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AL BICENTENARIO
I.- INTRODUCCIÓN:
Todos los peruanos hemos leído alguna vez cómo se logró la tan añorada independencia
de nuestro Perú, que fue proclamada por don José de San Martín en 1821; próximos a
cumplir ya 200 años de libertad del yugo español.
Hay que recordar que fueron aproximadamente casi 300 años de esclavitud, donde
muchos hermanos peruanos indígenas y criollos sufrieron y murieron bajo la política y
regímenes españoles. Los abusos mayores se debieron a la imposición del exclusivo
monopolio comercial de España y a la marginación de los criollos, hijos de españoles en
el Perú, de los cargos más altos de la administración colonial.
En este conflicto de siglos tuvo precursores nacionales desde el ilustre Túpac Amaro,
María Parado de Bellido, Mateo Pumacahua, Micaela Bastidas, José de la Mar y muchos
precursores y que sin pensarlo dieron su vida por lograr la independencia de su país; pero
también reconocemos a héroes extranjeros como don José de San Martín, Simón Bolívar,
Thomás Cochrane, entre otros que sin pensarlo dos veces brindaron su apoyo
incondicional para lograr tal hazaña.
Cajabamba denominada por Simón Bolívar como Gloriabamba cuando arribó a esta bella
provincia Cajamarquina muchos criollos, mestizos y campesinos y aún algunos españoles
tomaron parte activa en la causal a independencia, brindando una importante contribución
tanto material como económica y moral como veremos en este proyecto elaborado por las
estudiantes de tercero “B” de la Institución Educativa Nuestra Señora del Rosario de la
provincia de Cajabamba con la finalidad que se reconozca a nuestra tierra Cajamarquina
como la Cuna donde se formó el escuadrón del ejercito como Lanceros de la Victoria que
dieron posteriormente el triunfo en las batallas de Junín y Ayacucho, escuadrón conocido
hoy como Húsares de Junín.
II.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Acercándose el Perú al bicentenario de su independencia se ha reconocido a muchos
precursores, próceres y héroes que con mucha entrega y sacrificio lograron esta proeza;
pero no ajena a esta lucha estuvo la siempre fiel ciudad de Cajabamba, así como muchas
ciudades y personajes sociales y políticos que no son mencionados a lo largo de la historia
de la independencia del Perú
Es en esta provincia que, con el apoyo de grandes hacendados, agricultores, ganaderos y
el apoyo de toda la población se logró en tiempo record la conformación del ejercito los
Lanceros de la Victoria jóvenes varones que viendo el sufrimiento de sus hermanos
peruanos de manera voluntaria y asequible conformaron este ejército que después
conllevó a la victoria de las batallas de Junín y Ayacucho.
Queremos brindar un justo reconocimiento a estos jóvenes héroes Lanceros de la Victoria
que no son recordamos y reconocidos por tan grande acción y a la población de
Cajabamba que dio todo lo que tenía para su conformación.
Las estudiantes de tercer grado de secundaria que remos lograr ese reconocimiento bien
merecido por el apoyo incondicional de toda la provincia a los héroes Simón Bolívar,
José de la Mar, Antonio José de Sucre entre otros que son testigos de tan grande accionar
de un pueblo Cajamarquino.
III.- OBJETIVOS
3.1 Objetivo General
Demostrar la importancia del ejercito Lanceros de la Victoria para reconocer
el aporte de la provincia de Cajabamba en la independencia del Perú.
La cordillera de los Andes cuando atraviesa e! territorio peruano en riada telúrica de sur
a norte, a medida que avanza la peregrinación de los Andes, ya bastante al norte del
Perú, se sosiegan sus pomposas furias y permite que la orografía se asiente y extienda
en llamativos valles y praderas que prodigan las ensoñaciones de! hombre convertido
en Dios sembrador, En esas aguas cantarinas, y en los cálidos regocijos de esas flores,
sacian su sed de vida miles de pajarillos con la caridad de la floresta cargados cada cual
con sus respectivas virtudes que habrán de degustar en el desayuno, porque por eso
mismo están alegres y coloridos.
Tal es el terruño edénico presidido por el cerro Chochoconday en el norte peruano,
sede de una apacible y bizbironda población de agricultores, crianderos y artesanos,
derivación de la amazónica cultura de Kuélap, refugio de mitimaes en la época de los
incas. Su nombre es Cajabamba y funciona como réplica del empíreo, descubierta por
el libertador Simón Bolívar en su viaje de Trujillo a Cajamarca, denominándola
"Gloriabamba" por su aporte en hombres, caballos, dinero y patriotismo para liberamos
del yugo colonial
. Colaboran en ese propósito el benigno y majestuoso Chochoconday, líder de las
cordilleras del nororiente y el cerro de Algamarca, titán de las cordilleras del poniente,
cuajado de oro, plata y cobre. Entre ambas montañas se desliza el abrumador río
Condebamba, que es la arteria de desfogue del ardiente y amplísimo enjambre
cordillerano.
