Reseña.

Por: Luis Ángel Narváez Gómez - 1003189083

Serrano, E. ​La teoría Aristotélica de la Justicia, ​Isonomia, 2005. Pág 123-160.

El objetivo del texto ​la teoría Aristotélica de la justicia de Enrique Serrano, como él mismo
lo menciona, consiste en utilizar aspectos de esta teoría para superar algunos problemas que
se presentan actualmente para definir el significado de la Justicia. El autor explica a lo largo
del texto los diversos significados que para Aristóteles significaba ​justicia, ​la cual, según este
último, se determina a través de los significados del término “injusto”. Para Aristóteles la
injusticia se manifiesta a través de la transgresión de la ley en un primer momento, y como
codicia en segundo lugar. Cada una de estas acepciones corresponde respectivamente a una
forma de entender la Justicia: la primera como Legalidad y la segunda como respeto a la
igualdad. En el texto, Serrano enfatiza como Aristóteles hace una división entre estos dos
significados de Justicia, siendo la justicia como legalidad comprendida como una ​justicia
general, ​y la Justicia que refiere al control de la codicia como una ​justicia particular. ​Sin
embargo, el autor deja claro que “no se trata de dos especies de Justicia distinta, ya que la
particular presupone a la general (Serrano, E. ​Teoría Aristotélica de la justicia. Isonomía,
2005).
La tesis Aristótelica que Serrano desarrolla principalmente en el texto es la que iguala
legalidad con justicia, en la medida en que la legalidad consiste en el establecimiento de un
orden y unas normas básicas de comportamiento que posibilitan el buen vivir y el desarrollo
humano. En este sentido, el autor define que para Aristóteles la justicia universal hace
referencia a las leyes que condensan las voluntades de los ciudadanos de la polis, y por ende
el mejor gobierno es el que está sustentado en el imperio de la ley. Ahora bien, con este
planteamiento el autor llega a uno de los principales problemas del texto, el que implica que
no todas las leyes son justas. Según serrano, Aristóteles brinda un sustento filosófico a la
relación que establece entre justicia y legalidad, en la medida en que las leyes de una
sociedad son una manifestación de la voluntad de dicha comunidad y por ende se adecúan a
sus pretensiones (lo que el autor relaciona con los principios del iusnaturalismo jurídico). No
obstante, las leyes basadas en las costumbres, o ​leyes no escritas, ​en palabras de Aristóteles,
no siempre acarrean justicia, ya que no todos los individuos las aceptan de manera acrítica.
Aparecen entonces las leyes escritas, que serrano relaciona con el derecho positivo y que a
pesar de ser más propensas a las injusticias por ser artificios creados por el poder político,
están fundadas bajo la noción de ​libertad, ​y por ende, respetan las perspectivas de los
miembros de la polis. De acuerdo a lo anterior, en el texto se menciona como para Aristóteles
ambas clases de leyes pueden ser justas si están basadas en el consenso, por ende la finalidad
última de animal político es el de establecer la ​polis​, donde se manifiesta su libertad.
Es evidente que a lo largo del desarrollo del texto, Serrano enfatiza dos conceptos clave que
según él, son centrales en la teoría de Aristóteles y representan las bases de su orden civil;
dichos conceptos son ​pluralidad ​y libertad. E
​ stos dos términos son, si se quiere,
correspondientes y adquieren una importancia vital en el sentido que el autor le da al texto.
Para ubicar el concepto de ​pluralidad ​en la teoría Aristotélica, serrano menciona como para el
filósofo griego, el mundo humano posee una cualidad ontológica que es cambiante, y que
debe ser reconocida para para desarrollar la política. Por su parte, la libertad es una condición
de posibilidad no solo para que dicha pluralidad pueda ser manifestada, sino que representa el
criterio racional que permite establecer el grado de justicia en las normas y leyes. Serrano
menciona como para Aristóteles la ley general no puede aplicarse indistintivamente a todos
los casos particulares, y por ende es necesario un nivel de interpretación basado en la libertad,
esto es, la equidad. ​Este término funge como un corrector de la ley y se presenta únicamente
en un contexto libre y que define la actividad de la política. Dicho de otro modo, serrano
manifiesta como la libertad cumple un papel fundamental en la medida en que posibilita uno
de los factores cruciales de la justicia, es decir, la equidad.
En conclusión, en el texto se utiliza la visión normativa propuesta por Aristóteles, para
argumentar el papel central que cumple la libertad en la noción de Justicia, en la medida en
que la justicia aristotélica busca mantener un orden natural (Kosmos) y en ese sentido es
necesario el establecimiento de sistemas normativos fundamentados en la libertad. El autor
sintetiza esta idea de forma precisa al decir que toda norma jurídica posee validez racional
cuando se constituye en condiciones de libertad y por ende, el orden civil legítimo es aquel
que puede garantizar no solo la legalidad, sino también la libertad.