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DERECHOS REALES.
Uno de los comportamientos constantes en la naturaleza humana es el “afán de adquirir”. Este
deseo de adquisición es común a todo los seres vivientes, incluyendo animales y seres
humanos, niños o adultos. En sus formas mas primitivas este afán de adquisición es una
expresión clara del instinto de supervivencia. En sus formas mas refinadas, constituye un
rasgo de la personalidad humana, en el que los logros y adquisiciones son medios de auto
realización, lo cual a su vez se vincula directamente con la libertad individual.
En el caso de los animales, investigaciones recientes han demostrado
BIENES
Son el objeto de los derechos reales, mientras que el objeto de los derechos obligacionales
son las conductas debidas (prestación).
El termino bien en sentido genérico, comprende cualquier elemento del patrimonio, esto es los
objetos corporales (automóvil) o incorporales (una marca de fabrica), e incluso los derechos
obligacionales (me debe 100, es decir un crédito). Bien en sentido estricto es toda entidad
apta para satisfacer un interés económico, que tenga existencia autónoma, y que sea
susceptible de vinculación jurídica con un individuo, esto es, que tenga la virtualidad de
soportar el exclusivo señorío de un sujeto.
Es toda entidad material o inmaterial, que es tomada en consideración por la ley, en cuanto
constituye o puede constituir objeto de relaciones jurídicas.
Los bienes se distinguen de las cosas. Las cosas, en términos jurídicos, son los objetos
materiales de valor económico que son susceptibles de ser apropiados, transferidos en el
mercado y utilizados por las personas con la finalidad de satisfacer necesidades. El concepto
de bien es mas amplio; comprende a las cosas (bienes corporales) y a los derechos (bienes
inmateriales).
Bien es toda entidad, material o inmaterial, que es tomada en consideración por la ley, en
cuanto constituye o puede constituir objeto de relaciones jurídicas. Los bienes se distinguen de
las cosas. Las cosas, en términos jurídicos, son los objetos materiales de valor económico que
son susceptibles de ser apropiados, transferidos en el mercado y utilizados por las personas
con la finalidad de satisfacer sus necesidades. El concepto de bien es más amplio; comprende
a las cosas (bienes corporales) y a los derechos (bienes inmateriales). Este es el sentido de
bien que utiliza el Código Civil. La distinción entre cosas y bienes no es unívoca. En Roma, el
concepto de cosa estuvo relacionado inicialmente con lo material, lo perceptible por los
sentidos, aquello que era parte integrante del mundo físico. La noción de cosa partió de lo más
elemental, de la comprobación de la realidad a través de los sentidos. Por ello, en la Roma
clásica se alude a res corporales. El desarrollo y la evolución de los conceptos jurídicos
determinaron la necesidad de ampliar la idea de cosa a las res incorporales, aquella que son
perceptibles con la inteligencia. Para algunos sistemas, entre cosa y bien existe una relación de
género a especie: las cosas son todo aquello que existe en la naturaleza, excepto el ser
humano; mientras que los bienes son todas aquellas cosas que son útiles al hombre y son
susceptibles de apropiación. Es decir, no todas las cosas son bienes; ya que pueden existir
cosas que no dan provecho al ser humano o que no son susceptibles de apropiación.
Para algunos sistemas, entre cosa y bien existe una relación de genero a especie: las cosas
son todo aquello que existe en la naturaleza, excepto el ser humano, mientras que los bienes
son todas aquellas cosas que son útiles al hombre y son susceptibles de apropiación.. es decir
no todas las cosas son bienes.
Los bienes reúnen las siguientes características:
- El bien es diferente al sujeto. La noción de bien se contrapone a la de persona como sujeto de
relaciones jurídicas. Las personas o su fuerza de trabajo (distinta a su resultado) no son bienes.
Esta distinción que en la actualidad parece obvia, no lo era tanto. Por el contrario, en la
antigüedad las personas eran cosas. Es el caso de los esclavos en el Derecho romano, que
eran susceptibles de apropiación y que brindaban utilidad, en el sentido económico del término.
- El bien es un concepto que tiene relevancia jurídica. Lo que es diferente al ordenamiento
legal no es bien.
- El bien proporciona utilidad. Los bienes deben ser útiles a los hombres en sus relaciones
sociales.
- Los bienes son susceptibles de apropiación. En la actualidad la energía eléctrica, la
magnética y la calorífica son bienes en la medida en que son apropiables.
- El tráfico de los bienes debe ser lícito.
- Los bienes tienen valor económico. Los bienes, como objeto de os derechos reales, deben
ser susceptibles de satisfacer un interés económico.
La cosa es en sí una entidad extra jurídica, incluyendo aquellas entidades inapropiables como
la luz, el aire y el mar. Pero cuando la cosa llega a ser apropiable, se individualiza y, además,
cuenta con utilidad económica, entonces se convierte en bien, tendría esa cualidad gracias a
la calificación jurídica.
1.2 El bien es un concepto que tiene relevancia jurídica. Lo que es indiferente al ordenamiento
legal no es bien. La relevancia jurídica, es decir, el interés, la impone la ley. Cosa alude a
entidad considerada objetivamente en sí misma. Bien, en cambio, se refiere al interés, a la
ventaja o utilidad que otorga a una persona. Por tanto, su consideración es subjetiva. Cosa es
la entidad objetiva sobre la cual se ejerce el derecho subjetivo, mientras que bien es también el
contenido del derecho subjetivo, lo cual explica que pueda existir una pluralidad de derechos
subjetivos que pueden ejercerse respecto de una misma cosa. Así, sobre un mismo inmueble
(cosa) pueden constituirse varias hipotecas o servidumbres (bienes diversos, o sea, diversas
utilidades para la misma cosa). 1.3 El bien proporciona utilidad. Los bienes deben ser útiles a
los hombres en sus relaciones sociales. La utilidad puede ser de diversa índole, como material
o moral. Para que los bienes sean útiles, deben ser susceptibles de apropiación. La luz solar,
por ejemplo, no es jurídicamente un bien por que no puede ser apropiada. Si bien la luz solar
es necesaria y útil, su regulación legal no brindaría utilidad alguna a los hombres en sus
relaciones sociales. La posibilidad de apropiación está determinada por la naturaleza del objeto
o por el mercado. Por su naturaleza, el hombre no puede apropiarse de las estrellas. El aire
atmosférico, en cambio, sí puede ser objeto de apropiación; pero su abundancia hace que no
exista interés económico en su aislamiento y posterior comercialización. Entonces tampoco es
un bien. 3 En este tema sigo principalmente a BIONDI, Biondo. Los Bienes. Barcelona: Bosch
Casa Editorial, 1961, p. 27 y ss. {14593.DOC;1} 4 1.4 Los bienes son susceptibles de
apropiación, independientemente de que dicha apropiación sea actual. Su apropiación depende
en gran medida no solo de la naturaleza misma de la entidad, sino del nivel de tecnología
imperante. Hoy la energía eléctrica, la magnética y la calorífica son bienes en la medida que
son apropiables. 1.5 El tráfico de los bienes debe ser lícito. El tráfico debe estar permitido por el
ordenamiento legal. Hay objetos cuyo tráfico está prohibido legalmente, que están fuera del
comercio. Para que podamos hablar de bienes fuera del comercio, cualquier acto jurídico
respecto del bien debe ser ineficaz. Una persona, por ejemplo, no puede ser objeto de tráfico.
Cualquier acto jurídico respecto de ella no produciría efecto. En cambio, la comercialización de
estupefacientes no implica necesariamente la ineficacia del acto (sin duda, origina una sanción
penal). Por licitud del tráfico me refiero a lo primero. El mercado se encarga, por lo general, de
determinar qué objetos están fuera del comercio. Sin embargo, la ilicitud del tráfico puede estar
dada por razones morales, religiosas o de otra índole. Es el caso de los órganos del cuerpo
humano, respecto de los cuales existe efectivamente un mercado; pero su comercialización
está prohibida por ley. En este sentido, el artículo 22 del Decreto Supremo Nº 014-88-SA señala
que el cadáver es un objeto especial en cuanto carece de significado económico-patrimonial y,
por ser diferente a todos los demás objetos, no cabe incluirlo en ninguna de las clasificaciones
de bienes. Es decir, los cadáveres no son bienes. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que
en la legislación comparada algunas partes renovables y separables del cuerpo, como los
cabellos o uñas, tienen la calidad de bienes. Sin perjuicio de lo anterior, existe un sector de la
doctrina que considera que no se puede excluir la calidad de bien en sentido jurídico, en
funciones de extracomercialidad declarada por la ley4 . Este sector concluye, pues, que los
elementos que están fuera del comercio humano pueden satisfacer necesidades humanas y,
por consiguiente, tienen la calidad de bienes. De acuerdo a dicha postura, tanto los órganos
separados del cuerpo de una persona viva, como los órganos separados del cadáver serían
bienes, aun a pesar de que el ordenamiento legal prohíbe la asignación de un valor económico
y su comercialización en el mercado. Esta posición no es seguida por el ordenamiento legal
peruano. 4 BARASSI, Ludovico. I Diritti Reales nel Nuovo Codice Civile. Milán: Ed. Gil, 1943. p.
125. Citado por: ARIAS-SCHEREIBER, Max. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984. Lima:
Gaceta Jurídica Editores, 1998, p. 632. {14593.DOC;1} 5 Tampoco son bienes el derecho al
honor, al nombre, al domicilio o a la libertad, ya que la ley los reconoce como derechos de la
personalidad no renunciables ni negociables. 1.6 Los bienes pueden ser futuros. Los bienes
pueden no tener existencia presente. De hecho, el Código Civil permite la compraventa de
bienes futuros (artículo 1532). 1.7 Los bienes tienen valor económico. Los bienes, como objeto
de los derechos reales, deben ser susceptibles de satisfacer un interés económico. Los
derechos de la personalidad, como el derecho al honor o al nombre, son entidades jurídicas
que no son capaces de constituir objeto de relaciones jurídicas de valoración económica. 2.
Clasificación de los bienes.- En teoría, se podrían clasificar los bienes de manera casi infinita,
en función a las distintas características o cualidades que tienen. Hay bienes materiales e
inmateriales, de colores y de pesos diversos, bienes que se mueven y otros que son fijos,
bienes grandes y chicos, de poco o mucho valor económico, etc. Pero no todas estas
características o cualidades son necesariamente relevantes para el Derecho. La ley adopta
algunas clasificaciones en consideración a la función que deben desempeñar los bienes en un
régimen jurídico. Repito que las clasificaciones de los bienes son muchas. Algunas tienen su
origen en la naturaleza de las relaciones entre las personas. Es el caso del préstamo de un
bien consumible o de uno no consumible. El primero es un mutuo y el segundo un comodato y
ambos contratos –el mutuo y el comodato– tienen una regulación diversa en el Código Civil.
Ello demuestra que la clasificación de los bienes en función a su consumo tiene sentido para el
Derecho, como no lo tendría en función a su color, por ejemplo. Otras clasificaciones, como la
de muebles e inmuebles, tienen su origen en la movilidad de los bienes (la posibilidad de que el
bien se traslade de un lugar a otro); pero su racionalidad que la justifica ha perdido sentido en
la actualidad. No todas las clasificaciones están recogidas positivamente por nuestro
ordenamiento legal ni tienen por qué estarlo. Algunas se reflejan solo a propósito de
determinadas relaciones jurídicas o a propósito de la definición de una institución (como los
bienes consumibles y no consumibles); otras, en cambio, como la de muebles e inmuebles,
están expresamente contempladas en la legislación de los Derechos Reales. {14593.DOC;1} 6
Las principales clasificaciones en el Derecho peruano son las siguientes: bienes corporales e
incorporales, bienes fungibles y no fungibles, bienes consumibles y no consumibles, y bienes
muebles e inmuebles. Las últimas tres clasificaciones se aplican en rigor solo a los bienes
corporales, aunque en el caso particular de los muebles e inmuebles, el Código Civil
comprende bienes incorporales. 2.1 Corporales e incorporales: Esta clasificación proviene del
Derecho romano. Los bienes corporales son los que tienen existencia tangible y ocupan una
parte del espacio, por lo que pueden ser percibidos por los sentidos. Es el caso de un carro,
una casa o un animal. Los bienes incorporales carecen de existencia corporal y son producto
de la creación intelectual del hombre. Solo se pueden percibir intelectualmente. El
ordenamiento jurídico valora como objeto de relaciones reales determinadas realidades
carentes de existencia corporal. Estas realidades son los derechos, como el usufructo o una
concesión, o las obras literarias. Los créditos tambié
CLASIFICACIÓN DE LOS BIENES
Las principales clasificaciones en el Derecho peruano son las siguientes: bienes corporales e
incorporales, bienes fungibles y no fungibles, bienes consumibles y no consumibles, y bienes
muebles e inmuebles.
a) Corporales e incorporales
Los bienes corporales.- Son los que tienen existencia tangible, ocupan una parte del
espacio, por lo que pueden ser percibidos por los sentidos. Es el caso de un carro, una casa o
un animal.
Los bienes incorporales.- Carecen de existencia corporal y son producto de la
creación intelectual del hombre. Solo se pueden percibir intelectualmente. El ordenamiento
jurídico valora como objeto de relaciones reales determinadas realidades carentes de
existencia corporal. Estas realidades son los derechos como el usufructo, o una concesión, o
las obras literarias.
El Código Civil no clasifica los bienes en corporales e incorporales. Sin embargo, varias de sus
disposiciones recogen el criterio de la materialidad. Es el caso de los artículos 884, 2088, 2089,
2090 Y 2091.
b) Fungibles y no fungibles
Los bienes fungibles.- Son aquellos que pueden ser sustituidos por otros a propósito
del cumplimiento de la obligación. Estos bienes son iguales en su valor, peso o medida. Son
equivalentes unos a otros, y por eso pueden ser reemplazados a la hora del pago. Ello ocurre
por ejemplo con una cierta cantidad de papas. Los bienes fungibles son aquellos que pueden
ser sustituidos por otros de la misma calidad, especie, clase y valor.
