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ENERGÍA ÉOLICA
PROF: ING. ANA PEÑA
Realizado por:
Alvarado Jesús C.I: 24.621.814
Hernández Carlos C.I: 21.668.528
Ruiz Emily C.I: 19.944.570
Bracho Josmar C.I: 21.155.033
Duno Jilfrank C.I: 18.632.004
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Historia
Los orígenes de la utilización de la energía eólicas se remontan a tiempos remotos, desde el
uso de la misma para mover barcos que tienen su origen en Egipto en el año 5000 A.C.
El primer molino que se conoce fue un artilugio usado para hacer funcionar un órgano en el
siglo I.
también son conocidos los molinos chinos, construcciones de influencia persa, que se utilizaban
principalmente para mover agua, especialmente en los campos de arroz, donde este tipo de
construcción comenzó a hacerse esencial. Los primeros molinos chinos comenzaron a
construirse hace 2000 años, aunque no están documentados hasta el 1219.
Otras fuentes apuntan por ello a que los primeros molinos construidos con un uso práctico
fueron construidos en Sistán, Afganistán, en el siglo VII. Estos fueron molinos de eje vertical
con hojas rectangulares. Aparatos hechos de 6 a 8 velas de molino cubiertos con telas fueron
usados para moler trigo o extraer agua.
En Europa los primeros molinos aparecieron en el siglo XII en Francia e Inglaterra y se
distribuyeron por el continente. Eran unas estructuras de madera, conocidas como torres de
molino, que se hacían girar a mano alrededor de un poste central para levantar sus aspas al
viento.
El molino de torre se desarrolló en Francia a lo largo del siglo XIV, Consistía en una torre de
piedra coronada por una estructura rotativa de madera que soportaba el eje del molino y la
maquinaria superior del mismo. Estos primeros ejemplares tenían una serie de características
comunes. De la parte superior del molino sobresalía un eje horizontal. De este eje partían de
cuatro a ocho aspas, con una longitud entre 3 y 9 metros. Las vigas de madera se cubrían con
telas o planchas de madera. La energía generada por el giro del eje se transmitía, a través de
un sistema de engranajes, a la maquinaria del molino emplazada en la base de la estructura.
Los molinos de eje horizontal fueron usados extensamente en Europa Occidental para moler
trigo desde la década de 1180 en adelante. Todavía existen molinos de esa clase, por ejemplo,
en Holanda. En España, los molinos de viento que tan famosos hizo el hidalgo Don Quijote de
la Mancha se empezaron a construir en el siglo XIV o siglo XV (la fecha varía según las fuentes)
como alternativa a los tradicionales molinos de agua, que no podían funcionar en periodos de
sequía.
A finales del siglo XIX la tecnología eólica se llevó a América y allí fue usada para el bombeo
de agua en las granjas y para generar electricidad en hogares e industrias. Este fue el factor
principal que permitió la agricultura y la ganadería en vastas áreas de Norteamérica, de otra
manera imposible sin acceso fácil al agua. Estos molinos contribuyeron a la expansión del
ferrocarril alrededor del mundo, supliendo las necesidades de agua de las locomotoras a vapor.
Las turbinas modernas fueron desarrolladas a comienzos de 1980, si bien, los diseños
continúan desarrollándose El abaratamiento del carbón y el petróleo y el desarrollo de otras
máquinas como la de vapor o el motor de explosión hicieron que el uso de la energía eólica
fuera decayendo progresivamente. Sin embargo, recientemente se han puesto de manifiesto
los problemas que suponen la utilización de energías que son no renovables. Por eso a partir
de los años 70 se retomó el interés en otro tipo de energías, más limpias y renovables.
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Energía eólica
Es la energía que se obtiene del viento, es el aprovechamiento
de la energía cinética de las masas de aire que pueden
convertirse en energía mecánica y a partir de ella en electricidad
y otras formas útiles de energía para las actividades humanas.
En la actualidad este tipo de energía se utiliza para la
producción de electricidad, lo que se consigue mediante
aerogeneradores conectados a las grandes redes de
distribución de eléctrica.
Los parques eólicos construidos en tierra suponen una fuente de
energía cada vez más barata y competitiva, e incluso más
barata en muchas regiones que otras fuentes de energía
convencionales. A demás de la capacidad de proporcionar
electricidad en zonas aisladas a través de instalaciones eólicas
de tamaños reducidos.
A finales del año 2014 la capacidad mundial instalada de
energía eólica ascendía a los 3770GW, generando cerca del 5%
de consumo de electricidad mundial.
