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Mujeres soñaron caballos

DANIEL VERONESE

RAINER esposo de Ulrika, hermano de Ivan y de Roger

ULRIKA alrededor de treinta años

IVAN esposo de Lucera, el mayor de los tres hemanos, alrededor de


cincuenta y cinco años

LUCERA veinte años.

ROGER el menor de los hermanos, alrededor de treinta años, atlético

BETTINA esposa de Roger, alrededor de cincuenta años

(Casa de Roger y Bettina. Casa muy pequeña y derruida. A punto de salir al exterior Lucera
se lleva la mano a la boca conteniendo una arcada.)

LUCERA
Quizás esto sea el principio del fin.
El guión de cine que describió Ulrika, me conmovió como si yo fuese la que se asomaba al
vacio. Yo también siento necesidad de expresarme. Pero solo vomito.
Eran las ocho y cuarto de la noche. Íbamos a dar una recorrida por el edificio a pedido de
Roger cuando Rainer nos detuvo.

RAINER
Sí, está escribiendo un guión.

ULRIKA
(Sacando un cigarrillo) Rainer, por favor.

RAINER
Contala mi amor, si es...

ULRIKA
(Interrumpiéndolo) Hubo un crimen en una habitación, pero el crimen no se va a ver. Sucedió
unos minutos antes en esa habitación. (Prende el cigarrillo) Se ve, sí, a una mujer joven

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asomándose hacia afuera. Afuera hay un desfile de policías ecuestres sobre sus caballos. El
día es soleado. Ella, embelezada con las gotas de sudor de los caballos, el cuero recalentado
de las monturas, todo eso, que ve desde la ventana. Ve los dientes de los jóvenes jinetes y de
los caballos apretados al sol.

RAINER
¿Cuántos caballos eran?

ULRIKA
(Larga pausa. Ella lo mira duramente) Treinta.
De pronto los jinetes miran hacia la ventana y ven a la mujer asomada. Las miradas se
encuentran. Todo se detiene. Nada más que dos segundos, tres, que en...

RAINER
(Adelantándose) Sí, sí, que en cine es mucho.

ULRIKA
(Larga pausa. Ella mira con fastidio a Rainer)
La mujer comienza a transpirar. Pero los jinetes le sonríen, la saludan con sus gorras y
siguen de largo sin imaginar lo que pasó en esa habitación. Ella ahí se relaja. (Pausa) Las
camisas de los hombres también están sudadas. En las axilas. Todo debajo del brazo marcada
la zona, lo que se llama comunmente...

RAINER
La aureola. (A todos) Bueno...

ULRIKA
El hecho es que esos jinetes profundamente marcados por la violencia que día a día deben
ejercer se vuelven en ese momento para la mujer, personas confiables y queribles. La mujer
siente deseos de ellos. De aparearse con ellos.
(Prende otro cigarrillo. Pausa. Intencionalmente a Rainer) Cuando hablo de la mujer ¿se
entiende Rainer, que me estoy refiriendo a esa mujer del guión que esta presenciando esa
hermosa escena irreal de los jinetes, no?

RAINER
Claro mi amor que se entiende.

ULRIKA
(Pausa. Mira a Bettina) Irreal, digo Bety, por lo estática de la posición de los jinetes, sobre
todo si tenemos en cuenta que los caballos están en marcha por la calle, por el adoquinado.
¿No?

RAINER
Como guión es magnífico, ¿no?. Pura imagen.

ULRIKA
Claro. Ahí está. Porque hay un detalle que estoy obviando y creo importante: Los animales se
bambolean bastante por el adoquinado. Entonces pienso que se podría tomar desde atrás las
enormes y sensuales ancas de los caballos bamboleándose. Eso pensé también. No sé.
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¿Te gusta Betty?

BETTINA
Eh... sí, sí...

ULRIKA
Entonces no se.

BETTINA
(Pausa. Roger se prepara para salir de la habitación) Bueno... Ya va a estar la comida. Si no
se apuran, Roger, va a ser mejor que lo dejemos...

ROGER
No. Ya vamos. Lucera, ¿venís?

(Lucera mira a Ivan. Luego sale con Roger. Pausa. Ulrika apaga su cigarrillo y sale detrás
de ellos. Larga pausa. Rainer juega tontamente de manos con Ivan. Luego sale con
apresurado arrepentimiento. Pausa)

IVAN
¿Qué le pasa con Lucera? ¿Por qué no la deja en paz?
Viste como insistió para que fuera a la recorrida.

BETTINA
¿Qué decís? Está contento con la nueva casa. Roger quería mostrarle a todos el edificio.

IVAN
¿Y a qué se debe la reunión?

BETTINA
Ayer nos encontramos con Rainer y Ulrika en el microestadio. Al final usaron las entradas
que eran para ustedes.

IVAN
Ayer no fuimos porque Lucera estuvo vomitando toda la tarde.

BETTINA
Ah, bueno. Pero a Roger no le gustó nada tener que entrar con ellos. En un momento, en
plena pelea, me dijo que se quería ir. Nos levantamos despacio sin hacer ruido pero ellos
tambien se levantaron. Los cuatro al mismo tiempo, como atados por un hilo. Porque aquí
estaba sentada yo y Roger a mi lado, después seguía Ulrika y a su lado Rainer.

IVAN
¿Pero quién armó este encuentro?

BETTINA
Ellos. Ahí mismo entre las butacas se habló de juntarnos Ulrika dice: habría que invitar
también a Ivan y a Lucera. Mejor que estemos todos. Rainer quiere decirles algo. Todos
miramos entonces a Rainer que mira al piso y dice: ¿Por qué no reunirse en la casa de
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ustedes, la nueva, así de paso la conocemos?. El pony ya debe estar grande, agrega como al
pasar. Roger se puso pálido y se escurrió entre la butacas.

IVAN
Rainer quiere cerrar el negocio. La última compra de colchones fue una equivocación. Me
parece que se termina todo. Por eso nos reúne.

BETTINA
Yo de esas cosas mucho no entiendo, Ivan, pero vos sabés que Rainer lo intimidó siempre a
Roger. Además no quiere estar a solas con él después de lo del pony. Yo en realidad, te digo
Ivan, ya no tengo muchas ganas de que vengan a visitarnos. No me gusta como se pone
Roger. Ulrika nunca me cayó bien. Eso sabés muy bien porqué lo digo, ¿no?. Pero, bueno eso
es otra cosa y no quiero ahora...

IVAN
Pero... ¿qué carajo me importa todo esto que me estás contando, Bettina? ¿Qué significa ese
relato de la levantada de los cuatro al mismo tiempo en el estadio? Imaginátela vos y
respondeme: ¿es real o qué? ¿Es un poco idiota, no?
¿Dónde está mi mujer ahora? ¿Sabés que es lo real? Que está dando una vuelta por un
edificio casi abandonado...
Por este tipo de cosas una pareja se puede destruir. Hablo de la mía. Eso es lo único que me
importa.

BETTINA
No está abandonado...

IVAN
Pero mirá esas cajas ahí tiradas contra la pared. Mirá el desorden. ¿Puede vivir alguien aquí?
Y sobre el tema del dichoso pony sabés que yo siempre les dije, a Rainer y a Roger, que la
casa de ustedes no era para tener un animal de ese tipo. ¿Lo dije o no?

BETTINA
Sí. Pero al final yo lo quería tener...

