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Nº 206 Invierno 2019 | 56 páginas | DISTRIBUCIÓN GRATUITA

www.ImagoAgenda.com

Publicación periódica orientada a la difusión y el desarrollo del psicoanálisis


LETRA VIVA LIBROS | Av. Coronel Díaz 1837 - Tel. 4825-9034 | Ecuador 618 - Tel. 4963-1985 | Buenos Aires

“El psicoanálisis hoy”


Entrevista a Roland Chemama
por Alejandra Ruíz Lladó, pág. 34
Las aplicaciones
del amor
El feminismo entre la política y el
erotismo
por Juan Bautista Ritvo, pág. 37

Cuando un varón ama a un varón Sergio Zabalza, pág. 3 | Stella Maris Rivadero, pág. 14
por Marina Esborraz y Luciano Lutereau, pág. 38
Martín Alomo, pág. 18 | Santiago Thompson, pág. 22
“El sujeto histérico de la ciencia”
Reseña del libro El nacimiento del Julieta Portaluri, pág. 24 | Florencia Pavoni, pág. 30
sujeto del inconsciente de Bruno Bonoris
por Martín Krymkiewicz, pág. 39 Elina Wechsler, pág. 32 | Mónica Cruppi, pág. 33
“Testimonio y nombre para un malestar”
Reseña del libro Instituciópatas. Ensayo
sobre prácticas manicomiales en un
hospital general de Tomás Pal
por Agustín Kripper, pág. 40

“La lectura como apuesta”


Reseña del libro Para Leer RSI
por Santiago Deus, pág. 42

El razonamiento silogístico y el círculo


de Euler: fundamentos de la topología
por Diego Moreira, pág. 44

Puching Ball al hombre


por María Marta Rodríguez, pág. 46

Dossier Martin Heidegger


El “paso atrás”, la retroacción
y la afirmación del acto analítico
por José Grandinetti, pág. 49
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STAFF Y PRODUCCIÓN Las “aplicaciones” del amor


Director - Propietario:
Raimundo A. Salgado
Director ejecutivo: Leandro Salgado Presentación
E
Coord. de contenidos: Alberto Santiere
Coord. de contenidos Web: Eugenia Etcheverry n Agua Viva (1973), Clarice Lispec- bloquear viajes largos. Solo sexo sin com-
Publicidad: Mariana Coto tor escribió: “No quiero tener la te- promiso ulterior incrementa usuarios. A
Colaboración: Leonardo Bacarin rrible limitación de quien vive sólo la sequía inhibitoria, ¿catarata sexual y
Corrección: Patricia Yohai de lo que es pasible de tener sentido. Yo desapego? ¿Existe relación entre un ne-
no: lo que quiero es una verdad inven- gocio-servicio que oferta ilimitadamen-
Imago Agenda N° 206
tada”. El amor, ese motor en imágenes, te y lo insaciable que multiplica citas?,
Septiembre 2019
Segunda época. Año XXXVIII.
sentimientos, pulsiones, angustias, go- ¿entre lo fugaz de la imagen y de los vín-
ces, deseos y demandas, sabe transitar culos? Cantaba Nebbia: “¿Qué clase de
Periódico gratuito orientado a la difusión mentiras con la convicción de alcanzar amor tendrás, ahora que lo sabes todo?”
y el desarrollo del psicoanálisis. verdades. La ilusión (eso que parece pero Entonarán nuestras y nuestros autores
Tirada: 12.000 ejemplares. que no es) viabiliza encuentros maravi- estudiosos de estos avatares, sin caer
llosos circunstanciales o duraderos. El en apreciaciones morales, la partitura
Imago Agenda es una publicación de
andamiaje imaginario insaciable ¿nece- que ayude a dirimir lo que los algorit-
Letra Viva, librería-editorial sitaba tecnología en la época de los inter- mos propician, lo que el sujeto intenta,
especializada en psicoanálisis desde 1967 cambios epistolares, de la espera? Freud lo que lo copta o libera, lo que anima y
mismo ha sido cultor de las idas y vuel- desinhibe. ¿La repetición neurótica pre-
Av. Coronel Díaz 1837  |  Ecuador 618
Ciudad de Buenos Aires, Argentina. tas de la tinta lenta con Martha Bernays. cisa apps? ¿Hablaremos algún día de de-
Tel/Fax: (54-11) 4825-9034. Mas un rayo atravesó la cultura y la in- terminismo tecnológico tanto como del
E-mail: letraviva@elsigma.com mediatez intenta dar muerte a la pausa. determinismo inconsciente? La búsque-
Web: www.imagoagenda.com El vértigo es Mercado, vende… lo efíme- da ¿puede transitar nuevos puentes-app
ro acelera búsquedas. A mayor vacío y mediante cualquier aventura comparti-
Impreso en Talleres Gráficos “Planeta Offset”, aburrimiento más likes, más navegación da sin quedar subsumida al mercadeo
Saavedra 565, Buenos Aires, Argentina. y consumo. El amor cree en lo comple- que imprime tendencias no “casuales”?
to y sufre las diferencias. Siempre pide Contó Sigmund luego de conocer a Mar-
Inscripta en el Registro de Propiedad
más el lovemore… mientras la irrupción tha que desde ese día creyó en los mila-
Intelectual bajo el N° 421.249
de aplicaciones digitales parecen tener- gros. Algunas “verdades inventadas” ¿pue-
Impreso en Argentina. lo todo. Pantallas alientan lugares lumi- den ser sueños más grandes que la noche?
I.S.S.N.: 1515-3398. nosos sin falta. Las aplicaciones sugieren ¡Bienvenidas/os al presente “focus
Las reseñas que acompañan las publicacio- posibilidades en rutas que antes no exis- group”!
nes aquí destacadas fueron extractadas de tían, centradas en lo pasajero aunque sin Alberto Santiere
las mismas con el fin de brindar un mejor co-
nocimiento del material propuesto y facilitar Las “aplicaciones” del amor
su difusión. Declinamos, en consecuencia,
toda responsabilidad sobre las opiniones
vertidas. De la misma manera, el contenido Aplicaciones:
lo que cuenta es el semblante
de artículos, dossiers y publicidades es res-
ponsabilidad exclusiva de los respectivos
autores, compiladores y/o anunciantes.
las redes alguna aventurita para dis-
traerse un rato de la pareja que, a su
Suscríbase a Escribe
vez, también consiguieron en las re-
Sergio Zabalza
Imago Agenda sergiozabalza@hotmail.com
des, tal como atestiguan las aplicacio-
nes que ofrecen encuentros furtivos
y reciba todo el año sin que corran riesgo los vínculos ya

E
l ciberespacio le ha permitido a Cu- constituidos. En fin, como se ve, el juego
su ejemplar pido posibilidades antaño impensa- de oferta y demanda en las redes varía
das para conectar gente, estable- tanto como las particularidades de quie-
en la comodidad cer diálogos, compartir encuentros, sexo nes se sirven de ellas, más allá del sexo
y afecto. De hecho, son muchas las pare- anatómico, el género y la imagen elegi-
de su hogar jas constituidas merced a las aplicacio- da para mostrarse en una aplicación. Des-
nes dispuestas en los celulares para que de nuestra perspectiva, a la hora de lo-
o su consultorio. dos personas por fin se encuentren e inti- grar un encuentro que comprometa algo
men. También es cierto que sólo algunos de intensidad erótica, lo que cuenta son
Más información de los que se sirven de estos dispositivos las palabras, las que se dicen, las que se
telefónicamente al quieren formar pareja mientras que otros callan y sobre todo las que se insinúan.
buscan un partenaire con quien contar
4825-9034 de manera puntual y acotada en el tiem- Entre géneros y semblantes: el auto en
po, a veces aunque sea para charlar. Por las redes. En este punto se hace por de-
último no faltan aquellos que buscan en más pertinente abordar la noción de sem-
Todos los derechos reservados: © Letra Viva, Librería y Editorial, 2018.

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blante, esa categoría psicoanalítica cuya riqueza y utilidad clí- los silencios, el espacio entre una y otra comunicación, la alter-
nica crece día a día conforme la diversidad sexual y los femi- nancia entre el humor y la seriedad, de la misma forma que en-
nismos interpelan el sentido común que hasta ahora regía las tre las preguntas que se responden y las que se evaden, las fo-
coordenadas amorosas entre las personas, en este caso a tra- tos que se muestran y las que se niegan, transcurre la fina sin-
vés del perfil expuesto en el particular espacio que brinda la di- tonía de la seducción: esa verdad mentirosa capaz de transmi-
mensión virtual y cuyo alcance va más allá de la mera imagen. tir un efectivo interés. Por otra parte, si bien el rechazo en las
En efecto, esa verdad mentirosa –que se vuelca en la edad, los redes –presentido o efectivamente expresado– suele no ser tan
gustos, la profesión, el oficio, el empleo, las frases representa- doloroso como en el encuentro efectivo de los cuerpos, el con-
tivas, las expectativas, el género y el objeto anhelado–, forma sultorio testimonia que la búsqueda de un partenaire en las re-
parte de la presentación de quien dice buscar algo en una apli- des puede ser duro, sobre todo para aquellos que se acaban de
cación. Aquí el diálogo entre el psicoanálisis y la diversidad se- separar tras largos años de matrimonio o convivencia. Quizás
xual que postulan algunos feminismos amerita cierta elucida- por eso, tal como en “ Her” –aquella película en que la voz de
ción que las redes actualizan de una muy particular manera. Scarlett Johansson interpretaba a una computadora que sostenía
Se trata de delimitar diferencias para rescatar el horizonte éti- seiscientos diálogos a la vez–, quien se sirve de las aplicaciones
co que ambas perspectivas comparten en su particular estra- acostumbra a entablar múltiples diálogos hasta que, de manera
tegia por una sociedad más digna y respetuosa de las diferen- fortuita e imprevista, algo de lo singular es tocado y ya no da lo
cias. Entre las muchas aristas que se ofrecen al análisis elegi- mismo quien está del otro lado de la pantalla o del monitor. De
mos como punto de abordaje la confrontación entre las nocio- hecho, resulta llamativo escuchar por boca de algunos pacientes
nes de género y la propia del semblante. Por empezar, el género dichos nostálgicos sobre personas que jamás conocieron perso-
auto percibido desconoce al Otro, eso mismo que la concepción nalmente, pero cuyas palabras sabían sintonizar una clave ínti-
de semblante –por incluir el goce– incluye. En efecto, el prime- ma y especial. Quizás se trata de esa mixtura entre Eros y Filía
ro resulta de una construcción discursiva que otorga consisten- por la cual algo de la confianza permite esa entrega por don-
cia al Ser, en tanto que la segunda comporta un velo simbólico de la herida del amor encuentra un hueco para hacerse sentir.
imaginario que tapa, cierne y tramita esa nada que la alteridad Esas palabras capaces de hacer una historia por más breve que
agita en el nudo de nuestra intimidad. En otros términos: si el ésta sea. En este punto, resulta por demás llamativo constatar
género es fruto del discurso, el semblante vela al tiempo que al- que cierto uso de las aplicaciones no hace más que evidenciar
berga su estructural inconsistencia: aquello que el discurso no el rasgo que distingue a nuestra época en que la metáfora se
puede nombrar. De esta manera, así como el “género” privile- desvanece a manos de un insensato empuje de satisfacción. En
gia la relación entre el sujeto y el sentido, el semblante hace lo efecto, el consultorio testimonia el sufrimiento de esos sujetos,
propio entre el sujeto y el goce: ese exceso de satisfacción que en general varones, cuyos encuentros vía aplicaciones sólo ope-
el Otro imprime en el inconsciente sin que ninguna auto per- ran para mantener un sexo puntual sin expectativa alguna de
cepción alcance a domeñarlo. Sostener entonces, tal como afir- relación con el Otro. La soledad, la abulia y el aislamiento que
man algunas referentes feministas, que “no somos mujeres que padecen estas personas testimonian que, para estos casos, bien
amamos a otras mujeres, somos lesbianas”1, no sólo comporta podría hablarse de aplicaciones para evitar el amor. Cruel pa-
una forma totalitaria de entender una elección sexual (¿es ne- radoja de nuestro tiempo sometido al ritmo digital, la facilidad
cesario hablar sobre la infinidad de personas que reivindican de acceder al semejante sólo para verificar que el Otro no exis-
ambas condiciones?), sino también la necia concepción según te: una suerte de garantía de satisfacción que anula toda aven-
la cual una persona debería desentenderse de la participación tura, expectativa y contingencia. Bienvenida entonces la tecno-
que la impronta del Otro guarda en su constitución subjetiva. logía digital y los instrumentos dispuestos para el encuentro en-
Es decir, nadie es Toda lesbiana, Todo hombre, Tode queer, Todo tre las personas. Con todo, la posibilidad de que estén al servicio
trans, Toda mujer, Tode fluido, etc. En definitiva, un énfasis en del lazo social reside en la capacidad del discurso para transmi-
el Ser que trasunta un abordaje de la sexualidad tan estereoti- tir esa vulnerabilidad por la cual el deseo del Otro constituye al
pado y rígido como el binarismo que padecemos bajo el influjo ser hablante. Aquí es donde, como pocas otras veces, se verifica
de la heteronormatividad. Lo cierto es que lejos de prestar con- el dicho de Lacan según el cual “si Freud ha escrito en alguna
sistencia a una concepción binaria, la bisexualidad que Freud parte que la anatomía es el destino, habrá quizás un momen-
enuncia a fines del siglo XIX supone que nadie es igual a sí mis- to en que se volverá a una sana percepción de lo que Freud ha
mo. Por algo en su seminario titulado “… o peor”, Lacan obser- descubierto, se dirá, no digo la política es el inconsciente, sim-
va que “el sexo no define ninguna relación en el ser hablante”2. plemente: el inconsciente es la política”3. Según nuestra lectu-
La auto determinación que distingue a la perspectiva de la di- ra del párrafo citado, el inconsciente es aquello que el discurso
versidad sexual encuentra así una contradicción por demás com- alimenta en virtud de su capacidad para transmitir una esencial
pleja e interesante en el privilegio que la época otorga al Otro a fragilidad: ese manantial inagotable que no cesa de no escribir
través de la imagen que se da a ver en la escenografía virtual. el imposible de la Relación Sexual y por la cual cantan los poe-
tas al ritmo que danzan los cuerpos. Hoy que el orden simbó-
Las palabras. Aquí el goce desvía al auto hasta hacerlo chocar lico se encuentra amenazado por la pauperización a la que lo
con las palabras, sobre todo las que no se dicen en el siempre somete el neoliberalismo en desmedro de los vínculos amoro-
imprevisible y enigmático encuentro con el Otro. Me refiero a sos, los analistas estamos convocados para que la política haga
esos dichos que, lo sepan o no ambos interlocutores, trasuntan lugar a la palabra.
un decir cuya singularidad traiciona el universal elegido para _____________________
hacerse conocer: vegano, espiritual, emprendedor, divertido, in- 1. https://www.google.com/search?q=lesbianas+Marta+Dillon&rlz=1C
1GCEA_enAR807AR807&oq=lesbianas+Marta+Dillon&aqs=chrome.
telectual, compañero, amante de los animé, del fútbol, de Los
.69i57j69i61l3.8440j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
Redondos, de Madonna, del Rubius o de Netflix. Eso que se ve- 2. Lacan, J., El Seminario: Libro 19, “ … ou pire”, Bs. As., Paidós, 2012, p. 13
hiculiza en el monitor de un celu más allá del binarismo digi- 3. Lacan, J., El Seminario: Libro 14: “La lógica del fantasma”, clase del 10
tal hace posible la factibilidad de un encuentro. Aquí cuentan de mayo de 1967. Inédito.

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Lic. María Renata Saverino


PSICOANALISTA

Clínica psicoanalítica con niños Adolescentes y adultos

Autoridad y desproporción sexual Zona Recoleta


Contacto: (15)2380-5967
En la clínica psicoanalítica lacaniana con niños renysaverino@gmail.com
Pablo Peusner, Letra Viva, Buenos Aires, 2019
La autoridad, término so- el lenguaje convierte el proce- frente a situaciones diversas
bre el que se ha reflexiona- so de crianza en una seguidi- en que la desproporción y la Lic. María Daniela Cañizal
do poco en el marco de la clí- lla de acciones desproporcio- autoridad se hacen presentes.
nica psicoanalítica con niños, nadas, fuera de manual, pul- Son situaciones en las que el
Psicoanálisis
supone un curioso modo de sionales. Por eso la crianza es deseo del analista encuentra
la proporción: la coinciden- un proceso que se orienta por una ocasión única para mani-
Zona Sur, Banfield
cia plena entre la indicación el deseo, pero también por el festarse o para ocultarse bajo
(la orden, el mandato) y la goce, y que conduce siempre la forma del amo. 11  6 909 5227
respuesta (la conducta). No a un exceso o a un defecto. e-mail: mariadaniela2008@live.com.ar
obstante, la clínica con niños Pablo Peusner nos invita en
nos confronta con uno de los este libro a realizar un recorri-
matices más claros de la au- do en el que ambas nociones
sencia de dicha proporción, se articulan, se reclaman mu-
que Lacan no dejó de califi- tuamente y entran en conflic-
car de “sexual”: un niño o un to; se iluminan, se oscurecen
hijo siempre es más, menos u y finalmente ofrecen algunos
otra cosa de lo que se espe- puntos de referencia. El au-
raba. Pero además, la forclu- tor nos advierte también acer-
sión del instinto que produce ca de la posición del analista

Ensayo psicoanalítico

Psicoanálisis en movimiento
Fragmentos e iluminaciones
Carlos Guzzetti, Lugar Editorial, Buenos Aires, 2019
la creatividad e inventiva que tancias, diversas formas de la
constituyen, desde la funda- violencia. 11-2-666-2423
ción de este arte, su principal Referencias a diversos pen-
herramienta para la transfor- sadores, ya sea que proven-
mación del sufrimiento psí- gan del campo del psicoaná-
quico. Estas son las resisten- lisis como de otras disciplinas, PSICOANALISTA
cias “del” propio psicoanáli- pueden aportar a una com-
sis sobre sí mismo. prensión de esta singular ex- Lic. en Psicología - UBA
Este libro intenta, desde periencia que la teoría nom- Niños, adolescentes y adultos
su título, recuperar el espíri- bra: “transferencia”.
tu insumiso que ha hecho de Los desafíos de las socieda- Zona Caballito
El psicoanálisis contempo- la clínica psicoanalítica el me- des actuales, en la que los su-
ráneo, de una excepcional ex- jor recurso para hacer frente jetos se ven reducidos a la ca-
Ma. Victoria Bollella
tensión en Argentina, es obje- al malestar en la cultura en tegoría de consumidores, exi- 15 3891 3588
to de fuertes resistencias. Ellas el siglo XXI. Por eso Psicoaná- gen una clínica ágil, capaz de
provienen de las terapias que lisis en movimiento. Y por eso operar en dis-
prometen resultados rápidos,
solidarias de los sistemas ge-
también Fragmentos e ilumi-
naciones, ya que cada capítu-
positivos muy
variados y con
Lic. Irene Levy
renciados de salud y funcio- lo, necesariamente fragmen- instrumentos
 Psicóloga - Experiencia en Hospital Público
nales a un mundo que se ha tario, ilumina un sector de la versátiles, sin
ido convirtiendo a pasos ace- experiencia, sin pretensión de encorsetarse en  Supervisión
lerados en el reino de la in- totalidad. La clínica viva reco- doctrinas teóri- Niños - Adolescentes - Adultos
mediatez, el rendimiento y la rre las páginas del libro abor- cas ni técnicas
ilusión de lo ilimitado. Al mis- dando modos muy diversos rígidas. La pre- 1ª Entrevista sin cargo
mo tiempo, muchas corrien- del padecimiento psíquico: tensión de este
tes teóricas se han atrinche- síntomas conversivos, obsesi- libro es aportar  Escritora - Taller de Escritura
rado en los saberes consagra- vo-compulsivos, empujes irre- a ese psicoaná-
dos, quitándole a la práctica frenables al consumo de sus- lisis inquieto. 15 2184 4470 levyirenebeatriz@gmail.com

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Colección Latitud Subjetiva


Lic. Andrea Trucco
Clínica psicoanalítica La voz del eco
Supervisión individual Erik Porge, Letra Viva, Buenos Aires, 2019
y grupal
Bajo el nombre de estadio al Otro, quedarse mudo ante una grabación de nuestra pro-
del eco, Erik Porge designa un examen, ese instante en pia voz para que de inmedia-
011-15 4 0362759 un momento estructural que que la voz del Superyó se so- to surja ese otro que no es asi-
se sitúa en los confines del noriza y arrasa al sujeto: to- milable. De un modo u otro,
grito y del llamado de la pa- dos estos fenómenos son re- cada persona ha vivido la ex-
labra y que, siendo anterior visitados en este libro, mos- periencia de desconocer algo
Lic. Zulema Szwec al estadio del espejo, no deja
de participar en él. Trazando
trando hasta qué punto la in-
vención del estadio del Eco
de la propia voz: el estadio del
eco da cuenta de ese instante.
Psicoanalista U.B.A una perspectiva novedosa, el permite avanzar en una clí-
autor revisita ciertos fenóme- nica cada vez más comple-
Adolescentes - Adultos nos clínicos tales como la eco- ja. Entre las cuatro pulsiones
Consultorio en Palermo lalia en el autismo, aborda al- -oral, anal, escópica, invocan-
gunas cuestiones de estructu- te-, esta última tiene el privi-
4801-9660 • 15-55047396 ra como la del Superyó o la legio de ser la más próxima a
alucinación verbal y posicio- la experiencia del inconscien-
na la función del silencio del te. Cuenta asimismo con la es-
analista. Escuchar, escuchar- pecificidad de concernir a dos
se, hacerse escuchar; oír, oír- orificios del cuerpo: la boca y
Lic. Luciana Spector se, hacerse oír; gritar, llamar la oreja. Basta con escuchar

Psicoanalista (UBA) Ensayo psicoanalítico

Consultorio en Villa Ortuzar


Ensamblajes y piezas sueltas
Cel.: 1560547805 La experiencia de un análisis: testimonios y otros textos
Santiago Castellanos, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2019
¿Por qué alguien que pasó bién se ha dado sus respues- Lacan pro-pone para definir
por la experiencia de un aná- tas, y este libro las reúne al- la interpretación al final de
lisis y alcanzó su final, pue- rededor de un trabajo delica- su enseñanza.
de querer ocupar el lugar del do e intenso sobre su expe-
analista? Esta pregunta que J. riencia en el Pase, en la polí-
Lacan se respondió con la fór- tica de la Escuela y en la pro-
mula: el analista no se autori- ducción del discurso analítico
za más que de sí mismo, y es más allá de lo ya conocido…
también la pregunta que im- Por otra parte, el título del
pulsó la invención del dispo- libro nos orienta acerca de lo
sitivo del Pase en el seno de que podemos obtener de una
su propia Escuela para verifi- práctica lacaniana. “Ensam-
car que hay analista. blar” es empalmar, también
Santiago Castellanos tam- es enlazar, operaciones que

