Вы находитесь на странице: 1из 7

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

MINISTERIOS LAICALES

TRABAJO:

SÍNTESIS DE LECTURAS

PROFR. CARLOS JESÚS MARTÍNEZ PINEDA

ALUMNA ALMA LOURDES PÉREZ ROMERO

QUERÉTARO, QRO., 08 DE DICIEMBRE DE 2017.


ARTÍCULO # 1: LOS MINISTERIOS, ESPECIALMENTE LAICALES, EN UNA IGLESIA
“MISTERIO DE COMUNIÓN PARA LA MISIÓN”.

SÍNTESIS:
Es un artículo escrito por el Profr. Raúl Berzosa Martínez, Obispo Auxiliar de Oviedo, en
su escrito va describiendo sobre los diferentes Documentos de la Iglesia que a partir del Conci-
lio Vaticano II se han publicado en relación al Ministerio de los laicos en la Iglesia; documentán-
dose también en diferentes libros que se han escrito sobre este tema hasta 2007. De manera
sintética da a conocer su contenido y la importancia que ellos tienen empezando por LG; nos
comparte la profundización teológica de la Iglesia lo cual favorece que cada vez se ve más
claro el ministerio de los laicos. Esta reflexión Mons. Berzosa la hace abarcando cinco aspectos
y una reflexión final:

 Ministerios, carismas y funciones en una Iglesia “misterio de comunión para la misión”;


 Profundizando en el tema de los ministerios desde la sana Tradición eclesial;
 Los ministerios laicales en el nuevo Código de Derecho Canónico;
 A vueltas con la Instrucción Vaticana del año 1997;
 Últimas aportaciones sobre el tema de los ministerios laicales (desde 2001 hasta 2007).
 Palabras finales

A continuación intentaré sintetizar cada uno de los puntos anteriores.

1. Ministerios, carismas y funciones en una Iglesia “misterio de comunión para la misión”.

La Iglesia es misterio de comunión, es decir, es una realidad penetrada por la presencia de


Dios, por lo que no es abarcable, cada estudio que se haga de ella, invita a nuevas profundiza-
ciones. Nos dice Mons. Berzosa: “El misterio de la Iglesia no es un mero objeto de conocimien-
to teológico, sino un hecho vivido”. Cada Iglesia particular personifica sacramentalmente el
misterio de Iglesia única la cual se organiza en torno a la comunión y a la misión a ejemplo de
la Trinidad. Éstos elementos, comunión y misión, interactúan entre sí, modelan la Iglesia y
sustentan su eclesialidad.

Es comunión con Dios Padre en el Hijo, por el Espíritu Santo a la vez que comunión con
los hermanos gracias a la participación en la vida teologal de Dios; comunión que se hace
fraternidad y es a la vez don y tarea y tiene como características: comunitariedad, pluriformidad
en la unidad, libertad de los hijos de Dios, reciprocidad, participación y corresponsabilidad mutua.

La misión se realiza como una proyección de la comunión. Tiene su origen en el proyec-


to trinitario de la historia de la salvación. Tiene, además un significado trinitario y teologal. Es
tarea histórica, descrita como servicio y diálogo interreligioso e intercultural, cuyas mediaciones
son anuncio, compromiso transformador y testimonio martirial. Su fin es la glorificación y culto a
Dios, por lo que la misión se compone de: evangelización, catequesis, celebración de la fe y vi-
vencia y expresión de la misma a través del ejercicio de la caridad y el compromiso social, per-
sonal y comunitario.

2. Profundizando en el tema de los ministerios desde la sana Tradición eclesial.-

Todos estamos llamado a poner al servicio de los demás los dones, funciones, carismas y
ministerios que Dios, a través de su Espíritu Santo suscita en la Iglesia. San Pablo nos habla
de ello en varias de sus cartas, hablando también de varios ministerios: apóstol, profeta, doctor, y
responsables de las comunidades a quienes llama colaboradores, evangelistas y pastores. Por
ello podemos decir que desde sus orígenes la Iglesia es carismática y ministerial. La evolución
histórica de los ministerios es muy compleja. Hay una clasificación de los ministerios en la que
muchos teólogos coinciden:

a. por designación expresa de Jesús, por ejemplo los apóstoles;


b. por designación del Espíritu Santo, se señalan en algunas cartas paulinas;
c. por designación de la Iglesia, colaboradores que nos describen en las cartas paulinas.