Los bienes no fungibles.- Son los que no pueden reemplazarse por otros al momento
del cumplimiento de la obligación, como por ejemplo una casa.
Al igual que con los bienes corporales e incorporales, el Código Civil no clasifica los
bienes en fungibles y no fungibles. Sin embargo, el criterio de la fungibilidad está recogido en
algunas de sus disposiciones, como son los artículos 1256, 1288, 1509 Y 1923.
Los bienes consumibles.- Son los que se agotan con el primer uso. El concepto de
consumo puede entenderse en sentido físico o jurídico. En sentido físico o material, el bien se
acaba con el primer uso. Es el caso de las bebidas o de la leña cuando es utilizada. En lo
jurídico el bien sale del patrimonio de la persona con el primer uso, como cuando se dispone
del dinero.
Los bienes no consumibles.- son los que no se consumen con el primer uso. Estos
bienes pueden usarse de manera indefinida sin que el uso los destruya o altere
sustancialmente. Por ejemplo, un terreno.
El Código Civil de 1936 se refirió a los bienes -y no alas cosas- y los clasificó también en
muebles e inmuebles. El artículo 812 enumeró los bienes inmuebles y el artículo 819 los
muebles, como lo hacen los artículos 885 y 886 del Código Civil de 1984.
El artículo 885 y 886 del Código Civil vigente y la Ley de Garantías Mobiliarias del
Código Civil enumera los bienes muebles y los inmuebles.
Son inmuebles:
1.- El suelo, el subsuelo y el sobresuelo.
2.- El mar, los lagos, los ríos, los manantiales, las corrientes de agua y las aguas vivas o
estanciales.
3.- Las minas, canteras y depósitos de hidrocarburos.
4.- Los diques y muelles.
5.- Las concesiones para explotar servicios públicos.
6.- Las concesiones mineras obtenidas por particulares.
7.- Los derechos sobre inmuebles inscribibles en el registro.
8.- Los demás bienes a los que la ley les confiere tal calidad.(*)
Bienes Muebles.- Por criterio de naturaleza son bienes muebles todos aquellos que puedan
ser trasladados de un lugar a otro.
El Artículo 886 del C.C. enumera los distintos tipos de bienes muebles reconocidos por el
legislador, entre las cuales tenemos:
5.- Los títulos valores de cualquier clase o los instrumentos donde conste la adquisición de
créditos o de derechos personales.
6.- Los derechos patrimoniales de autor, de inventor, de patentes, nombres, marcas y otros
similares.
8.- Las acciones o participaciones que cada socio tenga en sociedades o asociaciones,
aunque a éstas pertenezcan bienes inmuebles.
(*) Inciso incorporado por la Sexta Disposición Final de la Ley Nº 28677, publicada el 01 marzo
2006, vigente a los noventa días de la publicación de la citada Ley.
BIENES INTEGRANTES.- Es parte integrante lo que no pueden ser separados sin destruir,
deteriorar o alterar el bien. Las partes integrantes radica en que el ordenamiento jurídico tiene
por misión evitar la destrucción de valor económico mediante la segregación en porciones de
un bien. Por ello, las partes integrantes de los bienes no son susceptibles de derechos
separados (Art. 887, 2 C.C). De esta forma se busca impedir que la utilidad de los bienes se
reduzca por efecto d una división arbitraria o antieconómica. Ejemplos.
Un sector recibe la hipoteca de una casa en garantía de su préstamo; sin embargo, el valor
de la casa es sencillamente superior al momento de la obligación. No por ello el acreedor
podrá dividir la casa (que tiene unidad jurídica) a fin de compensar su préstamo con el valor de
la casa arbitrariamente fraccionada.
Dos copropietarios de un automóvil no podrá dividirse el bien llevándose uno el chasis y el
otro el motor. En estos casos, a falta de acuerdo, el juez esta facultado para impedir la división
física del bien, sacando a remate todo el automóvil, y posteriormente dividir el precio obtenido
en la subasta entre los dos copropietarios.
Queda claro que la doctrina de las partes integrantes tiene como finalidad evitar la destrucción
de los bienes mediante su división o alteración antieconómica. Se entiende que un bien es un
recurso valioso, y que su división arbitraria implicaría destruir su valor, ocasionando perjuicio a
las partes interesadas (por ejemplo si la solución técnica fuese la demolición, entonces se
perdería la inversión realizada en la construcción y, además, se perdería en valor invertido en
la demolición) y a la sociedad toda, por cuanto la riqueza general se vería disminuida con la
perdida del bien. En consecuencia la parte integrante no es susceptible de derechos
separados con respecto al bien al que se incorpora. La parte integrante sigue la suerte del
bien.
BIENES ACCESORIOS.- Son accesorios lo bienes que, sin perder su individualidad, están
permanentemente afectados a un fin económico u ornamental con respecto a otro bien. La
existencia de bienes accesorios permanentemente afectados a un fin económico u ornamental
de otro bien, conlleva a la necesaria existencia de u bien principal. A diferencia de las partes
integrantes que se encuentran físicamente unidas entre sí formando una entidad distinta y
cuya separación acarreará su destrucción, deterioro o alteración, las partes accesorios no
pierden su individualidad en la medida en que la vinculación con el bien principal no
ocasionará nuevo bien.
No queda ninguna duda que los bienes muebles siempre podrán ser parte accesoria de otros
bienes muebles o de inmuebles. Sin embargo cabe preguntarse si un bien inmueble puede ser
accesorio de otro inmueble. Al respecto creemos que no existe ningún obstáculo para que un
predio pueda ser parte accesoria de otra en la medida en que exista conexión para una
finalidad económica determinada y que la afectación lo haga el propietario de ambos bienes.
Tal ocurrirá en el caso de los predios sujetos al régimen de propiedad exclusiva y propiedad
común o de independización y copropiedad, donde es usual que secciones de propiedad
exclusiva, como depósitos, estacionamientos o tendales, constituyan bienes accesorios de los
departamentos destinados a vivienda.
La diferencia sustancial entre los bienes integrantes y los accesorios está en que los primeros
se configuran por la unión física, en tanto que los accesorios surgen por la afectación jurídica
que realiza el propietario de un bien.
FRUTOS Y PRODUCTOS.- En el derecho romano son FRUTOS los provechos naturales que
periódicamente suministran las cosas sin disminuir su esencia, como por ejemplo los
productos de las plantas, la leña de los bosques, la lana, la leche, las crías de los animales,
etc.; asimismo comprende los rendimientos que se obtienen por la concesión a otro de la cosa
como son claramente las rentas de alquileres, y que modernamente han venido a llamarse
provechos civiles, en contraposición a los anteriores. A partir de la definición de nuestro
Código Civil se entiende que fruto viene a ser aquello que produce un bien sin que haya
alteración ni disminución alguna de su sustancia. Los frutos se reproducen asi por ejemplo, la
uva que da la vid, de la que todo los años hay cosecha.
PRODUCTOS.- Son los accesorios que separan, sacan o extraen del bien y que alteran o
disminuyen la sustancia del bien. los productos no se reproducen. Los productos son lo que la
cosa no esta destinada a producir, y cuya producción no es periódica ni tiene regularidad
alguna. Ejemplo, el material extraído de la cantera, el mineral sacado de una mina. El
producto, al ser obtenido, agota o destruye el bien del cual se extrae, lo que no ocurre con los
frutos.
DIFERENCIA ENTRE FRUTOS Y PRODUCTOS.- Se entiende que frutos son aquellos que
genera un bien sin que haya alteración o disminución de sus sustancia, lo que los diferencia
de los productos sería que estos últimos se generarían a partir de la separación de algún bien
disminuyendo o alterando su sustancia. Tanto los frutos como los productos son provechos.
Unos y otros antes de la separación son partes del bien principal. Ejemplo los árboles cuyo
uso exclusivo es dar sombra y que una vez cortados constituirán productos. Pero si están
destinados a la tala serán frutos.
Clases de frutos.- Los frutos como excedente económico pueden ser de diversos tipo:
FRUTOS NATURALES.- Estos son los que nacen o se producen de modo espontáneo, esto
es sin la intervención del hombre. Ejemplo, la cría de los animales, la leche, la lana, las flores,
etc.
FRUTOS INDUSTRIALES.- a diferencia de los frutos naturales, hace referencia a aquellos
rendimientos que se obtienen por el concurso de la industria o trabajo del hombre aplicado a al
producción en general. Ejemplo, todo rendimiento de la manufactura, cave indicar que el
desarrollo de la ciencia, sobre todo de la agroindustria, a determinado la generación de
cultivos desarrollados genéticamente, con clara intervención del hombre.
FRUTOS CIVILES.- Son aquellos que provienen de una relación jurídica, son aquellos que
proceden del bien en correspondencia al goce de otra persona distinta de su propietario.
Ejemplo, la renta generada por el arrendamiento. Cabe precisar que no toda relación jurídica
genera frutos. Por ejemplo la relación jurídica surgida de un contrato de compraventa no los
genera ya que dicho contrato, al dar lugar a la obligación de transferir la propiedad, determina
que el capital generador de los excedentes económicos se altere, o en todo caso disminuya su
sustancia, lo que es contrario con el concepto de frutos. Tampoco los genera la relación
laboral o las indemnizaciones, ya que en estas no hay un bien que medie al interior de la
relación en cuestión.
Los frutos naturales, industriales y civiles pertenecen al propietario productor y titular del
derecho respectivamente. Se perciben los frutos naturales cuando se recogen, los industriales
cuando se obtienen y los civiles cuando se recaudan.
LA TUTELA POSESORIA.- Los derechos reales son un conjunto de facultades que tutelan la
atribución o pertenencia sobre los bienes. Mediante su normativa se establece la esfera
jurídica de los sujetos en relación con los bienes. Ahora bien esta atribución se realiza en dos
planos o niveles: PROVISIONAL. El poseedor debe contar con la posibilidad de acceder al
bien en cualquier momento a través de un acto voluntario, y al mismo tiempo debe estar en la
capacidad de excluir a los extraños de su control. La posesión cumple de atribuir los bienes de
forma interina, de tal suerte que el poseedor será protegido provisionalmente por su sola
condición de tal. DEFINITIVA, a través de la propiedad y de los demás derechos reales
conocidos por ley. En este nivel definitivo el poseedor será vencido por el titular del derecho.
La contra posición entre ambos es clara: la posesión es el ejercicio de hecho sobre un bien (lo
tengo en mi poder Art. 896 C.C), mientras la propiedad o cualquier otro derecho real es un
poder jurídico reconocido por la Ley (tengo un titulo Art. 923 C.C).
La posesión no se tutela por ser un derecho, sino porque comprobado el hecho posesorio, no
es el poseedor quien debe dar razón de su derecho, sino aquel que manifiesta lo contrario,
esto es, quien afirma que la posesión se realiza sin derecho o que tiene un mejor derecho a
poseer. Así, poseer no necesariamente implica la tenencia física del bien, sino comprende
situaciones en la que incluso, no encontrándose efectivamente el bien en poder del poseedor,
este tiene derecho a tenerlo.
ELEMENTOS DE LA POSESION.
CLASES DE POSESION
Poseedor inmediato.- Es el poseedor temporal en virtud de un título. Son dos los requisitos: la
temporalidad de la posesión y que esta se haya originado en un título.
En este caso título significa acto jurídico o contrato. Debe mediar pues un acuerdo de
voluntades que atribuye la posesión. El contrato puede ser, por ejemplo, un arrendamiento o
un préstamo. Lo usual es que el otorgante del contrato sea el propietario del bien, con lo cual
este es el poseedor mediato y el arrendatario, el inmediato. Pero puede ocurrir que el contrato
de arrendamiento sea otorgado por un no propietario, como podría ser un usurpador. En este
caso estaríamos ante dos poseedores ilegítimos, el usurpador y el arrendatario del usurpador.
A pesar de ser ilegítimos y de que el título ha emanado de un no propietario, usurpador
(otorgante) será poseedor mediato y el arrendatario inmediato.
El Código se ha cuidado al definir al poseedor mediato. No ha dicho que es el propietario. Dice
que es quien confiere el título.
Para que haya posesión mediata e inmediata es indispensable entonces que haya un contrato
que vincule al mediato y al inmediato y que impone a este último la obligación de restituir. Por
esto la posesión es temporal.
Contrastemos la posesión inmediata con la del usurpador. Este último no tiene título alguno.
Todo lo contrario: él asumió la posesión por decisión propia. No tiene temporalidad, no está
obligado por un plazo consignado en un título. El usurpador posee por plazo indefinido,
mientras el propietario no te exija la devolución del bien a través de la acción reivindicatoria.
En todos los casos en que hay posesión mediata o inmediata puede haber pluralidad de
poseedores, pero no hay coposesión. Así resulta claramente del artículo 899, el cual exige
para que haya coposesión que los varios poseedores de un bien lo sean en forma conjunta, lo
cual ciertamente no ocurre cuando hay mediato e inmediato.
No hay precariedad cuando el poseedor tiene algún título, no importando su validez o eficacia
Se trata de un criterio exclusivamente formal, y por el cual un título nulo o ineficaz (pero que
tenga, por lo menos, la apariencia de un título) podrá convertir al poseedor en ilegítimo
(artículo 906 C.C.), pero no en precario.
POSESION PRECARIA
El artículo novecientos once del Código Civil establece que la posesión precaria es la que se
ejerce sin título alguno o cuando el que se tenía ha fenecido, y en atención a lo expuesto en el
considerando precedente, resulta evidente que el legislador ha hecho una diferenciación entre
posesión ilegítima y posesión precaria, ya que en la primera existe un título pero que adolece
de un defecto formal o de fondo, y en la segunda no existe título alguno por lo tanto la
posesión ilegítima no puede equipararse con la posesión precaria.
