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Estrategias de intervención con adolecentes por consumo de drogas

UNIDAD 15

Elementos para la intervención


familiar por consumo de drogas

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ÍNDICE

OBJETIVOSESPECÍFICOS ........................................................................................................................................................................4
INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................................................................4
1. EVALUACIÓNFAMILIARPORCONSUMODEDROGAS..................................................................................................6
1.1. FACTORES DE VULNERABILIDAD FAMILIAR: RIESGO Y PROTECCIÓN ...................................... 6
1.1.1. ELEMENTOS DE BASE PARA LA EVALUACIÓN FAMILIAR ............................................ 6
1.1.2. FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN FAMILIAR EN RELACIÓN A LA ESTRUCTURA Y
AL FUNCIONAMIENTO FAMILIAR .............................................................................................. 16
1.2. CARACTERÍSTICAS DE FUNCIONAMIENTO DE FAMILIAS CON ADOLESCENTES CON
CONSUMO DE DROGAS ................................................................................................................. 25
1.2.1. MODELO HOMEOSTÁTICO ....................................................................................... 26
1.2.2. FASES DEL COMPORTAMIENTO FAMILIAR POR CONSUMO DE DROGAS: ................ 31
1.2.3. CONDUCTAS FAMILIARES DE CODEPENDENCIA........................................................ 33
1.3. ORIENTACIONES A FAMILIAS CON PRESENCIA DE CONSUMO DE DROGAS...................... 38
3.1. FAMILIA CON ADOLESCENTE CON PROBABLE CONSUMO DE DROGAS ............................ 40
3.2. FAMILIA CON ADOLESCENTE CON CONSUMO DE DROGAS ............................................. 41
COMENTARIO FINAL.......................................................................................................................... 46
REFERENCIAS ........................................................................................................................................................................................ 47

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FAMILIAS EN EL ABORDAJE DE LA DROGODEPENDENCIA

OBJETIVO ESPECÍFICO

Evaluar elementos básicos para una intervención familiar por consumo problemático de drogas

INTRODUCCIÓN
Para el adolescente el grupo de pares adquiere mucho poder, lo aleja de la familia; la

autonomía que ostenta y su control necesita ser renegociado; las nuevas ideas y valores

que sustentan acerca del sexo, política, vestimenta, estilos de vida, perspectivas del futuro

y drogas requieren de un diferente interlocutor. Si los cambios no se suceden puede

aparecer en el adolescente el síntoma droga, como una solución inadaptativa de la familia.

Cuando hay problemas en la familia, estas generalmente identifican al adolescente, por la

naturaleza crítica y transicional de su etapa, como el paciente enfermo de la familia

(Zabaleta, 2001, p. 140).

Se le invita a revisar el siguiente video:

https://www.youtube.com/watch?v=N4AvZDZxOTA

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Dada la importancia de las familias en el desarrollo de las personas, se requiere comprender la
complejidad familiar y su relación con el consumo de drogas, emergiendo algunos factores de
riesgo y protección que podrían atenuar o aumentar la probabilidad de consumo por parte de los
adolescentes que las integran. En la adolescencia, tareas propias de los ciclos de desarrollo
individual y familiar, pueden ubicarse como protectores o de riesgo, entre ellas, las tareas de
individuación y autonomía son muy significativas. El adolescente quiere y debe lograr grados de
autonomía e independencia de sus padres, así como lograr su propia identidad. Para la familia,
también constituye una tarea el apoyar al hijo(a). Sin embargo, la calidad del apoyo es muy
variable, por los propios procesos de los adultos y de la familia en sí. Este y otros factores, podrían,
en un momento, conjugarse con otros y afectar la decisión del adolescente por consumir o no
drogas. Ciertamente la vulnerabilidad para el consumo de drogas responde a múltiples factores,
no exclusivamente familiares, por ejemplo, individuales, sociales, políticos, económicos, entre
otros. Así también la propia vulnerabilidad de la familia está impregnada de factores
transgeneracionales, relativos a culturas familiares, fuertemente imbuidos por el momento y las
circunstancias históricas, sociales y políticas de la etapa en que toca desarrollarse y que
determinan la forma de ser y vivir en familia. Los(as) adolescentes presentan una especial
vulnerabilidad dadas sus características y necesidades de su etapa de desarrollo, demandando
apoyo familiar permanente, teniéndose presente el riesgo en esta etapa de desarrollar un
consumo de drogas, sea por validación social ante pares y/o una forma de manejarse con
sentimientos dolorosos, la ansiedad y la frustración. Suelen emerger preguntas como: “¿qué
factores son los que se presentan que constituyen riesgos para el consumo?” o “¿cómo vivencian
las familias el consumo de drogas por parte de sus hijos(as), qué hacer al respecto?”, entre otras.
Esta unidad se procurará reflexionar al respecto y responder a estas y otras interrogantes.

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1. EVALUACIÓN FAMILIAR POR CONSUMO DE DROGAS

1.1. FACTORES DE VULNERABILIDAD FAMILIAR: RIESGO Y PROTECCIÓN

1.1.1. ELEMENTOS DE BASE PARA LA EVALUACIÓN FAMILIAR

¿QUÉ ES FAMILIA?

El concepto de familia difiere de una cultura a otra e inclusive dentro de una misma cultura,
cambia de un momento histórico a otro, según el devenir y los cambios culturales que esa
sociedad experimente. Cada persona posee un modelo construido socialmente que define qué es
familia o qué es ser familia, independientemente que su propia experiencia haya sido más o
menos gratificante. Esta construcción es transgeneracional, la familia es el único grupo humano
que no muere, sino que se transmite de generación en generación. Por ejemplo, en las familias
hay ocasiones en que se señala “es como su abuelo, los mismos gustos, los mismos gestos y hasta
el tipo de humor es igual”. Así, cuando Ud. relata tal o cuáles formas de ser familia,ocurre que en
esa construcción se hacen presente sus padres, sus abuelos, bisabuelos, etc. Cuando su
experiencia no ha sido gratificante, igualmente impacta en su modelo de familia y en la
construcción de la propia. Ejemplo: “Mi padre era un alcohólico, yo no quiero eso para mi familia,
especialmente para mis hijos. Por lo mismo, en esta casa no hay tragos, ni les permito que beban,
independiente que ya sean grandes”; o sea, este ha sido un parámetro que ha impactado en su
propia forma de ser familia, desde el ejemplo, pueden deducirse condicionantes, entre otros, para
los límites, los roles, las negociaciones con los hijos, los permisos, inclusive los desacuerdos y
conflictos.

La temática familia siempre estará presente en todos los tipos de intervenciones profesionales,
dado que es el grupo de referencia por excelencia, de ahí, emerge la necesidad de revisar su
concepto y características, de modo tal de minimizar el carácter subjetivo en las intervenciones,
sean estas preventivas o de acompañamiento y facilitación del cambio. Como señala Alwyn (2002,
p. 11):

Ninguna aproximacion a la familia es neutra, sino que está basada en presupuestos o

axiomas básicos que habitualmente no se discuten, y que dan origen a diferentes visiones

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o perspectivas que se encuentran incluso conformando el sustrato de estos diversos

enfoques.

¿CUÁNDO SURGE LA FAMILIA?

Es difícil identificar una fecha exacta. La Guía de educacion civica (BCN, s. f.) señala que la familia
tuvo un desarrollo histórico que se inicia con la horda. Al parecer, la primera forma de vínculo es
el consanguíneo. Con el correr del tiempo, las personas se unen por vínculos de parentesco y
forman agrupaciones como las bandas y tribus. Las actividades de la agricultura obligan contar con
muchos brazos, de allí, entonces, la necesidad de tener muchos hijos e integrar en el núcleo
familiar a parientes, todos bajo un mismo techo. Con la industrialización, las personas y sus
familias se trasladan a las ciudades, se divide y especializa el trabajo, los matrimonios ya no
necesitan muchos hijos y económicamente no pueden mantenerlos; surge la familia nuclear o
conyugal que contempla al padre, la madre y los hijos.

Algunas características de vínculos de parentesco que se han dado en la historia y que se


establecen en dicha publicación, son :

 La horda: hombre y mujer se unen con fines de procreación, búsqueda de alimentos y defensa.
Sus miembros no tienen conciencia de vínculos familiares y la paternidad de los hijos es
desconocida.

 El matriarcado: el parentesco se da por la vía materna. La mujer-madre es el centro de la vida


familiar y única autoridad. Su labor es cuidar a los niños y recolectar frutos y raíces para la
subsistencia; en tanto el hombre se dedica a la caza y la pesca. La vida que llevan es nómade.

 El patriarcado: la autoridad pasa paulatinamente de la madre al padre y el parentesco se


reconoce por la línea paterna. Se asocia con el inicio de la agricultura y, por consecuencia, con
el sedentarismo. El hombre deja de andar cazando animales y la mujer se dedica a la siembra y
cosecha de frutas y verduras. Se establecen todos juntos en un lugar, hombres, mujeres y
niños. Estando asegurada la subsistencia, la vida se hace menos riesgosa y más tranquila. El
grupo humano se estabiliza y crece. Se practica la poligamia, es decir, la posibilidad de que el
hombre tenga varias esposas, lo que conlleva a un aumento de la población.

 La familia extendida: basada en los vínculos consanguíneos de una gran cantidad de personas,
incluyendo a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás. En la residencia
donde todos habitan, el hombre más viejo es la autoridad y toma las decisiones importantes de
la familia, dando además su apellido y herencia a sus descendientes. La mujer, por lo general,
no realiza labores fuera de la casa o que descuiden la crianza de sus hijos. Al interior del grupo
familiar, se cumple con todas las necesidades básicas de sus integrantes, como también la
función de educación de los hijos. Los ancianos traspasan su experiencia y sabiduría a los hijos y

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nietos. Se practica la monogamia, es decir, el hombre tiene solo una esposa, particularmente
en la cultura cristiana occidental.

 La familia nuclear o “conyugal”: está compuesta por padre, madre e hijos. Los lazos familiares
están dados por sangre, por afinidad y por adopción. Habitualmente, ambos padres trabajan
fuera del hogar. Tanto el hombre como la mujer buscan realizarse como personas integrales.
Los ancianos, por tamaño de la vivienda y tiempo de sus hijos, se derivan a hogares dedicados a
su cuidado. El rol educador de la familia se comparte con la escuela, los niños y jóvenes, en
muchos casos, son influenciados valóricamente por los amigos, los medios de comunicación y
la escuela.

En esta evolución histórica, hay una fuerte influencia de la cultura patriarcal, concretamente en la
construcción de la forma de ser familia, asignándosele caraterísticas que se reconocen hasta el día
de hoy. Sin embargo, en el devenir del tiempo, se desarrollan cambios sociales y culturales, que
han impactado la forma de ser familia.

¿QUÉ CAMBIOS SURGEN O SE VIVENCIAN?

Principalmente, cambios sociales influidos por la globalizacion y las nuevas tecnologías de


comunicación, que pueden resumirse en (Sánchez, 2000):

a) Mayor integración de la mujer a la educación media y superior

b) Incorporación de la mujer al mundo del trabajo remunerado, lo que provoca un cambio en los
roles tradicionales de proveedor económico hasta, entonces, atribuido al hombre e
independencia para tomar decisiones y realizar actividades como, por ejemplo, adquirir ciertos
artículos, incluidos bienes de mayor cuantía si lo realiza bajo la denominacion de patrimonio
reservado, esto implica que la mujer que trabaja remuneradamente y de modo independiente
del marido, puede tener un patrimonio que se denomina reservado (Artículo 150 del Código
Civil de Chile).

c) Uso de métodos de planificación familiar. La mujer puede, entonces, decidir sobre su


sexualidad reproductiva.

d) Democratización de la familia en los usos y costumbres de la vida cotidiana. Dado los cambios
sociales, el modelo de familia patriarcal, donde el padre ostentaba un poder tan amplio como
indiscutido, que tanto mujeres como hijos debían obedecer, se sustituye por un vínculo
diferente donde la afectividad tiene el peso más importante.

e) Reducción del tamaño de la familia. La decisión de no querer tener hijos o la definición del
número de hijos que se desea y la aceptación social de esa libertad individual es una innovación
reciente en la historia de la humanidad.