Mons Berzosa nos señala que el ministerio ordenado garantiza la continuidad apostólica y
sirve a la unidad de los diversos carismas y ministerios. Reflexiona que los documentos como
Ministeria quaedam, Evangelii Nuntiandi, profundizan en el papel del ministerio laical y lo acla-
ran, precisando su importancia en la vida de la Iglesia; el Nuevo Catecismo de la Iglesia Cató-
lica habla de la participación de los laicos en las funciones profética, regia y sacerdotal; y
Christifideles Laici recuerda que el laico vive su inserción en la Iglesia desde la diversidad de
carismas, que éstos son dones para la participación y corresponsabilidad en la vida de la Igle-
sia y que los ministerios se fundamentan en el bautismo y confirmación, y, para muchos en el
matrimonio; orienta la distinción de ministerios laicales ocasionales, estables no sacramentales
o instituídos y ministerios sacramentales y públicos estos últimos tienen como fundamento el
sacramento del orden.

El Concilio Vaticano II redescubre que el conjunto de carismas y ministerios, ordenados y


laicales son los que hacen posible la existencia de la Iglesia Trinitaria.

3. Los ministerios laicales en el nuevo Código de Derecho Canónico

El nuevo Código nos habla de tres novedades sobresalientes: intentar una nueva funda-
mentación constitucional; introducir un nuevo criterio epistemológico en la Iglesia; y la individua-
lización de un nuevo protagonista en el ordenamiento jurídico, el fiel.

Todo bautizado forma el pueblo de Dios, participando de la misma misión sacerdotal,


profética y real de Cristo. La vocación común de todo bautizado es la de cooperar en la
edificación de la Iglesia y la de actuar la misión que tiene que cumplir por mandato de Cristo en
el mundo. Cada cristiano la cumple según sus funciones y su propia condición jurídica.

El Código valora grandemente la posición eclesial del laico, y lo coloca en 1er. lugar en el
esquema del Pueblo de Dios, creó un repertorio de derechos y deberes de los laicos, apoyado
en la doctrina conciliar del Vaticano II, radicados en la participación sacramental, menciona, las
funciones de enseñar, santifica y regir, qué le compete al laico. Numera tres oficios especiales:
predicar en una iglesia u oratorio, juez eclesiástico y superior general de los Institutos de Vida
Consagrada y de Sociedades de Vida Apostólica laica, señalando que en estos tres oficios,
colaboran en el ejercicio de la Palabra o del poder de jurisdicción jerárquico. Observaciones:

 La doctrina canónica sobre los laicos se ha enmarcado en una eclesiología


conciliar
 El deber de gobernar es contemplado sólo como cooperación en el ejercicio del
poder ministerial en términos de suplencia, la cual puede ser otorgada como
potestad de régimen en una Iglesia y, potestad sagrada que se da por el
sacramento del orden.

4. A vueltas con la Instrucción Vaticana del año 1997

Ratifica lo contemplado en Chk nos. 23 y 15, e insiste en no confundir los ministerios y


funciones otorgados por el orden sacerdotal con las otorgadas por designación a los fieles
laicos. Cada uno tiene su modo esencial de participación en el único sacerdocio de Cristo. La
Instrucción retoma a Pastores Dabo Vobis, para clarificar más los dos sacerdocios, al
mencionar aspectos del sacerdocio ministerial. Lo que hace notar una terminología apropiada,
utilizar la palabra ministerio en el caso de la jerarquía y funciones al hablar de los laicos.

La Instrucción especifica con claridad la participación de los laicos en el ministerio de la


palabra, el ejercicio de párroco en caso de escasez de sacerdote, en relación a cura de almas,
no en el dirigir o coordinar, moderar o gobernar que solo es competencia del sacerdote; es
necesario dar prioridad al diácono e incluso al sacerdote mayor. La Instrucción especifica
claramente la participación de los laicos en organismos de colaboración en la Iglesia particular,
en las celebraciones litúrgicas y celebraciones sacramentales.

Mons. Berzosa nos hace notar la necesidad de saber mirar siempre el futuro con valentía,
creatividad, confianza, imaginación, apertura y sano discernimiento.

5. Últimas aportaciones sobre el tema de los ministerios laicales (desde 2001 hasta
2007)
En seguida hace referencia interesante y sintética a libros y diccionarios escritos por
diferentes autores que hacen reflexiones teológicas con respecto a los ministerios laicales y
que favorecen la participación de los laicos en los diferentes ministerios, haciendo alusión a
ministerios nuevos que van apareciendo de acuerdo a las necesidades que van surgiendo en la
sociedad y en las Iglesias particulares.