Este tipo de energía es un recurso abundante, renovable y
limpio que ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto
invernadero al reemplazar fuentes de energía a base de combustibles fósiles.
Esta energía suele ser bastante estable y predecible a escala anual, aunque suele presentar
variaciones significativas a escalas de tiempo menor.
La energía del viento está relacionada con el movimiento de las masas de aire que se
desplazan desde zonas de alta presión atmosférica hacia zonas adyacentes de menor
presión, con velocidades proporcionales al gradiente de presión.
El viento se genera a causa del calentamiento no uniforme de la superficie terrestre debido
a la radiación solar, entre el 1 y el 2 % de la energía proveniente del Sol se convierte en viento.
Durante el día, los continentes transfieren una mayor cantidad de energía solar al aire que las
masas de agua, haciendo que este se caliente y se expanda, por lo que se vuelve menos denso
y se eleva. El aire más frío y pesado que proviene de los mares, océanos y grandes lagos se
pone en movimiento para ocupar el lugar dejado por el aire caliente.
Para poder aprovechar la energía eólica es importante conocer las variaciones diurnas,
nocturnas y estacionales de los vientos, la variación de la velocidad del viento con la altura
sobre el suelo, la entidad de las ráfagas en espacios de tiempo breves, y los valores máximos
ocurridos en series históricas de datos con una duración mínima de 20 años. Para poder utilizar
la energía del viento, es necesario que este alcance una velocidad mínima que depende del
aerogenerador que se vaya a utilizar pero que suele empezar entre los 3 m/s (10 km/h) y los
4 m/s (14,4 km/h), velocidad llamada "cut-in speed", y que no supere los 25 m/s (90 km/h),
velocidad llamada cut-out speed.
La energía del viento se aprovecha mediante el uso de máquinas eólicas o aeromotores
capaces de transformar la energía eólica en energía mecánica de rotación utilizable. En este
caso el más utilizado es conocido como aerogenerador
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Aerogenerador
Un aerogenerador es un generador eléctrico movido por
una turbina accionada por el viento (turbina eólica). Sus
precedentes directos son los molinos de viento que se
empleaban para la molienda y obtención de harina. En este
caso la energía cinética del aire en movimiento, proporciona
energía mecánica a un rotor hélice que, a través de un
sistema de transmisión mecánico, hace girar el rotor de un
generador, normalmente un alternador trifásico, que
convierte la energía mecánica rotacional en energía
eléctrica. Existen diferentes tipos de aerogeneradores,
dependiendo de su potencia, la disposición de su eje de
rotación, el tipo de generador, etc.
Los aerogeneradores pueden producir energía eléctrica de
dos formas: en conexión directa a la red de distribución convencional o de forma aislada en
función del impacto ambiental y de las turbulencias generadas por el movimiento de las palas.
Las aplicaciones aisladas por medio de pequeña o mediana potencia se utilizan para usos
domésticos o agrícolas (iluminación, pequeños electrodomésticos, bombeo, irrigación, etc.),
Incluso en instalaciones Industriales para desalación, repetidores aislados de telefonía, TV,
instalaciones turísticas y deportivas, etc.
Los sistemas más desarrollados y rentables consisten en agrupaciones de varias máquinas
eólicas cuyo objetivo es verter energía eléctrica a la red. Dichos sistemas se denominan
parques eólicos.
Para aportar energía a la red eléctrica, los aerogeneradores deben estar dotados de un sistema
de sincronización para que la frecuencia de la corriente generada se mantenga perfectamente
sincronizada con la frecuencia de la red.
La energía eólica por sus condiciones de producción caprichosa está limitada en porcentaje al
total de energía eléctrica. Se considera que el grado de penetración de la energía eólica en
grandes redes de distribución eléctrica puede alcanzar sin problemas del 15 al 20% del total
sin especiales precauciones en la calidad del suministro ni en la estabilidad de la red.
Para conocer cuál es la distribución de las velocidades del viento en un lugar determinado
durante el año, se efectúan medidas sistemáticas por medio de anemómetros. Actualmente se
dispone de mapas con las regiones más favorecidas para la instalación de máquinas eólicas
para el aprovechamiento rentable de la energía del viento.
La velocidad del viento aumenta con la altura; por tanto, la hélice del aparato tendrá que
colocarse cuanto más alto mejor (algunas decenas de metros por encima del suelo). También
se procura colocar el aparato lejos de las turbulencias provocadas por obstáculos (árboles,
edificios, etc.). Los emplazamientos más favorables son los cerros o las colinas que dominan
un terreno despejado y las costas marinas.
