Вы находитесь на странице: 1из 44
AP{TULO TERCERO STORICA DEL D CHO DEL MAR Se sittia hace mds de wescientos cincuenta millones de afios, en el mar, cl onigen de Ja vida terrestre, FJ mar, en su potencia, magnitud y belleza, es apabullante, maravi- Jloso. Atin en nuestros dé desde el mito de Ia se difunden Jeyendas sobre sus misterios: Atlantida hasta historias sobre fuerzas magnéticas y extravios en el Tridngulo de las Bermudas. A pesar de las proezas de audaces navegantes, de los avances tecnolégicos de las modernas embar- caciones nucleares, de los conocimientos acumulados, el mar sigue sien- do un mundo semi-desconocido, en cuyas neblinas y profundidades se esconden muchos enigmas. Ese mar atin no ha sido conquistado. A, MUNDO ANTIGUO La relaci6n del hombre con el mar se remonta a los ensayos de la pesca manual en el ticmpo prehistérico, antes de que se emplearan el arp6n, las redes y las trampas, y a las primeras experiencias de navega- cién, posiblemente en troncos a la deriva en rfos o estuarios. En tiempos primitivos las fragiles embarcaciones no podian aventurarse demasiado lejos, como dicen Frances y Walter Scott, “... en el mejor de los casos podfan navegar protegidos por las bahias y pescar a lo largo de Jas costas”””. Es de pensarse que los avances en la tecnologia navicra hizo posible que poco a poco el hombre se arriesgara a penetrar mds en cl “insondable” mar, enfrenténdose a tempestades y corrientes, en viajes muchas veces sin retorno. Solamente es posible especular con respecto al lugar y época cn que la vinculacién HOMBRE-ESTADO-MAR dio pauta al surgimiento de reglas obligatorias entre los Estados, pues los orfgenes se pierden en la antigiicdad. Se considera que la existencia de normas de proyeccién in- ternacional se vincula a los avances de la navegacién, ya como empresa militar, ya como actividad econémica. D Frances y Walter Scott. Obra citada pagina 14. Dr, José Luls Lovo Castelar Mediterrineo, con el auge del comercig fue en el Mar ; pueblos egipeio fenicio, que se origi Ic los yf luc se origina Se estima que inaritinyo, cn as Epocas ¢ era materia. : / iLainos ances de Cristo, iniciaron la industria de Hoe maderas eraidas en balsas por el Nilo, si in pueblo de navegantes o pesquero, rnues Los egipeios, tres mY barcos, €¢ ue éste haya sido 0 Maritime de LEurope, de M. D. Azuni, “En remotas épocas de la construccién de bien, no se seal en particular, Refiriéndose (Paris, 1805), Alfredo Viisqui cién, aparecicron los Fenicios: aaeeeey nuaritimg cn cl Medixerrineo y set 10 Sicilia, Cerdena, C 1 los puertos de prsat por las Columnas de Hercules, 0 sea, descubrir las costas britdnicas””*. garon a paises tan alejados como Espaiia. Establecieron colonias, dominar rutas mariti- ala obra Droit ex Carrizosa dice: Facra de organizar habilmente ef «mas célebres navegantes srecia y las Galias, de la epoca, visitabar - acomerieron la empresa de el estrecho de Gibraltar, para Los fenicios, desde Sidén y Tiro, He as del noroeste de ca, que llegd a supcrada por el poderio romano creada para proteger la mer- la India y a las cost como Cartago, en la costa de Afri imas del Mediterréneo, hasta que fue Se estima que la primera marina de guerra, cante, fue fenicia. Se considera que el primer pueblo de la antigitedad que produjo leyes maritimas escritas fue el pueblo rodio. Rodas era un centro comercial es alli donde se dictaron las leyes del mar mds antiguas que muy activo y 1 diversas instituciones, como ciertas especies de se conocen. Se regularo préstamo maritimo, delitos entre marineros y delitos relatives al carga- mento y al buque. Segtin estas leyes, si el mascil de un barco tenia que ser tirado al mar durante una tormenta, los viajeros estaban obligados a contribuir para uno nuevo; si un marino golpeaba a otro, deberia ser castigado, etc. Lo notable fue su cardccer internacional, pues trascendié y fue usada en barcos de otras naciones —_ ° De la isla de Rodas el derecho se difundié hacia Grecia. Asi, en Ate nas se adoptaron las leyes Rodias que castigaban la pirateria, has gue ® Adlusts Yi : Alfredo Vasquez Carrizosa. Colombia y los problemas del mar. Bogor. i . . Imprenta Nacional, 1971. Pagina 62. Bogoté, Colombia 32 : nc Prolegomenos del dereche del mar posteriormente pasaron a Roma, al imperio bizantino y se aplicaron en Ia Edad Media Las ciudades-Estado de Grecia ejercieron varios tipos de jurisdiceién sobre sus mares adyacentes. Aun cuando no se hayan formulado deman- das de soberanfa. Se aplicaban reglas entre los Estados griegos, mas no en relacion a terceros pafses, que eran calificados de birbaros, Sin em- bargo, se atribuye a Minos, rey de Creta, aspiraciones de soberania sobre el mar, para hacer honor a su pretension de no admitir en sus cercanias la presencia de piratas. Tucfdides y Herodoto relatan las hazafias como navegante de este monarca. Respecto a Grecia, descamos hacer ligerisima mencién de su mitolo- glay liceratura sobre el mar. Recordemos al poderoso Poseidn 0 Neptuno. Dios de los mares, que era hermano de Zeus; a Jasén, en pos del Velloci- ino de Oro, cruzando los mares; a la inmensa flota de Agamenén, rey de los egeos, descrita por Homero, en el bloqueo a Troya; y las rerribles prucbas que hubo de padecer el astuto Ulises, quien después de perma- necer diez afios en la Guerra de Troya, tardé diez mas en su trayecto maritimo hacia fraca, en tanto la bella y paciente Penélope se resistia a los pretendientes, El derecho romano, que comprendia el derecho de gentes (Jus Gentiwn)” recogié practicas comunes de carécter consuetudinario so- bre temas vinculados al mar. Roma, la duefia del mar, una vez vencida Cartago, convertida en Estado imperial, que imponia sus designios y normas, concibié al mar Mediterréneo como una zona bajo su poderio, un “MARE NOSTRUM"”. Cervantes Ahumada, nos comenta un antecedente valios{simo en ma- teria de cracados, sobre la materia, asi: “Por dos tratados, celebrados en 508 y 306 antes de Cristo, los romanos comparticron el Mediterrineo con sus rivales cartagineses. Mas, puede afirmarse que, en términos ge El jus gentium ahora utilizado como sinénimo de derecho internacional, era el derecho que regulaba las relaciones entre los ciudadanos romanos y los extranje- ros. Es y basado en principios de equidad y derecho narural. Se aplicaba bajo el control aba constituido por leyes de orden administeativo en forma sistematizada de los pretores peregrinos. 33 uls Lovo ye Li ies cipio de que el mar eta libre y rales, en la ant " cruraban el Mediterrineo bajo cra resto de Estados, normal. a, rect ndo su hegemonia. Como alaey de Roma, TO a libertad del mar resuleaba cay la navegacidn. Al tratar on una frase del emperador declaré: “Yo soy ner comin”. Ena Ia idea juridica mente, SC sometian consecuencia de que peetinente su uso commen £0 8 fe precisar la noci6n romans bl ‘Antonino, quien para resolver UP pro! olo la ley esl relacion a la p trac a colaci ema maritimo, | amo en el mar’. | Digesto y asentada por trae del mundo pero solo YAS A cogi La norma fundamental, fe n el Dig ; Marcelino, Celso y Ulpiano fue ia siguiente: “Ciertamente, segiin el ? at mar y sus licorales, pertenecen a derecho Natural, el aire, ¢l agu» todos los hombres” - La doctrina de Roma consi 4 cir, no era susceptible de apropiacién. Como el aire, era res extra patrimonium, de uso libre. En Roma no se distingufan zonas bajo juris- diccién, si bien en sus luchas contra los piracas hubo “zonas de control” No fue sino hasta el Imperio Bizantino que en tiempos de Pompeyo. » specrininaron como patrimonio estacal la pesca y las salineras, en lo que ves ef origen remoto de la zona de mar territorial, bre el concepto romano del mar, en el marco de la ‘deraba al mar como res communis, es de- para alguno: Petit nos ilustra sol siguiente clasificacin de las cosas en el derecho romano: 1) Cosas de derecho divino, res divini ores nullius: ningtin ser humano puede apropiarselas; y, 2) Cosas de derecho humano, es humani juris, 0 cosas profan: que a su vez se subdividen ast: res communes, es publicae, res universitatis y res privatae o singulorum? . ; Rati Cervantes Ahumada, Dz i MoE DEI la. Derecho Maritimo, Pagina 40. Editorial “Herrero, S.A.” Ee quidem naturaliiure en ommium communia sunt illas ; " illa: aer, a drei on mari (Ob citada de Alfredo Vasquez Cone naa 6) (obs osa, pagina 63). ig ratadocemenal de derecho romano, Editorial Nacional, México ” ” Trolegémenos del derecho del mar Las res communes son aquellas cuya propiedad no pertenece a nadie y su uso es comtin a todos los hombres. Su naturaleza es excluyente de coda individualidad: el aire, el agua corriente y la mar. De donde resulta Ja libertad de pesca y de navegacién. Los peces son silvestres por natura- Jeza, por tanto un hombre no es su duefio sino hasta cuando entran en la red, pues los que nadan libremente no son objeto de propiedad. (Como las abejas). La distincién de las res communes con las res publicae, que también son de uso comin, es que estas eran propiedad del pueblo romano, ex- cluyendo a otras naciones, como las vias pretorianas y los puertos. Con ulterioridad se ha debatido si el mar es res communes, por perte- necer a todos, o res nullins, que no es de nadie, prevaleciendo la primera. En general, podemos afirmar que el surgimiento de las normas mari- timas en las relaciones entre Estados, se produce desde las épocas de los fenicios, los egipcios, griegos y romanos, y que ello fue resultado del auge del transporte maritimo en el mar Mediterréneo, a través de la aceptacidn paulatina de précticas comunes de cardcter consuetudinario, formalizadas en legislaciones internas. B. EDAD MEDIA Con la declinacién y cafda del Imperio Romano de Occidente, los bizantinos y con posterioridad, los musulmanes, se convirtieron en las principales potencias maritimas en el Mediterrdneo. Entre el siglo quinto y el decimocuarto vemos a una Europa dividida bajo el sistema feudal, en pequefias porciones de territorio, una vez di- suelta la unidad imperial. El derecho feudal descansaba en un poderoso sistema de propiedad de la tierra, del que dependian la autoridad y la riqueza. A principios de la Edad Media disminuyé el comercio y asf las vincu- laciones entre los paises de Europa y Asia. En una fase ulterior, siempre durante la Edad Media, se intensificé el trdfico del mar, sobre todo hacia el oriente. Siguié prevaleciendo el dere- cho consuetudinario. La navegacién, al fomentar el intercambio mercantil y la riqueza de los comerciantes, fue en incremento, pese a lo rudimentario de los ins- trumentos y al peligro derivado de la pirateria. 