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¿Por qué los Judíos no Aceptan a

Jesús?

¿Por qué los Judíos no aceptan a Jesús?


Por Dan ben Avraham
La pregunta presupone que lejos de aceptarlo, se ha rechazado. ¿Por
qué? Si más de mil millones de seres humanos de entre las naciones, en
la actualidad lo reconocen como el Mesías, ¿por qué no los judíos? Antes
de abordar el asunto, tres cosas deben ser aclaradas:

a) Que no es cierto que todos los judíos han rechazado a Jesús como Mesías.

Siempre ha habido un remanente de judíos que hemos creído que Jesús


es el mesías. Desde los días cuando vivió hasta el momento presente. Sin
embargo, sí es cierto que la mayoría del pueblo judío como tal y de las
autoridades políticas y religiosas de Israel, desde los días de Jesús, como
gobierno, han rechazado la idea de considerar a Jesús el
Mesías judío. Basado en esto, se puede afirmar que efectivamente,
Israel como nación, incluyendo al pueblo judío en su mayoría, e
incluyendo sus gobernantes y oficiales, no han reconocido a Jesús como
el Mesías.

b) Segunda aclaración. Preferimos hablar de Yeshua en vez de Jesús en nuestros escritos


y debates toda vez que es el nombre correcto y la figura histórica correcta, desde nuestra
perspectiva histórica.

Para nosotros, como estudiantes y seguidores judíos de Yeshua, al


hablar de “Jesús” lo relacionamos más con la fabricación teológica
posterior que tuvo lugar varias generaciones después de Yeshua, que
con el real judío Yeshua que nació de padres judíos, vivió entre judíos,
enseñó entre judíos y fue sepultado judíamente en los días cuando
gobernó Israel, el prefecto romano, Poncio Pilato (26-36 e.c.) . Para evitar
deslices interpretativos, usaremos el nombre de Yeshua preferiblemente
sobre el de Jesús.

c) Tercera aclaración: cuando hablamos del “mesías” no nos estamos refiriendo a los
cientos de mesías que ha conocido nuestro pueblo sobre la base del significado etimológico
del término y las funciones dadas a sacerdotes y reyes de Israel.

Restringimos el significado a una persona en particular, con una “unción”


particular y con una asignación particular relacionada con la redención
final de Israel y del mundo, subrayada en el hecho de llamarlo
“HaMashiaj” (El Mesías) como diferente al resto de los muchos “mesías”
que nuestra historia hebrea ha visto y reconocido. Aclarado esto,
retomemos nuestro tema redefiniéndolo así: ¿Por qué los judíos no
aceptan a Yeshua? O mejor aun: ¿Por qué la mayoría de nuestro pueblo,
y gobernantes, a lo largo de los últimos 2,000 años, no reconocen a
Yeshua como Mesías?

Criterios para establecer la identidad del Mesías: La Biblia


Hebrea Exclusivamente
Es la Biblia Hebrea, la que ofrece las reglas para determinar la identidad
del Mesías, no ninguna otra fuente textual y por supuesto, no el Nuevo
Testamento. Por lo tanto, no podemos buscar las exigencias de las
Escrituras Hebreas con relación al Mesías, fuera de la Biblia Hebrea, sea
el Nuevo Testamento, los escritos de los “padres de la iglesia” o los
escritos talmúdicos. Debemos siempre buscar en la Biblia Hebrea las
credenciales que indican la identidad del Mesías.

El concepto del Mesías, las funciones del Mesías y la


identidad del Mesías tiene que ser encontrado en la
Biblia Hebrea, la base textual primaria y fundamental
para determinar la identidad del Mesías. Por tanto,
solamente lo que la Biblia Hebrea nos diga acerca de las
características y requisitos que debe llenar cualquier
aspirante a Mesías, son válidos y normativos. Los
requisitos establecidos por la Biblia Hebrea para
considerar a una persona “el Mesías” claramente indican
que:
a) El Mesías debe ser un rey, descendiente de David que se siente en
el trono de David y que desde allí administre y guíe la vida nacional de
Israel. (1 Samuel 7; Salmo 2, Salmo 45; Isaías 9 y 11, etc).
Yeshua nunca fue coronado rey, nunca se sentó en el trono de David,
nunca restauró el reino a Israel y nunca fue ungido para ser rey de Israel.
¿Cómo puede entonces el pueblo judío aceptarle como el Mesías si ese
requisito no fue cumplido por Yeshua?