El aprendizaje con el que me quedo es que a través de esta lectura puedo ahora valorar y reconocer la
grandeza de la vocación y misión de los laicos, su lugar tan importante que tienen en la Iglesia, algo que
desconocía en parte y que no le concedía importancia. Ahora puedo ver con admiración y respeto
(maestros y compañeros en UNIVA, personas con las que conviví muy de cerca en la Parroquia de San
Miguel Arcángel en Ayutla, Jal., -son en quienes he visto su ministerio más de cerca- principalmente) la
participación que están realizando en los diferentes ministerios a los que son llamados.
Artículo # 2: Situación actual de los Ministerios Laicales.

Síntesis:

Es un artículo escrito por el Profr. Emilio Delgado en el que inicia su reflexión sobre los minis-
terios laicales desde la persona y misión de Jesús, el fiel servidor de Padre que no vino a ser
servido sino a servir. Al igual que Mons. Berzosa, aborda el ministerio desde la Trinidad, y la
Encarnación del Verbo como dos elementos esenciales para los ministerios laicales. Del
sacerdocio de Jesús somos partícipes, colaboradores, por lo que somos servidores, actitud de
servicio que ilumina a los ministerios laicales.

“Hay una ministerialidad global de la Iglesia y un ministerio de la reconciliación de la hu-


manidad con Dios y consigo misma, la que se expresa y distribuye en ministerios particulares:
ministerio del orden y ministerios de los laicos” (cfr. B. Sesbué).

El autor hace una diferencia entre ministerios laicales y ministerios de los laicos, seña-
lando que los ministerios de los laicos provienen del bautismo, y los ministerios laicales son
partícipes del ministerio ordenado, en cualquiera de sus funciones: Palabra, Sacramentos y
Guía de la comunidad. El ministerio laical capacita para realizar las tareas que le sean enco-
mendadas en cualquiera de las funciones o munus propias del ministerio ordenado.

Continúa su estudio a través de los siguientes aspectos:

1. El Magisterio

Hace referencia a los documentos del Concilio Vaticano II que hablan de los ministerios lai-
cales, los Decretos AA y AG y la Constitución Dogmática LG; y a los que surgieron después como:

 Ministeria Quaeam (1972) de Pablo VI, en donde se aborda la reforma de las llamadas
Órdenes Menores, (Acolitado y Lectorado), que son ministerios ejercidos y propios de
los laicos. En EN (1973) el mismo Pablo VI amplía la lista de ministerios y se abre a la
posibilidad de otros que puedan surgir de acuerdo a las circunstancias actuales.
 Más tarde Juan Pablo II es quien da respuesta a necesidades de su tiempo con el fin
de poner relación la fe y la situación vital del mundo en documentos como NMI, en ChL
y un discurso a la Congregación del Clero.
 El Catecismo de la Iglesia Católica en varios momentos se refiere a las funciones
profética, regia y sacerdotal.
 El Código de Derecho Canónico también hace lo suyo en varios de sus cánones.
 En Sacramentum Caritatis se hace referencia a la Instrucción del 97 en sus núms. 75 y 50.
 La Instrucción Vaticana del año 1997, es llamada la brújula orientadora por ser el docu-
mento más completo dedicado a los ministerios laicales, la cual fue escrita por ocho
dicasterios romanos, la cual aborda temas como la colaboración de los fieles laicos en
el sagrado ministerio de los sacerdotes, expone algunos principios teológicos, sobre
todo en relación entre los distintos sacerdocios, y hace algunas precisiones acerca de
varios de los ministerios regulándolos.
 La Conferencia Episcopal Española, también ha realizado algunas aportaciones en su
documento Cristianos laicos, Iglesia en el mundo (1992), motivando a obispos y presbí-
teros promoverán y confiarán a los laicos, de acuerdo a las disposiciones vigentes, los
ministerios y servicios que requiera la animación de sus comunidades.

2. La teología

El autor percibe que solo unos pocos teólogos se han dedicado a fondo a la reflexión teo-
lógica con respecto a los ministerios laicales, que incluso en algunos de ellos se da imprecisión
en el lenguaje, usando indistintamente ministerios laicales y ministerios de laicos.