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f) Aparición de nuevas formas de convivencia. La comprension de qué es familia, actualmente
difiere respecto de las tradiciones más arraigadas desde las cuales se entendía por familia a un
único modelo, asimilable a la familia nuclear, es decir, un padre, una mdre y los hijos nacidos
de ese matrimonio. Hoy en día, se producen cambios sociales y culturales al respecto y se
entiende por familia diversas formas de constituirla, incluye a aquellos que conviven sin estar
casados, para la mujer sola que vive con sus hijos, entre otras opciones.

En Chile, se ha presentado una tendencia a la nuclearización de la familia, es decir, es posible


observar parejas con o sin hijos, disminución del número de hijos, mayor cantidad de niños y niñas
nacidos fuera del matrimonio, aumento de hogares monoparentales, jefaturas de hogar femenina,
entre otros.

¿CÓMO CONCEPTUALIZAR A LA FAMILIA?

La conceptualización de familia es abordada desde diferentes disciplinas, tales como la sociología,


el derecho, la antropología. Una definición ampliamente utilizada es la proporcionada por la
Comisión Nacional de la Familia de Chile (1993) que la define como “un grupo social, unido entre sí
por vínculos de consanguinidad, filiación (biológica o adoptiva) y de alianza, incluyendo las uniones
de hecho cuando son estables” (CONACE, 2005). Carlos Sluzky1 señala que la familia es un
“conjunto en interacción, organizado de manera estable y estrecha en función de necesidades
básicas con una historia y un código que le otorgan singularidad; sistema cuya cualidad emergente
exede la suma de las individualidades que lo constituyen” (Fuentes, 2001).

Por tanto, se estará frente a una familia cuando en aquel grupo se produzca una interrelación
permanente, con una organización que le es propia, donde cada uno desarrolle sus roles,
orientados a la satisfaccion de necesidades básicas como alimentación, abrigo, afecto, identidad,
entre otras, entendiendo que lo que acontece a uno de sus miembros es el resultado de la forma
de ser familia, en su totalidad.

Estas características se traducen en diversas formas de organización de familias (CONACE 2005,


pp. 6 y 7) que dan paso a las tipologías familiares:

TRADICIONALES

1
Psiquiatra, terapeuta familiar. Director del Instituto de Investigación Mental de Palo Alto, California, (1975
– 1983). Ha escrito más de 200 libros, capítulos y artículos en publicaciones profesionales, y es un preciado
conferencista en congresos y workshops en los cinco continentes acerca de terapia familiar, redes sociales,
epidemióloga social, migración, violencia, refugiados y derechos humanos.

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1) Familia nuclear: integrada por dos generaciones de padres e hijos. Se rige por un principio de
parentesco, existiendo un predominio de la afectividad por sobre lo económico.

 Familia nuclear simple: pareja sin hijos.


 Familia nuclear biparental: padre/madre, con uno o más hijos.
 Familia nuclear monoparental: uno de los padres y uno o más hijos.

2) Familia extensa: es una familia trigeneracional compuesta por miembros de consaguinidad.

La familia extensa se constituye por sobre la unidad nuclear, extendiéndose más allá de dos
generaciones y basándose en los vínculos de sangre de una gran cantidad de personas, incluyendo
a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás. Por ejemplo, la familia de triple
generación incluye a los padres, a sus hijos casados o solteros, a los hijos políticos y a los nietos.
Incluye relaciones de ascendencia (padres, abuelos/as), colaterales (hermanas/os, cuñado/as,
primos/ as), y de descendencia (hijas/os, yernos, nueras, sobrinas/os, nietas/os).

 Familia extensa simple: una pareja sin hijos y otros miembros parientes.
 Familia extensa biparental: padre y madre, con uno o más hijos y otros parientes.
 Familia extensa monoparental: padre o madre, con uno o más hijos y otros parientes.

3) Familia compuesta: vincula al grupo de familia consanguínea y/o de afinidad, a personas sin
nexos de parentesco como amigos, ahijados o pensionistas (personas que pagan por una
habitación):

 Nuclear y/u otros parientes y otros no parientes.


 Jefe de hogar y/u otros parientes y/u otros no parientes.

4) Familias extensas y compuestas: se les considera como modelos más “tradicionales” de


familia. Su persistencia y crecimiento se ha asociado con estrategias de las familias urbanas
para enfrentar la crisis económica por la que atraviesan las diversas sociedades. Por ejemplo:
Dos hermanas casadas comparten vivienda y alimentación y, mientras una u otra trabajan, se
organizan para atender a los niños y cuidar la casa. Otro ejemplo, una familia que reside en una
ciudad con más laternativas para estudiar y/o trabajar, acoge en su casa a los sobrinos y
parientes que se trasladan a buscar mejores expectativas de vida.

Es necesario considerar la familia de origen.

5) Familia de origen: familia de donde provienen los cónyuges o convivientes que han formado
una nueva familia. La mayoría de las personas funcionan paralelamente en dos sistemas
familiares: el núclear actual (pareja y/o hijos) y la familia de origen (donde inició su existencia).

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ACTUALES.

a) Familia reensamblada, simultánea, superpuesta o reconstituida: formada por una pareja con
o sin hijos comunes, que uno de ellos o ambos, integran sus hijos de uniones conyugales
anteriores. La familia reconstituida más antigua, es aquella familia conformada por las figuras
del padrastro o madrastra. Ej. La Cenicienta.

Esta forma de familia reensamblada o simultánea, puede presentar tres variaciones:

 Un miembro de la pareja tiene hijos de la relación anterior.


 Los dos miembros de la pareja tienen hijos de una relación anterior.
 Hijos de relaciones anteriores de uno u otro e hijos de la nueva relación.

b) Grupos fraternos: hermanos, tíos-sobrinos, abuelos-nietos.

c) Familias homoparentales (hombres con hombres; mujeres con mujeres): algunos países
definen a la familia como una pareja establecida, sin hacer alusión a su carácter heterosexual
u homosexual.

En Chile, este año 2015 con los debates y la aprobación de la Ley de Acuerdo de Vida en Pareja
(AVP) en el Congreso, para regular los efectos jurídicos de la vida afectiva común, tanto para
uniones hetero como homosexuales, con o sin hijos, cuyas convivencias no tenían ningún tipo de
reconocimiento y que, además, permitiera regular su régimen patrimonial, de salud, previsional y
de herencias, por ejemplo: ser carga en el sistema de salud (isapre o Fonasa).

Al respecto, el ministro vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, señaló: “Estamos dando un paso
histórico para construir un Chile más inclusivo que reconoce las diversas formas de familia” (La
Segunda Online, 2015).

OTRAS UNIDADES DE CONVIVENCIA

 Estructura unipersonal u hogar unipersonal: corresponde a personas solas que no comparten


la vivienda, surge por opción o por necesidad.

 Hogar o unidad doméstica: es una estrategia de sobrevivencia. Lo imprescindible es la relación


económica de sus componentes. Por ejemplo: un grupo de amigos que se unen para vivir
juntos y compartir los gastos de arriendo de una habitacion y de alimentación.

No existe una única forma de ser familia, el modelo que cada persona tiene introyectado es su
propia construcción de familia, es válido para sí misma, más no para comprender y apoyar a
aquellas otras familias con las cuales se trabaja o brinda apoyo profesional, solo conociéndolas
desde su singularidad es posible apoyarles en el desarrollo de sus funciones. Estas funciones se
dan en una estructura familiar relativamente estable que sostiene sus tareas, siendo una de las

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esenciales apoyar al proceso de formación de identidad, de individuación y autonomía del
adolescente, que implica entre otros valores, la construcción de su proyecto de vida y la entrega
de un sentido de pertenencia, considerando su individualidad. La familia desarrolla sus funciones a
través de una diferenciación dada por los subsistemas familiares, cada uno de ellos con sus roles,
funciones y tareas específicas.

FUNCIONES DE LA FAMILIA

La Comisión Nacional de la Familia distinguió en su informe (1993) cuatro funciones básicas para la
familia (CONACE, 2005, pp. 7-9):

1) La reproducción en su interior. Función reproductora que posibilita la parentalidad a lo largo


de la crianza.

2) La transmisión y recreación de la cultura. Se reconoce a la familia la capacidad de socializar


valores o pautas de comportamiento en lo que se refiere a lo cognitivo, lo ético y lo estético.
Este aprendizaje se da en el marco de un encuentro intergeneracional y de género.

3) Una función de intermediación entre la cultura y la sociedad. La familia sirve a sus miembros
y a los de la sociedad dentro de la cual participa en la medida que todos estos sirven a aquella.

4) La familia como unidad económica. La familia contemporánea mantiene su condición de


unidad de consumo (a través de la cual es posible el sustento de las necesidades materiales
del núcleo, como la adquisición de bienes y productos, preparación de alimentos, nutrición,
recreación, traslado y apoyo permanente a los niños, etc.) y prestadora de servicios,
especialmente, vinculados a la formación y el desarrollo de las personas. Además, las familias
con sus redes de apoyo y solidaridad desempeñan un rol fundamental en la sobrevivencia de
sus miembros. En situaciones de dificultad económica tienden a fortalecerse las redes de
solidaridad y cooperación intrafamiliar.

Neira (1998), tomando el aporte de varios autores propone, por su parte, las siguientes funciones
para la familia:

a) El establecimiento de lazos entre los miembros de la pareja.


b) La procreación y las relaciones sexuales entre los miembros de la pareja.
c) Dar a los niños un nombre y un estatus.
d) El cuidado básico de los niños (y de los familiares).
e) La socialización y educación de los niños (y de sus padres).
f) La protección de sus miembros.
g) Proveer cuidado afectivo y recreación a los miembros de la familia.
h) Proveer servicios y recursos a los miembros de la familia.

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Se le sugiere revisar el siguiente video de Producción NubeNegra con el apoyo
de Red Salud UC: https://www.youtube.com/watch?v=M8FDlPfpn2I

ESTRUCTURA Y PROCESOS FAMILIARES

En los sistemas familiares se consideran los aspectos estructurales de la familia: cuántos miembros
la integran, el tipo de familia que constituyen, los subsistemas existentes, los límites internos y
externos de la familia, los roles que cada miembro cumple, la manera en que forman alineamiento
y el manejo del poder (Minuchin, 1997, citado en Hidalgo, 1999). Cada familia tiene una estructura
que contempla una organización por subsistemas familiares, reglas respecto de cómo, con quién y
cuándo se interrelacionan, regulando la conducta de cada miembro, la comunicación, los roles y
las expectativas entre sus integrantes.

La estructura de relaciones de la familia es mantenida y se manifiesta a través de los procesos de


comunicación, roles y normas (reglas). El intercambio de inputs y outputs entre los subsistemas
familiares es controlado y cumplido a través de estos procesos familiares (Escartin, 1992, p. 59).

Subsistemas familiares (Quintero , 1997 y Aylwin, 2002):

La familia como un todo, es un sistema social organizado a través de subsistemas a fin de cumplir
sus metas y funciones. Así se identifican, básicamente, tres subsistemas:

 El subsistema conyugal o de pareja, formado precisamente por la pareja que da vida a un


nuevo sistema familiar y que le imprime su sello particular, creando los principios
fundamentales que orientan a todo el sistema familiar y que, a su vez, sostiene dinámicas de
interacciones específicas de sí mismo, como el intercambio sexual, por ejemplo.