Niñez
Abuso sexual en la infancia
E-mail: patriciayohai@fibertel.com.ar
Abordaje desde el dispositivo de Cámara Gesell
Macarena Cao Gené (Compiladora), Editorial Li-Bros, Buenos Aires, 2019
“Devolverles la palabra a ni- Macarena Cao Gené que lo-
ños es otorgarles un futuro, tal gró reunirlos, constituye en
vez con heridas que no cicatri- un verdadero aporte, de lec-
cen, pero con la posibilidad de tura ineludible, para todos
elaborar algo de lo aconteci- aquellos que caminan acom-
do gracias a que han sido es- pañando a niñas, niños y ado-
cuchados.” lescentes por los pasillos labe-
Macarena Cao Gené rinticos de un sistema judicial
“Este libro reúne las ex- que no siempre los protege”.
periencias de muchos cole- De las palabras preliminares de
gas que junto a la incansable Silvina Fernández

6 | Imago Agenda | N° 206 | Septiembre 2019


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Clínica psicoanalítica con niños Ensayo

El trabajo de lo ficcional El fin del amor


Problemáticas actuales Querer y coger en el siglo XXI
en clínica psicoanalítica con niños
Tamara Tenenbaum, Editorial Ariel, Buenos Aires, 2019
Jaime Fernández Miranda, Letra Viva, Buenos Aires, 2019 Nacida y criada en son un objetivo de vida y
una comunidad judía or- es una herramienta para
Este libro aparece en la voz como un orien-
todoxa en el corazón de la destrucción creativa
un momento oportuno: tador clínico para tra-
Balvanera, Tamara Te- del amor romántico y los
un momento en que el zar el diagnósAtico di-
nenbaum aprendió las postulados que lo sostie-
psicoanálisis que no re- ferencial de la esquizo-
costumbres afectivas y nen, para que de sus ce-
trocede ante los niños frenia infantil y el autis-
sexuales del mundo lai- nizas salga un amor me-
necesita, increíblemen- mo… Todos estos pro-
co como una antropólo- jor, que haga más libres
te, más psicoanálisis. Y blemas, abordados con
ga que descubre los mo- a hombres y mujeres en
justamente por eso Jai- sencillez y contunden-
dos de ser y hacer de una ci- sus vínculos. Desde el valor de
me Fernández Miranda cia, desembocan en un
vilización desconocida. A par- la amistad hasta la cultura del
nos invita a un recorrido de to- ensayo que aborda la necesidad
tir de la filosofía y la militan- consentimiento, pasando por la
tal actualidad y eminentemente –entendida no solo lógicamen-
cia feminista, de las conversa- maternidad como elección o im-
clínico, cuyos ejes centrales re- te, sino también desde el punto
ciones con amigas y compañe- perativo, la soltería deseada o
sultan abordados siempre par- de vista ético– de una psicopa-
ras, y del intento de convertir aborrecida, el poliamor, las pa-
tiendo de una posición racio- tología psicoanalítica. En la se-
el propio cuerpo y la propia ex- rejas abiertas, el funcionamien-
nal y reflexiva: la diferencia clí- gunda parte del libro, su autor
periencia en un laboratorio de to de las tecnologías del deseo
nica entre la ansiedad y la an- revisita la idea del posescuelis-
reflexión personal y colectivo, (Happn, Tinder), y con una vas-
gustia en los niños que llegan a mo como un modo de respuesta
Tenenbaum explora los desa- ta bibliografía sobre estos te-
consulta; una revisión de lo me- a la situación actual del psicoa-
fíos que enfrentan hoy los y las mas, Tamara Tenenbaum habla
lancólico como un paradigma nálisis en su medio, pero tam-
jóvenes en el inicio de su vida de todo para zambullirse en el
desatendido cuando las cate- bién en el mundo todo: una si-
como adultos. universo de los afectos, celebrar
gorías de neurosis y psicosis re- tuación donde las diferencias
El fin del amor deja entrever el fin del amor romántico y pro-
sultan insuficientes para orien- políticas han aplastado los pro-
qué sucede cuando el matrimo- poner la erotización del consen-
tar la posición del psicoanalista; blemas teórico-clínicos.
nio o la pareja monógama ya no timiento.

Ensayo psicoanalítico Ensayo

Un golpe de trasmisión Futurabilidad


Entre Lacan y Foucault La era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad
Masu Sebastián, Letra Viva, Buenos Aires, 2019 Franco “Bifo”Berardi, Caja Negra editora, Buenos Aires, 2019
Hecha a veces de una risa, lo que constituye un punto no- Ya en su libro an- las finanzas globa-
otras de una vociferación, o de dal del “acontecimiento Freud”: terior Fenomenología les, entre el neolibe-
un soplo, la trasmisión se ejecuta la disyunción entre saber y po- del fin, Franco Berar- ralismo y el retorno
en un golpe. Se trata de una sa- der. Cernir esa disyunción forma di describió de qué del fascismo, entre el
cudida en la que en un instante, parte del movimiento que Lacan manera la acelera- desempleo masivo y
algo nos concierne. Sin embargo, nombró como “retorno a Freud”. ción informática es- la hiperactividad, pa-
vivimos en una época en la que En ese sentido, esta lectura está taba provocando una recemos incapaces de
prevalece una especie de jerga orientada a situar el pasado en mutación en la sensi- producir el cambio
en el psicoanálisis que lo amor- función de revisar la vigencia de bilidad humana que radical que necesita-
daza, haciéndolo tanto incom- ciertos funcionamientos de po- reducía drásticamen- mos. Ante este pano-
prensible como sectario, mien- der aún activos, ya que hacerlo, te nuestra capacidad rama de impotencia,
tras se respira un aire de saberes situándonos en el presente, nos afectiva y de delibe- ¿es aún posible ima-
acumulados que impiden el sa- permite, a la vez, repensar el fu- ración. Sin el tiempo y las fa- ginar una nueva visión eman-
bor. Si, en cambio, arriesgamos turo del psicoanálisis. cultades cognitivas suficientes cipatoria?
a hacer aparecer la singularidad para elaborar la complejidad La perspectiva de la “futu-
de la voz en nuestro campo, sin del mundo contemporáneo, rabilidad” pone de relieve la
duda el amordazamiento se pue- nuestras acciones se ven redu- multiplicidad de futuros posi-
de llegar a romper. Porque cuan- cidas a una serie de automa- bles inscriptos en la actual con-
do hay voz no hay jerga. tismos precondicionados por formación del mundo. Si hoy
Es desde esta perspectiva que algoritmos, y nuestras relacio- el despliegue de los aconteci-
este libro se acerca al pensa- nes económicas dejan de ser el mientos se nos presenta como
miento de Michel Foucault, tan- objeto de una negociación po- inevitable, es porque el código
to como al de Jacques Lacan. En- lítica para ser consecuencia del capitalista traduce las dinámi-
tre ambos autores, se nos abre dominio financiero. Atascados cas de la innovación a la lógi-
un camino para echar luz sobre entre la guerra permanente y ca de la acumulación privada.

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Ensayo psicoanalítico

Estrago y paranoia
Modos y expresiones entre lo materno y lo femenino
Mariela Lavia, Letra Viva, Buenos Aires, 2019
“En este bienvenido texto camente no han quedado
Mariela Lavia dibuja un reco- temas sin explorar, concep-
rrido que testimonia una in- tos sin fundamentar, clíni-
dagación tan seria como ex- ca sin desarrollar. Esto im-
haustiva del cruce entre es- plica que el escribir un libro
trago y paranoia. La cuestión de psicoanálisis tenga como
“Lo mejor de nosotros aún no ha nacido”
se insinúa propicia para con- consecuencia no sólo la re-
siderar el desarreglo que, en nuncia a la originalidad sino
LIC. JUANA KOSLO términos freudianos, aparece también el riesgo de la re-
al nivel del proceso primario petición. (…) De allí el va-
PSICOANALISTA del aparato psíquico. Esto es: lor especial que tiene el tra-
Consultorio Zona Almagro el registro simbólico no está bajo de la autora que reto-
Psicoanálisis online anudado al trabajo de conden- ma los textos fundamenta-
Aranceles accecibles sación y desplazamiento que habilita la les de Freud y Lacan para dar cuenta
sustitución de un significante por otro”. de lo propio de esa relación, no sólo
Whatsapp 11 3 103 2450 Sergio Zabalza como fuente de un conflicto propio de
juanamariakoslo@gmail.com la mujer sino, como dijimos, de la psi-
www.juanakoslo.com.ar “No hay dudas de que la literatura cosis de esta”.
psicoanalítica es extensísima, prácti- Néstor Yellati

Ensayo filosófico

Principios de un pensamiento crítico


Didier Eribon, El Cuenco de Plata, Buenos Aires, 2019
De Reflexiones sobre la cues- ría radicalmente histórica y so-
tión gay a Regreso a Reims y La cial de las subjetividades indi-
sociedad como veredicto, Didier viduales y de los grupos, de la
Éribon ha puesto en el centro lógica de la dominación y de la
de su obra varios temas esen- resistencia.
ciales: la formación del sujeto, En una combinación de re-
el inconsciente y el autoanáli- ferencias teóricas y literarias,
sis; el sistema escolar, las cla- esta obra enfrenta y desplie-
ses y las identidades sociales; ga todas las implicaciones de
las categorías de la política y los mo- un pensamiento realmente sociológi-
vimientos sociales; la tradición crítica. co y político. Renueva de tal modo la
Los ensayos que componen este volu- reflexión sobre una serie de cuestiones
men explicitan y sistematizan el pro- que están en el centro del debate a es-
yecto situado en el fundamento de esas cala internacional y propone definir las
investigaciones: el de elaborar una teo- condiciones de un pensamiento crítico.

Ensayo psicoanalítico

¿Qué voz en Psicoanálisis?


Ruth Gorenberg (comp), EOL, Buenos Aires, 2019
En este libro, ¿Qué voz en Psicoaná- escuchar algo, para saber más. Los lec-
lisis?, gestado por Ruth Gorenberg, la tores podrán reconocer esto y se apro-
voz está presente en todas partes. Res- piarán de este libro en aquellos pun-
plandeciendo con sus múltiples face- tos que les conciernen.
tas, nos capta. Resuena en nosotros
aquello que ella tiene de única para
cada uno de los autores. Es lo que da
a estas voces, una por una, transmiti-
das por estos textos, un alcance más
universal. La Una voz habla en plural
para aquellos que se animan a querer

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Sigmund Freud
Fetichismo y otros textos
Correspondencia: el caso A.B.
Manuscritos, documentos inéditos y versiones publicadas (Textos bilingües)
Edición y comentarios: Juan Carlos Cosentino | Lionel F. Klimkiewicz

ƒƒ La organización genital ƒƒ Fetichismo, Adenda:


infantil “El interés en la nariz”
ƒƒ Neurosis y psicosis (Sociedad Psicoanalítica
de Viena, Sesión del 21 de
ƒƒ Sobre la génesis del marzo de 1920)
fetichismo (Sociedad
Psicoanalítica de Viena ƒƒ La escisión del yo como
Conferencia del 24 de mecanismo/ en el proceso/
febrero de 1909) de defensa,

ƒƒ Un caso de fetichismo del ƒƒ Esquema del psicoanálisis.


pie (Sociedad Psicoanalítica (Parte III, capítulo VIII,
de Viena, Sesión del 11 de párrafos 11, 12, 13 y 14)
marzo de 1914)
ƒƒ Correspondencia: el caso Disponible
A.B: (Pfister/Freud-Ferenczi/
Freud-Wittels/Freud-Freud/ en las
Liebmann, Entrevista a Julius mejores librerías
Liebmann)
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Clínica psicoanalítica Psicopedagogía

Fracasos del amor La dimensión desconocida


Edición aumentada y ampliada de la infancia
Stella Maris Rivadero, Letra Viva, Buenos Aires, 2019 El juego en el diagnóstico
Una nueva versión Una clínica que da Esteban Levin, Noveduc, Buenos Aires, 2019
del libro Fracasos del cuenta del amor, de
amor (corregida y au- la pulsión, de las adic- No es el mundo en sorio del diagnóstico.
mentada) se torna ne- ciones, de las proble- sí el que da lugar a los No hay infancia sin
cesaria, y precisa, no máticas en la adoles- niños, sino el acto de futuro y no hay futu-
sólo para desarrollar cencia, de la actuali- jugar el que origina la ro sin infancia, pero
las interrogaciones ac- dad en las redes, de posibilidad del univer- tampoco hay niñez
tuales, sino más bien la presencia de la mi- so infantil. sin pasado, ni pasado
para darle estatuto éti- rada, del duelo y el lí- ¿Cómo rescatar su sin niñez. Al jugar, los
co al discurso psicoa- mite, y de los tropie- sensibilidad, la ima- niños descubren e in-
nalítico. Como Stella Maris Ri- zos del analista, como unas de gen del cuerpo, la plas- ventan al mismo tiem-
vadero –la autora– lo anuncia las tantas maneras en que tiene ticidad, si no pueden po una dimensión se-
desde el prólogo: “Hoy el psi- el libro de situarse en la época. o tienen dificultades creta y desconocida,
coanálisis, ese subversivo dis- ¿Pero qué decir del amor para jugar? ¿Es posible diag- no con la finalidad de conocer,
curso, tiende a desaparecer en nuestra época? En su pri- nosticarlos sin jugar con ellos? sino para habitar su existencia.
como síntoma olvidado, en la mer prólogo, Silvia Wainsztein Frente a la certeza del poder A contracorriente, este libro
medida en que las diversas te- nos ilustraba: “Los fracasos del de turno para diagnosticar la comienza cuando termina y fi-
rapias alternativas y la prescrip- amor aluden a otro tipo de ma- vida de un niño y determinar la naliza donde empieza. Movi-
ción indiscriminada de psicofár- nifestaciones clínicas. Creemos de sus padres, lo escolar, la inte- miento en red que desafía al lec-
macos tienden a uniformar al leer en esos fracasos –la autora gración o exclusión cultural de- tor en el acto de leer para crear
sujeto, borrando la singulari- lo subraya en varios de sus capí- fendemos la incerteza de la di- un vacío de saber todavía desco-
dad. De allí mi interés por vol- tulos– que el amor en sus tiem- mensión desconocida y lo provi- nocido. La infancia es el destino.
ver a las preguntas y a las difi- pos originarios no ha sido tras-
cultades que la clínica conlleva”. mitido desde el Otro. Género

Matar al macho
Varones deconstruidos, feministas y otras misoginias
Luciano Lutereau / Patricio Zunini,
Letras del Sur, Buenos Aires, 2019
INICIO DE LOS CURSOS: AGOSTO 2019 Matar al macho es un yace en los escraches por
libro necesario, de inter- abuso? ¿El hombre está
CURSO: Herramientas prácticas para la actividad del psicólogo
venciones sobre un cam- asediado? ¿Decir que
en el ámbito forense
po problemático, a tra- está solo, es lo mismo
vés de tres ejes funda- que pensar que está a so-
mentales: la deconstruc- las? ¿Ser un hombre fe-
ción, el feminismo y las minista, es lo mismo que
nuevas misoginias. Al- ser un varón deconstrui-
gunos de los autores lo do? ¿Cuáles son las em-
hacen a partir de las alarmantes boscadas de las misoginias con-
CURSO SOBRE INFORME PERICIAL E IMPUGNACIÓN cifras de femicidio, otros desde temporáneas? ¿Qué injerencia
espacios particulares y tan loca- tienen las mujeres en la decons-
CURSO SOBRE MMPI-2 les como lo es el tango, también trucción del macho? ¿Cuán res-
está quien se atreve a pensarlo ponsable es acaso, la lógica indi-
CURSO SOBRE PSICODIAGNÓSTICO DE RORSCHACH desde y hacia la esfera política o vidualista y capitalista del mun-
CURSO: CONSULTOR TÉCNICO Y PERITO DE PARTE de puertas adentro en la crian- do que nos toca vivir? ¿Cómo in-
za, en la vida familiar, en la ca- teractúa la reducción de mater-
CURSO: INDICADORES DEL PSICODIAGNÓSTICO PARA lle, en la escuela. En cualquier nidad a un deseo privado, con
LA ELABORACIÓN DEL DICTAMEN PERICIAL caso, lo que prima es el afán de la destitución del patriarcado?
polemizar sin bajar línea. No existe un protocolo que
SEMINARIO INTENSIVO SOBRE DAÑO PSÍQUICO ¿Qué pasa con los varones a nos asegure cómo hay que ser
partir del auge de los movimien- varón y cómo este debe desac-
tos que lideran hoy las mujeres tivarse para volver a construir-
(#Niunamenos, #MeToo, entre se. Porque si de revoluciones ha-
otros)? ¿Se trata de que ellos blamos, Voltaire ya lo dijo hace
asuman una causa que los ob- tiempo: “La duda no es un es-
jeta, que se identifiquen con la tado agradable, pero la certeza
víctima? Por otro lado, ¿qué sub- es un estado ridículo”.

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Las “aplicaciones” del amor

La búsqueda del amor en las redes


El amor, el miedo y la vida se han vuelto líquidos, al decir
Escribe de Zygmunt Bauman. Son amores que tienden a una rápida
y efímera satisfacción. Demandas que deben ser prontamente
Stella Maris Rivadero
satisfechas. Y también enamoramientos pasionales que tienden
stellarivadero@gmail.com
a desvanecer los límites entre el Yo y el objeto, más ligados al
goce del dolor que al amor, donde el sujeto queda desdibuja-
“La autopsia de una ruptura amorosa que va do y puede morir o matar si el partenaire no está, o bien que-
más allá del amor en el mercado sentimen- dar apresado en una búsqueda infinita y permanente de ena-
tal del que lo desconoce todo. Por las grie- moramientos que avanzan, retroceden, declinan por Whats-
tas de su derrumbe como pareja entran las App, Instagram, Tinder, Snapchat y otras redes, en la que es-
amistades y sus vidas, la mayoría de las ve- tán todos expuestos y al final desencantados. En muchas oca-
ces con más dudas que certezas”.1 siones no hay encuentro real con el cuerpo del otro, más allá
de las aplicaciones se encuentra la historia y la estructura de

Y
a Freud alertó al analista acerca de los síntomas rela- cada sujeto, cómo cada quien, se encuentra en la posibilidad
cionados con la civilización, y Lacan en El Reverso del o no de desmarcarse de la masa y reecontrarse con su deseo
Psicoanálisis planteó los discursos para ubicar los mo- que propicia el atravesamiento de un análisis. El sujeto del
dos de regulación de los lazos sociales, anticipando que el dis- inconsciente no es el mismo que se presenta con su descono-
curso dominante comienza a ser otro que el del Inconsciente. cimiento ante el mundo ofrecido como espectáculo, sino que
Adelantó la primacía de los gadgets y las letosas, sustancias él es el espectáculo visto y supervisado desde afuera.
para olvidar la verdad del deseo y el objeto a. Si el partenaire como objeto no se adecua rápidamente a
Nos preguntamos cuáles son los efectos del discurso domi- las expectativas que se demandan corre el riesgo de ser ve-
nante en este momento sobre las modalidades del amor en los lozmente descartado, reemplazado, ya que en el mercado
tiempos de aplicaciones en las redes. Y si sigue vigente el afo- existe una amplia oferta sin necesidad de salir de la casa. La
rismo lacaniano que postula “amar es dar lo que no se tiene”. virtualidad ofrece la posibilidad de conocer a alguien con un
golpe de click. Sin tiempo para procesar y elaborar la pérdi-
da del objeto de amor, no contamos con la función necesaria
de duelo que permitiría anoticiarnos para quien representá-
bamos su falta.
El mundo virtual se torna un real a veces inasimilable. Ami-
gos, partenaires, deslizamiento donde cualquiera da lo mis-
mo, el falo anónimo como fugaz dirección. Si algo no gus-
ta rápidamente es bloqueado, se hace como que no existe, se
torna insoportable la diferencia. No hay trabajo de duelo por
la pérdida porque ésta no se inscribe como tal.
Pareciera que los vínculos no pueden resistir ante una li-
bertad que se pretende absoluta y que rechaza toda experien-
cia de los límites. La hiperactividad generalizada alimenta-
da por el discurso actual nos hace creer que a la ocasión “la
pintan calva”2. Lo que cuenta en esta vida es la multiplica-
ción del goce, ni siquiera la acumulación como creía la ver-
sión ascético weberiana.
No hay registro del tiempo propio ni del ajeno. Para poder
anoticiarse del tiempo es necesario anotar la función de la pri-
sa, que sólo se impulsa por lo real de la muerte. El tiempo lógi-
co de mirar, comprender y concluir no entra aún en la cuenta.
Me pregunto por el tiempo y la instalación del amor de
transferencia, en el imperio de la necesidad y el consumo.
Es tiempo del imperio y gloria de Narciso, en que el sujeto
queda atrapado mirando y ahogándose en su propia imagen,
o en las series de moda identificándose a tal o cual persona-
je de ficción, alejado del otro como prójimo, capturado en
una inmovilidad deseante. Anomia del deseo, pasar el tiem-
po sin pena ni gloria.
La inscripción de la segunda muerte permite situar la di-
mensión del tiempo. Lo Simbólico es muerte y esta realiza-
ción subjetiva del ser para la muerte introduce la función de
la prisa (la angustia) que guía hacia el deseo, ese resto no
simbolizable que es el objeto a. La prima de placer que da di-

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cho objeto a propicia que tengamos prisa por concluir en un cada analizante se escuchan escenas similares. Un pequeño
acto. La función de la prisa se dirige al objeto a. La verdad del fragmento de la clínica: ella se enamora siempre de hombres
saber inconsciente nada tiene que ver con el apresuramiento. que tienen novia o no la consideran, a los que nombra con
El desplazamiento metonímico de la demanda con las con- epítetos despectivos. Prueba diversas aplicaciones suponien-
venientes exigencias de inmediatez, productividad, eficacia y do que alguna da garantías del amor. Establece relaciones
el desinterés por las consecuencias del acto ha variado las par- rápidas donde se apresura en “largarlos”, cuando algo no le
ticularidades clásicas del amor, que exigen cuidado y respeto agrada o queda viscosamente apegada cuando el otro la blo-
por el otro, que no es un objeto negociable. Reina el manda- quea o se silencia. Su última relación virtual es con un hom-
to de la homogeneidad y se intenta borrar el unario que dis- bre que vive en el extranjero, se compra ropa íntima para que
tingue y diferencia. El proceso de subjetivación ha sido des- la vea deseable, relata escenas eróticas, espera ansiosa la po-
plazado de la escena familiar al de los dispositivos nanotecno- sibilidad de un encuentro real que nunca se concreta. Cuan-
lógicos que urgen unir “el instante de la mirada” con el “mo- do éste desaparece de la escena sin palabras “su silencio me
mento de concluir”, anulando el “tiempo para comprender”, deja muy agarrada”, “no puedo soltarlo”. Al no poner el cuer-
hasta el punto de su evanescencia. po, el partenaire virtual queda en el terreno del Ideal, el cos-
La ira, a veces la desesperación, aparecen en relación con to libidinal la deja por un tiempo abatida y desilusionada. Lo
los likes o no recibidos, cuan populares o no son, si fueron intolerable de la diferencia con el semejante queda elidido al
bloqueados o no, si están en línea y no responden con la in- no encontrarse cuerpo a cuerpo.
mediatez requerida, si “les clavaron el visto” y también en re- ¿Qué del cuerpo es ofertado a la imagen, allí donde el ojo
lación a lo oculto, como si ese otro no tuviese derecho a la se absolutiza y se escamotea el propio cuerpo en la escena?
intimidad. Se escucha con insistencia la pulsión de dominio ¿Cómo se monta la escena cuando el cuerpo desaparece y sólo
en el querer controlar todo, no poder dejar de mirar y espiar, es visto en una pantalla? ¿El sujeto hace mancha en el cuadro?
acechar u observar disimuladamente. ¿Qué ilusión óptica se Evitar el coito es un modo de no enfrentar lo castrativo del
crea en ese interjuego de mirar y hacerse mirar en el mundo encuentro y el mantenimiento de la ilusión del Uno; ¿será una
virtual? En muchas ocasiones sin que medie el encuentro de manera de intentar constatar que la relación sexual sí existe?,
los cuerpos, ya sea en el plano amoroso o erótico de una pa- como modalidad renegatoria de “no hay relación sexual” que
reja o en el plano amistoso. para el psicoanálisis es de estructura.
El discurso capitalista fomenta la ilusión de felicidad a tra- No hay trabajo de duelo por la pérdida porque ésta no se
vés del consumo y los vínculos afectivos se ven impulsados a inscribe como tal. Lo que importa es la multiplicación y la in-
regirse por las mismas pautas. mediatez del goce, en detrimento de la dimensión simbólica.
Cómo reformular la pregunta fundante de la subjetivada, El empuje al goce supone una desmentida de la castración y
y qué se vuelve a reiterar en todo encuentro ¿Qué quiere el la finitud que presentifica la muerte.
Otro de mí? en los tiempos de virtualidad y redes, donde la Ella se ofrece a consumir y ser consumida, no hay signos de
catarata de información y la simultaneidad de relaciones vir- amor. Se reitera un padecimiento constante. La contingencia
tuales que se establecen impiden su formulación en el uno a del amor sólo es posible si la función de la castración simbó-
uno. Cómo pensar en las posibles respuestas cuando casi no lica acude a la cita. El amor pone límite al goce y le permite
alcanza el tiempo real para plantearlas, ya que ante la posi- condescender al deseo.
bilidad de que aparezca en la imagen posteada algo que no ________________
1. Pron, Patricio, Mañana tendremos otros nombres, Editorial Alfaguara,
gusta rápidamente es eliminado o por algún dicho que no es Buenos Aires, 2019.
aceptado o por una imagen que no es tolerada. 2. Recalcatti, Massimo, Ya no es como antes. Elogio del perdón en la vida
Con diferentes edades y en la singularidad del discurso de amorosa. Editorial Anagrama, Barcelona, 2015.