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Componentes:
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Tipos de Aerogeneradores
Aerogenerador de eje vertical: en este tipo las palas rotan en torno a un eje central
vertical, que presenta tres ventajas fundamentales con respecto a las de eje horizontal.
La sujeción de las palas es de fácil diseño y ejecución.
No precisan sistema de orientación para captar la energía del viento.
Fácil ubicación del tren de potencia, generador y transformador, a nivel del
suelo.
De forma general los aerogeneradores de eje vertical tienen una eficiencia por debajo del 50%
con respecto a los de eje horizontal.
Principio de Funcionamiento
En las versiones originales del diseño de Darrieus, los perfiles
alares están dispuestos de manera que sean simétricos y
tengan un ángulo de aparejo cero, es decir, el ángulo con el que los perfiles alares están
configurados en relación con la estructura en la que están montados. Esta disposición es igual
de efectiva sin importar en qué dirección sopla el viento, a diferencia del tipo convencional,
que debe girarse para enfrentar al viento.
Cuando el rotor Darrieus está girando, los aerodeslizadores se mueven hacia adelante a través
del aire en una trayectoria circular. En relación con la pala, este flujo de aire se añade
vectorialmente al viento, de modo que el flujo de aire resultante crea un pequeño ángulo de
ataque positivo variable a la pala. Esto genera una fuerza neta que apunta oblicuamente hacia
adelante a lo largo de cierta "línea de acción". Esta fuerza se puede proyectar hacia dentro del
eje de la turbina a una cierta distancia, dando un par positivo al eje, lo que le ayuda a girar en
la dirección en la que ya está viajando. Los principios aerodinámicos que hacen girar el rotor
son equivalentes a los de los autogiros y helicópteros normales en auto-rotación.
A medida que el perfil aerodinámico se mueve alrededor de la parte posterior del aparato, el
ángulo de ataque cambia al signo opuesto, pero la fuerza generada aún se encuentra
oblicuamente en la dirección de rotación, porque las palas son simétricas y el ángulo de
aparejo es cero. El rotor gira a una velocidad no relacionada con la velocidad del viento, y
generalmente muchas veces más rápido. La energía que surge del par y la velocidad se puede
extraer y convertir en energía útil utilizando un generador eléctrico.
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Cuando el rotor está parado, no se genera una fuerza de rotación neta, incluso si la velocidad
del viento aumenta bastante, el rotor ya debe estar girando para generar par. Por lo tanto, el
diseño no es normalmente auto-arranque. En condiciones excepcionales, los rotores Darrieus
pueden arrancar automáticamente, por lo que se requiere algún tipo de freno para sostenerlo
cuando se detiene.
Un problema con el diseño es que el ángulo de ataque cambia a medida que la turbina gira,
por lo que cada pala genera su par máximo en dos puntos de su ciclo (parte delantera y
trasera de la turbina). Esto conduce a un ciclo de potencia sinusoidal (pulsante) que complica
el diseño. En particular, casi todas las turbinas Darrieus tienen modos de resonancia en los
que, a una velocidad de rotación particular, la pulsación es a una frecuencia natural de las
aspas que puede causar (eventualmente) la rotura. Por esta razón, la mayoría de las turbinas
Darrieus tienen frenos mecánicos u otros dispositivos de control de velocidad para evitar que
la turbina gire a estas velocidades durante un largo período de tiempo.
Otro problema surge porque la mayoría de la masa del mecanismo giratorio se encuentra en
la periferia y no en el centro, como sucede con una hélice. Esto conduce a esfuerzos
centrífugos muy altos en el mecanismo, que deben ser más fuertes y más pesados que de otra
manera para resistirlos. Un enfoque común para minimizar esto es curvar las alas en una
forma de "batidor de huevos" (esto se denomina una forma de "troposkein", de manera que
sean autosuficientes.
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Aerogenerador con rotor Giromill:
Este tipo de generadores también fueron
patentados por G.J.M. Darrieus. Consisten
en palas verticales unidas al eje por unos
brazos horizontales, que pueden salir por
los extremos del aspa e incluso desde su
parte central. Las palas verticales cambian
su orientación a medida que se produce el
giro del rotor para un mayor
aprovechamiento de la fuerza del viento.
Los modelos de eje horizontal pueden subdividirse a su vez por el número de palas empleado,
por la orientación respecto a la dirección dominante del viento y por el tipo de torre utilizada:
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Monopala: Tienen, en mayor medida, los mismos
inconvenientes que los Bipala, necesitan un
contrapeso en el lado opuesto de la pala, por lo que
el ahorro en peso no es tan significativo.