La precariedad en el uso de bienes inmuebles no se determina únicamente por la carencia de
título de propiedad, arrendamiento u otro semejante, sino que debe ser entendida como la
ausencia absoluta de cualquier circunstancia que permita advertir la legitimidad de la posesión
que ostenta el ocupante.
PRESUNCIONES LEGALES
El poseedor es reputado propietario, mientras no se pruebe lo contrario. Esta presunción no
puede oponerla el poseedor inmediato al poseedor mediato. Tampoco puede oponerse al pro-
pietario con derecho inscrito.
El artículo bajo comentario consagra la presunción de propiedad en favor del poseedor.
Este artículo tiene su antecedente directo en el artículo 827 del Código Civil de 1936 que a la
letra establecía que "el poseedor es reputado propietario mientras no se pruebe lo contrario.
Esta presunción no puede oponerse a aquél de quien recibió el bien".
El Registro es la forma moderna y organizada de publicitar derechos. El Regis tro es una
creación contemporánea que sobre la base de determinados principios proporciona un grado de
seguridad jurídica de incuestionable fortaleza.
MEJORAS
GASTOS Y MEJORAS.- El "gasto" es el desembolso pecuniario que aumenta el valor del bien; en
cambio, la "mejora" es toda modificación material que aumenta el valor del bien. En cualquiera de
las dos hipótesis, lo común es el aumento de valor. Por ejemplo: el arreglo de una tubería es un
"gasto", en tanto no implica la modificación material del bien. Por el contrario, la instalación de
una nueva tubería constituye una "mejora".
Se debe entender por mejoras toda modificación material de una cosa que haga aumentar su
valor, estas pueden ser:
Necesarias.- Cuando tienen por objeto impedir la destrucción o deterioro del bien. por ejemplo
los trabajos hechos para impedir el derrumbamiento de una casa
Son mejoras útiles.- Las que sin pertenecer a la categoría de las necesarias aumentan el valor
y la renta del bien. Por ejemplo la instalación de una terma en la casa del propietario.
Son de recreo.- Cuando sin ser necesarias ni útiles sirven para ornato, lucimiento y mayor
comodidad. También denomina de lujo o suntuarias, que son aquellas de exclusiva utilidad
para el que las hizo, por ejemplo la realización de murales o pinturas artísticas efectuadas en
la pared de una casa
Teniendo en cuenta que las mejoras de recreo son aquellas que sirven exclusivamente para
dar mayor comodidad al poseedor, o para el ornato y lucimiento, mas no redunda en beneficio
alguno al propietario, esta clase de mejoras no son reembolsables.
Plazo para iniciar la acción de reembolso.- Plazo de prescripción para el reembolso de las
mejoras son de dos meses art. 919 C.C. Si el poseedor es demandado por desalojo (proceso
de tutela de la posesión mediata), entonces el plazo de prescripción -aunque más parece ser
uno de caducidad- vence en el lapso que tiene el demandado para presentar su contestación.
Es decir, el plazo prescriptorio ya no se cuenta desde la fecha de restitución del bien, sino
desde mucho antes, aunque ello se encuentra subordinado a que se trate de una demanda de
desalojo.
El proceso de pago de mejoras no es acumulable al de desalojo, por lo que cada trámite seguirá
su curso en forma independiente al otro. De este supuesto se concluye que la falta de pago de las
mejoras no incidirá en la restitución del bien pretendido a través del desalojo, lo cual lleva
directamente a convertir en ineficaz el derecho de retención, salvo que en el proceso de pago de
mejoras el juez -a pedido de parte- decrete una medida cautelar de secuestro atípico a favor del
poseedor929.
El obligado al reembolso de mejoras es el propietario del bien.
RETENCIÓN
El art. 918 C.C. señala que en todos los casos en donde el poseedor deba ser reembolsado de
mejoras, tiene el derecho de retención. Es decir, mientras el propietario no abone el valor actual de
las mejoras al poseedor, éste puede retener en su poder el bien hasta la cancelación del crédito,
o hasta que se halle suficientemente garantizado (art. 1123 C.C.). La retención corresponde a
TODO POSEEDOR -incluso de mala fe- a quien la ley le conceda la posibilidad de solicitar el
reembolso por mejoras art. 917 CC.
DEFENSA POSESORIA EXTRAJUDICIAL
El poseedor puede repeler la fuerza que se emplee contra él y recobrar el bien, sin intervalo de
tiempo, si fuere desposeído, pero en ambos casos debe abstenerse de las vías de hecho no
justificadas por las circunstancias.
EXTINCION DE LA POSESION
La posesión se extingue por:
1.- Tradición.
2.- Abandono.
3.- Ejecución de resolución judicial.
4.- Destrucción total o pérdida del bien.
El Código precedente en su artículo 842 se limitaba a expresar que se pierde la posesión por
abandono y cuando se pierde el ejercicio de hecho.
Si bien es de apreciarse un gran avance, pues se incluyen cuatro causales de extinción de la
posesión, se ha omitido incluir la cesión a título gratuito u oneroso, la usurpación, la
reivindicación y la expropiación.
1. Tradición
Es el primer caso de extinción de la posesión.. En términos simples, se podría resumir como la
entrega que se hace de un bien mueble o inmueble, de una a otra persona.
La tradición supone una transmisión del bien mueble o inmueble de mano en transmisor,
denominado transferente o tradens; el otro es el sujeto que recibe, llamado adquirente o
accipiens.
Debemos precisar que, tratándose de bienes inmuebles, la tradición no requiere un acto
material, siendo suficiente que exista un simple acuerdo, en virtud del cual el poseedor
entregue las llaves a otra persona para que la posesión de este último quede perfeccionada.
La tradición de bienes muebles se materializa por la entrega del bien (corpus).
2. Abandono
Respecto a esta causal de extinción de la posesión, en doctrina existen posiciones
encontradas; algunos sostienen que para que opere el abandono basta el hecho real de
abandonar la posesión del bien (elemento objetivo); otros, por el contrario, argumentan que es
necesario que exista la voluntad de abandonar (elemento subjetivo).
El profesor Arias-Schreiber considera que: "no se puede concebir la posesión de un bien, si su
titular libremente la rechaza. Quien hace abandono se desprende del bien con la intención de
no ejercitaren lo sucesivo ningún poder de hecho ni de derecho; en el abandono se conjugan,
por consiguiente, los factores físico a intencional. El acto de desprenderse del bien identifica al
primero; la voluntad de no ejercitar en lo sucesivo el poder, al segundo".
Para que se configure el abandono debe concurrir la voluntad con el hecho físico, no debe
confundirse el abandono con la mera renuncia de la posesión. Esta ultima no basta, por sí sola,
para determinar la pérdida de aquella, es imprescindible que esté acompañada por el hecho
material o físico de la desaprensión.
LA PROPIEDAD
La propiedad es el poder jurídico que permite a una persona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Asi,
la persona propietaria podrá servirse directamente de su bien, percibir sus frutos y productos, y darle destino o
condición conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales actividades en armonía con el bien común y
dentro de los límites establecidos por la ley; e incluso podrá recuperarlo si alguien se ha apoderado de él sin
derecho alguno. Es el ejercicio de hecho y de derecho.
Usar.- Es servirse del bien. Usa el automóvil quien se traslada con él de un lugar otro. Usa la
casa quien vive en ella. Usa un reloj quien lo lleva puesto y verifica hora cuando desea.
Disfruta r.- Es percibir los frutos del bien, es decir, aprovecharlo económicamente. Los frutos
son los bienes que se originan de otros bienes, sin disminuir la istancia de! bien original. Son
las rentas, las utilidades. Hay frutos naturales, frutos industriales y frutos civiles.
Disponer.- Es prescindir del bien (mejor aún, del derecho), deshacerse de la cosa, ya sea
jurídica o físicamente. Un acto de disposición es la enajenación del bien; es hipotecarlo; es
abandonarlo o destruirlo.
Reivindicar.- Es recuperar. Esto supone que el bien esté en poder de un tercero y no del
propietario. Muchas pueden ser las causas, desde un desalojo o usurpación, hasta una
sucesión en la que se dejó de lado al heredero legítimo y entró en posesión un tercero que
enajenó a un extraño, el cual ahora posee. En cualquier caso, el propietario está facultado,
mediante el ejercicio de la acción reivindicatoría, a recuperar el bien de quien lo posee
ilegítimamente. Por esto se dice que la reivindicación es la acción del propietario no poseedor
contra el poseedor no propietario (poseedor ilegítimo, habría que precisar).
CAZA Y PESCA..- La norma clave de la apropiación en animales y peces es el art. 930 C.C.:
"Los animales de caza y peces se adquieren por quien los coge, pero basta que hayan caído en las
trampas o redes, o que, heridos sean perseguidos sin interrupción". En este caso específico la
apropiación se produce por la aprehensión de la presa, esto es, la toma de posesión sobre el
bien; no obstante ello, la ley considera otros mecanismos sucedáneos de ocupación. Así pues,
desde el momento de la captura en trampas o redes, o desde el momento en que se produce la
herida en el animal -en caso de ser perseguido inmediatamente hasta su aprehensión-, se
entiende consumada la apropiación, es decir, la adquisición de la propiedad del bien vacante.
En consecuencia, se reputará propietario a quien produzca la herida decisiva del animal y
continúe con su persecución, y no a un hipotético primer ocupante casual. Además, la
aprehensión se consuma con el hecho de quedar el animal preso en las redes o en la trampa,
aunque no exista ocupación física. Si un cazador ocasional coge la pieza atrapada en la
trampa o en la red del cazador que la puso, no adquiere la propiedad pues no se le considera
el primer ocupante, y más bien se le reputará autor de hurto por el despojo cometido. El art.
930 C.C. no es sólo una norma atributiva de propiedad; además, sirve para decidir el conflicto
entre distintos sujetos que pretendan arrogarse la primera ocupación del bien.
La apropiación queda mediatizada cuando la caza o la pesca se realizan en predio ajeno, sin
permiso del propietario o del poseedor, y siempre que se traten de predios no cercados o
incultos. En tal caso, los animales cazados o pescados corresponden al propietario o al
poseedor de la finca, además de la indemnización por los daños que se produzcan por invadir
la esfera jurídica ajena (art. 931 C.C.).
HALLAZGO.- El art. 932 C.C. establece que el hallador de un objeto perdido está obligado a
entregarlo a la autoridad municipal, la cual comunicará el hecho mediante anuncio público1319. El
objetivo de este procedimiento es posibilitar que el propietario de dicho objeto lo reclame 1320. Si
el hallador no cumple esta norma, entonces se convierte en poseedor ilegítimo de mala fe1321,
salvo si objetivamente vistas las circunstancias se puede suponer que el objeto encontrado era
"nullius", en cuyo caso el sujeto tendrá buena fe. Es bueno mencionar que la OBLIGACIÓN
DE HALLADOR ( art. 932 C.C.), consistente en entregar el objeto ante la autoridad municipal,
sólo surge cuando se consuma el hallazgo, es decir, cuando el hallador encuentra y recoge el bien
perdido, tomando posesión de éste. A partir de este momento nace la obligación legal, cuya
inobservancia puede conllevar, incluso, responsabilidad penal (art. 192-1 C.P.). Por tanto, si el sujeto
ve la cosa y no la recoge, entonces no asume obligación alguna; incluso si se acerca para
examinarla pero la deja en su lugar no nace el deber jurídico. No existe, pues, una "obligación" de
recoger los objetos perdidos. El dueño que recobre lo perdido está obligado al pago de los gastos y a
abonar a quien lo halló la recompensa ofrecida o, en su defecto, una adecuada a las circunstancias. Si
se trata de dinero, esa recompensa no será menor a una tercera parte de lo recuperado.
TESORO.- De conformidad con el art. 935 C.C. el tesoro descubierto en terreno ajeno sin
cerca, siembra o edificación, se divide en partes iguales entre el descubridor y el propietario del
terreno. La misma solución se aplica para el caso de un descubridor que opere con autorización
del propietario del terreno donde se realiza la búsqueda (art. 934, 1 C.C. "contrario sensu). La
regla de nuestro Código proviene directamente de una decisión de ADRIANO, recogida en las
fuentes. Esta solución ha sido alabada como una manifestación del triunfo de la justicia al
momento de ponderar los intereses en conflicto, muy propia del genio jurídico romano, antes
que ser una regla deducida lógicamente. La justificación de la solución romana pasa por
cuestiones de orden práctico, y no dogmático: "si no se reconociesen derechos al dueño del fundo o
al descubridor se promovería la ocultación de los tesoros descubiertos”. La adquisición conjunta
del tesoro por parte del descubridor y del propietario del terreno se produce en forma
automática, y simultánea, con el sólo hecho del descubrimiento. Así se deduce de la letra del
art. 935 C.C. y de los precedentes históricos de la regulación del tesoro. Por tanto, la figura del
tesoro da origen en algunos casos a la copropiedad, lo cual siempre ocurre en el hallazgo.
En cambio, si el tesoro fuese descubierto en terreno ajeno sin haberse recabado la
autorización de su propietario, entonces el tesoro corresponde íntegramente a éste, más el
pago de la indemnización por los daños resultantes (art. 934 C.C.). Igual solución habrá de
arbitrarse en el caso de tesoros descubiertos en terrenos del dominio del Estado. En efecto, si
bien los arts. 105 a 111 del D.S. 154-2001-EF, Reglamento General de Procedimientos
Administrativos de los Bienes de Propiedad Estatal, obligan a obtener una autorización para la
búsqueda de tesoros en terrenos estatales, sin embargo, la norma olvida establecer la
consecuencia jurídica por no recabar la citada autorización. Ante tal omisión, no caben dudas
de que el precepto general del Código Civil será aplicable y, en consecuencia, el Estado se
convertirá en exclusivo propietario del tesoro descubierto.
ESPECIFICACIONES Y MEZCLA.
