Protocolos de actuación desde la

La Administración

violencia En cualquier intervención social o

comunitaria se evidencia la necesidad
creado por de atender los diferentes elementos
Jennifer Ortí que intervienen en el origen y, por
tanto, también en el abordaje de la
problemática.

Un protocolo es un instrumento
elaborado y consensuado por
diferentes agentes implicados en la
intervención sobre una problemática

determinada con el objetivo de posibilitar intervenciones

coordinadas y eficaces. Es sobretodo, el resultado de un trabajo
en red.

La violencia de género desde el ámbito familiar es un

fenómeno complejo y multicausal. Consideramos que el modelo
de análisis e intervención más recomendable sería el modelo
ecosistémico, ya que este modelo considera los diferentes
ámbitos implicados: cultural, social, comunitario e individual.

En el análisis de estos ámbitos implicados encontramos los

siguientes elementos:

En el ámbito del macrosistema: las creencias, los mitos y los

roles que el contexto sociocultural mantiene sobre la violencia
hacia las mujeres.

En el ámbito del exosistema: los discursos legitimadores de los

actos de violencia, la impunidad de los que ejercen y la
culpabilización y estigma social de las mujeres que son víctimas.

En el ámbito del mesosistema: los entornos en los que participa

la mujer, con vínculos directos o indirectos, y las respuestas
obtenidas del entorno.

En el ámbito del microsistema: todos los elementos que se

refieren a las relaciones y viviencias individuales, como la
historia de vida, el impacto del sexismo, los modelos
relacionales y de convivencia aprendidos y la construcción de la
propia estructura-identidad personal.

Entonces, si todos estos elementos intervienen en el

establecimiento y perpetuación de las situaciones de violencia
machista en la pareja, el abordaje debe incluir todos los ámbitos
de actuación referidos.

La violencia de género en el ámbito familiar tiene carácter de

proceso, lo que implica que hay una gran diversidad de
situaciones, en función del momento del proceso de la violencia
(inicio de relación, convivencia, separación...) y en función de la
existencia o no de recursos de soporte (social, económico,
legal...).

La ausencia de recursos dificulta que una mujer maltratada

pueda liberarse de la relación de abuso a la que está sometida y
perpetúa su victimización.

Las situaciones más visibles corresponden a momentos de

crisis o emergencia, en los que son necesarios recursos de
urgencia. Hay situaciones en las que se necesita información,
protección, soporte psicosocial... para poder realizar un abordaje
integral.

Los protocolos son instrumentos para la vinculación entre

personas y no formularios burocráticos. A veces pueden ser la
fórmula más inmediata para dar respuesta y disminuir la ansiedad
asociada a la necesidad detectada, pero en algunos casos se
pueden convertir en formalismo, provocando frustración,
aumentando el riesgo de victimización secundaria.
BIBLIOGRAFÍA

Blay, E. (2013). Violencia Doméstica: Aspectos Jurídicos. Material

no publicado.

Blay, E. (2013). Violencia Doméstica: Aspectos Legales. Material

no publicado.

Ferré, M. (2013). Violencia Domèstica: Violència de Gènere.

Dossier 1. Material no publicado.