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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS

ESCUELA DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA

MONOGRAFÍA: El sentido del oído en los animales


domésticos.
CURSO: Anatomía I.
DOCENTE: Ramírez Reyes, Raquel.
ESTUDIANTE:
- Edwards Arancibia, Alyssa.

CICLO:

2018-20 1
Índice:
- Introducción.
- Capítulo I: Anatomía del órgano de la audición.
 Oído externo.
 Oído medio.
 Oído interno.
 Otras estructuras.
- Capítulo II: Fisiología de la audición.
 Mecanismos del equilibrio.
 Los sonidos y su análisis.
 Fenómenos de la audición.
- Capítulo III: Patologías que afectan el sentido de la audición.
 Caninos.
 Porcinos.
 Equinos.
 Rumiantes.
- Conclusiones.
- Anexos.
- Referencias.

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Introducción
Todos los animales cuentan con cinco sentidos, los cuales contribuyen a estos
a relacionarse con el medio en el que se encuentran. En esta monografía me
centraré en el sentido de la audición en los animales domésticos (caninos,
equinos, rumiantes y porcinos), ya que este sentido brinda información sobre su
entorno y es gracias a este que los animales pueden cazar y evitar ser casados
según sean depredadores o presas por naturaleza.

Todos los vertebrados superiores y muchos animales inferiores poseen


un órgano especializado, el oído para esta función. En su forma más
simple, la audición permite el encuentro de los individuos de distinto sexo;
pero su función más general es la de actuar como un “receptor a distancia”
capaz de prevenir el peligro. Esta primitiva forma de comunicación está
altamente desarrollada en aves y mamíferos. (Ingram, Johnston, Lam y
Pitman, 1988, p.327-328.)

Para comprender un poco más acerca de este sentido, se estructuró de la


siguiente manera el presente trabajo: En el primer capítulo se da a conocer las
partes que tiene el órgano del sentido de la audición y sus funciones. Seguido
por el segundo capítulo, el cual contiene lo que es el sonido y como este se
relaciona con el oído para que los animales puedan percibirlos.

En el tercer y último capítulo se mencionan patologías que afectan el sentido de


la audición que se presentan en las especies que engloban los animales
domésticos.

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CAPÍTULO I: ANATOMÍA DEL ÓRGANO
DE LA AUDICIÓN:
El oído (Figura 1) es un órgano avanzado muy sensible y complicado que está
formado por tres partes principales: Oído externo, oído medio y oído interno. Sin
embargo, también hay otras estructuras que contribuyen a su funcionalidad.

Lam (1988) nos ayuda a comprender de manera general las partes del oído,
acotando que el oído externo no recibe las ondas sonoras del aire y el oído medio
las conduce al interno, donde se lleva a cabo la transformación a impulsos
nerviosos que se propagan por nervios auditivos hasta el cerebro y es entonces
que se logra percibir el sonido.

A) Oído Externo:
Según Cunningham y Klein (2009):

El oído externo, formado por el pabellón auricular y el conducto


auditivo, canaliza las ondas sonoras hacia la membrana timpánica
(tímpano). Algunos animales pueden mover las orejas para recoger
las ondas sonoras con más eficacia, y la forma natural de la oreja
actúa para filtrar selectivamente determinadas frecuencias
sonoras.

El oído externo funciona de un modo parecido al de una antena


parabólica, recogiendo las ondas sonoras y llevando las oscilaciones al
tímpano, que se pone en movimiento debido a dichas oscilaciones.
Por otro lado, Lam (1988) nos manifiesta el oído externo consta de las
partes visibles de la oreja y de un tubo pequeño llamado meato auditivo
externo el cual se conecta al oído medio. Así mismo explica que los
animales que poseen grandes orejas y perciben sonidos de alta
frecuencia como los perros, tienen mayores beneficios.

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La función del mismo (oído externo) consiste en conducir el sonido hacia
la parte interna del oído, proteger las estructuras internas del oído de
cuerpos extraños y de variaciones ambientales de temperatura y
humedad, así como también contribuir a la localización espacial de los
sonidos.