En las faldas del coloso Algamarca se asienta la hacienda Araqueda, propiedad de la
familia del mariscal Luis José de Orbegoso y que le brindaría a Bolívar los caballos,
jinetes y caudales para formar el regimiento Lanceros de la Victoria, que se convertiría
en los Húsares del Perú y, luego de su primera gran victoria, en los Húsares de Junín.
Son las pallas que han salido a cantarle a partir de la campiña llamada Machaguay y
que si los varones portan llanques, las damiselas lucen los pies descalzos.
A medida que avanza la cabalgata se extiende ilimitadamente el predio que acaba de
descubrir Bolívar y, con todo lo que ve y percibe, se afirma en su decisión de crear un
regimiento de centauros. Tal cabalgata bélica ten-dría que parir de Cajabamba en la
operación que él mismo denominaría "El parto de Gloriabamba".
Gloriabamba se constituía, pues, en la materia prima de sus futuras victorias, sea en
Junín, Ayacucho o en cualquier otro lugar. No otra podía ser su significación porque
cuando arriba al punto denominado Quingray, conocido como lugar de entrada a la
ciudad, un grupo de jóvenes agrarios decididos a luchar, liderados por el pollanco
Celso Juárez le obsequia un precioso caballo marrón, debidamente jateado con plata
del cerro Algamarca, expresándole que la juventud está dispuesta a seguirlo a los
campos de batalla con sus corceles. Así, jubiloso, ingresa en la población arriba a la
Plaza de Armas y se aloja con todo su séquito en la casa de la muy honorable familia
Calderón, que colindaba con el edificio de la municipalidad
-Su excelencia, tenga la bondad de pasar a tomar una sopita -ruega una de las dueñas,
En la mesa del comedor, rodeado de sus generales, encuentra que no es una "sopita" la
que asoma sino una gran variedad de platos típicos de la región; son platos de
exquisita culinaria original que se aguzan con la súplica de las hermanitas Calderón,
para que les dé provecho, saboreando entre plato y plato, una chichita de jora.
¡Sírvase, su excelencia, por favor!
Hay chicha de jora de la buena, dulce como un hidromiel de las divinidades antiguas y
que esparce en los concurrentes una celestial embriaguez de la que se despiertan solo
para reiniciar otro brindis, esta vez para premiar la idea bolivariana de sacar de
Cajabamba un regimiento de lanceros con caballos cajabambinos con sus bizarros
jinetes cajabambinos portando lanzas de hierro forjado por los herreros de Cajabamba.
Devorada la "sopita", con su asentativo de café caracolillo del Marañón, Bolívar y sus
generales salen a dar un paseo por la Plaza de Armas de en el discurrir por el perímetro
de la plaza, que es pequeña el tema de la conversación es el cómo y de qué modo se
pondría en marcha el regimiento de los Lanceros de la Victoria, encontrándolo viable
porque la materia prima fundamental, los caballos y los jinetes, estaba asegurada, qué
otro tanto ocurría con las puntas de las lanzas, convirtiendo las lampas, arados, aldabas
y rejas de las puertas y ventanas y todo objeto de hierro, en esas puntas bravías que
habrían de forjar los artesanos y que en cuanto a las varas sostenedoras de esas buidas
armas, utilizarían tallos de lloque que también abundaban en Cajabamba y que eran
extraídos de las orillas del Marañón para obras de carpintería. Con los materiales a la
mano, solo era cuestión de ponerle el elemento subjetivo de la organización y de la
disciplina militar para que aparezca como arma decisiva de la guerra independista. Tal
sería el regimiento Lanceros de la Victoria, aporte histórico de Gloriabamba.
Bolívar, el supremo comandante de esa guerra libertaria a muerte, resuelve el problema
al dar la décima vuelta, expidiendo la correspondiente ordenanza:
-El general José de la Mar, el mariscal Miller y los coroneles Ramón Castilla y Agustín
Gamarra se encargarán de organizar y adiestrar al personal del regimiento Lanceros de
la Victoria .. , ¡Se pondrán en contacto con la hacienda Araqueda, cuya propietaria me
ha ofrecido aportar no solamente un millar de caballos y jinetes sino también los
uniformes de los soldados, los aperos de las cabalgaduras y el dinero para su
desplazamiento!
El Libertador había programado continuar viaje a Cajamarca cuanto antes, pero por el
cúmulo de atenciones de que era objeto y por la necesidad de afinar la primera pieza
bélica propia y definitiva del Ejército peruano, el regimiento Lanceros de la Victoria, se
queda tres días, oportunidad en la que fue visitado por la dueña de la hacienda
Araqueda, quien le llevaba, en diez sacos, diez mil pesos de oro y joyas para ponerlas
en las propias manos del adalid, como contribución inicial para los gastos de la causa
libertaria. Los aportes fueron recepcionados con alegría por Bolívar, quien, al pasarlos al
general La Mar, suelta uno de sus refranes: "Con oro y con coraje, libertad asegurada,
señora” "Cuando vuelva a Gloriabamba, excelencia, tendrá usted los jinetes y sus
caballos con el correspondiente personal de apoyo". La matrona le rogó que la visitase
a su hacienda Araqueda, en el valle de Condebamba, al pie del cerro Algamarca.
