tienen un nivel
alto, el 85 por ciento un nivel medio y el 10 por ciento un nivel bajo de control comunicativo.
Los resultados de la encuesta de los alumnos de secundaria revelaron que el 83 por ciento está familiarizado con
los conceptos de masculinidad y feminidad y el 61 por ciento de los alumnos cree que los posee. Sin embargo,
según nuestro estudio, existe un grave problema: los niños y niñas modernos no saben cómo expresar su
feminidad o masculinidad y no se dan cuenta de lo importantes que son estas cualidades personales. Por ejemplo,
las niñas respondieron a la feminidad de manera crítica, considerándola un signo de debilidad y un obstáculo
para el éxito social. Además, criticaron la masculinidad de los niños. Los niños asociaron su autoridad masculina
principalmente con el éxito social, ignorando otras cualidades y habilidades (empatía, habilidades comunicativas
y credibilidad de otras maneras distintas a la manifestación de su éxito social). Los niños no conocen otras
maneras de generar y reconocer dignidad, confianza y coraje si no hay éxito material. Por lo tanto, hay una clara
falta de valores y actitudes morales en los niños y niñas, lo que complica el proceso de formación de una
personalidad positiva y de una identidad de género.
La mayoría de los encuestados (98%) expresó un interés positivo en un estudio más detallado de los conceptos
de género, los rasgos de personalidad de género y el enfoque de género en la enseñanza. Sólo el 2 por ciento de
los niños informó que el problema no les interesaba.
Un 100 por ciento de los escolares encuestados admitió que había diferencias entre niños y niñas, que se
revelaban en la comunicación y las relaciones, el aprendizaje y el comportamiento. Cuando se trataba de
identificar la forma en que estudiaban las asignaturas escolares, el 88 por ciento identificó diferencias; el 96 por
ciento informó diferencias en la elección de una profesión futura, en las tareas domésticas y en la crianza de los
hijos. Menos del 5% de los encuestados indicaron que no había diferencias entre los niños y las niñas, salvo las
de carácter biológico.
La gran mayoría de los encuestados (95 por ciento) piensa que el profesor debe tener en cuenta las características
de género en las actividades educativas y extracurriculares. La mayoría de los escolares (79 por ciento)
informaron que los maestros eran más amables en las calificaciones de las niñas debido a estereotipos tales como
"las niñas son más obedientes", "las niñas van mejor en la escuela, son más cuidadosas", o los siguientes: "Los
chicos son menos diligentes, más a menudo se distraen", "los chicos son a menudo matones". Muchos escolares
(69 por ciento) consideraron que los maestros eran más indulgentes con sus "favoritos" en el aula,
independientemente de su género. Sólo el 10% de los escolares dijo que los maestros favorecían a los varones.
Según el 8 por ciento de los escolares, la identidad sexual de los maestros de escuela no afectó su actitud
indulgente y amistosa hacia los niños.
El 20% consideraba que el trabajo de enseñanza era adecuado tanto para hombres como para mujeres. Casi el 75
por ciento dijo que el trabajo de enseñanza era predominantemente una profesión femenina. Menos del 10 por
ciento (7) dijo que tal profesión era más adecuada para los hombres, ya que para ellos "las ciencias eran más
fáciles de estudiar". Al mismo tiempo, el 75 por ciento de los encuestados respondieron que preferirían tener
maestras; el 15 por ciento preferían maestros varones.
Cabe señalar que, a pesar de la especificidad de las diferentes escuelas y de su ubicación (ciudad de Kazán y
Tatarstán Aktanysh), las respuestas de los estudiantes coinciden. En nuestra opinión, esto se debe a que se
encuentran en un mismo espacio sociocultural y educativo.
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Nuestra investigación muestra que los profesores con enfoque de género deben entender claramente su propia
identidad de género, teniendo en cuenta el impacto de sus actitudes de género en el desarrollo de actitudes y
valores de género en sus alumnos. Deben ser conscientes de las posibilidades que tiene la pedagogía de género
para mejorar la calidad de la socialización. Una competencia de género del profesor significa la toma de
conciencia de los aspectos organizativos, psicológicos, pedagógicos y didácticos en la gestión de las actividades
educativas de los escolares en base a su

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actitudes específicas de género.

Los resultados son importantes para definir las condiciones de aplicación del enfoque de género en las escuelas
modernas, para estudiar el alcance de la influencia de los estereotipos tradicionales de género de los profesores
en la interacción "maestro-alumno" y el nivel de preparación de los profesores para prestar apoyo educativo a la
socialización de género. En primer lugar, estos resultados permitirán determinar los factores y las condiciones
para mejorar la calidad de la educación en materia de género para los docentes. En segundo lugar, nos permitirán
diseñar, desarrollar e implementar la tecnología integrada de desarrollo de competencias de género en los futuros
profesores durante su preparación universitaria.
Consideramos que la competencia de género es una unidad de conocimientos, habilidades y acciones
pedagógicas dirigidas a la implementación del enfoque de género, la socialización de género, así como las
habilidades y experiencia necesarias para llevar a cabo una estrategia de género. El objetivo de la competencia de
género es descubrir y realizar plenamente la singularidad de cada niño en un proceso pedagógico holístico.
El análisis actual muestra que el nivel deseado de competencia de género de los maestros, su voluntad de
implementar el enfoque de género en las actividades vocacionales, educativas y sociales puede lograrse si el
diseño y la organización de su educación se realiza como un sistema integrado, que incluya principios,
condiciones y tecnologías para el desarrollo de la competencia de género.
Una competencia de género influye en la cultura de la comunicación, el comportamiento y las relaciones, así
como promueve el desarrollo del núcleo humanístico comunicativo en la personalidad, aumentando el nivel de
control comunicativo y la eficiencia de la comunicación interétnica (Auhadeeva, 2012).
Además, los investigadores consideran que la competencia de género es un factor importante en el desarrollo de la
tolerancia, la sensibilidad cultural adecuada y el éxito de la comunicación intercultural. Es la base para el desarrollo de la
competencia intercultural (Khabutdinova & Bayanova, 2013).
Todos estos factores determinan la importancia del desarrollo de la competencia de los maestros modernos en materia de
género y de su formación específica, que tiene por objeto la aplicación del enfoque de género en el proceso educativo
global.
5. 4. Conclusiones
Los maestros modernos deberían ser capaces de aplicar los aspectos organizativos, psicopedagógicos y
didácticos del enfoque de género, teniendo en cuenta las características de género de sus alumnos y el impacto
que sus actitudes de género tienen en el desarrollo de actitudes y valores de género en los escolares. Deberían
aplicar la pedagogía de género en sus prácticas de enseñanza para mejorar la calidad de la educación.
La pedagogía de género debe ser un componente de la modernización de la educación, ya que desarrolla una
cosmovisión diferente y relaciones con miembros del sexo opuesto. Y eso, en última instancia, debería conducir
a un cambio en la conciencia social.
La educación en materia de género es un fenómeno capaz de transformar la política educativa existente hacia una
mayor tolerancia. Es necesario corregir los estereotipos de género existentes para formar una nueva personalidad
(versátil, moralmente madura y creativa, consciente de sus características y roles de género).
La formación específica de los futuros profesores en la aplicación del enfoque de género en las escuelas, así
como el desarrollo de la competencia en materia de género de los estudiantes universitarios, son factores
importantes para la mejora de la educación pedagógica superior.
Agradecimientos
El trabajo se realiza de acuerdo con el Programa de Crecimiento Competitivo del Gobierno de Rusia de la
Universidad Federal de Kazán.
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