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Sacramentos de iniciación
Tema 1
JESÚS HISTÓRICO
1. El Jesús Histórico.
Pero los creyentes vemos a Dios en ese hombre concreto que surgió en
un país y en un tiempo determinado.
Los que han llegado son suficientes para pensar en su existencia real,
con más garantías técnicas que las referencias de otros personajes
antiguos. Incluso, podemos afirmar con contundencia que de pocos
personajes antiguos quedan tantos testimonios tan inmediatos en el
tiempo y en el lugar al protagonista del que hablan como acontece de
Jesús. Sólo algunos emperadores o reyes, documentados por cortesanos
y cronistas, han tenido semejante número de referencias sobre su itinerario
humano o sus hazañas.
Entre los escritores paganos que aluden a Jesús, citamos los siguientes:
Tácito (55-125) Refiere en sus "Anales", alrededor del año 116, la cruel
persecución que sufrieron en Roma los cristianos bajo el emperador Nerón.
Con este motivo habla del fundador de la secta cristiana: "El creador de
este nombre, Cristo, había sido ejecutado por el Procurador Pondo Pilato
durante el reinado del emperador Tiberio" (Annales XV. 44)
Mará Bar Serapión era sirio, de la escuela de los estoicos. Habla de Jesús
en una carta que escribe a su hijo Serapión, con probabilidad hacia el año
70: "¿Qué sacaron los judíos de la ejecución de su sabio rey, si desde
entonces perdieron su reino?... Los judíos fueron muertos o expulsados de
su país, y viven dispersos por todas partes... El rey sabio no ha muerto,
gracias a las nuevas leyes que dio".
3. Testimonios cristianos
3. ¿Pensamos que las novelas, los films, los cuadros de los artistas dan
la verdadera figura histórica de Jesús? ¿Por qué?
Tema 2
JESÚS, HIJO DE DIOS. MISTERIO
Su vida es maravillosa.
Está por encima de la cultura. Por eso, la cultura llega hasta el Sepulcro
de Jesús. La fe comienza en la Resurrección. Una catequesis de cultura
cristiana debe apoyarse en los relatos y en sus enseñanzas. Una
catequesis de fe debe aspirar a más, a la contemplación sorprendida y
humilde de la resurrección.
Al amanecer del primer día, que luego se llamaría el día del Señor,
Dominicus, domingo, "María Magdalena y María la madre de Santiago" (Mat.
16. 1) fueron al sepulcro para amortajar el cuerpo de Jesús antes de
enterrarlo de forma definitiva y lo encontraron vacío.
En Mt. 28. 2 se habla de un terremoto que hubo y del ángel que apartó la
piedra de la entrada, de la huida de los soldados que guardan el sepulcro
a petición de los mismos sacerdotes a Pilatos y del "joven" (Mt. 16. 5)
vestido de blanco que dijo "Ha resucitado".
Su misterio es grandioso.
Está por encima de la cultura. Por eso, la cultura llega hasta el Sepulcro
de Jesús. La fe comienza en la Resurrección. Una catequesis de cultura
cristiana debe apoyarse en los relatos y en sus enseñanzas. Una
catequesis de fe debe aspirar a más, a la contemplación sorprendida y
humilde de la resurrección.
La expresión "Hijo de Dios". La idea que Jesús tiene de sus Padre aparece
continuamente en sus enseñanzas. Jesús se declara íntimamente
dependiente de su Padre: "Todas las cosas las ha puesto el Padre en mis
manos. Y nadie conoce al Hijo, sino Padre; ni conoce ninguno al Padre,
sino el Hijo, y aquel a el Hijo quisiera revelarlo". (IVIt. 11, 27; Le. 10, 22)
Este texto de los Sinópticos, que tanto sabor tiene a S. Juan, refleja la
visión más honda de la conciencia que Jesús poseía de-ser el Hijo de Dios
y de su identidad divina. Jesús sabe perfectamente que ha recibido de su
Padre la plenitud de la verdad revelada y del poder divino. No se siente un
profeta más, como los del Antiguos Testamento.
