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CERVICITIS

Qué es
La cervicitis es una afección que conlleva la inflamación del cuello del útero. Este
cuello uterino está situado en la parte baja de la matriz y, por tanto, en la parte superior
de la vagina. Lo atraviesa el canal cervical, que permite que la sangre del periodo
menstrual o un bebé pasen de la matriz hacia la vagina.

Además de la cervicitis, existen otras patologías que pueden afectar al cuello uterino:

 Cáncer de cérvix: que comienza en el cuello del útero y está considerado el


tercer tipo de cáncer más común entre las mujeres.

 Neoplasia intraepitelial cervical o displasia: se refiere a cambios anormales en


las células de la superficie del cuello uterino. Estos cambios no implican un
cáncer pero si pueden considerarse precancerosos.

 Pólipos de cérvix: son neoplasias que se forman en la parte inferior del útero
que conecta con la vagina y están producidos por causas desconocidas.
 Embarazo ectópico: es aquel que se produce fuera del útero y se considera una
patología potencialmente mortal para la madre.

Causas
La cervicitis, en términos generales, está producida por una infección contraída durante
la actividad sexual. Las infecciones de transmisión sexual (ITS) que pueden causar esta
patología son:

 Clamidia: afecta tanto a hombres como a mujeres y puede producir daños


graves y permanentes en el aparato reproductor de una mujer, además de
embarazos ectópicos.

 Gonorrea: esta infección también puede afectar tanto a hombres como a


mujeres y puede propagarse a los genitales, el recto o a garganta.

 Herpes genital: causado por el virus denominado herpes simple de tipo 2.

 Verrugas genitales: son masas en la piel de las membranas mucosas de los


genitales que se pueden encontrar en el pene, la vulva, la uretra, la vagina, el
cuello uterino y dentro o alrededor del ano.

 Tricomoniasis: está causada por un parásito protozoario denominado


trichomonas vaginalis y resulta casi asintomático.

Además de las infecciones de transmisión sexual, existen otros factores que pueden
causar la cervicitis, tales como alergias a los espermicidas o al látex de los condones,
exposición a un químico o la implantación de determinados dispositivos en el área
pélvica.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Dentro de las manifestaciones de esta enfermedad se encuentran las siguientes:

 Sangrado vaginal anormal en los momentos posteriores a mantener relaciones


sexuales, después de la menopausia o entre menstruaciones.

 Relaciones sexuales que resultan dolorosas para la mujer y dolor vaginal


constante.

 Presión en la pelvis.
 Flujo vaginal que no desaparece y que puede presentarse con diferentes
tonalidades: gris, blanco o amarillo.

En el caso de que también se produzca una inflamación de los ligamentos que sostienen
los órganos pélvicos, puede presentarse dolor de espalda, dismenorrea o menorrea
(menstruación abundante).

Prevención
En lo que respecta a la prevención de esta patología, las medidas que recomiendan los
especialistas son muy variadas y llevarlas a cabo correctamente puede reducir casi por
completo el riesgo de sufrir cervicitis.

En primer lugar, es importante evitar los irritantes químicos, es decir, productos como
los tampones con desodorante o las duchas vaginales.

Es importante constatar que cualquier objeto extraño que se introduzca en la


vagina como, por ejemplo, un tampón, esté perfectamente colocado, para lo que será
necesario que la paciente siga las recomendaciones de fábrica referidas a la forma de
colocarlo y el tiempo que deberá permanecer en el organismo.

Se aconseja mantener relaciones monógamas en las que la persona tenga la certeza de


que su pareja sexual no padece ninguna infección de transmisión sexual.
Evidentemente, el método más radical para no sufrir ninguna patología de este tipo es
abstenerse de mantener relaciones sexuales.

Por otro lado, se recomienda el uso de métodos anticonceptivos (el más seguro es el
preservativo) a la hora de mantener relaciones sexuales, ya que esto reduce
considerablemente el riesgo de contraer este tipo de enfermedades tanto en hombres
como en mujeres.

Tipos
Actualmente, no existe una clasificación por tipos de esta afección.