35, telar pojosé tls Lovo cd sudades portuatias puede vincularse al increme, plauge 7 Londres ‘Amberes, Brujas> Amsterdam y Hamburgo, c, arcelona, GENOVA: Marsella y Venecia, en el sur. hen al norte Yas habian restablecid do medicerraneo. 1 jertas del comers f jos contactos entre Europa se et t os largos viajes demandaron Ra ‘JOres salad Media grandes empresas de los naveyan ae Jos, Marco Polo, en el siglo XIIT, legs ted pectativas para sus contemporineos, de que el mar aledafio alas costag 1x control en las proximidades oducen en fa res con mundo de & lls Ia nocin que ejerce algt scar cerca de la costa Hegaron a esti quien podta cederlos y cobrarim- Se pr amisallé de los 7 ‘Asia, abriendo UP TLentamence se desart pertenece al pats Fibereior pigs litoral. Los derechos para Pe vse parce de 12 propiedad del rey. pests. En lo militar, surgieron “ligas defensivas” entre las ciudades, y |; cot tdcecién Hanseitcs, en el ma Baltico, para defender las ea ai caciones mercantes, que En el ambito juridico, vel interés piblico en las coscumbres maritimas. En Barcelon a, se eran artilladas. se observé una confusin entre el interés pri i. vado elaboré “El Codigo de las Costumbres Maritimas” o “ Libro del C Jado”, que contenfa prdcticas usadas en el mar Mediterrénco en pets de pay de guerra, Asi, “el jucio de presas pronunciado en alca = ‘lalmirance de la flota con respecto a Ja mercancta apresada co! 4 tener un cardcter jurfdico, bien distinto de un acto de rey lia en a ‘ lucha encre piratas”? aaa Los Cédigos maritimos medio evales, que teni: general las leyes maritimas de Rodas, aa } El Cédigo Bizantino, lamado “Basilika”. Siglo VIL El Cédigo de Jerusalén. (De los cruzad : Sy Los juiced len. ( uzados). Ste juicios de Olerén. Siglo XII ordenanzas de Wisb ; Siglo XI. y, (Costumbres maritimas en el Baltico). poe » Alfred ° Vasquez Carrizosa. Obra citada, pagina 64 » pagina 64, 36 Prolegémenos del derecho del mar ©) Lasordenanzas dela 1591. f) El “Libro Negro” del Almirantazgo Britdnico. Reinado de Eduardo II. Siglo XIV. 8) El Codigo de las costumbres maritimas. Barcelona. (“libro del Consulado”). h) El "Guidon de la Mer”, Derecho maritimo francés, adoptado en Rouen. Vigenge hasta 1681, cuando Luis XIV promulgé “L Ordonnance de la Marine”. En general, en esa época la costa se consideré como frontera de los Estados; se distinguié entre una zona de playa, que el mar cubria alter. nativamente con los cambios de marea, que era el “limite maritimo na- tural”, de la “zona de respeto”, determinada seguin el interés de cada Estado. Los soberanos se vieron en la necesidad de protegerse contra los piratas y de asegurar los derechos de pesca para sus poblaciones. Respecto al mar territorial, surgen antecedentes en la Escuela de Glosadores de Bolonia, un centro intelectual de renombre desde el siglo XII, dedicado al estudio del derecho, en especial del Cédigo Justiniano. Aeesta Escuela pertenecieron Bartolo de Sasoferrato y Baldo de Ubaldis. Sasoferrato, en el siglo XIV, en su obra De Insula, afiemé la jurisdiccién del Estado en el mar a una distancia de cien millas (CENTUM MILLARIA), pretendiendo justificar la accién de Pisa sobre los piratas, con arreglo a la méxima siguiente: “Patet, quod sicut quis potest punire delinquentes in territorio suo, ita in mari adjacenti illi civitati, vel, | provinciae”. Ubaldis, contempordneo del anterior, en sus Commentaria, justificd los derechos de Venecia y Génova para exigir impuestos a las naves que surcaban en mares vecinos. Afirmaba que el Estado ejercia jurisdiccién, pues si bien el mar es un bien de uso comiin y no puede ser apropiable, sf puede el Estado ejercer actos de control y proteccién en las cercanfas de sus costas. Sanchez de Bustamante, comentando sobre el mar territorial en la Edad Media, observé: “no hubo acuerdo comin, ni oficial, ni consuetu- dinario entre los diversos paises y cada institucién o practica fue sur- giendo y acentudndose a medida que una necesidad lo requerfa”™. “Hanza Teuténica” 0 Cédigo Hansedtico. * Alfredo Vasquez Carrizosa, obra citada. Pagina 80. 37 Dr, José Luis Love sla Edad Medi, Venecia sobre su PO precursoras de en momentos en que surgen las pup. derio maritimo y con las grande, soncluimos. © ae a ei | descubrimiento de América re Genova ¥ nas ent nnesabs expediciones porrys C£POCA MODERNA desarrollo de las nociones juridicas sobre los Este perfodo, de gr vincipio, con 13s grandes expediciones y los des. se relacionay en Pon cen os sighos XV y XVI, después de que c cur 7 africanas, adencréndose en el océa- rdearal imi: Ni Indico; y que Espa con la epopeya del descubrimiento det Nucro no Indico; i | Arlantico. ar en ¢l - Sh ce ga Pp EI Tratado de ias sobre las rutas maritimas, 1? (gepura encre estas porencias sob suede deseubrimienco de América por CristObal Cold en 1492, sare prennerelea ast: “Portugal, dueio de las euas africanas, ce sprsaba aira a India por el Cabo. Yel ry espafioh que acababa, segin aoe ssemar sus teales en la costa de China, y a quien inquiecaban Jos progresos de la ndutica lusicana, quiso reservarse laa maritima dela seda, en su opinién recién descubierta por los suyos”?. Esta disputa fue resuelta por el papa Alejandro VI, quien actuando como drbitro emitié Ia bula Inter Coetera, el 4 de mayo de 1493; y una segunda en septiembre del mismo afto. Las bulas fueron aceptadas por ambos Estados, en virtud del Tracado de Tordesillas de 1494: se trazé una linea imaginaria, del polo drtico al polo antértico, a 370 millas al oeste de las islas Azores (segiin las bulas, a 100 leguas de las islas Cabo Verde), quedando reservado a Portugal el mundo extraeuropeo, situado al este de la linea, y a Espafia (los reyes don Fernando, dojia Isabel y sus sucesores), las tierras 0 islas situadas al oeste, con tal que dichas tierras 0 islas no estuvieren bajo ocupacién previa de otro monarca cristiano an- tes del 25 de diciembre de 1492. Al respecto, dice Cervantes Ahumada: ... “fue el abandono del anti- guo principio de libertad de los mares y del concepto del mar como cosa con mares, cubrimientos qu 5 costas Jos portugueses b a et % Jacques Pirenne. Historia Universal. oo, 1978 Pigeasae Volumen Il. Editorial Cumbre, S.A. Méxi- Prolegémenos del derecho del mar comin, inasible y perteneciente a todos’, Vasco Nufex de Balboa, descubridor del océano Pacifico, consagrs su frase: “La mar del sur pers tenece a la Corona Real de Castilla”. Las pugnas entre las potencias maritimas, el desarrollo de la navega- cidn y el comercio marftimo, y los debates doctrinarios, Hevaron, final= mente, a la distincién entre el mar territorial, bajo la soberanfa del Esta- do con propésitos defensivos, y la alta mar, caracterizada por el prin pio de la libertad, que se convirtié en ley universal, Las nociones de libertad en la alta mar y de soberania del Estado costero sobre el mar adyacente, se desartollaron simultdneamente, y com- pitieron durante siglos, sobre todo en el Mediterraneo. Con respecto al alta mar se difunde el principio de las rutas exclusivas para las potencias navieras, como efecto de las bulas papales; el Dominio Maris. ‘También aparece el principio de libertad de navegacién, como con- secuencia de las normas de! derecho natural: el Jus communicationis, de- fendido por Francisco de Vitoria y Fernando Vasquez de Menchaca. Los desarrollos de Ia tecnologia naviera y los intereses por controlar la navegacidn, la pesca y zonas distantes, agudizaron los debates entre las potencias maritimas, ya defendiendo la libertad de los mares (mare Liberum), ya delendiendo el derecho de un Estado a reclamar tanto de mar como pudiera ser defendido (mare clausum): Llegé a su punto més Algido a principios del siglo XVIL. Para esa época, los holandeses y fran- ceses, y después los alemanes, daban la batalla por el mare liberum, de- mandando el acceso a los mares que rodeaban a las islas britdnicas, en tanto que ingleses, espafioles y portugueses afirmaban el mare clausum. Esto no impidié que otros Estados se lanzaran a aventuras maritim: ya en 1497 una expedicidn inglesa llegaba a la peninsula del Labrador; pero el Tratado facilité las empresas de portugueses y espafioles. Portu- gal expandié su dominio sobre el océano {ndico y Espaiia emprendié la construccién del “Nuevo Mundo”, en América. Cabe agregar, en pa Jabras de Antolin Diaz Martinez, que en “1502 el papa fallé en favor de Portugal y obligé a Espafia a indemnizar entregan- ™ — Rauil Cervantes Ahumada. Derecho marttimo. do al soberano de los lusitanos un territorio en América de similar ex- rensin al de Espaa"” (En ef actual Brasil). ‘os de jurisdiccién sobre el mar se iniciaron con el auge de Venecia, que pretendia se