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Auto 111/13

CORTE CONSTITUCIONAL-Competencia para dirimir


conflictos de competencia

ACCION DE TUTELA-Normas que determinan la competencia

CONFLICTO DE COMPETENCIA EN TUTELA-Factor


territorial

CONFLICTO NEGATIVO DE COMPETENCIA ENTRE


JUZGADO CIVIL LABORAL, JUZGADO PENAL DEL
CIRCUITO CON FUNCIONES DE CONOCIMIENTO Y
TRIBUNAL SUPERIOR-Reiteración Auto 124/09

COMPETENCIA A PREVENCION EN TUTELA

PRINCIPIO DE INTERPRETACION PRO HOMINE-Factor


territorial

ACCION DE TUTELA CONTRA BATALLON DISTRITO


MILITAR-Competencia de Juzgado Civil Laboral del Circuito

Referencia: Expediente ICC-1886

Conflicto de competencia entre el


Juzgado Penal del Circuito con
Funciones de Conocimiento de
Pamplona y el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Pamplona – Sala
Única.

Magistrado Ponente:
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA.

Bogotá, D.C., cinco (5) de junio de dos mil trece (2013).


La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus
atribuciones constitucionales y de los requisitos y trámites establecidos
en el Decreto 2067 de 1991, profiere el siguiente

AUTO

I. ANTECEDENTES.

1. Hechos

1.1. La señora Nury Isabel Balmacea Guerrero, quien actúa como agente
oficioso de su hijo Darío Alberto Ojeda Balmacea, solicitó la protección
de sus derechos fundamentales al debido proceso, a la igualdad y al
derecho de petición, los cuales considera vulnerados por el Ejercito de
Colombia, Distrito Militar N° 36 de Pamplona, Batallón García Rovira
en su Dirección de Reclutamiento y Control de Reservas. Solicitó a dicha
autoridad, que cambiara la modalidad en la que su hijo prestaba el
servicio militar, de soldado regular a soldado bachiller, lo que implica la
reducción en el tiempo de la prestación del servicio militar de 24 a 12
meses.

1.2 Ante la ausencia de respuesta a su petición y debido a que el 6 de


marzo de 2013 se cumplieron los 12 meses que debe prestar su hijo como
soldado bachiller, la agente oficiosa instauró acción de tutela pues
considera que el no desacuertelamiento de su hijo en dicha fecha
constituye una carga ilegal e injustificada abiertamente inconstitucional.

2. Decisiones que suscitaron el presunto conflicto de competencias.

2.1. En providencia del 26 febrero de 2013 el Juzgado Civil Laboral de


Circuito de Caucasia Antioquia manifestó que “al entrar a analizar las
partes accionadas de la misma, se observa que el MINISTERIO DE
DEFENSA NACIONAL Y EL EJERCITO NACIONAL DE COLOMBIA,
son entidades públicas del orden nacional, por lo que concluye este
Despacho, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 1°, numeral 1,
del Decreto 1382 de 2000, que carece de competencia para el
conocimiento de dicha acción constitucional, toda vez que éste se
encuentra asignado, en primera instancia, a los Tribunales Superior de
Distrito Judicial, Administrativos y Consejos Seccionales de la
Judicatura.” Con base en lo anterior resolvió remitir la acción de tutela a
la Oficina de reparto del Tribunal Superior de Antioquia.

2
2.2. El 6 de marzo de 2013 el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Antioquia–Sala de decisión Penal señaló que en cuanto a la competencia,
“para fijarla se debe tener en cuenta el ámbito territorial asignado a la
autoridad militar demandada de acuerdo con la organización del
Ejercito Nacional en Divisiones, Brigadas y Batallones, (…).” Así las
cosas, al encontrar que la tutela se dirigía contra el Batallón García
Rovira, Distrito Militar N° 36, con sede en el municipio de Pamplona –
Norte de Santander, concluyó que la acción era competencia de los
Jueces de categoría de Circuito del lugar donde, en su criterio, se viene
presentando la afectación de los derechos fundamentales del señor Ojeda
Balmacea. Por lo anterior, ordenó el envío de la acción a la oficina de
reparto de los Juzgados del Circuito de Pamplona – Norte de Santender.