Con las palabras: "Nadie conoce al Hijo, sino el Padre", quiere decir que
su ser es tan divino como el del Padre Dios. No es un enviado de Dios como
los demás, sino el Hijo de Dios.
La fe es la llave del nuevo Reino que proclama. Hasta tal punto lo es, que
sus pruebas se la ofrece sólo a los que dan muestras de ella. 'Todo es
posible si tienes fe" (Le. 17. 5-6). Cuando no hay fe, "Jesús no hace signos
entre ellos". La fe es la condición personal previa para recibir la vida eterna
y para no ser condenados.
2. ¿Por qué costaba tanto a los judíos y a los cultos griegos que Jesús
podía ser hijo de Dios?
Tema 3
JESÚS VIVE. HA RESUCITADO
Al amanecer del primer día, que luego se llamaría el día del Señor,
Dominicus, domingo, "María Magdalena y María, la madre de Santiago"
(Mac. 16,1) fueron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús antes de
enterrarlo, y lo encontraron vacío. En Mt. 28. 2 se habla de un terremoto
que hubo y del ángel que aparta la piedra de la entrada, de la huida de los
soldados que guardan el sepulcro a petición de los sacerdotes a Pilatos y
del "joven" (Me. 16. 5) vestido de blanco que dice "Ha resucitado".
- Ei ángel de Mt. 28. 5-6 no coincide con los dos hombres "con vestiduras
deslumbrantes" de Le. 24. 4.
- Según Juan 21. 11-18, María Magdalena vio dos ángeles y después a
Cristo resucitado, con el cual habló llena de amor
- Según Le, Jn. y Me. Jesús se apareció a las mujeres y a otros discípulos
en varios lugares en Jerusalén y sus proximidades.
La certeza de que Jesús resucitó y vive, que llega hasta nuestros días,
es coincidente en todos los que tienen fe. Los evangelios señalan que,
después de su resurrección, Jesús siguió algún tiempo enseñando a sus
discípulos sobre asuntos relativos al Reino de Dios. El texto evangélico
indica cuarenta días, que es lo mismo que decir algún tiempo fijo, algo
largo, no excesivamente breve.
Cómo aconteció
Es un hecho de fe
- Siguieron pruebas, que fueron las comunicaciones con los que creían
en El. Unos le vieron y otro creyeron a quienes le vieron vivo.
Al marchar Jesús del mundo, no terminó su misión terrena, sino que dejó
a sus seguidores para que le hicieran presente en el mundo y para que
hicieran real su misión salvadora. Sus discípulos siguieron organizados en
una comunidad o asamblea (Ecclesia, Sinagoga) y no sólo en grupo
provisional de adeptos.
La Iglesia que Jesús quiso formar en el mundo fue un regalo dado a los
hombres para ayudarles en el camino de la salvación. A sus primeros
seguidores les invitó a formar parte de su grupo de amigos. "En adelante,
ya no os llamaré siervos, pues el siervo no sabe lo va a hacer el Señor. Os
llamaré amigos, porque os he dado a conocerlo que oí a mi Padre." (Jn.
15.15-16)
Durante su vida de Profeta los fue preparando para que siguieran unidos
cuando la hora de su partida llegara. Les prometió la fuerza del Espíritu
Santo enviado por El mismo y por el Padre. Y les dispuso para que
anunciaran el Reino de Dios en la tierra entera, pues para eso El había
venido al mundo. "No me elegisteis vosotros a mí, soy yo el que os elegí y
os destiné para marchéis y deis muchos frutos" (Jn. 15. 17)
Son dos mil años los que hemos estado celebrando esa fiesta de amor y
de fe. Este tiempo ha dejado una trayectoria de recuerdos que están
asociados al domingo, al día de descanso, de plegaria, de recuerdo. Cada
pueblo creyente celebra un día a la semana de descanso y de fiesta, en
parte religiosa y en parte social.