El subsistema fraterno conformado por los hermanos, en este subsistema los hermanos(as)
aprenden a compartir, a resolver diferencias y conflictos, a negociar, entre otros. Es
importante, que los padres les permitan desarrollar su experiencia y explorar sus modos de
interactuar, dada la importancia de su modelamiento para otras relaciones sociales, con otros o
internos y externos a la familia.

 El subsistema parental o paterno filial, conformado por los padres (o adultos significativos),
para asumir la tarea de crianza de los hijos, es necesaria su diferenciación con los otros
subsistemas. Por otro lado, es dable reconocer el riesgo de invasión entre los subsistemas, por

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ejemplo, el subsistema de pareja puede reafirmarse o debilitarse con respecto al subsistema
parental.

Los subsistemas conyugal, fraternal y parental están en recíproca interacción, pero, asimismo,
gozan de una autonomía relativa. Los tres subsistemas implican diversidad de roles y de identidad,
así, el padre es tal en relación a sus hijos, pero es cónyuge en relación a su mujer (subsistema
conyugal); lo mismo sucede con los hijos que, a su vez, son hermanos (subsistema fraternal).

Según la composición y estructura familiar, es dable la existencia de otros subsistemas, por


ejemplo un subsistema de los abuelos. Así cada persona desarrolla, al menos, dos roles que
implican derechos y deberes, los cuales suponen sistemas normativos, legitimidad, formas de
control social y restricciones de conductas.

LÍMITES

Los límites señalan quiénes están dentro y quién fuera del sistema familiar. El límite de la familia
es la diferenciación que el sistema realiza entre lo que le es perteneciente (“yo”, “mío”, “nosotros”
o “nuestro”) y lo que no pertenece a él (“los otros”, “otra gente” y “ellos”) (Aylwin 2002). Estos
límites se van desarrollando y consolidando en el proceso de ser familia, que transcurre a través
de diversos estadios conocidos como ciclo vital familiar. Constituye una de las grandes tareas al
inicio de la constitución de la familia, para así dar paso a la propia cultura familiar, es decir, a su
modo particular de ser y vivir en familia. Por ejemplo: al comienzo, habrán de negociar entre las
costumbres de una u otra familia, por ejemplo, en una pareja, una parte señala que los domingos
en su familia, siempre, se han reunido todos y deben ir a la casa de su familia de origen, la otra
parte, alude que en su familia era día de absoluto descanso y pasaban solos sin reunirse con otros
parientes. Situación que tendrán que definir en términos de los límites externos, hacia y con las
familias de origen de cada uno de la pareja, para pasar a un modo de vivenciarlo desde sus propias
costumbres familiares. Los límites establecen la forma de participación de los integrantes de la
familia en los subsistemas, quienes participan y cómo lo hacen. Su función es separar y distinguir
un subsistema de otro. Estos límites, se observan:

 Abiertos: cuando los límites se establecen en función de los sistemas jerárquicamente


superiores. Hay un intercambio de funciones con el ambiente. Por ejemplo: entre el subsistema
de pareja y subsistema fraterno, sin diferenciación de tiempos, espacios, temas, etc.

 Cerrados: no existe intercambio con el medio ambiente, autónomos en sus límites. Por
ejemplo, la familia como sistema no se interrelaciona con el sistema total, concretamente no
participa en ninguna instancia, viviendo hacia dentro de la familia. Otro ejemplo: entre el
subsistema de pareja y subsistema fraterno, hay marcadas diferencias, sin haber espacios,
tiempo, ni temas compartidos. Cada uno se desarrolla en espacios fuertemente delimitados.

En virtud de las características de los límites, pueden señalarse:

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a) Límites funcionales: permiten algún grado de influencia externa y posibilitan que el subsistema
pueda responder a demandas del entorno sin perder su identidad y autonomía relativa.

b) Límites disfuncionales: límites excesivamente cerrados (rígidos). El subsistema se aísla y no


responde a las demandas de su entorno, o excesivamente abiertos (difusos) y el subsistema
pierde sus fronteras y se fusiona con el contexto que lo rodea, perdiendo las funciones propias
que desempeñaba antes de ser absorbido.

Según como se vivencien los límites en la familia, existirían tipos de familias, correspondientes a:

a) Familia óptima: tiene límites claramente definidos entre sus subsistemas y las personas que los
conforman. Son permeables, permiten la comunicación y el intercambio interno; al percibir las
tensiones se movilizan para protegerse mutuamente, buscan soluciones. Cumplen funciones
protectoras y de socialización. Mantienen relación flexible con el medio, facilitando la
autonomía de sus miembros.

b) Familias aglutinadas, amalgamadas o sobreenvueltas: límites difusos, excesiva fusión entre


sus componentes, se invade permanentemente el espacio de otros subsistemas sin establecer
diferenciación entre ellos. Poca autonomía e independencia y alto nivel de solidaridad.
Propensos a sobrecargarse con tensiones externas e internas.

c) Familias disgregadas: límites muy rígidos, poca comunicación y contacto emocional, excesiva
independencia. Sus miembros carecen del sentido de lealtad y pertenencia o son muy
precarios. Se les dificulta depender y pedir apoyo. Son difíciles de movilizar en procesos de
cambio y de apoyar situaciones tensionantes de alguno de sus miembros.

 Comunicación: concepto que se emplea para denotar el intercambio de símbolos significativos,


vocales y gestuales. Puede considerarse que una familia tiene un estilo característico de
comunicación. Estos modelos característicos de interacción operan dentro de los límites de la
familia y en transacciones con sistemas externos. Por lo tanto, una familia individual tiene un
sistema único de modelos de comunicación que influye fuertemente en la conducta de sus
miembros (Escartín, 1992, p. 59).

 Roles: los roles son usados continuamente como proceso para ordenar la estructura de
relaciones dentro de la familia (Escartín, 1992). Así, los roles definen las tareas que se espera
que cada uno de los miembros del sistema cumpla.

 Poder: influencia relativa que cada miembro de la familia tiene en el resultado de una acción.

 Alianza: se entiende la unión y el apoyo mutuo que se dan entre sí, dos personas. La alianza
supone compartir intereses sin estar dirigida contra nadie.

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 Coalición: la unión de dos miembros contra un tercero. Es un acuerdo de alianza establecido
para mutuo beneficio de los aliados frente a un tercero. La coalición divide a la tríada en dos
compañeros y un oponente.

Los factores de vulnerabilidad familiar respecto del consumo de drogas desde los adolescentes,
tiene relación con las circunstancias familiares, atribuibles a su estructura, procesos de desarrollo
y funcionamiento que pueden constituirse en factores de riesgo, aumentando la probabilidad del
consumo o factores de protección, disminuyendo o anulando la probabilidad del consumo.

1.1.2. FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN FAMILIAR EN RELACIÓN A


LA ESTRUCTURA Y AL FUNCIONAMIENTO FAMILIAR

La adolescencia es una etapa de fuertes tensiones y tareas para la familia, la que requiere
flexibilizarse y ajustar su funcionamiento a las nuevas demandas, así las familias que permanecen
sin incorporar los cambios necesarios, experimentarían una desestabilización que podría adoptar
características de factores de riesgos familiares para el normal e integral desarrollo tanto del
adolescente como de la familia como sistema.

Existe abundante evidencia respecto de la relación entre variables del funcionamiento familiar y
dependencia a sustancias. Así por ejemplo, se encuentran los hallazgos de los siguientes estudios
(Iraurgi y cols., 2004, citados en CONACE, 2005, p. 30):

 Otero y cols. (1989) y Herman y cols. (1993) confirman la relación entre uso de drogas y un
ambiente familiar conflictivo y hostil.

 Lyons (1996), Spooner (1999), Charvoz y cols. (2002) y McArdle y cols. (2002), destacan el
hallazgo de dificultades en la comunicación familiar en familias con un miembro dependiente
de sustancias.

 Vielva y cols. (2001) encuentran que existe una menor satisfacción con el funcionamiento
familiar tanto desde la percepción de los hijos como de los padres en aquellas familias en las
cuales los hijos consumen drogas.

 Malkus (1994) ofrece evidencias que apoyan la hipótesis de que los jóvenes procedentes de
familias con más recursos (aquellos aspectos sociales, emocionales y físicos que hacen que la
familia sea menos vulnerable y más capaz de tratar con factores estresantes) son menos
susceptibles de tener problemas de abuso de drogas.

 Vecino (1990), Carvalho y cols. (1995), McQueen y cols. (2003) y Coviello y cols. (2004) exponen
una relación entre uso de drogas entre uno de los integrantes de la familia y presencia de un
alto nivel de estrés en la misma.

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
Según Hawkins (, citado en Zavaleta, 2001, p. 147) existen factores de riesgo cuando hay presencia
de:

Problemas en el manejo de la familia.


 Expectativas que no están claramente definidas en relación a las conductas esperadas.
Falta de control.
Disciplina inconsistente o dura.
 Falta de relaciones fuertes y de cariño.
Conflictos matrimoniales (o de la pareja de los progenitores).
 Aprobación del uso del alcohol o de la droga.
Abuso del tabaco, el alcohol o de otras drogas por parte de los padres.
 Expectativas bajas en relación al éxito esperado del niño(a).
Historia de alcoholismo en la familia.

Galindo y otros (citados en Zavaleta, 2001, p. 151) basándose en sus investigaciones, señalan que
existe un perfil de vulnerabilidad predictivo del consumo de drogas en hijos adolescentes, cuyos
factores más importantes son:

 Baja cohesión familiar.

 Dificultades para tomar decisiones y solucionar sus problemas con la participación democrática
de todos sus miembros.

 Dificultades en la comunicación entre padres e hijos, especialmente entre el padre y el hijo(a)


adolescente.

 Escasas rutinas familiares que contribuyan a un buen nivel de organización familiar.

 Mínimas fuentes de apoyo en la familia y en el entorno para el adolescente en problemas.

 Escasa atención al rendimiento académico de los hijos.

Bajo nivel ocupacional de los padres y poca importancia al rendimiento laboral por parte de
ellos.

 Bajo nivel de instrucción de los padres.

Relaciones percibidas por la familia como inadecuadas a la etapa del ciclo vital en que se
encuentra.

Tanto el adolescente como su familia elaboran tareas y desafíos durante esta etapa de desarrollo,
dándose frecuentemente factores de protección y riesgo que aumentan o disminuyen la
vulnerabilidad para el consumo, conjugándose con otros provenientes del medio o contexto en
que se insertan como también las propias características individuales de quien consume. Sin

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
embargo, la familia es trascendental para un adecuado desarrollo y crecimiento del adolescente,
siendo desplazada por el grupo de pares en términos directamente proporcionales, es decir, a
mayor relevancia de la familia, menor apego al grupo de pares con conductas de consumo.

Respecto de la familia como factor protector frente al proceso de individuación y autonomía del
adolescente, es dable señalar que este puede producirse en el marco de las siguientes situaciones
(Zavaleta, 2001, p. 61):

Existe un soporte familiar abierto, capaz de asimilar los cambios requeridos para la individuación
adolescente.

 La cultura ofrece desafíos estructurados que permiten el tránsito a nuevas posiciones dentro
de la sociedad equivalente a los ritos de pasaje de las sociedades más primitivas.

 El ámbito social valoriza y estructura oportunidades para la participación social de los


adolescentes en sectores relevantes, como la educación, el trabajo y la vida en comunidad.

El ambiente micro y macrosocial en que se encuentran los adolescentes les ofrece


oportunidades graduales de toma de decisiones.

Así, la tarea de individuación y autonomía es finalmente el resultado del proceso vivido por el
adolescente y su familia, siendo muy esperado y beneficioso que su resultado sea exitoso, ya que
su fracaso o logro parcial, implicaría riesgos para el desarrollo integral del adolescente y,
concomitantemente, la búsqueda de medios para la autoafirmación e identidad, existiendo la
posibilidad de un pseudomanejo a través del consumo de drogas.