IVAN
(Con violencia contenida) ¿Lo dije o no? Contestame eso. (Pausa) Necesito tomar algo. ¿Qué
tenés?

BETTINA
Ahora abro. (Pausa) Hay algo más, Ivan. ¿Qué es?

IVAN
(Pausa) Vi a Lucera parada frente a la vidriera de una armería, Bettina. Eso pasa.

BETTINA
Mucha gente se para a mirar armas, Ivan.

IVAN
Lucera siempre le tuvo terror a las armas.
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Estuvo cerca de veinte minutos mirando, quizás eligiendo. Luego se fue.

BETTINA
Pensé que ustedes estaban planeando tener un hijo.

IVAN
Sí, sí. En realidad estuvimos hablando de la posibilidad de tenerlo. Con seriedad se habló. Y
con tranquilidad. Nada de cuerpos inflamados.

BETTINA
¿Y?

IVAN
Bueno, creo que ya está esperando un bebé. No lo sé. Ni puedo tocar el tema. Ya no hay duda
de que nuestra relación está enferma. ¿Qué puedo esperar de mi pareja? Creo que nada. No
espero. No espero nada.

BETTINA
Te parecés tanto a Roger. Esas cosas que hacés con las manos.
¿Sabés de que me doy cuenta? La violencia es el tema de nuestros días. Hay violencia entre
los propios hermanos. Y también en las parejas. Lucera ve tu miedo, Ivan, se da cuenta. Y te
maneja. Si te vieras como te comportás cuando está ella.

IVAN
Que facil parece todo, ¿no? ¿Qué es la espera para vos, Bettina? ¿La gente sabe que es la
espera, realmente?
La espera es un encantamiento vertiginoso a la inversa. Y a vos te preocupa si me comporto
con naturalidad. Bastante que aún estoy cuerdo. Cualquiera se volvería loco en mi lugar. Pero
si Lucera me faltara un solo día me mato. Un día pensé en matarla y después rematarme yo.
O quizás sea suficiente con que muera solo uno.
Quizás ya esté empezando a volverme loco.

(Entra Roger del exterior, seguido pacientemente por Ulrika. Pasan por la habitación y van
directamente a la cocina)

BETTINA
Volviste mi amor. Me preocupaste. Tu hermano te fue a buscar...
(Roger vuelve de la cocina con una botella. Se va por la puerta exterior seguido por Ulrika.
Pausa)
Se supone que es un edificio tranquilo, pero nunca se sabe. Nos dijeron que no íbamos a tener
problema con la gente. Que estaba todo a la vista... (Pausa. Mira a Ivan)
Pensás que a veces me quiere evitar, ¿no?. ¿Pero te lo imaginás viviendo sin mi?
Bueno, al menos te hago reir. Cuando te reís parecés un potrillito, no sé...

IVAN
Intentás distraerme pero internamente sé que esto se cortará por lo sano. ¿Vos podés llegar a
entenderlo? Todo lo indica. Es inevitable. ¿Pero en dónde estará lo sano en todo esto?

RAINER
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(Entra. Realiza el gesto de la escena anterior. Luego se tira en un sillon visiblemente
cansado)
Suficiente. No se dónde se metieron. Ni me importa demasiado. Ivan, tu mujer está
engordando. ¿O me pareció?

IVAN
No sé. Puede ser que esté un poco más hinchada. ¿Por qué?

RAINER
Nada, me pareció. En cambio Roger adelgaza. Cada vez lo veo más flaco.

BETTINA
Se cuida. Hace bien. Si es joven. Estoy enamorado de un hombre que regala salud.

RAINER
(Juega de manos con Ivan. Ríe infantilmente. A Bettina) ¿No abrirías una botella, por favor?

BETTINA
Sí, pero me pregunto si no sería mejor que vuelvan todos así podemos comer de una vez.
(Bettina va a la cocina)

RAINER
Ya se, no me digas. Te pareció patético el guión de Ulrika. ¿Sabés de dónde sacó la idea?

IVAN
No. ¿Cómo voy a saberlo? No se entendía muy bien porqué... pero bueno. Está bien. Está
bien. No está terminado, ¿no?

RAINER
Tiene personalidad de excedida. No puede con sus propios problemas. A veces empieza a
hablar sola y a escribir en las paredes.

IVAN
Fantasiosa...

RAINER
No se si me lo hace a propósito para que yo crea que está volviéndose loca y me preocupe,
porque sabe que la quiero, y me vuelva loco yo. Por suerte ya no trato de cambiar a las
personas.
Es gracioso. Ahora estamos en una época en la que cuando abrimos la boca es para discutir.
Pasa que no quiere que siga con el negocio. Dice que es mucha responsabilidad para mi.

IVAN
¿Vas a cerrar?

BETTINA
(Entrando)
¿No volvieron todavía? Para mi están tardando mucho. ¿Qué hora es?

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RAINER
Ocho y media.

BETTINA
Andá a ver que pasa, Rainer, por favor, que me preocupa un poco.

IVAN
(Suplicándole) Rainer...

BETTINA
(Rainer sale)Y no vayas por el ascensor, Rainer. Usá las escaleras, mejor.
Que locura. Cuando lo conocí, me acuerdo que era un lugar lleno de hombres pegándose, me
miró y a mí se me nubló la vista. Había más mujeres dándole vueltas, me dí cuenta. Pero yo
caliente, excitadísima, dije en voz alta: dulzura, mío, es para mí. Que vergüenza. Pero
rejuvenecí. Que locura. Ahí lo empecé a desear, y a querer.

IVAN
Le llevás casi veinticinco años, Bettina.

(Vuelve Lucera del exterior.)

IVAN
Ah... Lu, volviste.

BETTINA
Tenés cara de cansada. (Lucera mira fijamente a Bettina.) ¿Y ahora que pasa?

IVAN
¿Tenés leche, Bettina? ¿Por qué no te traes un vaso de leche de la cocina, Lu?

LUCERA
(A Bettina) En casa el otro día te mostré un libro de recetas.

BETTINA
Ah, sí.

LUCERA
Lo miraste y te gustó. Me dí cuenta por la forma como lo agarrabas. En un momento me fui
al baño a vomitar, pero cuando salí no ví más ese libro.

BETTINA
Sí. Era un libro muy completo.

LUCERA
Bueno, parece que no nos entendemos, el libro desapareció de casa y yo te había dicho que
era para que lo hojearas ahí, en nuestra casa, no para que te lo llevaras, ¿no es así?.

BETTINA
¿Qué me querés...?
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LUCERA
Que te lo trajiste, Bettina.

IVAN
Está bien, Lucera. Traéte la leche de la cocina.

LUCERA
Se lo trajo. Me lo robó Ivan. (Lucera va de mala gana)

BETTINA
¿Por qué siempre yo, Ivan? Todo el mundo contra mi.

(Entran Rainer, Roger y Ulrika)

ULRIKA
Me gustaría que me dejaras un poco más tranquila, Rainer. Quiero ser un ama de casa
normal. Y no lo voy a ser nunca si sigo al lado tuyo. Eso es todo.

RAINER
Bromeás a veces con esas cosas. Y está bien. Me gusta. Me gusta.
Tengo sed. ¿Qué comimos?

BETTINA
En la cocina hay vino, chicos.

ROGER
Cuidado con el tapizado. ¿Volvió Lucera?

BETTINA
Está en la cocina. (Rainer, Roger y Ulrika van hacia la cocina)
Ivan, escuchame, ella me lo prestó. Se lo pedí cuando estaba dentro del baño.

