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Revista Estudios. Universidad de Costa Rica. No. 18-19. pág. 123-136.

ISSN: 1659-1925 I 2004-2005

LOS FUNDAMENTOS DEL NAZISMO: ¿EL FIN DE LAS UTOPÍAS?


LA CRÍTICA DE FRANZ J. HINKELAMMERT A NIETZSCHE
y A HEIDEGGER

Yohnny Azofeifa Sánche;

Sin duda uno de los temas centrales y más de la Filosofía del siglo XIX, un comentarista
interesantes de la historia de las ideas, vendría a señala que:
constituirlo el estudio y la discusión de la posible
relación entre los grandes pensadores y el impac- "Martín Heidegger proporciona una penetra-
to real de su práctica poi ítica, en este sentido ción casi sin rival en las concepciones fun-
uno de los debates que en los últimos años más damentales de Nietzsche: la muerte de Dios,
ha alborotado el gallinero filosófico ha sido la la voluntad de poder, el eterno retorno y el
discusión respecto a las motivaciones y razones nihilismo. Es su pionero enfrentamiento con el
que llevaron al considerado "rey secreto del pen- pensamiento de Nietsche, Heidegger argumen-
samiento del siglo veinte" Martín Heidegger a ta que la filosofía de Nietsche culmina en un
apoyar y a nunca retractarse de su adscripción al vano deseo. Enraizado en la misma concepción
movimiento nacional-socialista. espiritual que Nietzche trataba de vencer, de
Uno de los aspectos más analizados en una forma suprema de dominio. Heidegger,
dicha discusión, es la lectura e interpretación que que consideraba a Nietzshe sobre todo como
hace Heidegger del pensamiento de otro autor un "pensador metafísico", en realidad "el últi-
fundamental, llamado uno de los maestros de la mo metafísico de Occidente", muestra que las
sospecha Federico Nietzshe, señalado asimismo, supremas cuestiones suscitadas por la filosofía
autor cercano a dicha ideología. de Nietzsche giran en torno a problemas meta-
Este artículo pretende anal izar la lectura físicos fundamentales. Sin embargo, Heidegger,
que hace el pensador latinoamericano Franz J. creo yo, caracteriza equivocadamente la signifi-
Hinkelammert de la relación de estos autores con cación de las intenciones morales que motivan
los fundamentos del nazismo y de su papel en la las exploraciones filosóficas de Nietzsche y
vigente discusión respecto al tema del fin de las malinterpreta los resultados de sus traicioneras
utopías. Congruentes con el mejor espíritu filo- investigaciones". (Berkowitz; 200, 26-27)
sófico de todas las épocas, y en consonancia con
el propósito de buscar la verdad -en el sentido Agregando más adelante, esta significati-
griego de alethela- creemos y buscamos aportar va valoración:
al ejercicio de levantar los velos existentes en
este proceso de deconstrucción respecto a estos "Heidegger proyectaba un esquema restrtcttvo
temas, sobre todo en autores tan admirados y de su propia creación en el pensamiento de
significativos en nuestro medio intelectual. Nietzsche, que si bien reveló una buena medida,
Refi riéndose a la relación entre estos pensa- también oscureció en una buena medida. Con
dores que sin duda marca el decurso de la historia asombrosa ironía, la manipulación, explotación
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y uso selectivo por Heidegger deploraba, pre- como si su "meditación" fuera en lo sucesivo
tendía querer superar y afirmar encontrar en demasiado profunda para mantener la menor
su forma más avanzada en el pensamiento de relación con la historia real de los hombres o con
Nietzsche", (Berkowitz,2000, 29) las peripecias terrenales. Abandonando la huma-
nidad al pernicioso dominio de la técnica, pasa
Esta discutible situación, acerca de la el resto de su vida en esculpir para la posteri-
interpretación heideggeriana del pensamiento dad un personaje de "pensador" incomprendido,
nietzschano, ha hecho que l!Jl historiados de la condenado al exilio interior, sin prácticamente
filosofía del siglo XX, señale que: ningún interlocutor válido fuera de Heráclito o
Holderlin" (Delacampagne 1999, 197).
"Tan vagas como arbitrarias, esas tesis tendrán
por lo menos una utilidad: permitir a Heidegger
no ser realmente molestado ni antes ni después RETRATO DE UN HOMBRE
de /945. Elfilósofo será capaz de escapar tanto QUE SE CREYÓ DESTINO
de las críticas de los nazis "biologirantes" como
a las de los antinazis. Doble juego inquietante. Hinkelmmert retrata de esta manera a
La simple verdad -a saber, que la interpretación Nietzsche:
de Nietzsche habrá constituido una apuesta
decisiva en las luchas de facciones en el seno Nietzsche es un hombre pacifico, aunque algo
del NSDAP-, por toda suerte de razones, está pedante y caprichoso. Le gusta ir de paseo
aún lejos de ser admitida por el conjunto de caminando, ama las montañas, ama a los ani-
la comunidad heideggeriana" (Delacompagne, males y no hace daño a nadie. Como quiere a los
/999, 196). animales no está dispuesto a cazarlos. Cuando
va como soldado a la guerra franco-alemana
Oponiéndose a interpretaciones salvacio- de /870-72, lo designan como enfermero militar
nistas, que pretenden ignorar y subvalorar el y no como soldado activo. Es probablemente la
compromiso con el movimiento nacionalsocia- manera más honrada de participar en una gue-
lista, dicho autor agrega que: rra, no obstante Nietzsche la percibe como una
derrota. Tiene una salud muy débil, y por eso
"Por lo demás, a partir de 1945 Heidegger tiene que cuidarse mucho con la comida y con
toma un creciente número de precauciones para la bebida. De hecho, su salud le inhibe a tomar
frustrar toda investigación demasiado precisa bebidas alcohólicas. Él es parte de la burocracia
sobre la realidad de sus anteriores combates. educacional de Suiza, y recibe un sueldo como
La Carta sobre el humanismo, por ejemplo, profesor de la Universidad Estatal de Basilea.
es testimonio de sus primeras tentativas para Cuando a temprana edad, por razones de salud,
explicar que su antihumanismo surge de hecho no puede seguir trabajando, recibe una pensión
de un humanismo de grado superior, para reha- modesta, pero suficiente para seguir viviendo.
bilitar su utilización de los términos "patria" En lo personal, Nietzsche es muy humano y bon-
y "Occidente" y para escapar a la acusación dadoso. Su colapso mental le ocurre cuando ve
de haber favorecido la barbarie predicándola el maltrato de un caballo en la calle, llorando,
"destruccián'tde los "valores". lo abraza". (Hinkelammert, 2002,15)