En términos generales y resumidamente, Hawkins establece que la familia protectora es aquella


que (Zavaleta, 2001, p. 155):

 Desarrolla una relación muy fuerte con el niño(a).

 Valora y alienta la educación.

 Maneja el estrés eficazmente.

Pasa el tiempo positivamente con los hijos.

 Usa un estilo de tratar a los hijos de una forma cálida y baja en la crítica (en lugar de ser
autoritario o permisivo).

 Es protectora y cariñosa.

Tiene expectativas claras.

Fomenta las relaciones de apoyo con los adultos afectivos.

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
Comparten las responsabilidades de la familia.

Es interesante revisar algunas características más específicas desde la estructura y funcionamiento


familiar.

CICLO VITAL FAMILIAR Y VULNERABILIDAD FAMILIAR

La familia se modifica a través del tiempo de acuerdo a las demandas internas y externas a la que
es sometida, por lo que requiere variar sus estructuras (pautas de relación) con el fin de realizar
sus funciones y adaptarse a los cambios. Cada familia evoluciona a través de un ciclo que le es
propio. Su historia es única, por lo mismo el ordenamiento de su ciclo se entiende como
orientación para comprender el funcionamiento de las familias. No es posible que todas las
familias respondan a dichas características, así como no todas aquellas que son diferentes a lo
descrito, serán disfuncionales. El ciclo de vida familiar está íntimamente ligado a la consideración
de la familia como un todo que genera sus propias dinámicas relacionales, que cambia en su forma
y función a lo largo de su ciclo vital y que transita a lo largo del tiempo en secuencias
relativamente ordenadas, universales y predecibles (Falicov, 1991, citado en Hidalgo, 1999).

El ciclo vital plantea etapas donde cada integrante desarrolla tareas tanto individuales como
familiares y sociales, superarlas es un requisito funcional para un adecuado crecimiento. De no ser
así, se producirán tensiones y conflictos, tendiendo, muchas veces, al desequilibrio del sistema o a
la vuelta a etapas más tempranas donde hubo éxito, pero que en el momento actual no son
capaces de satisfacer las necesidades del sistema familia (Hidalgo, 1999).

Por tanto, el ciclo vital familiar se refiere a aquellos hechos nodales que están ligados a la
peripecia de los miembros de la familia, como el nacimiento y la crianza de los hijos, la partida de
estos del hogar, el retiro y la muerte. Estos hechos producen cambios a los que deberá adaptarse
la organización formal (o simbólica) de una familia. Son cambios que exigen una reorganización de
los roles y reglas. El ciclo vital y los procesos evolutivos (de desarrollo) se superponen, cada familia
difiere de las demás, porque posee su propia senda de desarrollo y evoluciona desde los diversos
encuadres en que ocurre su desarrollo, incluida su conceptualización peculiar de su pasado y
presente (Falicov, 1991). El desarrollo o crecimiento de la familia, pasa de uno a otra etapa de
desarrollo, existiendo etapas de menor actividad y otras de profundos cambios, así como también
algunas más prolongadas de normalización y estabilidad (Steinglass y cols., 1993, citados en
CONACE, 2005).

El ciclo vital familiar implica que las familias se desarrollen a través de periodos de cambios
previsibles e imprevisibles que suceden a lo largo de su historia. Estas situaciones previsibles e
imprevisibles corresponden a las denominadas crisis normativas y crisis no normativas, las que
demandan ajustes importantes a la familia y por esa vía ser factores estresantes para las mismas,
constituyendo periodos de crisis familiar que requieren el ajuste de su estructura y organización
para hacer frente a las nuevas demandas. Desde este punto de vista, muchos autores, como por

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
ejemplo Minuchin y Fishman (CREDHO, 2004, citado en CONACE, 2005) consideran que la
aparición de síntomas o patología en un miembro de la familia está asociada a dificultades que se
presentan en el tránsito de una etapa de desarrollo familiar a otra, en la falta de readecuación de
la organización y estructura familiar a las demandas de la nueva etapa que emerge, estancándose
en los modos habituales y conocidos de relacionarse. De este modo, los síntomas pueden
conceptualizarse como un intento extremo y fallido de superar la crisis y adecuarse a la demanda
de la nueva etapa.

La adolescencia es un periodo caracterizado por varios e importantes cambios que se


experimentan a nivel físico (biológico), psicológico (emocional) y social, demandando tareas y
procesos a desarrollar por parte del adolescente que implicarían situaciones de riesgo, cuya
importancia radica en el logro de su identidad personal, su autonomía, el establecimiento de un
proyecto de vida y en la adquisición de competencias que le permitan insertarse en el mundo
adulto adecuadamente. ¿Cómo se sitúa la familia? La familia es entendida desde una perspectiva
sistémica y relacional ante estos cambios que la confrontan con el adolescente y cómo cumple las
tareas relacionadas con esta etapa del ciclo de la vida y de la familia, determinará que se susciten
o superen conflictos en diversos ámbitos del adolescente (Zavaleta, 2001).

CICLO VITAL FAMILIAR Y CRISIS NORMATIVAS Y NO NORMATIVAS

Las denominadas crisis normativas constituyen tareas que la familia debe desarrollar, requiriendo
flexibilizarse para lograrlas y disminuir las potenciales alteraciones o conflictos. La rigidez es uno
de los factores que no le permiten a las familias avanzar, cerrando ciclos ya cumplidos. Por
ejemplo: los miembros de una familia con hijos preescolares no viven los mismos desafíos ni
desarrollan las mismas tareas tanto para la familia en su conjunto como para el hijo o hija en
particular, al no flexibilizar y adaptarse al periodo de desarrollo en que este se encuentra, la
resolución de problemas será potencialmente conflictiva.

Entre las crisis normativas están:

ETAPAS DEL CICLO VITAL FAMILIAR CRISIS NORMATIVAS EN EL CICLO VITAL FAMILIAR
I. Etapa:  Decisión acerca del grado de cercanía física y decisión
Formación de la pareja. sobre el momento y oportunidad de la vida en común.
 Separación de la respectiva familia de origen.

 Se negocian las relaciones con la familia de origen de


cada integrante de la pareja, con los amigos, el trabajo,
el vecindario, etc.

 Pareja joven sin hijos que debe armonizar expectativas


acerca de un proyecto en común y propios estilos de
desenvolvimiento.

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
II. Etapa:  El primer embarazo: fantasías, temores.
Formación de la familia (hijos  Después del parto: cambio de identidad en el momento
recién nacidos). de asumir plenamente el rol de madre y de padre,
correspondientemente.
 El padre: experimenta una “crisis de inclusión” y se
siente desplazado por la preocupación de la mujer por su
hijo.

III. Etapa:  El tiempo que se dedica a los hijos puede entrar en


Familia con hijos en edad conflicto con el tiempo que la pareja tiene para sí.
preescolar (0-5 años).  Incorporación de la mujer al trabajo. Distribución del
tiempo entre la vida laboral de uno o ambos cónyuges y
la vida familiar.

 Planificación del número de hijos y las medidas de


control de la natalidad.

IV. Etapa:  La salida del niño del hogar mide la capacidad de la


Familia con hijos en edad escolar familia de tolerar ese distanciamiento y de negociación
(6-12 años). respecto reglas y estilos de funcionamiento.

 Preocupación por el rendimiento académico de los hijos.

 Cómo enfrentar las tareas escolares, quién debe ayudar


al hijo, qué horario se establece para estudiar, qué
espacios de recreación se contemplan, a qué hora deben
acostarse los hijos.
 La adaptación sexual constituye otra área de la vida de
pareja en la cual hay sucesivos altibajos.

V. Etapa:  La aceptación del crecimiento biológico y en especial del


Familia con hijos adolescentes (13- desarrollo sexual de los hijos.
18 años).  La “crisis de la adolescencia” de los hijos,
frecuentemente engrana y potencia la denominada
“crisis de la edad media” del ciclo vital de los padres.
(Padres revisan sus propios proyectos de vida, sus logros
y expectativas, de replanteamiento de metas,
reflejándose en el proceso de individuación y autonomía
de los hijos adolescentes).
 Muchos padres tienden a sobreidentificarse con sus
hijos, compitiendo en logros o en aventuras deportivas o
sentimentales con ellos.

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
VI. Etapa:  Con hijos en proceso de emancipación.
Familia como plataforma de  Intolerancia al alejamiento de los hijos del hogar.
lanzamiento.
 Síndrome de nido vacío.
 Las dificultades en la relación de pareja reaparecen con
renovada importancia en la etapa de alejamiento de los
hijos. Muchas parejas que habían mantenido su unión
con relación al cuidado de estos, se distancian en este
momento, al encontrarse sin áreas de interés común
fuera de la crianza de la progenie.

VII. Etapa:  Dificultad en adaptarse a la jubilación y al retiro, en


Familia de edad media. especial en aquellas personas que han centrado su vida
adulta y autoimagen en el trabajo.
 La aparición de la enfermedad crónica en uno o ambos
cónyuges es especialmente frecuente en esta etapa y
puede transformar esta etapa de satisfactoria en
dificultosa.

VIII Etapa:  El enfrentamiento a la cercanía de la muerte propia,


Familia anciana. después de la pareja.
 El abandono y la soledad son también más frecuentes en
esta etapa de la vida.
 Adaptación a una familia extensa o a las generaciones de
reemplazo.

Fuente: Fuentes (2004, pp. 7-9).

CRISIS NO NORMATIVA O ACCIDENTALES EN EL CICLO VITAL FAMILIAR

Corresponden a aquellos eventos o situaciones que no son parte de las tareas de desarrollo de la
familia, sino son accidentales o inesperados que impactan a la familia, requiriéndose de apoyo
para su superación.

CRISIS NO NORMATIVAS O ACCIDENTALES SUGERENCIAS DE APOYO POR CRISIS NO


NORMATIVAS FAMILIARES

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1) La muerte de un hijo. 1) Permitir la expresión emocional.
2) Embarazo de una hija adolescente. 2) Dar tiempo suficiente.
3) Drogodependencia de la pareja o un 3) Reconocer que la familia está vivenciando un
hijo(a). duelo.
4) Pérdida abrupta del trabajo. 4) Dar información técnica adecuada y gradual.
5) Enfermedad incapacitante de uno de 5) Movilizar la red de apoyo social.
sus integrantes.
6) Apoyar a la familia en la resolución de sus crisis,
6) Enfermedad terminal o muerte brusca con participación de todos sus integrantes.
de un miembro de la pareja.
7) Separación, divorcio, nulidad.
8) Migraciones, especialmente entre
países.
9) Cambios desfavorables de las
condiciones o estatus
socioeconómico.
10) Daños por desastres de la naturaleza
que afectan la integridad emocional,
física y/o económica de la familia:
terremotos, sismos, aluviones, entre
otros.

Fuente: Fuentes (2004, pp. 7-9).

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VULNERABILIDAD FAMILIAR:
Riesgo o probabilidad de que la familia pueda ser
dañada o lesionada a raiz de cambios en las
CICLO VITAL condiciones del contexto o en virtud de sus
FAMILIAR propias limitaciones.

Crisis
FAMILIAR normativas Fragilidad e indefensión por cambios en el
entorno o en su propio seno familiar, sin los
Y
ajustes y adaptaciones necesarias.
Crisis no
normativas
Una familia tiene mayor vulnerabilidad
(desequilibrio entre factores protectores y
factores de riesgo).

Fuente: Material elaborado para esta asignatura.