IVAN
Según me dijo estuvo en el baño con la puerta cerrada y vomitando. ¿No es así?

BETTINA
Le hablé del lado de afuera. Y me dijo claramente que me lo llevara. Te lo juro.

(Vuelven cada uno con un vaso)

IVAN
No pudo decirte que te lo llevaras si estaba vomitando, Bettina. ¿Entendés que no pudo
decirte nada en ese momento?. En eso tiene razón.

RAINER
Voy a tomar un poco de vino antes de comer. No puede ser. Ya tuviste que prender un
cigarrillo.

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ULRIKA
Es el primero del día. Y quiero disfrutarlo con tranquilidad, Rainer.

BETTINA
Bueno, yo entendí eso, Ivan.
A ver. Todos pónganse cómodos, ahora. Ustedes a sentarse por ahí..
A Rainer y a todos... Les pediría que no apoyen las suelas de los zapatos en las paredes.
Hay que pintar. El lugar está sin decorar porque tarde o temprano habrá que pintar, ya lo
sabemos. Igual cuidado donde ponen los pies.

RAINER
¿Y la comida?

BETTINA
Ya va a estar. Mejor voy a buscar otra botella. ¿Hay alguna abierta en la cocina, Lucera?

ROGER
Cuidado con el tapizado, dijimos.

RAINER
¿Pero qué hay de comer?

BETTINA
Sorpresa. Esperá un poco. (Va a la cocina seguida por Ivan)

IVAN
Está tratando de recuperar cosas que perdió. Comprendela un poco. No está pasando un buen
momento.

BETTINA
Todo el mundo contra mí, Ivan, no lo soporto...

RAINER
(A Ulrika) Te pregunté a vos porque me pareció que te reías.
¿Vos los conocías Lucera?

LUCERA
No.

ULRIKA
Como me va a dar risa ese espectáculo.

RAINER
Parecía una pareja. Un padre y una madre, ¿no?.

ULRIKA
No sabemos si eran los padres de alguien, Rainer.

(Vuelve Bettina)
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BETTINA
¿Cómo es eso que..? No llego a entender.

ULRIKA
Basta. No me interesa hablar más sobre el asunto.

RAINER
Era una pareja que bajaba corriendo por la escalera...

ULRIKA
No quiero enfermarme por culpa de gente que no conozco. ¿Entendes?

RAINER
Lo que yo quería, Ulrika, no es justificar lo que hice, pero sí hacerte entender que la fuerza de
la madre, de A, más la del padre, B, es igual al doble de la fuerza de una persona sola, o sea
C. Y encima si C es alguien como Lucera, tan menudita, pobrecita, que no es ni la mitad de la
fuerza de los padres A y B considerados ambos por separado...

ULRIKA
¿Otra vez con eso?
¿Sabemos si eran padres de alguien?

RAINER
No, no lo sabemos, querida.

ULRIKA
¿Y entonces? Para mi se agotó el tema. ¿Podés entender?

RAINER
(Se para en un lugar de la habitación. Se prepara para una actividad física) Ivan. Roger.

ULRIKA
Rainer...

IVAN
No, Rainer, ahora no.

(A pedido de Rainer, los tres hermanos comienzan a realizar un juego brusco. Ulrika se
levanta indignada. Elije una botella de la mesa y se va a la cocina. Bettina la sigue. El juego
de los hermanos se violenta. Roger cae al piso. Se levanta y va al baño. Rainer lleva aparte
a Ivan)

RAINER
¿Lo viste?
¿Sabés que vi cuando llegué a esta casa?
No lo vas a creer.Ví a Roger y ví el cáncer. Calmate. Se confirmó.

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IVAN
¿Qué se confirmó que...?

RAINER
Me lo dijo su médico. Como si me estuviera hablando del tiempo. Por los golpes que recibió
en la cabeza. Así son los médicos. ¿Hay que creerle? No sé. Pero escuchame bien.
Escuchame bien, Ivan. No más de cuatro meses de vida, me dijo. Y de esto hace bastante ya.
Roger no lo sabe. Es más terrible porque es el más chico de nosotros. (Vuelve Roger. Ambos
miran a su hermano menor. De pronto Rainer ríe.)

IVAN
¿Es una broma?

(Rainer lo abraza riendo. Ruedan por el piso. Se separan agotados por el esfuerzo. Tardan
en recuperarse. Bettina vuelve de la cocina.)

BETTINA
Que raro lo de la escalera. Hasta ahora nunca había pasado nada.
Queridos... A ustedes... No van a quedarte ahí jugando como... ¿cómo qué? como dos chicos.
Vamos a comer pronto. A todos les digo.
(Roger hace rebotar una pelotita contra las paredes.)
No, Roger no te pongas ahora vos también... Roger que vamos a comer.

RAINER
No hay caso. Le falta el aire.
Veo que tampoco hay aire acondicionado aquí. En la otra casa eso era un problema grave,
Roger, te acordarás. Por suerte acá tienen más lugar. No me digas. Como para tener animales
grandes.

ROGER
Sí. (Pausa) No sé.

(Vuelve Ulrika de la cocina con la botella sin abrir)

BETTINA
Nos sentimos cómodos aquí.
La otra casa era muy chica, Rainer, en eso tenés razón.

RAINER
Respirá, ahora, ahora... bien, bien. Hacé caballito.
No tenés aire. Te estás taponando. ¿Hace mucho que no te hacés un chequeo?

BETTINA
Hace unos meses se hizo uno, Rainer. Hay muchos toma-corrientes. Faltaría uno para el
aparato de T.V.

ULRIKA
¿El sacacorchos?

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BETTINA
En la cocina.

ULRIKA
¿Roger... lo traerías?

BETTINA
Esta casa está bastante mejor que la otra. Y no pagamos casi nada. Salimos ganando. La
condición es que la mantengamos limpia.
El edificio es de cuatro pisos. Tres y una terraza. Y un sótano.

ULRIKA
¿Y está todo habitado? (Le alcanza la botella a Rainer)

BETTINA
No. Más o menos. No hay gente en todos los pisos. Pero hay.

RAINER
(Toma la botella. Se encamina a la cocina. Se para frente a Roger que aún no recupera del
todo la respiración) Caballito, hacé caballito. Hacé, vamos. No hay caso. Algo te tapona.

ROGER
Estoy bien. Tengo que ir a buscar los resultados. Ya voy a ir.

RAINER
No te dejes estar. (Desaparece por la cocina)

ROGER
Son las ocho y cuarto. ¿Alguien quiere venir a hacer una recorrida?. (Mira a Ulrika que le
sonríe)
¿Venís Lucera?

ULRIKA
(Pausa. Con fastidiole grita a Rainer) Rainer ¿y el sacacorchos?

RAINER
(Desde la cocina) Si, ya va.¿Sabés que estuve pensando de tu guión de cine?

ULRIKA
¿Qué, mi amor?

RAINER
Con esa última toma desde atrás de las ancas de los caballos bamboleándose sensualmente
por el empedrado se puede llegar a entender que los caballos son los culpables de la
excitación de la mujer. Que lo provocativo de la situación está en esos caballos sudorosos y
no en los policías. Y tiene cierta lógica.

ULRIKA
¿Te parece?
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RAINER
Sí. Está comprobado que las adolescentes sueñan con caballos cuando se empiezan a
desarrollar sexualmente. Te lo digo en serio.