MEZCLA.-. Esta solución se encuentra prevista en el art. 937, 2 C.C.: "La especie que resulta de
la unión o mezcla de otras de diferentes dueños, pertenece a éstos en proporción a sus valores
respectivos".
Por consiguiente, la unión o mezcla se produce cuando dos bienes muebles de distintos
propietarios y sin mediar la voluntad de éstos, se juntan indisolublemente para formar una sola
unidad. La unión o mezcla es otro de los modos de adquisición ORIGINARIO de la propiedad,
en cuanto la copropiedad no trae causa en la voluntad de los anteriores titulares, sino que nace
"ex novo".
En la unión y mezcla no se da relevancia a la buena o mala fe de los propietarios partícipes, lo
cual sin dudas hubiera complicado en gran medida esta materia. En tal sentido, el legislador se
limitó a establecer una sola consecuencia jurídica para los casos de unión o mezcla (art. 937, 2
C.C.), con lo cual implícitamente declara la irrelevancia de la buena o mala fe, pues en todo
caso el dueño de uno de los bienes no debe enriquecerse a costa del otro, sin perjuicio a la
indemnización por daños o a la responsabilidad penal que correspondiese.
ESPECIFICACIÓN.- El signo distintivo de la especificación no se encuentra en el conflicto derivado
de la unión material de dos bienes de distintos propietarios, sino el caso singular consistente en la
formación de un bien nuevo en virtud de elaborar o transformar una o varias materias anteriores.
Por tanto, en la especificación el conflicto se halla entre la materia (propiedad de uno) y el
trabajo de elaboración prestado por otro. La característica de la especificación es la mutación de
la especie, siendo ejemplos típicos de ésta los casos de transformación por el escultor de un
bloque de mármol ajeno, o la elaboración de vino a través de una cierta cantidad de uvas ajenas.
Nuestro Código Civil se aparta del Derecho romano, en cuanto considera que "el objeto que se
hace de buena, fe con materia ajena pertenece al artífice, pagando el valor de la cosa
empleada'''(art. 937, 1 C.C.). La norma es deficiente, tal y conforme explicamos a continuación:
- El art. 937, 1 C.C. da primacía al sujeto que transforma la materia (empresario), siempre que
haya actuado de buena fe. Sin embargo qué ocurre si la materia tiene mucho más valor que el
trabajo puesto en ella? Por ejemplo: el joyero que transforma un diamante en bruto en una joya.
Aquí, es realmente inicuo considerar que la simple actividad del joyero, aunque tenga buena fe,
pueda hacerlo adquirir la propiedad del diamante, con la obligación de restituir su valor.
- El art. 937, 1 C.C. no regula la hipótesis en que el artífice actúe de mala fe, es decir, conozca
que el material empleado es ajeno. ¿Qué sucede en tal situación? De una interpretación a
contrario, debería concluirse que el propietario de la materia lo seguirá siendo con respecto al
bien nuevo ("res nova"). Sin embargo, ¿qué ocurre si el trabajo tiene mucho más valor que la
materia? Nuevamente la solución es inicua. Por ejemplo: un valioso adorno de mármol se
aprecia por el trabajo de su autor, y no por el costo del mármol. Ni siquiera la mala fe parece
título suficiente para hacer que la "res nova" deba ser atribuida al dueño de la materia.
ACCESION
DEFINICIÓN Y FUNDAMENTO.- El art. 938 C.C. define a esta figura como un modo adquisitivo
de la propiedad, consistente en la atribución al propietario de un bien, de todo aquello que se
une o adhiere materialmente a éste. Por tanto, el presupuesto de la accesión es la existencia de
dos bienes, uno de los cuales tendrá el carácter de '"principal", y el otro de "accesorio", siendo este
último el que se adhiere en el primero. La accesión es, pues, otro modo de adquisición
ORIGINARIO de la propiedad, en cuanto el derecho no trae causa en la voluntad del anterior
titular, sino que nace "ex novo". La teoría de la accesión contiene tres elementos
configuradores: la continuidad de la propiedad del bien principal, la pérdida de la propiedad del
bien accesorio y la restitución del enriquecimiento.
ACCESIONES FLUVIALES.- Una tradición histórica proveniente del Derecho romano incluye
dentro de la accesión los problemas derivados de las mutaciones producidas en los predios por
efecto de las aguas. Nuestro Código regula las siguientes figuras:
1. El aluvión.- consiste en las uniones de tierra e incrementos que se forman sucesiva e
imperceptiblemente en los fundos situados a lo largo de ríos o torrentes de agua, los cuales pertenece
al propietario del fundo (art. 939 C.C.). se trata de una accesión natural, pues la unión de tierras
se realiza sin intervención del ser humano y por efecto de las corrientes de agua. el acrecentamiento
de un fundo no sólo puede originarse por la adición gradual de partículas de tierra que la corriente
transporta al fundo ribereño (aluvión), sino también por la acción insensible del retiro del agua de una
ribera hacia la otra, abandonando una parte del álveo. Esta segunda hipótesis no está
contemplada en el art. 939 C.C., pero tal vez esta norma podría ser de aplicación por analogía.
2. La avulsión.- Se produce cuando una parte considerable y conocida de un fundo contiguo al
curso de un río o torrente es arrancado de él y transportado por la fuerza de las aguas hacia un
fundo inferior o hacia la ribera opuesta. En nuestro Código de 1984 (art. 940) se sigue el criterio
temporal, pues se establece que el primer propietario del terreno desprendido puede reclamarlo
dentro del plazo de dos años desde el suceso; vencido este plazo, pierde su derecho de propiedad
en favor del titular del fundo al que se adhirió el terreno, siempre que éste haya tomado la
posesión. Es decir, no basta la adición de una porción desprendida del terreno vecino, sino
además es necesaria la inacción del primer propietario por dos años y la posesión del
propietario del campo al que se unió la porción. Cumplido estos requisitos, se produce la
adquisición de la propiedad por accesión de dicha porción desprendida de terreno (rectius:
"usucapión especial").
Si la porción ocupada hiciere insuficiente el resto del terreno para utilizarlo en una
construcción normal, puede exigirse al invasor que lo adquiera totalmente.
Cuando la invasión a que se refiere este artículo haya sido de mala fe, regirá lo dispuesto en
el artículo 943.
Por otro lado, si el constructor o el agricultor actúan de mala fe, igualmente se convierten en
propietarios de los elementos que hayan utilizado, pero quedarán obligados a restituir el doble
de su valor, mas la indemnización correspondiente.
Accesión natural
El propietario de animal hembra adquiere la cría, salvo pacto en contrario.(*)
Para que los animales se consideren frutos, basta que estén en el vientre de la madre, aunque
no hayan nacido.
Trasmisión de la Propiedad
Adquisición a non dominus de bienes muebles.- Quien de buena fe y como propietario recibe
de otro la posesión de una cosa mueble, adquiere el dominio, aunque el enajenante de la
posesión carezca de facultad para hacerlo. Se exceptúan de esta regla los bienes perdidos y
los adquiridos con infracción de la ley penal.
La fórmula que contempla el artículo 948 exige los requisitos siguientes:
a) Que se trate de una cosa mueble, susceptible de ser comercializada. Los inmuebles están,
de consiguiente, al margen del sistema.
b) Solo se aplica a los muebles corporales y no a los incorporales.
c) Debe producirse la entrega del bien, hecha por uno al otro sujeto de la relación jurídica.
d) El sujeto adquirente debe hacerlo como propietario, pues de otro modo no habría traslación
de dominio alguna.
e) El sujeto en cuestión deberá actuar de buena fe, esto es, bajo el firme convencimiento
acerca de la licitud y legitimidad de la transferencia de dominio.
f) No deben concurrir determinadas situaciones especiales que enervan la eficacia de todo el
principio, como son las que corresponden a los bienes perdidos y a los adquiridos con
infracción del Código Penal.
Propiedad predial
Extensión del derecho de propiedad
Etimológicamente la voz predio tiene su origen en el vocablo latino praedium, que significa finca
o fundo y que proviene de praes, praedis, "fiador", puesto que el predio, la tierra o la casa era la
finca que se daba en dote, como si fuese la fianza del casamiento (Enciclopedia Jurídica Ome-
ba-Tomo XXII). El predio es la unidad física, materialmente definida, conformada por un ámbito
de extensión territorial, con edificación o sin ella, también se alude con dicho término a las
edificaciones en altura o porciones de subsuelo que conforman unidades independientes.
Clases de predios
Los predios pueden ser de las siguientes clases:
a) Urbanos, son aquellos predios que han sido habilitados dotándolos de los servicios
necesarios, como consecuencia de haberse culminado el proceso de habilitación urbana
correspondiente con la obtención de la recepción de las obras respectivas.
b) Rurales, reciben esta denominación las porciones de tierra ubicadas en área rural o en
área de expansión declarada zona intangible, dedicada al uso agrícola, pecuario o forestal. Se
considera también así a los terrenos eriazos calificados para fines agrícolas (artículo 4 inc. b del
Decreto Legislativo N9 667).
c) Eriazos, están constituidos por las tierras no cultivadas por falta o exceso de agua y demás
terrenos improductivos, excepto las lomas y praderas con pastos naturales dedicados a la
ganadería; las tierras de protección, es decir las que no reúnen las condiciones ecológicas
mínimas y las que constituyen patrimonio arqueológico de la nación.
d) Los ubicados en áreas de expansión urbana, son aquellos que
se ubican en espacios determinados por las municipalidades, para ser destinados
a futuras habilitaciones, es decir son áreas donde se proyecta el crecimiento urbano de una
ciudad.
La propiedad del subsuelo no comprende los recursos naturales, los yacimientos y restos
arqueológicos, ni otros bienes regidos por leyes especiales.
El artículo 955 del Código Civil se ubica dentro de las disposiciones generales aplicables a la
propiedad predial; para efecto de precisar que el subsuelo y el sobresuelo pueden ser materia
de un derecho exclusivo de propiedad, que recae en propietario diferente al titular del suelo.
Mediante la institución de la propiedad horizontal, en concordancia con lo ex presado en el
artículo 955 bajo comentario, se admite la existencia de diferentes titulares de un derecho de
propiedad, que comparten la proyección vertical de una extensión territorial; ejerciendo
atributos exclusivos sobre el sobresuelo y subsuelo, siendo un propietario distinto al del suelo.
No obstante lo indicado, cabe precisar que la propiedad horizontal puede en la actualidad
también ser aplicada a situaciones distintas de la señalada en el citado artículo 955; es así que
no solo puede darse ante la existencia de diferentes titulares de porciones horizontales de una
edificación, sino que también se aplica a complejos inmobiliarios, desarrollados con unidades
que ocupan porciones distintas de terreno, colindantes o con solución de continuidad, pero que
comparten espacios comunes de dicho complejo.
Paso de materiales de construcción por predio ajeno.- Si para construir o reparar un edificio es
indispensable pasar materiales por predio ajeno o colocar en él andamios, el dueño de éste debe
consentirlo, recibiendo indemnización por los daños y perjuicios que se le causen.
Están prohibidos los humos, hollines, emanaciones, ruidos, trepidaciones y molestias análogas que
excedan de la tolerancia que mutuamente se deben los vecinos en atención a las circunstancias.
Al usar el término construcción, el artículo 960 se está refiriendo no solo a las obras consistentes en el
levantamiento de nuevas edificaciones, sino también a otros tipos de obras como la que se presenta en los
casos de remodelación, ampliación y modificación de una ya existente. Se suman a ello los casos de repara-
ciones, las cuales, a tenor de la normativa vigente, deben entenderse como las obras que consisten en
reforzar o reemplazar elementos estructurales dañados; son estos los casos que pueden motivar la
necesidad del ejercicio temporal del derecho de uso respecto de un inmueble ajeno.
De otro lado, advertimos que el artículo materia del presente comentario regula la obligación del
propietario de otorgar su consentimiento para el uso de su predio, es decir en este caso se le impone el
derecho de uso temporal, sustentado en la relación de vecindad. No obstante lo indicado, cabe precisar que
dicha obligación no significa de ninguna manera que el propietario no pueda controlar posibles excesos en el
uso, o riesgos evidentes de daño a su propiedad.
Finalmente, cabe señalar que si bien la atribución ejercida no tiene un carácter oneroso, en la redacción
del artículo 960 el legislador se ha cuidado de cautelar cualquier posible perjuicio al propietario del predio
cualquier posible perjuicio al propietario del predio vecino, previendo que tengj derecho a la indemnización
por los daños y perjuicios que resulte necesaria. Di cha indemnización tendrá lugar siempre ycuando exista
algún perjuicio que repa rar, debiendo existir una relación de causalidad entre el daño producido y los acto;
ejecutados para llevar a cabo la construcción o reparación.
vecino, previniendo que tenga derecho a la indemnización por los daños y perjuicios que resulte necesaria
Con relación a este tema, José Puig Brutau dice que todo objeto de derecho ha de tener límites ciertos,
pues otra cosa sería dejar sin delimitación el derecho mismo. Esta necesidad ofrece caracteres peculiares
tratándose de la propiedad sobre bienes inmuebles y con especial frecuencia en las fincas rústicas; por ello
el artículo dispone que "todo propietario tiene derecho a deslindar su propiedad, con citación de los dueños
de los predios colindantes. La misma facultad corresponderá a los que tengan derechos reales".
El Código español citado por el mismo autor dice: "todo propietario podrá cerrar o cercar sus heredades por
medio de paredes, zanjas, setos vivos o muertos, o de cualquiera otro modo, sin perjuicio de las servidumbres
constituidas sobre las mismas".
Como hemos visto, el Código concede también los derechos de cerrar o cercar las fincas, lo que
presupone la certeza de los linderos, o lo que es lo mismo proceder al amojonamiento, operación por la
que se marcan con hitos o mojones los límites establecidos, lo que supone igualmente la certeza de los
límites o que ya se ha realizado el deslinde. El amojonamiento presupone que no hay contienda sobre los
límites, o que esta contienda ha quedado resuelta con la operación de deslinde, a continuación de la cual
se fijan las señales o mojones que hacen perceptibles los límites de la finca. Es una facultad inherente a la
propiedad y, por consiguiente, imprescriptible mientras la propiedad subsista.