FACTORES DE VULNERABILIDAD FAMILIAR EN EL ÁMBITO DE LA ADOLESCENCIA DESDE


EL CICLO DE DESARROLLO INDIVIDUAL

Características del desarrollo evolutivo: niños y Factores de protección: los adultos que
niñas entre 10 y 14 años:2 viven con niños entre 10 y 14 pueden:

 Comienzan a desarrollar cambios biológicos,  Reforzar el desarrollo de la autonomía, lo


psicológicos y cognitivos. que implica un proceso tanto de los
padres (y adultos significativos) como de
 Comienzan a desarrollar los caracteres
los hijos.
sexuales secundarios que los llevarán a ser un
individuo sexualmente maduro. Al ser  Establecer reglas claras, pero flexibles,
cambios físicos visibles, hay una mayor considerando las posibilidades de
preocupación por el aspecto físico. negociar directamente con los
adolescentes.
 Comienzan con el proceso de construcción de
su identidad adulta.  Establecer momentos de conversación y
comunicación, que consideren la
 Se relacionan más cercanamente con el grupo
atención y escucha activa por parte de los
de pares, estableciendo relaciones más
adultos, de los temas que los
distantes con la familia.
adolescentes quieran abordar con ellos.
 Tienen más conflictos con los padres y Los hijos van desarrollando un mayor
adultos. grado de autonomía, por lo cual los

2
Se toma el tramo 10-19 años por corresponder a la etapa adolescente, según la OPS.

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 Suelen estar probando constantemente a los adultos deberán respetar y reconocer
adultos, los límites que ponen, las normas cuáles son los límites que los hijos van
establecidas. estableciendo, siempre tomando en
cuenta que es parte de un proceso de
aprendizaje y de adquisición progresiva
de la propia independencia.
Características del desarrollo evolutivo: niños y Factores de protección: Los adultos que
niñas entre 15 y 19 años: viven con niños entre 15 y 19 pueden:

 Se consolida el desarrollo de los cambios  Reforzar el desarrollo de la autonomía, lo


biológicos, psicológicos y cognitivos propios que implica un proceso tanto de los
de la adolescencia. Disminuye la tasa de padres (y adultos significativos) como de
crecimiento, consolidando su aspecto físico. los hijos.
 Comienzan con el proceso de consolidación  Establecer reglas claras, pero flexibles,
de su identidad adulta. considerando las posibilidades de
negociar directamente con los
 Se fortalece el desarrollo del pensamiento
adolescentes.
abstracto.
 Establecer momentos de conversación y
 Se perfilan los intereses intelectuales,
comunicación, que consideren la
creativos y laborales, y se piensa en lo que se
atención y escucha activa por parte de los
hará después de salir del colegio.
adultos, de los temas que los
 Se relacionan más cercanamente con el grupo adolescentes quieran abordar con ellos.
de pares y con el sexo opuesto, estableciendo Es importante también considerar que los
relaciones más distantes con la familia. hijos van desarrollando un mayor grado
 Las tensiones entre padres e hijos en esta de autonomía, por lo cual los adultos
etapa comienzan a estabilizarse. deberán respetar y reconocer cuáles son
los límites que los hijos van
estableciendo, siempre tomando en
cuenta que es parte de un proceso de
aprendizaje y de adquisición progresiva
de la propia independencia.

Fuente: SENDA (2012, pp. 33 y 34).

1.2.CARACTERÍSTICAS DE FUNCIONAMIENTO DE FAMILIAS CON


ADOLESCENTES CON CONSUMO DE DROGAS.
Las características de funcionamiento de las familias con adolescentes con consumo de drogas,
están muy relacionadas con los elementos revisados precedentemente y debe tenerse presente

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
que no existe una relación lineal ni causal del consumo de drogas y familia, más bien se pretende
revisar cómo la familia contribuye a que emerja y se mantenga la conducta de consumo.

1.2.1. MODELO HOMEOSTÁTICO

El modelo homeostático de Stanton y cols. (1997) constituye una aproximación clara, de mayor
riqueza y tal vez la más utilizada en la literatura nacional y extranjera. Su trabajo se basa en
extensas investigaciones de la relación entre dinámica familiar y dependencia a sustancias que
denominaron modelo homeostático y que se caracteriza de la siguiente forma (CONACE, 2005, pp.
30-33):

1) La adicción dentro de un ciclo familiar (proceso homeostático): la drogadicción puede


considerarse como un proceso cíclico que involucra a tres o más individuos, comúnmente el
adicto y sus dos padres.

La dinámica es tal que se presenta una fuerte tensión entre ambos padres que amenaza con
desestabilizar el sistema familiar con una separación inminente que se regula mediante la
aparición de una acción dramática del adicto (por ejemplo, se pone violento o llega intoxicado
a la casa) que hace que toda la atención se ponga en él, lo que desemboca en que la original
tensión entre los padres disminuya o desaparezca por un tiempo. En la medida en que la
situación se tranquiliza, el adicto muestra crecientes habilidades y capacidades que le permiten
funcionar de manera independiente de la familia, sin embargo, concomitantemente con ello las
tensiones entre los padres, producto de conflictos no resueltos, comienzan a aumentar
surgiendo la amenaza de la separación. El adicto, entonces se comporta de un modo llamativo
o autodestructivo que inicia de nuevo el ciclo homeostático familiar (Stanton y cols., 1997).

Típicamente en las familias de dependientes a sustancias hay una madre involucrada en una
reacción indulgente, apegada, sobreprotectora y abiertamente permisiva con el adicto, que
ocupa la posición de un hijo favorecido. El padre, por su parte, es clásicamente descrito como
distante, desapegado, débil o ausente, siendo también mostrado como autoritario y violento,
pero fácilmente controlado por la madre y que está en segundo lugar después de la madre en
lo concerniente al poder dentro de la familia (Schwartzman, 1975). Este modelo triádico
(porque involucra a tres actores, clásicamente a la madre, el padre y el hijo), se aplica también
a familias con un solo progenitor en las cuales el triángulo se conformaría, de una manera tal
vez menos obvia, con otros miembros de la familia. Así, por ejemplo, pueden darse conflictos
entre una madre y una abuela, una madre y su exesposo o un padre y su amante y en ellos
involucrarse al hijo de la forma ya descrita.

El ciclo adictivo se inicia típicamente en la adolescencia y se intensifica cuando el adicto


manifiesta su intención de abandonar el hogar. Como los padres son incapaces de relacionarse
satisfactoriamente entre sí, la familia reacciona con pánico cuando la integridad triádica sufre
una amenaza. Así, se puede encontrar que la mayoría de las familias de adictos se estabilizan o
atascan en esta etapa evolutiva de tal modo que el adicto permanece íntimamente ligado a

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
ellos de una manera crónica. Además, de esta estrecha vinculación al hogar su incapacidad
para separarse y adquirir autonomía puede adquirir otras formas: (1) incapacidad para
desarrollar relaciones íntimas y estables (particularmente heterosexuales) fuera de la familia de
origen, (2) incapacidad para una actividad estudiantil o laboral estable.

2) Pseudoindividuación: este es uno de los elementos más claros e importantes del modelo, ya
que en él se vincula la función que cumple el adicto en la familia con la funcionalidad de la
dependencia a sustancias. Se plantea que el adicto está atrapado en un dilema. Por una parte,
sufre grandes presiones para permanecer estrechamente ligado a la familia (que puede
derrumbarse sin él), mientras que, por otra parte, fuerzas socioculturales y biológicas lo incitan
a establecer relaciones íntimas externas. La adicción es una solución paradójica para el dilema
del adicto y su familia de conservar o disolver la interacción triádica. A un nivel, el adicto ayuda
a regular la tensión entre los padres, pero a otro establece un patrón de ida y vuelta entre sus
pares y su hogar. Paradójicamente, mientras mayor en su vinculación con el grupo de pares
(externo a su familia) mayor es su indefensión, porque se vincula más con la droga y, de esa
manera, aumenta su adicción o su “enfermedad” que lo liga a la familia. Stanton (1979, citado
en Zavaleta 2001, p. 143) describe:

El hijo adolescente puede asumir para los padres la función tanto de canal de

comunicación, como de factor desorientador, de trastorno, que con su comportamiento

previene la cristalización de sus conflictos. Por su parte, el toxicómano puede buscar un

estado de “enfermedad “, para situarse, de manera infantil, “en el centro de atención de

los padres.

Las evidencias respecto de la funcionalidad del consumo como un elemento que apoya la idea de
la pseudoindividuación, serían:

a) Los adictos, bajo el efecto de la droga, se plantean más agresivos y asertivos respecto de la
familia especialmente con los progenitores. De esta manera, se sienten autónomos
individuados y libres, pero no lo son, pues estas sensaciones y comportamientos se dan solo
bajo el efecto de la droga, sin ella “no son así”.

b) Al parecer, la droga produce una suerte de experiencia sexual o bien disminuye el impulso
sexual, lo que actuaría para no encontrar una pareja ni peligre su permanencia con su familia.

c) Existe evidencia que plantea que para el adicto prima su familia de origen por sobre la familia
de procreación. Muchos adictos que se separan de sus esposas vuelven a sus familias de
origen y las eligen por sobre sus parejas cuando se trata de invitar a familiares a programas de
tratamiento. Por otra parte, la familia de origen entrega un sutil mensaje acerca de que si el

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
matrimonio no funciona, siempre puede volver a la casa, siendo un cariñoso apoyo y un
poderoso mensaje para volver a su familia de origen.

Al respecto Weidman (1983, citado en Zavaleta, 2001) considera que el consumo de drogas es la
manifestación de una dinámica de la constelación familiar muy particular, referida a conflictos
relacionados con el proceso de separación-individuación que no son adecuadamente superados.
Este proceso implica la diferenciación y separación sin sacrificar la intimidad familiar. Entonces,
como señala Neuburger (1983, citado en Zavaleta, 2001) implicaría que el adolescente con
consumo de drogas se separaría solo en apariencia de su familia de origen, la que no permitiría la
movilización de este adolescente en esferas esperadas para su desarrollo como, por ejemplo, el
establecimiento de una pareja estable y la autonomía familiar.

3) Separación y muerte: un último elemento bastante sorprendente del modelo de Stanton y


cols. (1997, citados en CONACE, 2005, p. 33) se refiere a la aparente paradoja de que si bien las
familias no toleran la idea de que el adicto se separe de la familia, no ocurre lo mismo con la
forma más radical de separación que es la muerte:

El temor de estas familias a la partida del adicto o a las relaciones externas que pueda

crear el adicto, es decir el temor a la separación, tiene otra característica paradójica. Al

tiempo que sufre obstáculos para conectarse con otros, quien consume realiza una

actividad potencialmente mortal, por ejemplo mediante una sobredosis de drogas. No

obstante, esta separación máxima, la muerte, no despierta el mismo terror, la familia

parece entender que el deceso de algún modo preservará el sistema o patrón familiar. A

corto plazo puede ocurrir así. Al morir, la interacción triádica aparentemente se disuelve,

pero en realidad los progenitores están unidos por el dolor y, una vez más, concentran su

atención en el hijo. Sin embargo, esta solución es solo temporal. Los padres

eventualmente descubren que sus conflictos conducen nuevamente a (1) la formación de

una nueva tríada (por ej. otro hijo con tendencia a la adicción u otras conductas

problemáticas) o (2) la disolución de la relación conyugal.

Síntesis del modelo (CREDHO, 2000):

 Generalmente, el consumo de drogas se inicia en la adolescencia, etapa donde se exacerba la


ambivalencia de ser autónomo e independiente y, al mismo tiempo, el temor a ser adulto.

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
 Las familias presentan una serie de formas recurrentes de relacionarse entre ellos que
permiten la incorporación y mantención del consumo de drogas.

 La familia vive el “temor a la separación”. El adolescente no logra su proceso de individuación-


diferenciación. El adolescente queda enganchado a su familia y se estancan en la etapa del ciclo
vital adolescente, al igual que su familia. El hijo(a) que consume, tiende a mostrarse
dependiente, no preparado para asumir responsabilidades, con temor a estar separado.