Talleres de Psicoanalisis Lacaniano - 2019


Marta Maiorano - Dirección
*Seminario XX - AUN
¿El amor es siempre recíproco?-¡Pues claro que si! Y que el amor aunque se trata de una pasión que puede ser la ignorancia del deseo,
no por ello es capaz de privarlo de su alcance. Cuando se mira de cerca, se pueden ver sus estragos.
Miércoles 19.30 hs.

* Lectura de Textos Freudianos siguiendo el programa de O. Masotta - Sábados 14 hs

*Lecciones introductorias dirigidas a aquellos que estén interesados en entrar al discurso del Psicoanálisis
Sábados 14 hs - Coordina: Sara Merlo

*Taller de Testimonio Clínico - 4to Sábado 14 hs.

Zapata 325 - PB -B- Colegiales / Informes e inscripción: 4775-7823

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PSICOANÁLISIS Y ARTE
•Curaduría y gestión de
exhibiciones de artes visuales
•Redacción, revisión,
corrección de textos
•Clínica y seguimiento en
proyectos de escritura y
producción de obra

Lic. Claudia Hartfiel


(psicoanalista, editora y curadora)

11-5808-0998
hartext@gmail.com
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Las “aplicaciones” del amor

¿Se presenta el amor en las redes?


¿Acaso parece que planteo una diatriba en contra de las apli-
Escribe caciones del amor? No, de ninguna manera. Hay personas que
probablemente nunca se hubieran encontrado con nadie de
Martín Alomo
no ser por estos medios, e incluso relaciones que han prospe-
martinalomo@hotmail.com rado más allá del enamoramiento. En tales casos, podríamos
hablar de aplicaciones del amor, a condición de entender que

M
i respuesta a la pregunta del título es la siguiente: el el amor ha surgido luego de haber atravesado el laberinto de
amor no se presenta en las redes sociales on line ni en espejos -o de pantallas- en los que cada quien se auto-presen-
las denominadas apps. El amor, eventualmente, aun ta con la mentira que le parece más aceptable.
cuando las personas se hayan conocido virtualmente, a tra- A decir verdad, en relación con esto último, las redes sociales,
vés de alguna aplicación, acude al encuentro en las redes off es decir, el mundo off line, no es distinto. Allí, la gente también
line, más allá de la pantalla. Curiosamente, como sabemos, a se auto-presenta. De hecho, Erving Goffman, el célebre sociólo-
las redes on line se las llama “sociales”, en una especie de tras- go, acuñó en 1956 el término self-presentation no para las redes
trocamiento con los lazos sociales del mundo tridimensional. on line –que todavía no existían- sino para el modo en que las
El amor no se presenta en las redes on line, decía. Lo que sí se personas producían el engaño correlativo de “venderse” para
presenta allí son perfiles que, por lo general con una foto, al- resultar agradables a la mirada de los otros y ser bien trata-
gún texto y varias publicaciones -más imágenes y más textos- dos y considerados, en contextos específicos.* Entonces, en la
funcionan como auto-presentación de la persona, una espe- vida fuera de las pantallas de vidrio o de led –es decir, donde
cie de semblante virtual, no una telenovela sino un tele-velo, la pantalla denominada realidad no se soporta en gadgets tec-
en la pantalla y a distancia del cuerpo a cuerpo. nológicos–, si una relación trasciende el enamoramiento ini-
A distancia del cuerpo a cuerpo, por lo menos en dos sentidos. cial y perdura, más allá de las auto-presentaciones del caso,tal
Por un lado, a distancia de los cuerpos de goce, esos que, en lo vez acceda al amor. Éste no se presenta en las redes, ni on ni
social, se presentan vestidos con significantes hechos de tela y off line. El amor se aprende, se construye, se banca, después
afeites -se le llama moda, cosmética- y de palabras y sentidos -se de la auto-presentación de cada quien y atravesando las pan-
les suele llamar atributos y roles sociales-. Esos mismos cuerpos tallas en juego. Lo que ellas velan, tal vez las cibernéticas con
que en la intimidad, si los amantes desean, dejan caer sus velos mayor eficacia, es la falta. El relato que nos contamos acerca
y se desnudan de los significantes que los visten. Por otro lado, de quiénes somos cuando le hablamos a otro sobre nosotros,
a distancia también del cuerpo a cuerpo de significantes, que al- en la vida off line, también es un velo de malla que nos resul-
gunas veces, cuando portan un peso de goce diferenciado, sin- ta tan familiar como imperceptible. O lo que es lo mismo: no-
gular, debido a la incidencia de lo éxtimo, aun cuando constitu- sotros también nos creemos nuestra mentira. El amor, decía,
yan el ropaje social de los sujetos pueden tocar lo más íntimo, atraviesa las pantallas y vuelve evidente la falta, la castración,
como desde dentro. Una palabra caliente, incitante, inteligente, la incompletud, la vulnerabilidad. Si aun así los amantes se si-
puede ser como la mano debajo de la falda de una dama que se guen eligiendo, es decir: si se pueden seguir deseando e inclu-
está conociendo, sorprendidos ambos, ella y él en este caso, gra- so queriendo, así fallidos, entonces el amor tiene una chance.
cias al contacto facilitado por ese acceso directo. Bajo la forma de compañía inesperada y tranquila, de pacien-
Sin embargo, la auto-presentación mostrada en las redes licúa cia sorpresiva y generosa, de aceptación no afectada ni exigen-
el poder de lo simbólico, inhibe su eficacia, debido a la preg- te; tales suelen ser, entre otros, los rostros del amor. Por eso,
nancia de lo imaginario y a la puesta en acting del conocido re- decía, el amor no se presenta, sino que adviene al atravesar las
frán: dime de qué alardeas y te diré de qué careces. Fotos con au- pantallas de las redes sociales (las unas y las otras).
tos nuevos, yates y aviones para ellos; mallas sugerentes, sofis- Sin embargo, no da lo mismo que la auto-presentación sea a
ticadas fiestas y viajes por el mundo para ellas. Eventos socia- través de pantallas virtuales o en la realidad tridimensional. A
les, amigas y amigos, brindis, champagne, logros para todes. través de la web y de las distintas aplicaciones para celulares, la
gente no sólo se oculta de un modo más eficaz que en las redes
MS CONTADORES PÚBLICOS off line, sino que el borramiento del otro es mucho más logra-
do porque está ofertado como condición previa. Yo me comu-
Acompañamos los Emprendimientos de los Profesionales de la Salud nico con lo que yo quiero, o creo –es lo mismo– del otro, que bien
y afines, brindando un Asesoramiento y Atención personalizada. podría ser un troll al otro lado de la línea, programado para res-
-Inscripciones ponder mis requerimientos virtuales. Se trata de una situación
- Regularizaciones que vibra en la misma sintonía que la abolición de la otredad
- Liquidación de Impuestos en la pantalla. Esa es la premisa de las aplicaciones virtuales
Nacionales y Provinciales para conocer personas. Podría resumirse en la siguiente fórmu-
- Liquidación de Sueldos la: la aplicación me facilita “comunicarme” con vos, porque sé que
Cargas Sociales y Sindicales en realidad hablo conmigo mismo y a lo sumo, si nos gustamos
(CCT Sanidad/ FATSA) cuando pasemos de una pantalla a la otra –de la virtualidad a la
- Contabilidad
realidad– me darás un polvo, para lo que basta tener un cuerpo.
Estamos para Ayudarlo, Consúltenos Mientras tanto, los inicios de las relaciones off line, al con-
www.ms-contadores-publicos.webnode.com tar con la presencia de los cuerpos tridimensionales, las mi-
E-mail: contadores_ms@yahoo.com.ar mscontadores radas, los perfumes, los alientos, la sonoridad de las voces
Tel.: 15-5139-1805 / Cel.: 15-4444-8212 y otros detalles corporales, están abiertos a que la eficacia
incomunicante de la fantasía pueda ser traicionada en cual-

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Centro Cultural

Ética y acto analítico


Liliana Aguirre - Haydée Heinrich
Mónica Marciano - Silvia Szuman

2° cuatrimestre 2019
1° y 3° viernes a las 17 hs.
Comienza 16 de agosto de 2019

Informes e Inscripción 4776-7827/28


eticayacto@gmail.com / ensenanza@efba.org
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quier momento. Debido a lo azaroso del roce de una palabra produciría otro tipo de experiencia más subjetivada y menos
dicha justo al filo de la lengua erotizada, bífida, dispuesta arrojada al pasaje al acto.
a trabajar la consistencia de los fantasmas en juego de ma- Por otro lado, las relaciones de inicio off line, según una que-
nera que se dejen refutar aun cuando no quieran, y de ese ja recurrente que suelo escuchar en la clínica, proveniente de
modo dejen que algo del deseo acceda al cuerpo del otro, y que aquellas personas que no están en una pareja estable, son cada
el cuerpo del otro le haga cosas al mío, aunque en lo más ínti- vez menos frecuentes. Interpreto este dato como un indicio de
mo de mi ser, yo sepa que no se trata de la persona indicada… que los gadgets, las pantallas virtuales y las aplicaciones para
aunque tal vez sí. conocer personas constituirían hoy en día una adicción gene-
La premisa de las relaciones off line, sintetizada, podría de- ralizada. Mientras tanto, el amor puede surgir sorpresivamen-
cir así: me gustas, te tengo ganas, aunque seguramente seas te, más allá de los inicios, traidor de fantasmas eficaces pero
un/a X… (completar aquí con las condiciones del fantasma agujereados, finalmente, por la presencia del otro.
de cada quien)… o no. Tiendo a pensar que las pantallas virtuales, las apps, admi-
En ambos casos, los implicados se hablan -se monologan- tiendo sin dobleces que son muy efectivas para facilitar con-
a través de una pantalla. Pareciera ser que las relaciones que tactos eventuales y relaciones posibles, refuerzan el proble-
nacen off line tuvieran más chance de traicionar la fijeza del ma de la fijeza del fantasma y la soledad correlativa que, en
fantasma que deja al sujeto gozando solo con su objeto, de- su extremo, prescinde de cualquier partenaire. Entiendo que
jando al potencial partenaire solo también, como convidado este fenómeno queda bien ilustrado por esas personas cuya
de piedra. En este sentido, el de la reproducción de lo mis- queja es -palabras más, palabras menos-: “son todos iguales,
mo, las aplicaciones para conocer gente pueden resultar can- parece que quieren, te mienten, y después no te llaman nun-
sadoras por propender a cierto uso que repone cada vez la ca más”, como si todos los usuarios de apps con quienes se ha
misma escena: no me conocés, no te conozco, ya sé que te gus- seguido la secuencia chat-cita-cama, cada vez con mayor ve-
taron mis fotos, si no lo arruinamos durante la cena podría- locidad, ¡fueran una y la misma persona!
mos coger hoy mismo. Luego, el acto sexual por sí solo, cada La contingencia del amor, en cambio, tiende a advenir en las
vez, por intenso que sea, da testimonio de que no es suficien- grietas de las fijezas fantasmáticas. Más allá de las pantallas,
te para hacer lazo. ya no importa cuáles, el amor dice en voz calma pero firme,
Por eso mismo, las aplicaciones a través de pantallas virtua- claramente presente y dispuesto a quedarse: acá estoy. Agu-
les suelen caer en el poli-sexo sin amor que, del mismo modo dicemos los oídos, por si acaso.
que la sustancia en el caso de las adicciones, produce una sa- _________________________
tisfacción inmediata de la pulsión ahorrando la tramitación * Cf. Goffman, E. (1956). The Presentation of Self in Everyday Life. Edin-
del circuito simbólico que implica entablar un vínculo, lo que burgh: Anchor Books, 1956.

Fundación Recrear
Para facilitar la inclusión de personas con capacidades diferentes
“CLÍNICAS DE LO ACTUAL. MIRADAS PSICOANALÍTICAS”
• 27/06 “El obsesivo y la mujer”, por Santiago Thompson.
• 25/07 “Las encarnaciones de la libido”, por Claudio Dualde
• 29/08 “Acompañamiento de adultos mayores con deterioro cognitivo”,
por Victoria Fortuny.
• 26/09 “Tecnología y Subjetividad. Algoritmos del deseo, Capitalismo y violencia
digital”, por Santiago Thompson (Coordinador) y Julieta Goldsmidt,
Eliana Matti y Patricio Estroz (Colaboradores)
• 31/10 “Perspectiva de género en el ámbito psi”, por Jésica Ramirez y
Verónica Cardozo.
• 28/11 “¿Qué dicen las mujeres al final del análisis?”, por Florencia Farías.

Últimos jueves de cada mes, de 18 a 19.30 hs. en Gamarra 1752 PB A, CABA

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Las “aplicaciones” del amor

Love Apps. Las cities online


Este carácter deshistorizado también tiene otra cara, que es
Escribe una de las principales innovaciones que traen las Love Apps:
la posibilidad de tener citas random, es decir, de conocer al-
Santiago Thompson
guien que está por fuera de nuestro círculo social, incluso de
santiagothompson@gmail.com
nuestro círculo virtual, es decir, que ni siquiera sería contacto
nuestro en Instagram o Facebook.

L
as Love Apps son el lugar de encuentro privilegiado para “Dr. House” describió alguna vez la diferencia sexual en es-
los solitarios inmersos en el anonimato de las grandes tos términos: “Las mujeres se enamoran de lo que escuchan,
ciudades. En un contexto donde la desconfianza de unas los hombres se enamoran de lo que ven. Por eso las mujeres
y la precaución de los otros hace cada vez más improbable un se maquillan, y los hombres mienten”. Estas aplicaciones de-
acercamiento espontáneo estas aplicaciones brillan como una jan al varón desarmado en este aspecto: el culto a la imagen
instancia pacificadora en la regulación de los lazos. El marco que promueven lo somete al mismo criterio de selección que el
controlado que proponen permite que el anonimato se preser- sexo femenino. El motivo principal para ser aceptado o recha-
ve. Mediante un simple clic, el otro puede volver a desapare- zado en estas apps no es otro que una serie de fotos, acompa-
cer sin dejar rastro ni heridas afectivas tangibles. La posibili- ñadas de un mínimo texto. Una mujer que promedia los trein-
dad de concretar una cita a distancia mediante la presentación ta me relata la prehistoria virtual de su actual pareja: se cru-
de un perfil, filtrada por un chat previo y quizás algún inter- zan en Happn donde él le da clic al corazón, mientras ella, im-
cambio de audios, transmite la idea de una reducción sensible piadosa con la pancita cuarentona de él, lo descarta. La per-
de las eventuales contingencias del encuentro. El filósofo Zi- manencia de la visualización de los cruces en esta aplicación
zek proclama que estas aplicaciones promueven una suerte de hace posible que él la rastree en Instagram, donde puede ex-
máxima: “we want the love without the fall” (queremos el amor hibirle sus méritos profesionales, así como sus bienes mate-
sin la caída) –refiriéndose a la conocida expresión sajona “fa- riales. Consigue por esta vía una cita. Una simpática pancita
lling in love” (enamorarse o, literalmente “caer en el amor”)–. varonil casi lleva al fracaso lo que hoy es para ella el amor de
El swipe continuo promueve un chat masivo y simultáneo. su vida. Ante este cruel filtro que impone el rechazo instantá-
Se puede estar “conociendo” virtualmente varias personas en neo en las Love Apps, los varones se ven forzados a mejorar su
paralelo, y ya nadie pretende ser el único partenaire del otro cuerpo… para salir bien en las fotos.
desde un comienzo. Como señala Florencia Pavoni (2018), Aunque estas aplicaciones adquirieron temprana fama por
“Nunca dejes de buscar” parece ser la consigna de estos tiem- promover vínculos fugaces, existen hoy familias constituidas a
pos. Eva Illouz aludió ya en 2007 a un “capitalismo emocio- partir de un cita online. La construcción de una pareja estable,
nal”: una cultura en la que las prácticas y los discursos emo- diga lo que se diga, sigue estando en el corazón de la mayor
cionales y económicos se configuran mutuamente, en la que el parte de los usuarios de estas apps. Los partenaires que apare-
afecto se convierte en un aspecto esencial del comportamien- cen en el camino entretienen, alivian la sensación de desamparo
to económico y en el que la vida emocional –sobre todo la de hija de la soledad y reafirman la propia posición sexuada: hoy
la clase media– sigue la lógica del intercambio y las relacio- para ser hombre y ser mujer no es necesario ser amado, pero sí
nes económicas. Los afectos se convierten en objetos mensu- contar con algún deseo del cual sostener un semblante mascu-
rables y calculables, que pueden plasmarse en afirmaciones lino o femenino. Ellos hace tiempo que vienen reemplazando
cuantitativas. Las Love Apps abonan esta idea del intercambio la mujer y la familia por la circulación entre mujeres para legi-
justo y cuantificable. El salto al encuentro entre los cuerpos, timarse ante sus pares. Ellas empiezan a tomar la misma posi-
muchas veces, hace trizas todo cálculo previo. ción. “Nos mueve el deseo” es una de las principales consignas
de los movimientos feministas. Lo que se gana en el campo del
Historias sin historia. El cuerpo en su vertiente libidinal per- deseo, tambalea del lado de la construcción del lazo amoroso.
manece a resguardo en el primer contacto, permitiendo en cier- Una chica cool festeja en una storie de Instagram un pasacalle
ta medida avanzar sin riesgos. En su lugar se ofrece el sem- que sus amigas le habrían dedicado: “Maru, aflojale al Tinder.
blante virtual, mediado por una serie de fotos. El encuentro El 20 juntate con nosotras. El día del amigo no se chonguea”.
entre los partenaires implica pasar de una situación perfecta- La homenajeada comenta “Estas son mis amigas”, y añade el
mente controlada y de la que se puede salir rápidamente vía emoticón de la cara sonriente con ojos-estrella.
“delete” a vínculo con otro ante el cual los seres hablantes se
sienten, en ocasiones, desamparados. Las citas padecen de una Salvavidas de hielo. Es insoslayable la tristeza que se eviden-
carencia que hay que sobrellevar a nivel de la puesta en esce- cia, sobre todo en los migrantes digitales, al momento de usar
na. Sin historia previa, ambos se comprometen, al menos, a estas aplicaciones. Sensación que debería ser debitada a la so-
compartir la mesa de un bar. Como señalé en otra oportuni- ledad de las capitales, y no a las Love Apps. En Buenos Aires
dad, este efecto de deshistorización es fuente de evitación y se construyen cada vez más edificios colmados de monoam-
angustia. En el consultorio resuenan las dilaciones ante la in- bientes. Algunos perfiles imploran: “sacame de esta aplica-
minencia de una primera cita: cada cual se siente, en ocasio- ción”. La oferta constante va en detrimento de la estabilidad
nes, repentinamente “a merced” de un desconocido. La fragi- del lazo amoroso. Las nuevas tecnologías de la elección favo-
lidad del lazo hace que cualquier movimiento baste para que recen las solterías prolongadas, que ya no son vividas como
la cita se interrumpa: el otro puede devenir repentinamente marginales. La figura de la “solterona” o el “solterón”, con la
ominoso, precipitando una fuga fuera de la escena. carga despectiva que conllevan estos términos, ha caído en

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desuso. No hacen falta círculos sociales tumultuosos ni agobiantes noches Lic. Olga Mabel Máter
en bares atiborrados para tener una cita. Psicóloga – Psicoanalista
Si en la era analógica el amor dolía por el hastío de un corsé al deseo M.P. 80592
(matrimonio y monogamia, sus nombres privilegiados) hoy el amor due-
le porque es un lugar inhóspito para reposar, y donde la extravagancia de Experiencia Clínica • Docente • Pericial
la palabra “poliamor” destila cinismo. Como escribió hace poco Maite Pil: • Supervisiones clínicas •
“¿Por qué no denominarlo «polivínculo»? ¿Por qué es necesario meter al • Grupos de estudio •
amor en el medio? [...] ¿No es acaso su denominación una forma de evadir
el deseo?” (2019). El amor sigue siendo la posibilidad de nombrar al ser Zona Oeste (Ramos Mejía)
amado: no hay amor sino de un nombre, nominación sin la cual no hay su- Consultas: 4658 – 1221 // 1531721221
peración de la angustia (Cf. Lacan 1963, p. 365). Pretender hacer del amor www.olgamater.com
algo poli es policíaco respecto de la incompatibilidad del deseo con la pa-
labra. Al tiempo que el amor se declara, el deseo circula sin dejarse atra-
par. A esta disyunción apunta una de las letras más lúcidas de Joaquín Sa-
bina: “De sobra sabes que eres la primera, que no miento si juro que daría
Lic. Sebastián de Mingo
por ti la vida entera. Y sin embargo un rato cada día, ya ves, te engañaría Atención adolescentes y adultos
con cualquiera, te cambiaría por cualquiera”. Experiencia Clínica – Adicciones
Mientras las generaciones analógicas buscaban adrenalina en estimulan-
Especialista en Psicodiagnóstico
tes narcóticos, el vértigo de la circulación contemporánea de los afectos en
la era digital promueve el consumo masivo de ansiolíticos. En el amor con- de Rorschach (AAPRO)
temporáneo todo se construye y se destruye tan rápidamente que los afec- Zona Nuñez - Belgrano
tos no encuentran otro alivio que el abrazo farmacológico. La pareja ya no
es una cárcel de oro sino un salvavidas de hielo. Consultas: 15-53862865
mail: sebademingo@gmail.com
Bibliografía
Illouz, E. (2007). Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Buenos Aires:
Katz Editores. Licenciada Viviana I. Esquitino
Pil, M. (2019) “Un poliamor y dos pancitos”. En Revista Paco. Publicación digital. https://
revistapaco.com/un-poliamor-y-dos-pancitos Psicóloga Clínica - MN 37650
Thompson, S. (2017) “Mundo Tinder: el desierto del amor”. En ElSigma.com. http://www. Niños – Adolescentes - Adultos
elsigma.com/columnas/mundo-tinder-el-desierto-del-amor/13283
Tenenbaum, T. (2019) El fin del amor: coger y poder. Buenos Aires: Ariel. Estimulación Temprana
Pavoni Perrotta, F. (2018) Tecnificación y afectividad: el ideal romántico en las publicidades Orientación a Padres
de Tinder y Happn: representaciones sobre la búsqueda de un otro en el mercado del Consultorio Villa Urquiza
deseo. Buenos Aires: UBA. Carrera Ciencias de la Comunicación, 2018. Libro digital.
Žižek, S. (29 de marzo de 2015). Žižek - Our Fear of Falling in Love. Recuperado el Contacto: 1563088961
15/07/19, de Canal de YouTube de Ghost Pictures: https://www.youtube.com/ Licenciada Viviana Esquitino 
watch?v=OabTK7y7d6E
esquitinov@gmail.com
Revisión y corrección: Julieta Goldsmidt

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Las “aplicaciones” del amor

¿Qué enlaza el Amor?