En una conferencia contemporánea a la Curiosamente, Nietzsche durante sus últi-


Carta, "¿Para qué poetas?" (1946), califica su mos años, mientras daba esas caminatas piensa
época -rnarcada por la victoria americano-sovié- un ideal humano que no tiene nada que ver, de
tica de "tiempo de miseria" y de "noche del modo directo, con su carácter, sino más bien lo
mundo"Ya en los años cincuenta, termina refu- contrario. En esta fantasía de idealización él ama
giándose en una esfera puramente especulativa, la guerra, es bestia rubia, una fiera de rapiña, se
Los fundamentos del nazismo: ¿El fin de las utopías? La criuca de Franz J. Hinkelarnmert a Nietzsche y a Heidegger 125

eleva por encima de los débiles -él que es débil- Hinkelammert, señala que toda la clase alemana
de los cuales dice que si se caen, hay incluso que -y no solo la alemana- empieza a fantasear de
empujarlos. Se siente señor de esclavos -este esta forma. Caminantes simpáticos, que aman a
hombre, que jamás sería capaz de hacer caer el su perro y se pelean con sus vecinos y se vuelven
látigo sobre la espalda de otra persona. a entender. Sin embargo, un día querrán hacer
efectivamente lo que han fantaseado durante sus
"Pero él sueña con esclavos y siente furia frente caminatas. Algo que, quizás, no fue pensado con
a la rebelión de estos. Se fascina con la imagi- la voluntad de realizarlo. Algo que se transformó
nación de ser amo, alguien que sabe dominar a en un mundo propio, y que ahora si quiere ser
los esclavos. Quiere tener esclavos, quiere tener realizado.
dominio sobre ellos. A las mujeres, las conside-
ra nacidas para la esclavitud. Por eso, se pone "Algo que se transformó en una de las catás-
bravo frente a aquellos que dan la razón a los trofes más grandes de la humanidad. Algo
esclavos y se solidarizan con ellos. Nietzsche. que se llamaba el "Reich" milenario, y que se
quien vive en el tiempo de la liberación de los interpretó a la manera de estas fantasías: un
esclavos de EEUU, está convencido que con esa "Reich" en el cual la bestia rubia -la bestia sal-
liberación cae todo un mundo y quiere devolver vadora- mandaba a los malparados, a aquellos
el golpe. Posiblemente, hasta cree que pensión que huelen mal, allí donde tiene que estar. La
modesta -que la paga la Universidad de Basilea, bestia empieza su vuelo a las alturas. Durante
y por tanto el Estado suizo- está en peligro". sus caminaras pacíficas, tomando agua de las
(Hinkelammert, 200/. /5) fuentes, Nietzsche piensa este paraíso, que des-
pués fue realizado por otros de otros modo".
En su ya desbordada imaginación sifi- (Hinkelammert, 200/,15)
lítica, el filósofo alemán, se siente hombre del
Renacimiento, un César Borgia, o de una fuerza Citando a Nietzsche, el analista de origen
física infinita, un héroe homérico, aristócrata o alemán pero latinoamericano por decisión y por
vikingo. Cuando discute consigo mismo, cree obra, señala como éste imagina dicho mundo:
que está sacando la espada, cuando escribe, se
siente empuñado una espada. Él que solo tiene "El paraíso se encuentra a la sombra de las
una pluma de escribir en la mano. No obstante, espadas, símbolo y marca en La que se reveLan y
precisamente él está lleno de resenti mientas, él, se adivinan almas de origen nobLe y guerrero".
quien en apariencia -a la manera de los viejos (Citado por Hinkelammert, 2001, 15)
peripatéticos- hace de manera tan pacífica sus
caminatas y toma agua de las fuentes en su Sigue diciendo, Hinkelammert, este es
camino. el retrato del mundo paranoico que produce el
nazismo, y posteriormente el mundo de la glo-
"Siente ira contra los malparados, a los que ni balización. Aunque es posible que a Nietzsche
conoce si bien los cree lleno de envidia. Por eso ni se le ocurrieran que sus sueños podrían ser
jamás deben tener una suerte distinta, deben realizados algún día. También aquellos que los
seguir siendo esclavos. Su rebelión es pura realizan son gente pacífica, les gusta caminar
envidia, y Nietzsche saca su espada: se trata en medio de la naturaleza y aman la música
de su bastón, con el cual golpea la rama de clásica. Sin embargo, realizan aquellos sueños
algún árbol. Ve sangre derramándose y se ale- que antes había soñado gente tan pacífica como
gra ... pero no es más que el rocío encima de las Nietzsche, y en su tiempo de ocio vuelven a hacer
hojas". (Hinkelammert, 2001, 15) sus caminatas y a escuchar música clásica. Sin
duda, Nietzsche los habría despreciado, así como
Haciendo una prospectiva, sobre la tra- despreciaba a todos desde el aire de las alturas de
gedia venidera que encubaran estos sueños las montañas. En palabras de Nietzsche:

L
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"Hablemos ahora de la guerra. Yo soy guerrero médicos en este caso, ser implacables en el
por naturaleza. El ataque es en mí un movimien- manejo del bisturí,forma parte de nosotros mis-
to instintivo. mos, de esa manera amamos a los hombres, por
Poder ser enemigo, serlo, supone ya, quizás, un eso somos filosóficos nosotros hiperbóreos ... "
temperamento vigoroso. De todos modos es una (Nietzsche, El anticristo, 1985)
manifestación de vigorosidad. "Siempre las estupideces más grandes han sido
Una naturaleza vigorosa tiene necesidad de ser combatidas por los compasivos ...
resistida, y por lo tanto busca la resistencia, la Un día el diablo me dijo: "También Dios tiene
oposición. su infierno: su amor a los hombres".
La tendencia a ser agresivo responde a la fuerza y el otro día le oí decir: "Dios ha muerto,
con el mismo rigor indiscutible que la venganza sucumbió Dios a su compasión con los hom-
y el rencor responden a la flaqueza y a la debi- bres" (Nietzsche, Así hablaba Zaratustra, 1985,
lidad". (Ecco Homo, 1985, 131) , 1650)
"... soy contrario por temperamento a esa clase
Refiriéndose a los conflictos de Nietzsche, de individuos que hasta ahora están siendo
con su mentor Richard Wagner, Hinkelammert, venerados como modelos de virtud". (Nietzsche,
enfatiza que este autor, espiritual iza la enemistad, El anticristo, 1985, 115).
por lo menos así lo cree. En real idad, él es incapaz
de llevar conflictos humanamente. En este caso Noobstante, sigue diciendo Hinkelammert,
particular, Nietzsche estiliza este conflicto hacia nada de esto es cierto. Nietzsche es un hombre de
un conflicto metafísico, mientras Wagner nunca las vi rtudes corrientes -con las trasgresiones del
entiende lo que pretendidamente ha pasado: caso de todos los hombres vi rtuosos corrientes
virtuosos-o En realidad, él transforma en su
"La espiritualizacián de la sensibilidad se fantasía los conflictos personales corrientes en
llama amor: es un gran triunfo sobre el cristia- grandes guerras con los demás: por lo demás las
nismo. La enemistad es otro triunfo de nuestra únicas guerras que hace. En el caso de su partici-
espiritualizacion. Consiste en comprender pro- pación en la guerra franco-alemana, rápidamente
fundamente lo que se gana con tener enemigos ... se enfermó en el ai re de las alturas de la guerra y
Cuando se renuncia a la guerra se renuncia a la sirvió como enfermero. Pero sí es un guerrero de
vida grande" (Nietzsche, El Crepúsculo de los la pluma y de la tinta.
ídolos, 1985, 193s)
"En mí el ataque es una prueba de bondad, y
En estos otros textos, Nietzsche, se retrata aún en ciertos casos una muestra de gratitud".
de cuerpo entero: (Nietzsche, Ecco Homo, 1985, 132).