 Cuando el adolescente consumidor, comienza a tener logros (trabajo, pareja, etc.) y se


encamina a su independencia, surge una desestabilización familiar (conflictos, etc.). Luego, el
adolescente recae o se mantiene en el consumo (vuelve a fracasar) y el problema familiar,
desaparece. Adolescente y familia igualan dificultades. De este modo, el fracaso podría cumplir
una función protectora para mantener la cercanía familiar (homeostasis).

La familia necesita al dependiente a drogas tanto como este necesita a su familia. La amenaza de
abandono y el pánico a la disolución padre/madre/hijo, que dejaría a los padres frente a frente,
hace soportar situaciones límites (robo, detenciones, violencia, etc.). La amenaza o el riesgo de
muerte se vivencia como un dolor que los une, hasta que forman la triada con otro hijo(a) o se
disuelve.

Vulnerabilidad del adolescente para el consumo

Características
individuales del
adolescente y
su medio

Patrones
interaccionales Vulnerabilidad del
familiares adolescente para el
insatisfactorios consumo de drogas

Fuente: Material elaborado para esta asignatura.

Proceso homeostático del ciclo familiar (familia con integrante eterno/a adolescente).

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
Adolescente
con consumo
de drogas
Padres
Padres se centran desestabilizados.
en el hijo(a). La Eminente
tension
desaparece

Acción
Acción dramática o
dramática o autodestructiva
autodestructiva del adolescente
del adolescente

Reaparecen y/o
aumentan las
tensiones entre Padres se centran
los padres, Adolescente en el hijo(a). La
(amenaza de evidencia tensión
separación) progresos y desaparece
recuperación
orientandose a la
individuación y
autonomía

Fuente: Material elaborado para esta asignatura.

Pseudoindividuación del adolescente a través del consumo de drogas

Fuente: Material elaborado para esta asignatura.

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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 15
Separación y muerte

Salida: (1) la formación de una


Temor a la partida Potencial salida Temporalmente, nueva tríada (por ej. otro hijo
del adolescente padres unidos por la con tendencia a la adicción, al
del adolescente que suicidio u otras conductas
consume a través de la pesadumbre de la problemáticas) o (2) la
muerte pérdida disolución de la relación
conyugal o de pareja.

Fuente: Material elaborado para esta asignatura.

1.2.2. FASES DEL COMPORTAMIENTO FAMILIAR POR CONSUMO DE


DROGAS:

Martín Nizama (s. f., p. 151)3 presenta su punto de vista desde una perspectiva de fenomenología
clínica y plantea que la familia, en forma paralela al consumo de drogas, presentaría determinadas
reacciones o respuestas, que corresponderían las siguientes fases:

Fase ciega: los familiares desconocen que alguno de sus miembros consume drogas. No hay
consecuencias tan visibles y generalmente se da en la etapa de consumo experimental.

Fase de negación: la familia ya sabe que alguno de sus miembros es abusador de drogas, se niega
a aceptarlo, tendiendo a ocultarse el problema los unos a los otros, aparentando desconocerlo e
ignorándolo. Esta fase se daría paralela a un uso regular o de habituación al consumo.

Fase marginación del consumidor: se produce una ruptura afectiva entre el integrante que
consume y su familia. Los familiares, en su mayoría, no lo consideran parte del núcleo íntimo. Lo
excluyen o rechazan sistemáticamente de la convivencia familiar, otras veces, solo lo ignoran.
Desde esta fase en adelante, se darían paralela a un consumo problemático, perjudicial o abusivo.

Fase crisis emocional: se caracteriza por el agudo quiebre emocional de la familia, sus miembros
experimentan angustia, culpa, depresión, temor, frustración e impotencia ante la incapacidad para
controlar la conducta de consumo de su integrante.

3
Médico psiquiatra, jefe del modelo familiar: enfoque ecológico de las adicciones. Departamento de
Fármacodependencia del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. Profesor
asociado de los departamentos académicos de psiquiatría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
y de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima, Perú.

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Fase endosamiento: los familiares, ya sea de manera abierta o encubierta y de la forma más
expedita posible, intentan deshacerse o liberarse de su integrante que consume drogas. Ejemplos
de esto son el ofrecerle un viaje, internarlos bajo la convicción de que el solo hecho de hacerlo lo
alejará de las drogas, sin mediar otras acciones.

El bloqueo cognoscitivo es un estado de torpeza mental producto de la intensidad de la crisis


emocional, por las consecuencias no solo individuales de quien consume drogas, sino también por
las de orden familiar, social, económicas, etc. En esta fase, los familiares son manipulados
fácilmente por el paciente, quedando en riesgo frente a sus conductas.

En la aceptación, la familia reconoce la existencia del problema y busca ayuda para rehabilitar al
miembro drogadicto o en su defecto, para la familia lograr vivir con mejor calidad de vida.

El desenlace terminal es el destino de las familias que no buscaron o no encontraron la ayuda


necesaria y pueden darse las siguientes vías finales comunes:

a) Desorganización: se caracteriza por la convivencia caótica, critica y por el quiebre total de los
roles, siendo un posible desenlace la desintegración o ruptura del grupo familiar.

b) Homeostasis patológica: es el ajuste crónico de la convivencia familiar, se caracteriza por


depresión, angustia permanente. La familia se torna “enferma” a merced del comportamiento
manipulativo del adicto.

Al respecto, Nizama (1999, p. 66) aplica el concepto de omnipulación como el poder manipulatorio
de parte de quien consume drogas:

Cual eximio titiritero, a través de sus “hilos invisibles” el adicto induce en cada uno de los

miembros de su grupo familiar la reacción emocional, sentimental, actitudinal o

conductual que él desea lograr para su exclusivo beneficio personal. Adopta

comportamiento infantil (regresión) cuando desea obtener sobreprotección de parte de

algún miembro de su entorno familiar; seduce, si su propósito es lograr complacencia. El

conoce con exactitud la vulnerabilidad (“punto débil”) de cada uno de los suyos y según

este conocimiento los manipula sin consideración alguna. Esta es la denominada relación

invertida del poder familiar; por la cual el consumidor virtualmente se apodera de su

familia, usándola en beneficio propio y en desmedro de los suyos”.

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Desde un análisis con perspectiva sistémica, se considera que las conductas son el resultado de los
modos de interacción recurrente de la familia, por lo tanto, el análisis no es lineal, sino circular.

1.2.3. CONDUCTAS FAMILIARES DE CODEPENDENCIA

El concepto de codependencia se comenzó a utilizar en los años 70 para describir a la persona, sea
esta familiar o amigo, que tiene una relación directa e íntima con un alcohólico y que le facilita
continuar con la adicción. Más tarde se ha hecho referencia al codependiente como aquella
persona que se dedica a cuidar, corregir y salvar a un drogodependiente, involucrándose en sus
situaciones de vida conflictivas, sufriendo y frustrándose ante sus repetidas recaídas, llegando a
adquirir características y conductas tan erróneas como las del propio adicto (Cocores, 1987, citado
en Salas y García, 2012). Algunas definiciones o descripciones utilizadas en la literatura respecto
de la codependencia son (Coddou y Chadwick, 1994, citados en CONACE, 2005, p. 52):

Trastorno individual específico, configurador de la identidad del individuo, caracterizado

por un intenso temor al abandono (exclusión o descalificación) y un girar en torno a otro.

De génesis interaccional, surge frente a una respuesta familiar disfuncional (centrífuga),

ante un determinado trastorno de otro de sus miembros

“Se refiere a un modo disfuncional de relacionarse, donde el codependiente focaliza su vida en los
demás con dejadez de sí mismo; responsabilizándose por sus conductas, intenta controlar,
rescatar y salvar sus vidas” (Martins y Menéndez, 2011, citados en Salas y García 2012, p. 7).

La codependencia se desarrollaría desde dos perspectivas: por socialización temprana y por


cercanía con un adicto.

POR SOCIALIZACIÓN TEMPRANA

Surge por un proceso e individuación y autonomía incompleta o no desarrollada existiendo de


base procesos de socialización caracterizados por estilos relacionales autoritarios o laissez- faire,
generalmente con familias poco nutridoras afectivamente, lo que lleva a la importancia de la
vivencia de los apegos. La teoría de apego, es definida por Bowlby (1973, citado en Salas y García,
2012, p. 5):

Como una forma de conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos

afectivos con determinadas personas en particular y un intento de explicar la amplia

variedad de formas de dolor emocional y trastornos de personalidad, tales como la

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ansiedad, la ira, la depresión y el alejamiento emocional, que se producen como

consecuencia de la separación indeseada y de la pérdida afectiva.

Respecto de la codependencia, precisamente Haaken4 (1993, citado en Salas y otros), la define


como una patología del vínculo que se manifiesta por la excesiva tendencia a encargarse o a
asumir las responsabilidades de otros. Perspectiva que también asume May (1994, citado en Salas
y otros), quien señala la codependencia como un defecto en la realización de dos de los cometidos
más importantes de la niñez: la autonomía y la identidad.

Mansilla5 (2001) plantea que el niño nace con la tendencia al establecimiento del vínculo, porque
posee una serie de capacidades sensoriales y se encuentra con una madre o sustituta
especialmente predispuesta para este proceso. El fallo en el vínculo podría dar como resultado un
trastorno de relación.

Con la combinación de las dimensiones afecto y control se establecieron cuatro tipos de vínculos:

 El vínculo I (equilibrio de afecto y protección) equivale al vínculo óptimo o apego normal de


Bowlby.

 El vínculo II (afecto constrictivo) equivale al vínculo dependiente.

 El vínculo III (afecto deficitario o ausente) equivale al desapego o ausencia vincular.

 El vínculo IV (control sin afecto) equivale al vínculo ansioso.

Entre los codependientes pueden encontrarse los vínculos II, III y IV, aunque quizás el más
frecuente sea el vínculo IV (vinculación de poco afecto y sobreprotección excesiva).

Para la presencia de la codependencia se precisan factores predisponentes, precipitantes y de


mantenimiento (Mansilla, 2001, p. 14):

El factor predisponente para la codependencia sería el fallo en el vínculo madre-hijo. El cual no ha


posibilitado que a través de la relación con la madre, el niño haya podido desarrollar su yo (self),
su propia subjetividad. Por lo que su subjetividad tendrá que surgir por medio de otra persona.

4
Psicólogo clínico, Ph. D. 1979 del Instituto Wright de Los Ángeles Sociales/Psicología Clínica. Especialista en
codependencia y especialista Fulbright Scholar de la Universidad de Durham (Reino Unido) y del
Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Portland.
5
Psicólogo del Ayuntamiento de Madrid. Especialista en psicología clínica y en psicoterapia. Ha publicado
numerosos artículos sobre drogodependencia, psicoterapia y psicología laboral en revistas especializadas.

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Los factores precipitantes de la codependencia, pueden ser identificados como procesos de
separación, pérdida de figuras significativas, sea de forma real (muertes, separaciones, divorcios,
abandonos de hogar) o simbólica. Así como la ruptura brusca de la homeostasis familiar por un
problema crónico que provoca una situación estresante (adicción o enfermedad grave de un
familiar). Y también la presencia de nuevas demandas en el entorno que se presentan de forma
aguda o con escaso tiempo de elaboración y adaptación, pidiendo respuestas concretas en
espacios cortos de tiempo.

La acción de estos factores precipitantes sobre la vulnerabilidad previa, genera la codependencia,


proceso que daría cuenta de un niño(a) con necesidades físicas y emocionales insatisfechas, que
avanza en sus etapas evolutivas y superar sus problemas sobre la base de “servir a los demás”,
descuidándose a sí mismo. De adulto repetirá las mismas conductas utilizadas de niño(a) para
sentirse aceptado, querido o importante y mediante esas conductas, buscará aliviar el dolor y la
pena por sentirse abandonado. Sin embargo, paradójicamente las conductas codependientes
perpetúan esos sentimientos. El vínculo que establece el codependiente está centrado en la
preocupación por lo que el otro piensa, en el miedo a la pérdida de la relación, sintiendo y
vivenciando la culpa y siempre tratando de reparar. El codependiente percibe un mundo
interrelacional peligroso, entre la necesidad de proteger y el temor a ser abandonado, anticipando
la excesiva separación y sobre todo la pérdida de amor.