Diagnóstico
Para detectar si la paciente padece cervicitis, el especialista llevará a cabo las siguientes
pruebas diagnósticas:

 Examen clínico: que incluye un examen de la vagina para poder observar


cambios patológicos y detectar la presencia de secreciones cervicales.

 Prueba bacteriológica de la secreción cervical: también un posible cultivo y un


examen de la sensibilidad a determinados antibióticos para determinar la
etiología de la infección.

 Colposcopia: que implica una inspección del cuello del útero a través de un
instrumento óptico que mejora la imagen.
Esta patología suele detectarse tras la realización del examen clínico, que hace visibles
cambios inflamatorios, lesiones ulcerosas, deformidades o secreciones del cuello
uterino.

El diagnóstico de la cervicitis se establece a través de la colposcopia y de una prueba


de Papanicolaou (también denominada citología vaginal).

Además, el especialista también realizará pruebas para detectar la presencia de alguna


infección de transmisión sexual como la gonorrea o la clamidia.

Tratamientos
El tratamiento dependerá de las causas que han provocado esta afección. Si se ha
producido por una ITS de carácter bacteriano, ésta será tratada con antibióticos y, en el
caso de las infecciones por herpes, causadas por el virus del herpes simple, con
antivirales.

En el caso de que estos tratamientos no hayan funcionado o la afección se prolongue


durante un intervalo de tiempo más amplio, el tratamiento incluirá los siguientes
procedimientos:

 Criocirugía: en el que se congela y destruye el tejido anormal en el cuello


uterino.

 Electrocauterización: proceso en el que se calientan los tejidos con electricidad


para extirpar tejidos dañinos.

 Terapia con láser: se emplea un rayo de luz intenso para aplicar cortes,
cauterizar y destruir el tejido.

Otros datos

La cervicitis puede provocar que la paciente sienta dolor al mantener relaciones sexuales.

Existen múltiples factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecer


cervicitis, entre los que se encuentra un comportamiento sexual de alto riesgo, que
incluye tener múltiples parejas sexuales o mantener relaciones con personas que han
tenido relaciones de riesgo.

Además, tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual o tener relaciones


sexuales a una edad temprana, también suponen un aumento del riesgo de contraer la
afección.

La mayoría de las veces, se cura con la aplicación del tratamiento adecuado si se


encuentra la causa y existe la forma de erradicarla. Pero esta patología puede
permanecer en el organismo de meses a años y puede ser la causa de que la paciente
sienta dolor al mantener relaciones sexuales, lo que se denomina dispareunia.
En lo que respecta a las complicaciones, si se produce una inflamación crónica del
cuello del útero, ésta puede causar estenosis cervical que puede derivar a su vez en
infertilidad. Además, la irritación crónica puede favorecer la aparición de cáncer de
cuello uterino.

Cervicitis: causas, síntomas, diagnóstico,


complicaciones y tratamiento
La cervicitis, un término que se refiere a la inflamación de todo el cuello uterino, es
muy común en la patología clínica. Debido al daño inflamatorio que provoca en el área,
no es de extrañar que también se acompañe de vaginitis, es decir, inflamación en la
vagina. De ahí que muchos médicos prefieren el término colpitis, que significa
inflamación cérvico-vaginal. Se estima que la colpitis es la causa de aproximadamente
un tercio de las citas ginecológicas. Según su evolución la cervicitis puede ser aguda o
crónica.

¿Qué es la cervicitis?

La cervicitis se refiere a la inflamación del cuello uterino. Típicamente puede producir


sangrado anormal entre períodos menstruales y cambios en el flujo vaginal.
Comúnmente es el resultado de una infección de transmisión sexual, aunque también
puede desarrollarse a partir de causas no infecciosas.