Extinción de la Propiedad
Causales de extinción de la propiedad
La propiedad se extingue por:
Copropiedad
Noción de Copropiedad
Hay copropiedad cuando un bien pertenece por cuotas ideales a dos o más personas.
Características de la copropiedad
En el caso de la copropiedad, esas características son las siguientes:
4) Asignación de cuotas ideales.- Se dice, en ese sentido, que "cada condómino tiene atribuida una
fracción aritmética de la cosa común que se incorpora a su patrimonio como entidad autónoma
mientras dura la indivisión, para concretarse en una porción material de la cosa común al ser esta
dividida".
Las cuotas de los propietarios se presumen iguales.
El concurso de los copropietarios, tanto en los beneficios como en las cargas, está en proporción a sus
cuotas respectivas.
1.- Unanimidad, para disponer, gravar o arrendar el bien, darlo en comodato o introducir modificaciones en
él.
2.- Mayoría absoluta, para los actos de administración ordinaria. Los votos se computan por el valor de las
cuotas.
En este caso las obligaciones del administrador serán las del administrador judicial. Sus servicios serán
retribuidos con una parte de la utilidad, fijada por el juez y observando el trámite de los incidentes.
El derecho de usar el bien común corresponde a cada copropietario. En caso de desavenencia el juez
regulará el uso, observándose las reglas procesales sobre administración judicial de bienes comunes.
Derecho de disfrute
El derecho de disfrutar corresponde a cada copropietario. Estos están obligados a reembolsarse
proporcionalmente los provechos obtenidos del bien.
Partición
La partición no es sino un derecho potestativo mediante el cual cada copropietario puede
determinar que su cuota ideal se traduzca en una porción material del bien comunitario.
Obligatoriedad de la partición
Los copropietarios están obligados a hacer partición cuando uno de ellos o el acreedor de cualquiera lo pida,
salvo los casos de indivisión forzosa, de acto jurídico o de ley que fije plazo para la partición.
Partición convencional
Los copropietarios pueden hacer partición por convenio unánime.
La partición convencional puede ser hecha también mediante sorteo.
Si alguno de los copropietarios es incapaz o ausente, puede hacerse partición convencional o por medio de
árbitros, pero será aprobada por el juez previa tasación, y dictamen del Ministerio Público, con audiencia del
consejo de familia cuando lo haya y lo estime conveniente.
La solicitud de aprobación se sujeta al trámite del proceso no contencioso, con citación del Ministerio Público
y del consejo de familia, si ya estuviera constituído."
Lesión en la partición
La lesión en la partición se rige por lo dispuesto en los artículos 1447 a 1456.
SUB-CAPITULO IV
Extinción de la Copropiedad
Causales de extinción de la copropiedad
La copropiedad se extingue por:
Pacto de Indivisión
El pacto de indivisión que no consigne plazo se presume que es por cuatro años.
Para que produzca efecto contra terceros, el pacto de indivisión debe inscribirse en el registro
correspondiente.
Si median circunstancias graves el juez puede ordenar la partición antes del vencimiento del plazo.
Medianería
Presunción de medianería
Las paredes, cercos o zanjas situados entre dos predios se presumen comunes, mientras no se pruebe lo
contrario.
Obtención de medianería
Si la pared que separa los predios se ha levantado en terreno de uno de ellos, el vecino puede obtener la
medianería pagando la mitad del valor actual de la obra y del suelo ocupado.
En tal caso, puede pedir la supresión de todo lo que sea incompatible con el derecho que le da la
medianería.
Cargas de la medianería
Los colindantes deben contribuir a prorrata para la conservación, reparación o reconstrucción de la pared
medianera, a no ser que renuncien a la medianería, hagan o no uso de ella.
USUFRUCTO
El usufructo es un derecho real de duración limitada que permite usar y disfrutar de una cosa ajena sin
alterar su sustancia. El usufructo es una propiedad temporal, en la que solamente se priva del poder de
disposición.
c) Confiere el derecho de usar y gozar de una cosa, no así el derecho de disponer (salvo en el caso de la
figura del cuasiusufructo).
d) El bien sobre el cual recae el usufructo debe ser ajeno. De esta manera, queda claro que no tendría
sentido hablar de usufructo sobre un bien propio en tanto en dicho supuesto se consolidarían en una
sola persona los derechos del usufructuario y los del nudo propietario (llamado así por sus escasas
facultades inmediatas sobre la cosa), es decir, todos los derechos que caben sobre una cosa, con
lo que estaríamos ante un caso perfecto de propiedad.
e) El usufructo es un derecho limitado y por lo tanto debe ser ejercido de forma tal que el uso y disfrute
de la cosa no acarree ninguna modificación sustancial del bien o de su uso, tal y como lo señala el
artículo 1009 del Código Civil. Asimismo, en este mismo sentido, la explotación del bien deberá
llevarse a cabo de la formal normal y acostumbrada.
f) Es un derecho temporal, lo que constituye otra manifestación del carácter limitado del derecho. De
esta forma, su máxima duración es la vida del usufructuario, en el caso de que se trate de una
persona natural, de treinta años si se trata de una persona jurídica, o de noventinueve años en caso
de que los bienes dados en usufructo sean bienes inmuebles de valor monumental de propiedad del
Estado que sean materia de restauración con fondos de personas naturales o jurídicas.
g) El derecho de usufructo es un derecho divisible en tanto puede ser constituido a favor de varias
personas simultáneamente
a) Con la propiedad.- En este caso la diferencia es básica: el derecho de propiedad, que es el mas amplio
que se puede tener sobre un bien, incluye la facultad de disponer de él, facultad que no tiene el usufructuario
aunque este en la practica se comporte respecto del bien como lo haría el propietario. Por otro
lado, la propiedad es perpetua mientras que el usufructo tiene una naturaleza esencialmente temporal.
Asimismo, tenemos que la facultad de usar y disfrutar de la cosa que tiene el usufructuario no tiene los
mismos alcances que la del propietario, en tanto el primero solo puede explotar la cosa "en la forma normal y
acostumbrada" y sin realizar ninguna "modificación sustancial del bien o de su uso", limitación que no recae
sobre el propietario, quien puede usar y disfrutar ilimitadamente del bien bajo su dominio.
El usufructo puede constituirse mortis causa (es el caso del usufructo testamentario) o ínter vivos, ya
sea a título oneroso o gratuito.
a) Por ley.- El usufructo puede surgir de una disposición legal (autorización judicial) que confiere a ciertas
personas el derecho de uso y disfrute, ya sea sobre algunos bienes particulares, o universales. Nuestro
ordenamiento contempla únicamente dos casos de usufructo legal:
El caso del usufructo concedido por el artículo 423 a favor de los padres sobre los bienes propios de sus
menores hijos hasta que cumplan la mayoría de edad y,
El del cónyuge sobreviviente sobre la casa-habitación en la que existió el hogar conyugal en el caso de
que aquel no tuviera recursos suficientes para sostener los gastos de la casa-habitación.
b) Contrato o acto jurídico unilateral.- En este caso la fuente del derecho vendría a ser la voluntad, ya
sea de una sola parte en el caso de un acto jurídico unilateral o de dos o más partes, en el caso del
contrato. De esta manera, la constitución del usufructo puede resultar de un acto a título oneroso como
la compraventa o la permuta, o de un acto a título gratuito, es decir, sin que exista contraprestación a
cargo del beneficiario de la cesión de la nuda propiedad o del usufructo.
Ahora bien, un contrato puede crear un derecho de usufructo de dos maneras: ya sea por la vía de la
constitución directa o enajenación, caso en el cual el constituyente atribuye al adquirente el derecho de
usufructo y conserva la propiedad; o por la vía de la detracción o reserva, en cuyo caso el constituyente
enajena la propiedad y se reserva el usufructo.
c) Testamento.- El usufructo también puede establecerse por testamento, siendo este el modo de constitución
utilizado con mayor frecuencia. Esto ocurre cuando el testador lega solamente el goce del bien,
reservando la propiedad a los herederos. Valiéndose de este medio, el testador puede favorecer a una
persona sin que el bien salga definitivamente de la esfera patrimonial de su familia, en este sentido, a la
muerte del usufructuario, los herederos del testador recobrarán la plena propiedad del bien.
En este sentido, una de las principales características de este derecho radica en su temporalidad, la
misma que constituye una de las razones por la que el usufructo es considerado un derecho real limitativo de
dominio.
Nuestro Código Civil establece como plazo máximo para el caso de personas jurídicas beneficiarías del
derecho de usufructo, el de treinta años. Por otro lado, en el caso de bienes inmuebles de valor monumental
de propiedad del Estado que sean materia de restauración con fon dos de personas naturales o jurídicas, el
artículo bajo comentario establece claramente que el usufructo que constituya el Estado a favor de estas
personas podrá tener un plazo máximo de noventa y nueve años, siendo, a nuestro parecer, la principal
razón que justifica la mayor extensión de este plazo, la inversión realizada por el titular del derecho en la
restauración del bien materia del usufructo.
Ahora bien, aunque parece evidente dadas las características del usufructo, es importante mencionar
que, en el caso que el beneficiario del derecho deje de existir ya sea por fallecimiento en el caso de
personas naturales o por extinción de la personalidad jurídica en el caso de personas jurídicas antes del
cumplimiento del plazo previsto para la cesión del usufructo, el derecho quedará extinguido, supuesto que
se dará en el caso de bienes monumentales en los que el derecho haya sido otorgado a favor de personas
naturales.
Por otro lado, para el caso de personas naturales titulares del derecho de usufructo de bienes distintos de
los monumentales señalados en los párrafos precedentes, el plazo máximo de dicho derecho, aunque no lo
señala expresamente el presente artículo, es por la naturaleza misma del derecho la vida del usufructuario,
razón por la cual no podrá constituirse un usufructo a favor de una persona y sus herederos.
Finalmente, cabe señalar que cualquier derecho de usufructo constituido por un plazo mayor a lo
señalado, será indefectiblemente reducido a los máximos establecidos por ley. Asimismo, y en el mismo
orden de ideas, cualquier derecho de usufructo constituido sin término expreso se entiende que es por los
plazos máximos antes señalados, en atención a la vocación de la ley de incentivar la consolidación, en un solo
titular, de todos los atributos de la propiedad
Deberes de aseguramiento
La obligación del usufructuario de conservar el bien para en su momento restituírselo
al propietario, hace nacer algunos deberes especiales de aseguramiento, consistentes en el
inventario y tasación de los bienes muebles (art. 1006 C.C.) y en la prestación de una
garantía (art. 1007 C.C.).
El inventarío y la realización de tasación se realizará cuando el bien o los bienes dados en usufructo son
muebles, excluyendo de esta regla a los bienes inmuebles.
La oportunidad en que debe realizarse el inventario y la tasación. La norma dice "al entrar en
posesión", es decir cuando el usufructuario ya se encuentra en posesión de los bienes usufructuados,
pudiendo advertirse que tal obligación no se exige "antes de entrar en posesión", como un requisito
previo.
De este modo, la falta de inventario o tasación no deberían impedir al usufructuario la toma de posesión
de los bienes, consecuentemente, de acuerdo a la norma, podría concluirse que el constituyente no
estaría facultado para oponerse a la entrega en caso que el inventario o la tasación aún no estuviere
hecho.
En el caso del usufructo convencional, si después de entregados los bienes, el usufructuario no
cumpliera con esta obligación, el constituyente no tendría otra salida que exigirlo por vía judicial, la misma
que de todas maneras debe emplearse para el inventario y tasación de bienes en caso de usufructo legal y
testamentario.
No obstante lo expresado sobre este punto, nada impide que en el título constitutivo del usufructo se
pacte o disponga que el inventario y la tasación deben efectuarse antes de la entrega de los bienes.
CUASIUSUFRUCTO
El cuasiusufructo o usufructo imperfecto se diferencia del usufructo en que, al recaer sobre bienes
consumibles, el uso y disfrute de los mismos consiste precisamente en disponer de ellos o consumirlos. En
este sentido, la diferencia con el usufructo perfecto consiste en que en el usufructo perfecto el usufructuario
adquiere solo un derecho de uso y disfrute de la cosa pero no su propiedad, mientras que en el
cuasiusufructo en cambio sí adquiere el dominio de la cosas y puede disponer de ella libremente, es más, el
cuasiusufructo se constituye exclusivamente con la finalidad de que el usufructuario disponga de la cosa. En
este sentido, al término del cuasiusufructo, el usufructuario no estará obligado a devolver la misma cosa, como
sí ocurre en el caso del usufructo perfecto, sino que deberá devolver otra de la misma especie y cantidad.
2. Prescripción
El usufructo finaliza también por prescripción extintiva, cuando el usufructuario deja de hacer uso de su
derecho durante cinco años. Se trata de una solución que toda la doctrina consultada admite, aunque existan
variaciones en cuanto al plazo requerido. Naturalmente, la forma de apreciar el "no uso" dependerá de las
circunstancias y de las características del bien.
3. Consolidación
Otra novedad en cuanto a las causas de extinción es la de consolidación, que se produce cuando se reúnen en
una misma persona las calidades de usufructuario y nudo propietario, sea cual fuere el motivo. En ese caso,
evidentemente, se consolida la propiedad.
Ello ocurre por adquirir el usufructuario la nuda propiedad del bien, en cuyo caso desaparece el
"desdoblamiento" característico del usufructo y esta institución se extingue.
La situación no ofrece mayor inconveniente, ya que es fácil imaginar que' beneficiario del usufructo pueda
adquirir los derechos del nudo propietario bien lo sea por compraventa, clonación, o cualquier acto jurídico
ínter vivos. Tampoco; resulta difícil suponer que la adquisición se realice mortis causa, por resultar el
usufructuario heredero o legatario del nudo propietario, por ejemplo.
