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Una vez extraído y tratado los recursos de la tierra, su mera utilización también puede causar
trastorno en el ambiente. El ejemplo más evidente es la ignición de combustibles fósiles en
centrales de generación de energía casas y motores que produce la emisión de gases, partículas
y, en algunos casos, un exceso de calor se transfiere al medio ambiente.
El monóxido de carbono CO es un gas muy tóxico que se emite en cantidades considerables por
la combustión incompleta de la gasolina de los automóviles. Ésta produce también carbón de
grano muy fino (hollín o carbonilla). Tanto el petróleo como el carbón llevan compuestos que
contienen azufre como impurezas, los cuales al quemarse dan una mezcla de óxidos,
fundamentalmente dióxido de azufre y trióxido de azufre. También hay compuestos de
nitrógeno en los combustibles fósiles, que al quemarse producen NO y NO2. El carbón también
contiene partículas finas incombustibles de materia mineral, que se emiten como cenizas
volantes por la las chimeneas al quemarse. Algunos sufren reacciones en la atmosfera, como en
el caso de los oxidantes, que se producen por reacción entre hidrocarburos y óxidos de
nitrógenos en presencia de la luz solar. Estos contaminantes producen la niebla fotoquímica,
que se encuentran en las atmosferas de zonas urbanas soleadas con mucho tráfico de
automóviles.
Eso depende de las condiciones atmosféricas del momento y en especial de la temperatura del
aire a diversas alturas sobre el terreno. En condiciones normales, la temperatura del aire
desciende gradualmente a un ritmo de aproximadamente 1°C cada 1000 metros de aumento en
altitud. En este caso, hay un equilibrio entre las pérdidas y ganancias de energía en la atmósfera
(fundamentalmente entre la energía absorbida directamente del sol y la reflejada en la
superficie terrestre).
En un momento y lugar determinado, la temperatura real puede ser más fría que la que
determinan las condiciones de equilibrio. Si en dicha atmosfera entre humo de una
chimenea, es más caliente que su entorno y asciende gradualmente, se mezcla con el
aire y se dispersa.
Es también posible que el aire a cierta altitud este más caliente que lo que
correspondería a las condiciones de equilibrio. Esta capa caliente podría estar situada
sobre una capa de aire más frio y denso situada debajo, situación conocida como
inversión térmica.
Estas condiciones se pueden producir al final de un día soleado, cuando el suelo y el aire cerca
del empiezan a perder calor rápidamente, y siguen haciéndolo durante la noche y la mañana
siguiente; después de este periodo el calor del sol podría producir una mezcla turbulenta de las
capas de aire y la rotura de la inversión.
Por lo contrario, las condiciones atmosféricas pueden permitir que la inversión persista todo el
días o durante varios días. Los gases de los escapes de los vehículos a motor y el humo de las
chimeneas que no pasan la capa de inversión quedaran atrapados y pueden dar lugar a que la
zona afectada se cubre de una densa neblina. El humo de las chimeneas que penetre esta capa
(que pueden extenderse por decenas o cientos de metros por encima del terreno) se dispersara
en un volumen de aire en mucho mayor en la atmosfera superior.
¿Cuáles son los efectos nocivos que causa la contaminación atmosférica, tanto la procedente
de los combustibles de los vehículos y las centrales de energía como otros procesos
industriales?
Las partículas de polvo tienen la posibilidad de reflejar los rayos del sol y ocasionar bajas
temperaturas, las principales erupciones volcánicas introducen mucho más polvo en la
atmosfera que ninguna actividad humana.
La quema de combustibles fósiles, uno de tales efectos es el aumento de CO2, un
aumento en el contenido de este es importante porque junto con el agua y el ozono
absorbe, y por lo tanto conserva, el calor desprendido por la tierra. La retención de calor
que se produce de este modo se denomina (efecto invernadero).
Existen problemas similares con respecto a los efectos de la contaminación en la
atmosfera superior en especial en la capa de ozono O3, los escapes de los aviones
supersónicos que vuelan elevada altitud podrían dañar la capa de ozono, y también
introducir partículas, agua, CO2 y óxidos de nitrógeno. Otras posibles fuentes de
trastorno en la capa de ozono son los compuestos denominados clorofluorometanos o
(freones) tales como CFCL3, que se utiliza en como impulsador en los aerosoles
envasados
Se piensa que el dióxido de azufre (SO2) emitido al quemar carbón y también en muchas
fundiciones es la causa de una de las formas más graves de contaminación: la lluvia
ácida. El ácido sulfúrico producido por la combustión del SO2 y agua de lluvia perjudica
a las plantas y suelos y hace que descienda el pH del agua de muchos arroyos y lagos en
todo el mundo.
La contaminación térmica, con frecuencia, las centrales térmicas toman agua de los ríos,
lagos y costas marinas, la utilizan para enfriar el sistema y la devuelven a una
temperatura más alta. Esto afecta a los ecosistemas y puede causar la muerte de los
peces y el resto de vida acuática, acostumbradas a aguas más frías.
Algunos materiales, como ciertos componentes solidos de las centrales nucleares, diversos
líquidos utilizados en ellas y las vasijas utilizadas para transportar el combustible. En la
actualidad estos materiales se suelen almacenar en tanques u otro tipo de contenedor en las
mismas centrales, con vista su eventual almacenamiento definitivo por métodos similares a los
utilizados para los residuos de baja actividad
Lo ideal es un ambiente geológico que forme una barrera natural ante los fluidos que podrían
atacar y dispersar los residuos, o ante cualquier otro mecanismo de dispersión. Debería ser un
ambiente lo más libre posible de cualquier riesgo de terremoto o actividad volcánica. Además
de barrera natural que evite la salida de los residuos, debe haber también barreras artificiales o
de ingeniería.