"No el contento, sino la potencia también, no


la paz a toda costa, sino la guerra, no la virtud, QUÉ COSA ES ESO DE NIHILISMO
sino el valor (virtud en el estilo del Renacimiento:
virtú, virtud desprovista de moralina). Una estudiosa señala acertadamente -nos
¡Que los débiles y los fracasados perezcan', parece- que:
primer principio de nuestro amor a los hombres.
y que se les ayude a morir. "... el intento de aproximación al controvertido
¿Hay algo más perjudicial que cualquier vicio? término nihilismo parece que no tiene una signi-
Si, la compasión que experimenta el hombre de ficación unívoca. Hasta qué punto él (Nietzsche)
acción hacia los débiles y los idiotas: el cristia- nos somete, en la lectura de sus textos, a una
nismo". (Nietzsche, El anticristo, 1985,1650) ceremonia de la confusión, es algo que sospe-
"Nada hay tan insano en nuestro insano moder- chamos intencionado. Repensar Nietzsche es
nismo, como la misericordia cristiana. Ser hoy y será mañana sumirse en sus perplejidades,
Los fundamentos del nazismo: ¿El fin de las utopías? La crítica de Franz 1. Hinkelarnmert a Nietzsche y a Heidegger 127

hacerse su cómplice para mantener el latido valores supremos es un proceso complejo en sus
acompasado a lo que en cada tiempo hay aspectos particulares, se ha hablado de él como el
que pensar. Y parece que él, espíritu augural, más inquietante de los huéspedes que la cultura
aventurándose en los laberintos del porvenir y occidental (dominada por la concepción religio-
mirando a la vez hace detrás, nos deja en legado so-moral de la existencia) ha tenido que recibir
la tarea de volver a pensar el nihilismo, aconte- en su seno, ya que ha producido el rechazo radical
cer inaudito y terrible en el que estamos inmer- del valor, el sentido y el deseo. En texto póstumo
soso Que ellos es necesario lo sabemos, pero lo del año 1888, el profeta del porvenir se descuelga
que no sabemos es si el lIevarlo a término se con una declaración sorprendente, anunciándose
puede hacer por este camino de las interpreta- como el primer nihilista perfecto de Europa, que
ciones y las lecturas académicas y, por lo tanto ha experimentado en sí mismo el nihilismo hasta
falseadas." (Manzano, 2000, 233) sus últimas consecuencias, y que ha necesita-
do destruir la lógica de los grandes ideales del
Rüdiger Safranski, quien se ha hecho pasado, en una tentativa de inversión de todos
famoso como biógrafo, de los dos autores estu- los valores. Esta tentativa tendrá por título La
diados; ha señalado, que Foucault no pensaba, Voluntad de poder. (Manzano, 2000, 234)
por descontado, que el hombre desaparece de A juicio de esta comentarista, la pregunta
hecho por más que también eso sea posible, sino angustiada que surge en el ánimo de algunos
que desaparece la imagen del hombre acuñada hombres y mujeres que asumiendo o negando sus
por la diferencia del mismo frente al resto de la análisis, somos necesariamente post-nietzschea-
naturaleza. El que desaparece allí es el hombre nos, será: ¿es posible ir más allá del nihilismo?
es este sentido enfático.
De todos modos, dicha desaparición sería "Heidegger cree que no. Él identifica el nihi-
una historia casi tragicómica. En efecto, el lismo con el "olvido de la cuestión del ser"
hombre-parodiando a Prometeo- se hace con el -lamento obstinado que reitera a lo largo de
conocimiento, la toma como medida de todas su obra- y responsabilidad a Nietzsche de ser el
las cosas, y al final, sucumbe en el universo de filósofo que ha llevado a la culminación, con si
las cosas como un átomo insignificante en el metafísica de la voluntad, el extremos velamien-
conjunto. Ahí está lo espantoso del conocimiento to del ser. El lugar en el que mora el nihilismo o
moderno. es el lugar del fin de la metafísica, que es para
él también el mundo de la técnica. El "filásofo
"Para Nietzsche, a quien se remitirá Hitler, del ser" cree que no es posible franquear esa
este espanto es un acto más en el drama de la peligrosa zona, trampa o zanja del nihilismo,
historia del nihilismo occidental. En los años sino que se hace necesario, aún durante un tiem-
ochenta del siglo XIX, Nietzsche diagnosticaba, po, demorarse en ella para pensar su esencia".
en primer lugar, que el nihilismo habría lle- (Manzano, 2000, 235)
gado al punto culminante de su larga historia
y, a continuación, que con ello estaba dado el Concluyendo al respecto que; Nietzsche si
presupuesto para el cambio repentino a otro cree en la posibilidad de pasar al otro lado de la
pensamiento que, como crisis y consumación del zanja nihilista. A pesar de la muerte de dios y de
nihilismo, había tenido lugar en su propia filo- la devaluación de todos los valores supremos que
sofía. El nihilismo descubre su propio secreto ello significa, algunos mortales lúcidos o "des-