B) Oído Medio:
Continuando con la estructura del oído encontramos al oído medio.

El oído medio es una cavidad labrada en la porción petrosa del


temporal, en comunicación con la faringe por la trompa de
Eustaquio (tubo auditivo); está separado del oído externo por la
membrana del tímpano, en tanto los límites con el oído interno son
las ventanas oval y redonda. (Frandson, 1995, p.181).

De igual forma, Lamb (1988) menciona que en el oído medio existen


huesecillos que sirven de conexión mecánica entre el tímpano y la
ventana oval. Estos osículos del oído (martillo, yunque y estribo) están
unidos entre sí gracias a ligamentos y gracias a estos se transmiten ondas
sonoras hacia adelante sin desplazamientos laterales.

Continuando con la distribución del oído interno, Cunningham (2009)


comenta que en este se encuentran dos músculos esqueléticos, uno que
está adherido al martillo y el otro, al estribo; gracias a esto y la contracción
que generan se reduce la transferencia de la vibración que existe entre el
tímpano y la ventana oval, y es así como se protege el oído interno de
sonidos muy fuertes.

La función del oído es transmitir eficazmente la energía sonora.


Para ello dispone de un gran colector ligero (la membrana
timpánica) conectado, por un sistema mecánico de palancas, con
una membrana más pequeña en contacto con un líquido; hay, pues,
disminución del movimiento, pero aumento de presión entre el
tímpano y la ventana oval. (…) Sin osículos, toda la cabeza debe

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vibras para que haya audición. En términos de ingeniería, el oído
medio es un dispositivo que transfiere energía desde una región de
baja impedancia a otra de alta impedancia. (Lamb, 1988, p.329).

El oído medio que se sitúa en una cavidad del hueso temporal


denominada caja del tímpano se comunica con el oído externo a través
del tímpano y con la cóclea en el oído interno a través de la ventana oval
y redonda. Además, se comunica con la faringe por las trompas de
Eustaquio y las bolsas guturales (presentes sólo en el equino). En el
interior del mismo se encuentra la cadena de huesecillos, martillo, yunque
y estribo que se encargan de la transmisión del sonido desde el oído
externo hasta la cóclea.

C) Oído Interno:
Para finalizar las partes fundamentales que conforman al órgano de la
audición, tenemos al oído interno.
El oído interno está localizado en el interior de una cavidad en el hueso
temporal, lo que conforma el laberinto óseo, por dentro del mismo se ubica
el laberinto membranoso y en el interior de éste se encuentran las
estructuras relacionadas con la audición (cóclea) y con el equilibrio
(aparato vestibular).
En el oído interno se encuentra el órgano de equilibrio que está formado
por dos canales semicirculares llenos de líquido. La conexión entre el oído
medio y el oído interno se denomina la ventana oval. La platina del estribo
funciona como un pistón y mueve el líquido en el oído interno

El oído interno también es una excavación dentro de la porción


petrosa del temporal, que se le conoce como laberinto óseo. Dentro
de este se encierran varias estructuras de tejido conectivo,
naturalmente algo menores de tamaño, y que se llaman en conjunto
laberinto membranoso, el cual contiene la endolinfa, sin
comunicación con ninguna cavidad. Entre los dos laberintos se
halla la perilinfa que continúa con el líquido cefalorraquídeo por

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medio de un pequeño conducto llamado acueducto del caracol o
cóclea. (Frandson, 1995, p.181).

El caracol o cóclea (Figura 2) es un sistema de tubos enrollados de pared


ósea cerrado en su extremo final (helicotrema), que se enrolla a modo de
concha de caracol en torno a un eje central de forma cónica, la columnela.

Dicho tubo indica que está dividido en toda su longitud por dos paredes,
la membrana vestibular o de Reissner y la membrana basilar, que
delimitan tres canales o escalas: la vestibular, la coclear o media y la
timpánica. Sólo el canal coclear contiene endolinfa; los otros dos más
largos que el coclear se comunican por el helicotrema y están rellenos de
perilinfa. El vestibular se comunica con el oído medio por la ventana oval,
y el timpánico por la redonda.