El cuello uterino es el segmento inferior del útero, que es visible a través de la vagina.
Es una parte importante del tracto genital femenino y cumple con varias funciones,
como:

 La función menstrual: el cuello del útero es un canal a través del cual fluye la
sangre desde el útero. En los casos de ausencia congénita del cuello uterino o de
su obstrucción, la sangre menstrual se estanca en el útero. (Te puede interesar:
El rol del cuello uterino en el dolor menstrual)
 La función estática: gracias a su ubicación entre el útero y la vagina, mantiene
una posición normal de los órganos pélvicos.
 La función sexual: con una rica inervación, el cuello del útero estimula la
secreción de algunas hormonas y la secreción de la glándula cervical.
 La función de fertilización: por su composición las secreciones de las glándulas
endocervicales favorecen el ascenso de los espermatozoides. (Ver: La posición
cervical: un signo adicional de fertilidad)
 Embarazo: el cuello uterino es muy importante durante el embarazo y el parto,
ya que funciona como una barrera entre el útero y la vagina.

Teniendo en cuenta todas estas funciones, la prevención y el tratamiento de


enfermedades del cuello uterino puede traer muchos beneficios para la salud femenina.

Causas de la cervicitis

Las causas de la cervicitis son muy variables, pero a menudo están determinadas por:
 La infección por Chlamydia trachomatis (clamidia)
 La infección por trichomonas vaginalis (tricomoniasis)
 La tricomoniasis asociada con candidiasis
 La gonorrea
 El virus del herpes simple
 El virus del papiloma humano (VPH)

Otras causas menos comunes son la micosis, la sífilis, la tuberculosis y el micoplasma


genital.

Factores de riesgo de la cervicitis

Generalmente el surgimiento de la cervicitis es favorecido por los siguientes factores:

 Infecciones cérvico-vaginales
 Trauma obstétrico, que ocurre durante el nacimiento (traumatismo cervical)
 Trauma local secundario por contacto sexual, o por uso de tampones
 Dispositivo intrauterino (DIU)
 Defectos congénitos ectópicos (el epitelio glandular del canal cervical sale fuera
del orificio externo del cuello uterino)
 Maniobras locales: legrado, histeroscopia, etc.

Signos y síntomas de la cervicitis

El síntoma principal de la cervicitis crónica es el enrojecimiento cervical con leucorrea,


una secreción vaginal constante, no muy abundante, que a veces puede contener ranuras
de sangre. Su color y su aspecto pueden variar en dependencia del agente etiológico
implicado. Por lo general esta condición transcure sin causar dolor, fiebre o trastornos
menstruales, incluso puede evolucionar durante años, pero si los ligamentos que
sostienen los órganos pélvicos también se inflaman, entonces puede presentarse dolor
de espalda, dismenorrea, dispareunia (relaciones sexuales dolorosas), menorragia
(menstruación abundante). La inflamación local provoca cambios en el moco cervical,
que pueden afectar a los espermatozoides y su ascenso, pudiendo derivar en la
infertilidad.

Investigaciones y diagnóstico

Los métodos utilizados para la investigación de enfermedades del cuello uterino son:

 El examen clínico o examen vaginal, mediante el cual el médico observa


cambios patológicos y posiblemente la presencia de secreciones cervicales.
 El examen bacteriológico de la secreción cervical y posiblemente el cultivo y
prueba de sensibilidad ante ciertos antibióticos para determinar la etiología de la
infección.
 La citología vaginal, que revela cambios citológicos.
 La colposcopia, un método de inspección del cuello del útero. Durante la
colposcopia se suele realizar la prueba de Lugol, que consiste en aplicar una
solución a la mucosa cervical.
 El examen anatomopatológico, donde se toma una biopsia de la mucosa por
conización o legrado endocervical.
Diagnóstico de la cervicitis

La cervicitis crónica se sospecha tras el examen clínico que pone de relieve cambios
inflamatorios, lesiones ulcerosas, deformidades o secreciones del cuello uterino. El
diagnóstico de certeza de la cervicitis crónica es determinado por una colposcopia y una
prueba de Papanicolaou. (Ver: Todo lo que quieres saber sobre el examen
ginecológico anual)

Complicaciones de la cervicitis

La cervicitis puede progresar durante años, con una leucorrea más o menos abundante, a
menudo sin presentarse dolor, fiebre, trastornos menstruales o dificultades para la vida
sexual, sin embargo a veces la cervicitis se puede complicar por la inflamación de los
órganos pélvicos cercanos. La inflamación de los ligamentos que sostienen el útero y
los órganos pélvicos puede causar dolor abdominal, dismenorrea, dispareunia,
menorragia. La salpingitis (inflamación de la trompa de Falopio), puede causar
infertilidad, obstrucción tubárica secundaria y procesos inflamatorios. Las
infecciones urinarias crónicas también son comunes.