respetal nia sobre el Adridtico. Venecia, en renovacidn de los lazos perpettios que uinen al mar con esa bella ciudad de los canales y palacios, desde esa €poca, lanza cada aio un anillo matrimonial a las aguas del Adridtico. Se producen entonces reivindicaciones de Génova sobre el mar de Liguria, de Inglaterra sobre el Atlintico del norte; de Dinamarea en re lacién al mar Baltico; de Espana y Portugal, en los mares del sur, al amparo de las Bulas de Alejandro VI y det I paises escandinavos sobre porciones del mar en Groenlandia, Con gy parte del Mediteri libertad del mar se vio disminuida, h: El dominio de los mare captura, de suerte que no era posible ni la navegacién pacifica y libre, ni el comercio de ultcamar, Por ejemplo, los corsarios ingleses ataca los barcos espafioles y eran recompensados por Isabel I, a su regreso a la Los reclamos prec sut poder maritimo y sobera- tado de ‘Tordesillas; de los neo bajo control turco, y los reclanvos unilaterales, la pués del siglo XVI. se traducia en los derechos de visita y de sta de: Isla, con los botines obtenidos. Hugo Grocio, jurista holandés, desarrollé el concepro de la libertad de los mares, en su obra Mare liberum (1609), sostuvo que el mar no era susceptible de propiedad, porque nadie podia realmente tomarlo en posesidn y por ser inagotable. Esti abierto para el uso de todos, Frentea esas tesis surge la respuesta del inglés John Selden (1618), propugnando un mar reservado, mare clausum; sostuvo que cicrtas naciones podian como el caso de Inglaterra defendiendo la as sobre las aguas que las rodeaban. Traigo io del doctor Martinez Moreno: “En efecto, es perfectamente conocido el hecho de que Grocio, al propugnar Ja libertad de los mares, lo hizo pensando en la conveniencia de la pujan- poscer parte de la alta ma soberania de las islas brieén al respecto el siguiente comenta te marina mercante holandesa, en tanto que Selden, el ilustre consejero de la Corona Britdnica, abogaba simulténcamente por la tesis contraria, 7 Antolin Diaz Martinez. Derecho internacional piblico. Bogots, Colombia. Pagi- na 47. Prolegomenos del derecho del mar ta del marr clanswae, en una epoca en que la poderasa Albidi todavla no osrenraba el sedorio de los mares y ocganos™, EL jurista holandés Comelio Van Bynkershock publics en 1708 su libro de Dominio mans dinernete, admitiondo la posesidn del nvat cer cane 2 las costas y Lanzando la exitosa ceoria del tire del eatin, bajo et aforismo “Poaattem temnee fimiri, whi finitur armorum vis", en que se fund la teoria moderna del cerritorialismo, Doctrina que tue apoyada por Hubner en 1758.y Vartel, en la misma época, que afiemaba el domi- aio del Estado sobre ef mar adyacente para su seguridad, en lo que pu diera hacerlo resperar, El concepto de un mar territorial, perteneciente al Estado costero, se volvid bien establecido en derecho internacional, pero no asf laanchura de ese mar. Ademés de la pesca y la seguridad, era preocupacidn de los Estados et aplicar sus leyes sobre comercio, los impuestos aduanales, la captura, trofeos de guerra, derechos exigidos por paises que controlaban estre- chos y la neutralidad de buques en tiempos de guerra. La idea escandinava de una legua marina. (de 4 millas nguticas) en- contrd aceptacisn, pero concebido que una legua maritima tiene 3 mi- las. Esto se vincula con la distancia original derivada del tiro del ca- fidn®. Tinoco Castro apunta que durante el gobierno de George Was- hington, en 1793, Thomas Jefferson, en notas a Francia ¢ Inglaterra, manifestaba que los Estados Unidos consideraban limitadas a 3 millas las aguas territoriales. A fines del siglo XIX ya una mayoria de paises se pronunciaba en favor de las 3 millas nduticas como zona de soberania, concediendo tini- camente el paso inocente a las embarcaciones extranjeras. “Alfredo Martinez Moreno. Fray Francisco de Vitoria, el doctor humano, En Con media toga. San Salvador, 1986. Pagina 16. ” — ELArt, 574 del Cédigo Civil salvadorefio de 1860, fija la distancia de una legua ndutica de mar territorial salvadorefio y 4 leguas de zona contigua. ® — Luis Demetrio Tinoco Castro, Por un nuevo derecho del mar. Universidad Auté- noma de Centroamérica. San José, Costa Rica. 1978. Al ela andinavos continuaron con Dr. José Luis Lovo imidad, los escan” : habia a Mos y oxras pases mmediverréncos devas los 0 ou jurisdicci6n hasta 12 milllas, Alyy daron 6 mi {fan 207 4s amplias de jurisdiccién mec os incluso, PFET gid hasta Ia Conferencia de La Haya q, Esa falta de consens fans Contr dL Hoa ONU de 1958 y 1960. Por eljg 1930, que ne logrd f ia la f cl Tonferenca i fixe posible en las Con or extension en demanday las i -Jamos de 200 hubo espacio part eC : ae its que veremos £0 él capiculo que sigee- ema ferencias se consagraron multitud rs geltivas los espacios nUtCOS Y Sus Uso, progresivo es ostensible en el siglo XX. anchut: de la as de may’ en estas con civas a unilac Si bien ese probl de normas consuetud Jesartollo cuya codificacion ¥ ¢ LOS RECIENTES izando el derecho del mar antes de 1930, expresa D. DESARROL que los intentos para encontrar Formulas Galindo Vélez, anal que “comtinmente s¢ P' os ficacién de La Haya, y que nada o muy poco se ens veeursos del mar comenzaron en 1930, con Ja para utilizar mejor | Conferencia de Codi habia hecho antes de esa época”. destacando resultados de la Con, Esa afirmacién él mismo la desvirttia, ferencia de Estocolmo de 1899, que recomend un programa de investi cain, para que siviera de base para una ulterior legiskacién sobre el ma Perea see cae refierea as Conferencias de Oslo, de 1901, y de Copenhague de 1902, la que establecié el “Consejo Internacional Per er- manente para la Exploracién del Mar”. Orra importante Conferencia fi fl Conferencia fue la relativ: a relativa a pesquerfas, cel » celebrada en 1916, en Madrid, donde el espa , patiol Odén de Buen y del Cos sugi por primera ver, que, para el progreso de I lesapatet ta oe primera vey reso de las pesqueria $ terri “o se Tee hasta donde Hegara la bitslenenh cecdtond al. ' peatirn de Codificacién de La Haya = La Sociedad de las Naciones Unida , Conferencia de Codificacién oe Doe ene de 47 Eades de » que se realizé con participacié » del 13 de marzo al 12 i Jayna al 12 de abril, en La Haya, a —————_—_____ a Francisco Galin Jalindo Vélez, A Ni cer 2. A New Regi tury. Nueva York Rberomayee are the Seas, A Landmark of the twentieth 42 Protegémenos del derecho del mar partir de los trabajos de un Comité de Expertos. Comprendié el tema de las aguas territoriales, después de excluir la conside- racidn de los temas sobre proteccién de las riquezas del mar y de la piraterfa, El tema del mar se atribuyé a la Segunda Comisin, que estu- vo bajo la presidencia del internacionalista salvadorefio, doctor José Gustavo Guerrero. Si bien no se logré un acuerdo sobre el controvertido punto de Ja anchura del mar territorial, hubo notables avances, que lue- go facilitaron el trabajo de la Comisién de Derecho Interna- ional en la preparacién de los proyectos de tratado que cono- cié la Conferencia de Ginebra sobre Derecho del Mar, de 1958. La Conferencia de La Haya acordé incluir, a titulo provisional, varios proyectos de articulos en el Acta Final, comprendiendo disposiciones sobre seguridad del tréfico, proteccién de canales y boyas, reglas para evitar la contaminacién de las aguas, protec- cién de los recursos marinos, proteccién de los derechos de pes- ca y ottos. Se establecieron los criterios para la definicién del paso inocente, como aquel que no Ileva el objetivo de cometer actos perjudiciales a la seguridad, al orden puiblico oa los intere- ses fiscales, al transitar el navio por el mar territorial de un Esta- do que no sea el de su bandera, pudiendo el Estado costero to- mar medidas necesarias para su proteccién contra tales actos. La Conferencia reconocié la importancia de la pesca como in- dustria para varios Estados y adopté una resolucién indicando que “la proteccién de los distintos productos del mar debe con- siderarse no solo en relacién con el mar territorial sino tam- bién con las aguas contiguas a él”. Sin embargo, no fue posible alcanzar una solucién de general aceptacién. Destacé la importancia de las medidas de protec- cién y de colaboracién necesarias para salvaguardar las rique- zas maritimas que constituyen el patrimonio comin”. a League of Nations. Acts of the Conference for the Codification of International Law. Vol. II. Minutes of the Second Comittee, Territorial Waters, Off. N° C. 351 (b). M. 145 (b). 1930, P4gina 212. Citadas por Galindo Vélez, Francisco. Op. citada. 