ULRIKA
(Con violencia contenida) Me traés de una vez ese bendito sacacorchos, por favor.

LUCERA
El lugar en el que estábamos era una readaptación de un viejo depósito abandonado en el
último piso de un edificio. Daba la impresión de haber sido redecorado a las apuradas. Todo
casi destruido. El edificio en general estaba casi destruido.
En medio de la recorrida, cuando bajaba por la escalera, alguien me empujó con fuerza. Me
golpeé. Me podía haber matado. Estaba oscuro. Rainer y Roger estaban cerca. Decidí seguir
sola. Roger amagó acompañarme pero le grité: me voy sola, Roger, sola. Corrí para alejarme.
Escuchaba de lejos gritos de Ulrika discutiendo con Rainer.
Corrí tanto que me perdí. Por suerte encontré una pareja de ancianos que me indicaron el
camino de vuelta. Subimos las escaleras juntos. Yo me quedé en el piso tres. Ellos me
miraron entrar aquí, penosamente. Eran las nueve menos diez. Habíamos partido ocho y
cuarto.
Ni bien entré ví a Bettina y recordé que se había llevado un libro de recetas de mi casa. Me
dieron ganas de volarle la cabeza de un tiro.
Voy a aprender a disparar. ¿Escucharon? Los voy a poner en fila como botellas y les voy a
tirar desde lejos. Los voy a poder reventar uno por uno. Justo entre los ojos.
A vos también Ivan. (Pausa)
¿No te preguntás por qué llegué sola...?

IVAN
¿Pero qué le pasó?

ULRIKA
Nada. Ya pasó.

IVAN
¿Estás bien?

LUCERA

ULRIKA
Agarró otro camino, nada más. No le pasó nada malo.

ROGER
Una persona la empujó en la escalera.

IVAN
¿Qué decís? ¿Cómo que la empujaron?

ROGER
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No exageres. No fue nada grave.

ULRIKA
Bueno, la empujaron. No había suficiente luz. No la vieron.

IVAN
(A Lucera) Pero... ¿Y vos? ¿Cómo me ocultás a mi...?

ULRIKA
Está bien. Ya está bien, Ivan. En realidad ella nos había pedido que no te lo contemos.
La pareja pasó y la empujaron.

IVAN
Estamos todos locos.

ULRIKA
No fue para tanto. No se dieron cuenta.

ROGER
Nosotros los vimos venir y nos pusimos contra la pared. Ella no los vió. Estaba oscuro.

(Rainer viene de la cocina intentando sacar el corcho)

ULRIKA
¿Ya está, Rainer?

RAINER
Se me rompió el corcho.

BETTINA
A ver ese sacacorchos... No. Hay otro sacacorchos en el armario de abajo. Probá con el otro
que es mejor.

RAINER
Vi una fuente de arroz. ¿La salsa del arroz será tahilandesa?

BETTINA
No. ¿Por qué?

RAINER
Me gusta esa salsa. (A dúo con Ulrika) Nadie come comida tahilandesa, digo como hábito.

BETTINA
Te voy a explicar. Lucera me prestó hace unos días un libro de receta, Rainer, y...

LUCERA
Decí como fue realmente la cosa, Bettina, porque si no siento que la tonta soy yo.

IVAN
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Te lo llevaste, Bettina. No digas que te lo prestó.

BETTINA
Ah, no, claro... No, está bien, tenés razón. Me lo traje porque me confundí. Fue un error mío
obviamente. Me confundí.
¿Pero no son realmente maravillosos los libros de cocina?. Descubrí que en realidad, un libro
de cocina no es otra cosa que un libro de proyectos realizables. Por ahora se hacer arroz a la
turca.

RAINER
(A dúo con Ulrika) La salsa será entonces salsa turca.

BETTINA
Sí.

RAINER
Ah... (Rainer vuelve a la cocina a buscar el sacacorchos)

LUCERA
(A Ivan) Ya sé lo que vas a decirme.

IVAN
No te iba a decir nada que supieras.
(Pausa) No sos capaz de contarme que alguien te empujó en la escalera. O no me tenés
confianza o pensás que no me importa si te das un golpe...

ROGER
(Revisando el hombro de Lucera) Tenés una marca. Te golpeaste con el escalón. ¿Querés que
te ponga algo?

IVAN
¿Qué hacés? No tiene nada.

RAINER
(Vuelve) No lo encuentro.

ULRIKA
Roger, por favor, podrías buscarme vos un sacacorchos que funcione.

BETTINA
(Tomando de la mano a Roger) Roger, esperá un poquito. No es que quiera justificarme pero
les voy a decir a todos porque preparé ese plato. Roger me pidió una noche arroz a la turca.
Me miró a los ojos y me dijo que tenga cuidado, que no se puede poner a cocinar el arroz, la
cebolla y los espárragos por separado. (Roger se suelta de Bettina y se va a la cocina seguido
por Ulrika). Que para que tenga sabor especial hay que hervir todo junto. (Rainer va detrás
de Ulrika). Y comprendí entonces que eso somos nosotros dos. Todo eso, el arroz, la
cebolla, el espárrago. Aunque tengamos distinto sabor nos complementamos. (Vuelve Rainer
de la cocina y trae a Ulrika del brazo) En eso consiste nuestro amor, en las pequeñas
alegrias cotidianas. (Comienza a llorisquear) Y pueden pensar que soy una tonta si quieren.
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RAINER
(A dúo con Ulrika) No, Bettina por favor...

BETTINA
Por eso me traje tu libro, Lucera, perdoname...
¿Alguien me ayudaría con los vasos? (Se va a la cocina, llorisqueando)

(Larga Pausa)

IVAN
(Para sí) ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

RAINER
Bettina no puede dejar de tener tus mismos gustos, Roger.
¿Qué pasaría si un día el mismo hombre les gustara, Ulrika?

ULRIKA
No lo sé. Las mujeres en general soportamos más soledad que la que los hombres imaginan.

BETTINA
(Volviendo de la cocina) No digas eso.

ULRIKA
¿Qué? ¿La gente no está sola?. La ciudad está llena de gente solitaria mirando el piso,
esforzándose para no rozar los zapatos del vecino. Por eso prefiero el exceso. Para sentir...

RAINER
(Interrumpiéndola) Un poco de compañia dentro del cuerpo.

BETTINA
Bueno, yo me dí cuenta que cocinar es tener un proyecto realizable y por lo menos poder
compartir algo con alguien.

ULRIKA
(A todos) A ver si se me entiende... Antes que me pregunten, quiero explicar que con esto se
debe entender que obviamente me siento sola. ¿Se entiende, Rainer?

RAINER
Sí, perfectamente. (A Bettina) Vos decis comer es compartir ¿pero qué es lo que más se come
en las grandes ciudades, Bettina?

BETTINA
No lo sé. Apenas se una receta. No soy una persona muy preparada en eso. (Pausa.
Llorisquea) Es la primera vez que cocino.

ROGER
Callate Bettina, por favor...

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RAINER
¿Pero qué comemos en general? Comemos hidratos de carbono.
(Ulrika a dúo con él) Comemos como las ratas.

ULRIKA
Nosotros somos las ratas entonces. Todos. Ratas. Vos serás siempre una rata, Rainer. Hagas
lo que hagas. Esa es tu marca. Y la de todos nosotros.
Tenías razón. Me tendría que haber quedado en casa. (Pausa)

ROGER
Voy a cerrar un poco las ventanas antes de empezar a toser. ¿Alguien necesita aire? (Sale)

ULRIKA
Yo, Roger.