profesional y termina con ello el periodo de la piertos" (Heráclito) han clasificado el mezquino
propia parálisis". (Safranski, 2000, 22) origen de tales valores, y confían en que el sin
sentido del mundo sea un estado intermedio, "un
¿Qué significa nihilismo? Que se desvir- puente y no una meta". Porque como lo señala
túan los valores supremos. Falta el fin, falta la más adelante en este texto, Hinkelammert; hay
respuesta al "porqué". La desvirtuación de los muchas maneras de ser nihilista.
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En sus famosos cursos de 1936 a1940, con sus pretendidas tendencias a integrar a toda
Heidegger se esfuerza en presentar el nihilismo la humanidad en el mercado y asegurar su bien-
occidental di rigido en contra del platonismo, estar en un progreso infinito. Por otro lado, la
del cristianismo y del socialismo, pero también utopía de una relación directa con el mundo de
en contra de la estupidez burguesa y del antise- los valores de uso, en cuyo marco todos los seres
mitismo -cosas todas ellas que resumían a sus humanos se integran directamente en la división
ojos el "espíritu alemán" encarnado en Wagner-, social del trabajo y en la sociedad, y cuyo bien-
la crítica nietzschena de los "valores" se apoya estar se espera de la abolición del mercado y de
también en una denuncia global de la filosofía las instituciones que lo estabilizan. La primera
europea. Por una parte, Nietzsche calificaba ya utopía es de la armonía del mercado; la segun-
a ésta de "metafísica" en un sentido peyorativo. da, la del anarquismo y el consumismo, la de la
Por otra parte, le reprochaba haber desembocado armonía por la abolición del mercado.
en el "nihilismo" término que el genial loco Señala Hinkelammert, que aunque ambas
tomaba en los Ensayos de psicología contempo- utopías se excluyen mutuamente, tiene sin embar-
ránea (1883) del escritor francés Paul Bourget. go una base común. Se' promete -si bien de
(Delacampagne, 1999, 195) manera contradictoria- tanto la participación de
todos los seres humanos como el bienestar para
"Para Bourget, el nihilismo =enfermedad de la todos. Ambas utopías son universalistas. Ambas
Europa moderna- se explica por el "cansancio" son antiestatistas, aunque al final apenas prome-
en el que una "humanidad demasiado reflexi- tan un Estado mínimo. Se trata de un concepto
va" ha caído a causa de su propio pensamiento, detrás del cual subyace precisamente la idea de la
mediante una voluntad de auto-aniquilación. abol ición completa del Estado.
Nietzsche no podía sino aborrecer ese nihilis- A la vez, según Hinkelammert, ambas
mo o puesto que, para él, la "vida'íera el único utopías son en extremo mecanicistas. Esperan la
"valor" verdadero. Por el contrario, veía en realización de la armonía entre los seres huma-
su propio nihilismo "activo", es decir, en su nos a parti r de una acción instrumental y técnica
propio proyecto de destrucción de los valores sobre las instituciones.
opuestos a la vida, lo previo e indispensable
para la gloriosa "trasmutacián" anunciada por "Mientras trasluce la meta de una ética univer-
Zaratustra. sal, se espera su realización por un automatis-
mo cuyo funcionamiento se quiere asegurar de
Volveremos sobre esta valoración hinke- una manera instrumental, sea por .medio del
larmertiana, que, sin duda, parecerá escandalosa automatismo del mercado, sea como resultado
a nuestros postmodernos y descafeinados filóso- automático de su abolición. La fuerza central
fos acríticos del pensamiento nietzscheano. De para asegurar esta realización no es ética, sino
momento digamos unas palabras sobre el tema técnica. Lo que se contrapone es, por un lado,
de la utopía y de si relación con el nihilismo. una institución idealizada, por el otro, una
imaginación idealizada de la abolición de esta
misma institución". (Hinkelammert, 1996, 124)
EL FIN DE LAS UTOPÍAS
Por ello, estas utopías están conectadas
A juicio de Franz Hinkelammert hoy esta- entre sí, aunque se excluye mutuamente y luchan
mos viviendo tanto el fin del liberal-capitalismo entre sí de forma maniquea. La utopía liberal-
(reformas) así como al colapso del socialismo capitalista surge a partir del concepto de una
histórico. Este desarrollo es presentado con el fin situación ideal de competencia, que hoyes
de las utopías universalistas, las cuales dominan común denominador modelo de competencia
el desarrollo del Occidente desde el siglo XVIII. perfecta. Se vincula de modo directo con el
Por un lado, la utopía de la armonía del mercado análisis del mercado capitalista. Como utopía se
Los fundamentos del nazismo: ¿El fin de las utopías? La crítica de Franz 1. Hinkelarnrnert a Nietzsche y a Heidegger 129

