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Las células efectoras de la insulina poseen un receptor que está formado por una combinación de
4 subunidades enlazadas por puentes disulfuro: 2 subunidades α ubicados fuera de la membrana
celular; y 2 subunidades β transmembrana que sobresalen en el interior del citoplasma celular. La
insulina se une a las subunidades α del exterior, esto provoca la autofosforilación de la
subunidades β, ya que se encuentran unidas a las subunidades α. Las unidades β fosforiladas
activan a la tirosina Cinasa intracelular, que a su vez fosforila a otras enzimas que forman parte de
un grupo de sustratos llamado Sustratos del receptor de insulina (IRS). El efecto neto es la
activación de algunas enzimas y la inactivación de otras.
Favorece la captación y el metabolismo muscular de la glucosa. En gran parte del día, el músculo
obtiene su energía a partir de los ácidos grasos, ya que la membrana de los miocitos en reposo es
impermeable a la glucosa, excepto cuando existe estímulo insulínico; pero la secreción insulínica
entre las comidas es muy escasa para propiciar una entrada importante de glucosa a los
músculos.
Sin embargo, hay 2 situaciones en donde el músculo consume mucha glucosa: 1) durante el
ejercicio intenso o moderado, donde no se necesita de insulina porque las fibras musculares que
se ejercitan se hacen permeables a la glucosa, por la simple contracción; y 2) luego de las
comidas, en presencia de insulina aumenta la captación de glucosa, por lo que el miocito utiliza la
glucosa en lugar de los ácidos grasos.
El hígado libera glucosa entre las comidas. El hígado extrae glucosa de la sangre cuando esta se
acumula en exceso luego de una comida, y la devuelve a la sangre cuando esta desciende por los
periodos de ayunas. Casi el 60% de la glucosa de la dieta se deposita en el hígado y luego se
libera. Cuando termina una comida, la glucemia empieza a descender, por lo que el hígado libera
glucosa hacia la sangre:
1. El descenso de la glucosa hace que el páncreas reduzca la secreción de insulina.
2. La falta de insulina interrumpe la síntesis de glucógeno en el hígado e interrumpe la captación
de glucosa sanguínea.
3. La falta de insulina y la presencia de glucagón activan a la fosforilasa hepática para iniciar la
degradación del glucógeno en glucosa fosfato.
4. La enzima glucosa fosfatasa, que estaba inhibida por la insulina, se activa y provoca la
separación entre la glucosa y el radical fosfato, por lo que la glucosa puede volver a la sangre.
Efecto de la insulina sobre el metabolismo de carbohidratos en otras células. En todas las células,
excepto en las encefálicas, fomenta el ingreso de glucosa. El transporte de glucosa a las células
adiposas aporta la fracción del glicerol de la molécula grasa. Por tanto la insulina fomenta el
depósito de grasa en estas células.
El consumo exagerado de grasas durante la falta de insulina provoca cetosis y acidosis. La falta
de insulina causa también una síntesis exagerada de ácido acetoacético; porque el exceso de
ácidos grasos en los hepatocitos activa el mecanismo de la cartinina para el transporte de ácidos
grasos en las mitocondrias. En ellas, con la oxidación β de los ácidos grasos, se liberan grandes
cantidades de acetil CoA. El acetil CoA en exceso se condensa a ácido acetoacético, que luego
pasa a la sangre. Este ácido penetra en las células periféricas, y se convierte de nuevo en acetil
CoA con fines energéticos.
Pero lo que provoca la acumulación de ácido acetoacético es la escasa utilización del mismo por
las células periféricas, debido a la acción de la insulina. Entonces, el hígado libera grandes
cantidades de ácido acetoacético que los tejidos no pueden metabolizarlo. El ácido acetoacético
se convierte también en ácido β-hidroxibutírico y acetona, estas sustancias se denominan cuerpos
cetónicos, y su exceso se denomina cetosis.
1. La insulina estimula el transporte de muchos aminoácidos al interior celular, como Val, Leu, Ile,
Tyr y Phe
Luego, la glucosa-6P se oxida a ATP. El ATP inhibe a los canales de K+ sensibles a ATP
cerrándolos, el cierre de estos canales despolariza la membrana celular, lo que causa la
apertura de los canales de Ca2+ controlados por voltaje. El Ca2+ que entra estimula la fusión de las
vesículas llenas de insulina con la membrana plasmática para su secreción mediante
exocitosis.
Aparte de la glucemia, existe otros factores que desencadenan la secreción de insulina como:
aumento de ácidos grasos libres en sangre, aumento de aminoácidos en sangre, hormonas
gastrointestinales (gastrina, CCK, secretina, GIP), glucagón, cortisol, hormona de crecimiento,
acetilcolina, estímulo β-adrenérgico, sulfonilureas, resistencia a la insulina: obesidad.
El glucagón es secretado por las células alfa de los islotes de Langerhans cuando disminuye la
glucemia y cumple funciones opuestas a la insulina, como elevar la glucemia. Es una hormona
hiperglucemiante
Las células delta de los islotes de Langerhans secretan la hormona somatostatina, una hormona
con una semivida muy corta de tan solo 3min. Los factores relacionados con la ingestión de
alimentos estimula la secreción de esta hormona: 1) aumento de la glucemia; 2) aumento de los
aminoácidos; 3) aumento de los ácidos grasos y 4) aumento de la concentración de hormonas
gastrointestinales. Además, la somatostatina ejerce efectos inhibidores como:
1) Actúa en los islotes de Langerhans, inhibiendo la secreción de insulina y glucagón.
2) Reduce la motilidad del estómago, duodeno y vesícula biliar
3) Disminuye la secreción y absorción por el tubo digestivo
La función principal de la somatostatina sería la de ampliar el periodo de asimilación de los
nutrientes hacia la sangre; reduce la utilización de los nutrientes y evita su desaparición rápida.
Cabe recordar que la somatostatina también es secretada por el hipotálamo y es la misma
sustancia que la hormona inhibidora de la hormona de crecimiento.
Regulación de la glucemia
La glucemia normalmente oscila entre 80-90mg/100ml por la mañana en ayunas, y se eleva hasta
120-140mg/100ml en la primera hora luego de una comida, donde los sistemas de
retroalimentación la devuelve a valores normales a las 2h.
1) El hígado actúa como un amortiguador de la glucemia, ya que deposita glucosa en forma de
glucógeno cuando existe hiperglucemia debido a la ingesta de alimentos; y horas después
cuando la glucemia empieza a descender, el hígado devuelve la glucosa depositada a la
sangre.