43 Love i poe qcendencia eh. que ls Conferencia defining de ascent na maritima bajo la soberansa eseata) rial com en la que Gnicamente se le ae, iguar yona contiguar en diferencia Oe ; das comperencias al estado costero. ermina' w Suedaron articulos en relacién al estarys Conferenc! i del mar territorial. No hubo acuerdg deli act lograron decisiones en relacién al con. rat y también sobre los aspectos de la nave. Se esti De esta legal y 2} pre la anchura, Pe cipto de delimicach gacién- destacar el derecho de persecucion Got pursuit), det ee scero con respect @ buques extranjeros infractores Estado 0: eames jurisdiccionales. La Conferencia de La Haya demos que la persecucién iniciada en el mar territorial pyc. eee en alta mary solo cesa este derecho cuando ¢ ec navio infractor penecra en aguas de otro Estado, 0 cuando la wi ion se hubiera suspendido. Si bien Ja Conferencia no logré el objetivo de codificacién sae materia, sus debates y proyectos de articulos sentaron bases sdlidas que con el tiempo facilitaron la elaboracién y adopcién de las normas en las Conferencias de las Naciones Unidas. Bef de la delegacién del Ecuador a la 3* Conferencia del Mar, Embajador Luis Valencia Rodriguez, del estudio de la documentacién de la Conferencia de La Haya extrajo las con- clusiones siguientes: “a) ningdn Estado fijaba entonces su mar territorial en menos de tres millas; b) crecia el ntimero de Esta- dos que habian establecido en su legislacién zonas especiales costeras; c) la extension de las zonas especiales costeras tampo- co era idéntica; d) los intereses para el establecimiento de las zonas costeras variaban segtin los paises; y e) el limite externo de las zonas costeras tampoco habja sido fijado undnimemen- te. Sin embargo, observa, el proyecto preparado por la Confe- fencia y transmitido a los gobiernos relativo ala condicién ju- ridica del mar territorial constituy6 un valioso antecedente en el proceso de codificacién y establecié las reglas principales re- Frolegémenos del derecho del mar cionadas ce icl g laci nadas con dicho mar que muchos Estados han venido aplicando hasta la accualidad”® , 2) Los trabajos de la Comisién de Derecho Internacional En 1949, la Comisi6n de Derecho Internacional (CDI), apro- bé para su codificacién los temas “régimen de la alta mar” y ggimen de las aguas territo: En 1950 y 1951, la CDI inicié cl andlisis de los mismos, en particular de los tépicos siguientes: recursos del mar, la zona contigua y la plataforma continental, En 1952, entré de leno al estudio de la cuestiGn de las aguas territoriales, pero utilizando, desde entonces, la expresién “mar territorial”; estudié el estatuto jurfdico, la anchura y la delimi- tacién del mar territorial, entre otros. En 1953, preparé proyectos de articulos sobre la plataforma as riquezas pesqueras de la alta mar y la zona con- continental, ugua, En 1954, la CDI aprobé articulos, con cardcter provisional, sobre el régimen del mar territorial, su estatuto juridico y limi- tes; adems considerd el derecho de paso de los buques mer- cantes y de guerra. En 1955, la Comisién aprobé nuevos articulos sobre el régi men de la alta mar y sobre la conservacién de los recursos vi- vos; consideré la definicién y las libertades de la alta mar; la navegacidn (régimen jurfdico de los buques, el abordaje, la pres- tacién de auxilios, la crata de esclavos, la piraterfa, el derecho de visita, el derecho de persecucién y la contaminacién); las pesquerfas; y el tendido de cables y tuberfas submarinas. En 1956, el 4 de julio, la Comisién aprobé el informe final, recomendando a la Asamblea General que convocara a una conferencia de plenipotenciarios, para que se adoptaran una o ® Luis Valencia Rodriguez. Andlisis de la posicién jurldica ecuatoriana en las doscien- tas millas. Conferencia pronunciada en el Comité de Informacién de Contacto Externo, en Quito, el 18 de diciembre de 1980. Publicacién del Ministerio de Relaciones Exteriores, Quito, Ecuador. Pagina 5. “ As coy que habantones io e*Pacionales, ac € tier, Parado se Teferian nicamen We bos arricuy “eintiochs Estado; aoe informe ich al derecho del may rola Sion J. 4 RTE la base de yp “abajo del Rent $lo cuerng Io. —s Fancois, Mnisién refunds et ES €N setenta bajo el titulo desc derechs i,t 8A "FES articulog Ei" 1957, fa Aagaicos Conv, - Plen ‘Ocatoria d Solucion 1195 (xy dear ates Sobrecl derecho del my (Re » ala que remitig, * Para que sirvierg como base LU de importancia deci- 11%" para los trabajos de la Conferencia de 1958, 3) LaPrimera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el De- recho del Mar La conferencia diplomética ginebrina se desarrollé del 24 de febrero al 27 de abril de 1 958, con gran solemnidad, La amplia Participacién de 86 Estados Y la presencia de observadores de 16 organismos internacionales destacaban su importancia, Disponiendo de los proyectos elaborados por la Comision de Derecho Internacional, analizaria casi los mismos temas que en la Conferencia de La Haya, pero la atmésfera era diferente. ia, Inf 159), Vol. Comisién de Derecho Incemacional Amari. Informe de 1956 (sis. irrafos 25 a 32. Referencias bibliogrificas generales sobre en Nai u, Wine La Comisién de Derecho ae yeu Obes ats ‘ i fi Pablica ($.72.1.17). 2.34 Nacione 7. vicios de Informacién Public ae a York 1973, Servicios de (8 7ALIT 83 nidas, Exanten de Conjunto del Derecho lnverciooa. ll midas I 7 71. General (Solicitado por la CDI en 1970). 19 En 1930 se realiz6 evento juridicista, técnico-diplomatico, en un esfuerzo codificador de normas consuetudinarias, si bien hubo iniciativas que se estimaron como virtuales retos al siste- ma anterior. En cambio, en 1958, la reunién tuvo una mayor connotacién politica, de alto nivel, sin menoscabo de su cardcter especializa- do como conferencia diplomdtica-juridica. Una serie de factores crearon interés y expectacién en la opinién publica ¢ internacio- nal y se presentaba un clima diferente. En efecto, la doctrina de Ja plataforma continental habfa adquirido auge y vigor; la proli- feracién de las reivindicaciones por los Estados, sobre todo en Latinoamérica, se observaba con curiosidad o reservas; la pre- sién demogréfica y el subdesarrollo, alentaban en paises pobres lasesperanzas de obtener beneficios de un mayor aprovechamien- to de los recursos maritimos; ademés, la guerra frfa anunciaba diferencias 0 debates entre los Estados Unidos y la Unién Sovié- tica; en fin las Naciones Unidas ya se proyectaban hacia el mun- do como una organizacién de solidez y respeto, impulsando la cooperacién y el entendimiento. Ello contribuyé a dar a esta reunién un cierto sentido de necesidad histérica. Fue asf que se desarrollé répidamente, y se consagré con la adopcién de cuatro convenciones sobre la materia, y un proto- colo facultativo para la solucién de controversias. También se aprobaron nueve resoluciones. Las convenciones versan sobre mar territorial y zona contigua; alta mar; la plataforma con: nental; pesca y conservacién de los recursos en alta mar. Las convenciones fueron ratificadas por el ntimero requerido de Estados para entrar en vigor, en pocos afios. El tradicional derecho del mar fue finalmente codificado, lo mismo que el concepto de plataforma continental, pero de nuevo se fallé en resolver la controversia mds dificil: la cuestién de Ja anchura del mar territorial y el establecimiento de zonas de pesca. Los tratados no fueron concluyentes: dejaron ambi- giiedades en los métodos para trazar las Ifneas de base, en ma- teria de delimitacién fronteriza y no se logré la inclusion de una cléusula compromisoria en 3 de las 4 convenciones. 47 6 “ 4) En abono de las mismas, Paul Reuter expresa que “en buena parte la obra de la Conferencia (sobre todo la convencién so- bre el alta mar), es una obra de auténtica codificacién, cuyas formulas habran de constituir a partir de ahora la més correcta expresién del derecho consuetudinario en la materia”? . Pero no solo eso, abrié el paso a las nucvas corrientes sobre derecho del mar, que dejaron sentir su doctrina y la fuerza de su impulso. La Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre el De- recho del Mar La Conferencia de 1958, en su octava resolucién, solicité a la Asamblea General de las Naciones Unidas que considerara la convocatoria a una segunda conferencia, para examinar las cues- tiones pendientes de solucién. La Asamblea General incluyé el tema en la agenda de 1958, el mismo afio; luego, al concluir su consideracién, en forma apre- surada, se pidié al Secretario General que convocara a la Con- ferencia para 1960, en Ginebra. (Resolucién 1307/XI1, de 19.XJI.58). Sobre esta convocatoria citamos la observacién si- guiente: “la oposicién de muchos Estados a la realizacién de este evento fue seria por considera no estar lo suficientemente preparados para adoptar una solucién undnime y también vien- do que era una forma velada de presién de las grandes poten- cias para llegar lo mas rapido posible a algo definitive que por os escasos dos afios de diferencia de la primera, no se vishum- braba un acuerdo, maximo que en ese interin varios Estados habfan modificado la anchura de su mar territorial”" . En efecto, el escaso tiempo, la consecuente falta de prepara- cidn dela 2a. Conferencia y los intereses encontrados en abier- ta pugna, fueron insalvables. Las principales cuestiones no resueltas que la Conferencia hubo de considerar fueron como se previé el intrincado problema de la anchura del mar territorial y los limites de las pesquerfas. Reucer Paul. Derecho internacional publico. Barcelona, 1962. Edgar Hernén Varela. Obra citada, pagina 100. 4 la anehura del mar territorial y los limites de las pesquerias. La Conferencia se realizé en Ginebra, Suiza, del 16 de marzo al 26 de abril de 1960 y estuvieron representados 82 Aprobs tinicamente, sin trascendencia, una ri sal y otra expr desarrollo de la “stados. olucién proce- nclo la necesidad de asistencia técnica para el actividades pesqueras, De las numerosas propuestas h patrocina has fue de relevancia la co- la por Canadé y Estados Unidos, que pretendia se fijara la anchura del mar territorial en scis millas y la zona de pesca en doc de dos terci . La propuesta no obtuvo la mayoria necesaria, por un solo voto. A este respecto, la Corte Internacional de Justicia al resolver la controversia entre el Reino Unido y la Reptiblica Federal de Alemania, sobre la “competencia en materia de pesquerfas”, expresd el concepto de que si bien la Conferencia de 1960 fall por un voto en adoptar un texto relativo a las cuestiones de la anchura del mar territorial y la extensién de los derechos de pesca; sin embargo, después de esa Conferencia, el derecho habia evolucionado a través de la prictica de los Estados, sobre la base de los debates y de los acuerdos casi alcanzados en la mis- ma y que habia cristaliza do como derecho consuctudinario en los aftos recientes, a partir del consenso surgido de la Confe- rencia, el concepto de zonas de pesca hasta un limite de doce millas”. En realidad, el fracaso de la Conferencia de 1960 abrié la posibi lidad de que se incrementara el nimero de pafses con pretensio- nes de mayores extensiones de mar territorial o zonas pesqueras; ello pone en entredicho la afirmacién de que el derecho consue- tudinario consagré una zona de pesca hasta las doce millas. Mas bien, la falta de acuerdo sobre los limites jurisdiccionales fue una Referencias: en Galindo Vélez, FA New Regime of the Seas, N.Y.1977, quien cita l Informe de la Clj de 1974, pagina 23. También en La Corte Internacional de Justicia, Publicacién de las Naciones Unidas. La Haya 1976. Impreso en México. Pagina 67. 