USO Y HABITACIÓN
Derecho de Uso
Es el derecho que faculta a una persona a usar o servirse de un bien no consumible.
El derecho de uso resulta, pues, un derecho real que asomaba en un principio relacionado con la
propiedad, con la identificación de un único de sus aspectos, el ius utendi (DOMÍNGUEZ DE PIZZIO;
FERNÁNDEZ DOMINGO) No obstante, fue ampliándose otorgando la facultad de goce al beneficiario del mismo,
de aprovechar los frutos que provea el bien, pero de manera limitada, solo para satisfacer las necesidades del
usuario y las de su familia.
El derecho de uso ha sido considerado por los tratadistas como un "pequeño usufructo" o como una "forma
intermedia entre el usufructo y la servidumbre" (PUIG PEÑA); un "usufructo limitado" (ALBALAC JO); "análogo
al usufructo pero menos extenso" (BORDA); un "usufructo familiar (JOSSERAND); entre otras concepciones.
El derecho de uso es distinto al usufructo, siendo el primero más restringido en tanto que en el segundo el
uso se presenta solo como elemento constitutivo de la utilidad de la cosa. Esto explica que quien tiene
simplemente un derecho de uso, no puede ceder a otro ni siquiera el ejercicio del propio derecho, mientras que
el usufructuario, cuyo derecho es mucho más amplio, está ciertamente autorizado a hacerlo.
El uso, recae sobre los bienes no consumibles, es decir, aquellos cuyo uso por un individuo no los agota para
los demás.
Derecho de Habitación
El derecho de habitación es un derecho de uso restringido, por el hecho de recaer sobre determinados
bienes, solo inmuebles, que sirven para un supuesto específico: morada.
No se trata de cualquier clase de inmueble, sino de aquellos por sus características puedan ser utilizados
como morada por personas, solo podría ser constituido a favor de personas naturales y no de jurídicas. En la
medida en que las personas jurídicas no requieren de morada, entendida como casa-habitación, y/o vivienda
propiamente dicha, no estarían i prendidas en los alcances del instituto.
Además, toda vez que la facultad de disfrute se encuentra excluida en el derecho de habitación, mal podría
considerarse la constitución de un inmueble para oficina como un derecho de habitación para personas
jurídicas, puesto que, entre otros, se trata de una actividad eminentemente económica, sea que se identifique
con personas jurídicas sin fines de lucro o con aquellas en las que el animus lucrandi se encuentre presente.
SUPERFICIE
En principio, el dueño del suelo es propietario de lo construido por encima o por debajo del suelo. La
superficie es una excepción a ese principio. Cuando lo construido por encima o por debajo del suelo
pertenece a un propietario distinto al del suelo, estamos en presencia del derecho de superficie.
Debe distinguirse entre el derecho de superficie y la propiedad superficiaria.
El derecho de superficie.- Es la facultad que otorga el dueño del suelo para que un tercero construya sobre
o bajo del mismo.
La propiedad superficiaria.- Es el derecho que surge en el superficiario respecto de lo edificado.
Lo que permite que exista la propiedad superficiaria es precisamente el derecho de superficie. Hay entre
los dos una relación de dependencia, de forma tal que la propiedad superficiaria solo puede existir mientras
haya derecho de superficie. Si se extingue el derecho de superficie, desaparece la propiedad superficiaria.
Al análisis del artículo 1031del Código Civil, puede apreciarse que en él se regulan dos
temas. El primero relativo a la constitución del derecho de superficie y el segundo a su
trasmisibilidad.
La primera parte de artículo 1031 tiene su fuente en el numeral 958 del Código de 1936,
diferenciándose no obstante y en forma sustancial, de la regulación que este último confería al
tema de los modos de constitución del derecho de superficie.
De acuerdo al antecedente mencionado, el derecho de superficie podía constituirse
únicamente por acto ínter vivos, a diferencia del régimen vigente que permite la constitución de
este derecho también por acto de última voluntad o mortis causa, es decir por testamento, a
través del cual se instituye un legado específico.
En la práctica no cabe duda de que la forma, más conveniente, común y frecuente, de constituir
el derecho de superficie es por acto inter vivos: empero más específicamente mediante contrato,
aunque nada impediría que se constituya también por acto unilateral, dada la expresión genérica
que se emplea en el artículo 1031: sin embargo, esta última posibilidad resulta inusual e
inconveniente para el superficiario. En la medida en que no tendría posibilidades de negociar las
condiciones y términos del derecho de superficie, dada la unilateralidad de su constitución.
Finalmente, en relación a la segunda parte de la norma bajo comentario, cabe señalar que aun
cuando no se establece en forma expresa, está claro que si el superficiario está facultado para
transferir su derecho, debe estar igualmente autorizado para gravarlo con alguna garantía real, o
para ejercer respecto de él otros derechos reales o personales que supongan efectos menos
gravosos que e! acto de disposición, tales como entregarlo en usufructo, constituir servidumbres,
derechos de subsuperficie, entre otros de semejante naturaleza
El Código define la servidumbre como el gravamen que sufre un predio en beneficio de otro, que da
derecho al dueño del segundo predio a usar el primero, o a impedir que el dueño del primer predio ejerza
alguno de sus derechos de propiedad. El predio que goza la servidumbre se llama dominante; el que la
sufre, sirviente. La servidumbre, puede establecerse en los bienes de dominio privado del Estado,
inclusive en los bienes de dominio público, siempre y cuando no hubiera otro acceso a la vía pública; en
ese caso se podrá gravar al predio que constituye dominio público, en razón a la necesidad del predio
dominante de adquirir utilidad para su predio.
Las servidumbres son cargas -y no gravámenes- que se imponen al dueño del predio sirviente en
beneficio del propietario del predio dominante. La diferencia entre gravámenes y cargas consiste en
que los gravámenes dependen de una obligación accesoria, la que de incumplirse puede conllevar la
venta del bien afectado. Es el caso de la hipoteca o del embargo. En las cargas, en cambio, no hay
obligación garantizada. Las cargas no tienen por objeto la venta del bien.
Se parte de una premisa, que el predio transferido se encuentra comprendido en otro de mayor
área de propiedad del enajenante, siendo coherente lo dispuesto por este artículo, pues de
quedar encerrado este predio no podría realizarse sobre el predio enclavado explotación
económica alguna, por lo que obligatoriamente el enajenante deberá proporcionar a ese predio
independizado el acceso a una vía pública.
Para la adquisición gratuita de la servidumbre de paso, la transferencia del predio enclavado
debe ser a título oneroso, es decir, como producto de una compraventa.
En el caso de que el enajenante de un predio que no se encuentre enclavado en el predio de su
propiedad, pero sí que el predio a transferirse se encuentre encerrado con otros inmuebles
colindantes al que haya independizado; de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1053 el
enajenante no estaría en la obligación de ceder a título gratuito el derecho de paso, pues este
artículo solo hace referencia cuando el predio se encuentre comprendido en el área mayor del
enajenante, pero no cuando quede encerrado por su colindancia con otros predios; en todo
caso, ello dependerá de lo que las partes acuerden, ello depende del ejercicio de la autonomía
de voluntad de las partes.
POSITIVAS Y NEGATIVAS.- Las servidumbres positivas son las que facultan al dueño del predio
dominante a hacer algo en el predio sirviente. Es el caso de la servidumbre de paso, que permite al
titular transitar por el predio sirviente. La negativa impide al dueño del predio sirviente ejercitar alguno
de sus derechos. Un ejemplo es la servidumbre de vista, que prohíbe al dueño del predio sirviente que
construya más allá de una altura determinada.
CONTINUAS Y DISCONTINUAS.- Las servidumbres continuas son aquellas que para su ejercicio
requieren de actos actuales del hombre, como la de paso; las discontinuas no necesitan de actos del
hombre para su ejercicio, como la de no edificar. Esta distinción tenía sentido en el Código Civil de
1936, porque según dicho Código solo se podían adquirir por prescripción las servidumbres continuas y
aparentes. El Código actual ha eliminado el requisito de la continuidad para la adquisición de la
servidumbre por prescripción.
RENUNCIA
Según DIEZ PICAZO, la renuncia es el acto de voluntad del titular para dar por extinguido
su derecho. A falta de norma será menester la aplicación de la norma análoga para el caso del
usufructo: art. 1021-4 C.C.
VENCIMIENTO DEL PLAZO
Las servidumbres, si bien normalmente son perpetuas, pueden establecerse por plazo fijo;
siendo ello así, al vencimiento de dicho término la servidumbre se entenderá extinguida en forma
automática.
En principio, esta causal extintiva deberá ser declarada en la vía judicial, pero en el caso de las
servidumbres legales, parece lógico sostener que la misma entidad pública que constituyó el
gravamen pueda disponer la cesación cuando cambian las circunstancias, específicamente
cuando la utilidad que representaba la servidumbre ya no existe más.
GARANTIA MOBILIARIA
La ley (de Garantías Mobiliarias) tiene por objeto regular la garantía mobiliaria para asegurar
obligaciones de toda naturaleza, presentes o futuras, determinadas o determinables, sujetas o
no a modalidad.
Para los efectos de esta Ley se entiende por:
Acreedor garantizado: la persona en cuyo favor se constituye la garantía mobiliaria o quien
hubiese adquirido, bajo cualquier título, la obligación garantizada.
Adquirente: el tercero que por cualquier título adquiere un bien mueble afecto a la garantía
mobiliaria.
Bien mueble: cualquier bien mueble o conjunto de bienes muebles, de acuerdo a la
enumeración que contiene el Código Civil y la presente Ley. Para efectos de esta Ley, también
se consideran bienes muebles las naves y aeronaves, los pontones, plataformas y edificios
flotantes, las locomotoras, vagones y demás material rodante afecto al servicio de
ferrocarriles.
Constituyente: la persona, sea el deudor o un tercero, que constituye la garantía mobiliaria
conforme a esta Ley.
Depositario: la persona natural o jurídica que custodia el bien mueble, materia de la garantía
mobiliaria.
Deudor: la persona obligada al cumplimiento de la obligación garantizada.
Días: comprende días calendario y el criterio de cómputo de plazos será según el artículo 183
del Código Civil.
Bienes muebles comprendidos en esta Ley.- La garantía mobiliaria a que se refiere la
presente Ley puede constituirse sobre uno o varios bienes muebles específicos, sobre
categorías genéricas de bienes muebles o sobre la totalidad de los bienes muebles del
constituyente de la garantía mobiliaria, sean presentes o futuros, corporales o incorporales.
Pueden ser objeto de la garantía mobiliaria:
- Los vehículos terrestres de cualquier clase.
- Las fuerzas naturales susceptibles de apropiación.
- Las construcciones en terreno ajeno, hechas para un fin temporal.
- Los materiales de construcción o procedente de una demolición si no están unidos al suelo.
- Los inventarios, estén constituidos por bienes fungibles o no fungibles.
- El saldo de cuentas bancarias, depósitos bancarios, cuentas de ahorro o certificados de
depósito a plazo en bancos u otras entidades financieras.
- Las acciones o participaciones en sociedades o asociaciones, aunque sean propietarias de
bienes inmuebles.
- Los derechos patrimoniales de autor, de inventor, de patente, nombres comerciales, marcas
y otros similares.
- Los títulos valores de cualquier clase incluyendo aquellos amparados con hipoteca o los
instrumentos en los que conste la titularidad de créditos o derechos personales, excepto los
cheques.
- Los bienes muebles futuros.
- El derecho de obtener frutos o productos de cualquier bien.
- Todo tipo de maquinaria o equipo que conserve su carácter mobiliario.
- Las naves y aeronaves.
- Los pontones, plataformas y edificios flotantes.
- Las locomotoras, vagones y demás material rodante afecto al servicio de ferrocarriles.
- En general, todos los bienes muebles, registrados o no registrados, excepto las
remuneraciones, el fondo de compensación por tiempo de servicios, los warrants y los
Certificados de Depósito.
Los bienes muebles inembargables, señalados en el artículo 648 del Código Procesal Civil, no
están afectos a garantía mobiliaria.
Capacidad para ser acreedor garantizado o deudor
Para los efectos de esta Ley, cualquier persona con capacidad legal de ejercicio, sea
física o jurídica, nacional o extranjera, puede ser constituyente, deudor o acreedor
garantizado.
Extensión de la garantía mobiliaria
La garantía mobiliaria tendrá la extensión, en cuanto al bien mueble afectado, que las
partes convengan. A falta de pacto, la garantía mobiliaria afectará el bien mueble, sus partes
integrantes y accesorios existentes al tiempo de la ejecución y, eventualmente, el precio de la
enajenación, el nuevo bien mueble que resulte de la transformación del bien mueble afectado
en garantía mobiliaria, la indemnización del seguro que se hubiese contratado y la
justipreciada en el caso de la expropiación.
Derechos de posesión, retención y venta
El incumplimiento de la obligación garantizada, otorga al acreedor garantizado el
derecho a adquirir la posesión y, en su caso, retener el bien mueble afectado en garantía
mobiliaria. El acreedor garantizado tendrá el derecho de vender dicho bien mueble para el
pago de la obligación garantizada, conforme a la presente Ley.
Derechos y deberes del constituyente y del eventual adquirente o depositario.- El
constituyente o, en su caso, el eventual adquirente del bien mueble afecto en garantía
mobiliaria, tendrá, salvo pacto distinto, los siguientes derechos y deberes:
- La obligación de entregar la posesión del bien mueble dado en garantía mobiliaria al
representante designado para su venta o, en su defecto, al acreedor garantizado cuando éste
notifique al constituyente su decisión de proceder a la ejecución de la garantía mobiliaria;
- La obligación de permitir que el acreedor garantizado inspeccione en cualquier momento el
bien mueble afectado en garantía mobiliaria para verificar su cantidad, calidad y estado de
conservación. Dicha inspección no debe perturbar la posesión pacífica y regular del
constituyente o, en su caso, del eventual adquirente; y,
- La obligación de informar, por conducto notarial, al acreedor garantizado sobre la ubicación,
traslado, venta, transformación o transferencia del bien mueble afectado en garantía
mobiliaria, que no está incorporado en un Registro Jurídico.