La metamorfosis de Eros
piensa, se reflexiona, y en su nombre se vivencian las gran-
Escribe des alegrías y las peores penas y sufrimientos. Hablar de amor
Julieta Portaluri es hablar de un hecho de discurso teñido por la época actual.
¿De qué hablamos cuando hablamos de amor en el siglo
julietaportaluri@hotmail.com
XXI? ¿Se “aplica” el amor en los vínculos, vías redes sociales
por ejemplo a la manera de pantallas o se trata de verdade-
“… el odio sigue como su sombra a todo amor ros muros? El muro, podemos pensar, ya no es de piedra…
por ese prójimo que es también, para nosotros, La vincularidad, el amor en su polifonía y en sus variadas
lo más extraño, lo más extranjero”. formas, es diversa, fluctuante y es quizás la relación con el otro
Lacan aquello que hoy más que nunca está en la “mira”: ¡Mirá!, mi-
rado, mirada… Las relaciones en la actualidad como espectá-

A
lo largo de la historia en gran medida el amor se ha com- culo muestran, poniendo en el tapete, la cuestión sobre el vín-
puesto y nutrido de y por palabras. Conformado de este culo. Se trata desde cierto punto de vista de lazos superficia-
modo, se nos aparecen diversas definiciones de amor, les, efímeros, duraderos o simplemente novedosos.
cartas, poemas, grandes obras literarias y del arte en general. La pantalla como distancia, a veces prudente, no nos exi-
Grandes actos de amor. Si retomamos la conocida posición me de lo que de todas formas encontraremos en los avata-
freudiana sobre la capacidad de amar y su relación con el es- res amorosos. ¿Qué es un avatar? El curso de lo inesperado,
tado de salud, rápidamente podemos ver cómo la misma pue- aquello contrario a la “buena” marcha de algo, que como tal
de ser afectada, disminuida viéndose menoscabada e incluso rompe con el ideal, lo que fantaseamos. Más interesante aún
inhibida. El campo de lo cotidiano nos confronta con sujetos es una segunda acepción, la cual refiere a una identidad vir-
incapaces de amar, deprimidos, desconectados, o que simple- tual que un usuario puede escoger para así ser representado,
mente ya no creen en el amor. Como amalgama de materiales vía un nombre, y poder de este modo “jugar” en las redes a
disímiles no constituye un todo cerrado ni mucho menos com- ser alguien diferente.
pacto sino por sobre todas las cosas fragmentario. Sobre él se La noción de fantasma derivada de la fantasía freudiana

MINISTERIO DE SALUD
DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD MENTAL

Fechas límite: Abstracts 2/8. Trabajos completos 30/8 16, 17 Y 18 DE


Informes e inscripción: jornadasameghino2019@gmail.com
jornadasameghino
OCTUBRE
Foto: Lic. Mabel Anido

Comisión organizadora
Claudio Di Pinto (coordinador) - Paula Camps - Cecilia Carné - Eduardo Garaglia - Julieta Greco -
Leonora Hardmeier - Cecilia Kornblit - Gabriel Linari - Laura Pico - Leonor Suarez - Ezequiel Weitzman

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como respuesta propia y particular, es la respuesta eficaz ante real. Como acontecimiento del decir, no es sin el odio por cier-
la realidad del Otro. Pregunta que nos ubica formulando una ta otredad que nos constituye y que como tal se pretende des-
respuesta a la cual el sujeto consagra su existencia. Las disí- conocer y rechazar en los demás seres. La experiencia de atra-
miles pantallas vienen a ocupar ese lugar, a ser cuadro den- vesar las vicisitudes de un encuentro que aunque causado por
tro del cuadro, la obra dentro de la obra tal y como Shakes- el azar, busca el sujeto re-conocerse en el otro como sujeto del
peare nos lo enseña. inconsciente. El amor como un modo de la suplencia indica el
Se trata de ver, cual Hamlet, una realidad que por desconoci- vacío constituyente y llama a la invención.
da se proyecta y se vive como mirándola desde afuera. Lo más El porvenir enseña que aquello nos salvará sin duda en los
íntimo de un conflicto actual puesto allí, sobre las tablas para, tiempos que corren viene de la mano del lazo amoroso que
insisto, contemplarlo. La pantalla como superficie por excelen- construye, edifica y sostiene pero que en su seno conlleva el
cia donde proyectar los propios espectros, lo que hace enigma encuentro con lo diferente, con la otredad.
y por qué no las grandes preguntas de todos los tiempos, esas El amor, que en su gesto y como acto se dispone a escuchar
que no cambian con el correr de los días. Acostumbro a decir, la musicalidad de cada sujeto muestra la vía regia para estar
en contra del dicho popular, que hay cuestiones anímicas para juntos aunque separados, nudo del concepto de segregación.
las cuales el tiempo no pasa, no cura, no atempera. Cambian Podríamos pensar que desde hace un tiempo hasta aquí nos
seguramente las respuestas, los posicionamientos subjetivos. adentramos en la época del tecno-amor el cual presupone sus
Quisiera en este punto hablar del lazo, de lo que hace lazo y propias formas y figuras discursivas, dispone lugares a ocupar
con esto del lazo amoroso. El mismo como tal enlaza los cuer- para los sujetos, siempre diferentes, multicausales para lo que
pos, los pone en relación no implicando ningún afuera ni aden- representa uno de los asuntos más viejos de la humanidad.
tro, sino un “entre”. Aquello que se teje, se construye dando Es la apertura hacia cierta metamorfosis como lo que desig-
lugar a la emergencia de un espacio intersticial que como tal na un cambio de las formas –aquellas que se recrean, se plu-
engendra a lo único y diferente. ralizan, se visibilizan, se eligen con mayor o menor libertad
El amor como dinamismo habla de un movimiento libidi- subjetiva– la propuesta para aquello que está por advenir.
nal que como tal apunta y se apuntala en un objeto. Su direc-
cionalidad puede tanto como no verse favorecida por las di- Referencias bibliográficas
versas aplicaciones refiriéndome aquí con dicho término a los Barthes, R., Fragmentos de un discurso amoroso. Ediciones Siglo XXI, Bue-
gadgets, objetos porquería, nos adelanta bastante tiempo an- nos Aires, Argentina, 2002.
tes Lacan, ya que si bien son nuevos y divertidos carecen de Cruz, M., Amo, luego existo. Los filósofos y el amor. Eudeba Universidad de
utilidad: no sirven para nada. Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2013.
Una voz que objeta respecto de lo antes dicho profiere: bue- Freud, S., “El Malestar en la cultura”. En Obras Completas volumen XXI
no estos objetos y sus aplicaciones facilitan bastante las cosas, Editorial Amorrortu, Buenos Aires, Argentina, 2004.
— — “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa”.
hay personas que se reencuentran, otras se encuentran y no se En Obras Completas volumen XI. Editorial Amorrortu, Buenos
separan jamás, hay quienes logran hacer un uso más permisivo Aires, Argentina, 2015.
de las palabras y que, por decirlo de alguna manera, “se suel- García, G., La metamorfosis del objeto. Alción Editora, Córdoba, Argen-
tan”, se conocen y hasta se enamoran. Pero ¿Qué sucede cuan- tina, 2004.
do sirven a la manera de meras aplicaciones de la distancia de- Lacan J. Seminario 17 El reverso del psicoanálisis. Editorial Paidós, Bar-
fensiva, no me refiero a la prudente, para evitar cierto encuen- celona, 1992.
— — Seminario 20 Aun. Editorial Paidós, Barcelona, 1977.
tro con la otredad? Los cuerpos de este modo, en ausencia, no
— — Seminario 21 Los no engañados yerran/los Nombres – del – pa-
se miran, no se respiran, aunque sí me atrevo a decir que se dre. Sesión del 18 de diciembre de 1973, no publicado.
afectan. Cuerpos entonces afectados, donde habrá que profun- Portaluri, J. El objeto de la segregación: ensayos psicoanalíticos. Editorial
dizar hasta qué punto cada cual se ve implicado en el asunto Letra Viva, Formas Mínimas, Buenos Aires, Argentina, 2018.
en cuestión: “El amor es lo imaginario específico de cada uno, Shakespeare, W., Hamlet. Ediciones Libertador, Buenos aires, Argenti-
lo que no lo une sino a un cierto número de personas no esco- na, 2008.
gidas del todo al azar. Hay allí, el resorte del plus-de-gozar”.* ______________________
* Lacan J., Seminario 21 Los no engañados yerran/los Nombres-del-pa-
Una pregunta ineludible aquí es la siguiente: ¿Dónde que- dre, Sesión del 18 de diciembre de 1973, no publicado.
dan ubicados los cuerpos en la virtualidad?
El uso que cada cual haga de su objeto y con su objeto es
aquello frente a lo cual deberíamos orientar la escucha. Las
aplicaciones del amor son infinitas, variadas, múltiples, aunque
con algo de verdad singular y desconocida para dicho sujeto.
Hoy, y cada vez más, el capitalismo pone en cuestión las co-
sas del amor, ataca “las cosas del querer”. El objeto técnico sa-
turando y suturando la división subjetiva, oscurece la paradó-
jica relación con el deseo propio dejando a los sujetos subsu-
midos en el ruido de los aparatitos, en una sórdida soledad.
Es en el campo del goce cruel de cada quien donde la soledad
no lleva a hacer lazo, es el reino de lo mudo. El silencio de la
cosa, no hace lazo con otros, no nos separa lógicamente sino
que nos segrega. En el presente segregar las cosas del amor es
no apostar a cierto registro de la creencia, que como tal, per-
mite al ser humano no sucumbir.
Si bien la consabida falta de proporción sexual en las relacio-
nes nos condena de alguna manera al exilio, es el amor como
lazo “una valentía ante fatal destino” que cava un surco en lo

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XXII
JORNADAS
ENIGMAS DE
EROS
SÁBADO 14 DE
SEPTIEMBRE, 10 HS.

CENTRO CULTURAL GENERAL


SAN MARTÍN (CCGSM)
SARMIENTO 1551, SALA D, CABA

Confirmaron su participación:
L. Ahumada, C. Barahona, M. Bertorello, N. Blanco, S. Canullo,
A. Cepeda, C. Cernotto, N. Domínguez, L. Donzis (EFBA), L. Flak,
E. Feinsilber, S. Gutiérrez, S. Hernández, M. Iribarne, Z. Lagrotta,
B. Mattiangeli, M. Mor Roig (CPF), V. Picciuto, L. Ponce de León,
V. Rivero, M. Rizzi, I. Rodríguez, L. Rodríguez Mormandi, M. Rubio,
A. Russ (EFA), G. Spinelli, E. Tenenbaum (Trilce/Bs.As.), M.Tosi Rivella,
M. Vidal (Triempo), S. Viña, D. Voronovsky.

INFORMES E INSCRIPCIÓN
informes@mayeutica.org.ar / www.mayeutica.org.ar
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Las “aplicaciones” del amor

Amor de algoritmo
Ideas para aceptar el éxito de las Love apps
ca provocar en los demás.
Escribe Las love apps y las redes sociales son algunas de las interfa-
Florencia Pavoni ces incorporadas a la auto-construcción de esta subjetividad.
Percibidas como meras herramientas neutrales, las apps de so-
pavoni.flor@gmail.com
ciabilización funcionan porque existe una cultura social (y un
goce individual) que busca espectacularizar la personalidad,

E
n junio de este año, Judith Duportail publicó El algorit- narrarla bajo estándares mediáticos y que los otros la confir-
mo del amor: un viaje a las entrañas de Tinder, una suer- men virtualmente: un like es un pequeño clímax que hoy nos
te de crónica de su investigación sobre el funcionamien- da la seguridad de sentirnos deseables. Sentirnos efectivamen-
to de los engranajes de la love app líder a nivel mundial. El re- te deseados por un otro real, es otro cantar y es en esta dife-
sultado son ciento setenta páginas que componen una bitáco- rencia que el ego de la romántica Duportail se hace trizas ante
ra verborrágica, mezcla de diario íntimo y sesión de psicoaná- los desencuentros. Sin importar si los matches se convierten
lisis en papel de una escritora feminista que, tras una ruptura en citas presenciales, lo que parece imperar en la psiquis de
amorosa, descarga Tinder para volver al mercado del deseo1. los sujetos alterdirigidos es engrosar el contador de likes re-
Lo que comienza como un juego de empoderamiento donde cibidos. Durante los primeros meses Duportail se deslumbra
los likes de los otros refuerzan su narcisismo, acaba por con- ante la posibilidad de gustarle a tantísimos hombres, pero en
vertirse en un motivo de angustia. El colmo de su indignación las citas cara a cara cuando algo no encaja con la experiencia
llega cuando Duportail lee, a través de investigaciones de terce- cool de usuario, su seguridad se cae a pedazos.
ros, que Tinder utiliza la información que los usuarios le ceden
para configurar un puntaje de deseabilidad que internamente Elegir y delegar. El triunfo de las love apps ocurre en un con-
han denominado ELO Score2, y que, según Duportail, junta a texto de explosión de las aplicaciones para smartphones a ni-
los lindos con las lindas y a los no tan lindos con lo que sobra. vel global3 o de lo que Eric Sadin (2017) describe como la era
Con el corazón roto, el ego por el piso y algunos kilos recupe- del individuo asistido. Las aplicaciones para smartphones se de-
rados, la autora sale a la caza de la fórmula de la coca-cola de sarrollan casi para cualquier propósito y su funcionamiento y
Tinder, consigue la información que la app guarda sobre ella acceso a nuestra información está habilitado en primera ins-
y entrevista a sus ejecutivos para denunciar cómo (¡en reali- tancia a partir de un acto de delegación voluntaria de nues-
dad!) Tinder es sólo un negocio millonario con escasa respon- tra información. Más que sorprendernos por el avance algo-
sabilidad afectiva para con sus usuarios. Vaya novedad. Cabe rítmico o indignarnos por la ausencia de jurisprudencia que
preguntarse entonces: ¿la develación del sistema algorítmico existe sobre nuestra intimidad, vale la pena un análisis auto-
de Tinder nos explica el porqué de su éxito a nivel mundial? crítico sobre nuestra voluntad de delegación de los aspectos
Este relato millenial sirve para discutir un sujeto amoroso más íntimos que, en esta era, son sintetizables a datos. El éxi-
que, por más militancia y deconstrucción en proceso, persis- to de estas apps se habilita justamente con esta delegación de
te en (re)configurarse según la mirada de los otros en inter- nuestra intimidad sobre un complejo tecnológico del que so-
faces sociales. Los párrafos que siguen recopilan perspectivas mos usuarios, pero no dueños; de algoritmos que nos proce-
de distintas disciplinas para comprender el éxito de las love san, pero cuyos códigos no escribimos.
apps más allá de sus algoritmos. Ahora bien, la pasividad de la delegación tiene como con-
trapunto la acción activa del consumo por elección. La épo-
Me exhibo, luego existo. Uno de los productos más rentables ca que nos atraviesa enterró empresas como Blockbuster y
del capitalismo moderno no es un objeto material, sino la con- puso en auge a compañías como Amazon y Netflix. En ellas,
figuración sentimental del sujeto alterdirigido. Target de una prima un valor tan capitalista como amoroso: la libertad de
multiplicidad de industrias desarrolladas para mejorar el bien- elección on-demand. El goce que brinda poder seleccionar
estar y la apariencia personal, la subjetividad alterdirigida (Si- (y descartar) posibles citas como si estuvieramos organizán-
bilia, 2008) elabora su identidad en función de ser exhibida do nuestro propio casting, nos ofrece la sensación de tener el
y observada, según el efecto de admiración y deseo que bus- encuentro bajo control. De todas maneras ni Tinder ni su al-
goritmo se hacen cargo de la indiferencia de los otros, o del
efecto de nuestras fotos de perfil en los demás. Cuando Du-
1. Un espacio que progresivamente ha incorporado prácticas y modos de
funcionamiento cada vez más vinculados con una lógica de mercado portail se encuentra con la negación del otro, el ghosting o
y una racionalidad que tiene al ranking y al casting como hábitos na- los malos tratos de algunas de sus citas, no hay libro de que-
turalizados. jas al que pueda recurrir.
2. El artículo original está disponible en: https://www.fastcompany.
com/3054871/whats-your-tinder-score-inside-the-apps-internal-ran- Soy mi propio algoritmo. Recientemente, Tinder publicó que
king-system. El ELO Score es una suerte de puntaje que se le otorga su algoritmo ya no funciona en base al cuestionado ELO Sco-
a cada usuario para ordenar y destinar los matches según lo que el al-
goritmo considera. Sin embargo, este criterio nunca ha sido declarado
públicamente, pero la empresa afirma que el algoritmo pondera los fil- 3. Según Statista, en el App Store de Apple existen 1.8 millones de apps
tros elegidos por el usuario, los rangos de distancia, género, preferen- para iPhone y otras 2.7 millones en Google Play para Android. La apari-
cias de edad, además de otros factores críticos como la distancia entre ción y masificación de aplicaciones inteligentes opera sobre el individuo,
usuarios y la frecuencia de uso de la aplicación. buscando modelarlo y “mejorarlo” a partir de la información cedida.

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re. El comunicado de prensa4 es poco preciso y no arroja in- tativa de que un vínculo sexoafectivo debe ser el resultado de
formación sobre cómo la app cambió su mecánica de funcio- una elección que satisfaga nuestras necesidades emocionales,
namiento para hacerla más intuitiva a los gustos de sus usua- sexuales, afectivas, sociales, económicas e ideológicas.
rios. Lo cierto es que la indignación de Duportail ante un siste- Entonces, ¿el funcionamiento algorítmico en el amor se re-
ma que filtra y de algún modo “restringe” sus opciones de so- serva solamente a las love apps? ¿O acaso mucha de la angus-
ciabilización, puede equipararse al capricho de un consumidor tia que nos generan está enraizada verdaderamente en el es-
que quiere acceder a todas las opciones y seleccionar (y des- tado de nuestros vínculos hoy y los criterios de evaluación a
cartar) según su preferencia. Duportail reclama una soberanía los que los sometemos? Mientras denunciamos el trasfondo
que en realidad delega desde el momento que descarga la app. turbio de las aplicaciones en las que voluntariamente nos ofre-
Lo cierto es que, entre los algoritmos de Tinder y nuestros cemos, también vale la pena cuestionar si nuestros encuen-
propios mecanismos de selección sexoafectiva cada vez hay tros y desencuentros no son sino el producto de una método
más coincidencias. Aunque nuestro corazón (y nuestra cabe- inconsciente de medir y calcular el valor de nuestras relacio-
za) no estén programadas en código, nuestra arquitectura de nes, que aunque no esté prescripto como un código programa-
elección (Illouz, 2012), los procesos emocionales y cognitivos do, selecciona, puntúa, descarta y olvida de forma similar.
por los que concebimos, valoramos y monitoreamos nuestras
decisiones, se vuelven cada vez más racionales y mercantilistas. Referencias bibliográficas
Los algoritmos de las love apps pueden asustarnos, pero nues- Dumler, C. “I found out my secret internal Tinder rating and now I wish
tro método de selección y descarte, ¿es demasiado diferente? El I hadn’t”. Fast Company. A Carr, Entrevistador. (Recupera-
check-list al que sometemos a nuestras potenciales citas no es do el día 5 de abril de 2018 de, https://www.fastcompany.
menos cruento que el filtro de un algoritmo. Para Illouz (2012), com/3054871/whats-your-tinder-score-inside-the-apps-inter-
nuestro método para elegir (o rechazar) un posible compañero nal-ranking-system)
es tan racional como hiper-cognitivo. Las love apps como Grin- Duportail, J. (2019) El algoritmo del amor. Un viaje a las entrañas de Tin-
der. Barcelona: Contraediciones
dr, Tinder y Happn y las redes sociales ofrecen como ninguna Illouz, E. (2012). ¿Por qué duele el amor? Cambridge: Polity Press.
otra tecnología un modo de búsqueda hiper-cognitivo, por la Pavoni Perrota, F. (2017). “Tecnificación y afectividad. El ideal románti-
cantidad de información organizada sobre los prospectos y la co en las publicidades de Tinder y Happn. Representaciones sobre
posibilidad de compararlos en tiempo real. Esta forma metó- la búsqueda de un otro en el mercado del deseo” Tesina de gra-
dica y calculadora de indagación afectiva responde a la expec- do. Facultad de Ciencias Sociales: Universidad de Buenos Aires.
Sadin, E. (2017). La humanidad aumentada. Buenos Aires: Caja Negra.
Sibilia, P. (2008). La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de
4. Disponible online en: https://blog.gotinder.com/powering-tinder-r-
Cultura Económica.
the-method-behind-our-matching/