La rampa vestibular, que se localiza ventralmente, contienen perilinfa. La


rampa medial flexible, o rampa media (conducto coclear), está formada
por la parte membranosa del laberinto y contiene endolinfa. La membrana
basilar es el suelo de la rampa media, y en su parte superior se encuentra
el órgano receptor de las células pilosas para la audición, que se
denomina órgano de Corti. (Cunningham, 2009, p.171).

El órgano de Corti es el elemento sensitivo del oído interno y puede


considerarse como el micrófono del cuerpo. Está situado en la membrana
basilar, en uno de los tres compartimentos de la cóclea. Contiene cuatro
hileras de células ciliadas que sobresalen de su superficie.

Continuando con Cunningham (2009), nos describe aún más la estructura


presente en la cóclea. Sobre las células pilosas de dicho órgano se
encuentra la membrana tectorial, la cual es una fina capa de tejido situada
en el caracol. Se supone que la membrana basilar, la lámina reticular y
las células de Corti se mueven como un todo, mientras que la membrana
tectorial se mueve separadamente. Los cilios de las células de Corti son
estimulados por estos movimientos.

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Los registros eléctricos tomados en las regiones que rodean el órgano de
Corti ponen de manifiesto la existencia de potenciales –microfónicos
cocleares- cuya amplitud varía con los movimientos de la membrana
basilar. Estos potenciales siguen muy fielmente las variaciones de
frecuencia y de amplitud de los sonidos que se aplican al oído y,
verdaderamente, pueden usarse para estimular un audioamplificador.

Además de este voltaje variable, cuyo valor máximo es del orden


de 5mV, el conducto coclear tiene un potencial de reposo de
+80mV con respecto a otras partes del caracol. No se sabe cuál
puede ser su significado funcional, pero se cree que los potenciales
microfónicos cocleares pueden ser el potencial generador que
desencadena los potenciales de acción en el nervio coclear,
aunque en determinadas circunstancias los dos fenómenos
aparecen disociados uno por el otro. (Lamb, 1988, p.331).

Las fibras nerviosas que establecen sinapsis con las células ciliadas se
corresponden con neuronas bipolares cuyos somas se encuentran en el
ganglio espiral o de Corti, situado en la columnela. Los axones aferentes
constituyen el nervio coclear que, junto con el vestibular, forman el VIII par
craneal o estatoacústico.
D) Otras estructuras:
Además del oído externo, medio e interno, existen otras partes que
ayudan al sentido de la audición.

 Cartílago Auricular:
Es el más grande de los tres cartílagos presentes en el oído. Tiene
forma de embudo y su función es concentrar las ondas sonoras en
el conducto auditivo externo. En su arte interna se recubre de piel
relativamente sin pelo, pero en la porción externa lo hay en
abundancia en muchos animales.

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 Cartílago Escutiforme:
Tiene forma de escudo y función de hueso sesamoideo para
algunos de los músculos que muevan la oreja. Este se localiza en
la superficie del músculo temporal, fijo a varios músculos
extrínsecos de la oreja, algunos de los cuales se insertan también
directamente en el cartílago auricular e indirectamente por medio
del escutiforme.

 Cartílago Anular:
Tiene forma de un tubo, y posee la finalidad de conectar el cartílago
auricular con la porción ósea del conducto auditivo externo.
 Músculos extrínsecos de la oreja:

Estos están inervados por el nervio facial (VII par craneal), pero el
conducto auditivo recibe las sensaciones y las transmite desde los
pares quinto, séptimo y décimo (trigémino, facial y vago).
 De igual manera, existe otro cartílago llamado Infundibuliforme que
concentra las ondas sonoras y las dirige al tímpano por vía del
cartílago anular.

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CAPÍTULO II: FISIOLOGÍA DE LA
AUDICIÓN:
A) Mecanismos de equilibrio:

El aparato vestibular (figura 3) es una estructura compleja que consta de


tres canales semicirculares y dos cavidades, y que está situada cerca del
caracol auditivo. Este nos da información acerca de la dirección de
gravedad y el movimiento de la cabeza en el espacio. (Lamb, 1988,
p.339).

