Edad Antigua: Los primeros pueblos que se dedicaron al comercio amplio y
sólido fueron los asirios y los fenicios, de los cuales no se tienen documentos de sus actos de comercio, excepto de las lex rhodia dejactu. En Atenas (Grecia), se determinó la existencia de lugares que fueron destinados para depósitos de mercancía, establecimientos de pérdidas de mercancías, así como también lugares donde los comerciantes se reunían para celebrar sus contratos, de los cuales tampoco se tiene referencia directa, sino por medio de las obras y escritores griegos, como por ejemplo: Demósteres, quien en discursos señalaba que los contratos de préstamo, de cambio, de transporte marítimo, además de la existencia de una jurisdicción especial para asuntos mercantiles.
Derecho Romano: En Roma si se encuentran documentos que reflejan la
existencia de verdaderas Instituciones Mercantiles, tales como: la banca, las sociedades, etc. También existen diversas acciones, tales como: la ejercitoria, institutoria y recepticia. Sin embargo, a pesar de la existencia de estas instituciones no se puede hablar de un derecho comercial como tal, sino de un ius gentium y un ius civili adaptado a las actividades comerciales.
Edad Media: Constituye la época en la cual se define el Derecho Mercantil como
una ciencia jurídica autónoma. Su estructuración se inicia una vez que los comerciantes se asocian para cada arte, y con éstas se conciben las universidades y las corporaciones. Las corporaciones eran administradas por uno o más Cónsules, asistidos por un consejo de ancianos de reconocida trayectoria en el comercio. Se crearon normas jurídicas que fueron alimentadas por la costumbre, dando paso no sólo a los Cónsules, sino además a los Estatutarios y Estatutos. Los Estatutarios eran encargados de compilar las soluciones a los problemas por escrito, dictadas mediante sentencias por los Cónsules, para luego archivarlas en la Sede de la Corporación, dando origen a los Estatutos. La sentencia que dictaban los Cónsules eran firmes y ejecutorias, pero podían ser apelables ante un Tribunal, integrados por comerciantes elegidos por sorteo a quienes se les llamaba: Sobre – Cónsules. Las ferias también tuvieron lugar en esta época, donde los comerciantes de distintas regiones concurrían para exhibir sus mercancías, comprar o vender. Época Moderna: Parte del descubrimiento de América, lo cual representa las transformaciones de las condiciones económicas, sociales, políticas y espirituales. Nacen nuevas instituciones comerciales, que culminan en el siglo IXX con la promulgación del Primer Código de Comercio, el cual entró en vigencia el 01-01- 1.811.
Evolución del Derecho Mercantil.
Según la opinión general, resulta imposible delimitar la materia mercantil en los sistemas jurídicos de la Antigüedad, toda vez que estos carecieron de normas que regularan en forma especial al comercio y los comerciantes. Es cierto y evidente, que los sistemas vigentes en ese estadio histórico, regularon cuando menos en embrión muchas de las instituciones o actos que hoy consideramos como de comercio; pero también lo es que las condiciones políticas, económicas y culturales de la época no hicieron sentir la necesidad de la existencia de una rama especial para regularlos, de tal manera que tales actos constituían una especie indiferenciada en la totalidad de los actos jurídicos. Las normas reguladoras de los actos considerados ahora como de comercio carecían de autonomía y se encontraban dentro del ámbito de las normas jurídicas generales o, cuando más dentro del Derecho Privado Los usos y costumbres en materia comercial:
Son reglas de conducta seguidas en forma uniforme, general y constante, y con
una idea de que son obligatorias (aunque no están impuestas por una ley). El Derecho Comercial se originó en los usos y costumbres de los comerciantes. Posteriormente evolucionó hacia la forma escrita y codificada, por lo que la importancia de las costumbres fue disminuyendo. No obstante, en la actualidad se puede hacer aplicación de las costumbres mercantiles: Para establecer el verdadero sentido de las palabras, cláusulas o frases técnicas de las convenciones comerciales, cuando son dudosas. Como fuente de derechos y obligaciones para los contratantes, en materias no regladas por leyes imperativas DERECHO COMERCIAL El Derecho mercantil o Derecho comercial rama del Derecho privado que regula el conjunto de normas relativas a los comerciantes