RAINER
Bettina, Roger está muy flaco. Podría estar incubando algo.

BETTINA
Bueno, basta con eso. Roger está divino. No se ustedes pero yo necesito tomar algo.
Roger ayudame con la mesa. ¿Qué pasó con el corcho?

RAINER
Ah, se rompió el corcho. Hay que empujarlo para adentro.

BETTINA
¿Por qué no vinieron ayer, Lucera?. Los estuvimos esperamos un buen rato en la puerta del
microestadio.

IVAN
Lucera estuvo vomitando casi toda la tarde. ¿Qué te pasa? Ya te lo expliqué.

RAINER
Algo se está quemando aquí.

ULRIKA
(Mirando a Rainer) Seguro que somos nosotros dos.
(Estallando los dos en una fuerte carcajada) Es una broma que siempre nos hacemos.

RAINER
Y muy apropiada. No tenés límites. Es increíble.

ULRIKA
Si una mañana finalmente me encontrara sola... lo primero que haría es prender un cigarrillo.

RAINER
Y tomar vino por supuesto.

(Vuelve Roger)
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ULRIKA
A propósito... ¿El baño, Roger?

RAINER
Podrías apagar bien esa colilla, Roger, vos que estás más cerca. Detesto ese olor. ¿Está todo
cerrado aquí? ¿Podés volver a abrir la ventana, Roger, por favor?

ROGER
Ahí.

ULRIKA
¿No hay otra cosa mejor?

ROGER
Andá al departamento de al lado que está vacío.

ULRIKA
¿Y se puede usar?

ROGER
Sí. Empujá fuerte la puerta.

ULRIKA
(Se para en la puerta. Intencionalmente sensual a Roger)
Pero... no se bien dónde es.

BETTINA
Es ahí, querida.

(Ulrika sale.)

ROGER
Es un departamento más chico pero tiene un baño terminado. (Pausa)
¿Querés conocer el baño, Lucera?

LUCERA
(Pausa. Lucero mira a Bettina, luego a Ivan) ¿Puedo? Si no querés no voy (Pausa. Salen
Roger y Lucera. Pausa. Ivan de pronto sale detras de ellos, hacia el exterior. Pausa.)

BETTINA
La gente del edificio es amable. Los vecinos correctos. Habrá que ponerse de acuerdo entre
todos para pintar también la zona de escaleras. La pintura está descascarada.

RAINER
Bueno, es así, creer o reventar. Y ahora está como loca con ese guión de cine. Lo contó, ¿no?
Sí.

BETTINA
18
¿Ya no saca más fotos? (Pausa) Antes se dedicaba, ¿no? Si mal no recuerdo... ¿o qué era...?

RAINER
Además de todo eso que hace quiere escribir un guión.
Y lo gracioso es que lo hace porque le dijeron, bah, alguien le dijo, que tenía facilidad para
describir imágenes. Pero no tiene, y se nota, o yo que la conozco bien lo noto, tanta facilidad
con los diálogos. Todavía. (Pausa) Ya va a ir, seguramente... Lo que algunos llaman el
oficio... (Pausa. Vuelve Ivan.)

IVAN
Claro.

RAINER
De todas formas escribió cosas interesantes. Escribió ese guión sobre la mujer y los policías.
Está bien por ser lo primero que escribe. Creo que al final va a entrar a escena un caballo a
hacer no se qué pavadas. Una verdadera locura.

BETTINA
¿Escribe mucho?

RAINER
No. Todavía no. Tampoco guarda todo. Escribe y tira. En realidad tira mucho. Así es el ciclo:
escribe durante horas, me busca y si ve que estoy leyendo el diario o mirando por la ventana,
es decir entretenido en algo personal, me llama. Yo entonces, gustoso, voy y ella me lee lo
que escribió. Después casi siempre lo tira a la basura. Y si le digo, mientras me lo está
leyendo, que me gusta mucho, inmediatamente lo rompe y lo tira. No espera terminarlo.
Le encanta destruir y tirar las cosas que a mi me gustan. Todo tipo de cosas. Libros, ropa.
Cosas viejas. Le encanta tirar las cosas viejas a la basura. Y yo seguramente, queridos míos,
en cualquier momento voy a empezar a ser una cosa vieja para ella. Le gusta destruirme y
verme sufrir. Y le gusta mucho más si estoy delante de mi familia. De mis hermanos. Me da
mucha vergüenza todo esto. Mucha vergüenza. Así estamos hoy. (Vuelve Lucera del exterior
seguida de cerca por Roger)
Perdón, perdón, pero son cosas que no puedo callarme. Tenía necesidad de reunirlos a todos
y hablarlo.
Estoy arruinado. Como hombre estoy arruinado.

BETTINA
La conocemos, Rainer.

RAINER
¿Qué es lo que conocés? Nadie la conoce realmente.

(Bettina solloza. Vuelve Ulrika del baño)

ULRIKA
Perdón, perdón.Ya se. Tardé mucho.

RAINER
¿Se puede saber dónde estuviste todo este tiempo?
19
ULRIKA
En el baño. Es que me pasó algo muy cómico. Aparentemente sin ningún motivo, señalé el
aire y dije en voz alta, como una loca, por aquí, por este lugar pasará una mosca en,
exactamente, nueve segundos. Si la agarro el mundo comenzará a girar en sentido opuesto.
Cerré los ojos, conté hasta nueve y lancé un manotazo al aire. Y atrapé una mosca.
¿No es asombroso?. ¿Para dónde gira la tierra?
¿Ivan?

IVAN
No sé.

ULRIKA
¿Para allá? (Señala hacia un lado)

IVAN
Sí, creo que sí.

ULRIKA
Nadie sabe bien de esas cosas.
¿Rainer?

RAINER
Te dije que este tipo de conversaciones son para los que tienen tiempo para perder.

ULRIKA
¿Pero por qué no intentar pensar que hay otra alternativa en la vida o que hay algo que
estamos haciendo a contramano?

RAINER
Me ama de forma furiosa y la mujer que ama en esas condiciones tan bestiales está
atravesada, aunque no quiera, por aspectos sumamente tragicómicos. Por eso piensa esas
cosas. Un eterno sentimiento de agradecimiento a la vida la alegra y la enloquece.

ULRIKA
No digas pavadas. No estoy loca. Ojalá lo estuviera. Ojalá sintiera que el mundo comienza a
girar en sentido inverso. Si me dieran a elegir nuevamente, ¿te miraría fijamente como
aquella primera tarde en la que te conocí, Rainer, o simplemente te evitaría?.
¿No es maravilloso este pensamiento? No se que consecuencias tiene.
Amor... Tengo sed.

BETTINA
Yo creo, a mi humilde entender, que nos daríamos cuenta enseguida si la tierra se decidiera a
girar en otra dirección.

ULRIKA
¿Si? ¿Y cómo? Si aquí nadie parece saber exactamente para que lado está girando la tierra
ahora.

20
¿Vos Roger, podrías decir en este momento exactamente para qué lado está girando? ¿Podés
sentirlo en tu cuerpo?
(Intenta abrazarlo. Roger escapa. Pausa)
¿Lo saben tus hermanos, Rainer?
Si los reuniste decilo de una vez. Cuanto antes mejor.

RAINER
Sí, claro, ya iba a contarlo, no es que me lo iba a...