Derechos y deberes del acreedor garantizado.- El acreedor garantizado, salvo pacto distinto,
tiene el derecho de ejecutar la garantía mobiliaria cuando se produzca el incumplimiento de la
obligación garantizada.
Persecutoriedad de la garantía mobiliaria.- La enajenación que hiciere el constituyente o el
eventual adquirente del bien mueble afectado en garantía mobiliaria, no perjudicará la plena
vigencia de ésta.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no rige cuando el bien mueble afectado en garantía
mobiliaria es adquirido en tienda o local abierto al público y siempre que sea amparado por
comprobante de pago del transferente. Se excluye de esta regla el caso de los bienes
muebles inscritos en un Registro Jurídico de Bienes.
Constitución de la Garantía Mobiliaria.- La relación jurídica entre las partes derivada de la
garantía mobiliaria sobre el bien mueble se constituye mediante acto jurídico constitutivo
unilateral o plurilateral, debidamente otorgado con la finalidad de asegurar el cumplimiento de
una obligación.
Para que la garantía mobiliaria sea oponible frente a terceros debe estar inscrita en el
Registro correspondiente.
Contenido del acto jurídico constitutivo de la garantía mobiliaria.- El acto jurídico constitutivo
de la garantía mobiliaria deberá contener como mínimo:
1. Los datos que permitan la identificación, incluyendo el domicilio, del constituyente,
del acreedor garantizado y del deudor, así como la firma escrita o electrónica cuando menos
del primero.
2. En caso de bienes no registrados, la declaración jurada del constituyente sobre su
condición de propietario del bien mueble afectado en garantía mobiliaria. El constituyente
asumirá las responsabilidades civiles o penales que pudieran derivarse de la falsedad o
inexactitud de esta declaración.
3. El valor del bien mueble afectado en garantía mobiliaria, acordado entre las partes o
fijado por un tercero de común acuerdo.
4. El monto determinado o determinable del gravamen.
5. La identificación y la descripción del bien mueble afectado en garantía mobiliaria. La
descripción se realizará preferentemente de forma específica o genérica, según lo acuerden
las partes.
6. La descripción específica o genérica de la obligación garantizada, según lo acuerden
las partes.
7. El nombre o razón social, documento oficial de identidad y domicilio del depositario,
si fuera el caso.
8. La fecha cierta del acto jurídico constitutivo.
9. El plazo de vigencia de la garantía mobiliaria. Podrá pactarse un plazo indefinido. En
defecto de plazo pactado, se presume que es indefinido.
10. La forma y condiciones de la ejecución del bien mueble afectado en garantía
mobiliaria.
11. Indicación de los datos de inscripción del bien mueble en un Registro Jurídico de
Bienes, cuando corresponda.
12. Identificación de los representantes a que se refieren los artículos 47, inciso 1, y 53,
numeral 53.6, de ser el caso.
Toda la información que antecede deberá constar en el formulario de inscripción
correspondiente.
Calificación registral.- La calificación de legalidad así como la validez del acto inscribible y la
capacidad de los otorgantes por parte del Registrador se limitará únicamente a lo que se
desprenda del contenido del Formulario de Inscripción y su certificación. El Registrador deberá
calificar la representación invocada, de ser el caso.
El Registrador no podrá solicitar en ningún caso la presentación del acto jurídico
constitutivo de la garantía mobiliaria o generador del acto inscribible. Tampoco podrá exigirse
la presentación de los documentos que certifiquen el pago de tributos de cualquier clase para
la inscripción de los diversos actos inscribibles.
Tratándose de bienes muebles registrados, el registrador verificará además la
adecuación del contenido del Formulario de Inscripción con los antecedentes registrales, el
cumplimiento del tracto sucesivo y la inexistencia de obstáculos que emanen de la partida. En
este caso, el presentante del formulario, el constituyente de la garantía o cualquiera de los
otorgantes del acto inscribible podrán presentar ante el Registrador los documentos
complementarios que resulten necesarios, incluyendo el acto jurídico constitutivo de la
garantía o generador del acto inscribible. Tratándose de estos últimos documentos, el
Registrador limitará su calificación únicamente a lo que sea necesario para adecuar el
Formulario con el antecedente registral o completar el tracto sucesivo.
En los casos en los que el Registrador advierta que el acto inscribible adolece de falta
detracto sucesivo u otro defecto subsanable, deberá efectuar la anotación preventiva
correspondiente por noventa (90) días útiles, sin necesidad de observar previamente el título.
Cuando el defecto advertido haya sido subsanado dentro del plazo antes señalado, el
Registrador procederá a inscribir el acto correspondiente, convirtiendo en definitiva la
anotación preventiva. En caso contrario, la anotación preventiva caducará de pleno derecho.
El Registrador debe calificar el Formulario en un plazo no mayor a los tres (3) días
hábiles, contados a partir de su ingreso al Registro.
ANTICRESIS
Se entiende por anticresis el derecho real de garantía en virtud del cual el deudor entrega al
acreedor, en garantía de una deuda, un bien inmueble para que el acreedor lo explote, es decir lo
utilice y obtenga frutos, hasta que se cobre el monto de la deuda.
Estamos ante un tipo de garantía particular que consiste en el uso por parte del acreedor de
un bien de su deudor para hacerse pago de una deuda.
Elementos característicos
Son sus elementos característicos:
a) Derecho real.- En la medida en que la anticresis concede al acreedor el derecho de usar y
disfrutar de un bien determinado, y tal derecho es oponible a los terceros adquirentes del
bien, debemos considerar que se trata de un derecho real.
Por otro lado, el hecho de que pueda ejercerse un derecho de retención sobre el inmueble
que genere un derecho preferente a favor del acreedor hasta que se haya pagado la deuda,
es un hecho que resalta el carácter real de la anticresis.
b) Accesorio.- Como quiera que la anticresis tiene por función garantizar el cumplimiento de una
obligación, sigue la suerte de esta, por lo que extinguida la obligación se extinguirá la
garantía. Este hecho se encuentra reconocido en el artículo 1091 del Código Civil, conforme
al cual este derecho real se constituye para garantizar el cumplimiento de una obligación.
c) Indivisible.- El acreedor retendrá y explotará el bien hasta que se cancele el íntegro de la
obligación, de allí su carácter de indivisible.
d) Inmobiliario.- En la medida en que la anticresis solo puede recaer sobre bienes inmuebles,
asume el carácter de un derecho inmobiliario, a diferencia de la garantía mobiliaria, solo
recae sobre bienes muebles.
FORMALIDADES
HIPOTECA
Es un derecho real de garantía por la cual se afecta un inmueble en garantía del cumplimiento
de cualquier obligación de dar dinero, pero no una obligación de hacer o no hacer. La razón es
que la hipoteca desemboca, en caso de incumplimiento del deudor, en la venta del bien gravado.
El producto de esta venta es dinero, con cargo al cual se cobra al acreedor.
La hipoteca, como todos los derechos reales de garantía, es accesoria de una obligación. Esta
última es lo principal y tiene vida propia: puede subsistir sin la garantía. En cambio, la hipoteca
no puede existir sola, necesariamente debe ser accesoria de una obligación.
La hipoteca debe recaer necesariamente sobre un inmueble. No es posible establecer una
hipoteca sobre un bien mueble, aun cuando se trate de uno registrado, como por ejemplo un
automóvil.
La hipoteca no garantiza necesariamente una obligación propia, es decir, una obligación del
constituyente del gravamen. Puede también asegurar una obligación ajena. Es obvio que en
este caso el constituyente de la garantía no tiene la calidad de fiador, salvo que expresamente
haya asumido tal carácter. Si no es fiador, el tercero constituyente de la hipoteca no responde
con todos los bienes que integran su patrimonio sino únicamente con el bien afectado.
El acreedor hipotecario goza del derecho de persecución. La persecución permite al
acreedor ejecutar el bien hipotecado, en caso de incumplimiento del deudor, cuando esté en
poder de un tercero. La persecución es consecuencia de la oponibilidad del derecho real.
La hipoteca confiere también el derecho de preferencia. Esto significa que con relación a
determinados acreedores, el acreedor hipotecario cobra primero con cargo al precio de venta
del bien hipotecado.
La hipoteca, finalmente, otorga al acreedor el derecho a la venta judicial del bien gravado.
Las hipotecas tendrán preferencia por razón de su antigüedad, conforme a la fecha del registro,
salvo cuando cedieran su rango".
HIPOTECA LEGAL
La hipoteca legal es aquella que encuentra su origen en la ley y no en el acuerdo entre el deudor y el
acreedor. Se denomina hipoteca legal a la que de pleno derecho la ley une a un crédito, sin que sea
necesario que el acreedor haya de hacer que se le constituya por contrato expreso: antiguamente se
denominaba hipotecas tácitas. Se concede en protección de derechos de crédito que tienen relación directa
con el bien inmueble sobre el cual se concede la hipoteca. Esta hipoteca nace por mandato legal y no por
convenio entre las partes, y que fluye de la existencia de un crédito vinculado con el inmueble sobre el
cual recae la hipoteca.
EXTINCIÓN DE LA HIPOTECA
La hipoteca se acaba por:
1.- Extinción de la obligación que garantiza.
2.- Anulación, rescisión o resolución de dicha obligación.
3.- Renuncia escrita del acreedor.
4.- Destrucción total del inmueble.
5.- Consolidación.
Requisitos
Algunos de los principales requisitos que deben verificarse para que se pueda ejercer la retención
de un bien son:
- Que el retenedor haya entrado en posesión del bien de manera lícita, ya que de lo contrario el
propietario puede interponer una acción reivindicatoría, facultad con la que goza precisamente por
ostentar dicha calidad. En ese orden de ideas, la retención del objeto no puede ejercerse como
consecuencia del hurto o robo del mismo. Tampoco procedería la retención en caso de que la
tenencia del bien se haya producido con abuso del derecho, fraude, violencia, error o dolo.
- Que exista un crédito a favor del retenedor cuyo deudor sea el propietario del bien materia de
apoderamiento. Dicho crédito debe ser además cierto y exigible, vale decir, que el titular del
derecho de crédito, al momento de efectuar la retención, pueda demostrar la existencia del crédito
y, como consecuencia de ello, cuente además con la posibilidad inmediata de requerir a su
acreedor el pago de la obligación.
- Que el bien materia de retención pueda ser calificado como una cosa corporal, esto es, que el bien
cuya tenencia se encuentra en poder del deudor de su entrega pueda ser tangible.
Características
Las principales características de la figura jurídica de la retención son las siguientes:
I. ANTICRESIS
Permitiendo el artículo mil sesentinueve del Código Civil, en el caso de la prenda, que
también es aplicable para la anticresis, la venta del bien por incumplimiento de la obligación,
mediante el trámite de un proceso de ejecución de garantías, existe una interpretación errónea
de dicho dispositivo, al llegar a la conclusión la resolución de vista, que precisamente es
improcedente la demanda de ejecución de garantías, de acuerdo con lo dispuesto en él, por lo
que la interpretación correcta es que tanto en el caso de la prenda como en el de la anticresis
es permitida la venta del bien por incumplimiento de la obligación (CAS. Nº 3178-99-Arequipa).
El contrato de anticresis, celebrado entre los padres del recurrente y los demandados sobre
el bien materia de litis, no se encuentra formalizado por escritura pública, resultando por tanto
nulo por carecer del requisito de forma; sin embargo, no obstante que la anticresis sea nula de
pleno derecho por omisión de forma, subsistirá el contrato de préstamo que garantiza y el
interés convenido si es el permitido por la ley, porque la nulidad de lo accesorio no acarrea la
nulidad de lo principal. En consecuencia, siendo nulo el contrato de anticresis, los demandados
resultan ser precarios (CAS. Nº 2009-2002-Juliaca).
II. PRENDA
¿Qué es la prenda?
Es requisito para la validez de la prenda, que el bien sea entregado física o jurídicamente al
acreedor, a la persona designada por este o a la que señalen las partes. Para la constitución de
la prenda se requiere necesariamente acuerdo de las partes. En la prenda con entrega jurídica,
esta surte efecto a partir de su inscripción en los antecedentes registrales de los bienes
afectados (EXP. Nº 335-97-Lima).
La garantía otorgada a favor de una institución del sistema financiero es válida y cubre todas
las obligaciones presentes y futuras que pudiera tener el otorgante, si los vendedores como los
compradores del bien prendado hicieron efectiva su transferencia a sabiendas de la existencia
del gravamen inscrito que pesaba sobre él, por lo que, en todo caso, estos tienen a salvo su
derecho de efectuar su reclamo en la vía correspondiente (CAS. Nº 190-03-Lima).
¿Qué debe ocurrir para que el acreedor prendario tenga derecho preferente?
Para que el acreedor prendario tenga el derecho preferente, los bienes tienen que estar en
su posesión o por tercero designado, salvo que se trate de prenda inscrita, y al no encontrarse
inscritos los bienes detallados, ello implica que no es posible la entrega jurídica, siendo así,
solo procede para la validez de la prenda la entrega física al acreedor o a un tercero (EXP. Nº
6641-99-Lima).
Si los depositarios no cumplen con sus obligaciones ¿deben restituir el valor de los
bienes prendados?
La prenda se efectuó con desplazamiento del bien dado en garantía, puesto que los
productos se entregaron a los demandados, como depositarios, en su calidad de personas
naturales, y al no haber cumplido los depositarios con sus obligaciones impuestas con arreglo a
Ley, deben de restituir el valor de los bienes prendados (EXP. Nº 51802-97-Lima).
