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LECTIOD

IVINA

ALIMENTARSE DE LA PALABRA MEDIANTE LA LECTIO DIVINA


LECTURA ORANTE DE LA PALABRA

¿Cómo leer la Biblia? ¿Cómo sacar su enseñanza y


sabiduría como respuesta a las necesidades de mi
vida? Hermanos y hermanas tenemos hoy una
Buena Nueva en Cristo, ya que en la necesidad de
saber leer la Biblia descubriremos que la Palabra
de Dios es alimento para nuestra vida cristiana en
la medida que aprendemos a escucharla y a
recibirla. Uno se alimenta de la Palabra cuando la
escucha y cuando la practica. El pan de la Palabra
y el pan de la Eucaristía son alimentos
indispensables en nuestro seguimiento del Señor como discípulos,
alimentos para el hoy de nuestras vidas que nos conducen hasta la
vida eterna. No olvidemos que hemos sido engendrados por la
Palabra, somos hijos de la Palabra. Debemos alimentarnos con la
Palabra.

Recordemos que Dios entra en contacto con el hombre a través de


la Palabra y en esta relación aprendemos a alimentarnos de ella, y
comprendemos que podemos vivirla. ¿Cómo hacerlo? Es nuestra
invitación.

Debemos “alimentarnos la Palabra” y el ejercicio de lectura orante


de la Palabra de Dios llamada Lectio divina nos ayudará a ello.
Para alimentarnos de la Palabra y vivir una Lectio Divina una
tengamos en cuenta lo siguiente:

1. Disposiciones para escuchar la Palabra.

Antes de comenzar una Lectio Divina (lectura orante de la Palabra)


sea de forma individual o comunitaria es necesario prepararnos en
un ambiente especial para recibir su gran alimento para nuestras
vidas.

Cuando entramos en comunión con el Señor a través de su Palabra


viva y eficaz, debemos, como Moisés, “sacar las sandalias de los
pies” (cf Ex 3, 5). Es necesario despojarse de todo cuanto impida
una comunicación con Dios. Un profundo respeto por la presencia
real del Señor que viene a nosotros a través de su Palabra debe

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llevarnos a crear en nosotros y alrededor de nosotros un clima
propicio para la escucha.

* El ambiente externo para el alimento de la Palabra

Una comida celebrativa o una cena especial nos exigen una


preocupación especial no sólo por preparar muy bien los
alimentos, sino también por tener un ambiente adecuado para
hacer de este encuentro un momento de alegría y comunión. Algo
semejante nos ocurre cuando tenemos que alimentarnos con el
pan de la Palabra.

- Así como las cenas importantes no las hacemos en cualquier


lugar, busquemos un lugar apropiado para sumergirnos en una
lectura orante lejos de los ruidos habituales, fuera de las urgencias
que impone la vida: ¡hay que darse tiempo y un corazón con ganas
de escuchar a Dios!

- Así como adornamos nuestras casas para un invitado especial,


así también ambientemos el lugar donde nos vamos a reunir para
escuchar a Jesús: velas, ambón para poner una Biblia abierta,
flores, aguayo, alguna frase alusiva…

- Así como pensamos en los detalles de nuestra comida importante


así también pensemos en todo aquello que debemos tener para
alimentarnos con el pan de la Palabra: preparar el encuentro
llevando el texto leído, los cantos que vamos a emplear, tener más
Nuevos Testamentos…, es decir, seamos creativos para que todos
nos ayude a que el alimento de la Palabra nos anime y guíe.

* Ambiente interno para el alimento de la


Palabra

El ambiente interno, es del corazón que escucha,


que se prepara saliendo de los ruidos personales
que estorban nuestro encuentro con Jesús vivo.
Para esto, debo tomar clara conciencia a lo que
voy, pedir el don del Espíritu, cerrar nuestros ojos
por unos momentos para abrir los ojos de la fe y
recibir la Palabra como Palabra de Jesús: ¡cuando se ama de
verdad, se escucha de verdad!

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Una característica necesaria para una buena escucha es meditar la
Palabra en el corazón de una manera completamente
desinteresada. No se lee la Palabra de Dios, con la única finalidad
de que me de las respuestas que quiero sino sencillamente querer
estar íntimamente con el Señor, gozar de su presencia. De esta
manera comprendemos que esta lectura orante debe ser pausada,
alejada de toda prisa y atenta a lo que Dios verdaderamente me
quiere comunicar.

Este es el gran tesoro y alimento que iremos descubriendo en la


Lectio Divina, deslumbrando como a través de la Palabra, Dios
mismo se manifiesta y se revela en mi vida. Tanto tiempo (muchos
se preguntaran) yendo a retiros, yendo a misas y tantos medios en
donde hemos buscado a Dios, pero ¿por qué no a través de su
Palabra?

Debemos redescubrir el lugar de la Palabra de Dios en nuestras


vidas, ya que nuestro Señor necesita para construir en el mundo
“verdaderos heraldos del evangelio”.