en el ejercicio de su profesión, a los actos de comercio legalmente calificados como tales y a las relaciones jurídicas derivadas de la realización de estos. Esto es, en términos amplios, la rama del Derecho que regula el ejercicio del comercio por los distintos operadores económicos en el mercado. La progresiva internacionalización de los negocios y la necesidad de los poderes públicos de establecer un marco de protección de los consumidores y de mantenimiento de la estabilidad económica y financiera ha venido dando lugar a lo que se conoce como el fenómeno de la «publificación» del Derecho Mercantil, consistente en que son cada vez más y más normas de Derecho público las que se entremezclan con normativa puramente de Derecho privado para salvaguardar dichos intereses. Notable ejemplo lo constituye toda la normativa de supervisión y sanción en materia del sistema financiero, donde todas las sociedades operantes en él y las operaciones que en él se realizan están fuertemente vigiladas.1 En la mayoría de las legislaciones, leyes y decretos, una relación se considera comercial, y por tanto sujeta al Derecho Mercantil, si es un acto de comercio. El Derecho mercantil actual se refiere a estos actos, de los que lo son intrínsecamente, aunque en muchos casos el sujeto que los realiza no tenga la calidad de comerciante (sistema objetivo); sin perjuicio de ello, existen ordenamientos jurídicos en que el sistema es subjetivo, con base en la empresa, regulando tanto su estatuto jurídico, como el ejercicio de la actividad económica, en sus relaciones contractuales que mantienen los empresarios entre ellos y con terceros. En otros ordenamientos jurídicos, especialmente en el Derecho anglosajón, no existe una visión unificada del "Derecho Mercantil" (como tampoco ocurre con otras ramas del Derecho), sino que el objeto de su estudio se reparte entre pequeñas parcelas jurídicas (tales como Companies' Law, Corporate Law o Antitrust Law) que no guardan una base de fuentes unificada como sí ocurre en los ordenamientos continentales donde suele existir un Código Mercantil que sirve como piedra angular a todo el sistema. FUNDAMENTOS DEL DERECHO COMERCIAL
Para hablar de fundamentos tenemos que irnos a los orígenes en el derecho
romano se dice que todo derecho tiene por causa constitutiva la persona. El derecho comercial no es una excepción, pues su objeto es regular, reglamentar la interacción de las personas en relación de la actividad del comercio. El aspecto de la actividad que regula el derecho comercial es el comercio y el comercio en si es una actividad económica, y por lo tanto una actividad humana que nace para el desarrollo del ser humano y permite que la civilización avance, por lo tanto en los orígenes esta interacción de la persona con el comercio era bastante primitiva y que se fue desarrollando con los tiempos con los tiempos en la medida que los avances de la modernidad se iban produciendo en la relación de las personas con el comercio. PRINCIPIOS DEL DERECHO COMERCIAL
o principio de la con sensualidad contractual
o Principio de la solidaridad o Principio de la onerosidad o Principio de la libertad de empresa o Principio de la oportunidad o Principio de la buena fe en los actos y contrato
Principio de la solidaridad: cuando respecto a una obligación existen varios
deudores, la misma es conjunta y excepcionalmente solidaria. Principio de onerosidad: son los actos o contratos que se presumen onerosos en consideración al ánimo de lucro. Principio de libertad de empresa: Es un principio que está limitado por el público dando origen a la intervención del estado.
Principio de la oportunidad: existen contratos y actos que deben ser sometidos
a registro con el fin de cumplir con la protección de terceros. Principio de la buena fe: Este principio debe prescindir no solo la celebración si no, que debe estar presente durante su ejecución. Principio de la con sensualidad: Debe haber un acuerdo entre las partes.
Principio de libertad de empresa: Es un principio que está limitado por el
público dando origen a la intervención del estado. Principio de la oportunidad: existen contratos y actos que deben ser sometidos a registro con el fin de cumplir con la protección de terceros.
Principio de la buena fe: Este principio debe prescindir no solo la celebración si
no, que debe estar presente durante su ejecución. Principio de la con sensualidad: Debe haber un acuerdo entre las partes.