La inflamación crónica del cuello del útero puede causar estenosis cervical, y derivar en
infertilidad; también puede contribuir al desarrollo del cáncer de cuello uterino. Por lo
tanto, el tratamiento de la cervicitis crónica puede ser considerado como una medida
profiláctica en la lucha contra el cáncer de cuello uterino.

Tratamiento de la cervicitis

El tratamiento de la cervicitis crónica puede dividirse en dos etapas. La primera fase


consiste en un tratamiento médico etiológico, cuyo objetivo es erradicar la infección.
En caso de ser necesario, el siguiente paso incluye un procedimiento quirúrgico que
puede ser uno de los siguientes:

 Electrocauterización
 Crioterapia
 Terapia con láser
 Escisión con asa
 Conización
 Amputación del cuello uterino

Todos estos métodos destruyen o extirpan los tejidos modificados por la cervicitis. Es
importante tener en cuenta que los síntomas mejoran después de varios días de
tratamiento médico, pero esto no coincide con la desaparición de los cambios en los
tejidos, por lo que el tratamiento debe ser completado hasta el final.

Tratamiento médico: el objetivo del tratamiento médico, en primer lugar, es erradicar


la infección, dependiendo del agente etiológico y su sensibilidad a los antibióticos o
medicamentos antimicóticos orales. A continuación se recomienda un tratamiento para
la curación de la mucosa, pero en la mayoría de los casos no logra curar completamente
las lesiones, por lo que la paciente puede requerir un tratamiento quirúrgico si los
cambios cervicales persisten después de 2 meses tras eliminar la infección.
Cirugía: la cirugía se suele realizar en los primeros días después de la menstruación,
para dar tiempo a que la cicatriz se cure antes de la siguiente menstruación, previniendo
así cualquier infección. Previo al procedimiento se requiere un examen ginecológico
para excluir una inflamación aguda del cuello del útero, condición que requiere
posponer el procedimiento debido al riesgo de extender la inflamación. Dependiendo de
la edad, profundidad de la lesión o la aparición de cambios colposcópicos y citológicos,
se puede realizar uno de los siguientes procedimientos:

Electrocauterización. Es el procedimiento que se utiliza con mayor frecuencia y en él


se coagulan los tejidos (quemados) bajo el efecto calórico de una corriente alternativa.
Se lleva a cabo en los primeros días después de la menstruación. No se requiere
anestesia local, ya que en el cuello del útero hay pocas terminaciones nerviosas. Antes
de realizar un electrocauterio se requiere un examen pélvico con antelación para excluir
estados que contraindiquen este procedimiento, como el embarazo, la inflamación aguda
o subaguda y estados febriles en general. Se recomienda hacer reposo en cama durante
las primeras 48 horas después del procedimiento, así como seguir un tratamiento con
antibióticos orales durante los primeros 5 días para evitar la reactivación de una
infección latente.

En el cuello del útero, precisamente en el lugar donde se realizó la electrocauterización,


se formará una costra que se desprenderá en 3-4 semanas. Durante esta etapa se
presenta un flujo vaginal sucio, que puede ser seguido por una secreción sanguinolenta,
no muy abundante, durante 10-15 días. La recuperación total se logra en
aproximadamente 6 semanas, durante las cuales se recomienda hacer reposo sexual.
Para promover la curación se puede administrar vitamina C por vía oral.

Crioterapia. El tejido patológico se destruye a una profundidad de 3-4 mm, por


congelación, utilizando dióxido de carbono, nitrógeno y freón líquido.

Terapia con láser. Un método moderno mediante el cual las células se vaporizan, sin
causar necrosis de los tejidos, ni úlceras de decúbito. Por lo tanto no queda ninguna
secreción posterior como en el caso de la electrocauterización.