Los cristianos tienen una razón más profunda que cualquier otra religión
para celebrar el primer día de la Semana. San Jerónimo escribía: "El día del
Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Es
el día en que el Señor subió victorioso. Los paganos lo llaman el día del
sol. También nosotros lo haceos así con gusto, pues es el día en el que ha
aparecido la luz del mundo y en el que ha amanecido el sol de justicia cuyos
rayos traen la salvación." (Homilías pascuales)
- La del rebaño, cuyo Pastor bueno es El, dispuesto a dar su vida por sus
ovejas y a dejar las noventa y nueve en el aprisco por salvar a la extraviada
antes de que la devore el lobo enemigo. (Jn. 10.11-15)
- Incluso la casa del hijo pródigo, en donde siempre hay un padre bueno
en espera del regreso. Le. 15. 11- 32.
En el Apocalipsis, recuerdo especial merece el pasaje en donde se
recogen estas hermosas palabras: "Y vi la ciudad santa la nueva Jerusalén,
que descendía del cielo, enviada por Dios, adornada como una novia se
prepara con adornos para su Esposo. Ella es la morada de Dios en medio
de los hombres... Acampará entre ellos. Y ellos serán su Pueblo y Dios
estará con ellos". (Apoc. 21. 2-3
- Es una Familia (Ef. 2. 19-22) en la que todos viven al abrigo del Señor,
que es Padre y en donde todos se sienten hermanos por ser hijos del
mismo Padre.
Lo humano en la Iglesia
Todos los elementos no tienen sentido por sí mismos (el arte, las
tradiciones, los usos sociales), sino por el estimulo o cauce que
representan para su mensaje y sus valores supremos.
Comunidad de comunidades
Tema 6
MINISTERIOS EN LA IGLESIA
Ministerios eclesiales.
Variedad de ministerios.
3. ¿Pensamos que servir a los demás es una cosa libre para lo que nos
guste o es un deber de conciencia, a la luz de la fe?
Tema 7
Concepto religioso
Rasgos sacramentales
Según este Catecismo, son tres los rasgos del concepto de sacramento:
un signo exterior y sensorial, que significa la gracia; la acción misteriosa
de producir la gracia santificante por Dios; la institución por Jesucristo de
ese signo, gesto o acto.
Los signos sacramentales no son las cosas o las acciones: agua, pan,
crisma, etc., sino “las cosas unidas a las palabras y a las intenciones”. Por
eso no son los signos los que definen su contenido religioso o su
significación espiritual, pues lo natural por sí no puede dar lo sobrenatural,
sino la referencia divina, la institución por Cristo, que es lo que hace a la
realidad natural producir tales efectos.
Sacramentos y vida
Por eso Cristo quiso acomodarse a sus seguidores y les dio los apoyos
sacramentales que reflejaran, en los sentidos, sus riquezas interiores.
Cada sacramento tiene una finalidad querida por Cristo. Unos son de
frecuente recepción. Otros se reciben sólo una vez y son el comienzo de
una nueva vida y la causa de un nuevo estado en la comunidad cristiana.
El buen cristiano sabe ver en acciones y objetos tan sensoriales el misterio
de Dios que en ellos late.
Sin embargo, la Iglesia nos enseña que todos los Sacramentos del Nuevo
Testamento fueron instituidos directamente por Jesucristo y lo declara
verdad de fe.
Tema 8
A medida que la primitiva Iglesia fue bautizando a los hijos que nacían en
el seno de los hogares ya cristianos, los niños crecían en la piedad y en el
conocimiento de Jesús. Pero debían hacer un acto de consciente
aceptación del mensaje evangélico cuando llegaban a ser mayores.
Entonces se comenzó a valorar la Confirmación, o aceptación consciente
y firme de la fe recibida y de los compromisos asumidos por el Bautismo.
La acción de bautizar
"El que no naciere [Vulgata: renaciere] del agua y del Espíritu [Vg: del
Espíritu Santo] no puede entrar en el reino de Dios." (Jn. 4. 4.). Por eso la
Iglesia siempre entendió el Bautismo como el sello de los elegidos por Dios
para el Reino de su Hijo y le siguió presentando como tal a lo largo de la
Historia.
Da la gracia santificante
Esta gracia significa que nos hace hijos amados de dios, que nos hace
participar de su felicidad eterna y de su misma naturaleza, que nos
convierte en herederos del cielo. La gracia es don y el acceso a ella lo
llamamos justificación. Es decir, devuelve el estado de justicia y santidad
que el hombre poseía antes del pecado original.