2.3 En proveído del 12 de marzo de 2013 el Juzgado Penal con


Funciones de Conocimiento del Circuito de Pamplona señaló que “sería
del caso avocar el conocimiento de la presente acción (…) si no se
observara que se dirige en (sic) hacia una autoridad del orden nacional.
(…) En efecto, la acción constitucional se instauró realmente contra el
DISTRITO MILITAR N° 36 DE PAMPLONA, dependencia del Ejercito
Nacional, que de conformidad con lo establecido en el artículo 1° del
Decreto 049 de 2003 hace parte de la estructura del Ministerio de
Defensa nacional, que conforme lo dispone el numeral 1 literal d) del
artículo 38 de la Ley 489 de 1998 constituye una autoridad pública del
orden nacional del sector central. Por consiguiente, la competencia
recae en los Tribunales Superiores de Distrito Judicial, pues así lo
dispone expresamente en artículo 1° del Decreto 13 (sic) de 2000 (…).”
Con base en el anterior argumento, resolvió devolver la demanda de
amparo a la Oficina de Apoyo Judicial para que se repartiera entre los
Magistrados de la Sala Única del Tribunal Superior de la ciudad.

2.4 El 13 de marzo del corriente el Tribunal Superior del Distrito Judicial


de Pamplona – Sala Única decidió devolver la acción de tutela por
considerar que “teniendo en cuenta las precisiones hechas por la Corte
Constitucional en Autos 124 y 198 de 2009, reiteradas en providencia
027 del 15 de febrero de 2012, al indicar que las reglas del Decreto 1382
ya mencionado ‘son simplemente de reparto y no de competencia’ y en
aplicación del art. 86 de la Constitución Política, sobre que todos los
jueces son competentes para conocer acciones de tutela, la cual es a
prevención, conforme lo dispone el artículo 37 del Decreto 2591,
precepto este que difiere de lo consagrado por el decreto inicialmente
aludido, resulta imperativo desestimar lo considerado por el juez
remitente.” Así las cosas, al considerar no procedente la declaratoria de
incompentencia con sustento en el Decreto 1382 de 2000, resolvió
devolver el amparo al Juzgado Penal del Circuito de Pamplona.

3
2.5 En providencia del 14 de marzo de 2013 el Juzgado Penal del
Circuito con Funciones de Conocimiento de Pamplona reiteró sus
argumentos frente a la naturaleza jurídica de la entidad demandada para
señalar que es claro que quienes deben conocer la tutela de la referencia
son los Tribunales del Distrito Judicial por expresa disposición del
Decreto 1382 de 2000. Adicionalmente, citó jurisprudencia de esta
Corporación para sostener que es viable “excepcionalmente, que
cualquier autoridad judicial devuelva el asunto a quien debe conocer
cuando hubo una ‘distribución caprichosa de la acción de tutela fruto de
una manipulación grosera de las reglas de reparto.” Por lo anterior,
propuso colisión negativa de competencias y dispuso remitir el asunto de
la referencia a esta Corporación.

II. CONSIDERACIONES

1. Competencia de la Corte Constitucional para resolver conflictos de


competencias en la Jurisdicción Constitucional.

La jurisprudencia de esta Corporación ha señalado que por regla general


los conflictos de competencias en materia de tutela son resueltos por el
superior jerárquico de las autoridades judiciales que proponen la
incompetencia. Así mismo, ha señalado que en los eventos en los que no
exista superior jerárquico común, dichos conflictos serán resueltos por
esta Corte como máximo Tribunal de la Jurisdicción Constitucional.1 Lo
anterior puesto que, desde el punto de vista funcional, todos los jueces de
tutela hacen parte de la jurisdicción constitucional.2

Sin embargo y con base en los principios de celeridad, eficacia, acceso


oportuno a la administración de justicia y el respeto por los derechos
fundamentales, esta Corporación ha considerado que puede conocer y
resolver directamente los conflictos que se presenten entre autoridades
judiciales que posean un superior jerárquico común.3