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Las “aplicaciones” del amor

Nuevas reglas del juego


der y volver a jugar. Juegos reglados, como la vida misma. Y
Escribe Facebook, que siempre le hacía recordar a su nieta hablando
Elina Wechsler con el amigo imaginario que se acababa de inventar.
Estaba sucediendo que la realidad virtual, tan excitante en
elina.wechsler@gmail.com
sus comienzos, se estaba transformado, casi sin que sus acto-
res se dieran cuenta, en otra realidad que terminaba siendo

¿
De qué se trata este juego? —se preguntaba ella cada día, tan gris como la otra, la de todos los días.
más a menudo de lo que sus obligaciones diarias le per- Ellos se libraron con su propio juego que surgió de impro-
mitían—. ¿Se trataría de un juego que habían inventado viso y sin proponérselo.
para no estar en duelo permanente por el futuro que se acor- Embarazarse de palabras que se transformaban en poemas
taba peligrosamente? y darle inmediatamente a enviar, o mirar en recibidos después
Sea lo que fuere, el juego los ayudaba a vivir, a despegar- de abrir los ojos cada mañana, porque, con suerte, allí esta-
se de la realidad cotidiana –que no era mala, por cierto– pero ría el nuevo poema.
que empezaba y terminaba allí, precisamente donde todo es- Pero ésa era ella, pensó, porque era una mujer. Él podía demo-
taba jugado. rar como si hubiera tiempo para demorarse o, tal vez, para colo-
A veces creía que era un juego semejante a la reproducción car el juego en otro lugar, apartado de lo realmente importante.
asistida, porque amanecía embarazada de palabras en un tiem- Ella era una mujer, la Maga en su última designación, por-
po donde embarazarse ya no era posible. Ya se sabe, embara- que aunque el tiempo hubiera transcurrido para ellos Rayuela
zos tardíos con óvulos donados, con esperma anónimo, vien- seguía vigente en su formato del ’68, con sus dos recorridos
tres de alquiler. Y sí, así eran de curiosos los nuevos tiempos. según el gusto de cada jugador.
Esas palabras que la despertaban se transformaban en poe- Nunca volvían a la casilla de salida, no, estaban cada vez
mas que cruzaban el Atlántico vía mail y WhatsApp, los gran- más cerca del Cielo, aunque algunas esperas sugerían que era
des inventos que revolucionaron la comunicación. Nada de de- posible que tuvieran que andar un poco para atrás para vol-
moradas cartas que no hubieran permitido el juego. ver a tomar envión.
Claro que se habían inventado otros, como cazar Pokemons Ella se expandía, conforme a su condición femenina, en ver-
o rellenar casillas de colores en el Candy Crush y ganar y per- sos largos y estrofas que aparecían solas de no se sabía dónde.
Ella se expandía y él, hombre al fin, se
dedicaba a cortar. Cortar y cortar, como
un cirujano de palabras. Un cirujano sin
bisturí. Cortes limpios, que hacían que
al poema no le sobrara nada, porque las
palabras entraban o no entraban, y ya,
si no entraban, operar. Demasiado ex-
plícito, nunca. Cortar y cortar.
Pese a la perfecta operación de corte
el contenido rezumaba pasión, aunque
era difícil entender cómo toda esa pa-
sión podía salvarse con una forma tan
precisa, tan austera.
Era su estilo. Su estilo lacónico, icóni-
co, como alguno de los dos había escri-
to, ya que no sabían con precisión quién
había escrito qué, pese a las diferencias
de género y estilo.
En eso consistía el juego: alimentar-
se de los significantes del otro para se-
guir la espiral. Darle a enviar, recibir,
volver a enviar.
¿De qué se trataba este juego? –vol-
vió a pensar– E inesperadamente deci-
dió cambiar las reglas. Cambiar las re-
glas del juego y narrar.
Y éste es el relato en el que se puede
ver que, sin duda, el juego que inventa-
ron no es ni más ni menos que una for-
ma singular, contemporánea, del amor
en los tiempos de Internet.
Enviar.

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VIVIR EN LA POSMODERNIDAD
por Mónica Cruppi [dra.monicacruppi@gmail.com] Clínica Psicoanalítica
4976-8818
Love Apps: donde el CABA
“erotismo se despliega” Av. Las Heras y Austria
C
omo consecuencia de las trans- observar: la alteración de la capaci-
formaciones sociales, el en- dad de espera, la erosión el deseo se- www.aitajorge.com.ar
cuentro amoroso, desde hace xual y la gamificación.
muchos años ha sido intervenido por El mercado ha llegado a lo emocio-
los sitios web y actualmente por las lla- nal de una manera intensa. Todo mer- Lic. Mariana Howlin
madas “Love applications”, facilitado- cado es por definición un lugar donde
ras de encuentros que forman parte de se compran mercancías, se exhiben, PSICOANALISTA
las llamadas “industrias del afecto”. se destacan sus utilidades y se reali-
Las aplicaciones surgen de necesi- zan intercambios. Algo parecido su- Atención a adolescentes,
dades como la búsqueda del encuen- cede con el mercado amoroso donde
tro con otro, de sexo, de romance, de se ofrece “caudal erótico”. adultos y adultos mayores
amor. Se encuentran integradas a lo En su dinámica comercial, el merca- Supervisiones
cotidiano, incorporándose incluso a do amoroso forma un círculo de ilusión
la rutina, y están disponibles en cual- y desilusión constante de lo que ofrece.
quier momento “on demand” gracias a Uno y el otro con su cuerpo fragmenta- Contacto: 15-6401-9130
la tecnología. Su diseño especial tien- do, sexualizado, expuesto y desposeído
de a disminuir la frustración y el re- de su cualidad de semejante “se ofrece
chazo del usuario. Además, ejercen
influencia a través de algoritmos que,
para consumo”. Este aplanamiento, al
decir de Chul Han Byung, conduciría a
Lic. Irene Marasco
de acuerdo con la búsqueda, van ofre- la agonía de Eros porque el Eros es una Psicóloga Clínica (U.B.A.)
ciendo perfiles. Disfrazadas de roman- relación con el otro, no con un objeto
ticismo y monogamia en sus publici- parcial. En la clínica analítica observa- Psicoanálisis con perspectiva de género
dades, algunas de estas aplicaciones mos esta erosión del deseo en usuarios
esconden el sexo casual vendiendo frecuentes de las Love apps. Adrogué, Pcia. de Buenos Aires
encuentros amorosos, respondiendo Gilles Lipovetsky piensa que hoy es
a una consecuencia de esta sociedad: mucho más fácil conocer gente, pero
la soledad. De esta forma, se constitu- la ligazón suele ser más corta en el marasco.irene@gmail.com
yen en “un remedio” para ella. tiempo. Las investigaciones demues- Tel: 15-5832-5053
Tanto las aplicaciones como las plata- tran que en algún momento surge una
formas o los sitios web, son una mues- gran decepción y, pese a la red y a los
tra de cómo la tecnología y el merca- teléfonos inteligentes, persisten el sen-
do atraviesan e impregnan la vida amo-
rosa. “El mercado del deseo” es un si-
timiento de soledad y de frustración.
Pienso que las afirmaciones de es- Lic. Marina
tio donde el “erotismo se despliega”. tos pensadores pueden estar relacio-
Tinder junto con Happn son aplica- nadas con la pérdida o evitación en Rivas
ciones que más usuarios tienen. Tinder el encuentro con un otro de ese ca-
creada en USA en el 2012 es considera- mino exploratorio y vital de conoci-
da una de las aplicaciones de citas más miento que permite “mostrar” y “ve-
importantes del mundo. Estas aplica-
ciones funcionan junto con Facebook y
lar” en un recorrido conjunto. ¿Será
que en estos tiempos tecnológicos se
Cel. 15-3561-2645
son muy fáciles de usar. Se seleccionan perdió el arte de la conversación?
los perfiles interesantes y con deslizar
el dedo se acepta o descarta, para lue- Bibliografía
go pasar a otro. Se trata de una revo-
lución en lo vincular. De acuerdo con
su uso, estas tecnologías pueden con-
Chul Han Byung, La agonía de Eros. Herder
Editorial. Barcelona 2014. Psicodiagnóstico niños,
vertirse en algo beneficioso o desfavo-
Grupo de investigación Subjetiviad y Tec-
nología. Asociación Psicoanalítica
Argentina.
adolescentes, adultos
rable. Entre algunos de sus beneficios
se encuentran: la facilidad de conocer Haywood Cris, “‘Tinderizing’ Young Men: Supervisión, evaluación,
Branding, Masculinity and Mobile Da-
otras personas, la amplitud de posibi- ting”. Newcastle University https:// informe psicológico
lidades, la intensificación de las citas, www.hv.se/globalassets/dokument/
el conocimiento de otros entornos, la ios/buv/chris-haywood.pdf.2018. Lic. CLAUDIA DIBAR (APA)
posibilidad de un encuentro amoroso Pavoni Perrotta, Florencia “El ideal romántico
o sexual, un menor grado de exposi- en las publicidades de Tinder Y happn”
Representaciones sobre la búsqueda de un otro
4781-4209
ción y disminución de las frustracio-
nes. Entre lo desfavorable, podemos
en el mercado del deseo. Tesina de gra-
do Carrera de comunicación UBA 2018.
claudiadibar@hotmail.com
Imago Agenda | N° 206 | Septiembre 2019 | 33
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por Alejandra Ruíz Lladó [alejandraruizllado@gmail.com] www.elSigma.com

El psicoanálisis hoy
Entrevista a Roland Chemama
En ocasión del seminario que dictó en Buenos Aires el 29 y 30 de ante todo el menor sufrimiento, y que está dispuesto por eso
marzo de 2019, usted introdujo la noción de «patologías contem- mismo a renunciar a satisfacciones que son demasiado inten-
poráneas». ¿Cuáles serían hoy las nuevas tendencias de la clínica? sas con tal de evitar lo doloroso.
¿Pero está verdaderamente establecido que el sujeto huma-
Antes de responderle de manera precisa, hay que decir pri- no no busca sino el placer, definido en el fondo como prin-
mero que es fundamental, para el psicoanálisis, no considerar cipio de temperancia? El hombre que tiene sed siente placer
que los cuadros de la clínica son «realidades atemporales». Re- al beber, lo que disminuye su tensión. Pero ¿qué pasa con el
sulta verosímil que los psiquiatras y los analistas vean menos hombre que busca en la bebida algo muy distinto que calmar
a menudo, en su consulta, casos de histeria similares a los que la sed? ¿Qué hay del hombre que bebe bebida alcohólicas en
han podido conocer Charcot o Freud. Hay una nueva clínica, gran cantidad, lo que le procura una embriaguez que puede
lo que quiere decir que ciertas nuevas acompañarse de molestias inmediatas
patologías pueden aparecer, pero tam- y leves (dolor de cabeza, etc.) o más
bién que «estadísticamente» ciertas pa- graves (patologías médicas).
tologías se encuentran hoy con menos Antes que disminuir la tensión no
frecuencia que ayer. busca sino aumentarla, franqueando
los límites del principio del placer, por-
¿Qué es lo que produce esto? que un tal franqueamiento lo hace «vi-
brar» más. Esto esclarece las patologías
Para comprenderlo, cabe señalar que
adictivas, sin duda también las perver-
el mismo sujeto no es igual hoy al de
siones, pero no únicamente.
los tiempos de Freud. Él también tie-
ne, en efecto, una determinación histó-
¿Cómo es eso?
rica. Así las mutaciones de los discursos
sociales (digamos los discursos que va- Y bien, usted ya puede observar que
lorizan ciertos comportamientos y desvalorizan otros) tienen el goce no es forzosamente reparado como tal. Nosotros a me-
efectos sobre el sujeto y sobre su destino neurótico o perverso. nudo tenemos comportamientos que entrañan un cierto sufri-
Se ha subrayado, durante los últimos decenios, que mien- miento, pero que no lo percibimos como tal porque es sin duda
tras las neurosis de los sujetos «freudianos» parecían estar en ese mismo sufrimiento el que buscábamos.
relación con una limitación muy fuerte del goce, un «exceso»
de represión y las consecuencias a las que está asociado, no ¿Usted se refiere al masoquismo?
es este el asunto al que nos enfrentamos hoy.
No solamente. Había llegado a la depresión. Sostendré que
Las patologías contemporáneas están más bien ligadas a
el goce es tan visible en los casos de personas que se encierran
una prescripción de gozar a cualquier precio, y esto condu-
en sus casas, en la humedad y los olores de las sábanas sucias,
ce al sujeto a adicciones de todo tipo, y aún a la adopción de
entre botellas vacías, en una inacción patológica. Para decir-
comportamientos perversos, pero también a un compromiso
lo en términos lacanianos, uno puede preguntarse «a qué sa-
menos fácil con un deseo real, porque este último siempre se
tisface» un tal comportamiento.
apoya sobre la ley que lo limita, incluso para oponerse a ella.
Estoy bastante de acuerdo con este análisis, al cual agrega-
ré solamente dos cosas. La primera es que, incluso si la ideo- Entonces se trata de que nos diga algo más sobre cómo entiende
logía contemporánea empuja al sujeto a gozar, el goce no le la depresión. A partir de su libro titulado Depresión, la gran neu-
es necesariamente accesible por ello. Esto produce un cliva- rosis contemporánea, ¿cómo la definiría?
je del sujeto contemporáneo que puede tener aspiraciones li- El término «depresión» es muy utilizado hoy en día, demasia-
bertarias o perversas pero que al mismo tiempo sufre por (o do quizás porque puede servir para designar el estado del hom-
de) no poder realizarlas. bre que no encuentra trabajo, la tristeza de aquel que perdió a
La segunda idea es que sería falso pensar que las adicciones un ser querido y, al mismo tiempo, una imposibilidad durade-
y las perversiones son las únicas patologías a ser desarrolla- ra de querer y de desear. Es en esta imposibilidad, antes que
das después de una treintena de años. Se observa igualmente en un vago «problema de humor», donde ubico la depresión.
un fuerte aumento de los llamados casos de «depresión». Sin En mi libro, me referí a Lacan quien, desde 1938, hablaba de
duda, nosotros hablaremos de ellos en un momento. «la gran neurosis contemporánea» poniéndola en relación con
la condición del sujeto moderno; ese sujeto que no encuentra,
Como usted quiera. Pero antes, ¿no podría comenzar por definir por la evolución de las costumbres, un padre al que enfrentar-
el goce? ¿Cuál sería la diferencia con el placer? se, en una revuelta saludable que reforzaría su deseo. Agrega-
ré sin embargo que esto no constituye sino el punto de partida
Freud ha definido el «principio del placer» como principio de una interrogación que no debería simplificarse demasiado.
de menor tensión. Él se une por allí con las elaboraciones fi- Por ejemplo, la referencia al padre hace necesariamente pen-
losóficas clásicas, que muestran que el sujeto humano busca sar en la interdicción edípica, pero lo esencial es su función de

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FCPA 2
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hacer de tercero. De la misma se dirá que separa al niño de un «perversión polimorfa». El niño en el sentido freudiano está
«exceso de goce» antes que repetir la vulgata que insiste sobre muy alejado del niño idealizado, el niño inocente en el cual
la interdicción del incesto. Desde mi punto de vista el campo querría inducirnos a creer el mundo moderno.
de las depresiones constituye el segundo de los grandes sec- En cuanto al adulto, no olvidemos que perversión quie-
tores de la clínica contemporánea. re decir desvío con relación a una norma, y que es más bien
en el momento en el cual se apartan un poco de las normas
Sin duda hemos pasado un poco rápidamente sobre el tema de que los constriñen que los amantes encuentran la satisfacción
la perversión. ¿Qué es lo que el psicoanálisis tendría para decir más grande.
acerca de ella de manera específica? Su definición corriente, ¿no
hace un llamado a un enfoque normativo, incluso moral? La per- Usted aborda por esta vía la cuestión de la relación entre los se-
versión, ¿quedaría para el psicoanálisis en el dominio del mal? xos. En relación con los estudios de género, que se han desarro-
llado enormemente a partir de la publicación de los libros de Ju-
Encuentro que su pregunta resulta muy pertinente. Hay que
dith Butler. ¿Cuál es su opinión? ¿Acaso podrían contradecir al
comenzar por decir que si no se quiere romper con el espíritu
psicoanálisis?
científico del psicoanálisis, es totalmente esencial abordar las
perversiones con el mismo cuidado «estructural» que tenemos No lo creo. ¿Cuál es el aporte más fundamental de Butler?
para las neurosis o las psicosis. ¿Qué quiere decir eso? Pues Es el de haber distinguido, del sexo anatómico, el género que
bien, que la perversión constituye una forma de organización está construido por el discurso social. Ahora bien, es evidente
del deseo que tiene una tipicidad tan grande como para que que la biología no constituye la aproximación más pertinente
nosotros podamos situar los elementos determinantes. a la sexualidad humana. Por otra parte, la misma Judith But-
Intentaré explicarlo en términos muy simples. Hay límites ler destaca, en su libro El género en disputa, «la interpretación
que se forman desde la infancia y que nos separan de un cier- de Lacan según la cual nada es prediscursivo».
to número de objetos. Esos objetos son aquellos que ya Freud Lo que sería más preocupante sería ver, en cambio, que la
había distinguido (el seno materno, las heces con las cuales exigencia muy legítima de igualdad entre los sexos caiga en la
el niño debe renunciar a jugar). Pero hay también otros, por idea de anular toda diferencia entre hombre y mujer. Esta dife-
ejemplo, Lacan señala que el hombre social renuncia también rencia, no podemos sin duda darle un sentido único y preciso,
a su mirada. Cada uno sabe hasta qué punto una mirada de- pero el hecho de que ella permanezca en el horizonte del cues-
masiado prolongada, o excesivamente curiosa o muy intrusi- tionamiento de los seres humanos es sin duda lo que les per-
va, podría molestar a las personas que nos rodean. General- mite mantener un deseo, ya sea homosexual o heterosexual.
mente el sujeto renuncia a ella, la mayor parte del tiempo sin
saber que lo hace. La versión completa puede consultarse en www.elsigma.com.
En cambio, nosotros podemos decir que el perverso (el vo- Roland Chemama es psicoanalista en Paris. Fue presidente de la As-
yeur, por ejemplo) va a reintroducir ese tipo de objeto en el sociation lacanniene internationale y de la fondation européenne pour la
campo de las relaciones con el otro. Digamos, si usted quiere, psychanalyse. La psychanalyse comme éthique. Trauma dans la civili-
zation. Le metier de psychanaliste, con otros. Traducidos al castellano:
en el campo donde se organizan sus relaciones con los parte-
El goce. Contextos y paradojas. Depresión, la gran neurosis contemporá-
naires, y que nosotros llamaremos el campo del Otro (Autre). nea moderna. Elementos lacanianos para un psicoanálisis de lo cotidia-
Tengamos, entonces, el cuidado de evitar cualquier tonali- no. El oficio del analista.
dad moralizadora. El psicoanálisis se constituye, entre otros, Publicó el Diccionario del Psicoanálisis primera versión, y las subsi-
a partir del momento en el que acepta ver en los niños una guientes junto a Bernard Vandermersch.

Colección dirigida por Alejandra Ruíz Lladó

Letra Viva Editorial


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Problemas y controversias en el psicoanálisis

El feminismo entre la política y el erotismo


En varios momentos, ante el fracaso de la corporación viril,
Escribe surgió la utopía de un mundo femenino (¡volvemos a Bacho-
fen!) en el cual el amor expulse al odio.
Juan Bautista Ritvo
No basta mostrar la intrincación de las pulsiones de vida
juanritvo@gmail.com con las de muerte. Para explicitar los alcances empobrecedo-
res de esta fórmula que llega, en su caricatura, a confundir la

E
mpiezo por una cuestión sintomática: según las encues- seducción con el abuso, es preciso diferenciar de qué habla-
tas, quienes tienen hoy en día un mayor índice de credi- mos cuando hablamos de pulsiones destructivas. Hay una ten-
bilidad entre hombres y mujeres son mujeres, diversas en- sión agresiva que corresponde a la fase del espejo; la crueldad
tre ellas: Elisa Carrió, María Eugenia Vidal, Cristina Fernández. implica gozar con la sumisión total del otro; el odio está diri-
¿Síntoma de qué? De que la sociedad política viril, funda- gido al corazón del ser del otro, no quiere someterlo, quiere
da corporativamente en la libido homosexual, según Freud, eliminarlo. Si estas instancias se implican sin yuxtaponerse es
está perdiendo, en estos tiempos neoliberales, no diré adhe- porque el sujeto expulsa de sí (estoy pensando en el artículo
sión sino confianza. de Freud “La negación”) todo lo que le desagrada y esto re-
En esta grieta entre adhesión y confianza se abre la movili- torna en el canibalismo simbólico del amor. En suma, no hay
zación feminista que, a diferencia de otras épocas, se ha cons- amor sin odio y esto es válido para la masa y abarca también
tituido como un fenómeno de masas más diverso de lo que se esa construcción populista llamada “pueblo” que el feminis-
suele creer, porque al feminismo histérico, al paranoico y al di- mo criollo reivindica. No hay masa, no hay pueblo sin segre-
sidente, se le suman infinidad de matices y de aspectos encar- gación y liderazgo.
nados por nombres propios que ocupan un lugar en la cultura. El tercer límite es cómo concebir a la mujer y al hombre, ¿Por
Esta intromisión de la política en el campo erótico, trae apa- la anatomía? ¿Por la cultura?
rejada una clara toma de la palabra de las mujeres que incide Podemos reducir la cultura a los códigos de demanda que
en dos lugares: en la pregunta acerca de cómo ocupar espa- imperan en diversos niveles de la organización social. Uno de
cios hasta ahora reservados a los hombres, tema espinoso por- esos códigos engendra lo que llamamos pulsión; pero me in-
que concita sumisiones, rebeliones, desafíos... y cuya conside- teresa destacar que la pulsión, engendrada por la demanda, la
ración excede este sitio; una segunda pregunta, radica en cómo excede: es un efecto que al inscribirse en el cuerpo está ganado
hablar del dolor y de las profundidades del cuerpo femenino, por un empuje, una perentoriedad y una fijeza dispar y contra-
ajenos a la inflación flatulenta del cuerpo obsesivo y al dislo- dictoria que va más allá de la demanda hasta el punto de volver
camiento histérico, habla más cerca de este último en la medi- circularmente sobre ella. Lo propio de la pulsión es el ritmo, un
da en que se aleja del primero. ritmo económicamente intenso.
Pero aquí, para todas las variantes, una línea oblicua cruza Ahora bien, esta disquisición un tanto abstracta me sirve de
los feminismos y los afecta con lo que sumariamente podemos peldaño para plantear que el cuerpo del erotismo está más acá
caracterizar como tres límites. El primero de ellos concierne al de la división entre naturaleza y cultura, justamente porque se
vínculo de la política –pensada en forma clásica, como lucha trata del cuerpo anatómico, pero no tomado en su aislamien-
por el poder, ajena a las utopías actuales de Arendt y Rancié- to sino en la vertiente de la pulsión escópica volcada sobre el
re– con el erotismo, que supone la diferencia de los cuerpos cuerpo del otro; el movimiento escópico “desnaturaliza” el cuer-
erógenos, hechos de parcialidades irreductibles. po del otro, pero al mismo tiempo es un movimiento que escapa
El segundo tiene que ver con el amor y su relación con las a la dualidad naturaleza/cultura precisamente por la intrinca-
diversas formas de violencia. ción extrema de lo simbólico con lo real.
El tercero y más delicado de exponer, consiste en el debate Es la mirada femenina la que recorta, en el campo de la per-
eterno sobre si la sexualidad se define por la biología, o por la cepción (y aunque con cierta ingenuidad Freud no se equivo-
cultura, por una intersección de ambos o, como creo, por una caba: en el terreno del mirar circular y no recíproco de niños y
solución distinta que termina, espero, con este antiguo y por niñas, hombres y mujeres, se juega lo esencial de una intensi-
momentos estéril debate. Desde luego, estas cuestiones se in- dad que se desplaza entre las zonas erógenas) el órgano mas-
tersectan permanentemente. culino por su virtud contraria, como dice humorísticamente La-
can, a su estado habitual: la erección; símbolo y emblema mí-
Empiezo por la primera cuestión. tico de las sociedades, desde el estuche peniano hasta los mo-
La demanda de igualdad entre los sexos ha terminado por nolitos erigidos, justamente, para la posteridad.
derrumbar los últimos repliegues del patriarcalismo; la patria Se advierte desde este punto de vista que cuando el psicoa-
potestad compartida equivale a su abolición. nálisis hable de la mujer como objeto, el hecho de que encar-
Subsiste, sin duda, la corporación viril ya mencionada cuyo ne no el objeto común de dominio y de intercambio, sino el
ideal apunta a que ni hombres ni mujeres se diferencien. Así, resto, el objeto a, le concede un estatuto privilegiado; un estatu-
todos volverían a la fase fálica de la organización infantil que to del cual ahora puede seguir hablando; ya lo había hecho con
no es una etapa sino una posición. La consecuencia de todo la palabra histérica.
esto consiste en que el vínculo antisimétrico del hombre y de la ¿Qué consecuencias tendrá en el plano de la cultura? ¿Cómo
mujer, su desigualdad constitutiva queda o puede quedar pro- operará en un mundo cada vez más ganado por una alianza te-
fundamente velada; lo positivo, en cambio, radica en que este rrible entre el capital electrónico y masas cada vez más incli-
velamiento no equivale a la sofocante censura de otros tiem- nadas hacia posiciones conservadoras, retrógradas, profunda-
pos; los velos se desgarran... mente desalentadas?