Sacramento de amor
Hay quien puede sentir dudas de que sea tan real la presencia de Cristo en
medio de sus seguidores. Pero son muchos lo que creen en ella y llaman al signo
sensible de esa presencia, el pan y el vino, el sacramento del amor. Aceptan con
fe la realidad del milagro y del misterio.
S. Lucas lo relata así: "Cuando llegó la hora, Jesús se puso a la mesa con sus
discípulos. Entonces les dijo: Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con
vosotros antes de mi muerte! Pues os digo que no volveré a comerla hasta que
la realice en el Reino de Dios.
Después tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a los discípulos
diciendo: Tomad esto y comed todos de ello, pues esto es mi cuerpo, que será
entregado por vosotros. Haced siempre esto en recuerdo mío.
Y lo mismo hizo con la copa, después de haber cenado, y les dijo: Esta copa
es la nueva alianza, confirmada con mi sangre y que va a ser derramada." (Lc. 22.
19-20)
Sacramento de presencia
El dogma
Tema 10
PENITENCIA Y CONVERSION
Naturaleza Sacramental
Signo sensible
Dolor y arrepentimiento
La Iglesia entendió siempre por contrición "el dolor del alma y aborrecimiento
del pecado cometido, juntamente con el propósito de no volver a pecar". Es la idea
expresada en el Concilio de Trento, en la sesión XIV del 25 de Noviembre de 1551
(Denz. 897). Los tres elementos de este concepto; sentimiento o dolor, rechazo o
renuncia, propósito de cambio, han sido y son elementos claves para autentificar
el arrepentimiento, de modo que uno sólo haría dudar de la autenticidad de esta
disposición moral.
Absolución
La declaración del perdón por parte del ministro confesor, la absolución, implica
doble acción: actuar como receptor eclesial del poder de las llaves y ejercer como
instrumento de perdón.
El receptor del sacramento no puede ser otro que el adulto capaz de pecar, o que
realmente ha pecado, y quiere recibir el perdón por la vía establecida por el mismo
Señor Jesús. Ni los niños ni los deficientes ni quien carezca de suficiente
desarrollo moral, es decir de responsabilidad como persona, puede ser sujeto de
la penitencia.
3. ¿Es el perdón del pecado un beneficio sólo para el pecador o hay más
beneficiados?
La maternidad de María no significa que le haya dado la divinidad, sino que fue
la gestadora de un ser humano, en quien estaba la Segunda Persona de la Trinidad
Santísima con una unión personal, hipostática, a esa humanidad en gestación. Al
decir humanidad, se alude a su cuerpo y a su alma, unidos e inseparables
Además María es reconocida como la Madre del Señor. La maternidad para ella,
como para cualquier mujer israelita, era la participación en la bendición de Abraham,
era la culminación de la pertenencia al pueblo elegido, era también la realización
como persona selecta y fiel.
Maternidad singular
Con el paso de los siglos se fueron clarificando y definiendo las verdades sobre
tan excelsa cristiana. Se insistió en la intervención divina fecundante, al mismo
tiempo que se resaltó el signo milagroso y profético del nacimiento de Cristo.
- Hizo de mediadora de su Hijo, desde sus años infantiles hasta sus días de
predicación, desde la presentación a los Magos que vinieron del Oriente hasta la
presencia en el Calvario cuando parecía triunfar el mal.
Como tal nos invita a orientar nuestra vida a la invitación a María como modelo de
amor divino, como estímulo hacia las cosas de arriba. Y nos recuerda que es la razón
por la que fue elegida para engendrar el Señor del cielo y a la fuente de todo amor.
Ella no se dejó deslumbrar por el mundo y quiere que nos pongamos en disposición
de superar los reclamos de las criaturas.
Nos indica con sus ejemplos que lo primero de todo es Dios. Nos recuerda: "El
primer mandamiento de la Ley de Dios es amar a Dios sobre todas las cosas, con
todo el corazón, con toda la mente". (Mc. 12.29)
Miramos, pues, a la Madre de Jesús como figura mundial y no sólo cristiana. Ella
constituye una figura humana que ha pasado por la historia derrochando luz,
señalando a los hombres caminos de perfección sublime, indicando con sola su
presencia que la vida hay que construirla con los ojos en Dios.