2. Marco Jurídico que determina la competencia en materia de


tutela.
1 Al respecto, ver entre otros, los Autos 014 de 1994, 087 de 2001, 031 de 2002, 122 de 2004, 280 de
2006 y 031 de 2008. Lo señalado no plantea una excepción a la regla general contenida en los artículos
256-6 de la Constitución Política y 112-2 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, que
confieren al Consejo Superior de la Judicatura – Sala Jurisdiccional Disciplinaria, la competencia para
dirimir conflictos de competencia que ocurran entre las distintas jurisdicciones, puesto que, los
conflictos que se presenten entre dos autoridades judiciales, con ocasión de una acción de tutela, son
siempre conflictos de competencia dentro de la jurisdicción constitucional, así los jueces involucrados
pertenezcan a jurisdicciones distintas.
2 Artículo 43 de la Ley 270 de 1996.
3 Ver autos 167 de 2005, 240 de 2006 y 280 de 2007.

4
La jurisprudencia constitucional ha indicado que las normas que
determinan la competencia en materia de tutela son: el artículo 86 de la
Constitución, que señala que esta se puede interponer ante cualquier
juez; y el artículo 37 de Decreto 2591 de 1991, que establece la
competencia territorial y la de las acciones de tutela que se dirijan contra
los medios de comunicación, la cual asigna a los jueces del circuito.

De otra parte, ha precisado la jurisprudencia constitucional que el


Decreto 1382 de 2000 establece únicamente las reglas para el reparto de
la acción de tutela y no las que definen la competencia de los despachos
judiciales.4 Esto, en tanto este decreto por su inferioridad jerárquica
frente a las anteriores disposiciones (legales y constitucionales), no puede
modificar las normas de superior jerarquía normativa.5

En este sentido, esta Corte ha precisado que “la observancia del


mencionado acto administrativo [Decreto 1382 de 2000] en manera
alguna puede servir de fundamento para que los jueces o corporaciones
que ejercen jurisdicción constitucional se declaren incompetentes para
conocer de una acción de tutela, puesto que las reglas en él contenidas
son meramente de reparto. Una interpretación en sentido contrario,
transforma sin justificación válida el término constitucional de diez (10)
días, como acaece en este caso, en varios meses, lesionándose de esa
manera la garantía de la efectividad (art. 2 C.P.) de los derechos
constitucionales al acceso a la administración de justicia (art. 229
ibídem) y al debido proceso de los accionantes (art. 29 ibídem).”6

3. Reglas para solucionar los conflictos de competencia en materia de


tutela.

Esta Corte estableció en el auto 124 de 20097 las siguientes reglas para la
resolución de los conflictos de competencia en materia de tutela, las
cuales han sido reiteradas en diversas oportunidades por esta
Corporación:

(i) Un error en la aplicación o interpretación de las reglas de


competencia contenidas en el artículo 37 del decreto 2591 de 1991

4 Ver Auto A-099 de 2003 y Sentencia del 18 de julio de 2002, proferida por la Sección Primera de la
Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado.
5 Precisamente, la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado
desestimó, mediante sentencia de julio 18 de 2002, la mayoría de los cargos de nulidad contra el
mencionado Decreto 1382 de 2000, pues consideró que no era contrario al artículo 86 de la
Constitución porque establecía normas de reparto y no de competencia.
6 Auto 230 de 2006. Reiterado por el auto 340 de 2006, entre otros.
7 Reiterado en los autos 198 de 2009, 061 de 2011 y 070 de 2012.

5
puede llevar al juez de tutela a declararse incompetente (factor
territorial y acciones de tutela que se dirijan contra los medios de
comunicación). La autoridad judicial debe, en estos casos,
declararse incompetente y remitir el expediente al juez que
considere competente con la mayor celeridad posible.