El emplazamiento
El tamaño de la máquina
Los costes
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Mapas eólicos: Proporcionan una información de ámbito global del nivel medio de los vientos
en una determinada área geográfica, situando las zonas más idóneas bajo el punto de vista
energético.
Perfiles de velocidad: Variación de la velocidad del viento con la altura respecto al suelo,
obtenido por un estudio puntual
Las medidas necesarias para obtener los parámetros indicados se hacen con diversos aparatos,
más o menos sofisticados, pero que están basados principalmente en el funcionamiento del
anemómetro (medidor de la velocidad del viento), en resumen, la elección del emplazamiento
de una máquina eólica es un elemento determinante cara a su explotación, y depende de
forma casi total del potencial eólico de la zona, aunque el tamaño de la máquina también suele
influir en la decisión final.
El criterio de elección del tamaño de la máquina eólica es su coste, aunque hay que contemplar
asimismo su aplicación. Así, si se desea producir energía eléctrica para distribuir a la red, es
lógico diseñar una planta eólica mediana o grande mientras que, si se trata de utilizar esta
energía de forma aislada, será más adecuada la construcción de una máquina pequeña, o
acaso mediana.
Finalmente, el tamaño de la planta eólica determina el nivel de producción y, por tanto, influye
en los costes de la instalación, dentro de los que cabe distinguir entre el coste de la planta
(coste por kW) y el coste de la energía (coste por kW.h).
Costes:
En las plantas de gran potencia el coste de la instalación presenta economía de escala hasta
ciertos límites tecnológicos, cuanto mayor sea la instalación, menor será su coste por kW. Sin
embargo, el coste de la energía depende de diferentes factores variables.
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Sin embargo, la rentabilidad de las pequeñas máquinas puede resultar positiva si se tiene en
cuenta su ámbito de aplicación, lugares aislados donde el coste de la energía de la red es muy
superior al coste en los grandes centros de consumo, una vez añadidos los gastos de instalación
de la línea.
Ventajas y desventajas
ventajas
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12. Los sistemas del sistema eléctrico permiten estabilizar la forma de onda producida en
la generación eléctrica solventando los problemas que presentaban los
aerogeneradores como productores de energía al principio de su instalación.
13. Al contrario de lo que puede ocurrir con las energías convencionales, la energía
eólica no produce ningún tipo de alteración sobre los acuíferos ni por consumo, ni por
contaminación por residuos o vertidos. La generación de electricidad a partir del
viento no produce gases tóxicos, ni contribuye al efecto invernadero, ni destruye la
capa de ozono, tampoco crea lluvia ácida. No origina productos secundarios
peligrosos ni residuos contaminantes. Cada KW/H de electricidad generada por energía
eólica en lugar de carbón, evita:
14. Posibilidad de construir parques eólicos en el mar, donde el viento es más fuerte, más
constante y el impacto social es menor, aunque aumentan los costes de instalación y
mantenimiento. Los parques offshore son una realidad en los países del norte
de Europa, donde la generación eólica empieza a ser un factor bastante importante.
15. La electricidad producida por un aerogenerador evita que se quemen diariamente
miles de litros de petróleo en las centrales térmicas. Ese mismo generador produce
idéntica cantidad de energía que la obtenida por quemar diariamente 1.000 Kg. de
petróleo. Al no quemarse esos Kg. de carbón, se evita la emisión de 4.109 Kg. de CO2,
lográndose un efecto similar al producido por 200 árboles. Se impide la emisión de 66
Kg. de dióxido de azufre -SO2- y de 10 Kg. de óxido de nitrógeno -NOx- principales
causantes de la lluvia ácida.
16. La energía eólica es independiente de cualquier política o relación comercial, se
obtiene en forma mecánica y por tanto es directamente utilizable. En cuanto a su
transformación en electricidad, esta se realiza con un rendimiento excelente y no a
través de aparatos termodinámicos con un rendimiento de Carnot (de energía) siempre
pequeño. Al finalizar la vida útil de la instalación, el desmantelamiento no deja huellas.
Desventajas
El aire al ser un fluido de pequeño peso específico, implica fabricar máquinas grandes y en
consecuencia caras. Su altura puede igualar a la de un edificio de diez o más plantas, en tanto
que la envergadura total de sus aspas alcanza la veintena de metros, lo cual encarece su
producción.