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Conceptos fundamentales del psicoanálisis. Coord: Lucas Boxaca y Luciano Lutereau

Cuando un varón ama a un varón


Marina Esborraz y Luciano Lutereau

U
na nueva tendencia conocida como “Bud Sex” se abre paso mos ubicar en el más generalizado fetichismo de la vida erótica
en las noticias de estos días. La traducción podría ser “sexo masculina. Nos referimos al interés de los varones por la ropa
entre colegas”, para nombrar el vínculo sexual practica- interior. Es usual en ocasiones incluso ver a varones compran-
do por aquellos hombres heterosexuales que tienen relaciones do ropa interior para sus mujeres, con fines excitantes, mientras
íntimas con otro varón con el único objetivo de obtener placer. que las mujeres que le compran calzoncillos a sus parejas lo ha-
Desde el punto de vista del sentido común podría creerse que cen por un afán mucho más maternal. ¿Qué hay detrás del inte-
esto se explica fácilmente, a partir de la idea freudiana de bi- rés de los varones por la ropa interior femenina? En principio,
sexualidad, en la medida en que quiere decir que todos somos lo que nos interesa retomar aquí es la afirmación freudiana de
un poco masculinos, otro poco femeninos, o bien un poco he- que el fetichismo es una defensa contra la homosexualidad. Cree-
terosexuales y otro poco homosexuales. mos que más bien esta frase debería entenderse de la siguiente
Sin embargo, en lo que respecta al último par de términos manera: el fetichismo es la homosexualidad por otros medios.
mencionado (hétero y homo), lo propio del pensamiento de Una verificación de esta cuestión podría esclarecerse a partir
Freud es establecer más bien una fundamentación homoeróti- de las fantasías que despierta el cuerpo femenino en los varo-
ca de la sexualidad. Dicho de otra manera, antes que una parte nes. En muchas de ellas, la pregnancia que despierta el cuerpo
y otra parte, la clínica psicoanalítica aísla que la heterosexuali- de la mujer es inmediata. Es algo que se corrobora en la porno-
dad tiene su raíz en la homosexualidad. En este punto, el psi- grafía, cuando los varones se identifican más frecuentemente
coanálisis realizó una inversión del clásico prejuicio psiquiátrico. con la mujer penetrada que con el varón. De ahí que la mastur-
Si para la medicina la homosexualidad era una suerte de “des- bación masculina se base muchas veces en el ejercicio de tener
viación”, para el psicoanálisis la pregunta no es cómo se devie- el falo para dejar serlo (a partir del goce pasivizante de la mira-
ne homosexual, sino por qué la heterosexualidad se habría con- da); ser el falo que compromete con una identificación espon-
vertido en una normalidad obligatoria, en un punto de llegada tánea del varón con un cuerpo femenino. Entonces, el fetichis-
presuntamente normal. mo viene a ser la manera en que el varón le añade algo al cuer-
Diferentes fenómenos clínicos, bastante corrientes en la prác- po de la mujer para no quedar capturado en una posición pasi-
tica del psicoanálisis, demuestran las raíces homoeróticas de la va. Para decirlo de una manera directa y general: el varón que
heterosexualidad. Mencionaremos cuatro, relativos a lo típico compra ropa interior para una mujer, lo hace a partir de la po-
en el tratamiento de varones heterosexuales. sición pasiva que recupera la mujer que él sería para un varón.
En primer lugar, es habitual que los varones ejerzan cierta po- Esta última orientación lleva al cuarto fenómeno que quisié-
sesividad sobre las mujeres. Desde un punto de vista general, ramos especificar. En continuidad con la disquisición del feti-
podría atribuirse esta actitud a lo que suele llamarse “degrada- chismo, podría destacarse algo que para el saber popular es bas-
ción de la vida erótica”, es decir, a cierto maltrato de la mujer tante notorio: hay varones a los que les gustan los senos de las
como condición excitante del varón. Sin embargo, se trata de mujeres y otros a los que les gusta el culo. Si el cuerpo femeni-
algo bien distinto cuando se advierte una coordenada suple- no ejerce una pregnancia espontánea para el varón, el interés
mentaria, nos referimos a las situaciones en que la posesividad por los senos es una manera de establecer una diferencia in-
de los varones se basa en interrogar a la mujer respecto de su trínseca. Podría establecerse esta proporción, a más senos me-
aspecto, por ejemplo, cuando le pregunta “¿Así saliste a la ca- nos identificación. Quizá por eso es común que los varones ho-
lle?”, “¿No ves que parecés una atorranta?” y otras formulacio- mosexuales que buscan esconderse detrás de una mujer lo ha-
nes semejantes, donde lo que se corrobora es la objeción del va- gan con mujeres exuberantes (no necesariamente femeninas).
rón al carácter deseable de la mujer, es decir, al hecho de que Por otro lado, en aquellos que se interesan mejor por el culo,
pueda llamar la atención de otros varones. De esta manera, el la desmentida es mucho menor, dado que ¿hay diferencia se-
interés del varón en la mujer está mediado por el interés que xual a nivel del culo? Los varones fanáticos de los culos nunca
puedan tener otros varones, al punto de que la fantasía en jue- olvidan que culos tan hermosos también tienen los varones. En
go sea la de sacarle una mujer a los otros. Dicho de forma sen- efecto, los “chistes” groseros que suelen hacerse respecto de las
cilla, una mujer vale por ser la mujer de (otro/un) varón. Por travestis son una huella de esta situación.
esta vía podría declararse cuán homoerótico es el mandamien- Estos cuatro fenómenos muestran de qué manera la hete-
to “No querrás la mujer de tu prójimo”, que vela con la excusa rosexualidad masculina hunde sus raíces en el homoerotis-
de la mujer que a quien se quiere es al prójimo. mo. Esto es algo que se corrobora clínicamente cuando, por
Esta deriva podría llevar a fenómenos bien concretos en la ejemplo, un varón cuenta que le gustan las mujeres que son
vida de muchos varones, como los que les ocurren a aquellos de buen comer, aquellas que en la salida no piden una ensala-
que se excitan con las novias/hermanas/hijas de otros varo- da sino que le entran a la par y se alimentan “a lo macho”. Lo
nes, etc., pero el segundo fenómeno que quisiéramos mencio- mismo podría decirse del caso de ese varón que, prendado de
nar se relaciona con otra circunstancia. Es una ligera contribu- la risa de la mujer con la que empezó a verse, cuando conoce
ción al psicoanálisis de la infidelidad. Se trata de aquellos va- a la familia se espanta porque nota que ella se ríe igual que el
rones que necesitan tener amantes, no porque no deseen a sus padre. Para ningún psicoanalista es una novedad que aquello
mujeres, sino porque no temen perderlas; entonces, la aman- que más atrae de una mujer a un varón, sea un rasgo mascu-
te aparece en el punto en que pueden ponerse celosos de ellas. lino. Es lo que permite concluir que, para la clínica psicoanalí-
Nuevamente el fantasma de otro varón aparece en el horizon- tica, amar sólo se pueda amar a un varón.
te y corrobora una segunda vía que demuestra al homoerotis- ____________________
mo en la base del interés heterosexual. * Psicoanalistas, docentes de la UBA. Autores de Amar a un varón.
Pasemos una tercera vía, un poco más abstracta, que podría- Clínica de la homosexualidad masculina (Letra Viva, 2019).

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Lecturas recomendadas

El sujeto histérico de la ciencia


Reseña del libro El nacimiento del sujeto del inconsciente
de Bruno Bonoris (Letra Viva, Buenos Aires, 2019)
ubica como cambio discursivo. La histe- Bonoris articula los fenómenos de depre-
ria es, desde esta perspectiva, la primera sión y la locura, y que elabora siguien-
encarnadura del significante en el cuerpo, do dos principales consecuencias clínicas
la naturaleza Simbólica del fenómeno de del Sujeto del inconsciente de Lacan. La
realidad histérico. El abordaje de los sín- sombra de Hegel atraviesa a ambas. Se
tomas en los términos de una naturaleza trata de la dimensión del deseo y la lo-
simbólica es por entero mérito de Freud cura en psicoanálisis. La primera es el fe-
(si hay un retorno a Freud es éste, el res- nómeno de la depresión, que rastrea en
to es pura crítica), al instituir un disposi- los problemas contemporáneos del de-
tivo dialógico para operar con el padeci- seo, cuya descripción es impecablemen-
miento; de allí su naturaleza lingüística. te foucaultiana. La segunda cuestión que
Ambas perspectivas –la de Lacan y la de aborda es la concepción psicoanalítica de
Bonoris– se articulan en torno a la segun- la locura, que –Hegel mediante– situará
da dimensión fundamental de este libro efectivamente como el rechazo del otro
y que es la teórica, basada en lo que pro- y del inconsciente, entendido como dis-
pongo llamar una concepción lingüistéri- curso del Otro. La confusión entre locu-

L
a ópera prima del psicoanalista e ca del Sujeto, cuyo advenimiento históri- ra y psicosis produce estragos clínicos in-
investigador Bruno Bonoris, El na- co se plasma en el fenómeno histérico. El soslayables, de allí la importancia de su
cimiento del sujeto del inconsciente, inconsciente lingüístico de Lacan es con- divulgación como problema.

tiene la virtud de abordar este concepto secuencia de la escisión estructural entre Este libro permite comprender por qué
tal como fuera elaborado por Jacques La- la Verdad y el Saber (S()). Su origen se la histeria es el acontecimiento históri-
can: permitiendo sus contrastes con los debe a la concepción racional-cogitativa co-discursivo de una demanda al Saber
postulados freudianos. Además de estar de la realidad cartesiana. en un nuevo orden de fenómenos causa-
escrito en un lenguaje claro y entendible El libro de Bonoris viene (nuevamen- dos por la Ciencia, donde forclusión de
(que evita el lacanés), su mayor virtud te, ¡por fin!) a criticar la tesis que le de- la Verdad se resuelve en la encarnadu-
está dada en la articulación argumental bemos a Milner, cuya lectura deliberada- ra simbólica de la realidad y existencia,
de lo que entiendo son tres dimensiones mente tergiversada de la relación Cien- de un Saber del Otro en el Sujeto posi-
fundamentales del concepto de incons- cia-Psicoanálisis en Lacan, le atribuye ble de analizarse formalmente. De allí su
ciente de Jacques Lacan. una tesis que no dudaría en llamar mal- afinidad foucaultiana y levystraussiana,
La primera dimensión es histórica y se dita, por el grado de contradicción con dicho sea de paso. En la clínica su sinto-
despliega en torno a la tesis permanente- la letra de Lacan y por su generalización maticidad se manifiesta a nivel del deseo
mente sostenida por Lacan (del primero al al “sentido común” psicoanálitico. Se tra- como depresión y a nivel del Yo como lo-
último, ¡vade retro poslacanianos!), cuya ta de la idea que “La ciencia forcluye al cura. Si acaso fuese necesario aclararlo,
idea principal es que el inconsciente psi- Sujeto”, que se trafica como interpreta- creo que se trata de un gran libro que ha-
coanalítico sólo es concebible como con- ción de otra tesis perdida para el senti- cía mucha falta en psicoanálisis. Un tra-
secuencia del advenimiento de la Ciencia do común psicoanalítico, siendo de lo bajo donde se asoma un nuevo porvenir
Moderna. Este origen histórico del incons- que se trata es que “La ciencia forcluye para el psicoanálisis, basado en un re-
ciente se opone radicalmente a la concep- la Verdad en el Saber”, que es el verda- torno a Lacan y un animarse más allá si-
ción freudiana que lo concibe como un dero origen lingüístico del Sujeto de la multáneamente. Hay motivos para fes-
conflicto universal humano entre la civi- Ciencia y el Psicoanálisis. tejar esta obra.
lización -cultura- y la naturaleza real/pul- Por último, pero no por ello menos im- Martín Krymkiewicz
sional del hommo sapiens. En este recorri- portante, su dimensión clínica, donde mekd70@yahoo.com.ar
do, Bonoris rectifica (¡por fin!) un equívo-
co que el poslacanismo no ha dejado de
sostener y es la (falsa) contraposición en-
tre el Sujeto de la Ciencia y el Sujeto del
Psicoanálisis. A partir de una atenta lec-
tura de la obra Lacan, Bonoris esclarece
que, lejos de estar contrapuestos, el de la
Ciencia y el Psicoanálisis son para Lacan
uno y el mismo Sujeto.
Redoblando la novedad, Bonoris nos
deleita con un análisis histórico, fou-
caultianamente orientado, donde pos-
tula que el nacimiento de la histeria es
la realización histórica de eso que Lacan

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Lecturas recomendadas

Testimonio y nombre para un malestar


Reseña del libro Instituciópatas. Ensayo sobre prácticas manicomiales
en un hospital general de Tomás Pal (La Docta Ignorancia, Buenos Aires, 2018)
necesario para toda persona que quiera ticantes de este campo: los prejuicios,
adentrarse en el mundo “psi” hospitala- desconocimientos e indolencias produc-
rio. En este sentido, no es una exagera- tos de aquella mortificación que Ulloa
ción decir que desde su publicación mis- denunciaba. Pal se coloca sin duda tras
ma se ha convertido en un texto de lec- esta estela. Y si el éxito de su empresa se
tura obligatoria para quienes deseen for- debe en gran parte –hay que decirlo– a
marse en ese campo, tan rico en contra- la lucidez de lectura que le proporciona
dicciones, de la Salud Mental. la vertiente negativa de la transferencia
Obra dividida en cuatro partes com- que en el fondo la anima, la otra cara de
puestas por treinta y nueve apartados la hainamoration aporta una cuota inva-
–recurso con el que el autor se da la li- luable también. En cierto sentido, Institu-
bertad suficiente para deslizarse por los ciópatas es una historia de amor.
registros más diversos, que van desde el Uno desearía –confesión a título perso-
aforismo hasta la anécdota–, Pal hace de nal– que este libro pasase a formar parte
sí mismo un personaje, Tomás, en una de la bibliografía obligatoria para el exa-
apuesta que redobla la estructura de la men de ingreso al sistema de residencias
ficción sólo para hacer aparecer mejor en Psicología tan sutilmente criticado por

O
bra inclasificable, Instituciópa- su verdad. el autor. Sería un ejercicio de ironía que,
tas. Ensayo sobre prácticas ma- A partir de allí, Pal hace rotar al lec- de no agotarse en un gesto fatuo, redun-
nicomiales en un hospital general tor, en un tono punzante con los suje- daría en una imprescindible advertencia
constituye –para forzarla en un califica- tos, pero sensible a lo subjetivo, por los para todos los que aspiran al “num dignus
tivo caro a su autor– un verdadero hápax diversos dispositivos que una residencia eris intrare” cuya solemnidad satirizaba
del ámbito local de la literatura “psi”. Si en psicología brinda al novel profesional Lacan en el momento en el que se des-
debido a su singularidad ninguna defi- a los fines de su (no pocas veces, como pedía definitivamente de la psiquiatría.
nición podría agotarla, se diría con todo acordaría el autor, de)formación, como La pregunta con la que cierra el libro,
que ella es al menos dos cosas. Por un ser consultorios externos, guardia, sala la misma que dio apertura a su redac-
lado, es la bitácora de una experiencia, de internación e interconsulta –travesía ción: “¿Cómo evitar convertirse en un
a saber, el recorrido hecho en un hospi- en la cual tampoco le ahorra el paso por instituciópata?”, nos pone sobre la pista
tal general por un joven psicólogo en for- ateneos y supervisiones, ordalías de los del designio del autor. Se trata, en una
mación en el sistema de residencias en jóvenes psicólogos de nuestra época–. palabra, de una labor de prevención.
Psicología Clínica de la Ciudad de Bue- Todo ello recorrido por el fino hilo de ¿Será entonces “instituciópata” uno de
nos Aires. Y por el otro, aspecto éste de- una historia, la de Tomás y Víctor, cuya los nombres contemporáneos para aque-
terminante, es la lectura, en el sentido relación demuestra ser no sólo terapéuti- lla subjetividad de época en cuyo hori-
fuerte que en el psicoanálisis se impri- ca, sino transida por la política y la ética. zonte Lacan instaba al analista a darse
me a este término, de esa experiencia. Escrita decididamente para incomodar, cita con ella? Dejamos esta pregunta a
A caballo entre el informe etnográfico, como señala con tino Alicia Stolkiner en sus futuros lectores.
el diario íntimo y el discurso del método, su prólogo, Instituciópatas nos confronta Agustín Kripper
Tomás Pal nos invita a un tour de force con nuestras peores facetas como prac- agustinkripper@gmail.com

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NOVEDADES EDITORIALES

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Lecturas recomendadas

La lectura como apuesta


Reseña del libro Para Leer RSI de Isidoro Vegh, Claude Noële Pickmann,
Pura H. Cancina, Jean-Jacques Moscovitz, Daniel Paola, Alejandra Ruíz Lladó,
Bernard Toboul (Letra Viva, Buenos Aires, 2018)
tructura y que por ello haría falta un re- do que la interrogación fundamental de
gistro suplementario, comienza su des- Lacan a lo largo de RSI es si con tres bas-
pliegue en el Seminario 22. ta y si estos son suficientes para tener la
Los analistas efectúan su lectura por es- estructura anudada. Lacan deja una pre-
crito destacando lo que de nuevo trae en gunta aguda y punzante ¿es imprescin-
la enseñanza de Lacan este seminario así dible el complejo de Edipo (Freud), el
como lo que queda pendiente. Por otra Nombre del Padre (Lacan) para que se
parte se subrayan aspectos francamente sostenga la estructura? Y también otra:
interesantes para pensar algunos de los ¿cómo introducir y sostener la diferencia
acontecimientos discursivos que en nues- en el nudo a partir del principio de equi-
tra época toman relevancia. Ejemplos de valencia de los registros? Estas pregun-
ello son: la desconstrucción del padre, tas quedan abiertas y pendientes para los
nuevas perspectivas sobre la sexualidad fe- próximos seminarios y, tal vez, para no-
menina, cómo mantener juntos los regis- sotros mismos. No obstante hay un nue-
tros teniendo en cuenta lo real-social, etc. vo sentido del Nombre del Padre y este,

S
e trata de ocho textos reunidos Ya de entrada Alejandra Ruiz nos su- dice Pura Cancina, es la pluralidad del
efecto del grupo de trabajo de Con- merge en un planteo del seminario que mismo. Equivalencia, sostenerse juntos,
vergencia R.S.I. Ocho textos pro- cobra renovada actualidad: El Edipo, ¿es diferencia y pluralidad, son significantes
ducto de ocho analistas quienes, atrave- necesario o contingente?, a lo que Isidoro privilegiados en el seminario. A la “trini-
sados por la clínica, dejan leer su impli- Vegh, parafraseando la Proposición del 9 dad infernal de RSI el cuarto será la in-
cancia en el avance del psicoanálisis así de octubre, agrega “si se elimina la lógi- vención propia de cada uno, producto del
como intentan unir a su horizonte la sub- ca del Edipo entramos en el delirio” tan- análisis”. Tal es el legado de su escrito.
jetividad de la época. to en la intención como en la extensión. También están los planteos y las lectu-
¿Qué supone el “para” del Para leer Por su parte, Claude Noele Pickmann ubi- ras en torno a la sexualidad femenina. Al
R.S.I.? ¿Hace falta algo para leer este se- ca que el no-todo de Lacan pone al des- respecto, C.N.Pickmann destaca que La-
minario? ¿Se trata de un soporte de lec- nudo la falla en el Otro develando que can quiere sacar algo nuevo sobre esta.
tura, de algo que sirve como suplemen- el Edipo es una construcción secundaria En el trabajo que hace sobre Lou Andreas-
to de lectura? Si así lo fuera estaría a la de la neurosis y el padre pasa a operar Salomé refiere la enorme tempestad psí-
altura de lo que el seminario de Lacan por ser un decir y no ya como nombre quica que provoca en las mujeres el des-
plantea. La idea, la propuesta de que con del padre. La querida y recordada Pura cubrimiento de la castración materna y,
tres no basta para que se sostenga la es- Cancina se suma a este debate precisan- por su parte, lee lo que llama “el aconte-
cimiento de la falta” en el íntimo reco-
nocimiento de que el Dios padre arcai-
co a quien ella pertenece, está perdido.
Sumo aquí la reflexión de Daniel Pao-
la quien advierte que Lacan necesita, a
la altura de este seminario, sustentar
una clínica psicoanalítica amenazada
con tornarse religiosa en el extremo de
un discurso universitario. En el mismo
sentido, J.J. Moscovitz dice que lo “re-
ligioso acecha y si no se lo percibe lle-
ga el dogma y se hace religión”. Por su
parte, Bernard Toboul se pregunta acer-
ca de cómo, a la altura de este semina-
rio, se puede pasar a una clínica y una
teoría en la que lo real sea prevalente.
Para concluir e invitar al disfrute de
la lectura hago mías las palabras de Da-
niel Paola cuando dice que el psicoanáli-
sis debería seguir siendo reinventado, la
lectura del Para Leer RSI es una apuesta
para reinventar el psicoanálisis.
Santiago Deus

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FCPA 3
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Colaboración

El razonamiento silogístico y el círculo de Euler:


fundamentos de la topología
bre de Cartas a una princesa alemana sobre diversas cuestiones
Escribe de Física y Filosofía.
Arribamos al círculo que define un valor agujereante, a lo
Diego Moreira1
que concierne al objeto a, desde luego, la estructuración del
damoreira@yahoo.com
sujeto como dividido.