(ii) Una equivocación en la aplicación o interpretación de las


reglas de reparto contenidas en el Decreto 1382 de 2000 no
autoriza al juez de tutela a declararse incompetente y, mucho
menos, a declarar la nulidad de lo actuado por falta de
competencia. El juez de tutela debe, en estos casos, tramitar la
acción o decidir la impugnación, según el caso.

(iii) Los únicos conflictos de competencia que existen en materia


de tutela son aquéllos que se presentan por la aplicación o
interpretación del factor de competencia territorial del artículo 37
del Decreto 2591 de 1991 (factor territorial y acciones de tutela
que se dirijan contra los medios de comunicación).

(iv) Ninguna discusión por la aplicación o interpretación del


Decreto 1382 de 2000 genera conflicto de competencia, ni siquiera
aparente. Por tanto, en el caso de que dos autoridades judiciales
promuevan un conflicto de competencia por este motivo, el
expediente será remitido a aquella a quien se repartió en primer
lugar con el fin de que la acción de tutela sea decidida
inmediatamente, sin que medien consideraciones adicionales
relativas a las normas de reparto. Lo anterior no obsta para que
esta Corporación o el superior funcional al que sea enviado un
supuesto conflicto de competencia, proceda a devolver el asunto,
conforme a las reglas de reparto del Decreto 1382 de 2000, en
aquellos supuestos en que se presente una distribución caprichosa
de la acción de tutela fruto de una manipulación grosera de las
reglas de reparto contenidas en el mencionado acto administrativo,
como sería el caso de la distribución equivocada de una acción de
tutela interpuesta contra una providencia judicial emanada de una
de las Altas Cortes.

Respecto a la excepción (tutelas contra providencias de las Altas Cortes)


establecida en esta última regla, la Corte en Auto 198 de 2009, precisó
que “tales excepciones, se presentarían en los casos en los que se
advierta una manipulación grosera de las reglas de reparto, como
cuando se asigna el conocimiento de una demanda de tutela contra una
Alta Corte, a un funcionario judicial diferente a sus miembros; o,
necesariamente, siguiendo esa misma directriz, en los casos en que se

6
reparta caprichosamente una acción de tutela contra una providencia
judicial, a un despacho diferente del superior funcional del que dictó el
proveído.”

Adicionalmente, la Corte ha precisado el significado del término “a


prevención”, contenido en los artículos 37 del Decreto 2591 de 1991 y 1°
del Decreto 1382 de 2000. El artículo 37 del Decreto 2591 de 1991
dispone que: “son competentes para conocer de la acción de tutela, a
prevención, los jueces o tribunales con jurisdicción en el lugar donde
ocurriere la violación o la amenaza que motivaren la presentación de la
solicitud” (subrayado adicional al texto original). Por su parte el artículo
1° del decreto 1382 de 2000, al establecer las reglas de reparto de las
acciones de tutela replica tal mandato al señalar: “para los efectos
previstos en el artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, conocerán de la
acción de tutela, a prevención, los jueces con jurisdicción donde
ocurriere la violación o la amenaza que motivare la presentación de la
solicitud o donde se produjeren sus efectos (…)” (subrayado adicional al
texto original).

Así las cosas, en el Auto 061 de 2011, siguiendo lo planteado en los autos
124 y 198 de 2011, señaló esta Corporación que la competencia a
prevención implicaba que cualquiera de los jueces que fuera competente
de acuerdo con el artículo 86 constitucional y 37 del Decreto 2591 de
1991, está autorizado para conocer de la acción constitucional. De tal
manera que los jueces no deben promover conflictos aparentes de
competencia en las acciones de tutela con el argumento de que la oficina
judicial no respetó la especialidad.