No solamente Yeshua no fue coronado rey, sino que


cuando amigos fueron a buscarlo para proclamarlo rey,
según fuentes antiguas, él mismo se escondió de ellos y
declinó el nombramiento (Yojanán –Juan- 6:15) rehusando
ser proclamado rey.
Es evidente que fundamentado en este requisito del TaNaJ, Yeshua no
podía ser proclamado el Mesías de Israel porque no cumplió con esa
exigencia.
b) La persona que califique para la posición de “El Mesías” deberá
mostrarlo no solamente siendo rey, sino también en segundo lugar,
concluyendo el exilio judío y trayendo a todos los judíos del mundo de
vuelta a su tierra como una clara evidencia del cumplimiento de tales
exigencias que encontramos en el TaNaJ. Devarim(Deuteronomio)
30:1-3; Isaías 11:1-12; Jeremías 30:1-3; 32: 36,37; Ezequiel 11:17; 36:
24-27 para nombrar algunos.
Yeshua nunca hizo eso. Aun cuando expresó la idea, nunca la consumó.
Simplemente no lo logró, independientemente de considerar el asunto
diciendo por ejemplo: a) “no ser enviado sino a las ovejas perdidas de la
Casa de Israel” y de “un solo rebaño y un solo pastor”, b) “tengo ovejas que
no son de este redil, a las cuales debo traer también” y c) “vayan a todas
las naciones y búsquenme las ovejas perdidas de la Casa de Israel”, etc., .
La realidad histórica es que nunca logró cumplir con esta segunda
exigencia. Por tanto, sobre la base de este hecho histórico verificable,
¿cómo podría el pueblo judío y los gobernantes de Israel reconocerle
como Mesías?

c) El Templo de Jerusalén deberá ser re-edificado por el Mesías


según las exigencias dadas por los profetas, como lo expresaron Isaías
(2:2,3; 56:6-8; 60:7; 66:20), Ezequiel (37:26-37), Malaquías ( 3:2-4) y
Zacarías (14:19-22) para nombrar algunos.
Yeshua nunca logró esta exigencia en primer lugar porque el Templo ya
existía en sus días y por tanto no podía hacerlo, mostrando así que si en
realidad hubiera sido el Mesías, vino en un momento incorrecto lo cual
demostraría error de cálculo en Di-os (lo alenu) enviándolo en el tiempo
incorrecto.

El hecho de que vino en un tiempo cuando no podía


cumplirse la profecía, anulaba de entrada su
candidatura por falta del escenario necesario para su
aparición y además, por el hecho de que efectivamente
nunca lo hizo en sus días. Aun cuando él habló del tema
según fuentes antiguas (“Destruid este templo y en tres
días lo re-edificaré” -Yojanán 2:19), la realidad histórica
es que no lo hizo.
¿Cuál es entonces realidad histórica? Que el Templo fue destruido 40
años después de Yeshua y aun hasta el día de hoy no ha sido
reconstruido todavía. ¿Cómo entonces nombrarlo el Mesías?

d) Según las Escrituras Hebreas, el Mesías debe establecer una edad


de paz, justicia y prosperidad para todos, tanto el pueblo judío en
particular, como el resto del mundo en sentido general. De esto
hablaron los profetas hebreos como es el caso de Isaías ( 2:1-9; 60:
15-18); Oseas 2:19,20), Miqueas ( 4:1-4), para nombrar algunos.
¿Trajo Yeshua esa edad de paz y justicia, prosperidad y bienestar para
Israel y para el mundo? No, no lo hizo, todo lo contrario, después de él es
cuando más odio, guerras y rumores de guerras se han levantado en el
mundo y fueron sus propios discípulos tardíos, llamados
cristianos, junto al sistema político-religioso creado, el Cristianismo, los
que llenaron al mundo de sangre inocente en las Cruzadas, las
Inquisiciones y los actos anti-semitas más salvajes que la historia
humana podría recordar, incluyendo el Holocausto del siglo 20. No
solamente eso, el Cristianismo, supuestamente los representantes de
“Cristo (el Mesías)” en el mundo, causaron muchas veces que las
naciones del globo terráqueo vieran a los judíos como “los asesinos de
Cristo” sembrando así el antisemitismo más irracional que alguna vez
haya existido en las cuatro esquinas de la tierra. ¿cómo podría el pueblo
judío reconocerlo como el Mesías?