La función del sistema vestibular es traducir las fuerzas de gravedad y


movimiento en señales neurológicas que el cerebro utiliza para conocer la
posición de la cabeza en el espacio, y para coordinar sus movimientos
con los reflejos motores responsables de la postura, y de la estabilidad de
los ojos.

El aparato vestibular es el órgano que detecta las sensaciones del


equilibrio. Está formado por un sistema de conductos, los conductos
semicirculares y dos cámaras: el utrículo y el sáculo. Localizada dentro de
cada una de las cámaras se encuentra una estructura denominada
mácula. La mácula del utrículo se encuentra en el plano horizontal y
desempeña su función en la orientación de la cabeza con respecto a la
dirección de la fuerza gravitacional cuando el animal o la persona se
encuentra en pie. La mácula del sáculo se encuentra ubicada en el plano
vertical y ejerce su función cuando el animal o la persona se halla
tumbada.

Las zonas sensibles de sáculo y utrículo, conocidas como mancha


auditiva, tienen relación con el equilibrio estático (posición de la
cabeza en el espacio). La superficie de cada mancha (una en el
sáculo y una en el utrículo), está cubierta de una membrana
gelatinosa llamada membrana otolítica, que contiene numerosos
cristales de carbonato de calcio llamados otolitos. El estímulo sobre

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las células ciliadas de las máculas parece deberse a los efectos de
la gravedad sobre la membrana otolítica. (Frandson, 1995, p.182)

Si la cabeza se ladea, un sáculo se inclina hacia abajo y aumenta la


descarga de sus receptores, mientras que, al otro orientado hacia arriba,
le sucede lo contrario. Al inclinar la cabeza hacia adelante y hacia atrás
aumenta la actividad aumenta la actividad de los receptores de los
utrículos, pues en ambos casos se orientan hacia abajo.

El sentido de la gravedad también es detectado, probablemente, por los


receptores de las articulaciones y por los receptores de presión situados
en diversas partes del cuerpo; por ejemplo, en las plantas de los pies. La
vista juega un papel muy importante en el conocimiento del campo
gravitatorio: es precioso que se incline fuertemente una habitación en su
conjunto para que nos demos cuenta de que las paredes no están
verticales; prestamos más atención a la información visual que a la
procedente de los órganos otolíticos.

B) Los sonidos y su análisis:


El sonido, el estímulo para la audición, es una onda mecánica producida
por la vibración de un cuerpo, que se propaga en un medio elástico
(sólido, líquido o gaseoso). Consisten en ondas de presión que se
propagan como ondas sonoras constituyendo los diversos sonidos. Su
velocidad de propagación depende del medio en el que se propaga,
aumentando con la temperatura y la altitud. El sonido puro viene definido
por la frecuencia y la intensidad. La frecuencia es el número de
vibraciones por unidad de tiempo y se expresa en hercios (Hz).

El campo tonal humano está comprendido entre 20 y 16000 Hz,


denominándose infrasonidos o ultrasonido a las vibraciones de frecuencia
inferior o superior respectivamente. La intensidad representa la energía
que transporta la onda sonora. La intensidad es proporcional a la densidad
del medio, a la velocidad de propagación y al cuadrado de la amplitud y
de la frecuencia sonora. La fonorrecepción es un caso particular de
mecanorrecepción y estrictamente es la capacidad de detección de
estímulos vibratorios que se interpretan como sonidos, por lo tanto, los
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fonorreceptores son mecanorreceptores sensibles a los estímulos
sonoros.
Las ondas sonoras que viajan por el oído externo llegan a la membrana
timpánica y hacen que ésta vibre con una frecuencia y amplitud iguales a
las del sonido. Estas vibraciones se transmiten al sistema de huesecillos,
de tal manera que las vibraciones se transmiten al martillo y éste las
transmite al yunque y después al estribo, y éste transmite las vibraciones
a través de la ventana oval hacia la perilinfa del oído interno.