Escisión con asa utilizando corriente elétrica. El área modificada se elimina con la
posibilidad de realizar biopsias.

Conización. Se extirpa una porción de la mucosa del cuello uterino. Este método se
utiliza para viejas lesiones recurrentes y lesiones displásicas.

Amputación de cuello uterino. Es la extirpación quirúrgica del cuello uterino en caso


de displasia cervical asociada a la hipertrofia.

Otras personas han consultado: Secreción vaginal amarilla; Descarga vaginal


verde: 5 causas típicas; Sobre el sangrado vaginal después del sexo; Tengo miedo,
no quiero ir al ginecólogo

Cómo curar la cervicitis


4 partes:Diagnosticar cervicitisTratar la cervicitis infecciosa con medicamentosTratar la
cervicitis no infecciosa con cirugíaTratar los síntomas de la cervicitis en casa

La cervicitis es una inflamación o infección que afecta al cuello uterino, el cual es un


tejido denso que conecta el útero con la vagina. Las causas de la cervicitis obedecen a
múltiples factores, incluidas las infecciones de transmisión sexual, las alergias y las
irritaciones químicas o físicas.

Para tratar la cervicitis de manera efectiva, tu doctor deberá identificar la causa de la


infección y, en consecuencia, sugerir tratamientos específicos.

Parte 1

Diagnosticar cervicitis

1.

Averigua cuáles son los síntomas de la cervicitis. En algunas mujeres, la


cervicitis no presenta síntomas. Por este motivo, es posible que no te des cuenta
de que la tienes hasta que tu doctor descubra un problema durante tu examen
ginecológico de rutina. Sin embargo, muchas mujeres sí presentan síntomas, los
cuales incluyen:

o Descargas vaginales anormales con olor o con una coloración grisácea o


amarillenta
o Sangrado vaginal ligero entre periodos menstruales o después de las
relaciones sexuales
o Una sensación de pesadez en el abdomen bajo, en especial, durante las
relaciones sexuales
o Una sensación de ardor o picazón al orinar
2.

Permite que tu doctor te realice un examen pélvico. Los síntomas de la


cervicitis pueden confundirse fácilmente con los síntomas de otras
enfermedades. No intentes diagnosticar la cervicitis por ti misma. Consulta con
tu médico de atención primaria o con tu ginecólogo si sospechas que tienes
cervicitis. Si tu doctor sospecha que tienes cervicitis, te realizará un examen
pélvico estándar con ayuda de un espéculo para examinar tu cuello uterino.

o Si tu examen pélvico revela cervicitis, tu doctor ordenará que tomes


pruebas de laboratorio para confirmarla y determinar sus causas. Estas
pruebas pueden incluir el cultivo de una descarga cervical, el cultivo de
células cervicales, pruebas de sangre y, si eres sexualmente activa,
pruebas para infecciones de transmisión sexual, tales como la gonorrea y
la clamidia.
3

Determina las causas de la cervicitis. Con ayuda de las pruebas correctas, tu


doctor podrá identificar la causa de tu cervicitis. Existen dos diferentes tipos de
cervicitis: infecciosa (también conocida como “aguda”) y no infecciosa (también
conocida como “crónica”). La cervicitis infecciosa y la no infecciosa tienen
causas distintas y, por lo tanto, requieren diferentes tipos de tratameinto.

o Casi siempre, la cervicitis infecciosa es causada por un virus que consiste


en una infección de transmisión sexual (ITS), tal como el virus del
papiloma humano (VPH), la gonorrea o la clamidia. Por lo general, este
tipo de cervicitis se trata con medicamentos antivirales.
o La cervicitis no infecciosa puede ser causada por varios motivos,
incluidos los objetos extraños, tales como dispositivos intrauterinos y
capuchones cervicales, una reacción alérgica al látex por haber usado
condones, así como las duchas y lavados vaginales y otros productos que
pueden irritar la vagina y el cuello uterino. Por lo general, este tipo de
cervicitis se trata con antibióticos y la eliminación del agente causante.

Parte 2

Tratar la cervicitis infecciosa con medicamentos

1.