e) El Mesías será el mayor catalizador para que todos los judíos del
mundo no solamente regresen del exilio, sino que además, abracen la
Toráh y sus mandamientos como normativos para la vida judía. Esto
es evidente en el mensaje Moisés (Deut. 30: 7-10); Jeremías ( 31:30-
32); Ezequiel ( 11:19,20; 36:26.27; 37: 23,24) para nombrar algunos.
El hecho de que Yeshua no logró convencer a los judíos de sus días a
retornar a la Toráh y sus mandamientos y el hecho de que
supuestamente sus estudiantes tardíos no solamente no lo hicieron, sino
que además enseñaron que la Ley había sido abrogada por el propio
Yeshua y que ahora “ya no estamos bajo la Ley sino bajo la Gracia” y por
tanto, la Ley (Torah) había sido reemplazada por la “Gracia”, y el hecho
de que hoy día la realidad es que la mayoría de los judíos no están
conectados realmente con la Toráh ni guardando sus mandamientos
¿cómo podría el pueblo judío aceptarle como Mesías si precisamente una
de las marcas y exigencias para establecer la identidad del Mesías es que
el candidato cumpla con este requisito del TaNaJ que Yeshua no logró ni
en sus días ni en los nuestros?

f) El Mesías causará que todos los hombres de la tierra abandonen


sus ídolos y reconozcan al Di-os de Israel como el Uno y Único Di-os
verdadero y le sirvan de corazón puro. Esto es evidente del mensaje de
los profetas hebreos, como es el caso de David ( Salmo 86:9 ); Isaías
( 45:23;66: 22.23), Jeremías ( 31:30-33); Ezequiel (38:23); Sofonías
(3:9) y Zacarías (3:9; 8:23; 14:9-16) por nombrar algunos.
¿Logró esto Yeshua? Absolutamente no, no lo logró. No solamente no lo
logró, sus representantes tardíos, los cristianos, han llenado el mundo de
idolatría y distorsionado el mismo principio de la Unidad y Unicidad de
Di-s con ideas teológicas extrañas al estricto monoteísmo hebreo.

El abandono de la idolatría y el reconocimiento del Di-


os de Avraham, Yitzjak y Yaakov, el Di-os de Israel como
el único Di-os verdadero y el servicio a este Único Dios,
en toda la tierra, es algo que evidentemente aun no ha
ocurrido, que Yeshua no logró y por tanto, no llenó
tampoco este requisito para ser reconocido como Mesías.
¿Cómo entonces podría Israel aceptarle como su Mesías?
g) El Mesías debe ser un descendiente físico de la tribu de Judá
(Génesis 49:10), descendiente biológico de David ( 2 Samuel 7:12-
14) y descendiente biológico de David por la vía de su hijo Salomón (
2 Reyes 22:9,10), para calificar como candidato legítimo al trono de
David. Esto es evidente en el TaNaj, como lo demuestran los textos
previamente mencionados.
Si miramos las genealogías presentadas por el Nuevo Testamento es
evidente que Yeshua no desciende de David por la vía de Salomón, sino
por la vía de Natán según Lucas (3:31) y es bien sabida la teología
cristiana del “nacimiento virginal” donde se enseña que Yeshua no tuvo
padre humano (Mateo 1:14ss) sino solamente madre, pues fue
engendrado “por obra y gracia del Espíritu Santo” como el cristianismo
tradicional enseña.

El hecho es que aunque su madre fue judía, el derecho a


la monarquía como al sacerdocio, como a la herencia de
la tierra, solamente se establece por la vía del padre, no
de la madre.
Basado en esto, para que un aspirante al trono de David califique, su
padre, no su madre, tiene que ser descendiente biológico de David y este
pareciera no ser el caso de Yeshua. Si evidentemente Yeshua tampoco
llenó este requisito, por no tener padre humano ni descender
biológicamente de David vía Salomón, ¿cómo podría el pueblo judío
reconocerlo como el Mesías?

Siete Criterios Incumplidos

Hemos presentado Siete Criterios fundamentales que son algunos hechos


centrales, aunque podríamos citar algunos más. Por supuesto, cualquiera
puede presentarse y afirmar que es el Mesías prometido al pueblo de
Israel. E incluso, un grupo de personas pueden presentarse y afirmar que
su candidato es el Mesías de Israel.