En el Auto 070 de 2012 se señaló que “el alcance de la expresión


competencia “a prevención”, en los términos de las disposiciones
precedentemente citadas (artículo 37 del decreto 2591 de 1991 y artículo
1 del decreto 1382 de 2000), debe entenderse circunscrito a la
posibilidad con que cuenta el demandante de presentar su solicitud de
tutela (i) ante el juez con jurisdicción en el lugar donde ocurriere la
violación o amenaza que la motivare o, a su elección, (ii) ante el juez
con jurisdicción en el lugar donde se produjeren sus efectos. Solicitud de
amparo que se repartirá a través de la oficina judicial respectiva
encargada de efectuar la distribución y asignación de estos casos, en los
lugares donde exista.”8
8 La Corte acogió esta posición respecto del significado del término “a prevención” pues protege de
manera efectiva los derechos fundamentales (interpretación más favorable para los derechos de las
personas, o interpretación pro homine) al evitar las dilaciones indebidas en la resolución de las
acciones de tutela, ya que los jueces no podrían iniciar conflictos aparentes de competencia en las
acciones de amparo basados en que la oficina de reparto no respetó la especialidad escogida por el
actor. Ver auto 061 de 2011 y 070 de 2012.

7
Con base en las consideraciones anteriores, procede la Sala Plena a
decidir sobre el conflicto de referencia.

4. Del caso concreto.

Observa la Sala que, en principio, la competencia para asumir el


conocimiento del presente asunto radica en la Corte Suprema de Justicia,
único superior jerárquico común de los jueces que plantean el presunto
conflicto de competencias.

Sin embargo, tal como lo ha considerado en repetidas ocasiones la Corte,


dicho parámetro procesal no debe ser entendido de manera absoluta, pues
en aquellos casos en los que se prevea la tardanza en la adopción de una
decisión de fondo dentro de los términos perentorios que establece la
Constitución Política y el decreto 2591 de 1991, o que sencillamente la
Corte constate que no se trata ni siquiera de un conflicto aparente de
competencia, sino que en realidad advierte una discusión que apenas
envuelve cuestiones de interpretación en la aplicación de las reglas
administrativas de reparto, previstas en el decreto 1382 de 2000, no tiene
justificación remitir el expediente de tutela al respectivo superior, pues lo
que se impone es garantizar un efectivo acceso a la administración de
justicia, así como propender por la efectividad de los principios de
economía, celeridad y eficacia que sustentan el ejercicio de la acción de
tutela (D. 2591 de 1991, art. 3°).

Bajo las mencionadas consideraciones, esta Corte ha señalado que puede


excepcionar la regla general de competencia para conocer presuntas
colisiones de competencia, con independencia de que se trate de un
asunto que debe ser resuelto por el superior funcional de la
correspondiente jurisdicción, lo cual se justifica desde la Constitución, en
la naturaleza preferente y sumaria de la acción de tutela, y en la
necesidad de garantizar la efectividad de los derechos fundamentales que
en un momento dado pueden estar comprometidos. Así las cosas, la Sala
Plena de la Corte Constitucional, es competente para resolver este
presunto conflicto de competencias, y por ende procede a dar solución al
asunto sub examine.

Como se reseñó, el Juez Civil Laboral del Circuito de Caucasia sostuvo


que “al entrar a analizar las partes accionadas de la misma, se observa
que el MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL Y EL EJERCITO
NACIONAL DE COLOMBIA, son entidades públicas del orden nacional,
por lo que concluye (…) que carece de competencia para el
conocimiento de dicha acción constitucional, toda vez que éste se

8
encuentra asignado, en primera instancia, a los Tribunales Superior de
Distrito Judicial, Administrativos y Consejos Seccionales de la
Judicatura.”

Por su parte, el Tribunal Superior del Distrito de Antioquia–Sala de


Decisión Penal señaló que al encontrar que la tutela se dirigía contra el
Batallon García Rovira, Distrito Militar N° 36, con sede en el municipio
de Pamplona – Norte de Santander, la acción de amparo, era competencia
de los Jueces de categoría de Circuito del lugar donde, en su criterio, se
venía presentando la afectación de los derechos fundamentales del señor
Ojeda Balmacea.