Toma los antibióticos recetados en caso de ITS. Si tu cervicitis infecciosa ha


sido causada por una enfermedad de transmisión sexual como el VPH, la
gonorrea, la clamidia o la sífilis, tu doctor te recetará antibióticos para tratar la
infección.[5]

o Si tienes gonorrea, tu doctor te recetará un antibiótico llamado


ceftriaxona, el cual puede administrarse en una sola inyección de 250
miligramos. En caso de infecciones complicadas o avanzadas, es posible
se requieran dosis más altas o antibióticos orales adicionales. Asimismo,
tu doctor puede recetarte azitromicina o doxiciclina, los cuales se utilizan
para tratar la clamidia. A menudo, se toman estos pasos debido a que los
pacientes están infectados con ambas ITS.
o Si tienes clamidia, tu doctor te recetará un antibiótico llamado
azitromicina, el cual puede administrarse en una dosis oral de 1 gramo.
De manera alternativa, tu doctor podría recetarte eritromicina,
doxiciclina u ofloxacino. Por lo general, estos medicamentos se toman
por siete días. Asimismo, tu doctor te recetará ceftriaxona para tratar la
gonorrea, ya que, a menudo, ambas infecciones coexisten.
o Si tienes tricomoniasis, tu doctor te recetará un antibiótico llamado
Flagyl, el cual puede administrarse en una sola dosis.
o Si tienes sífilis, tu doctor te recetará penicilina. Una única dosis es
suficiente para curar la sífilis en etapas tempranas, cuando la infección
tiene menos de un año. En casos más avanzados, es posible que necesites
inyecciones adicionales u otros tratamientos. Si eres alérgica a la
penicilina, tu doctor te recetará azitromicina.
2.

Toma medicamentos antivirales recetados por un doctor. Si tu cervicitis


infecciosa ha sido causada por un virus como el herpes genital, tu doctor te
recetará medicamentos antivirales para tratar el virus.

o Si tienes herpes genital, tu doctor te recetará un medicamento antiviral


llamado aciclovir, el cual debes tomar por cinco días. De manera
alternativa, tu doctor podría recetarte valaciclovir o famciclovir, los
cuales se administran durante tres días y un día, respectivamente. Si tu
caso es grave o complicado, necesitarás tratamientos adicionales o dosis
más elevadas. Ten en cuenta que el herpes genital es una infección
crónica y que dura toda la vida, de modo que deberás tratar la
enfermedad de manera continua una vez que la hayas contraído.
3.

Asegúrate de que tus parejas sexuales sean tratadas por cervicitis. Si tienes
cervicitis infecciosa y has estado sexualmente activa, todas tus parejas deben
someterse a pruebas y a los respectivos tratamientos. Las infecciones de
transmisión sexual pueden presentarse tanto en hombres como en mujeres sin
evidenciar síntoma alguno. De igual manera, los portadores de ITS que no
reciben tratamiento pueden volver a infectarte en el futuro. Asegúrate de que
todas tus parejas sexuales anteriores vean a un doctor.

4.

Sigue las instrucciones de tu doctor y toma los medicamentos recetados de


la manera correcta. Asimismo, es importante decirle a tu doctor si estás
embarazada (o si es posible que quedes embarazada), si das de lactar o si sufres
de alguna otra enfermedad antes de que te recete algún medicamento.
Comunícate con tu doctor si notas que los medicamentos tienen efectos
secundarios negativos, incluida la diarrea, las náuseas, el vómito y las
erupciones cutáneas.

o La cervicitis se puede convertir en un problema grave y de largo plazo si


no es tratada con los medicamentos correctos y si no le das el tiempo
adecuado para sanar. Con los medicamentos y el tratamiento correctos,
puedes recuperarte completamente de la cervicitis. Sin embargo, en el
caso del herpes genital, deberás comprometerte con el tratamiento de esta
infección crónica que dura toda la vida.

Parte 3
Tratar la cervicitis no infecciosa con cirugía

1.