Algo semejante a la palabra ha sido anudado y por ello Entonces, ¿vamos a contentarnos con ese agujero? Un
el discurso puede desanudarlo. agujero en lo real, he aquí al agujero, un poco fácil.
Lacan, 1957/58 Estamos todavía ahí al nivel de la metáfora. Encon-
traríamos, sin embargo, ahí, al detenernos un instan-

L
acan introduce su grafo en el contexto del Seminario 5 te, una indicación preciosa. Fundamentalmente algo
(Las formaciones del inconsciente, 1957-1958) y el Semi- totalmente indicado por nuestra experiencia, que po-
nario 6 (El deseo y su interpretación, 1958-1959). Estos dría llamarse la inversión de la función del círculo de
desarrollos son retomados en Subversión del sujeto y dialéctica Euler. Estaríamos todavía en el campo de la operación
del deseo en el inconsciente freudiano. de atribución. Reencontraríamos ahí el camino necesa-
El grafo del deseo se organiza, lógicamente, en función de rio para lo que Freud define como Bejahung en princi-
una diversidad de preguntas y respuestas distribuidas a la de- pio y única que vuelva concebible la Verneinung. Hay
recha y a la izquierda del grafo. Todas implican una interroga- Bejahung y la Bejahung es un juicio de atribución. No
ción estructural, el “¿Che vuoi?” —la pregunta en italiano del prejuzga de la existencia, no dice lo verdadero sobre
Diablo enamorado de Cazotte. Así, tenemos: “¿qué quieres que lo verdadero. (Ella da el punto de partida de lo verda-
sea?” “¿Qué lugar tengo para el Otro?” dero, a saber, algo que se desarrollará poios, tal es la
Parto de un interrogante: ¿de dónde procede este grafo que calificación, la quididad, lo que no es, por otra parte,
emerge en la más elaborada experiencia de Lacan? No se tra- totalmente lo mismo). (Lacan, 1965/66).
ta de una mera representación, ni de la simple percepción de
una imagen del instrumento anímico. Por el contrario, en La- Ahora bien, de los círculos dice Lacan: “No es Euler quien
can se lee que con el grafo se procura “ubicar en su nivelación se ha servido de ellos a este fin; fue necesario que se introdu-
la estructura más ampliamente práctica de los datos de nues- jera la obra de Boole, luego la De Morgan, para que esto fue-
tra experiencia”. Se lo construye sobre la estructura del chiste, ra plenamente articulado” (Lacan, 1961/62, Seminario 9, La
que se constituye como punto de partida. identificación)3.
La indagación sobre la teoría de los grafos (gr.: “dibujo”, Hacia el siglo XIX, el deseo de investigación del eminente ma-
“imagen”) comienza con gran estilo, a pesar de la ceguera de temático ruso-alemán Georg Cantor lo lleva a proponer la hoy
sus últimos diecisiete años, con el matemático suizo Leonhard denominada “teoría ingenua de Conjuntos”, donde el conjunto
Paul Euler. Sus nodos y aristas, sus conjuntos y relaciones, se es definido como una colección o multitud de cosas (elemen-
constituyen en los fundamentos de la topología2. tos). Las escuelas logicista —de Russell y Frege—, formalista —
Me pregunto: ¿quién era este matemático? Se atribuye a de Hilbert y Bourbaki— e intuicionista —de Brouwer, Poinca-
Euler (1768), en el territorio de la lógica, haber realizado una ré— revisan y socavan la teoría de Cantor. La situación era har-
apertura más allá de la lógica divina atemorizado, no por el to anormal para durar demasiado tiempo. Entonces, alrededor
vacío de la extensión de la reflexión cartesiana, sino por el va- de 1908, Ernst Zermelo y Adolf Fraenkel construyeron con pro-
cío del Otro (Lacan, 1961/62). Euler como matemático sostu- lijidad un sistema axiomático para formular, y ya con derecho
vo la postura de Newton en oposición a los metafísicos, aun- de paso, la teoría de conjuntos (teoría axiomática de Conjuntos).
que defendió la teoría ondulatoria de la luz. Hacia 1741, en Y aquí basta la afirmación de Lacan, en El Seminario 11, clase
Methodus inveniendi, lineas curvas maximi minimive proprietate del 29 de enero de 1964, sobre la inclusión del psicoanálisis, me-
gaudentes, sive solutio problematis isoperimetrici lattissimo sen- diante las pequeñas letras del álgebra, en la teoría de conjuntos.
su accepti, recurre a las curvas cerradas o círculos para mostrar Pero retornemos a la seducción de veracidad de los diagramas
y resolver el razonamiento silogístico, y para poder explicárse- de Euler. En palabras de Lacan (1964/65): “’Todos los hombres
los por correspondencia a la sobrina del rey Federico el grande, son mortales’ [la premisa mayor del silogismo de Aristóteles],
la princesa alemana Carlota —Friederike Charlotte von Bran- se puede escribir con dos círculos, uno incluido en el otro, de
denburg-Schwedt—, de 15 años de edad. manera, que el círculo ‘mortales’ incluye el circulo ‘hombres’”.
Las cartas, 254 en total, procuraban explicar, ante la inge- Entonces, ésta es una manera harto accesible de resolver si-
niosa y hábil insistencia de la princesa Carlota, las reglas del logismos —razonamientos— a partir de ciertos diagramas,
razonamiento denominado “silogismo”, junto con la inclu- representando las diferentes clases con los círculos de Euler.
sión, la exclusión y, agrega Lacan, “¿el recorte de dos qué? de Como para alejar cualquier duda, Lacan (1964/65) en El Se-
dos campos aplicables ¿a qué? a muchas cosas, por ejemplo el minario 12 afirma:
campo donde una cierta relación existe, aplicables muy sim-
plemente al campo donde un objeto existe”. Estas cartas se hi- Es que, eventualmente, nosotros nos ponemos a hacer
cieron populares y circulaban en formato de libro con el nom- funcionar un corte tal, pero en el lugar en que la ló-

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gica de clase tomada en extensión se sirve de ello: los ra del ocho interior, a la línea media de la Banda de Moebius.
llamados círculos de Euler. Podríamos poner en evi- Es llamativo que, al concluir prácticamente el Seminario
dencia ciertas relaciones esenciales, pero el discurso 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Lacan
no me permite llegar hasta el fin. (1964) presenta una singular escritura topológica: el ocho in-
Sepan que lo concerniente a un silogismo como el de: terior. Esta escritura pone en evidencia al sujeto y a la marcha
Todos los hombres son mortales. en la dirección de la cura.
Sócrates es un hombre. En Colette Soler se lee: “[en] el la apelación a los círculos
Sócrates es mortal. de Euler para especificar el espacio que se constituye en la in-
(...) Silogismo del cual espero que haya aquí cierto terposición del círculo del sujeto que mira —El Dante— y el
número de orejas que quieran admitir otra cosa que círculo del objeto que es observado —Beatriz—”. Al pestañear
la significación, o sea, que existe lo que he llamado se instaura un espacio entre los dos círculos. Este espacio im-
el sentido. Este silogismo tiene algo que nos detiene plica el objeto a.
y por otra parte que la filosofía no ha sorteado nunca
de entrada, que no está en ninguna parte en los ana- Bibliografía
líticos de Aristóteles; algo que estaría bien guardado. Euler, L. (1768) Mínguez Pérez, Carlos (ed.) (1990) Cartas a una Prince-
No porque fuera el sentimiento de deferencia, de res- sa de Alemania sobre diversos temas de Física y Filosofía, Prensas
peto que lo impedía, en un pensamiento en juego con de la Universidad de Zaragoza.
el común de los hombres. No se ha sabido que el tér- Lacan, J. (1957/58) Libro V: Las formaciones del inconsciente, Paidós, Bue-
mino Sócrates, en su contexto, pueda ser introducido nos Aires, 1999.
sin prudencia. Lacan J. (1958/59) Le désir et son interprétation. Ver. AFI.
Lacan, J. (1964) Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós.
Lacan, J. (1964/65) Problemas cruciales del psicoanálisis. Paidós.
Es notorio cómo Lacan construye un silogismo con la muer- _____________________
te de Sócrates, que, desde luego, no murió por ser mortal. Es 1. Psicoanalista. Doctor en Psicología, Magister en Psicoanálisis, Especia-
decir, que entre todos los hombres que son mortales, hay uno lista en Docencia Universitaria.
que no murió por ser mortal: Sócrates, que no es mortal de la 2. El grafo (G) es un par ordenado G = (V, E), donde: V es un conjunto
misma manera que todos los hombres. Sócrates demanda la de vértices o nodos y E es un conjunto de aristas o arcos que enlazan
los diferentes nodos.
muerte, acepta la sentencia del tribunal. Se trata de una muer-
3. El problema de los siete puentes de Königsberg es un enigma de índole
te mítica, heroica. lógico matemático cuya resolución, concebida por Leonhard Euler ha-
El silogismo “Sócrates es mortal” convierte en insignifican- cia 1736 desde la corte de Catalina la grande en San Petersburgo, dio
te la pulsión de muerte. Lacan apela a la topología, a la figu- lugar a la teoría de los grafos.

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Colaboración

Puching Ball al hombre


chas vía las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram) y al-
Escribe gunos efectos que sobre estas denuncias, escuché en la clínica.
Las denunciantes suelen ser adolescentes que se pronuncian pú-
María Marta Rodríguez
blicamente con acusaciones hacia algún joven que otrora fue-
mariarodriguezdeus@yahoo.com.ar se su novio. En ocasiones, los familiares y allegados se enteran
por esta vía de lo sucedido o por los ecos que trajo aparejado

P
uching Ball o saco de box es un elemento imprescindi- el posteo. En esta modalidad de denuncia se describen detalles
ble en los entrenamientos de multitud en deportes de muy íntimos de los sucesos en donde no sólo se deja escracha-
contacto como el boxeo y las artes marciales. Golpear al do al acusado sino que queda muy expuesta la muchacha que
saco puede conllevar peligro para las manos. Para evitar lesio- postea. Se hace pública la denuncia y se la comparte con un
nes en manos y muñecas es importante usar un vendaje apro- público tan amplio como desconocido, como sucede en los pro-
piado así como las protecciones pertinentes. El saco de boxeo gramas mediáticos de chimentos sobre “estrellas estrelladas”.
permite practicar repetitivamente ciertos movimientos necesa- Con la pantalla del celular, se configura un espectáculo de la
rios para el entrenamiento. La práctica tiene por objetivo per- intimidad como diría la socióloga Paula Sibilia en La intimidad
feccionar el gesto, automatizarlo, fortalecerlo. En una prime- como espectáculo2. Detalles innecesarios que vuelven obsceno el
ra fase se ensayan los gestos bajo la supervisión de un entre- post, donde inmediatamente todos opinan de dos personas para
nador. Luego se repiten muchas veces hasta convertirlos en ac- la mayoría desconocidas, comparten en sus historias y rápida-
tos reflejos (automatización). En la fase de fortalecimiento, se mente la noticia se viraliza. Se convoca, no precisamente a una
trata de endurecer –vía la repetición del golpe– los músculos “cacería de brujas” como en tiempos pasados, sino a “cazar al
implicados para finalmente insensibilizar los huesos y piel de acusado” –nuevo demonio que se instauró– hasta incinerarlo.
las extremidades usadas en el saco. Contrariamente a lo que se Esta “caza de hombres” resulta muy diferente a la que antaño
cree, el saco no debe estar lleno de arena sino de un material le proponía “Susanita a Mafalda” en su búsqueda para “casarse”
blando como algodón, goma espuma; sólo en la base se colo- con el candidato. “Que el acusado es inocente hasta que se de-
ca una pequeña cantidad de arena para darle estabilidad. Esto muestre lo contrario” no suele funcionar en este caso. Hay una
es así porque la fuerza del golpe está dada por la velocidad y creencia incuestionable en lo que se denuncia y las muchachas
técnica del boxeador, no por el peso o dureza del saco; un saco que leen el post, rápidamente se alinean con la joven que subió
mal rellenado puede producir graves lesiones en las manos. 1 la denuncia. En ocasiones donde el acusado es amigo de algu-
En el corazón de Palermo, un espacio de entrenamiento de box na de las chicas, puede presentarse alguna sorpresa pero no se
es furor. Local vidriado, desde afuera se puede apreciar el éxito duda un instante en sumarse al escrache: el género llama y las
del emprendimiento. Desde primera a última hora del día, se jovencitas, conozcan o no a la víctima, a su lado se enfilan. Pre-
entrenan mayoritariamente mujeres que se calzan los guantes y cipitadamente se suceden las cosas: el pibe acusado desaparece
le dan al saco. Algunas de estas al salir del local, tal vez envíen del mapa, de las redes sociales, se cambia de colegio o es expul-
un whatsapp a sus amigas con el emoticón del bracito muscu- sado. Una vez que las aguas se calman, otra historia similar se
loso; imagen que se puso de moda a la luz de las luchas femi- enciende de inmediato. Cabe preguntarnos frente a estos suce-
nistas. En la misma cuadra, otro local también tiene su cliente- sos: ¿Se tratará nuevamente de fenómenos de contagio entre
la asegurada: “todo sobre uñas”… adolescentes, mujeres, tra- muchachitas, como antes pasaba entre las jóvenes victorianas
vestis concurren para luego lucir sus manos esmaltadas. El su- del internado? ¿Por qué ubicar esa vía para hacer la denuncia?
permercado chino de la esquina, sigue vendiendo guantes de ¿Qué verdad portan dichas acusaciones? ¿Qué verdad resuena
goma que mayormente compran mujeres para lavar los platos en las muchachas que rápidamente adhieren a la causa? ¿Otra
y en la feria americana del barrio se ofrecen “guantes de enca- vez Freud dirá, “mis histéricas me engañaron3” y posteriormen-
je” como los que lucía Madona, en el siglo pasado… Manos de te se retractará ubicando que la verdad que atañe para el psi-
mujeres, tantas y tan diferentes como mujeres hay… coanálisis no es la veracidad de los hechos sino como se articu-
En los últimos tiempos han proliferado denuncias por acoso la la verdad particular del sujeto?
sexual y violencia hacia la mujer. Aunque el motivo sea lamen- Suelo escuchar en jóvenes analizantes, esta modalidad de ha-
table, bienvenidas sean dichas denuncias luego de tanto tiempo cer causa común con muchachas desconocidas, haciéndole pu-
de silenciamiento. Bienvenida que la denuncia se enuncie en los ching ball al acusado. La sesión se llena rápidamentede pañue-
ámbitos correspondientes de la justicia para que sea sancionado los verdes y de consignas feministas junto a comentarios pseu-
cualquier tipo de avasallamiento sobre los derechos humanos. do-progresistas pero que resultan muy similares a los que en
En buena hora se abren canales para que se escuchen esas vo- otro tiempo hacían un grupo de mujeres en el barrio: “todos
ces. Los movimientos de mujeres, las casas de refugio y aseso- son iguales, hechos del mismo molde, cortados con la misma
ramiento, han sido fundamentales para orientar sobre los cana- tijera”. Se trata de muchachitas sexualmente muy activas pero
les en donde realizar las denuncias, al mismo tiempo que para con cierta dificultad para conjugar en una historia; sexo y amor.
brindar el amparo y acompañamiento necesario a las víctimas. Historias en las que resuenan con diferentes argumentos, la de-
Espacios que los colectivos feministas han sabido propiciar y en cepción por un padre con el que se batalla sin perdonarlo, por
los que también participan junto a las mujeres, muchachos–que “las faltas” a su función. Amparadas bajo la bandera del “géne-
son referentes barriales, estudiantes- comprometidos en cues- ro”, se escabullen en lo general del tema sin ubicar lo particu-
tiones de género como tema atinente a los derechos humanos. lar que las conmovió. Y el riesgo para el analista allí es quedar
Lo que me interesa en esta oportunidad recortar, es una mo- pegado a lo “políticamente correcto” o vestirse a la moda de la
dalidad de denuncias que últimamente han realizado mucha- época, quedando arrasada la escucha de lo singular del suje-

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FCPA 4
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to para que todo termine cayendo en la misma bolsa – de box. à-porter de la época sino escuchar la resonancia de la época en
Riesgo de perder nuestra escucha clínica en la generalización lo particular del sujeto. Cabe recordar que El diablo viste a la
y necesidad de ubicar donde hacer el “corte y empalme” con moda7 y que el oportunismo del mercado intenta hacer de los
la historia del sujeto y lo que el posteo “generó”. Es preciso en- reclamos legítimos y necesarios del feminismo, un slogan a me-
tonces, estar atentos a que la “atención flotante” haga lo suyo dida del capitalismo. El discurso del analista no “compra” ahí
para que la sesión no se obture bajo la premisa del género. Es- donde el sujeto se consume en el discurso de género tragado
tar atentos a no terminar interpretando “el género de un saco por el capitalismo que, como Lacan enseñó, rechaza la castra-
inexistente” como el traje que se le confeccionaba con telas in- ción y deja de lado las cuestiones del amor8. En “Sobre la más
visibles, en el cuento, al emperador.4 generalizada degradación de la vida amorosa”9 el maestro vie-
En una sesión con una jovencita, intento abrir una hendija nes ubica el desencuentro de la corriente tierna con la erótica
en la compacidad del saco que llenaba, “pegándole” a un jo- de la libido en torno al objeto de amor, debido a las dificulta-
ven desconocido que era acusado por una desconocida y que des y fijaciones que el sujeto tuvo en su historia infantil con sus
la llevaba rápidamente a concluir que por este motivo prefe- objetos primarios. Como la muchachita a la que me refería y
ría estar sola, ya que inexorablemente se iba a encontrar con otras que desde la querella por las “faltas del padre” se les difi-
un“golpeador” no apto para el amor. Entonces le digo: “TodEs culta el enlace entre erotismo –amor y se amparan en el géne-
son iguales” Se ríe y pregunta: “¿a qué te referís con todEs?”. ro de la pollera del feminismo, como decía mi paciente, por te-
Entonces digo: “y todEs… lenguaje inclusivo… todos los hom- mor. Podríamos conjeturar entonces que algunos de estos pos-
bres que incluye a tu mejor amigo, tu abuelito, tu padre, el ve- teos y sus repercusiones, se encuentran asociados a la declina-
cino, tu hermano, el hijo que alguna vez tal vez tengas, la chi- ción del nombre del padre en la época y que a modo de acting
ca que posteó, tus amigas, vos… todEs: todEs pegan, todEs se convocan a que el padre reubique su función.
pegan…”Se ríe:“No, pará un poco, tampoco para tanto…” y Para concluir: El puching ball también es usado en el entre-
conmovida agrega: “tengo miedo a que me lastimen, a engan- namiento de las artes marciales. Lacan inicia su enseñanza ha-
charme demasiado, a la decepción… tengo miedo al amor…” blando de movimiento que realiza el maestro Zen, a la manera
Continuamos particularizando, ahora sí, su historia: su temor de una irrupción que despierta10. Será cuestión de estar “des-
al amor y a la repetición. piertos” sobre estas temáticas que acosan a la época. Se tratará
Cuestiones de género que no se pueden generalizar, no para de desplegar el arte de la escucha para ubicar cada vez el tiro
el psicoanálisis; ya que: “un saco mal rellenado puede producir –como en el “Zen en el arte del tiro con arco11”– y despegar el
graves lesiones en las manos”. Si la cuestión se plantea como arco que va, del “puching ball al hombre” a la construcción del
“del mismo molde o misma tijera” como decían las vecinas del fantasma: “pegan a un niño12”.
barrio, habrá que analizar que género/ tela para cada quien y ___________________
de qué saco se trata; no para llenar o golpear sino para vaciar- 1. https://es.m.wikipedia.org/wiki/saco-de-boxeo. Referencia Bruce Lee.
lo. Sastrería a medida, sabiendo que el calce perfecto no exis- El arte de expresarse con el cuerpo. Compilación de textos de Bruce Lee
por John Little. Editorial Paidotribo. Bs. AS., 2007.
te, no hay dos que hagan uno sino dos que se articulan gracias 2. Paula Sibilia, La intimidad como espectáculo, Fondo de Cultura Econó-
ahora sí, a sus “faltas”, a la lógica fálica. Que “siempre habrá un mica, Bs. As., 2013.
roto para un descocido”, que estamos “todEs” medio chingados 3. Sigmund Freud, Carta 69, O.C. I, Amorrortu, Bs. As., 1990, Pág. 301.
y que será cuestión que en “el chingue” de cada uno, en el en- 4. Alusión al cuento de Hans Christian Andersen “El traje nuevo del em-
perador”. Puede verse la referencia que realicé sobre este cuento, a pro-
cuentro con el partenaire, “nos llevemos”… menos a las piñas,
pósito del bullying en Bitácora de una práctica psicoanalítica con niños
con las protecciones necesarias para el caso y más de la mano… y adolescentes, Letra Viva, Bs. As., 2017, pág. 101.
Hoy también se escucha en las nuevas generaciones, un pu- 5. “El desdoblamiento que señalamos ofrece la clara posibilidad de dis-
ching ball al psicoanálisis y un intento de llevar a la hoguera al tinguir en ellas dos tipos de goce diferentes. No es que en el varón esto
“patriarca Freud” junto a su hijo Lacan a quien se le ocurrió de- no se dé absolutamente sino que, como lo señala Lacan, cualquiera de
los dos sexos pueden ubicarse del lado mujer de las formulas de la se-
cir “La Mujer no existe”. Interpretación errónea ya que Lacan xuación”. Benjamin Domb, La posición femenina y el goce de la mujer
lejos de menospreciar a las mujeres las enaltece ubicando que El diablo en el cuerpo, Mas allá del falo, Lugar, Bs. As., 1996, Pág. 71.
no existe Una sino una por una, quienes a su vez pueden acce- 6. Chimamanda Ngozi Adichie, Todos deberíamos ser feministas, Random
der a un goce con el falo y más allá. Entonces, no se trata para House, Bs. As., 2016.
el psicoanálisis tampoco de hombres y mujeres sino de la ubi- 7. “El diablo viste a la moda”, comedia dramática norteamericana, dirigi-
da por David Frankel, 2006
cación en torno al falo. Lo masculino y lo femenino no corres- 8. “Lo que distingue al discurso del capitalismo es la Verwerfung, el re-
ponden necesariamente a hombre/mujer5. También Lacan nos chazo hacia afuera de todos los campos de lo simbólico, con las conse-
ayudó a entender que el padre al que se refería Freud, no era a cuencias que ya dije. ¿El rechazo de qué? De la castración. Todo orden,
una persona de sexo masculino sino una función. Ahora bien, todo discurso, que se emparente con el capitalismo deja de lado, ami-
el psicoanálisis no se ocupa del feminismo, se ocupa del suje- gos míos, lo que llamaremos simplemente las cosas del amor. Ya ven,
¡eh! No es poca cosa”. Jacques Lacan, Hablo a las paredes, El saber del
to. La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie ubica con psicoanálisis, Paidós, Bs. As. 2012. Pág. 106.
lucidez cómo la idea de feminismo se ve hoy constreñida por 9. Sigmund Freud, Sobre la más generalizada degradación de la vida amo-
estereotipos y define como feminista a la persona que defien- rosa, O. C. XI, Amorrortu, Bs. As., 1991. Pág.179.
de y cree en la igualdad social, política y económica de los se- 10.“El maestro interrumpe el silencio con cualquier cosa, un sarcasmo, una
patada. Así procede, en la técnica zen, el maestro budista en la búsque-
xos. Feministas no son necesariamente en este planteo las mu-
da del sentido. A los alumnos les toca buscar la respuesta a sus propias
jeres, la autora corre de esta manera el eje hombre/mujer6. Re- preguntas. El maestro no enseña ex cathedra una ciencia ya constitui-
conocer la igualdad de derechos para todos los seres humanos, da, da la respuesta cuando los alumnos están a punto de encontrarla”.
no implica que todos somos iguales. No son iguales hombres / Jacques Lacan, Seminario 1, Paidós, Bs. As, 1992, Pág. 11.
mujeres como no son iguales cada uno de los sujetos que ana- 11.“Para ser un verdadero maestro del tiro de arco, no basta dominio téc-
nico. Se necesita rebasar este aspecto, de suerte que el dominio se con-
lizamos. Clínica de lo particular, del caso por caso se confeccio- vierta en “arte sin artificio”, emanado de lo inconsciente. Eugen Herri-
na en nuestro “taller de corte y confección” y para ello necesi- gel, Zen en el arte del tiro con arco, Kier, Bs. As. 2007. Pág. 9.
tamos contar con que “tela” cuenta el sujeto. Los psicoanalis- 12. Sigmund Freud, Pegan a un niño, O. C. XVII, Amorrortu, Bs. As, 1990.
tas tenemos que estar atentos a no calzarnos el discurso pret- Pág. 177.

