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La enfermedad puede glorificar a Dios

Quizás encuentre sorprendente el hecho de que la enfermedad nos pueda


hacer un bien. Muchas personas nunca consideran esto. Ellos ven solo el
sufrimiento y el dolor y no ven el bien en ningún sentido. Ahora, estoy de
acuerdo que si no existiera el pecado en el mundo, sería imposible que la
enfermedad hiciera algún bien a los hombres. No había enfermedad en el
mundo perfecto que Dios creó en el principio. Pero Dios en su sabiduría la ha
permitido desde la caída del hombre y es tanto una bendición como una
maldición. Dios es capaz de usar nuestro dolor y sufrimiento temporales para
lograr un bien más alto en nuestra mente, nuestra conciencia y nuestra alma,
un bien eterno.

1. La enfermedad nos ayuda a recordar la realidad de la muerte. Muchos


hombres viven como si nunca fueran a morir, y no se preparan. La
enfermedad les puede recordar acerca su realidad como mortales, para
que no lo olviden.

2. La enfermedad ayuda al hombre a pensar seriamente acerca de Dios.


Mucha gente, mientras tiene salud, escoge olvidarse de Dios y de su
relación con Él. La enfermedad les recuerda que algún día tendrán que
enfrentarse con Él.

3. La enfermedad ayuda a cambiar nuestra perspectiva de la vida. Muchas


personas nunca piensan en ninguna otra cosa que no sea su propia
felicidad en este mundo. Un periodo prolongado de enfermedad puede
cambiar su forma de valorar las cosas que antes consideraban como muy
importantes. Por ejemplo, el hombre que ama el dinero puede aprender
que el dinero no le puede consolar cuando está enfermo.

4. La enfermedad ayuda a humillarnos. Todos somos orgullosos por


naturaleza. Buscamos a alguien que podamos criticar y hacer menos. Pero
la enfermedad nos muestra nuestra debilidad. Ella viene a los ricos y a los
pobres, a los famosos y a los desconocidos, y nos coloca a todos en el
mismo nivel.

5. La enfermedad nos ayuda a probar nuestro cristianismo. Nos ayuda a


aprender si nuestro cristianismo es real o no, si esta edificado o no sobre
un fundamento sólido. Muchas personas no están edificando sobre un
fundamento sólido, y un tiempo de enfermedad puede hacerles ver que su
“cristianismo” no les trae ningún consuelo en la hora de prueba.

No digo que la enfermedad siempre beneficia a todas las personas en estas


maneras. ¡Al contrario! Muchos experimentan la enfermedad, y su
subsecuente comportamiento demuestra que no aprendieron nada de ella.
Sus corazones están endurecidos y la enfermedad no les hace ningún bien.
Pero hay muchas personas a quienes Dios ha hecho que su enfermedad les
sea una bendición. Dios la ha usado para hablarles, y conducirles a buscar a
Cristo. Entonces, nunca debemos quejarnos de nuestra enfermedad. Si
reaccionamos correctamente ante ella, nos puede hacer mucho bien.

Fragmento tomado del libro “Caminado con Dios” de J.C. Ryle

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