ULRIKA
Rainer cerró el negocio. El negocio familiar.
Bueno, al menos la pequeña vida que nos rodea se altera un poco. Se acabaron los problemas.
Por lo menos para mi.

RAINER
Sí.(Pausa)
Obviamente partimos todos de comprender que es un tema muy delicado, ¿o no?. Hubo una
inversión grande en colchones, Roger, que bueno... finalmente no resultó lo esperado.
(Pausa. Gesto.)
Y no se más que decir.

ULRIKA
Por eso mueve las manos así.

RAINER
Si ustedes quieren puedo decir que soy un fracasado.
Logicamente también podría agregar que me quiero matar. Y no sería absurdo.
Si digo que...

ULRIKA
Si A es a B...

RAINER
Sí, A es a B...

ULRIKA
Como C es a... a...

RAINER
A es a B... como C es a... a... Bueno, todos me van a comprender. Como cuando nuestro
padre nos reunía a los tres para explicarnos la vida. Sentir que el mundo estaba resuelto solo
con las cosas puestas en el lugar que corresponde. Así me sentí siempre. Hasta hoy.
(Pausa) Pero si digo que soy un fracasado y que, por ejemplo, realmente tengo la necesidad
de tirarme de cabeza desde este edificio, pero de verdad tirarme...

ULRIKA
(Al unísono con Rainer) Pero de verdad tirarse...

RAINER
21
No va a faltar quien me diga: no hagas eso, la plata va y viene, siempre hay esperanzas, viví
tu vida, aprovechala (A dúo con Ulrika) vos que sos joven.
(A Ulrika) Porque no me considero viejo. (Pausa)
Y no me mires así, Ulrika...

ULRIKA
¿Porqué pensás que te estoy mirando todo el día?

RAINER
No me mires así, solo eso te digo...

ROGER
El negocio...

ULRIKA
No hay más negocio, Roger. Lo cerró. No quedó nada.

RAINER
Se vendió. Y todo fue para pagar deudas. Estábamos tapados de deudas.
Si papá viviera... Todo esto le dolería como a nadie.
También podría decir que quisiera radicarme en otro sitio para empezar de nuevo. Pero no sé
si vamos a tener fuerzas.

ULRIKA
Me encantaría conocer otros países. Nunca salí.

RAINER
Tengo el apoyo de Ulrika, eso sí. Y hay algunas posibilidades, algunas bastante concretas,
pero no...

ULRIKA
Pensamos con Rainer que si tomamos un poco de distancia de todo va a ser mejor.

BETTINA
¿Se van del país?

RAINER
No, ¿qué decís? (Superponiéndose ambos) A Tandil (Rainer) A Usuahia (Ulrika)
Un lugar con menos competencia para empezar de nuevo. Pero si fuera por mí... (Al unísono
con Ulrika) Todo terminado. Todo.

BETTINA
No sabíamos nada.

BETTINA
¿Qué?

RAINER
¿Soy despreciable por todo esto? ¿Piensan que soy el culpable del cierre, no?
22
ULRIKA
Nadie dijo eso, Rainer. Tranquilizate un poco.

RAINER
Que se atrevan a decirlo mis hermanos. Que me golpeen, si lo merezco. Mis propios
hermanos. Los quiero ver. A ver quién de los dos se atreve. Caínes. ¿Vos me querés pegar
Ivan? ¿Y vos Roger?
No falta mucho para que la gente que se quiere de verdad y se respeta se golpée sin la
mínima justificación.
¿Esto es la vida? ¿Es esta la vida que quiero para mis hijos?

ULRIKA
No hay hijos, Rainer. Nunca quisiste tener hijos. Por lo menos conmigo.
Y no es una queja, por favor.

ROGER
El negocio...

BETTINA
Querido, creo que ahora lo mejor sería que comamos...

ROGER
Callate la boca.

RAINER
No quiero hacer reclamos ahora. Está bien que yo acepté hacerme cargo cuando papá murió
pero nunca tuvimos ayuda.
Además no es la vida que quiero para Ulrika.

ULRIKA
Ah, no, por favor no me metas en tus decisiones. Y sobre todo no empieces con
sentimentalismos.

RAINER
Esta señora, así como la ven, dice que quiere terminar sus días corriendo desnuda por una
playa desierta y eso me pone loco.
Loco. (Rainer va hacia la cocina)

ULRIKA
(Gritándole) Al menos yo puedo admitir que me gustaría hacer algo concreto. (Mira a todos.
Ríe. Luego comienza a llorar)

ROGER
(A Bettina) No llores más, Bettina.

BETTINA
No, ya está, ya está. Pensaba como Ulrika. ¿Por qué no poder hacer esas cosas que uno quiere
cuando aún está a tiempo, no?.
23
(Pausa)
¿Te das cuenta? Sabés como me gustan los animales. Yo a veces me digo porque sufrir tanto.
Siempre privándome de...
(Roger le amaga un cachetazo. Larga pausa.)

LUCERA
Hasta aquí observo como una extraña esta escena familiar.
Soy Lucera. Decididamente no pertenezco a esta familia. Dicen que Ivan me encontró en un
camping de Córdoba. Yo era muy pequeña. Él con su padre y sus hermanos estaban
veraneando allí. Me dijeron que a metros de donde me hallaron encontraron también
desbarrancados restos de un sulky, el cuerpo del caballo y dos cuerpos humanos que según
parece correspondían a mis padres. La escena daba a entender que el caballo se lanzó al vacio
enloquecido y mis padres, por suerte para mi, pudieron empujarme fuera del carro antes de la
caida. También me dijeron que unas tres décadas atrás en la sierra cordobesa proliferó un
virus que atacaba a los caballos de tiro y que sin motivo los hacía lanzarse al vacio.
Tengo miedo. En las noches suelo despertarme espantada como si alguien estuviera a mis
espaldas a punto de saltarme encima. (Roger le toca el hombro. Ella se lo saca de encima con
dureza)

ROGER
Nada. Estaba viendo que todavía tenés la marca de la caida.

RAINER
(Volviendo de la cocina.) Lo que tengo muchas ganas de ver es al pony, Roger. ¿Lo tenés en
el sótano?

ROGER
¿Si el pony está en el sótano querés saber?
(A Bettina) No vayas a llorar.

RAINER
Yo no soy de regalar seguido, pero cuando regalo, regalo caballos. Vos lo sabés, Roger.
Me dio mucho placer regalártelo. Se como te encariñás con esos bichos.
¿Qué pasa?

IVAN
No quieren hablar del tema. Eso es todo.

RAINER
Tomen, para disfrutarlo, ¿cómo les dije? ¿Te acordás, Roger? ¿Cómo te dije, eh? Tomen,
para disfrutarlo. En una canasta lo traje. Era blanquito con algunas manchas negras en el
lomo. El pelo de la crin marroncito y bien peinado. (Bettina llora)
Vos me querés decir algo, Bettina.

BETTINA
Pasó a los pocos días que lo trajiste a la otra casa, una noche que vos habías discutido con tu
hermano por algo del negocio. Bueno, a eso de las tres o cuatro de la madrugada me
despierto y veo que Roger se había levantado. Me voy a la cocina y lo encuentro mirando al
pony a los ojos. El pony tenía puesta la correa de paseo.
24
(A Roger) Querido, pensé que...

RAINER
¿Qué pensaste?