Los factores de mantenimiento de la codependencia actúan sobre los factores precipitantes


haciendo perdurar la codependencia. Estos factores mantenedores son distorsiones cognitivas, en
tanto que se piensa y se cree que la forma de pensar y actuar del adolescente tiene tanta validez
como la negación de sus propias necesidades básicas o en la confianza en una solución casi
mágica de la adicción o enfermedad. La persona codependiente se caracteriza por la necesidad de
tener el control sobre el otro, por una baja autoestima, por un autoconcepto negativo, por la
dificultad para poner límites, por la represión de sus emociones, por hacer propios los problemas
del otro, por la negación del problema, por ideas obsesivas y conductas compulsivas, por el miedo
a ser abandonado, a la soledad o al rechazo, por su extremismo (o son hiperresponsables o
demasiado irresponsables). Además, se siente víctima, porque sacrifica su propia felicidad, tiene
dificultad para la diversión y se juzga sin misericordia.

Desde la perspectiva de la socialización, afectaría más a las mujeres, dados los roles desde el
estereotipo de género, que designa connaturalmente a las mujeres las tareas de crianza y de
cuidado de la familia, de la pareja, hijos, padres y familia en general. Además, de rasgos atribuidos
de dulces, sumisas, dependientes, sacrificadas, pacientes, maternales, abnegadas, dóciles,
aceptadoras, dispuestas a hacer cosas por los demás, a postergar sus necesidades, entre otros.

POR CERCANÍA CON UN ADICTO

O patrón de funcionamiento que presentan los integrantes de una familia que tiene un integrante
con consumo de drogas. El consumo de drogas actuaría como un factor precipitante de la
codependencia por socialización o alteración del vínculo de apego. El codependiente tiene miedo

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de alejarse del adicto, se siente responsable de su estado y de sacarlo de tal situación. Por otro
lado, el consumidor de droga, actúa como elemento de estabilización familiar y de estancamiento
y enganche emocional crónico en las relaciones con los progenitores, especialmente la díada
materno-filial (género), robustece su carácter de precipitante y se suma como factor de
mantenimiento. El codependiente es una persona afectivamente más cercana al dependiente y es
considerado facilitador del proceso drogadiccional, en tanto impide el aprendizaje directo del
costo de la adicción y, por tanto, la responsabilización por la rehabilitación. Pretende arreglar
todas las consecuencias generadas y hace todo lo posible por mantener la estabilidad, pero
refuerza más el problema.

Características de la codependencia por cercanía con una persona con consumo de drogas:

Fuente: PIDCA (2011, p. 28).

Concluyendo, en la evaluación familiar por consumo de drogas, inicialmente se debe considerar:

 Características estructurales y de funcionamiento de la familia.

Etapa del ciclo vital en que se encuentra la familia y las crisis normativas y no normativas.

Fase en que se ubica la familia, de acuerdo a las planteadas por Nizama.

 Factores de vulnerabilidad familiar (protección y riesgo) para el consumo de drogas.

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 Qué información manejan respecto del consumo de su hijo(a).

 Soluciones intentadas por la familia y su opinión de que fue positivo y que no resultó.

 Su percepción respecto de la gravedad del consumo de drogas para el adolescente.

 Patrones interaccionales o conductas familiares que contribuyen a la mantención de las


conductas de consumo, comprender la función que cumple el comportamiento adictivo en su
interior (qué hace cuando no consume, mientras consume y estando con consumo).

Identificar conductas permisivas, de codependencia y su resonancia en el adolescente que


consume.

 Identificar conductas de omnipulación y reacciones familiares.

 Evaluación ambiental respecto del contexto en que viven y los límites familiares externos.

 Disposición actual para apoyar al joven en su proceso de cambio por consumo de drogas.

 Clima emocional de la familia y áreas afectadas a consecuencia del consumo de drogas.

Es importante considerar los efectos del consumo de drogas en la familia, dado que demandan
apoyo para su superación e interfieren en la participación y ayuda que brinden al hijo(a) en su
proceso de cambio. Pueden sintetizarse según la siguiente gráfica ( Calvo, 2007, p. 22):

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1.3.ORIENTACIONES A FAMILIAS CON PRESENCIA DE CONSUMO DE
DROGAS
En el consumo de drogas, sin lugar a dudas, se establece que la familia juega un rol importantísimo
tanto en su origen, a través de factores familiares gravitantes en la vulnerabilidad frente al
consumo, sean estos de riesgo como protectores; en su mantención, una vez conocido o
reconocido el consumo, a través de actitudes y conductas familiares inhibidoras o facilitadoras de
este; y en el proceso de cambio, actuando conjuntamente con el terapeuta o profesional, la
familia juega un rol de vinculación y soporte afectivo que son primordiales. La familia ha de
desarrollar acompañamiento y apoyo.

¿Qué tipo de apoyo se requiere?

 Afectivo: la experiencia de sentirse querido, apoyado en el esfuerzo por disminuir o dejar de


consumir, es una importante fuente de motivación. El adolescente experimenta el sentido de
pertenecer a una familia a la vez que recibe el reconocimiento y apoyo durante el proceso.

Exigente: el paternalismo y el proteccionismo ayudan a crecer y a madurar, pero la exigencia


debe ser adecuada a las condiciones y coherente, sin dar dobles mensajes.

 Valoración: del esfuerzo y de lo conseguido, plasmado en el cambio efectuado, que no debe


entenderse nunca como premio. La dinámica de valoración requiere interés y escucha por
parte de la familia, ya que no puede valorar el proceso del hijo(a) si no hay una implicación y un
reconocimiento del mismo.

Fuente: Becoña (2002, p. 317).

Desde las instituciones ¿a quién o quiénes considerar en el proceso de apoyo? Podría resultar útil
revisar algunas alternativas:

a) Progenitores del adolescente. En caso de separación, es recomendable tratar de considerar a


ambos, resguardando hacerlo desfasadamente con el padre y la madre, con el fin de evitar
confrontaciones y conflictos improductivos y negativos para el proceso.

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b) A todo integrante del núcleo familiar que tenga significancia afectiva para el joven y que reúna
características necesarias como: edad, madurez emocional, salud mental.

c) Otros parientes con ascendiente afectivo con el joven, evaluándose previamente la pertinencia
de tal consideración.

d) Otras personas, no familiares, pero afectivamente significativas para el joven y que presentan
lazos positivos con este, evaluándose también mínimas características requeridas, que
signifique ser personas aptas para tal rol de acompañamiento. Ejemplo: amigos, vecinos,
profesores, entre otros.

Recuerde que:

 Los padres pueden estar abrumados y sobrepasados emocionalmente con la situación de


consumo del hijo(a), por lo que se les debe brindar un trato respetuoso y no invasivo, es decir,
no llenarlos con preguntas y, en ningún caso, emitir juicios respecto de la situación y del rol de
crianza. Ud. procura ayudarlos, siendo fundamental que los escuche y conozca desde ellos, sus
opiniones al respecto.

Ud. debe aceptar y respetar la diversidad de condiciones de vida en que se encuentran las
diferentes familias. Recuerde lo revisado esta unidad: existen familias (en plural) no familia (en
singular), es decir, existen distintas formas de ser familia.

 Debe procurar comprender la cultura de esa familia en particular, además de los contextos
sociales, históricos, económicos y de vulnerabilidad en que se han desarrollado.

 Una familia proveniente de un ambiente étnico no es igual a otra familia proveniente de otro
ambiente. Sus culturas estarán impregnadas de elementos diferentes.

 Siempre tenga presente la ética y el principio de confidencialidad. Lo que converse con la


familia, quedará en ese nivel. Si Ud. estima que existen factores o situaciones necesarias de
conversar con el adolescente, debe ser de acuerdo con la familia y con su participación.

 Se sugiere la herramienta de encuentro con la familia, que se explicará más adelante.

 De existir situaciones muy complejas, debe coordinar los recursos profesionales o de atención
especializada que la situación amerite. Debe consultar lo estrictamente necesario para poder
apoyarles, no se inmiscuya en aspectos que no sean concernientes con la situación atendida y
hasta dónde es posible que Ud. pueda apoyar.

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3.1.FAMILIA CON ADOLESCENTE CON PROBABLE CONSUMO DE
DROGAS
A continuación se presentarán algunos consejos dedicados al padre o a la madre del adolescente
con probable consumo de drogas:

Poner atención a las señales de alerta y signos básicos de consumo y diferenciar si se deben a
alguna razón concreta (salud, cansancio, otros) o no tienen explicación alguna.
Debe procurar conversar con su hijo(a) de sus sospechas y preocupación, con mucha calma,
brindándole un trato cordial y afectuoso, siempre y cuando no esté bajo el consumo de drogas.
No debe enjuiciarlo ni acosarlo con preguntas: se encerrará en sí mismo o se alejará de usted.

Inicie la conversación cuando Ud. este tranquilo(a), si no perderá una importante oportunidad de
ayudar a su hijo(a). Si estima necesario que otro familiar le acompañe en la conversación, este
debe ser figura de confianza para su hijo(a) y capaz de mantener la calma.

Si mantiene su sospecha o preocupación por el consumo, debe buscar ayuda especializada, por
ejemplo: el orientador del colegio, Fono Drogas, etc.

Líneas de trabajo:

Apoyar a la familia para la confirmación diagnóstica:

Desde el colegio, se puede apoyar realizando una entrevista al adolescente y su familia y verificar
las señales de alarma e indicios de consumo, aplicar tamizaje y derivar al especialista si fuese
necesario.

Educación:

Proporcionar formación a la familia respecto de la necesidad de acompañamiento afectivo desde


el mismo núcleo familiar, la necesidad de fortalecer su funcionamiento, el desarrollo de factores
protectores y las implicancias del consumo de drogas. Se debe considerar a la familia en su
globalidad, es decir, se debe educar para su funcionamiento integral y considerando todos sus
integrantes, especialmente hermanos(as), ya que suelen experimentar emociones dolorosas
sumadas a la percepción de abandono, toda vez que los padres se centran en el hijo(a) con
problema de consumo.

Temáticas sugeridas:

Actitudes educativas protectoras y de riesgo en relación al consumo, información sobre drogas,


estilo de vida saludable (autocuidado, mantener una cultura familiar de no consumo); autoestima

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y seguridad en sí mismo (aceptarlo como es, valorar sus avances y logros, manifestarle aceptación
y cariño, crear expectativas ajustadas a sus posibilidades). Apoyarle en su tarea de individuación y
autonomía, fomentando la identidad y toma de decisiones responsable (dar oportunidades, no
hacer las cosas en lugar de ellos). Fomentar el autocontrol (por ejemplo: estableciendo límites y
normas). Propiciar un clima emocional positivo y establecer lazos sociales y familiares. Proponer el
manejo de la ansiedad y el autocontrol, propiciar la comunicación estableciendo normas y límites,
favorecer el clima emocional familiar y desarrollo de competencias para contención emocional.
Diseñar estrategias de control y protección.

Detección e intervención precoz del consumo de drogas lícitas e ilícitas, información de cómo
buscar ayuda y dónde acudir.

IDEA CLAVE: Tener presente el ciclo vital individual de su hijo(a), sus características, desafíos,
pérdidas y ganancias y el ciclo vital familiar con sus fases, desafíos y crisis.