¿Existe alguna norma que obligue a elevar a escritura pública el contrato de prenda
de transporte?
Los supuestos que establece el artículo 1090 del Código Civil son los únicos en virtud a los
cuales puede extinguirse la prenda (CAS. Nº 3259-2000-Ucayali).
¿Cuál es la interpretación correcta del inciso 2 del artículo 1090 del Código Civil?
La interpretación correcta del inciso 2 del artículo 1090 del Código Civil es que la prenda se
acaba entre otras causales por la resolución de la obligación por la cual se otorgó la prenda y
no por el hecho de que el contrato que se celebró entre las partes haya quedado
resuelto (CAS. Nº 2090-T-96-Lima).
III. HIPOTECA
¿Qué es la hipoteca?
La hipoteca legal es aquella que la ley une al crédito, no siendo necesario inclusive que se
constituya por contrato Expreso, por lo que el derecho del acreedor surge de la inscripción del
contrato del cual emana y la omisión del registrador en su inscripción no puede conllevar a su
nulidad (CAS. Nº 409-96-Tacna).
Se reconoce, entre otras hipotecas legales, la del inmueble enajenado sin que su precio
haya sido pagado totalmente, refiriendo, como contrapartida el artículo 1122 del mismo Código
Sustantivo que esta acaba cuando la obligación que garantiza se extingue, siendo este, el caso
de autos (EXP. Nº 3089-98-Lima).
Para la hipoteca naval otorgada sobre la embarcación, solo puede aplicarse lo dispuesto en
el Decreto Ley 7159, siendo la única obligación garantizada la contenida en el crédito (CAS. Nº
1652-2001-Lima).
La hipoteca, por su naturaleza jurídica, se encuentra ubicada dentro de los derechos reales
de garantía, por tanto, es un bien objeto de transmisión sucesoria (CAS. Nº 2147-2001-La
Libertad).
La hipoteca no puede existir sin una obligación principal, ya que tiene por destino asegurar
la satisfacción de un crédito, por tanto, existen dos derechos en muy estrecha conexión entre
sí: el derecho de crédito o la obligación y el derecho real de garantía. El derecho de hipoteca
depende de la existencia de la obligación principal que garantiza y la extinción de la obligación
lleva aparejada la de hipoteca (CAS. Nº 933-98A-Arequipa).
La inscripción es un elemento constitutivo del derecho real, sin embargo, la hipoteca como
derecho accesorio, no puede sobrevivir al crédito que garantiza, de modo que extinguida la
obligación principal el derecho accesorio de garantía desaparece (CAS. Nº 2164-97-Lima).
La garantía hipotecaria otorga al acreedor derecho preferente y venta judicial del bien
hipotecado, así como la prioridad en el tiempo de la inscripción determina la preferencia de los
derechos que otorga el registro, señalando el último de los dispositivos precitados que para
oponer derechos reales sobre inmuebles a quienes también tienen derechos reales sobre
estos, es preciso que el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquel a quien
se opone (CAS. Nº 2278-01-Lima).
Las hipotecas pueden clasificarse en ordinarias y de seguridad; las hipotecas ordinarias son
aquellas en las que la obligación tiene existencia cierta y es conocida en su cuantía; las
hipotecas de seguridad se constituyen por una cantidad máxima, en garantía de créditos
indeterminados en su existencia y en su cuantía. Dentro de las hipotecas de seguridad se
encuentran las otorgadas a favor del sistema financiero (artículo 172 de la Ley Nº 26702), pues
la garantía real no solamente respalda las obligaciones directas que hubiera asumido el deudor,
sino también aquellas obligaciones indirectas derivadas de la fianza o aval que haya otorgado
este deudor a favor de tercero(CAS. Nº 2996-00-Lambayeque).
El inmueble hipotecado es uno al cual se le han integrado nuevos elementos físicos, como
lo es el segundo piso del inmueble, siendo esto así, el segundo piso del inmueble hipotecado
no es uno distinto, independiente o singular del resto del inmueble, sino que forma parte
integrante al que se extiende la hipoteca, por lo que es de ineludible aplicación lo dispuesto por
los artículos 1001 y 1002 del Código Civil (CAS. Nº 186-2003-Cajamarca).
Conforme a la regla contenida en el primer párrafo del artículo 172 de la Ley 26702, la
hipoteca que se ha constituido respalda todo tipo de obligaciones del garante o del deudor, esto
es, adquiridas independientemente por uno u otro, salvo pacto en contrario, el que no aparece
establecido expresamente por los contratantes, debiendo concluirse válidamente que, de forma
tácita, aceptan que la garantía hipotecaria se extienda también a las deudas que
individualmente adquieran “el garante” o “el cliente”(CAS. Nº 2182-02-Cono Norte).
La hipoteca cubre, no solo el capital, sino también los intereses que devenguen, las primas
de seguro pactadas por el acreedor y las costas del juicio (EXP. Nº 945-99-Lima).
Por el carácter accesorio de la hipoteca, esta cubre el capital, los intereses que devengue,
las primas del seguro pagadas por el acreedor y las costas del juicio, todo derivado
lógicamente de la obligación garantizada con la hipoteca; ya que a la obligación no garantizada
expresamente no pueden extenderse los efectos de esta (CAS. Nº 2030-2002-Ica).
El artículo 1107 del Código Civil, establece que la hipoteca cubre tanto el capital de los
intereses que le devengan las primas del Seguro pagado por el acreedor y las costas del juicio,
ya que el pago efectuado por la demandante, no resulta suficiente, para ordenarse el
levantamiento y el gravamen hipotecario, por lo que mientras no se cancelen los intereses
generados por las obligaciones de pago, no puede ordenarse el levantamiento de hipoteca,
pues el demandante tiene que pagar todos los conceptos (EXP. Nº 5773-99-Lima).
Si bien es cierto que la hipoteca cubre el pago los intereses de la obligación garantizada,
ello es solo hasta el límite del gravamen hipotecario a que se refiere el inciso tercero del
artículo 1099 del Código Civil. Más allá del importe del hipotecario el crédito del acreedor no
goza de preferencia alguna (CAS. Nº 1943-2000-Lima).
Procede inscribir hipotecas constituidas por declaración unilateral del propietario, sin
necesidad de intervención del acreedor. No corresponde al Registrador verificar la existencia ni
la validez de la obligación cuyo cumplimiento pretende asegurar, sino únicamente la
constatación de que en el acto constitutivo de la hipoteca se ha enunciado al acreedor, al
deudor y a la prestación. En cuanto a la prestación, esta deberá ser determinada o
determinable (RES. Nº POO3-98-ORLC-TR-Lima).
En el caso de la hipoteca si bien la ley dispone que esta debe constituirse por escritura
pública, no se sanciona con nulidad la inobservancia de dicha formalidad, por lo que se trata de
una forma ad probationem (CAS. Nº 1618-99-Lima).
Si la hipoteca, como derecho real de garantía nace con su inscripción en el registro, dicha
forma tiene carácter ad solemnitatem, esto es, constitutiva del derecho y por tanto si las partes
no han constituido su relación contractual de acuerdo con la forma señalada, no pueden
compelerse a que una de ellas otorgue la escritura pública correspondiente (CAS. Nº 1930-
2001-La Libertad).
La hipoteca se constituye por escritura pública, salvo disposición legal diferente de la ley; lo
que significa que la sola minuta es insuficiente para su celebración, pues dicha garantía real
recién se habrá configurado como tal cuando se eleve a escritura pública, por ser un requisito
de validez, y antes no (CAS. Nº 1680-2001-Lima).
Es condición sine qua non que el contrato de hipoteca, para su validez, se constituya por
escritura pública. Si dicho contrato no se ha elevado a instrumento público, por falta de
diligencia de la parte interesada, la obligación se extingue por causa no imputable al
deudor (EXP. Nº 1473-97-Lima).
De acuerdo con la norma contenida en el artículo 1099, inciso 3 del Código Civil, para la
validez de la hipoteca se requiere, entre otros requisitos, su inscripción en el registro de la
propiedad inmueble, lo que no ha sucedido en este caso, por lo que la escritura pública de
compraventa con préstamo hipotecario no enerva el mérito de la inscripción de la hipoteca que
afecta el inmueble materia de la presente ejecución (EXP. Nº 99-43411-Lima).
Está permitido el otorgar hipotecas futuras y, como los obligados no cumplieron con el pago
de la deuda, la obligación resulta cierta y exigible, por lo que, al tratarse el presente de un
proceso de ejecución de garantías y no de un proceso ejecutivo el pagaré con que se recauda,
no es título de ejecución, el que está referido a la escritura pública que contiene la garantía
hipotecaria (CAS. Nº 593-96-La Libertad).
Está permitido que se otorgue hipoteca para garantizar obligaciones futuras, por lo que la
obligación es cierta y exigible al no haber cumplido los obligados con el pago de la deuda, ya
que por escritura pública fueron garantizadas las obligaciones que pudieran tener en el futuro
los fiados, sin que contenga plazo, ni se fije el monto de la deuda (CAS. Nº 282-98-La
Libertad).
Si bien la hipoteca se extiende a las partes integrantes del bien hipotecado y a sus
accesorios, tal disposición no involucra a los bienes futuros, como son las edificaciones que se
efectúen en un terreno, pues la hipoteca afecta bienes concretos conocidos, determinados,
como así se entiende del artículo 1100 del Código Civil (CAS. Nº 4297-2001-Arequipa).
Está permitido legalmente garantizar mediante hipoteca o fianza solidaria deudas futuras
cuya cantidad no se sepa y aun cuando tengan el carácter de eventuales (CAS. Nº 788-96-
Tacna).
De conformidad con los artículos 1104 del C.C. y 165 del D. Leg. Nº 670, pueden
garantizarse con hipoteca obligaciones futuras, las que son exigibles desde la fecha en que se
produce su incumplimiento (CAS. Nº 328-94-Lima).
De conformidad con el articulo 1105 del Código Civil, la hipoteca puede ser constituida bajo
condición o plazo, los cuales deben cumplirse para efectuar la inscripción (RES. Nº 083/92-
ONARP-JV-Lima).
La interpretación correcta del artículo 1105 del Código Civil que se refiere a la hipoteca
sujeta a modalidad es que cuando la hipoteca puede constituirse a plazo está referida al
espacio del tiempo en el cual las obligaciones propias o de un tercero constituyen la garantía,
pero no al vencimiento de la obligación.
Puede otorgarse garantía real a favor de las empresas financieras que se extienda a
cualquier deuda del obligado, existente o futura (EXP. Nº 98-50082-2789-Lima).
Si un bien se otorga en hipoteca a favor de una empresa del sistema financiero, ¿qué
tipo de deudas respaldará?
Si un bien se otorga en hipoteca a favor de una empresa del sistema financiero, respaldará
todas las deudas y obligaciones directas e indirectas, existentes o futuras, asumidas para con
ella tanto por quien afecte el bien como por el deudor hipotecario, salvo disposición en
contrario (EXP. Nº 21765-2863-98-Lima).
La cesión de posición contractual no resulta de aplicación ante una garantía real como la
hipoteca que por sí sola no puede generar otro derecho que no sea el de otorgar a su titular la
persecución y la preferencia que caracteriza a todo derecho real, puesto que la hipoteca es una
garantía real, no es un contrato (CAS. Nº 2880-00-Lambayeque).
La reducción de la hipoteca constituye una limitación por la cual mediante ley se reglamenta
un contrato. En ese sentido, no se ajusta a derecho la interpretación efectuada de los artículos
1361 y 1116 del Código Civil en el sentido de que no cabe reducción si se pacta que la hipoteca
regirá hasta que venza la obligación, pues se permitiría el abuso en el ejercicio de un derecho.
Presentándose las condiciones que se exigen para la reducción de la hipoteca, ella debe
prosperar (CAS. Nº 1304-2003- Ica).
¿La hipoteca subsiste aun cuando el bien haya sido transferido a otro propietario?
La hipoteca otorga al acreedor los derechos de persecución, preferencia y venta judicial del
bien hipotecado, por lo que la hipoteca subsiste aunque por razón de sucesivas transferencias
el bien pertenezca a otro propietario(EXP. Nº 140-2000-Lima).
El derecho de propiedad del tercerista, se opone al derecho real de la hipoteca que tiene el
Banco Continental, pero el derecho del Banco referido se ha inscrito con anterioridad al
derecho nominal del tercerista, por lo que prevalece el derecho real de hipoteca en razón del
derecho persecutorio del gravamen (CAS. Nº 1892-99-Ica).
Para gravar con una hipoteca la totalidad de las acciones y derechos de un inmueble debe
de contarse con la intervención de todos los copropietarios. Si estos son sociedades
conyugales, se requerirá la intervención de los integrantes de cada sociedad conyugal (CAS.
Nº 1053-2000-Lima).
El proceso de ejecución de garantías tiene por objeto el pago de la obligación principal, mas
no el levantamiento o cancelación de la garantía, por constituir este hecho pretensión del
ejecutante. Solo en el caso de que el bien hipotecado sea objeto de remate judicial, por no
haber pagado el ejecutado la suma puesta a cobro, el juez dispondrá la cancelación de todos
los gravámenes, incluida la hipoteca que constituyó el título de ejecución (EXP. Nº 151-99-
Lima).
La intención del demandante era dar por vencidas todas las cuotas y proceder a hacerse
pago con la garantía otorgada, encontrándose tal interpretación arreglada al artículo 1362 del
Código Civil que dispone que los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según la
buena fe y común intención de las partes, y al artículo 197 del Código Procesal antes citado;
por lo que, en consecuencia, no existiendo la resolución de contrato alegada, no resulta
pertinente lo dispuesto en el artículo 1122 inciso 2 del Código Civil, que establece que al haber
transcurrido el plazo otorgado se produjo la resolución no existiendo obligación alguna que
garantizar, quedando por tanto la hipoteca extinguida automáticam