Posteriormente, el Juzgado Penal con Funciones de Conocimiento del


Circuito de Pamplona señaló que “la acción constitucional se instauró
realmente contra el DISTRITO MILITAR N° 36 DE PAMPLONA,
dependencia del Ejercito Nacional, que (…) hace parte de la estructura
del Ministerio de Defensa Nacional (…). Por consiguiente, la
competencia recae en los Tribunales Superiores de Distrito Judicial,
pues así lo dispone expresamente en artículo 1° del Decreto 13 (sic) de
2000 (…).”

Con base en lo anterior, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de


Pamplona – Sala Única decidió devolver la acción de tutela al Juzgado
antes mencionado, por considerar que “las reglas del Decreto 1382 ya
mencionado ‘son simplemente de reparto y no de competencia’ y (…) que
todos los jueces son competentes para conocer acciones de tutela, la
cual es a prevención.” Así las cosas, al considerar improcedente la
declaratoria de incompetencia con sustento en el Decreto 1382 de 2000,
resolvió devolver el amparo al Juzgado Penal del Circuito con Funciones
de Conocimiento de Pamplona.

Finalmente, el Juzgado Penal del Circuito con Funciones de


Conocimiento de Pamplona reiteró sus argumentos frente a la naturaleza
jurídica de la entidad demandada para señalar que es claro que quienes
deben conocer la tutela de la referencia son los Tribunales del Distrito
Judicial, por expresa disposición del Decreto 1382 de 2000. Adujo
adicionalmente, que con base en jurisprudencia constitucional es viable
“excepcionalmente, que cualquier autoridad judicial devuelva el asunto
a quien debe conocer cuando hubo una ‘distribución caprichosa de la
acción de tutela fruto de una manipulación grosera de las reglas de
reparto.”

Con base en los anteriores hechos, la Corte encuentra que en el asunto


que se examina la acción impetrada debe ser resuelta por el Juzgado Civil

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Laboral del Circuito de Caucasia. Lo anterior se sustenta en las siguientes
razones:

En primer lugar, al afirmar el Juzgado Civil Laboral del Circuito de


Caucasia que “el MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL Y EL
EJERCITO NACIONAL DE COLOMBIA, son entidades públicas del
orden nacional, por lo que concluye este Despacho, con fundamento en
lo dispuesto en el artículo 1°, numeral 1, del Decreto 1382 de 2000, que
carece de competencia para el conocimiento de dicha acción
constitucional, toda vez que éste se encuentra asignado, en primera
instancia, a los Tribunales Superior de Distrito Judicial, Administrativos
y Consejos Seccionales de la Judicatura”, desconoce abiertamente el
precedente constitucional consolidado por la jurisprudencia de la Corte
Constitucional que ha señalado que la citada normativa solamente
contiene reglas administrativas de reparto, pues son únicamente los
artículos 86 de la Constitución Política y 37 del Decreto 2591 de 1991,
los que fijan los parámetros relativos a la competencia, en tanto se trata
de un tema que no puede ser objeto de desarrollo en el marco de la
potestad reglamentaria de la que es titular el Presidente de la República.

De allí que sea necesario advertir al citado funcionario judicial que en


adelante deberá acatar debidamente la consolidada línea jurisprudencial
que en materia de conflictos de competencia tiene trazada la Corte, a fin
de evitar que en el futuro adopte decisiones en el mismo sentido.

En segundo lugar, porque la actora decidió presentar la demanda en su


lugar de residencia, ciudad en donde estima que se surten los efectos de
la vulneración que acusa, debido a las dificultades que le implica
desplazarse a otras ciudades del país, pues reside en Caucasia-Antioquia,
y la entidad que resuelve su petición está domiciliada en Pamplona-Norte
de Santander. Bajo tal situación, recuerda la Sala que la jurisprudencia
de esta corporación con fundamento en el principio de interpretación pro
homine, ha considerado que existen varias posibilidades para determinar
la competencia por el factor territorial: pues bien, el o la accionante
puede presentar la solicitud de amparo (i) ante el juez con jurisdicción en
el lugar donde ocurriere la violación o amenaza que la motivare; o a su
elección, (ii) ante el juez con jurisdicción en el lugar donde se produjeren
sus efectos. En el presente asunto, la accionante consideró que los efectos
de la presunta vulneración que dio origen al trámite de tutela, tuvo lugar
en el lugar de su domicilio, esto es Caucasia, y por ende eligió a los
jueces de dicha ciudad.