3.2. FAMILIA CON ADOLESCENTE CON CONSUMO DE DROGAS


El consumo de drogas por los adolescentes, generalmente no requiere derivación a espacios de
tratamiento especializado y surge pertinente apoyar a la familia para que maneje la situación y
participe en un proceso de apoyo. En el caso que se confirme un diagnóstico de un consumo
problemático de drogas, (perjudicial/dependiente), debe considerarse que la disposición y los
buenos deseos de los miembros de la familia de participar en el tratamiento pueden afectarse
negativamente por la forma de presentarles a estos el tema. Es importante que Ud. dialogue con
la familia, les dé espacio para opinar y expresar sus emociones y sentimientos, les informe y
sensibilice respecto de las necesidades del hijo(a) con consumo y los propios de la familia.

En general, las familias de personas con consumo problemático de drogas, se podrían ubicar en
una de las siguientes categorías, las que se establecen con el cruce de dos variables: colaboración
y síntomas de malestar, así, según se conjuguen ambas variables, las familias corresponderían a:

a) Familiar colaborador asintomático: con conciencia del consumo problemático de drogas y sus
consecuencias, colaborando para su superación. Lograr separar la problemática del familiar
afectado y el manejo de sus emociones, logrando mantener un buen ajuste en la mayor parte
de las áreas de su vida cotidiana.

b) Familiar no colaborador: no colabora en el proceso de cambio, no acompaña a las actividades


de tratamiento. Cuando llega a participar, manifiesta su desconfianza, muestra oposición o no
facilita el acercamiento al tratamiento. Este familiar puede presentar varios factores de base:
desconocimiento de la importancia de su rol en el proceso, atribuyendo los resultados solo a la
intervención de los profesionales, por desgaste físico, económico y emocional concomitante al
proceso que su hijo(a) lleva consumiendo, frustración por intentos de solución que han

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fracasado, por problemas familiares como crisis de pareja, problemas de conducta de otros
hijos. Es indispensable comprender las situaciones y brindar apoyo a la familia.

c) Familiar colaborador con síntomas de malestar: los síntomas son el resultado de las
experiencias y conflictos familiares por el consumo de drogas del hijo(a). Se muestran
colaboradores a las indicaciones de cambio para sí mismo como para con el hijo(a) y se
caracterizan por malestares tales como: sintomatología ansioso-depresiva, preocupación
constante, angustia, irritabilidad miedos, anhedonia, tristeza, aislamiento, ausencia de
actividades reforzantes, trastornos del sueño, dificultad para relajarse, pensamientos
rumiativos/obsesivos en relación con la conducta de consumo de su familiar; somatizaciones:
problemas digestivos, cefaleas o tensión muscular (contracturas), interfiriéndoles sus
actividades cotidianas.

Los padres vivencian la situación dependiendo de la edad del hijo(a) y el tiempo de consumo. En la
situación con hijos(as) adolescentes o primeras experiencias de procesos de apoyo por drogas,
estos muestran una sintomatología aguda, predominantemente ansiosa, demandando apoyo
urgente. En el caso de llevar mucho tiempo junto al hijo(a) con consumo, o sea una larga
trayectoria, los padres suelen presentar síntomas de malestar persistentes con menor ansiedad y
más sintomatología depresiva: fatiga, tristeza, anhedonia. Sus actitudes respecto del éxito del
tratamiento, suelen ser de incredibilidad y de presentar el hijo(a) avances en su recuperación del
consumo, algunos familiares presentan un aumento de sus síntomas de malestar (enfado,
desconfianza, tensiones, estado de ánimo deprimido, en general, un importante malestar). Esta
situación paradójica puede deberse a la autoobservación de los padres, llegando a percatarse de
su situación, temor y desconfianza en resultados definitivos, dificultades y rigidez en la estructura
y funcionamiento familiar.

a) Familiar codependiente:

Responde a las características revisadas en el tópico codependencia, visto esta unidad. Es


importante considerar que, si bien hay elementos susceptibles de desarrollar como algunos ya
indicados (educación respecto de la drogodependencia, procesos de desarrollo familiar, entre
otros) en este familiar codependiente es vital su atención terapéutica individual y grupal.

Existen cuatro tipos de codependientes (Mansilla, 2001, pp. 11 y 12):

1) El codependiente directo que presenta uno de los comportamientos que genera más
dificultades en el proceso terapéutico (de apoyo al cambio), porque su conducta va desde
proporcionarle la droga hasta dinero o el lugar donde pueda consumir la droga.

2) El codependiente indirecto mantiene una conducta de oposición declarada y objetiva a la


adicción del familiar pero, a la vez, protege al adicto y evita que se responsabilice de sus
acciones.

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3) El codependiente tolerante desempeña el rol de sufridor. Su rol no es modificar el
comportamiento del adicto, sino contemplar cómo se autodestruye, pero queriendo sacar lo
que queda de bueno y noble en él.

4) El codependiente perseguidor es el familiar más comprometido en controlar la conducta


autodestructiva del adicto. Despliega un sistema de conducta para descubrirlo. Es el que opera
con un control externo.

* Se anexa como Recurso Adicional un instrumento de autodiagnóstico para la codependencia.

Líneas de acción

CONSEJERÍA FAMILIAR, destinada a fortalecer a la familia y que implica:

Contención emocional de la familia. Conversar sobre las emociones de la familia respecto de la


situación de consumo. Brindarle un espacio de expresión de emociones, sentimientos y
tranquilizar a la familia principalmente, desculpabilizándola y entregándole información respecto
del curso y el desarrollo del problema de adicciones u otra información que la familia requiera. La
intervención familiar debe constituirse en un espacio esta sienta apoyo emocional para enfrentar
los problemas de consumo de drogas.

Recordar las fases que propone Nizama, especialmente el bloqueo y la crisis emocional que se
produce en la familia, siendo necesario orientar para evitar que sus reacciones lleguen a
complejizar más la situación.

Es importante que la familia aprenda a separar su afecto y apoyo al adolescente y el rechazo a su


conducta de consumo, no así a él o ella en tanto hijo(a).

Educar a la familia respecto a las consecuencias del consumo de drogas y su impacto en las
diversas áreas del comportamiento, al mismo tiempo que logren identificar que la generalidad de
los acontecimientos tiene que ver con las consecuencias mismas y no “por ellos” como padres y
familia.

También se requiere educar en relación a ser y vivir en familia. Es estratégica la educación de


acuerdo al ciclo vital familiar, sus tareas de cambio y las crisis normativas y no normativas. Y
aquellos aspectos que forman parte de la vulnerabilidad, siendo factores de riesgo o protectores,
dependiendo cómo se vivencien. Apoyarse en los contenidos revisados en esta unidad.

Orientar permanentemente a la familia. Respecto de cómo lograr un mejor funcionamiento


familiar. La importancia de dialogar como familia respecto de esta situación, reflexionar en
relación a las normas, el control, el manejo del poder, el apoyo al proceso de individuación y
autonomía, entre otros. Considerar aspectos tales como:

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 Poner atención a todos los integrantes de la familia. Especialmente al adolescente, quien por
sus características, asocia el mundo de los adultos en términos oposicionistas.

 Modificación y control de patrones interaccionales. Identificar estos patrones de interacción y


mostrarlos a la familia para hacerlos conscientes de ellos y para intentar modificar aquellas
prácticas. Demanda cambiar cercanía-distancia en las relaciones y desrigidizar los patrones de
relación (“tríada patológica”), por ejemplo tiempos y espacios vividos individualmente o por
subsistemas, negociaciones respecto de permisos, salidas, etc.

 Elaborar y superar el “miedo a la separación” en relación al hijo(a) adolescente, a través de


procesos de crecimiento y desarrollo personal de cada miembro de la familia, en especial de los
padres.

 Desarrollar y/o afianzar el proceso de diferenciación/individuación, de modo que cada


miembro del sistema familiar alcance su propia identidad, autonomía e intimidad, a través de
modos alternativos de relacionarse. Tarea especialmente importante es brindar apoyo en la
etapa con hijos(as) adolescentes del ciclo familiar.

Actitudes y conductas que las familias deben considerar a desarrollar:

Lo que sí se debe hacer Lo que no se debe hacer

Valorar la dimensión del problema en su justa Abordar la situación de una manera alarmista. El
medida, sin exagerar ni infravalorar. afrontamiento debe ser sereno, abierto y en
toda su profundidad.

Hacer frente al problema. Ocultar el problema. Hay que vencer los miedos
y los temores a que los demás conozcan el
problema. Ocultarlo no ayuda a solucionarlo y
mantiene un sentimiento de vergüenza.

Observar y escuchar al o a la adolescente que Despreciarle, juzgarle y condenarle.


tiene el problema.

Reconocer y asumir que el consumo de Uso de reproches (refiriendo todo lo que se ha


drogas es algo más complejo que la simple hecho por él o ella).
idea “lo hace porque quiere”.

Dejar al margen todos los prejuicios, haciendo Echar en cara lo que se ha hecho por él o ella.
un gran esfuerzo por entender lo que le Como, asimismo, el uso de la victimización.
ocurre. Como el bueno(a), que todo lo ha dado por él o
ella y que solo recibe disgustos.

Ayudarle, comprometiéndose a apoyarle si se Amenazarlo, chantajearlo, para que acepte un


decide a no consumir. apoyo profesional, si no se va a cumplir lo que se

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dice.

Aprovechar ocasiones para que inicie un Convertirse en perseguidor(a) obsesionado(a).


proceso de apoyo o tratamiento

Ofrecerle confianza y comprensión, no Olvidarse de la situación cuando participa en un


tolerancia incondicional, condescendencia ni programa o símil, depositando toda la
consentimiento. Así, favorece la aceptación responsabilidad en el profesional tratante.
de ayuda.

Delimitar responsabilidades de cada miembro Ceder ante los chantajes.


de la familia y procurar que cada cual cumpla
las suyas.

Reflexionar sobre las formas de ayudarle, Discutir violentamente, haciéndole cargar con
buscando soluciones conjuntamente. sus desilusiones, impotencias y miedos.

Mantener consistencia y coherencia en las Autoinculpación.


decisiones tomadas conjuntamente.
Tratar de dialogar o discutir con él o ella cuando
se encuentre bajo los efectos de las drogas.

Fuente: DICAP (2011, pp. 32 y 33).

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COMENTARIO FINAL
Los y las adolescentes poseen una experiencia familiar que puede llegar a significar factores
protectores y /o factores de riesgo aumentando o disminuyendo la vulnerabilidad para el consumo
de drogas. Ciertamente, es un tema complejo que demanda abordar a la familia como un todo,
entendiendo que lo que ocurre en cada familia es único y es el resultado de sus formas
permanentes de interactuar, que no es la “culpable” del consumo, sino que juega un rol
importantísimo e incide en el o la adolescente y su decisión de consumo. Para la familia y, en
particular para las figuras parentales, la etapa adolescente implica múltiples desafíos; entender y
actuar con los hijos(as) considerando sus características evolutivas, las del contexto en que se
insertan y desarrollan, además de sus propias necesidades y procesos evolutivos como adultos y
como grupo familiar.

Indudablemente, la familia necesita herramientas dables de traducir en educación, orientación,


contención, entre otros. Y, por su parte el o la adolescente necesita apoyo, que será posible en
tanto su familia entienda cómo hacerlo de la mejor forma posible. Seguramente Ud. alguna vez ha
escuchado algo similar a este relato: “Mamita tiene que preocuparse de la autoestima de Pedrito,
para que le vaya mejor en sus notas y se porte bien con sus compañeritos”. Al respecto cabe
preguntarse ¿la mamá sabe qué es autoestima, sabe cómo mejorar la de su hijo y, cómo está la de
ella? Frente a una familia deberá considerar las consecuencias que les conlleva y entender sus
reacciones, para desde ahí y con la familia, apoyarles en pos del mejor bienestar familiar y del
hijo(a) con conductas de consumo.

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REFERENCIAS
Becoña, E. (2002). Bases científicas de la prevención de las drogodependencias. Ministerio del

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