BETTINA
Me había puesto contenta porque pensé que lo iba a llevar a dar una vueltita, no sé, para
relajarse y reflexionar sobre lo inutil de las discuciones en la familia. Nosotros solíamos a
pasear y charlar y llevábamos al pony de la correíta.
Rainer, yo siempre insistí para que ustedes no se peleen. Si uno tiene la suerte de tener
hermanos... Siempre se lo digo a Roger.
(Llorando) Te quiero, Roger. No me importa lo que haya pasado. Te voy a querer siempre,
¿entendés?.

RAINER
¿Qué es lo que pasó con el pony, Roger?

ROGER
Agarré al animal y salí a caminar. Ni un alma en la calle. Pasé por una obra en construcción
que había a unas cuantas cuadras. No se porqué pero sentí ganas de meterme. Me quedé un
rato en la vereda, después entré. No había sereno. Nadie me vió. (Pausa)

ULRIKA
¿Y?

ROGER
Y encontré un pozo enorme que estaban rellenando con cemento. Nos asomamos con el
pony. Los dos. Así...
Nos quedamos un rato. De repente el pony me miró profundamente, pero profundamente,
rainer, algo le pasaba al animal... Después suspiró... levantó el hocico... (Pausa) y dio un
salto. Al medio del pozo.

ULRIKA
Dios mío... (Empieza a reir progresivamente ante lo que va escuchando)

RAINER
¿Cómo...?

ROGER
Yo me metí. Intenté sacarlo. Nada. Se fue derecho al fondo.

BETTINA
Nunca lo voy a poder superar, Roger. Yo me había encariñado.

ROGER
Callate. Me vas a reventar la cabeza, Bettina. Tenés que entender que yo no lo empujé.

IVAN
Lucera, nosotros tendríamos que ir saliendo.
25
RAINER
¿Qué?¿A vos nunca te pasa nada, Ivan? ¿Escuchaste lo que contaron?
(Roger se toma la cara)
Y vos llorás ahora.

ROGER
Pero si yo no hice nada.

BETTINA
Dejalo, Rainer.

RAINER
Yo no era de regalar seguido, Bettina.

BETTINA
Tampoco había tanto lugar en la otra casa.

RAINER
Podían habérmelo devuelto si no tenían lugar. Yo le podía encontrar otra casa. (Rainer
comienza a reirse junto a Ulrika)

BETTINA
Mírenlo.

ROGER
¿Qué?

BETTINA
¿Por qué lo amo? Lo amo porque se pone mal cuando tocamos el tema. Amo al hombre que
está a mi lado porque puede amar, puede matar y puede arrepentirse también. Eso pido de un
hombre.

ROGER
Yo no lo maté. Se tiró solo. No quería vivir. Era un tormento en casa, lo reconozco, no era
facil la convivencia, pero yo nunca sería capaz...

ULRIKA
(Riendo) Y a veces pensás que el inhumano sos vos, Rainer.

BETTINA
En realidad, Rainer, mientras estuvo lo tratamos con cariño y...

RAINER
¿Te crees que no hubo cariño en mi regalo?.
(De pronto para de reirse y se alnza violentamente sobre Roger)
Lo había traído para vos. ¿Sabés porqué? ¿Sabés? No lo sabés.

26
BETTINA
No, dejalo, Rainer.

RAINER
No hay caso, no podés. No razonas bien lo que haces. El box te dejó marcas.

ROGER
Mirame la cara. Ninguna marca en la cara.

RAINER
¿Y los mareos que tenías? ¿Ya se te fueron?

BETTINA
Que no se ve nada externo. A eso se refiere.

RAINER
(Abraza a Roger) Pero adentro, más adentro hermano, pregunto. La sangre coagula. Las
arterias se tapan. Esto que te pasa con la conciencia.

ROGER
¿Qué me pasa con la conciencia? ¿Qué estás diciendo?

RAINER
Ya no respondés a tus actos, Roger. Empujaste ese animal al pozo y te convencés de que él se
tiró solo. No te das cuenta lo que hacés. Estás terminado. ¿Solo yo me doy cuenta?

BETTINA
(Separándolos bruscamente) ¿Qué más querés Rainer? Basta ¿No podemos estar en paz,
Rainer? Ya está hecho. Y está arrepentido. ¿No lo ves?
(A Roger) ¿Estás bien?

ULRIKA
(Toma una botella. Muy tranquila y seductora) Rainer...

RAINER
¿Que querés?

ULRIKA
Querría un poco de vino, corazón.

BETTINA
Roger, yo creo que deberían intentar hacer las paces.

ROGER
Vos... Es mejor que no hables más.
Yo estoy bien. Pierdo un poco el control a veces, pero eso es todo. Recuerdo todo. (Golpea la
mesa frente a Rainer)

27
ULRIKA
¿No abrirían una botella que me muero de sed?.

BETTINA
Tené un poco de piedad, Ulrika.

IVAN
Nosotros nos vamos, Lucera.

BETTINA
No se vayan. Si todavía no comimos.

IVAN
Volvemos en otro momento, Bettina.

ULRIKA
Me están haciendo desear a propósito, Rainer. Quiero irme Rainer.

BETTINA
Bueno, si se quieren ir, váyansen pero antes de que se vayan de nuestra casa, quiero decirles a
todos que después de pasarme tres horas encerrada en la cocina cocinando ese arroz de
mierda creo que merezco que por lo menos alguien...

ULRIKA
¿Qué pasa con ese arroz a la turca? Sos una idiota, Bettina. ¿Sabés lo que merecés vos?

(Bettina se avalanza sobre Ulrika. Roger la contiene y empuja A Ulrika violentamente


contra la pared. Pausa.)

RAINER
Tenés miedo, ¿no?.

BETTINA
No, por favor... no empiecen otra vez.

RAINER
Te voy a decir la verdad. ¿Sabés en realidad porque te traje el pony? Te lo regalé el día que tu
médico me dijo que te iba a explotar la cabeza.

BETTINA
¿Qué decís, Rainer?

RAINER
Tantos golpes te hicieron un coágulo. (Al unísono con Ulrika) El coágulo te formó un tumor.
Por eso no controlás lo que haces.

BETTINA
Sos inmundo Rainer. Es tu hermano.

28
RAINER
Yo puedo manejar mi violencia. Soy conciente de lo que hago.

ROGER
Decís que manejás la violencia. Pero yo te vi Rainer. Empujaste a esa pareja por la escalera.
Los hiciste caer. Podías haber lastimado a Lucera si no se corría.

ULRIKA
¿Ven todos lo que es este mundo? Por eso no quiero niños ¿Para qué traer niños a un mundo
violento? ¿Para matarlos a golpes después como a animales? (Rainer y Roger a punto de
agarrarse a los golpes) No, vámonos, Rainer. Ya se como va a terminar esto. Veo sangre.
Pronto va a haber sangre en las paredes, en el piso, en todos.
¿Y ese ruido? ¿Será nuestro taxi?

LUCERA
(Lucera saca el revolver de su cartera y dispara un tiro al aire).
Miré el reloj. Eran las ocho y diez.
(Pausa. Observa el revuelo que produjo.)
¿Qué me miran? ¿Me veo gorda?
¿Y ustedes?¿Se van del país? Váyanse. No cualquiera puede irse, de otro modo yo también lo
haría.
El guión de cine que relató Ulrika me trajo un recuerdo violento de mi infancia. Mis padres
escapando, huyendo por una escalera. Recordé la forma en que me arrastraban, hasta que
desesperados me dejaron en un escalón. Recordé verlos irse escaleras abajo. Como una caida.
Eso recordé.

