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Por otro lado, los argumentos inductivos cuentan con una probabilidad del 0,5
(calculado de 0 a 1) de ser verdadero, por lo tanto, la conclusión será probable, y
esto es debido a que, a diferencia de los argumentos deductivos, la conclusión no
esta completamente incluida en las premisas, sino parcialmente. El pensamiento
inductivo tiene como debilidad (según Hume) que va más allá de la premisa, lo que
a la larga también pude considerarse una fortaleza, esto se ve manifestado ya que
permite generalizar a partir de hechos observables.
Para que un argumento sea Solido, es preciso que tanto la conclusión como las
premisas sean verdaderas, indiferentemente si se trata de un argumento inductivo
o deductivo, de esta manera se descartan (o se consideran no solidos) aquellos
argumentos validos o inválidos que contengan alguna premisa falsa, sin embargo
es preciso recordar que la validez es una característica de los argumentos, mientras
que la verdad y falsedad es una característica de los elementos que la componen y
que la lógica nada dice sobre la verdad o falsedad de las premisas. En la ciencia
moderna se puede observar claramente este tipo de argumentos ya que en el
modelo empleado (hipotético-deductivo) solo se aceptan aquellos que son sólidos,
es por esta característica que la ciencia moderna ha tenido tanto éxito a diferencia
de la filosofía o la religión.
También existen las inferencias por intuición, donde se expresan convicciones pero
se carece de forma alguna de demostración, es en este caso donde no se aplican
los procesos lógicos de deducción o inducción, sino el de la intuición, estos son
pensamientos que tienen un origen ya sean en experiencias previas, temores etc…
pero que nos resulta desconocidos. Esta clase de pensamientos no se limita a los
temas ordinarios sino también a temas espirituales y mas trascendentales, sin
embargo es considerado más como una parte de la psicología que de la lógica y es
empleado más como un recurso de creación ya que no tiene utilidad para justificar
algo racionalmente.