Considera someterte a la criocirugía. Si sufres de cervicitis no infecciosa


persistente, es posible que debas afrontar el problema con una criocirugía o
también conocida como terapia de frío intenso.

o La criocirugía involucra el uso de frío extremo para destruir el tejido


anormal. En este procedimiento, se inserta una criosonda (un instrumento
que contiene nitrógeno líquido) en la vagina. El nitrógeno frío
comprimido congela el instrumento de metal de tal manera que ese
destruye a los tejidos infectados. El congelamiento se lleva a cabo
durante tres minutos. Luego, se le permite al cuello uterino
descongelarse y el congelamiento se realiza nuevamente durante otros
tres minutos.
o La criocirugía es relativamente indolora, aunque es posible que
experimentes cólicos, sangrado y, en casos más graves, infecciones y
cicatrices. Se espera que, en las dos o tres semanas posteriores a tu
cirugía, presentes descargas acuosas. Esto se debe al desprendimiento del
tejido cervical muerto.
2.

Habla con tu doctor sobre la cauterización. Otro tratamiento quirúrgico


posible para la cervicitis no infecciosa persistente es la cauterización o también
llamada terapia de calor.

o La cauterización es un procedimiento ambulatorio que quema las células


inflamadas o infectadas. Para este procedimiento, te recostarás boca
arriba con tus piernas colocadas en estribos. Luego, el doctor insertará un
espéculo en tu vagina para mantenerla abierta. Seguidamente, limpiará tu
cuello uterino con ayuda de un hisopo vaginal y utilizará una sonda
caliente para destruir los tejidos infectados.
o En estos casos, se puede administrar anestesia para evitar la incomodidad
después de la cauterización. Es posible que experimentes cólicos,
sangrado y descargas acuosas por hasta cuatro semanas. Sin embargo,
debes comunicarte con tu doctor si la descarga presenta un olor fétido o
si el sangrado es profuso.
3.

Pregúntale a tu doctor sobre la terapia láser. Un tercer tratamiento quirúrgico


posible para tratar la cervicitis no infecciosa persistente es la terapia láser.
o Por lo general, la terapia láser se realiza en una sala de operaciones con
anestesia general e involucra el uso de un rayo láser intenso para quemar
o destruir los tejidos anormales. Asimismo, se inserta un espéculo en la
vagina para mantenerla abierta. Luego, se apunta el rayo láser hacia
cualquier tejido anormal.
o La anestesia limitará tu incomodidad durante la realización del
procedimiento. Es posible que presentes cólicos y descargas acuosas y
con sangre por dos o tres semanas luego de la cirugía. Comunícate con tu
doctor si esta descarga tiene un olor fétido, si el sangrado incrementa o si
sientes dolor pélvico.

Parte 4

Tratar los síntomas de la cervicitis en casa

1.

Abstente de la actividad sexual. Ten en mente que no es posible curar la


cervicitis sin atención médica, en especial, si es infecciosa. Sin embargo, puedes
tomar determinados pasos en casa para sentirte más cómoda y hacer que los
tratamientos recetados por el doctor funcionen de manera efectiva. Es
importante que te abstengas de la actividad sexual hasta que tu doctor confirme
que ya te has curado de la infección.

o Si tu cervicitis es infecciosa, debes evitar esparcir la bacteria o el virus.


Incluso si tu cervicitis es no infecciosa, debes evitar el coito, ya que esto
podría irritar aún más tu cuello uterino y empeorar tus síntomas.
2. 2

Evita cualquier irritante vaginal. No utilices productos que puedan generar


irritación o inflamación en tu vagina o tu cuello uterino, entre los cuales figuran
los tampones y las duchas vaginales.

o Utiliza toallas higiénicas en lugar de tampones.


o No utilices jabones, aerosoles ni lociones con olor. Estos y otros
productos pueden causar irritación.
o No utilices un diafragma como método anticonceptivo.
3. 3

Utiliza ropa interior cómoda y de algodón. Evita utilizar ropa interior apretada
y fabricada con telas sintéticas, ya que esto puede generar irritación y la
acumulación de humedad en el área genital. Busca ropa interior hecha de 100 %
algodón para permitirle a tu área genital respirar y permanecer limpia.

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