Cuando las ondas sonoras se transmiten del aire al agua, más del 90 por
100 de la energía sonora es reflejada en la interface de los dos medios
(aire-agua); es decir, gran parte del sonido que viaja desde el aire al agua
se refleja en la superficie y muy poco penetraría en el medio acuoso
(perilinfa).
Esto se refleja debido a que la impedancia acústica del agua es mayor
que la del aire. La impedancia acústica es un parámetro acústico que
describe las particulares propiedades conductoras del sonido en el medio
a estudiar.

Si un animal es sometido a estímulo prolongado por un sonido de


alta frecuencia, ocurren cambios degenerativos en la porción basal
del órgano de Corti. Si el sonido es de baja frecuencia, el daño se
presenta cerca del ápice de dicho órgano. Además, el daño de la
porción apical del órgano de Corti da por resultado sordera a los
tonos bajos, y la lesión de la porción basal provoca sordera a los
tonos altos. (Frandson, 1995, p.188).

Las fibras nerviosas que parten del ganglio espiral de Corti llegan a los
núcleos cocleares ventral y dorsal (en la parte superior del bulbo
raquídeo). En este punto, todas las fibras hacen sinapsis y las neuronas
de segundo orden pasan principalmente hacia el lado opuesto del tronco
encefálico para terminar en el núcleo olivar superior, mientras que algunas
fibras continúan ipsilateralmente y terminan en el núcleo olivar superior
del mismo lado.

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La vía continúa y asciende por el lemnisco lateral y algunas fibras de
segundo orden terminan en el núcleo del lemnisco lateral. Muchas pasan
de largo y continúan hacia el colículo inferior, donde terminan casi todas.
A partir de aquí la vía pasa al núcleo geniculado medial en el tálamo donde
todas las fibras realizan sinapsis nuevamente. Finalmente, la vía continúa
a través de las radiaciones auditiva.
Las principales funciones conductuales de la audición son la detección de
sonidos ambientales (incluidos los del depredador y de la presa) y la
comunicación con la misma especie. Funciones conductuales menos
comunes de la audición son la comunicación con otras especies, como
las señales de amenazas y la ecolocalización para cacería y navegación.

Los animales domésticos, generalmente, no dependen del sonido para


cazar o eludir depredadores. En estas especies, el sonido desempeña
una función más importante en el mantenimiento del contacto entre
padres y crías, la comunicación sexual, la alerta de peligro y la amenaza
de adversarios, así como la definición y la defensa del territorio.
Los perros, por ejemplo, emplean una amplia variedad de sonidos con
propósitos sociales como el establecimiento de jerarquías. En los cerdos,
parece que los sonidos producidos por las crías desempeñan una función
en el amamantamiento y el gruñido rítmico de cortejo producido por el
cerdo puede estimular la receptividad de la hembra.

C) Fenómenos de la audición:
 Tono: El tono depende de la frecuencia de la vibración. Las
frecuencias bajas dan tonos graves y las altas tonos agudos. El
intervalo normal de frecuencias en los niños se extiende entre 15 y
20000. Con la edad desciende el límite superior y a los 50 años
dicho límite se sitúa en 10000 Hz. En la zona media del intervalo
de frecuencias (1300-3000 Hz) el oído humano puede discriminar
notas que difieren en solo 2-6 Hz.

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 Intensidad: Esta depende de su nivel de energía y de su frecuencia.
La intensidad del sonido depende de la amplitud de la vibración.
Una mayor amplitud de onda nos produce la sensación de sonido
fuerte; menor amplitud nos da un sonido débil. No existe una
medida exacta de la intensidad del sonido. En su lugar se emplea
una escala logarítmica basada en la sensibilidad media del oído
humano (decibelios).

 Duración: como su nombre indica, es el tiempo que permanece la


sensación auditiva. Mientras el estímulo vibratorio pueda excitar el
oído, así durará la sensación de sonido.

 Timbre: es la cualidad del sonido que permite diferenciar la fuente


origen del sonido; así podemos distinguir voces, ruidos,
instrumentos, etc. La sensación de timbre se debe a la diversa
combinación de frecuencias de cada onda sonora, a los armónicos
que forman el sonido.