Tema 12
La Confirmación, “SIGNO DE MADUREZ”
Como los demás sacramentos, tiene por misión el otorgar al cristiano la gracia.
Pero su peculiar misión es dar la plenitud de la entrega a Cristo.
Su sacramentalidad
En la Escritura
San Pablo impuso las manos a unos seguidores recién bautizados; y "al
imponerles Pablo las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban lenguas
y profetizaban". (Hech. 19. 6)
Los efectos son profundos en el alma del que recibe este sacramento: el Espíritu
Santo con sus dones, las gracia y amistad divina, la plenitud de la fe en cuanto regalo
celeste y cierta consagración a la vida de apostolado, es decir a dar a los demás las
riquezas que uno mismo ha conseguido. Algo en este Sacramento queda para
siempre en quien lo ha recibido, que no puede volver a repetir el sacramento: lo
llamamos carácter.
a) La gracia santificante
Aumentar la gracia quiere decir que se ahondan las raíces en que se sustenta: el
amor, la amistad divina; y quiere decir que se fortalece el espíritu humano: la
inteligencia (conocimiento) con luces; y la voluntad (opciones) con nuevas fuerzas.
Lo que se quiere decir es que la vida divina, que fluye como regalo al alma, aumenta
sorprendentemente.
A la gracia santificante acompañan los dones del Espíritu Santo y las virtudes
infusas o regaladas al alma, al igual que en el Bautismo. Al decir dones del Espíritu,
se presupone que la Tercera divina Persona se establece en el ama santificada de
manera muy especial.
Por eso, si la ascesis cristiana dio siempre importancia al Bautismo como enlace
inicial con Cristo, autor de la salvación de los hombres, no menos ha insistido en
todos los tiempos en la necesidad de que el Espíritu Santo resida en las almas de
los fieles. Precisamente el Sacramento de la Confirmación se asocia con la plenitud
del Espíritu y con la transformación de los corazones de los fieles.
c) El efecto específico.
Entre los dones, el que mejor refleja la presencia del Espíritu y define lo que es el
Sacramento es el de fortaleza, don que dispone para la lucha contra el mal y contra
los enemigos de la salvación.
El que ha recibido el Espíritu está dispuesto a proclamar su fe en el amor de Dios,
se abre a los demás para compartir su riqueza y se siente dispuesto a defender su
fe incluso con el martirio.
Imprime carácter.
La confirmación es uno de los tres sacramentos que deja grabada el alma con un
sello indeleble, que es el carácter. Quiere ello decir que el que ha sido confirmado,
lo seguirá siendo toda la vida y toda la eternidad. No es un escalón más en el camino
de la fe. Es un nuevo estado lo que se genera con este Sacramento. Es como la
confirmación de la fecundidad espiritual, cualidad que no se tiene todavía en el
Bautismo.
La Confirmación sólo puede ser recibida por quien ha sido bautizado y sólo debe
ser aprovechada por quien sabe lo que hace, es consciente de su situación de
madurez y libremente elige ese don para aumentar su plenitud cristiana.
La costumbre de confirmar a los niños desde muy pequeños también se mantuvo
en Occidente durante muchos siglos. Pero, como el fin del sacramento es confirmar
la plenitud de la fe, se fue orientando la praxis pastoral a retrasar su recepción hasta
la llegada de la conciencia plena de la dignidad del cristiano. Por eso, desde el siglo
XIII en Occidente ya se demoró la recepción del sacramento hasta el uso de razón,
entre los 7 y 10 años. Y en los tiempos actuales se prefiere el inicio de la juventud,
cuando el hombre y la mujer adoptan ya posturas firmes ante la vida: estudios,
relaciones, profesión, compromisos y creencias.
Tema 13.
Podrán ser muchos o pocos los bautizados, podrán ser más valientes o
cobardes los nuevos confirmandos, e incluso podrán aumentar o disminuir
los que los aceptan y lo viven como opción personal. Pero lo importante es
que los hombres tengan el mensaje del amor de Dios a su alcance y que se
sientan libres para rechazarlo o aceptarlo.