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Textos filosóficos

Dossier
Martin Heidegger
3ra época - 135ta parte
1997 - 2019
Compilador: Rogelio Fernández Couto

El “paso atrás”, la retroacción


y la afirmación del acto analítico
por José Grandinetti
D
esde el tiempo en que diera mis primeros pasos en la lec- no, muecas que protegían al analista del “horror al acto” en la
tura de Sigmund Freud y Jacques Lacan, y gracias a la asegurada jaula de un llamado encuadre que no dejó de serlo
generosidad “ocasionante” del estimado Raúl Sciarretta, pese a la insistencia de ese pionero húngaro que puso también
el encuentro con la palabra de Heidegger me ofrece, aunque a la vista cierta intolerancia (la suya) al tempo “significante del
no a la mano “ya que esto no ocurre sin un trabajo de discerni- objeto a”. Aquí dejo para la consideración de ustedes, cuánto
miento” la oportunidad única cada vez, de hallazgos fructíferos de identificación absoluta al objeto a guarda esa “práctica acti-
para mi ininterrumpida labor analítica. De estos constantes “co- va”, que bordea el acting-out del analista. Digamos al pasar que
mienzos” de lectura es en parte responsable la renovada invita- Ferenczi pretendió combatir la “maquinación” del analista, su
ción que desde hace ya varias décadas propicia Rogelio Fernán- congelamiento, con la histerización, no del discurso del anali-
dez Couto, vaya entonces para él también mi agradecimiento. zante sino del analista. Volveremos a este punto cuando inten-
En tanto que el acto analítico implica fundamental y fundan- temos anunciar los peligros que en tanto posibilidad habitan
temente al psicoanalista, es que solicito a aquellos que se hallen en cada uno de los cuatro discursos. Intolerancia a un “tiempo
presentes sepan disculpar una presentación que dados los po- lógico” que Lacan despliega en el “Aserto”, me refiero al traba-
cos minutos con los que cuenta, apenas será balbuceantemente jo titulado “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre antici-
conceptual. A los concernidos por el psicoanálisis, aunque no se pada”. Tiempo caracterizado por una tripartición que no pode-
trate de analistas, solicito la tolerancia y la clemencia necesaria mos dejar de pensar en relación a la posición del analista, espe-
respecto de algunos conceptos que solo podrán indicarse sin ex- cialmente al hablar del “acto analítico”. Podríamos arriesgar la
poner su desarrollo. Permítanme entonces esta suerte de pensar idea y decir: “Instante de ver”, “tiempo de comprender” y “mo-
en voz alta acerca de la correspondencia y la coimplicancia del mento de concluir en el acto”.
“paso atrás”, la retroacción y la afirmación del acto analítico. Temporalidad cuya retroacción permitirá dimensionar al acto
Digamos en primer término que no tenemos por qué homo- analítico “nachträglich”, “après-coup”. Momento lampo de la
logar acto analítico con “acción y reacción”, mucho menos con castración. Un relámpago que soporta el nombre de cada uno.
el denominado “arco reflejo”. Entre paréntesis, recordemos que No se trata de confundir la retroacción con el après-coup, pero
si algo del arco se pone en evidencia es el referido al arco de la sí de situarla en tanto acontecimiento de “Lalengua”. La retroac-
pulsión del que seguramente ustedes, los analistas, tienen sufi- ción entonces en tanto condición de posibilidad del après-coup.
ciente evidencia. Respecto del reflejo, las coordenadas trazadas Una suerte de llamada hacia atrás. Un pasaje de Ser y tiempo me
por Lacan en “El estadio del espejo” aportan sin dudas una loca- permite, “y tal vez me equivoque”, situar esa llamada en tanto
lización que va más allá de todo principio, estímulo-respuesta. significante proveniente de lo real y decir, repitiendo a Heide-
El “acto” no implica necesariamente movimiento, o dicho de gger: “La llamada abre el poder-ser, como el poder-ser en cada
otro modo, el movimiento no es motor del “acto”. Aquí valdría caso aislado de cada Dasein. El carácter aperiente de la llama-
la pena echar mano a los trabajos de Sándor Ferenczi sobre la da no quedará plenamente determinado sino cuando ella sea
llamada por él “terapia activa”, y considerar los aciertos y los comprendida como una provocante llamada hacia atrás, sola-
desaciertos de eso que propuso como “actividad del analista”. mente cuando se le comprenda de esta manera será posible pre-
Nadie duda del talento y del tacto de ese discípulo de Freud, guntarse qué es lo que ella da a entender.”
de quien podríamos decir que fue el primero en sentar a los psi- En consonancia, en una de las clases del Seminario 15, acer-
coanalistas en el banquillo de las preguntas, y en esta oportu- ca del “acto analítico”, leo en Lacan que luego de preguntarse
nidad respecto de las particularidades de una práctica arrojada acerca de qué es para el psicoanalista el acto y cuál es su par-
a la pereza y al “confort intelectual”, que como nos recordaba te en él, y sin dejar de dirigirnos al acto sintomático tal como
Lacan, es el peor de los confort. Momificaciones, tics, y cuándo Freud lo desarrolla en Psicopatología de la vida cotidiana, deja-

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rá bien asentado que aun en tales acciones accidentales o sin- Lo que se trata de comprender (recuerden que a menos que lo
tomáticas no se tratará jamás, más que de la dimensión signifi- anuncie, las referencias de lectura son al seminario del “acto”)
cante establecida como constitutiva de todo “acto”. Afirma por dice Lacan, no es la legitimización de la transferencia en una
si quedan dudas, que no hay nada en esos capítulos freudianos referencia que fundaría la objetividad, esa especie de señorío,
concerniente al acto que no sea planteado como significante. de superioridad en la posibilidad de objetivar, sino darse cuen-
Agregando también que “Si el acto está en la lectura del acto, ta que no hay “acto analítico” sin referencia a la transferencia.
que la lectura sea sobreañadida, sea nachträglich, es lo que le Un psicoanálisis no podría instaurarse sin el acto del psicoana-
otorga su valor.” Es en este pasaje donde sitúa también cierta lista, y la tarea analizante se inscribe en el interior-exterior de
correspondencia de Heidegger con Freud. Algo que cinco años ese “acto” que es el psicoanálisis.
atrás pudo definir como “paso al significante”. Paso al signifi- El acto analítico requiere como condición necesaria una su-
cante que no puede desarticularse de la subversión del sujeto, ficiencia que no es la del analista, sino la de una tarea que no
la caída del “sujeto-supuesto-saber” y la posición de semblante es sin él, requiere, decía, de una abdicación del señorío yoico
de objeto a en el discurso del analista. Como inevitablemente y sus veleidades, para encomendarse, dejarse llevar a la bue-
volveremos a citar estas cuestiones, voy a detenerme tan bre- na de una deriva del lenguaje que implica un “Otro pensar”.
vemente como me sea posible en la referencia de Lacan al acto Por otra parte digamos que si el acto, en cualquiera de sus
fallido o sintomático en Freud para que recordemos que en el formas, no habitase “Lalengua”, se reduciría, tal como ocu-
acto fallido cuenta principalmente “lo fallido”, su carácter sin- rre en el mundo del animal, “y de allí su pobreza de mundo”,
tomático. Su verdad acerca del sujeto dividido y el objeto-cau- a una forma de eliminación que según Heidegger caracteriza-
sa de su división. En la falla, pulsa, vive y vibra un tramo de ría a su conducta. Conducta que se definiría por un “eliminar”,
singular verdad, “Alétheia” que se trama en esa grieta, en ese que puede ser un “aniquilar”, devorar o eludir. Es sorprenden-
síntoma. Estos actos expresan al decir de Freud “algo”, un plus te que el ejemplo utilizado por Heidegger para dar cuenta de
(“a”), que ni el mismo acto sospecha que exista en él. Indica- ese “eliminar” propio de la conducta del animal se refiera a la
mos nuevamente el valor de la retroacción como condición de desaparición del carácter sexual, tras la copulación. Permítan-
posibilidad del llamado après-coup. El “momento de concluir”, me aventurarme a decir que mientras la acción conductual del
la consagración del acto potenciará el “instante de ver”, ha- animal aniquila la sexualidad, el acto del hablante-ser la ins-
ciendo que ese plus, ese “algo” del que nos hablaba Freud pue- taura más allá de cualquier idea genital de acomplamiento. Me
da leerse. Digamos si quieren que no hay acto analítico sin una tomo el atrevimiento de recomendar a los analistas las lecturas
lectura en, y del acto. Nos referimos a los dos tiempos de la es- de esas lecciones dadas por Heidegger en 1929/30 en Friburgo
tructura del acto implicando cada uno de ellos a los dos tiem- y que fueran publicadas bajo el título de Conceptos fundamen-
pos de la posición analítica, o si se prefiere, tal como lo plantea tales de la metafísica con el conmovedor subtítulo de “Mundo,
Lacan, a los “dos analistas”, uno que hace el acto sin pensar, y finitud, soledad”. En el capítulo 4 de esa obra encontrarán no
otro que “lee” las consecuencias de ese hacer, que parafrasean- solo consideraciones que pueden servir de referencia a la dife-
do a Henry Corbin es “hacer acto de presencia en acto” del ha- rencia entre acto y movilidad, que no confundimos con “ocasio-
berse hecho hacer objeto a con el objeto a del analizante. Acto nar” o “conmover”, sino también consideraciones atinentes a la
de presencia en tanto semblante del objeto a, causa del deseo. empatía y por supuesto al tema de la transposición y su accesi-
Un analista que hace el acto y otro (que desde ya no es otro bilidad, que si bien no se pronuncian respecto a la transferen-
analista, a menos que tomemos al análisis de control o super- cia analítica, no deja de ser esa introducción en un sentimien-
visión escolarmente), y otro –decía– que pueda discernir, dilu- to (Einfühlung) el posible hilo conductor de una cadena de teo-
cidar, esto es desembocar en alguna pregunta acerca de las vi- rías que Heidegger considera equivocadas acerca de la relación
cisitudes de su obrar. Obrar que implica una “decisión” siem- del hombre con otro hombre.
pre y cuando esta pueda ser considerada teniendo presente no Otro tanto podría decirse de su crítica al “personalismo” y par-
solo el peligro de su banalización sino también su abuso y su ticularmente al fracaso de Scheler en su intento por definir el
desgaste. Vaya entonces una cita de Heidegger extraída de su ser de los actos y del actor de los actos, temas estos tratados en
trabajo sobre Nietzsche (Tomo 1), que nos servirá, creo, para su curso de Marburgo en 1925, publicados con el título de Pro-
poner en relación decisión y escisión en el sentido más neta- legómenos para una historia del concepto de tiempo.
mente psicoanalítico de una decisión que se decide en el acto y Aunque parezca una verdad de “don Perogrullo” no me pare-
una escisión (Spaltung) del sujeto obrada por el objeto a: “La ce ocioso recordar, que solo en la casa del hablante-ser pueden
capciosa palabra ‘decisión’ ya casi desgastada por el uso, sue- desplegarse asuntos tales como el acto analítico, el acting-out,
le usarse hoy en día preferentemente cuando ya todo está hace o el pasaje al acto, dado el fundante hecho de que allí desde el
tiempo decidido o por lo menos se lo toma como tal. El abuso comienzo el habla, habla. Recordemos que es ese hablar hecho
casi increíble de la palabra ‘decisión’ [Entscheidung] no puede fundamentalmente de denegación y de silencio el que llama al
disuadirnos sin embargo de conservarle ese contenido en vir- analista al acto. A lo más inicial del primer comienzo, que como
tud del cual está referida a la escisión [Scheidung] más íntima bien destaca Heidegger, no es lo más temprano sino lo más tar-
y a la distinción [Unterscheidung] más extrema”. Se tratará en- dío, y lo más tardío no es aquello que llega tarde sino eso que
tonces de un “abrirse a las preguntas” que derivaron del “ac- se toma su tiempo en llegar.
tuar” el acto. Y ahora sí, “dejar hablar al acto” con otro analis- En referencia al acto analítico decimos que es singular en tan-
ta, en posición de supervisante. Un “dejar hablar al acto”, que to único en cada acto.
por supuesto implicará eso que Lacan llamó manipulación de Repito: El acto analítico es un asunto de sujeto en tanto defi-
la transferencia. No hay acto analítico, “y lo subraya”, fuera de nido, mejor deberíamos decir puesto en acto, por un psicoana-
esa manipulación tomada como referencia. Cómo olvidar, por lista. Es por la vía del acto y en el acto, que el analista partici-
otra parte, que el psicoanalista opone el más furioso desconoci- pa como objeto en el campo del inconsciente, esto es que pue-
miento al acto analítico. Olvido, que cuando ocurre, y nos ocu- de encontrarse a nivel de los efectos del lenguaje. Dicho más
rre a todos y a cada uno de los analistas, nos recuerda que de contundentemente: el acto analítico es lo que se espera de un
lo que se trata es de la “entificación del sujeto-supuesto-saber” analista. Sujeto de una operación significante cuya falla deja
al igual que de la “objetivización” del objeto a. un resto que en tanto semblante potencia la intervención ana-

50 | Imago Agenda | N° 206 | Septiembre 2019


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lítica. Insistimos en decir que el “hacerse hacer objeto a con el en la determinación del deseo? Respondemos que ineludible-
objeto a del analizante”, bajo transferencia potencia la inter- mente (solamente Freud vale como excepción) su propio aná-
vención en acto del analista. lisis en tanto experiencia del “des-ser”, de pérdida pura, de es-
Permítanme invitar al filósofo italiano Emanuele Severino y coria. Esa “desposesión” consentida que funcionará como razón
decir que en el acto psicoanalítico propio del discurso del ana- necesaria respecto del saber del analista, recorrerá con diferen-
lista, se pone en juego la potencia del errar significante al igual tes nombres tales como “des-ser”, “desapego”, “destitución sub-
que se pone en juego del lado del analista, la potencia de ese jetiva en su salubridad” recorrerá, decía, los senderos de una
desprendimiento llamado objeto a. Ambos, sujeto dividido y formación que en tanto formación del inconsciente, requiere
objeto a, alojados en la neurosis, bajo el amparo y el consuelo al analista como soporte, soportando ese más allá del narcisis-
del fantasma fundamental. mo que implica la renuncia al goce. También podríamos decir
El acto analítico conmueve, altera esa inercia del “estar” fan- que se trata de una disposición a estar a la espera sin expecta-
tasmático, y no es sin horror y sin cierto “dolor” que el analis- tiva de algún sentido o de alguna realización que no sea la de
ta paga, además de pagar con su persona, tal como plantea La- la asociación libre atendida flotantemente y que produce al su-
can en “La dirección de la cura”, haciendo del acto el principio jeto del inconsciente. Relean el debate de Heidegger en torno a
de su poder, el de la cura, se entiende. El analista resulta en- la Serenidad, encontrarán, sospecho, una perla analítica. Dicho
tonces un “instrumento” de esa operación que abre a un “Otro” de otro modo y siguiendo en el planteo heideggeriano, podría-
pensar (*) y que tal vez no resulte exagerado decir que se tra- mos decir que “deseo del analista” mediante, éste, el analista,
ta de un “pensar” del objeto a. Otro “pensar” que siguiendo a no pretende atrapar ningún signo como sostén. Solo lo insóli-
Heidegger en el último tramo de su conferencia acerca de “La tamente singular posiciona al objeto desde la “palabra sin ima-
Cosa”, nos recuerda que no se trata necesariamente de las ma- gen”, desprendido de la tentadora imaginarización de la pala-
quinaciones del hombre. Por qué no decir aquí que no se trata bra. Aquí es pertinente decir, citando a Heidegger en sus Pensa-
de ellas en el discurso del analista. Eso por supuesto no invali- mientos poéticos que el “paso atrás” nos pone ante la localidad
da que ocurra en los otros tres, y que no ocurra por eso sin la de la Alétheia. Dicho freudianamente, nos pone frente a las for-
“vigilancia atenta” de la atención parejamente flotante que re- maciones del inconsciente, que dicen en lo dicho las verdades
quiere la posición analítica. del decir de cada analizante.
Se me ocurre y sepan tolerar por favor esta ocurrencia, que Como para ir concluyendo respecto del acto, dos cuestiones
ese “paso atrás” en tanto salida de un pensamiento que solo re- que tomé de un autor que para mi gusto hospeda desde otro
presenta, es decir que solo explica, alude más allá de la inten- lugar varias ideas que hacen al pensar psicoanalítico. Me refie-
cionalidad de Heidegger a ese pensar inconsciente que reme- ro a Julius Evola, quien en un pasaje de Cabalgar el tigre, deno-
mora en acto y por las vías de la repetición. Un “paso atrás” que minado “El actuar sin deseo”, y que desde nuestra perspectiva
co-implica a la afirmación entendida psicoanalíticamente. Un psicoanalítica bien podríamos denominar “el actuar con el de-
“paso atrás” que tal como destaca Heidegger en Identidad y di- seo del analista” nos ofrece dos máximas respecto del acto que
ferencia da muestras del modo de movimiento del pensar, en un bien pueden compartirse con Freud, con Heidegger y con Lacan:
largo camino que el psicoanálisis propone recorrer no sin resis- 1) Actuar sin tener en cuenta utilitariamente el éxito o el fra-
tencia y no sin horror por parte del analista, y no sin angustia caso, la victoria o la derrota, la ganancia o la pérdida, la apro-
y sin alguna inhibición o algún síntoma de parte del analizan- bación o la desaprobación ajena.
te. Podríamos decir siguiendo el referido texto, que el llamado 2) Actuar sin actuar. El verdadero sujeto de la acción es aquel
“paso atrás” determina el carácter de semblante de ese “diálo- al cual la misma debe su fuerza motriz primaria y que la sostie-
go” que caracteriza al discurrir analítico. ne y guía desde el comienzo hasta el final. Afirmamos aquí que
Parafraseo a Heidegger y lo transfiero al psicoanálisis dicien- el “sujeto” del acto analítico, desde el comienzo hasta el final,
do: En la medida en que ese “paso atrás” determina el carácter aunque no todo el tiempo, es el objeto a.
de nuestro diálogo con la historia del pensar occidental, con- Dijimos anteriormente que en cada uno de los discursos, el
duce en cierto modo a un pensar fuera de lo que hasta ahora del amo, el de la histérica, el de la universidad y el del analis-
ha sido pensado. Conduce a aquello que “todavía”, “siempre”, ta, anida tanto el peligro como la posibilidad. Respecto del dis-
“aún” está por pensar. Un pensar acerca de lo real. curso analítico, el horror al acto implica, creo, coligantemente
Convendría recordar, y esto como para desalentar viejas pero el un “no paso atrás” cuya consecuencia podrá ser el congela-
renovadas posiciones “avant-coup”, por ejemplo la del diagnós- miento y la “eternización” de la posición de objeto a.
tico médico-psiquiátrico, muchas veces revestido psicológica- Para finalizar, me pregunto con las palabras de Heidegger en
mente de psicoanálisis, que por más advertido que se conside- sus Pensamientos poéticos: “¿Nos está permitido osar dar el paso
re un analista, solo descubre el sitio topológico al que lo condu- atrás, cuya senda entre tanto se ha mostrado más claramente?
ce el “paso atrás” cuando tal paso se consuma. Ni antes ni des- ¿Nos hemos llegado a sentir en casa en la región de la ascen-
pués sino cuando el “paso atrás” ya está dado. De todos modos dencia del pensar, nos hemos familiarizado con su dictado, he-
“que el león salte una sola vez”, no quiere decir que por ello mos sido introducidos en la riqueza de un preguntar adecua-
sea la única; también se cuenta con la repetición. El acto ana- do?”. Apenas, nos responde Heidegger. Un apenas que no es de
lítico se presenta como la paradoja de la repetición en un solo penar, sino de trabajo, una labor constante que implica una pra-
trazo, ese efecto que es topológico permite presentar que el su- xis de lo simbólico sobre lo real, cuya cura por añadidura, entre
jeto en el acto sea identificado al significante y por otra parte otras cosas, cura el temblor de “un paso atrás”.
que la repetición intrínseca a todo acto se realice en el seno de
la estructura por el efecto de retroacción. La repetición en tan- (*) Es este término el que Lacan utiliza en su seminario acerca del acto.
to engendra a un sujeto como efecto del corte, se liga a la caí- Término que en cierto sentido implica el peligro de la per-versión del
da del objeto a que el psicoanalista está llamado a situar en el discurso del analista.
“discurso del analista”. __________________
¿Qué prepara a un analista destinado a instaurar una expe- Conferencia dictada en el Seminario Central 2018: “Der Schritt zurück.
riencia, la analítica, en la cual tiene que deponer su persona en El paso atrás hacia el Otro pensar” de la Fundación Centro Psicoanalí-
nombre de esa función tercera que es el objeto a, objeto clave tico Argentino.

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