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CAPÍTULO III: PATÓLOGÍAS QUE
AFECTAN EL SENTIDO DE LA AUDICIÓN:
A) Otitis:

La otitis (Figura 4) es una enfermedad de etiología multifactorial


que afecta a los caninos, y representa entre 5 a 20% de la práctica
veterinaria diaria. Esta patología se encuentra asociada
mayormente a infecciones causadas por bacterias y levaduras, que
muchas veces no responden a los tratamientos con antibióticos
(Cole et al., 1998; Taibo, 2003). (Calle, Falcón, Sánchez, 2011,
p.162)

La otitis en perros es la inflamación del oído, y puede ser de dos tipos:


La otitis externa es la más común, sin embargo, puede evolucionar en una
otitis media o interna si entra la infección a través del tímpano.

Si se ven afectados la bulla timpánica o el órgano vestibular, dos partes


del oído interno, hay riesgo de que aparezcan síntomas nerviosos, ya que
el sistema vestibular controla el equilibrio.

Además, una infección puede pasar a las meninges que recubren el


sistema nervioso central, inflamándolas, y causando meningitis.
Otitis media o interna, si la inflamación está en el interior del tímpano,
según las estructuras que estén afectadas.

La terapia tópica es una buena elección puesto que se alcanzan


altas concentraciones de los medicamentos con los menores
efectos sistémicos, mientras que la terapia sistémica puede ser de
utilidad en tratamientos prolongados (Taibo, 2003; Helton y Werner,
2006). Debido a la amplia gama de antibióticos que se encuentra
en el mercado, el médico veterinario debe seleccionar la terapia
más adecuada, específica y simple (Carlotti, 1991; Craig, 2000) y
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evitar que la infección se extienda al oído medio e interno
(Merchant, 1997; Craig, 2000). (Sánchez, 2011, p.162).

B) Síndrome Vestibular:

Cuando el sistema vestibular se hace defectuoso en forma uni o


bilateral, aparecen los signos del síndrome vestibular. Este punto
hace referencia vital en que, si la lesión es bilateral, sólo se
obtendrá un movimiento pendular de la cabeza sin los signos
característicos del síndrome antes mencionado. (Bosco, s/a, p.5).

En un animal normal, durante el movimiento de la cabeza, los ojos se


desvían hacia el lado contrario de la dirección hacia la que gira la cabeza
y después regresa rápidamente hacia esa dirección. Esto ocurre varias
veces mientras la cabeza se gira, causando un nistagmo vestibular
fisiológico, con un componente lento y uno rápido.

Cuando se gira la cabeza hacia la derecha, el canal semicircular


correspondiente al lado derecho se estimula, y el canal semicircular
izquierdo se inhibe. Los impulsos viajan desde los receptores a través del
nervio vestibular hacia el núcleo vestibular y después suben por el
fascículo longitudinal medio ascendente.

El núcleo oculomotor (3º par) ipsilateral se estimula, lo cual contrae el


músculo recto medial del ojo derecho, desviando el globo ocular a la
izquierda.
Simultáneamente el núcleo del abducen (6º par) contralateral también se
estimula, lo cual contrae el músculo recto contralateral del ojo, desviando
el globo ocular a la izquierda. De esta manera se produce el componente
lento del nistagmo. Después, los bulbos oculares regresan rápidamente
hacia la derecha por mecanismos compensatorios centrales.
Producto de diferentes enfermedades que afectan al sistema vestibular,
el lado afectado es el menos activo y el nistagmo normal que se produce,

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tiene un componente rápido (compensatorio) hacia el lado contrario de la
lesión, y el componente lento es hacia el lado de la lesión.

El estrabismo posicional se observa también en trastornos vestibulares y


es un reflejo de desbalance entre el sistema Vestibular y la influencia de
los nervios craneales II, IV y VI. Si la cabeza se estira y se eleva la nariz,
el ojo se desvía hacia abajo y se ve su caída hacia el lado afectado.