2. Invocación al Espíritu Santo

Luego de vivir nuestra preparación para recibir el


alimento de la Palabra hay un protagonista
fundamental: ¡el Espíritu Santo!

Todo encuentro con la Palabra parte por la invocación


del Espíritu Santo, porque es Él quien abre nuestra
inteligencia para comprender lo que Dios quiere
comunicarnos, y es él quien nos fortalece para hacer
realidad el querer de Dios en nuestra vida cotidiana.

Se trata de pedir el mismo Espíritu que descendió sobre los


apóstoles, haciendo posible su comprensión y aceptación de Jesús
(Jn 16,13). Él viene sobre nosotros para que la Palabra sea
engendradora de vida y verdad.

Lo que buscamos es vivir una lectura orante de la Palabra de


“manera espiritual”, es decir, bajo la acción sabia del Espíritu, el
mismo que inspiró a los autores de la Biblia. Sin la asistencia del
Espíritu, la lectura de la Biblia se transforma en un ejercicio

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intelectual, un indagar la letra escrita quedándose en detalles, sin
llegar al mensaje de Dios que el texto contiene.

Invoquemos al Espíritu Santo


para que él se derrame sobre nosotros
y nos haga criaturas nuevas a imagen de
Jesús,
capaces de amar, creer y esperar.
3. El alimento de la Palabra mediante la Lectio divina.

La Lectio divina es un método de lectura orante de la Palabra de


Dios. Porque es “lectura” buscamos comprender el texto para
descubrir el mensaje de Jesús, y porque es “orante” entramos en
diálogo con Jesús dejando que su mensaje nos anime y guíe. Un
“método” es simplemente un camino gracias al cual llegamos a
nuestra meta o destino.

Si la meta es el encuentro personal y comunitario con Jesucristo


vivo, Palabra plena y definitiva del Padre, entonces un buen
método o camino nos debe ayudar a conseguir esa meta. A esto
nos ayuda la Lectio divina con sus cuatro pasos de lectura,
meditación, oración y contemplación.

Se trata de cuatro actitudes básicas del discípulo que, porque


anhela seguir al Señor, se sienta a los pies de su Maestro para
escuchar su Palabra (Lc 10,39). Esta disposición de escucha lo
lleva a comprender la Palabra (Lectura), a hacerla realidad en su
vida (Meditación), a suplicar fuerza y luz para seguir el camino de
Jesús y a dar gracias por su obra en la Iglesia (Oración), y a
impregnarse del Reino de Dios y a trabajar por su venida
(Contemplación).

Recordemos que la Lectio divina es una lectura atenta de la


Sagrada Escritura como la de un discípulo pendiente a no perder
ninguna palabra de su maestro. Esta lectura prepara la conversión,
pues la Biblia es “como un espejo” que pone al descubierto
nuestras incoherencias y disfraces, porque es camino de
revelación de Jesucristo y, por lo mismo, manifestación de la
propia y más íntima verdad, pues “penetra hasta la división del
alma y del espíritu, hasta lo más profundo del ser y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4,12).

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CUADRO RESUMEN DE LOS PASOS DE LA LECTIO
DIVINA

Sagrada Escritura es…

Palabra de Dios por inspiración del Espíritu Santo confiada a la Iglesia


escrita para la salvación

   
Leer Meditar Orar Contemplar/practicar

   

¿Qué dice el texto ¿Qué nos dice el ¿Qué le decimos al ¿A qué conversión y
bíblico? Señor por su Señor motivados acciones nos invita el
Palabra? por su Palabra? Señor?

Comprender Actualizar Orar Practicar


la Palabra… la Palabra… la Palabra… la Palabra…

para descubrir lo que para interpelar la para dialogar con para conducir la vida
Dios nos enseña vida, conocer su Dios y celebrar (practicar) según los
mediante el autor sentido, me-jorar nuestra fe en criterios de Dios
inspirado. nuestra misión y familia o (conversión).
fortalecer la comunidad.
esperanza.

EL CAMINO DE LA LECTIO DIVINA Y LOS SIGNOS QUE NOS


AYUDAN

Este método se puede adaptar a las realidades de toda comunidad


o de manera personal de una forma práctica, ordenada y fácil.

LOS PASOS DE LA LECTIO DIVINA

   
Leer Meditar Orar Contemplar/practicar

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1 paso. Leer (Lectio). Se lee el evangelio. Darle todo el tiempo
necesario, para que se haga con calma, adentrándose en el texto,
y deteniéndose en los detalles y las circunstancias. ¿Qué dice el
texto?

La Lectio divina no es una lectura cualquiera, apresurada, sino


lenta y atenta, tratando de evidenciar todos los elementos
portantes e importantes del texto. Todo es importante, nada sobra
en un texto, por eso se compara la Palabra de Dios con el mismo
Cuerpo de Cristo (cfr. DV. 21) y así como se está atento a que ni
una sola partícula de la Hostia se pierda, de igual manera hay que
buscar que ningún detalle se escape de nuestra atención.