49 en buscar defin ones Lo definitivo fue sagrar cl limite entonces Preponderante, Con Fespecto ala posicién sostenida por El Salvador en la Con- ferencia de 1960, lo mismo que en Ia de 1958, fue de exposi- cin y defensa de la norma contenida en la Constitucién Polf- fica de 1950, en su Art, 7°, es decir, del concepto territorial del mar adyacente hasta las 200 millas marinas, sin menoscabo de ta libertad de navegacién. El hecho de que en 1960 la delega- cién salvadorefa manifestara una Ifnea conciliatoria, en el sen- Udo de declarar que si la Conferencia Megara a acuerdos con- cretos se podria reglamentar la norma Constitucional, para ar- monizar el régimen propio con el régimen internacional, fue una apertura negociadora hdbil y conveniente, en la lucha del pals por el nuevo derecho del mar. CAPITULO CUARTO LAS REIVINDICACIONES MARITIMAS DE LOS ESTADOS A. LOS ACTOS UNILATERALES DE LOS ESTADOS EN EL DE- RECHO INTERNACIONAL Numerosas normas del derecho internacional han tenido origen en declaraciones 0 actos unilaterales de los Estados, que en ocasiones lo- gran trascender al jus gentium, por la aceptacibn generalizada que obtie- nen y gracias al poder auténomo de estos entes, dotados del atributo de Ja soberania. Los actos unilaterales de un sujeto de derecho internacio- nal son de antigua prictica y de efectos discutidos. Al respecto, en el examen del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la situacién del derecho internacional, se afirmé: “...mu- chas normas consuctudinarias parecen haber sido creadas 0 modificadas por una serie de actos, muchos de los cuales han sido originariamente de cardcter unilateral, Los actos unilaterales, considerados como concepto general, demuestran asi, en un examen més detallado, que remiten, por una parte, no tan a actos per se, sino al concepto de los derechos (0 capacidades jurfdicas) que tienen los Estados conforme al derecho inter- nacional, incluido el derecho, 0 atributo, de calificar a acciones jurfdicas concretas de Ifcitas 0 ilfcitas, tanto las que ellos mismos pueden realizar como las acciones de los otros, y todo ello en el marco de un cuerpo de leyes general y normalmente consuetudinario”**, En relacién a los actos unilaterales, se distingue entre los que son parte del quehacer o de la actividad internacional propia de los Estados, por ejemplo la ratificacién de un tratado, de aquellos que son parte del proceso de formacién de una norma consuetudinaria, entre los que fi- guran las proclamaciones, declaraciones, protestas y el estoppel o preclusién, (doctrina de los actos propios), que la Corte Internacional de Justicia ha admitido, y que més bien es la consecuencia del acto uni- lateral. Como, por ejemplo, estan la Declaracién Truman y las procla- maciones latinoamericanas en materia del derecho del mar, que fueron antecedente de las Convenciones de Ginebra de 1958. Naciones Unidas, Examen de conjunto del derecho internacional. Informe del Se- cretario General. N. Y. 1971. Pagina 160. Dr. José Luis Lovo waren 5 en lo internacional se ados con efecto c rervenciones en declaraciones, in Los actos internos de los formulan a través de leyess foros internacionales, ete. ee g05, La suma de actos unilaterales andlogos, nee mall n mero de Estados, concribuye a if forja cardcter consuetudinario, ae 1 es ir los elementos sa omeencia de voluntades estarales debe reuntt 198 €or necesarios para formar la costumbre, fa prsctica Fees 0, eee vedad. Esta tendencia ratori 1 precedentes, y la nocién de oblig ghoul ntos internacionales, preparados decretos, hhechos por un sustancial nii- internacionales de que gene i C1 ci creativa puede plasmarse en instrum \ ‘ C na textos destina- en conferencias, en vias de negociacién, que se incorporan a ‘én. Puc ir como propuestas de dos a ser somecidos a ratificacién. Pueden surgir como Prop\ una delegacidn, que logra respaldos ¢ incluso niveles de oa Charles de Visecher? manifiesta que ‘determinados actos de derecho pueden contribuir a la formacién de una prictica internacional que se ina pr: la cn la base de la costumbre internacional. Asf ocurre con ciertas leyes, decretos, prescripciones u ordenanzas y decisiones judiciales, adoptadas 0 dictados en materias que, sea en lo principal, sea en ciertos aspectos, se relacionan con el derecho internacional. La relevancia de estas actividades reside en el hecho de que constituyen un elemento a tomar en considera- cién cuando el ntimero y la importancia de sus manifestaciones paralelas aurorizan a ver en ellas una linea de conducta adoptada por los Estados con la idea de conformarse con el derecho internacional... La actividad del derecho interno es simplemente complementaria de las actividades interestatales: es un mero instrumento de generalizacién de derecho inter- nacional en su expresién consuetudinaria. .. Por ultimo, una serie de con- diciones particulares comunes a diversos Estados pueden determinar a é¢os a promulgar leyes que por su concordancia y su aplicacién constante, engendren costumbres regionales o locales...” Oua cita, en el mismo trabajo, que sustenta interesante criterio, se hace del diplomatico chileno Fernando Zegers, ast: © Ver cita en: Hugo Llanos Mansilla. El rol de la costumbre en la formulacién del nuevo derecho del mar, Revista Diplomacia. Publicacién di ia Di mitica de Chile, 1978. N° 16. Pagina 27. ie ae 52 “Unos pocos Estados formaban antes la costumbre, que correspon- dia ala prictica de ellos y al equilibrio de poder existente. En nuecttos ilias, ser necesario tener en consideracién la préctica de todos los Esta, dos y. fundamentalmente, de aquellos que son usuarios naturales del mar. Esa costumbre, como lo han sostenido Mac Dougall, Burke y Clingan y, mds recientemente, una destacada tratadista escandinava Karen Jorgensen, no evoluciona ni se forma sdlo por la préctica inveterada de Jos Estados, sino también por actos unilaterales y la reaceién que éstos suscitan. No se expresa sélo en actos estatales, sino también en manifes- taciones puiblicas, tales como las declaraciones regionales y las expresio- nes responsables de delegados de los Estados ante las Naciones Unidas, Es asf como el tratamiento de los temas del mar en las Naciones Unidas y la negociacidn internacional anticipan y contribuyen a formar la cos- tumbre”. Debe sefialarse que hay autores que niegan a los actos unilaterales sus efectos en la tcorfa de las fuentes del derecho internacional, 0 que relativizan su validez al Ambito del propio Estado, condicionando di- chos actos a lo que sobre su contenido ya manifiesta el derecho interna- cional. En el campo del derecho del mar, es claro que estas declaraciones han tenido impactos decisivos, si bien jurfdicamente estin en una posicién supletoria, estableciendo normas de aplicacién restringida y sujetas a que los mecanismos propios del derecho internacional los adopten 0 reformulen. En el caso de las proclamaciones latinoamericanas sobre el mar terri- torial (luego bajo el concepto de zona econémica exclusiva), las declara- ciones han servido para la elaboracién de las normas, sobre todo porque no existian reglas que fijaran extensiones de tales espacios, por lo que no se violaron disposiciones del derecho internacional. Fueron actos derivados de condiciones geogrficas, avances tecnolé- gicos ¢ intereses de defensa de los recursos en vista a las proyecciones de desarrollo socioeconémico y frente a la explotacién de los mismos por terceros Estados. No se trat6 propiamente de establecer nuevos dere- chos, sino de reivindicar derechos que por razones de vinculacién natu- ral les corresponden. 