debe a su función legitimadora. Como el merca- conexión con el capitalismo de reformas (que ya
do tiende a penetrar la totalidad del mundo y de era visible con Marshal). A partir de ella se con-
las situaciones particulares, solo se puede legiti- figuró la imaginación del capitalismo como un
mar frente a la humanidad entera prometiéndole sistema universal de bienestar. Sin embargo, de
la solución de sus problemas. Esta utopía repro- forma paralela se produjo una reacción extrema
duce por tanto una ilusión que surge de manera en contra de la tradición occidental, que surgió
constante en la acción en los mercados. en nombre del antiutopismo y del antiuniver-
Agrega Hinkelammert, como la utopía salismo. Se descubrió la dimensión utópica del
de un mundo de valores de uso que está orde- socialismo, pero igualmente el hecho de que éste
nado por la anarquía (en ~I sentido de un orden reproducía los problemas del capitalismo de cuya
sin dominación), emerge también a partir de crítica habían surgido los propios movimientos
la acción en los mercados y de la experiencia social istas.
consiguiente. Como el mercado solo muy par- La crítica al socialismo que resultó, agre-
cialmente tiene tendencias armónicas, y como ga nuestro autor, se transformó con rapidez en
produce a la vez tendencias destructoras para los una negación general de las utopías. La crítica
seres humanos y la naturaleza, se vive constan- antiutópica no podía quedarse en el plano de una
temente el hecho de que la utopía del mercado si mple crítica de la utopía social ista, porque ésta
es ilusoria. Desde esta vivencia surge el ideal de estaba estrechamente vinculada con la utopía
una sociedad futura que se organiza directamen- liberal-capitalista, de cuya crítica había partido
te a partir de los valores de uso y que, por ende, para radicalizarla hacia la afirmación del mundo
supera al mercado y por fin lo erradica. A esto de los valores de uso.
subyace una necesidad vital: en efecto hay que
detener este proceso de destrucción. Al pensar "Por eso la crítica del socialismo se transformó
esta superación en forma ideal, aparece la utopía en negación general de todas las utopías. Desde
del anarquismo o el comunismo, que es una raíz el punto de vista de esta reacción antiutópica al
importante del socialismo. socialismo, el reproche de utopía no significaba
apenas el reproche de haber caído en una ilu-
"Por consiguiente, ambas utopías contrarias sión. Todas las imaginaciones universalistas de
tiene su raíz en las estructuras de nuestra una buena sociedad y de una buena vida son vis-
sociedad y en los efectos que producen. Son tas como utopías, y se concibe y denuncia a estas
sencillamente su lado utópico. Por eso es difícil utopías como la razón última de la inhumanidad
imaginar su desaparición. Son el velo mágico de la historia humana. La utopía es vista como
de nuestras instituciones. La idea del fin de una especie de pecado original. De este modo
las utopías no tiene más contenido que la del la reacción contra el socialismo se convierte en
fin de la religión. Las utopías son flores en las una negación de todas las emancipaciones, de
cadenas que las instituciones significan para todo el humanismo y de todo el universalismo
nosotros. El fin de las utopías es la amenaza ético". (Hinkelammert, 1996, 125)
de dejar únicamente las cadenas desnudas".
(Hinkelammert, 1996, 125) Enfatiza Hinkelammert, como esto impli-
ca una inversión radical de lo que hasta entonces
Señala Hinkelammert, como durante el se había apreciado como tradición de Occidente.
siglo XIX, cuando los movimientos socialistas Hay dos lemas que expresan esta nueva relación
llegaron a tener una importancia mayor, hasta con el ser humano, la sociedad y la tradición, y
que apareció un país socialista con la Revolución que se han transformado en sentido común de la
de Octubre de 1917, la Unión Soviética, para cultura occidental. El primer lema reza: "Quien
la sociedad burguesa se dio una nueva situa- quiere el cielo en la tierra, produce el infierno
ción. La primera reacción fue hacia finales del en la tierra" (negritas YA.S.). En su contenido,
siglo XIX: la teoría económica neo-clásica y su este lema proviene de Nietzsche. Como fórmula,
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quien usa esta expresión por primera vez, en el por un horizonte antiutópico. Si no se llega a la
año 1920, es el traductor al inglés de las obras verdad por la realización de la utopía, entonces
de Nietzsche, Oscar Levy, en el prólogo a un la verdad estará en su abolición. Se denuncia a la
panfleto antibolchevique. Más tarde reaparece utopía como un fuego fatuo diabólico, para ahora
con Hitler, tanto en sus conversaciones con perseguirlo, apagarlo y nunca más ser tentados
Eckart como en su libro Mi Lucha. Después de por él. No obstante, no se deja de correr detrás de
la Segunda Guerra Mundial es publicitado por la utopía. Una vez denunciada como fuego fatuo,
Popper en el llamado Mundo Libre. Hoy, se ha se sigue corriendo tras ella. Aunque ya no para
transformado en una verdad incuestionable. realizarla, sino para hacerla desaparecer en un
Este lema expresa en forma palmaria muy hoyo negro. Si antes se había pensado la utopía
bien lo que Nietzsche entendía por "nihilismo como totalidad, ahora se totaliza la realidad por
activo". De hecho, se trata de la frase más nihi- la ausencia de la utopía. El que no haya tota-
lista que se podría formular. A este lema sigue lidad, se transforma en una exigencia total
el segundo, que no es sino una consecuencia del que rodea y totaliza la realidad y la unifica.
primero: "La destrucción del humanismo es (negritas YA.S.)
la recuperación de lo humano". Su autor es
también Nietzsche, y la fórmula se encuentra "El horizonte que se persigue es el mismo. Se
especialmente en Carl Schmitt y en Heidegger. trata de la utopía. Pero la imposibilidad es
Igualmente, el contenido de esta frase se ha también la misma. No se la puede apagar ni
transformado hoy en una verdad incuestionable. exterminar. A pesar de que la intención de los
que persiguen a la utopía ha cambiado, la fas-
"Así, el nihilismo se transforma en ideal en cinación por la utopía es la misma. La promesa
un sentido específico. Para luchar contra el es: una vez exterminada la utopía, el gran mar
nihilismo que atraviesa cualquier posición uni- del futuro humano estará por fin abierto. Con
versalista, estos nihilistas lo completan con el la abolición de la utopía parece haberse encon-
"nihilismo activo". El nihilismo se transforma trado el camino realista para la salvación de la
en el valor central de nuestra sociedad, el cual humanidad". (Hinkelammert, 1996, 128)
se pretende realizar mediante la destrucción
de toda utopía, de todo humanismo y de todo Analizando dos textos diferentes, uno de
universalismo ético. Si antes el nihilismo era Marx, el otro de Nierzsche; Hinkelammert señala
un elemento que atravesaba las utopías y las como ambos tiene un evidente contenido utópico.
amenazaba, ahora se presenta como "veraci- A la vez, puede leerse uno como la inversión del
dad" y como "decisión" (Entschlossenheit) para otro. El texto de Marx describe un universo de
destruir toda utopía. El pensamiento occidental relaciones armónicas, donde cada uno vive en
se dirige en contra de su propia tradición. Para paz con el otro y puede realizar su vida como
poder destruir al socialismo, se destruye a sí un juego libre de sus fuerzas corporales y espiri-
mismo. tuales. Nadie está excluido, y tampoco hay razón
El "fin de la utopía" no es ningún realismo, sino para excluirlo. La relación con la naturaleza es
un utopismo de nuevo tipo que amenaza la exis- una relación de amistad. Se trata de un mundo
tencia del mundo". (Hinkelammert, 1996, 127) sin utopías, porque la utopía está realizada.
El texto de Nietzsche, ajuicio de Hinkela-
mmert, describe un universo de dominación
EL NIHILISMO COMO UTOPÍA idealizado. Es el mundo de una nueva aristo-
cracia que lucha entre sí por la dominación, que
Advierte Hinkelammert, como si antes se está constantemente amenazada, pero a la que
había buscado la salida en la realización de uto- la necesidad de conservarse la mantiene viva.
pías, ahora se le busca en su abolición. Una vez No se habla de aquellos que han perdido en la
retrocedido el horizonte utópico, se lo sustituye lucha o que no tendrían ninguna oportunidad de
Los fundamentos del nazismo: ¿El fin de las utopías? La crítica de Franz 1. Hinkelammert a Nietzsche y a Heidegger 131