Algunos de los temas más abordados son la relación con el ministerio ordenado, que a su
vez remite a la fundamentación teológica y jurídica de los m.l. La teología se desarrolla:

 en relación con el bautismo y sus consecuencias,


 se ve la necesidad de que los m.l. tengan una cierta estabilidad,
 es necesario que los m.l. sean delegados (confirmados) por el obispo para su visi-
bilidad en la comunidad y su oficialidad o legitimidad.
 Hay valores que o pueden reducirse a racionalidad ni funcionalidad, como a comu-
nión y a sacramentalidad eclesiales.
 Los ministros asumen una responsabilidad delegada por la Iglesia que puede darse
de modos:
 formal: verbalmente, carta de misión, institución (acólito, lector y ministro extra-
ordinario de la comunión), otras celebraciones litúrgicas. Esto es de carácter
litúrgico o jurídico,
 Simple reconocimiento del hecho.
 La aparición u mayor o menor abundancia de los m.l. dependen de las necesidades
de la Iglesia en un momento y lugar determinado, dependen de qué necesitan las
comunidades en cada época para ser las comunidades de Jesús y cumplir su
misión, es a lo que invitan los documentos del Magisterio.
 La teología tiene que discernir en su propio campo, para evitar decisiones
precipitadas, lo dice la Instrucción de 1997.

3. La práctica de los ministerios laicales (m.l.)

Es necesario distinguir dos aspectos:


3.1 El ejercicio mismo de los ministerios
 La presión de los hechos ante las necesidades evidentes ha sido un factor de evolu-
ción y progreso mayor que el desarrollo propiamente teológico de los ministerios.
 Se habla de falta de formación de los ministros.
 Resistencia de feligreses tradicionales que entorpecen el ejercicio de los ministros.
 Cuando el planteamiento ha sido correcto, su labor ministerial es coherente con su
misión específica de transformar a sociedad.
 En todas partes se van ampliando los ministerios de acuerdo a las necesidades que
surgen en la comunidad.

3.2 Organización y coordinación

 Hay acciones y logros importantes


 En Alemania se ha presentado que laicos hacen discernimiento vocacional, con alta
formación teológica, como carrera profesional y con estatuto económico.
 En América del Centro y en el Sur es donde han avanzado más.
 En una Diócesis de Texas (Fort Worth) tienen una escuela para adultos que están
realizando algún ministerio o lo van a realizar.
 Existen ya los delegados diocesanos en muchas diócesis, y en Uruguay una Comi-
sión Nacional de Ministros Laicales, en México una Comisión Episcopal responsable
de las vocaciones que ocasionalmente convoca a encuentros de responsables
diocesanos de m.l. con plan de formación propio de carácter genérico.
 Los ministerios en su mayoría se dan en América Latina de acuerdo a movimientos y
comunidades de base, en el entorno de las clases populares.

El autor concluye que en la actualidad vemos los m.l. como:

 una gracia de Dios para su Iglesia ante la escasez de sacerdotes,


 una respuesta madura del laico, que se manifiesta adulto en su fe,
 una necesidad de la Iglesia.

Los documentos de la Magisterio y los estudios de los teólogos concluyen en interinidad,


provisionalidad, suplencia cuando hablan de los m.l., sin embargo cabe preguntarnos si no es
el Espíritu Santo el que actualmente está originando estos ministerios y tal vez nuevos que
tengan carácter de permanencia.

He de reconocer que este artículo, en un inicio se me hizo repetitivo y su lenguaje literario no


agradable para mí, sin embargo, conforme fui avanzando en la lectura me ayudó a retroalimentar lo que
vi en la materia de Teología Pastoral sobre la participación de los laicos en la misión de la Iglesia y, en
el artículo anterior. La lectura del Decreto Apostólicam Actuositatem, la Constitución Dogmática Lumen
Gentium (en Teología Pastoral) y la Instrucción Vaticana de 1997, ahora, para entender mejor estos
artículos, favorecieron mi comprensión sobre el ministerio laical. Con el autor Emilio Delgado, yo
también me hago preguntas: ¿qué hará surgir el Espíritu Santo en breve tiempo por las necesidades que
actualmente presenta la Iglesia? ¿serán los laicos que comparten ahora la espiritualidad y misión de mi
Instituto, quienes en un futuro, sigan dando vida al carisma eucarístico-mariano que el Espíritu Santo
suscitó y desarrolló en la Iglesia en 1885 a través de mi fundadora y del Instituto? Soy la responsable
del grupo de los Adoradores Laicos en mi comunidad y, veo con admiración, gratitud e interés como el
Espíritu Santo los va guiando y, su testimonio motiva mi vida consagrada.

Вам также может понравиться