53 iOS ESTATALES CON. d de 19 peenament ales conteniendo aracionss Bvones sobre espacios mari reivindicaciedamente ol orden pre- mater pa segunda guerra mundial, impact la procams poutedida eecla ee 1941, que incluyé entre las me- fe tpdos los hombres pudie- cq mar, sit obstéculos- pjeclaracién de Panarsé »aptoba- union de Consulta de Ministros de Exteriores, cl 3 dC octubre de 1939, procla- dida de proreccién continental, una am- ralidad maritima (de 300 y més millas re al continente americano, desde los ra con Canada, hasta el ex- Relaciones plia zona d nduticas), adyacen Estados Unidos, en SU fronte n h tremo sur del hemisferio, en ambos océanos?! . Esra zona de seguridad, extendida hasta ambos polos de la Tierra, se contemplé en el Tratado Interamericano de “Asistencia Recfproca, ¢l TIAR, aprobado en Rio de Janeiro en 1947, para un objeto diferente: para calificar como agresion contra todas las repblicas americanas el acto de hostilidad contra cualquiera de ellas en esa zona”. b) El tratado entre Venezuela y Gran Bretaiia. Por el Tratado entre Venezuela y la Gran Bretafia, de 26 de febrero de 1942 se repartieron las dreas submarinas Francisco Galindo Vélez. Ibidem. Pagina 5. Anilisis y texto de la Declaracién en Op. ci : \p. cit. César Diaz Cisneros. DLP, T., 4p Pigine 614 a 626; y Op. cit. del doctor Edgar Hermin Varela, pégina 85. César Diaz Cisneros. Op. cit i . Op. cit. T. L. pagina igi F b 54 Prolegomenos del derecho del mar en el golfo de Paria, (situado entre la costa caribefa de Venezuela y la isla de‘Trinidad, tiene una longitud de-70 millas y una anchura de 35), que en su mayor extension pertenecfa al alta mar, Las partes rec{procamente se reco- nocieron derechos “a la soberanta 0 al control”, respecto del lecho del mar y del subsuelo fuera de las aguas terri- toriales a uno y otro lado de las lineas que sefialaran al efecto. El tratado declara que no se afectaré el status le- gal de las aguas del golfo ni los derechos de libre navega- cién sobre las aguas suprayacentes que no fueren tertito- riales de Venezuela 0 Trinidad. El tratado fue ratificado y seguido de leyes nacionales que reiteraron la anexién ju- risdiccional. 2, Las demandas unilaterales. a) Argentina. El 23 de febrero de 1944 el gobierno argentino determi- né que “las zonas de fronteras internacionales de los te- rritorios nacionales y las de sus costas ocednicas, as{ como el mar epicontinental argentino, se considerarén zonas transitorias de reservas marinas”. Dicho decreto vino a extender la zona jurisdiccional maritima argentina a las aguas suprayacentes a la extensa plataforma continental de ese pals, que se extiende a mas de trescientas ochenta millas de distancia. La declaracién fue seguida de un de- creto ¢jecutivo del presidente Perén y sus ministros, de 11 de septiembre de 1946, que declaré como pertene- ciente a la soberanfa de la nacién el mar epicontinental y zocalo continental argentino, sin afectar la libertad de navegacién en dicho mar. Valga indicar que tal decreto no fue aprobado por el Congreso de ese pafs®® . Referencias en Op. cit. de César Dfaz Cisneros. T. I. pigina 580; Idem en BV. Garela Amador, IBIDEM, piginas 23 y 25. (En Génesis de la zona econdmica exclusiva. Ariculo en compilacién Derecho del mar: Una visién latinoamericana, de Jorge A. Vargas. Mex. 1976). 55 Da fond Las Bere » ° Barados Unidos, jax proclamaciones norteamericanas de 2g 945 el presidente Hai aque bos Estados Unislos ejeteen juristiccisn yc A ihare fos recursos naturales del suelo y det subsidy gt platatorma continental: tambien, el establecimiene gonas de conservacién de recursos pesqueros, sujee, de control de ese pats, haciendo la salve a lc bre de t rogutlacion y a ho se afveta ef eanteter de la ala mar, ni el que nc dered de libre navegacion™. Respect de estas, se observa que las proclamaciong, ny provocaron protestas, con fo cual cl concepto de plas ma continental adquirid consistencia de precept ing, nacional. Las declaraciones de Truman abrieron pasg aj pretensiones de los paises Latinoamericanos;se prodjo uns virtual “reaccién en cadena’, tanto en relacién a la phar. forma continental como sobre las aguas y sus recurs Hay que advertir que en muchos casos los alcances jusigj. cos de las reivindicaciones latinoamericanas tomaron uy giro diferente, pucs no se limitaron a crear zonas de Pesca sino que incorporaron las nociones de-soberania y de te. rritorialidad, que los Estados Unidos rechazaron, Panama. En la Constitucién Politica de 1° de marzo de 1946, en el Arc. 209, incluyé la norma siguiente: “Art. 209. Perte- necen al Estado y son de uso puiblico y, por consiguien- te, no pueden ser objeto de apropiacién privada”... “1° El mar territorial y... el espacio aéreo y la plataforma continental submarina correspondientes al territorio na- cional®* “. El mismo aio, el 17 de diciembre por decteto “ s Ver ref., en obras citadas de F. V. Garcia Amador, paginas 23 y 28; Luis Demessio Tinoco Castro, pagina 39 y 40; Galindo Vélez, pagina 6; Ramén Lépet Jiménez, pagina 94; Diaz Cisneros, pégina 580, Constitucién de Panamé en Digesto constitucional americano. Compilacién pot Antonio Zamora. Editorial Claridad. Buenos Aires, 1958, pagina 721. 449 determiné una zona de que ‘aguas jurisdiccionales en la Pesca efectuada por barcos ex- 16 impuestos a la d Chile. EI presidente Gabriel Gonzalez Videla, en declaracién de 23 de junio de 1947, expresé: “El Gobierno de Chile confirma y proclama la soberania nacional so z6calo adyacente a las costas continentales ¢ insulares., y sobre los mares adyacentes a sus costas”, en los cuales anuncia la demarcacién de zonas de proteccién de caza y pesca, “sobre todo el mar comprendido del perimetro formado por la costa con una paralela matemitica pro- yectada en el mar a 200 millas marinas de distancia de las costas continentales chilenas”. En esta de aparece por pri rinas, para el El 10 de agosto de 1947, el presidente peruano, doctor José Luis Bustamante i Rivero, suscribié el Decreto Su- premo afirmando soberanta y jurisdiccién nacionales so- bre el mar adyacente hasta un limite de 200 millas mari- nas, y sobre las dreas submarinas, cualesquiera que sea su Ramén Lépez. Ibidem. T. 1. pdg. 99; C. Diaz Cisneros, Ib. T. 1. pag. 581 En relacién al origen de las 200 millas, Alfonso Arias Schreiber afirma: “El li de las 200 millas Fue incroducido, para fines distintos, por el Presidente Frankl cia (atribuida al alcance de las ondas del radar) las costas de los Estados Unidos, con objeco de vigil hs idades de las naves beligerantes”. (Alfonso Arias S, Las 200 millas en Caracas ada compilacién de Jorge y Edmundo Vargas). Ver también la tess citada de Ulises Trigueros, pig. 66, que dice: “en septiembre de 1939, el “Decreto Roosevelt” determiné una zona de 200 millas maritimas para tratar de descubrit actividades de los paises que posteriormente participaron en la Segunda guerra mundial”, 57 funcién de proteget ¥ utili- n afectar la libertad de nave- i Ja alta derech nrernacional reconoce en t2 5 we ba » reason de la soberania y juni 6a “ie y Peri no tuvo un sentido territorial ista, Sacre a Ps a eros, tal como afirma el fruro de anilisis el : Sc fier couaenian0 Ponce Miranda, quien se susten- " enue ellos Gilbert Gidel*. ension, en rales y Sif 1a en varios autores, f) Guaremala. E/ 9 de noviembre de 1947, declaré en su Ley de Petré- 7 i cesiones leo, que el poder ejecutvo podria ororgar con en is placaforma submarina. E] 1° de agosto de 1949, por decreto 649, que modificé la anterior, reiteré las pre- forma, para el aprovechamiento tensiones sobre la plat provec de los recursos petroliferos” . La Constitucién de 2 de febrero de 1956, en el Art. 3° precisa las reivindicaciones de ese pais, asi: “Articulo 3°. El dominio de la Nacién comprende su territorio, suelo, subsuelo, aguas territo- riales, plataforma continental y espacio aéreo, y se ex- iende a los recursos naturales y a las riquezas que en ellas existan, sin perjuicio de la libre navegacién mariti- ma y aérea, de conformidad con la ley y lo dispuesto en Jos tracados y convenios internacionales”® . g) Nicaragua. En la Constitucién del 21 de enero de 1948, decreté lo siguiente: “Art. 2. El fundamento del territorio nacional es el uti possidetis juris de 1821. Esta comprendido el territorio entre los océanos Atlantico y Pacifico y las reptiblicas de En Neftali Ponce Miranda. Dominio maritimo. P. 13 y siguientes incluye los tex- tos de las declaraciones de Chile y Perti, 1971. Ecuador Léper Jiménea, pagina 104 y Diaz Ci i P “ y Diaz Cisneros, T. 1. Op. cit. pagina 582. Digoo consitucionalcentroamericana, Marco Tulio Zeledn, ODECA.1962. co . ils Lave Castelar En Neftali Ponce Miranda, Domini tos de las declar lincidn de proveper y vil afectar ba libertad de nave Jrecanoce en ta alia extension ent ecursas naturales ¥ ai derecho HnternaTiana Ja acibveranida y jurisdic aentide ferritatialiens, protuncliclad at lost gacidn que el mar, Observe que la Peri no fave On cidn por Chile y tratése mas bien de ina espece dle gona ContipIA, pata ofecios pesqueros, ral como afiema el frute de andliais of ex-eanciller ecuatoniann Ponce Miranda, quien ae austen Nlbert Gidel™ -av varios aurores, entie ellos Gilbert Gilet ‘ exten nian det ta Guatemala 119 de noviembre de 1947, deelard en au Ley de Petr jecutive podrla ororgar concesiones leo, que el poder e ataforma submatina, ELL de agosto de 1949, en la pl 1649, que novlifies ln anterior, reiterd las pre por decrete tensiones sobre la plataforma, para el aprovechamiento de los recursos petioliferos”, La Constitucion de 2 de febrero de 1956, en el Art, 3° precisa las tervindicaciones de ese pais, asi: “Articulo 3° EL domine de la Nacién subsuclo, aguas terrivo, comprende su tertitorio, sue riales, plaaforma continental y espacio adreo, ys ex tiende a los recursos naturales y a las riquezax que en ellas existan, sin perjuicio de la libre navegacién martti- may aérea, de conformidad con la ley y lo dispuesto en Jos tratados y convenios internacionales”. Nicaragua, En la Constitucién del 21 de enero de 1948, decretd lo siguiente: “Art. 2. El fundamento del territorio nacional es el uti possidetis juris de W21, B i comprendide eb certitorio cnure los océanos Atkintico y Pacifico y las reptiblicas de maritima, P13 y siguientes incluye los tex nes de Chile y Peni, 1971, Keuador Léper Jiménez, pagina 104 y Diaz Cisneros, 1.1, Op. cit, pagina 582 cit. pagina $82, Digesto constituctonal centr ‘oame cane, Marco Vlio Zeledén, ODECA.1962 rrovegomenos del derecho del mar Honduras y Costa Rica. y abarca también las islas adya- centes, el mar territorial, las plataformas continentalesy el espacio aéreo y estratosférico. Los tratados ylaley fin