3. ¿Estamos convencidos que esos que nos necesitan están muy cerca
de nosotros?
Tema 14.
Al igual que acontece con la vida natural, en donde se sobrevive con sólo
lo mínimo de alimento, pero no se llega a la perfección y a la salud, a la
sabiduría, a la elegancia y a la fuerza contra las adversidades, en lo
espiritual la confirmación es conveniente para crecer en la fe y en el amor.
Precisamente por eso no es obligatoria como puerta de entrada en la fe.
Pero es muy conveniente como fuente rica de gracia para crecer en el
espíritu.
La Iglesia la considera obligatoria para recibir el Orden Sacerdotal, pues
entiende que el sacerdote debe ser fuerte para ayudar al prójimo; y la
considera muy aconsejable, vivamente deseable, para elegir un estado de
vida de especial entrega: matrimonio, profesión religiosa, entrega
misionera, catequesis, educación de la fe. etc.
Siempre que se termina una etapa, un camino o una labor concreta, las personas
inteligentes se preguntan por los resultados conseguidos y hacen lo posible por
perfilar un balance sereno de los resultados. Al terminar nuestra camino y al
acercarnos al día en que la el Sacramento de la confirmación fortalecerá nuestros
espíritu nos debemos preguntar si todo lo realizado ha merecido la pena.
Debemos revisar nuestros recuerdos, sobre Cristo, sobre la Iglesia, sobre los
Sacramentos, sobre los valores de los cristianos y sobre la luz del Evangelio
Si podemos responder con alegría que hemos cumplido los objetivos que nos
propusimos al recorrer nuestro camino catecumenal, un gozo grande debe invadir
nuestro espíritu y un desafío cautivador se abre ante nuestros ojos. Dios está con
nosotros. Cristo no acompaña en el camino. El Espíritu divino ha entrado en nuestra
conciencia y amanece para nosotros una nueva vida que nos hará más felices en la
tierra y más proyectados hacia la eternidad.
En todo caso, la alegría del Espíritu Santo debe inundar nuestro corazón
y hacernos sentir el gozo de su presencia.
Tema 15.
Buscamos y descubrimos
la alegría de la celebración
Por eso, el que se confirma debe pensar en lo que recibe: El Espíritu Santo y sus
dones. Y debe pensar en lo que se compromete a dar: el mensaje del amor y de la
verdad a todos los hombres.
Apostolado
RITO DE LA CONFIRMACIÓN
Presentación de confirmando
Homilía o Exhortación.
El Obispo hace una breve homilía, explicando las lecturas a fin de preparar a los
confirmandos, a sus padres y padrinos y a toda la asamblea defieres a una mejor
inteligencia del significado del a Conformación.
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María
Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos, está sentado a la
derecha del Padre? - Si, creo.
- ¿Creéis en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy os será comunicado
de un modo singular por e! sacramento de la Confirmación, como fue dado a los
Apóstoles el día de Pentecostés?- “Si creo”
IMPOSICIÓN DE MANOS
El Obispo, tiende a sus lados a los presbíteros presentes, de cara al pueblo dice:
Dice la oración:
* CRISMACION
Pidamos hoy perdón por nuestros pecados. Y puesto que vamos a recibir
el Sacramento de la confirmación, que es sacramento de gente fuerte,
pidamos perdón a Dios como miembros de este Pueblo, que es la Iglesia,
y que son todos nuestros hermanos, nuestros prójimos
Digamos todos
Algunas veces hemos vivido sin amar a nuestro prójimo. Hemos sido
egoístas y les hemos dado la espalda. Incluso a los más prójimos
nuestros, nuestros padres, amigos, compañeros de trabajo, vecinos.
PEDONANOS POR ELLO, SEÑOR
Minutos de silencio
Al comienzo del año, en la época en que los reyes salen de campaña, David
envió a Joab con sus servidores y todo Israel, y ellos arrasaron a los amonitas
y sitiaron Rabá. Mientras tanto, David permanecía en Jerusalén.
LA TENTACION
Una tarde, después que se levantó de la siesta, David se puso a caminar por
la azotea del palacio real, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando.