IVAN
Lucera, esperá. (Pausa) Se porque estás nerviosa. Pero ya te lo conté muchas veces. Lo
sabés... Estábamos de vacaciones. Escuchamos gritos... un caballo se desbocó, corrimos...
Rainer fue el que llegó primero.
(Lucera apunta a Rainer)

RAINER
Esto es gracioso. (Pausa) No entiendo que debo decir sobre eso, Ivan.

IVAN
Lucera está un poco sensible porque estamos pensando en tener un hijo. ¿No es cierto Lu?
Deciles del bebé, Lu... por favor... el bebé, Lu...

RAINER
Bueno, que se puede decir... Felicitaciones. (Pausa) Ulrika...

ULRIKA
Ah... Que lindo los chicos

RAINER
Si por mi fuera... ¿pero se la imaginan a Ulrika con un bebé en brazos?.

LUCERA
29
¿Qué les pasa idiotas? ¿No tienen miedo? No creen que soy capaz de disparar.
(Va hacia la puerta de afuera y la cierra con llave. Saca la llave y la pone sobre la mesa.
Pausa. Comienza a apuntar con timidez)
Bueno...

IVAN
Por favor, Lu...

LUCERA
Decile Ivan lo que pienso en realidad de ellos.
(Apunta a Roger) Vos, Roger, no me gusta como me mirás. Ni como te me acercás. (Bettina
ahoga un sollozo. Apunta a Bettina)
Bettina...

BETTINA
No... Yo estoy un poco vieja, Lucera. Y se que mi actitud comprensiva con todos no sirve de
nada, pero...

LUCERA
No llores más, Bettina o te mato.

ROGER
Callate, Bettina.

LUCERA
¿No entendés que tengo ganas de matarte desde hace tiempo y que ahora por fin te puedo
matar? Pero de verdad te lo estoy diciendo. A todos los voy a matar.

BETTINA
(Se acerca a Roger) Miren todos estos ojos. Están llenos de vida.
Mi amor, sos de esas personas que vas a envejecer bien. Tenés una larga vida por delante. No
pienses que estos son tus últimos años porque no es así. No estás desperdiciando tu tiempo
con una vieja.

ROGER
¿Cómo podés pensar así? ¿Cómo me podés decir esas cosas, Bettina?

BETTINA
Así soy yo. Digo lo que pienso. Quiero que vos hagas lo mismo.
¿Tenés ganas de estar con Lucera, Roger? ¿Es eso lo que te pasa? Puedo entenderlo, ¿pero no
sirvió para nada lo de Ulrika? ¿No sirvió para nada todo lo que hablamos?

RAINER
¿De que hablá, Ulrika?

BETTINA
Aunque no lo creas yo te entiendo. A cualquiera le puede pasar. Yo a veces también miro a
otros en la calle... Pero sabés que me digo... nosotros dos somos el arroz, el espárrago, el...

30
ROGER
Callate.
(A Lucera) Bajá ese revolver, Lucera, por favor. (Lucera gatilla el arma. Pausa)
Tus padres no se cayeron solos por el acantilado. Fueron Ivan y Rainer. Ellos arreglaron
todo. Era verano. En Córdoba. La familia solía veranear en Cordoba.

RAINER
¿Qué decís hijo de puta? Está delirando. El coágulo lo mata.
No podés creerle en ese estado, Lucera. El caballo se desbarrancó solo. Nosotros te
encontramos, Lucera.

ROGER
Rainer manejó todo. Con Ivan. Ivan se sentía muy solo. Yo era muy chico pero me acuerdo.

IVAN
¿De que hablás, Roger, por Dios?

LUCERA
¿Qué pasó, Ivan? Hablá vos. Si no hablás igual te mato ahora mismo. Tengo un arma en la
mano.
¿La ven?
¿La ven todos? Idiotas.
¿Cuál cabeza es la primera?

IVAN
Lucera, ¿realmente querés abrirme la cabeza a mi de un balazo y así terminar con todo?.
Mirá la situación que provocás... Es patética.
¿Qué pasó con nosotros? Si pudiéramos comenzar todo de nuevo... Rainer... por favor...

RAINER
(Conciliando) Sí, bueno, va a ser mejor que nos tranquilicemos un poco. ¿Nos calmamos un
poco, eh? ¿Eh, Lucera?
¿Quieren que los acerquemos con el taxi?
Mirá lo que voy a hacer... Voy a a agarrar la llave y voy a abrir la puerta. ¿Está bien, Lucera?
(Lucera asiente)
Voy a abrir y nos vamos a ir. (Abre la puerta lentamente) Bueno, ya está. (Pausa)
Ahora vamos a salir...Vamos Ulrika.

(Lucera le dispara a Rainer que había comenzado a salir. Rainer cae pesadamente tomado
del marco de la puerta. Seguidamente dispara a Roger y a Bettina que no alcanzan a
cubrirse. Por último a Ulrika mientras intentaba saltar por encima del cuerpo de Rainer
que cubría la puerta de salida. Larga pausa. Lucera mira a Ivan. Ivan observa los cuatro
cuerpos desparramados en el piso. Luego mira a Lucera)

LUCERA
¿Hay una sola forma de violencia? Hay un nuevo tipo de violencia en el aire. ¿Lo sentís
Ivan? Obviamente yo no soy del tipo de personas que haría esto y sin embargo lo hice.
Salí al pasillo. Necesitaba correr y perderme por el edificio. De pronto, atraidos por los
disparos, los dos viejos que había encontrado antes volvieron a aparecer frente a mi. Me
31
tomaron de la mano sin hablar y juntos bajamos tres pisos. Al llegar a la planta baja seguimos
hasta el sótano por una pequeña escalerita de hierro. Tomamos un corredor hasta el fondo del
edificio. Hacia el final, una luz blanquecina iluminaba la puerta de un cuarto ruinoso y
oloriento.
Entramos al cuarto. Ellos se sentaron en una especie de cama armada en el suelo con unos
viejos colchones destrozados. A un costado había unos largos y profundos bebederos con
agua sucia. El fondo del cuarto estaba oscuro, no se veía nada, pero se podía intuir unos
animales corpulentos que pateaban el piso.
Volví a mirar a los viejos. El viejo abrazaba a la vieja, mientras la vieja acariciaba y besaba a
un niño o a una niña inexistente. Acariciaba el aire. Besaba el aire. Y los dos sonreían como
locos ante la nada que yo veía. Si esos dos ancianos no hubieran aportado aquella señal,
aquellas caricias yo me habría asfixiado. Sus ojos, entonces, comenzaron a volverse
familiares para mi. Me reconocí en ellos.
Y pasó lo inevitable, lo que estaba necesitando que pasara desde hacía años: una gran
estampida de animales se desató por el cuarto. Ahora podía empezar a distinguir que era lo
que se encontraba en el fondo de la habitación. Impetuosos. Ardientes caballos. Eran caballos
de distintas razas y tamaños. Hermosos caballos. Era una visión maravillosa. Se venían hacia
mi. Deseé subirme a uno de ellos y escapar lejos. Lejos. Pero pasaban a mi lado sin verme.
Nerviosos. Altaneros y recios. Solo podía atinar a mirarlos pasar. Embelezada. Dulcificada.
Ivan...

IVAN
¿Qué...?

LUCERA
Estoy embarazada, Ivan.
(Apunta lentamente a Ivan)

FIN

32

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