ran los limites que no estén atin determinados”'. Una ley de mayo de 1949 precisé que las plataformas eran la pare de tierra cubiertas por aguas marinas hasta la pro- fundidad de 200 metros. En la Constitucién de 1° de noviembre de 1950 el inciso 1° lee asi: “Articulo 5° El territorio nacional se extiende entre los océanos Atlinti- co y Pacifico y las repuiblicas de Honduras y Costa Rica. Comprende ademés: las islas adyacentes, ¢l subsuelo, el mar territorial, la plataforma continental, los zécalos sub- marinos, el espacio aéreo y la estratosfera™® . h) Costa Rica. Fue el tercer pais latinoamericano en reivindicar 200 millas, por medio del Decreto-Ley N° 116, de 27 de julio de 1948. Siguiendo el patron de Chile y Peni, pro- clamé soberanfa nacional “sobre las plataformas conti- nental insular y sobre los mares adyacentes, para prote- ger, conservar y aprovechar los recursos y riquezas natu- rales; declard, ademés, la proteccién y control del Estado sobre una zona de 200 millas, dejando a salvo la libre navegacién”. El Decreto-Ley fue reformado el 2 de no- viembre de 1949, por Decreto-Ley N° 803, en el cual la expresién “soberanfa nacional” se sustituyé por “dere- chos ¢ intereses de Costa Rica” y, en lo relativo a las 200 millas, se suprimié la palabra “control”. La Consti- tucién del 7 de noviembre de 1949 omitié referirse a las 200 millas, por lo que se interpreta que se dejaron sin efecto. El Art. 6° de esa Constitucién es el siguiente: “El Constitucién de Nicaragua de 1948. En Digesto constitucional americano. Buc- nos Aires, 1958. Constirucién de Nicaragua de 1950 en Digesto Constitucional Centroamerica- no. ODECA. 1962. Pégina 211. kK) dD plaafor Derecho Inter inte 14 de diciem- riales se tencia de la Cor bre de 1950, 5 sobre Belice y las islas 6) en 1950, golfo Pérsico. Ia accién reivindicativa en los paises 1 golfo Pérsico. Inn el 19 de mayo de dicho andé como propios los recursos existentes en la plataforma, El 28 de mayo de 1949 el rey de Arabia Saudita formulé un pronune En junio formularon proclamas sobre et lecho maritimo y su subsuelo Bahrein. Qatar, Kuwait, Abu Dhabi, Dubai, Sharjah, Ajman, Umm-al-Quaiwain y Ras-al-Khaiman® . Fi as. Por ley de 12 de junio de 1949. “Petroleum Act”, se au- torizé a la auroridad competence la apropiacién de las ‘reas submarinas en que emprenderia la exploracién y cexploracién del petrdleo Paises drabes y d n 1949 se ini indicacién ma ‘tima de plataforma continental arzo de 1950, hasta la isébata de 200 mettos. Es interesante acotar que jones de los pai- ses drabes y asidticos mencionados enian por objeto el © R Léper Jiménea, T. Il. Paginas 105-108. 60 R. Lépee Jiménez, T. II, Paginas 10 108. Protegomenos del derecho del mar derecho exclusivo ala explotacién de los minerals de ras submarinas, pero sn afectar el egimen delat aguas suprayacentes, En igual sentido fucron las rlativar lg posesiones y territorios m) Honduras nicos, tucién de 28 de marzo de 1936, en “Los limites de Honduras y su d S aa torial serén determinados por la ley”. Ello se amp en el Art. 153, que declaraba que “correspond al Estado el dominio pleno ¢ imprescriprible de las aguas de los ‘mares cerritoriales en una extensi6n de doce kilomettos contados desde la mas baja marea;..."©. Por decre sislativo de 7 de marzo de 1950 se adicionaron ambos anticulos, asi: “Articulo 4° La plataforma submarina 0 zécalo continental ¢ insular, y aguas que la cubre, en ambos océanos, Atlintico y Paci la profundidad a que se encuentre y la extensién que abarque, forman parte del territorio nacional”. Con res- pecto al articulo 153, al final se incorpord el texto si- guiente: “el dominio, también pleno, inalienable imprescr sobre todas las riquezas que existan 0 puedan existiren su plataforma submarina o zécalo con- tinental e insular, en sus capas inferiores y en el espacio de mar comprendido dentro de los planos verticales le- vantados en sus linderos”. En consecuencia, en ley se- cundaria, Honduras no sélo reinvindicé la plataforma sino que afecté las aguas suprayacentes, epicontinentales, desde el punto de vista de los recursos vivos, Posterior- mente, por decreto de 25 de enero de 1951, se aprobé el previo, de cardcter ejecutivo, de 28 de enero de 1950, declarando: “la proteccién y control en el océano Atlin- tico sobre la entera extensin del mar se extiende a 200 0, cualquiera que sea © Antonio Zamora. Digesto constitucional americano, Buenos Aires. Pigina 543 (Ver ‘Constieucién de Honduras de 1936). 6 “ 62 ante observar que, para esa Slo prerendia tal exten- {ntico. La 200 millas en el océano Adan ae 2, en el articulo 11, numer 5 gua, zona ccond- rma continental, erre de la millas de la costa”. Es import época, Honduras expresamente s sién maritima de Constitucién de 198. : demanda un mar territorial, zona cont mica exclusiva de 200 millas y platafo! ; en el océano Pacifico, a partir de la linea de ci bocana del golfo de Fonseca, hacia el alta mar® . La Constitucién de Honduras, de 19 de diciembre de 1957, en el Art. 6°, numeral 3°, expresé: “También per- tenecen al Estado de Honduras y estan sujeros a su juris- diccién y control: el subsuelo, el espacio aéreo, la estratésfera, el mar territorial, y el lecho y el subsuclo de la placaforma submarina, z6calo continental ¢ insular y otras drcas submarinas adyacentes a su territorio fuera de la zona del mar territorial y hasta una profundidad de doscientos metros o hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes, mis all de este limite, permita la explotacién de los recursos naturales del lecho y del subsuelo”® . n) El Salvador. Notable reivindicacién maritima se formulé en la Cons- titucin de 1950, asi: “Are. 7° El territorio de la Republi- ca dentro de sus actuales limites es irreductible; com- prende el mar adyacente hasta la distancia de doscientas millas marinas contadas desde la linea de la mas baja marea, y abarca el espacio aéreo, el subsuelo y el zécalo continental correspondientes. Lo previsto en el inciso Arts. De la Constitucién hondurefa de 1982 en: Documentos y Doctrinas Relacio- nados con problemas de fronteras, El Salvador-Honduras, Universidad Doctor José Matias Delgado. Editorial Delgado, San Salvador, 1985. Ref, hist6ricas en F. V. Garcia Amador Op. cit. pigina 26; y en R. Léper Jiménez Op. cit., pigina 108. En Digesto constitucional centroamericano: Constitucién de Honduras de 1951, pagina 150. ODECA. San Salvador, 1962. Prolegomenos del derecho del mar anterior no afecta la libertad de navegacién conforme a los principios aceptados por el Derecho Internacional”, Dicha disposicién derogé técitamente el Art, 574 del Cé- digo Civil, que declaraba como mar territorial cente hasta la distancia de una legua marina, si tendfa el derecho de policfa, para objetos concernientes ala seguridad del pais y a la observancia de las leyes fisca- Jes, hasta la distancia de cuatro leguas marinas“ . (La milla marina es de 1852 mcs. El mar territorial de una legua marina, Compuesta de 3 millas, tiene 5556 mts.; las 4 le- guas de la zona contigua, tienen 22.224 mts.). La disposicién de 1950 reivindicé la plataforma conti- nental, aunque sin definirla; se dio al mar adyacente de 200 millas un sentido territorial, sin bautizarlo como tal. Fue la primera declaracién precisa en sentido territorialista y también la de mayor jerarquizacién de la norma pues, por primera vez, se incorporé a una Constitucién la nocidn del mar territorial de 200 mi- llas marinas. Se trat6, sin embargo, de un mar territo- rial “sui géneris”, en tanto que permitié en el mismo la libertad de navegacién. El texto del articulo propuesto, habfa sido sugerido por la Cancillerfa. Era Ministro de Relaciones Exteriores el doctor Miguel Rafael Urquia y Presidente de la Asam- blea Constituyente el doctor Reynaldo Galindo Pohl® . fi) Ecuador. E] 21 de febrero de 1951, amplié la anchura del mar territorial a 12 millas y reivindicé la plataforma conti- nental y sus riquezas, si bien sin referirse a las 200 mi- las”. el adya- bien ex- rere patie ® — Cédigo Civil de El Salvador de 1860. Publicacién oficial de 1967. Asamblea Constituyente. Documentos histéricos de la Constitucién Politica de El Salvador 1950, \mprenta Nacional 195. Nefialf Ponce. Op. cit., pagina 19. 63 ‘ovo Castelar wiembre de 1950, si- doctrina Truman, Brasil decla- ‘o” sobre Ja plataforma conti- que continuaban “en pleno guas sobre la o) Brasil. Por de: guiendo la corriente dela ¢ 16 “jurisdiceién y domini nental, expresando a la ver, que ¢ vigor las normas sobre la navegaci6n en las 3 placaforma referida’””'. creto ejecutivo del 8 de no C. REUNIONES Y DECLARACIONES LATINOAMERICANAS 1) La declaracién de Santiago (1952) Chile, Perti y Ecuador, el 18 de agosto Declaracién sobre Zona Maritima 0 Declaracié: en cuyo numeral dispositivo I textualmente dice como norma de su politica internacional maritima, la niay jurisdiccién exclusivas que a cada uno de ellos correspon de sobre el mar que baiia las costas de sus respectivos paises, hasta una distancia minima de 200 millas marinas desde las referidas costas. En el numeral II afirma que dichas soberania y jurisdiccién exclusivas incluyen también el suelo y el subsuelo correspondiente. Ademis, en esa zona reconocen derecho de paso inocente o inofensivo para las naves de todas las naciones, en tanto que limitacién al ejercicio de la soberania y jurisdic- cién establecidas por el derecho internacional. La declaracién de Santiago fue ratificada por los tres paises asi: El Peri, el 11 de abril de 1953; Chile, el 22 de noviembre de 1954; y Ecua- dor, el 7 de febrero de 1955. La interpretacién sobre los alcances de esta declaracién ha sido dual: para algunos se traté de una zona maritima que com- prende una zona contigua de 188 millas y un mar territorial de 12, con base en declaraciones oficiales interpretativas subsi- guientes de los propios gobiernos y por el sentido econdmico que animaba la declaracién y por sus antecedentes en general, es decir, es una interpretacién histérico-politica. Para otros, se de 1952, suscribieron la n de Santiago, “proclaman sobera- n 64 Dfaz Cisneros. Op. cit., pagina 582. 