ganarla. Han perdido: perecen o se destruyen a sí el socialismo, de la justicia y la igualdad, de la


mismos. Todo eso se realiza en una tranquilidad conciencia y la moral. Nietzsche personalmente
soberana, porque esta dominación como tal es se siente como el nuevo crucificado, crucificado
por completo incuestionada. Quien perdió, no por el crucificado. En sus últimas cartas, en el
protesta. No hay utopías, la dominación absoluta tiempo de su colapso psicológico y mental, él
de la dominación las ha superado. Los señores firma como dionisios y el crucificado. El reden-
luchan para saber quién es el señor, sin embar- tor cristiano murió en la cruz para traemos todo
go la dominación misma es incuestionada. Así aquello de lo que Nietzsche como nuevo redentor
como la relación entre los seres humanos es de nos redimirá. También este nuevo redentor es
dominación, la relación con la naturaleza es de un crucificado, un crucificado por la cruz que
esclavitud. ha traído el redentor cristiano. Nietzsche creía,
cuando se acercaba a su fin, que había enfermado
"En ese sentido los textos son contrarios, aun- por el cristianismo y que por lo tanto había sido
que ambos sean de carácter utópico. Por un crucificado por el crucificado. Ahora él mismo
lado, la utopía de una vida sin dominación ni se siente el redentor que redime de la primera
explotación; por el otro lado, la anti-utopia de redención. Al final, incluso se siente unido con
una dominación de explotación sin resistencia el redentor crucificado cristiano.
ni utopía. Por un lado, un paraíso sin árbol pro- Interpretando una de las últimas cartas
hibido; por el otro, un paraíso en el que nadie de Nietzsche a su amigo Jacon Burckhardt,
se atreve a comer del árbol prohibido. La utopía Hinkelammert afirma como este no solo redime
de Marx es la utopía de la anarquía vivida, la al mundo del crucificado, también redime al
utopía anti-utápica de Nietzsche es la utopía crucificado mismo porque es él. Nietzsche, quien
de una institucionalidad idealizada pensada al lleva la redención a su perfección. El se siente el
extremo: la utopía de la edad de oro platónica. redentor también para el pri mer redentor. Esta
La utopía anti-utápica de Nietzsche es sin duda perfección de la redención por Nietzsche se
una reacción frente a la utopía social-anar- sol idariza con el redentor crucificado y lo supera
quista que encontramos en Marx. El sueño de al perfeccionarlo hacia lo que es la verdadera
una sociedad burguesa en la que los obreros. redención, que es la redención de la redención.
se sometan se manera voluntaria y no ejercen Nietzschc redime a Cristo. Al superarlo,
ninguna resistencia. Se transforma en la que lo libera ¿De qué lo libera? Del judaísmo. En
los obreros se someten de manera voluntaria y cuanto sigue siendo redentor, sin ser redimido
no ejercen ninguna resistencia. Se transforma de la redención, sigue siendo judío. También el
en utopía en cuanto promete la redención del antisemitismo es judío. Porque le impide a este
humanismo universalista que recupera lo huma- redentor judío ser redimido también. El propio
no, que es la lucha. Lo humano de la lucha entre redentor cristiano es el resultado de aquella
señores y nuevos aristócratas presupone que redención de la que el ser humano tiene que ser
ya no hay ninguna lucha de clases. La utopía redimido. Para Nietzsche todos los valores impe-
de Nietzsche es evidentemente una utopía de rantes son judíos. El se ofrece ahora para redimir
redención, que promete redimimos de la reden- a la humanidad, inclusive a los propios judíos, de
ción. Por eso él se siente redentor, como Cristo este judaísmo. Esta es la fundamentación de
-un dionisios-Cristo- que redime al mundo de aquel antisemitismo que lleva al holocausto.
la redención que Cristo trajo". (Hinkelammert, Volviendo a la comparación de las utopías
1996, 130) de Marx y de Nietzsche, Hinkelammert encuen-
tra otros rasgos en común. Los dos autores están
Señala nuestro analista, como Nietzsche convencidos de elaborar una imagen realista del
se siente el anticristo, que es el mismo redentor. futuro. Ambas utopías entienden su surgimiento
El redentor de toda utopía, del judaísmo y el como una amenaza a los poderes dominantes que
cristianismo, del liberalismo, del anarquismo y viene desde las profundidades. Ambos autores
132 REVISTA ESTUDIOS

tienen también en común la expl icación de por totalidad y el de la idea como exigencia frente al
qué estas utopías prometen algo que ningún ser humano.
tiempo anterior ha prometido. Tienen que expli-
car por qué hoy consideran posi ble algo que antes "La utopía de Nietzsche es la de una humanidad
no lo era. sin utopías. La utopía de Marx es de hecho más
"realista", si se puede hablar del realismo de
"Igualmente aparecer el "ocio" en toda uto- una utopía. Ella toma el desdoblamiento del
pía, sea ésta emancipatoria como la de Marx mundo como un fenómeno real que es pensado
o antiemancipatoria como la de Nietzsche. En en la conciencia humana, pero que no es un
Nietzsche se trata del ocio de los héroes que producto de la conciencia. No es ésta la que des-
están cansados de la lucha, y que en su ocio dobla al mundo, sino un mundo desdoblado el
se renuevan para volver a enfrentar su "terri- que es pensado por una conciencia desdoblada.
ble necesidad de conservarse". En Marx, en No obstante, la utopía de Marx es también de
cambio, se trata de un ocio que se transforma una superación del desdoblamiento del mundo.
en el fundamento mismo de la vida y que es el Solo que es un asunto de la praxis, que supera
resultado de la superación de la necesidad de el desdoblamiento real del mundo al solucionar
la lucha por la sobrevivencia''. (Hinkelammert, los problemas reales que originan el desdobla-
1996,133) miento de la conciencia. Por eso Marx analiza
el problema del desdoblamiento del mundo
Afirma Hinkelammert, que como las dos no en términos de la relación de la idea y la
utopías están concebidas como realistas, su rea- realidad, sino del valor del cambio y el valor
lización hay que pensarla en términos de un del uso. Sin embargo, aunque las posiciones
proceso en el tiempo. Sin embargo, en el tiempo de Nietrsche y de Marx sean contrarias, tienen
hay una antes y una después. en común la imaginación de la superación del
Luego, se piensa a las utopías como algo desdoblamiento del mundo ". (Hinkelammert,
a lo cual nos aproximamos asintóticamente en el 1996, 133)
tiempo, para alcanzarlo en un momento futuro
que todavía no es determinable. Eso explica el Señala Hinkelammert, como la utopía
pensamiento en etapas. anti-utópica surge como promesa de un futuro
Nihilismo completo, nihilismo consuma- en el cual ya no hay utopías. El pri mer intento
do, nihilismo activo, nihilismo clásico, etc, son de realización de esta utopía lo llevó a cabo el
etapas de la realización en el tiempo del nihi- nazismo alemán de los años treinta y cuarenta.
lismo como utopía, así como el socialismo y el Llamaba a ésta su realización, el milenio: que no
comunismo aparecen como etapas de la realiza- hubiera esperanza, esa era la esperanza de este
ción de la utopía emancipatoria. milenio. Sobre la entrada de la anti-utopía está
Por último, ambas utopías son pensa- escrito la que Dante coloca encima de la entrada
das como superación del "desdoblamiento" del al infierno: Ay quien entre aquí, que deje toda
mundo. Cuando Nietzsche enfoca la superación esperanza. y como se partía, en la misma línea
del "platonismo", se trata para él de la superación de Nietzsche, del supuesto de que la utopía es de
de la formulación de un "mundo verdadero" en raíz judía y tiene su fuente más abundante en la
cuyo nombre el mundo real es transformado en tradición judía, el nazismo intenta exterminar
un "mundo aparente", y como tal denunciado. a los judíos para terminar con toda utopía.
Para Nietzsche esta abolición del mundo ver-
dadero constituye de nuevo el mundo real, que "El nazismo se siente entre dos frentes que
deja de ser un mundo aparente. En la utopía considera judíos. Por un lado, el socialismo
antiemancipatoria se imagina un mundo en el "judío-bolchevique"; por el otro, el capitalismo
cual el mundo verdadero se halla abolido, y con "judio-plutocrático". Después de la Segunda
él todo el mundo de las utopías: el mundo como Guerra Mundial coexistió el capitalismo de
Los fundamentos del nazismo: ¿El fin de las utopías? La crítica de Franz 1. Hinkelammert a Nietzsche y a Heidegger 133