Esto en sí no es una violación de la Toráh ni constituye


una herejía. Es perfectamente entendible que si alguien
cree ser el Mesías, lo diga abiertamente. El asunto no es
que lo diga, o que otros lo digan por él, el asunto es que
cumpla los requisitos establecidos en el TaNaJ para
calificar como el Mesías.
Si el candidato, independientemente de sus buenas intenciones no
cumple con todas estas exigencias del TaNaJ, incluso, si cumple las
mayorías, pero no todas, entonces es imposible para el pueblo judío
reconocerle como el Mesías del cual hablaron Moshé y los Profetas de
Israel.

La razón por la cual el TaNaJ nos ofrece todas estas


exigencias es precisamente para no ser engañados ni por
candidatos con buenas intenciones (que los hemos
tenido) ni por candidatos con malas intenciones (que
también los hemos tenido). Aparentemente Yeshua
pensó en un punto determinado de que él era el Mesías y
no importa cuán mal fueran las cosas, al final Di-s mismo
lo rescataría de las manos de sus enemigos y lo salvaría y
lo mostraría al pueblo judío como su Mesías.
Al ver que lejos de salvarlo de los romanos, estaba siendo humillado y
asesinado brutalmente, gritó, según la Biblia Cristiana, en profundo
dolor y desconcierto: “¡Di-os mío, Di-os mío, por qué me has
desamparado?” (Mt.27:46). Luego de su muerte, sus estudiantes
procuraron explicar la gestión fracasada de su mesías explicando que los
requisitos del TaNaJ por el cual se califica la autenticidad y
legitimidad de todo pretendiente a Mesías sería alcanzada en un
“segundo intento” cuando Yeshua “regresaría” de nuevo, muy pronto, en
sus propios días, para cumplir todos estos requisitos mencionados y
solamente entonces Israel le reconocerá como el Mesías.

Mientras tanto, ellos irían por el mundo buscando


conversos para su Maestro que volvería, según su
promesa, en su propia generación. El tiempo pasó y el
Maestro no regresó en la generación de sus estudiantes
originarios y el resultado ha sido que en algún futuro
cercano, tal promesa tendrá lugar y Yeshua volverá a
esta tierra para cumplir todas las exigencias del TaNaJ
para todo aspirante a Mesías.
Por supuesto, el propio reconocimiento de que Yeshua tiene que venir
por una “segunda vez” para cumplir su misión mesiánica exigida por el
TaNaJ es el mejor reconocimiento de que efectivamente no lo hizo en los
días de su vida en la tierra de Israel. El argumento mismo así lo
demuestra. Y es precisamente este reconocimiento el que da la base al
pueblo judío para no reconocerlo como Mesías pues demuestra
claramente que aun sus propios discípulos reconocen que su candidato
no cumplió con ninguno de los requisitos exigidos por el TaNaJ como han
sido presentados arriba y que su candidato requiere de una “segunda
oportunidad” para lograrlo.

El pueblo judío ha decidido “esperar” a que tal regreso


tome lugar, los requisitos sean cumplidos por Yeshua o
por cualquier otro candidato para estar “seguros” que es
el Mesías y no un fallido Mesías o, peor aun, un falso
mesías probado que a) Yeshua no cumplió con lo exigido
por el TaNaJ y b) no hay evidencias en el TaNaJ que el
Mesías viene una vez, falla en cumplir los requisitos
exigidos por la Escritura Hebrea y regresa una “segunda
vez” varios milenios más tarde, para cumplir lo que no
hizo la primera vez. El pueblo judío, en su mayoría,
prefiere un candidato a mesías que tenga un perfil
mucho más claro y en línea con los requisitos del TaNaJ
establecidos previamente.
Si esto es así, ¿por qué nosotros, los discípulos del Ríbi Yeshua insistimos
que sí es el Mesías y que sí cumplió con las exigencias del TaNaj en los
días de su vida aquí en la tierra de Israel?

¿Es que estamos leyendo otra TaNaJ? ¿O estamos delirando? ¿O


estamos ciegos y no vemos la verdad de la Toráh? ¿O las cosas no son
necesariamente como han sido expuestas arriba?
Vamos a responder a estos hechos en próximas entregas. ¡No te las
pierdas!

Continuará…

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ha sido confiado para nuestra generación.

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