2) 3) Prolegomenos det derecho del mar trata de un mar territorial de 200 millas, dada la proclamacién de soberanfa en toda el drea y de la referencia al paso inocente, Jo que, en el sentido del texto parece acertado. Esta declaracién multilateral abrié mayor espacio a las reivin- dicaciones de las doscientas millas en funcién del desarrollo econdmico-social, Los tres palses establecieron un organismo coordinador, Namado “Comisién Permanente del Pacifico Sur”, Como es sabido, los Estados Unidos en la mayoria de las rei- vindicaciones apuntadas dirigié notas a las canciller(as, expre- sando su inconformidad, alegando que de acuerdo al derecho internacional no podria proclamarse soberania sobre los mares mis all4 de los limites del mar territorial, y porque afectaba los derechos de pesca de los Estados Unidos en las zonas de alta mar. También hubo protestas similares de la Gran Bretafia. En la fase ulterior a la relatada, el proceso de avance del dere- cho del mar se produce en reuniones latinoamericanas o regio- nales que fueron afinando las tesis planteadas. La Declaracién Centroamericana (1955) En especial mencionamos la Declaracién Conjunta de la Pri- mera Reunién de Ministros de Relaciones Exteriores de las Reptiblicas Centroamericanas, realizada en Antigua Guatema- la, del 17 al 24 de agosto de 1955, en la que se manifesté el propésito de defender el “patrimonio territorial”, incluyendo en el mismo al mar territorial, el mar epicontinental y la plata- forma continental. Los Principios de México (1956) Luego, la Tercera Reunién del Consejo Interamericano de Ju- risconsultos, realizada del 17 de enero al 14 de febrero de 1956, que aprobé “Los Principios de México sobre el Régimen Jurf- dico del Mar”, que justifica la ampliacién del mar territorial. Julio César Lupinacci: La naturaleza juridica de la zona econdmica exclusiva; y Juan Miguel Békula: La Comisin Permanente del Pacifico Sur. En compilacién de Francisco Orrego Vicufia: La ZEE, una Perspectiva Latinoamericana. Chile 1982. 65 5) En la “ a celeb Reunién de M ebrada del 4 Ontevideo cidn de Pri al 8 de mayo d re el Der rincipios Bési e 1970, Asico: $¢ aprobé punto de partida el s del Derecho del M 6 una Declara- r . el reconocimi: Mar, tom: ios hab: . \cimiento d ando co an extendido hasta 0 de que los Estados cant nas su soberaniao sus dere his distancia de 200 Ma ae Ja zona maritima adyac hos exclusivos de jurisdiccién A firmad lyacente a sus costas. Dicha di so a por delegados de Chile, Peri, Ec ha declaracién fue f , Peru, . Salvador, Argentina, Brasil, Nicaragu as Panamé, El 7 ’ a y Uruguay. S 6 - dicha declaracién, entre otros, ¢l ce on . P 7 ” 105, fades: riberefios Ee disponer de los recursos naturales del mar adya- cente Y e jerecho de establecer los limites de su soberania y ccién marftmas, de conformidad a sus condiciones pat- geogrificas geoldgicas. Al mismo iempo, st bien derecho de reglamentacion en las zonas de su sobe- ecidn, se hizo la expresasalvedad y reconocimniens? le navegacion y sobrevuelo de naves yf" echo del Mar” jurisdi ticulares alegando el raniay jurisdi «la libertad d aves 6) 7) Prolegomenos det derecho del mar La Declaracién de Lima (1970) En la “Reanién Latinoamericana sobre aspectos del Derecho del Mar”, efectuada en Lima, Peri, con fecha & de agosto de 1970, se aprobs una dec i6n sobre los principios comunes del derecho del mar, Desafortunadamente no se logré un con- senso entre los dieciocho palses participantes y dicho pronun- ciamiento s6lo obtuvo catorce votos, a saber: Argentina, Bra- sil, Colombia, Chile, Ecuador, EI Salvador, Guatemala, Hon- duras, México, Nicaragua, Panamd, Pert, Repiblica Domini- cana y Uruguay. Esta declaracién, si bien no menciond expresamente las 200 millas marinas, reconocié el derecho de los Estados riberefios a establecer extensiones de los aleances de su soberania o juris- di diendo a sus realidades geograficas, peologicas y biolégicas y a cién marftimas de acuerdo con criterios razonables, aten- sus necesidades y responsabilidades sociocconémicas. Esta declaracién tiene la importancia de que fue suscrita no sélo por los paises territorialistas sino que también por otros Estados latinoamericanos. Esta resolucién dio seguimiento y consistencia a la de Monte- video. En 1973, en San Salvador, hubo una reunién consultiva infor- mal, a nivel de expertos de los paises miembros del Grupo de Montevideo, que se sustenté en los principios adoptados en las Declaraciones de Montevideo y Lima. En el documento infor- mal se hizo expresa mencién de la soberanfa del Estado ribere- fio hasta las doscientas millas del mar adyacente. La Declaracién de Santo Domingo (1972) En la “Conferencia Especializada de los pafses del Caribe sobre los Problemas del Mar”, el 9 de junio de 1972 se aprobé la “Declaracién de Santo Domingo”, que contiene principios acor- dados con el fin de impulsar la evolucién progresiva del dere- cho del mar. Envre otros aspectos de interés est la determinacién de un mar territorial con Ifmite de 12 millas y paso inocente; seguido de un MAR PATRIMONIAL hasta las 200 millas marinas, con 67 Dr. José Luls Lovo Castelar sertad de navegacion. El nombre de pattimonial no subsis. pero sfc concepro, que es muy préximo al de 20a econg. siva, que se incluy6 diez aitos después en la Conven.- ica exclu El concepto del mar adyacente al mar erritorial de doce millas maritimas, que se ‘extiende hasta una distancia maxima que no excederd de dos. en el que un Estado riberefio tiene derechos 50. beranos Js recursos. las zonas pesqueras y las zonas econdmi- ‘as, Dicho cuadto fue tomado del trabajo titulado El rl de la iin del Nuevo Derecho del Mar, de Hugo a, (Revista Diplomacia, N° 16. Chile 1978). Mas adelante se incluird informacién actualizada, de acuerdo a los desarrollos ulteriores a la Convencién de Jamaica, LIMITES DEL MAR TERRITORIAL, LAS ZONAS PESQUERAS Y LAS ZONAS ECONOMICAS* two | turtertnan | Pommezmee | Zomscninca | Gy an Ae 200 mi (1975) Aigelia Argentina = ion Rep. Dem) Simi eis (Pop. Fed) De conformidad ‘nati Sovata | 121958) oo coors - oa (FRO.COFVTn junio 1378 ai 68 PP 0x. jose tals me Pomc | Posca 0 z0n? Zona econdmica | a exclusiva | 100 mi (1972) Gonin mi (1989) 200 mi (1978) Gomnts 200 mi (1977) Ghana ‘gi (1878) e i (1936) Gna 2 (1934) 200 mi (1976) coe 200 mi (1985) Garmascow | 150mi (970) seouatonal | 127(1970) - on tomicig77) | 200mi(1977) Guyana 200 mi (1977) e ae) | aoomi(ts61) r2mi( | — 12 mi (1957) 200 mi (1977) Indonesia Lineas bases rec tas que cieundan achipisago én 42 mi (1959) Limites externos de aguas supra- yacentes de plata forma continental. Linea mediana en el mar de Oman (1973) Islandia 200 mi (1975) Irak 12 mi (1958) anda 3mi(1959) | 200mi(1977) Israel 6 mi (1956) tala 12 mi (1974) Jamaica 12 mi (1971) Jap6n 12mi (1977) 200 mi (1977) (Provisional) Jordania 3 mi (1943) Kampuchea 12 mi (1969) 200 mi Kenya 12 mi (1969) (97) teen 12:mi (1967) bana . 6 mi (1921) Ubera 200 mi (1976) i bia 121i (1959) Madagascar 50 mi (1973) fie 12 mi (1969) ivas (Islas) | Limites territoriales | Superticies defini- Gefnidos por coor- | das por coordena- denadas geograt | das geograticas Mata Soeiep Sam (aprox. 100-150 mi) Mamuzcos nk (1971) 20 mi(1975) Mauritania mmi(1973) 70 mi (1973) Meutde 30 mi (1972) 12 mi (1970) csimtiorn mi 70 Prolegomenos del derecho del mar Estado Mar Territorial Zona sccetmlcn exclusiva + + Moxkeo ‘12 md (1009) 200 mi (1976) once Yami Mozambiqua 12m (1976) 200 mi (1976) ‘Narnitia Simi 12 mi (1964) Nouns 42 mi (1071) Nuova Zolanda 12 mi (197) 200 mi (1977) Nicaragua 200 mi (1965) Nigeria, 90 mi (1971) Norwega 4mi (1012) 200 mi (1977) (Zona Econdmica) Oman 42 mi (1972) 200 mi (197) Pakistan 12 mi (1966) 200 mi (1976) Paisos Bajos 3mi(18a0) | 200mi(1977) Panaind 200 mi (1967) Papiia Nuova Guinea 12 mi (1978) 200 mi (1978) (aguas costeras) Soberania y juris- diccidn sobro el mar, su suelo y sub-suelo hasta 200 mi (1947) Pond Polonia ‘3mi (1932) Hasta la tinea mo~ diana (1978) Portugal 12 mi (1977) 200 mi (1977) Qatar 3m Limites externos: {do aguas supra yacontos dala pla- talorma continental (1974) Reino Unido ‘3 mi (1878) 200 mi (1977) Rep. Arabe Sita | 12 mi (1964) Rep. Dominicana: 6 mi (1967) 200 mi (197) Rumania 12 mi (1951) ‘Samoa Simi 6 mi Sa0 Tomé 6mi tami Sonegal 150 mi (1976) 200 mi (1976) Soychollos 12mi (1977) 200 mi (1977) Sierra Loona 200 mi (1971) Singapur ‘mi (1878) Somalia (Rop. Dom) 200 mi (1973) Sri Lanka 12m (1971) £200 mi (1977) Sudtrica 12mi(1977) | 200mi(1977) Sudén 12 mi (1960) Suecia 4mi(t779) | 200 mi (1978) Surinam 12 mi (1978) 200 mi (1978) Talandia 12 mi (1966) val pr. José Luls Lovo Castelar Pescaozona | Zona econdmica Estado Mar Terral | pesquera exclusiva 50 mi (1973) 200 ni (1977) Toma Lites tert. Doe ridos pot coorde- nada goograicas 79-177 Wy 15°-29° S (1887) irda y Tobago | 12 i (1968) Tinez rami (1973) Tueuia 6 ri (1964) 12 (1964) Uruguay 200 mi (1968) URSS. ‘12mi(1903) | 200mi(1970) (provisional) Verezvla 12 i (1956), 200 mi (1978) Vet Nam 2 mi (1977) 200 mi (1977) Yornen (Rep. sabe) 12m (1967) Yemen (Rep. Dem. Pop.) 12 mi (1970) Yogesiavia 10mi (1969) 2aie 2mi(1974)

Вам также может понравиться