reformas con esta negacton anti-utápica de (1934), efectúa una evaluación del nazismo bajo
todas las utopías. Pero, cuanto más visible fue la forma solapada de su crítica a Nietzsche. En
que e! socialismo histórico entraba en una cri- realidad, su posición frente al nazismo coincide
sis insuperable, tanto más este antiutopismo se con su posición frente a Nietzsche.
dirigió contra el capitalismo de reformas y su
fundamento liberal-capitalista. El neoliberalis- "La crítica de Heidegger a Nietzsche parte del
mo se impulsó con su tesis de que el capitalismo concepto de vida de éste. Eso significa dirigir
de reformas era un tipo de socialismo. En con- la crítica contra la orientación de la filosofía
secuencia, otra vez se sentía entre dos grandes de Nietzsche por el valor de uso, que da sentido
frentes: e! socialismo, por un lado, y el liberal- y hace posible su concepto de vida. Heidegger
capitalismo -de los liberales-, por el otro, consi- renuncia a esta vinculación de Nietzsche con el
derando a los liberales como la vanguardia del valor de uso (y a través de él: con la corporali-
socialismo en el mundo occidental capitalista. dad humana), no obstante asume la negación
El anti-utopismo es usado como argumento para del universalismo ético en todas sus formas
el anti-intervencionismo neoliberal que implica efectuada por Nietzsche. Con ello desaparece en
la negación de cualquier intervención, estatal Heidegger la esfera de la lucha por los valores
o no, en el mercado, y aparece ahora como la de uno =cuya disponibilidad decide sobre la
ideología de! mercado total". (Hinkelammert, vida y la muerte-, de una lucha -Iegitimada en
1996, 135) Nietzsche por la voluntad de poder- a la cual éste
A juicio de Hinkelammert, la teoría eco- le quita toda perspectiva por la visión del eterno
nómica neoclásica y la neoliberal eliminan por "vivir peligrosamente". Además, ve al nazismo
igual el valor de uso de la realidad de la cual como un producto primitivo y distorsionado del
hablan, existe entre ellas una diferencia signi- pensamiento de Nietzsche, y de ninguna manera
ficativa. La teoría económica neoclásica sigue como su realización auténtica.
vinculada de manera estrecha con el universalis- Sin embargo, Heidegger explica las consecuen-
mo abstracto del interés general en el mercado, cias de la filosofía de Nietzsche en el nazismo,
mientras que el neoliberalismo siempre más por la afirmación de la vida que hace Nietzsche
asume la negación de cualquier universalismo. a partir del valor de uso reducido al sujeto".
La teoría económica neoclásica sigue siendo (Hinkelammert, 1996,136)
liberal-capitalista. Esto vale incluso para Marx
Weber, quien asume básicamente una posición Hinkelammert señala, que el surgimiento
positiva frente al capitalismo de reformas, con de un nuevo mundo verdadero en el pensamiento
su mano invisible del mercado apoyada por una de Nietzsche, de un nuevo todavía no, de una
mano visible de intervención en el mercado. utopía de una sociedad sin utopías, llega a ser el
La transición de la polaridad entre el uni- problema de Heidegger. El llama a Nietzsche el
versalismo liberal-capitalista y el anti-utopisrno últi mo metafísico precisamente por esta cons-
anti-ernancipatorio, hasta la unión de las dos trucción.
corrientes en el presente, se muestra mejor en Esta misma es su crítica al escritor Ernst
la filosofía de Heidegger y su crítica reveladora. Jünger en un artículo que originalmente lleva
Heidegger elabora su posición frente a Nietzsche el título "Sobre la línea". La línea de la cual
en los años treinta y cuarenta, es decir en el habla Heidegger es el límite entre lo presente
tiempo del nazismo en Alemania. Heidegger se y lo prometido que todavía no existe y, por lo
da muy bien cuenta de que el nazismo se formó tanto, hacia la utopía ami-utópica. En el caso de
dentro de una estructura de pensamiento que Jüger -vista desde Heidegger- se trata del límite
viene de la filosofía de Nietzsche. Por consi- con relación al nuevo mundo de nihilismo activo
guiente ve en esta filosofía una de las raíces como utopía. Se trata de nuevo de una crítica
del nazismo. Por ello, Heidegger, después de su solapada, con pretexto esotérico, de Heidegger
retiro como rector de la Universidad de Freiburg el nazismo y su "milenio'', esto es, la utopía
134 REVISTA ESTUDIOS

del nihilismo consumado. Heidegger busca una de las relaciones sociales mediatizadas por los
reformulación que le permita evitar caer en la valores de uso. Se trataría de un concepto de
ilusión de la utopía anti-utópica. Afirma ahora reciprocidad humana que desembocaría en un
la "nada" como el "claro del ser" (Lichtung des universalismo ético, aunque fuera un universa-
Seins). Con esto trata de hacer del nihilismo una lismo del ser humano concreto y no de una ins-
manera de ser (Seinsweis), sin que aparezca de titución abstracta como el mercado o la planifi-
nuevo un todavía no. cación universales. En consecuencia, Heidegger
desarrolla su pensamiento en la dirección de la
"Por supuesto, no se trata apenas de un pro- represión de cualquier discusión de los valores
blema de nihilismo como utopía. El problema de uso. Esta problemática existe en él solo como
es de toda utopía, en cuanto su realización es una problemática negada en su idea de "caída"
entendidacomo una aproximación asintótica e (Verfallenheit) en la "cotidianidad" del "uno"
instrumental en el tiempo. Por eso atañe tam- (rnan), frente a la cual el ser humano tiene que
bién a la utopía en emancipatoria. En cuando la decidi rse para la "autenticidad" (Eigentl ichkeit).
utopía es considerada un objeto de realización, En el lugar de la vida en Nietzsche apareceahora
ella le quita a lo presente, y con eso a la realidad en Heidegger el "ser para la muerte", y más
misma en cuyo nombre pretendida mente habla, tarde el ser como el "claro de la nada". Con ello
su fundamento". (Hinkelammert, 1996, 138) desaparece la pasión de Nietzsche y su intento
de recuperar la sensualidad como goce sensual.
Enfatiza Hinkelammert, como este pro- En vez de eso, eh Heidegger predomina más
blema se había hecho consciente en el decenio bien un estoicismo burocrático. Pero el efecto
de los veinte en especial a los teólogos, después brutalizante de la imaginación del superhombre
de que Albert Schweitzer destacara de nuevo no está en el hecho de que Nietzsche intente recu-
la prédica del reino de Dios en los evangelios. perar la sensualidad y la corporalidad. Está en la
Si la imaginación del reino de Dios se entiende negación de todo universalismo ético, o sea, en
como una meta instrumental de aproximación el anti-utopismo. Precisamente este elemento lo
asintónica en el tiempo, ese reino se transforma asume Heidegger.
necesariamente en una utopía análoga a la utopía
emancipatoria en su interpretación instrumental. "La exclusión de la esfera de los valores de uso
En la teología se empieza entonces a interpretar de la autenticidad del ser-allí, tiene como con-
la imaginación del reino de Dios en el sentido de secuencia en Heidegger contradicciones como
anticipación y encarnación. Si se entiende por las ya analizadas en el caso de Max Weber.
"mundo" la totalidad de las instituciones que Al excluir la esfera de los valores de uso, la
aprisionan la libre espontaneidad del ser huma- autenticidad de Heidegger llega a ser el "ser
no, esta actitud se puede describi r como un "ser para la muerte". Al ocurrir eso, tiene que dis-
en el mundo sin ser en el mundo". Esto implica cutir la pregunta de por qué entonces el suicidio
la reivindicación del ser humano concreto en no debe ser el máximo acto de autenticidad".
sus necesidades concretas de vida. Heidegger (Hinkelammert, 1996, 139)
asume estas reflexiones y las aplica a la utopía
anti-emancipatoria del nihilismo. El llama a esta Señala Hinkelammert, que la autenticidad
relación el tratamiento de la utopía como "posi- del ser para la muerte es una "posibilidad del ser
bilidad del ser del ser-allí" (Seinsmoglichkeit des del "ser ahí"", pero de ninguna manera puede ser
Daseins) un proyecto intencional. Los proyectos posibles
Agrega nuestro autor, que dado que se refieren a las posibilidades del ser-allí existen-
Heidegger rechaza con Nietzsche cualquier te, mientras que la autenticidad es una relación
forma de universalismo ético, no puede buscar con estas posibilidades, que llega a ser autentici-
la solución en una recuperación de un concepto dad si el sujeto existe en la realización de estas
de valor de uso en el sentido de la recuperación posibilidades con ser para la muerte. El suicidio,
Los fundamentos del nazismo: ¿El fin de las utopías? La crítica de Franz 1. Hinkelammert a Nietzsche y a Heidegger 135