Desde el punto de vista estético, la energía eólica produce un impacto visual inevitable, ya que
por sus características precisa unos emplazamientos que normalmente resultan ser los que
más evidencian la presencia de las máquinas (cerros, colinas, litoral). En este sentido, la
implantación de la energía eólica a gran escala, puede producir una alteración clara sobre el
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paisaje, que deberá ser evaluada en función de la situación previa existente en cada
localización.
Un impacto negativo es el ruido producido por el giro del rotor, pero su efecto no es más
acusado que el generado por una instalación de tipo industrial de similar entidad, y siempre
que estemos muy próximos a los molinos.
1. El viento en si no es confiable: para que las aspas de una turbina eólica se muevan
tiene que haber viento. Y como todos sabemos no podemos calcular con certeza cuándo
y con qué intensidad soplará el viento, lo que hace posible que un día no se genere
energía si ese día no hay viento.
2. Los terrenos en la costa son costosos: en la costa es en donde más sopla el viento, pero
generalmente esos terrenos son más costosos, lo que incrementa el costo de generar
electricidad mediante energía eólica.
3. Las granjas eólicas son feas: esta desventaja es más bien cuestión de gustos, pero hay
gente que dice que una turbina eólica rompe con la armonía de la vista.
4. Las turbinas eólicas matan aves: con la altura de la torre, más la longitud del aspa,
estas pueden llegar a superar los 30 metros de altura, y las aves no están
acostumbradas a tener objetos extraños a esas alturas, lo que hace que algunas de
ellas se estrellen contra las aspas. Ya se está trabajando en sensores que alerten a los
pájaros de las turbinas, así como sensores que detectan parvadas y paran el
funcionamiento de las turbinas, pero por el momento sigue siendo una desventaja
Durante los últimos años, los avances en tecnología eólica se han centrado en la sofisticación
de los aerogeneradores para hacerlos más adaptables a diferentes condiciones
meteorológicas y aumentar su productividad. También se han tenido en cuenta aspectos de
diseño para facilitar su montaje y hacerlos más accesibles para su mantenimiento.
Las ventajas y los números de la eólica siguen llamando la atención al sector de la innovación
y la tecnología y están surgiendo nuevos proyectos, algunos ya en funcionamiento, que están
aportando mejoras significativas en la generación de energía.
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Palas más grandes y articuladas
Uno de los aspectos en los que se está trabajando para aumentar la potencia de los
aerogeneradores es la magnitud de las palas. Una de las propuestas más recientes es la
presentada por investigadores de la Universidad de Virginia y el Laboratorio Nacional Sandia,
en Estados Unidos, que están trabajando en una pala de 200 metros de largo que podría hacer
posible la creación de turbinas de 50 MW, lo que supondría un aumento sustancial en
comparación con la potencia actual que se sitúa aproximadamente en 8 MW en palas de hasta
84 metros de largo.
La ampliación del tamaño de las palas tiene un motivo claramente económico, ya que cuanto
más diámetro tiene el rotor más energía puede generar un aerogenerador, es decir, cuanto
más largas sean las palas más se reducirá el coste de la electricidad.
Las colocaciones de estas grandes palas suponen un gran reto a nivel logístico: ¿cómo
transportar las palas hasta las instalaciones y cómo construir las torres eólicas con unas grúas
de medida insuficiente? A pesar de todo, ya hay empresas que dedican sus esfuerzos a innovar
en este ámbito para poder construir torres de hasta 400 metros, como las “grúas trepadoras”.
Además de palas más grandes, se está desarrollando otro concepto, el de Eric Loth, ingeniero
mecánico y aeronáutico, que apuesta por articular las palas, lo que permitiría que se plegaran
según la fuerza del viento: en condiciones óptimas se mantendrían abiertas y se cerrarían en
casos de viento extremo.
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Máximo eficiencia con poco viento
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Conclusión
La energía eólica utiliza un recurso renovable, el viento, sin generar contaminación en aire,
agua o suelo; con escasa ocupación exclusiva del terreno y con leve impacto en el medio
ambiente.
Las molestias provocadas por la energía eólica tienen efectos localizados y reversibles, los
cuales a menudo se pueden superar mediante soluciones técnicas sin influir en la fuente de
energía. No representa un peligro serio para el medio ambiente a diferencia de las formas
tradicionales de energía, cuyos impactos pueden ser generales, permanentes y costosos en su
eliminación.
La energía eólica representa hoy en día una de las fuentes energéticas más baratas,
competitivas y con una tecnología de explotación completamente madura. Los países más
avanzados en su política energética ya han emprendido una línea clara de introducción del uso
de la energía eólica en sus sistemas de producción de energía.
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