La mujer era muy hermosa.
David mandó a averiguar quién era esa mujer, y le dijeron: "¡Es Betsabé, hija
de Eliám, la mujer de Urías, el hitita!".
Joab envió a David el parte de batalla, y dio esta orden al mensajero: "Cuando
termines de comunicar al rey el parte de batalla, si él se enda mucho y te grita:
“¿Por qué se acercaron tanto a la ciudad para librar combate? ¿No sabían que
arrojan proyectiles desde lo alto de la muralla?
¿Quién hirió mortalmente a Abimelec, hijo de Ierubaal? ¿No fue una mujer la
que le arrojó una piedra de molino desde lo alto del muro”. Entonces tu le dirás:
“También ha muerto tu servidor Urías, el hitita”.
El mensajero dijo a David: "Esa gente logró sacarnos ventaja. Hicieron una
salida contra nosotros en campo raso, pero los hicimos retroceder hasta la
entrada de la ciudad.
Entonces los arqueros dispararon contra tus servidores desde lo alto del
muro, y murieron unos cuantos servidores del rey. Al ver que el rey se
enfureció, el mensajero también le dijo: “También murió tu servidor Urías, el
hitita".
Entonces David se amansó y dijo al mensajero: "Esto es lo que dirás a Joab:
‘No te preocupes por lo que ha sucedido. La espada devora hoy a este y mañana
a aquel. Intensifica el ataque contra la ciudad, y destrúyela’. Así le devolverás
el ánimo".
Pero llegó un viajero a la casa del hombre rico, y este no quiso sacrificar un
animal de su propio ganado para agasajar al huésped que había recibido. Tomó
en cambio la oveja del hombre pobre, y se la preparó al que le había llegado de
visita"
David se enfureció contra aquel hombre y dijo a Natán: "¡Por la vida del Señor,
el hombre que ha hecho eso merece la muerte! Pagará cuatro veces el valor de
la oveja, por haber obrado así y no haber tenido compasión".
Entonces Natán dijo a David: "¡Ese hombre eres tú! Así habla el Señor, el Dios
de Israel: Yo te ungí rey de Israel y te libré de las manos de Saúl; Yo te entregué
la casa de tu señor y puse a sus mujeres en tus brazos; te di la casa de Israel y
de Judá, y por si esto fuera poco, añadiría otro tanto y aún más. ¿Por qué
entonces has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que es malo a sus
ojos? ¡Tú has matado al filo de la espada a Urías, el hitita! Has tomado por
esposa a su mujer, y a él lo has hecho morir bajo la espada de los amonitas.
Por eso, la espada nunca más se apartará de tu casa, ya que me has
despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita.
Así habla el Señor: ‘Yo haré surgir de tu misma casa la desgracia contra ti.
Arrebataré a tus mujeres ante tus propios ojos y se las daré a otro, que se
acostará con ellas en pleno día. Porque tú has obrado ocultamente, pero yo lo
haré delante de todo Israel y a la luz del sol".
David dijo a Natán: "¡He pecado contra el Señor!". Natán le respondió: "El
Señor, pues te arrepientes, perdona tu pecado: no morirás. No obstante,
porque con esto has ultrajado gravemente al Señor, el niño que te ha nacido
morirá sin remedio".
Y Natán se fue a su casa.
(El niño murió. David se arrepintió del pecado. Obtuvo de Dios el Perdón.
Acogió a la mujer Betasabé. Luego fue la madre de Salomón. Pero en las
horas de arrepentimiento, compuso un Salmo, el 51, que la Iglesia ha
recitado siempre como signo de perdón
Salmo 51.
Del maestro de coro. Salmo de David.
Cuando el profeta Natán lo visitó,
después que aquel se había unido a Betsabé.
Y te decimos, con las mismas palabras que tu Hijo divino nos enseñó:
Padre nuestro, que estas en los cielos
Santificado se tu nombre. Venga a nosotros tu reino
Hágase tu voluntad en la tierra y en el cielo
Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos
a los que nos han ofendido
No nos dejes caer en la tentación. Líbranos de todo mal. Amen