por tanto, sería lo contrario, porque hace imposi- el acceso al ser. En Nietzsche, en cambio, la esfe-
ble este ser-all í como ser para la muerte. El ser- ra del acceso a los valores de uso es justamente el
allí tiene que existir para que pueda existir como punto de partida, aunque sea en la forma reducida
ser para la muerte. Esta existencia del ser-allí, de la voluntad de poder, y por tanto de la exclu-
que es la condición de la posibilidad del ser para sión de los otros que son los "malparados". Por
la muerte. Heidegger la denominada la "base" su anti-utopismo Nietzsche transforma su punto
para un ser para la muerte existente. de partida en anti-humanista. En Heidegger y en
Esta "base" implica necesariamente el Weber, en cambio, su anti-humanismo está ya en
acceso a los valores de uso en su sentido de pro- su punto de partida de la negación del valor de
ductos, cuya disponibilidad decide sobre la vida uso. De allí que una recuperación del humanismo
o la muerte. Por ende, hace falta la posibilidad de pueda encontrar un apoyo de Nietzsche, pero no
vivir y de poder vivir. en Weber ni en Heidegger.
Solo eso puede ser la "base" a la que
Heidegger se refiere. Sin embargo, la existencia "De esta manera, hoy retorna La utopía anti-
del ser-allí no puede ser entonces el ser para la utópica. ELLa abre horizontes aparentes y /0
muerte. Tien que ser más bien una relación con hace con La apariencia de realismo. Sin embar-
esta "base". El hecho de que el ser-all í esté siem- go, La abolición de la utopía es tan imposible
pre viviendo enfrentando a la muerte, no cambia como lo es su realización. La conditio humana
eso. Pero la muerte no puede ser pues el ser para impide La realizacián de La utopía, pero por eso
la muerte, sino que tendría que ser una relación mismo impide su abolición. No hay duda de
con el ser para la vida, aún cuando esta vida sea que utopías pueden transformarse en fuerzas
en cada momento atravesada por la muerte. Luego destructoras. No obstante, es probabLe que la
la muerte no sería un amigo, sino un enemigo. utopía de la utopía abolida ser la más destruc-
tora de las diversas formas de la relación con lo
"En toda su argumentación explícita Heidegger utópico". (Hinkelammert, 1996, 140)
La esfera de Los vaLores de uso simplemente en
La "caída" en La cotidianidad del "uno" (Man). Concluye Hinkelammet, este análisis
Tiene que hacerlo si quiere concebir eLser para señalando como esta anti-utopía contiene nece-
La muerte como eL ser deL ser-aLLí. Pero así sariamente una mística del ocaso. Como anti-
precisamente entrega Lo que éL Llama La "base" utopía que quiere liberar al mercado total de la
de La existencia -Lo que es nuestra reaLidad influencia de cualquier tipo de resistencia, ella
concreta de vida- a La denuncia, y La abandona desencadena de modo unilateral las fuerzas des-
considerándoLa esfera de La in-auntenticidad''. tructoras que surgen del mercado. Con este hecho
(Hinkelammert, 1996, 140) se hace notar que la mística del ocaso bri nda la
complementación necesaria para la afirmación
Por esta razón, considera Hinkelammert, de este proceso destructor. Esto se da hoy en las
que el pensamiento de Heidegger se halla más formas más diversas. Pero la forma de la mística
cerca del pensamiento de la teoría económica del ocaso que juega un papel central es religiosa,
neoclásica que del de Nietzsche. El mundo de y se deriva de la tradición cristiana de la escato-
los valores de uso está eliminando. Weber, en logía. Aparecen también sin embargo compen-
la línea de la teoría económica neoclásica, lo saciones que surgen en nombre de un progreso
trata como racionalidad material sobre la cual técnico absoluto, si bien no pueden negar su
la ciencia no se puede y no se debe pronunciar. carácter desesperado. No obstante, más allá del
Heidegger lo trata como la esfera de la "caída" ocaso de este mundo, hacen posible mantener la
(Verfallenheit) del ser humano, de la cual se tiene apariencia de un mundo nuevo posterior.
que levantar para decidirse por el ser, que es ser Esperamos haber mostrado en este trabajo
para la muerte. Si Weber le niega la racionalidad algunos importantes aspectos críticos y polémi-
científicamente fundamental, Heidegger le niega cas de posible discusión que motiven y llamen
136 REVISTA ESTUDIOS

la atención a la comunidad fi losófica nacional Nietzsche sobre Nietzsche. San José, Rev.
respecto a una interpretación tan sugerente y Pasos, o. 94.
desveladota como la anterior.
Hinkelammert, Franz J. (1996). El mapa del
Emperador. San José, O.E.1.
BIBLIOGRAFÍA
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Berkowitz Meter (2000). Nietzsche. La Ética de un entre Nietzsche y Heidegger. Metafísica
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Hinkelammert, Franz J. (2001). Niet zsche y la moder- Vattimo Gianni (1996). Introducción a Nietzsche,
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