El tratamiento médico se realiza en animales con membranas


timpánicas normales y con alteraciones vestibulares periféricas
ligeras: uso de antibióticos (en lo posible con antibiogramas) En
muchos casos han sido efectivos la asociación de cefalosporinas
con cotrimoxazol por 45 días. El pronóstico para la recuperación es
favorable. El tratamiento de drenaje quirúrgico se realiza en los
casos de evidente presencia de exudado y engrosamiento de la
pared de la bulla timpánica y sin respuesta a tratamiento
convencional médico. (Bosco, s/a, p.8).

C) Otohematoma:

El otohematoma también llamado osteoserohematoma,


pseudoquiste auricular, hematoma auris o hematoma aural se
define como la acumulación de sangre y fluido seroso en el plano
entre el pericondrio y el cartílago conchal (Zarate MJ & Medina A
2000) y se produce generalmente por traumas por traumas
contundentes al golpear el pabellón contra el suelo o bien por
traumas compresivos (Arciales en la oreja) o mordeduras por otro
caballo, aunque la mayoría de las veces el causal preciso es
idiopático. (Anguiano, Romero, s/a, p.1).

Los otohematomas (figura 5) deben ser tratados de manera inmediata


después del diagnóstico; si no se tratan van a ocasionar dolor y
molestias en primer lugar, aparte de producir alteraciones estéticas de la
oreja debido a la contractura fibrosa que se produce.

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El tratamiento es eminentemente quirúrgico. El fundamento de la
intervención es retirar el acúmulo de fibrina y sangre y propiciar mediante
técnicas de sutura que no se vuelva a formar.

La opción quirúrgica utilizada aquí descrita ofrece resultados


rápidos y efectivos que previenen las recidivas o recurrencias,
controlan el malestar y reducen en forma extraordinaria el tiempo y
costo de la terapia. Es muy importante considerar que el abordaje
quirúrgico debe realizarse al inicio del procedimiento con el objeto
de obtener mejores resultados y sobre todo prevenir la deformación
y fibrosis de la oreja. (Anguiano, s/a, p.3).

En animales operados de otohematoma es interesante tener una higiene


de los oídos óptima (utilizando limpiadores regularmente). También
debemos evitar que éstos se irriten o inflamen, sobre todo en animales
alérgicos, tratando la causa inicial que produzca esta irritación de los
oídos.

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CONCLUSIONES:

1) El oído es el órgano especializado en tomar las ondas sonoras,


transmitirlas hacia el órgano sensorial y traducirla en señales
eléctricas que puedan ser analizadas e integradas en el sistema
nervioso central.

2) El oído medio asegura la transmisión eficaz de las ondas sonoras


desde el tímpano hasta la perilinfa del oído interno, lo que se lleva a
cabo por la cadena de huesecillos a través de la ventana oval.

3) Existen algunos patógenos que dificultan el buen funcionamiento del


órgano del sentido de la audición, por lo que incluso se puede perder
este.

4) El oído no solo asegura la percepción de sonidos, sino que también


está asociado al equilibro de todos los animales.

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ANEXOS:
Figura 1: Anatomía del oído.

Figura 2: Caracol o cóclea.

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Figura 3: Aparato vestibular.

Figura 4: Perro con otitis.

Figura 5: Otohematoma en caballo.

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Referencias:
1) Bibliográficas:

 Lamb, J; Ingram, C; Pitman, R y Jonhston, I. (1988).


Fundamentos de fisiología. España: ACRIBIA, S.A.
 Frandson, R; Spurgeon, T. (1995) Anatomía y fisiología de los
animales domésticos. México: MC GRAW-HILL.
 Cunningham, J; Klein, B. (2009). Fisiología Veterinaria.
España: ELSEVIER.

2) Hemerográficas:

 Sánchez, R; Calle, S; Falcón, N; Pinto, C. (2011). “Aislamiento


bacteriano en casos de otitis canina y su susceptibilidad
antibiótica.” Inv. Vet. Perú, 22 (2). p.161-166.
 Bosco, E. (S/A). “Aspectos básicos del síndrome vestibular en
perros y gatos.” Rev. Veterinaria Argentina. p. 1-10.
 Anguiano, R; Anguiano, C; Romero, A. (s/a). “Otohematoma
equino y su abordaje quirúrgico.” E-cucba, 1(8), p.1-4.

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