Adicionalmente, la Corte estima importante reiterar que la competencia no


se determina por la naturaleza jurídica de la entidad demandada, la cual

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simplemente se utiliza de referente para realizar un adecuado y equitativo
reparto de las acciones de amparo del país, según lo dispuesto en el Decreto
1382 de 2000. En este mismo sentido, tampoco es factor de competencia
territorial el domicilio de la entidad, por cuanto en la acción de tutela el
juez constitucional debe únicamente seguir las reglas que ha establecido
esta Corporación para determinar la competencia territorial o a prevención,
esto es, el lugar de ocurrencia de la vulneración de derechos fundamentales
o donde se surtieren sus efectos, bajo el entendido que todos los jueces en
el respectivo ámbito territorial resultan competentes para conocer del
amparo.

En estos términos, esta Sala considera que el asunto materia de amparo


debe ser resuelto por el Juzgado Penal del Circuito con Funciones de
Conocimiento de Caucasia, en tanto en el sub examine lo que sostuvo el
mencionado juez fue una supuesta inobservancia de las normas de reparto
previstas en el Decreto 1382 de 2000, lo cual no es justificación para que se
declare incompetente para conocer de la acción de tutela. Todo lo contrario,
dicho Juez debió observar que los efectos de la presunta vulneración de los
derechos del actor se presentaron en el lugar de residencia de la
demandante, que corresponde a su jurisdicción, y en consecuencia con
fundamento en la competencia a prevención, avocar de manera inmediata
el conocimiento del asunto para adoptar de la forma más expedita la
decisión a que hubiera lugar. Una interpretación en sentido contrario sería
atentatoria de los principios de eficacia de los derechos fundamentales y de
la sumariedad, celeridad e informalidad del procedimiento propios de la
acción de tutela.

Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, la Sala dejará sin


efectos el auto de fecha 26 de febrero de 2013, mediante el cual el
Juzgado Civil Laboral del Circuito de Caucasia se declaró incompetente
para conocer de la presente acción de tutela. En consecuencia, se
devolverá el expediente a dicho despacho, para que de forma inmediata,
continúe el trámite de primera instancia y profiera decisión de fondo
respecto del amparo solicitado, conforme a las previsiones del artículo 86
de la Constitución Política y del Decreto 2591 de 1991.

III. DECISIÓN

Con base en las anteriores consideraciones, la Sala Plena de la Corte


Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones constitucionales y
legales,

RESUELVE:

11
Primero: DEJAR SIN EFECTOS el auto de fecha 26 de febrero de
2013, mediante el cual el Juzgado Civil Laboral del Circuito de Caucasia,
mediante el cual se declaró incompetente para conocer de la presente
acción de tutela.

Segundo.- DEVOLVER al Juzgado Civil Laboral del Circuito de


Caucasia, el expediente de la referencia para que, de forma inmediata,
continúe el trámite de primera instancia y profiera decisión de fondo
respecto del amparo solicitado, conforme a las previsiones del artículo 86
de la Constitución Política y del Decreto 2591 de 1991.

Tercero.- Por Secretaría General, COMUNICAR al Tribunal Superior


de Antioquia-Sala Penal, al Juzgado Penal del Circuito con Funciones de
Conocimiento de Pamplona, y al Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Pamplona, la decisión adoptada en esta providencia con el fin de que
tenga conocimiento sobre lo aquí resuelto por la Corte Constitucional.

Comuníquese, notifíquese y cúmplase.

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO


Presidente

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO


Magistrada Magistrado

NILSON PINILLA PINILLA GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO


Magistrado Magistrado
Ausente con permiso Ausente en comisión

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB


Magistrado Magistrado
Ausente en comisión

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ALBERTO ROJAS RÍOS LUIS ERNESTO VARGAS SILVA
Magistrado Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA DE MONCALEANO


Secretaria General

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