2 paso. Meditación (Meditatio) Nos dejamos interpelar por


el texto

En este segundo momento la atención se centra en


descubrir el mensaje del texto en nuestra situación
personal y comunitaria, pero sobre todo
comprender que el texto debe interpelarme a una
respuesta de vida.
Es recomendable, leer nuevamente el texto o cita
bíblica en voz alta si nos encontramos en
comunidad y luego dar paso a un silencio que se escucha bajo la
voz del Espíritu Santo.

Recordemos, que la Palabra de Dios debe ser siempre un saber


llevar el texto a nuestro hoy, es decir, al hoy de nuestras vidas y
nuestra historia. Por eso, la invitación para esta Meditatio o
Meditación, es ver como puedes hacer una relectura de tu vida en
este texto.

Meditemos las palabras en nuestros corazones y preguntémonos


¿qué me dice el texto?

Decía S. Jerónimo que por la lectura llegamos a la cáscara de la


letra, intentando atravesarla; solo con la meditación podemos
llegar al fruto del Espíritu. La meditación nos ayuda a descubrir el
sentido que el Espíritu quiere comunicar hoy a su Iglesia a través
de los diversos pasajes de la Biblia. La pregunta que aquí nos
hacemos es: ¿cuál es el mensaje que este pasaje tiene para mí,
para nosotros?

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La Meditación trata de establecer un diálogo entre lo que Dios nos
dice en su Palabra y lo que sucede en nuestra vida. Se medita
reflexionando, preguntando por ejemplo: ¿Qué diferencias y qué
semejanzas encontramos entre la situación del pasaje que
estamos leyendo y la nuestra? ¿Qué cambio de comportamiento
me sugiere? ¿Qué quiere hacer crecer en mí, en nosotros?...

3 paso. Oración (Oratio) Alabar, bendecir,


glorificar al Señor por la vida en abundancia,
porque nos muestra el camino de realización
y la felicidad.

Oremos para ser inundados por la presencia de


Jesucristo, que su amor nos capacite para ver en
el texto una fuente de amor. Habla al Dios que te
besa a través de su Palabra.

Confiado y sin temor, lejos de toda mirada sobre ti mismo. Da


gracias, intercede por los hermanos, por las situaciones que el
texto te haya traído a la memoria. Da curso libre a tus capacidades
creativas de sensibilidad en la oración.

4 paso. Contemplación (Contemplatio) Respondemos a la


Palabra escuchada y meditada y nos comprometemos al
descubrirla en nuestra vida.

En este momento respondemos a la Palabra de Dios, lo podemos


hacer a través de una oración de alabanza, de petición, de
bendición, etc. También expresamos nuestros
propósitos compromisos personales y como grupo,
que nos ha inspirado el texto.
Usemos la imaginería bíblica, visualizar la escena,
inclusive visualizándome dentro de ese escenario
sea como observante o colocándome en el papel
de unos de los integrantes del texto. La
contemplación es posteriormente llevarla a la
vida, es la acción del Espíritu Santo que me llena,
me satura de todo su poder y me lanza a vivir cosas que uno por si
solo no podría lograr.

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LOS SIGNOS QUE NOS AYUDAN EN LA LECTIO DIVINA

Palabras, frases o acontecimientos que MARCO…


Para Leer Con el Signo de interrogación cuando no entiendo.
(?) cuando considero que se trata del
y el subrayado (ej.: salvar) mensaje central del texto.

Para Meditar Con el Signo de exclamación cuando interpelan intenciones y
(¡) acciones.

Para Orar Con el Asterisco (*) cuando me ayudan a orar.

Para Actuar Palabra al margen del escribo una palabra (ej. “diálogo”) que
texto me indique el camino a seguir.

PARA VIVIR ENCUENTROS COMUNITARIOS DE LECTIO DIVINA

1- Leamos la Palabra de Dios

1.1- Proclamamos la Palabra Dios como Padre nos habla; nosotros, la familia
de los discípulos de Jesús, acogemos de
corazón lo que nos quiere decir.
1.2- Compartamos la vida Dios habla por la vida. Nos fijamos en los
aspectos de nuestra vida que nos ayudan a
entender el mensaje de Dios y que, a la vez,
necesitan ser iluminados por su Palabra.
1.3- Escuchamos a Dios Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos
fijamos en el mensaje que el pasaje bíblico
consigna. Ese mensaje es Palabra de Dios
viva y eficaz que alimenta nuestra condición
de discípulos.
2- Meditamos el mensaje y la vida Dios habla para la vida. El mensaje de Dios
nos interpela: dejemos que ilumine nuestra
vida y nos muestre el camino a seguir.
3- Oramos el mensaje y la vida Desde la vida iluminada por la Palabra
dialogamos con Dios y, como comunidad

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orante, celebramos nuestra fe alabando,
dando gracias, pidiendo…
4- Practicamos la Palabra La vida puesta a la luz de la Palabra cobra
nuevo sentido y se descubren los desafíos que
nos ayudan a imitar mejor a Jesucristo en su
Iglesia.

http://www.iglesia.cl/portal_recursos/eclesial/noticias/docs_jornada_2005/FolletoLectio.do
c

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