¡Oh, lady! -le salió un anglicismo por andar tan en buenas migas con el mariscal Miller
de nacionalidad inglesa - ¡Me postro de rodillas ante usted!. .. ¡La libertad y la patria
cuánto le agradecerán!
Bolivar emocionado de poder contar con un cuerpo propio como eje fundamental del
Ejército peruano que aún no existía, "La fértil y bella Gloriabamba parirá ejércitos para
la libertad ... ¡Parirá caballerías y jinetes para la libertad!. .. ¡Parirá pueblos para la
libertad!. .. Todo esto será el acontecimiento más grande que pueda ocurrirle a esta
región y que la historia lo reconocerá como el parto de Gloriabamba".
No fue al día siguiente ni a los tres días sino a la semana que Bolívar reemprendió su
caminata hacia Cajamarca, cruzando a todo lo largo y en toda su magnitud de cuerno
de la abundancia el valle de Condebamba. Por eso que al arribar a Cajamarca no le
desalienta encontrar ni un soldado ni un jinete en pie del Ejército peruano del que
tantas promesas le habían hecho para que viniese al Perú a completar la obra insigne
de la emancipación americana. El Ejército peruano estaba en cero. El ejército realista
había reingresado en Lima con veinte mil hombres.
Un tanto decepcionado como era natural, pero siempre con la porfía de la libertad en
sus venas, regresa a Trujillo , por otra ruta, dejando en Cajamarca al general José de la
Mar, a quien mediante carta del31 de marzo de 1824, dictada a su secretario el
colombiano José Gabriel Pérez, le ordena:
-Usted, con toda la columna del Ejército peruano que tenga en Cajamarca, se pondrá
en marcha hacia Cajabamba. Que toda la tropa vaya vestida y bien abrigada para que
se exponga menos a los rigores del clima y no se enferme ... Que usted lleve consigo
todo el dinero que haya percibido de cupos y contribuciones de toda clase, dejando en
Cajamarca y demás lugares del territorio a su mando las órdenes para que le remitan a
Cajabamba los ganados de toda clase y víveres que se hayan calculado para la
subsistencia de esa columna. Que deje usted las órdenes para que se le remitan a
Cajabamba todo cuanto usted haya pedido en cuestión de necesidades... Que no se
olvide usted de dejar bien establecido el método de reclutas y el modo de conducidos
a Cajabamba.
El secretario agrega:
-Por último, el Libertador estará precisamente en Cajabamba el18 de abril para revistar
esa columna.
Pensando que a partir de aquella fecha se ejecutarían las batallas en zonas frígida s de
la cordillera andina y ante el presagio que tales encuentros se darían en Junín a cuatro
mil cuatrocientos metros de altitud y en Ayacucho a tres mil ochocientos, dispone el
expeditivo Bolívar en otra misiva: "Que toda la tropa lleve ponchos o mantas ... Usted
tomará esos ponchos de todo el que lo tenga, aunque sea el de su uso personal si no
dieran telas para hacerlos, pues, no es justo que perezca el soldado por desabrigo y
que el tranquilo se quede en su casa bien abrigado".
Dada la trascendencia de "El parto de Gloriabamba" -iba a nacer nada menos que el
Ejército del Perú y su arma decisiva, la caballería, como el desprendimiento social de las
provincias andinas del norte-, Bolívar está nuevamente en Cajabamba desde la víspera,
es decir, desde el 17 de abril de 1824, acompañado de un numeroso séquito entre
cuyos personajes está el huamachuquino José Faustino Sánchez Carrión en su calidad
de secretario peruano para sentar en acta dicho "parto".
Es el atardecer de aquel 17 de abril. La cabalgata de la libertad arriba a la campiña de
Machaguay, en la que se han dado cita para recibir a Bolívar las comunidades
campesinas de Migma y Lluchu.
Casi un millar de personas integraban el grupo recepcionante, unas a pie y otras a
caballo. Una salva entusiasta y porfiada de cohetes premia al Libertador, para quien la
campiña de Machaguay ya le resultaba familiar, pues, allí desairó en su primer viaje al
alcalde y a su séquito de aristócratas de Cajabamba que se ubicaron alzando pendones
de su afiliación a la corona española. ¡Cuán diferente es ahora! Sin la presencia de
adoradores de la esclavitud estaba el pueblo aborigen volcado hacia el Libertador y con
toda esa masa estaba también el párroco de Cajabamba, reverendo sacerdote Lois
Jardy, natural de Barcelona, pero descendiente de padres franceses.
¡Bienvenido sea usted, mi estimado sacerdote! -le contesta Bolívar también en francés.
Intercalan otras expresiones más en el idioma galo, asombrando a los concurrentes que
el caraqueño domine el francés, considerado uno de las lenguas más exquisitas e
importantes del mundo. Y en verdad que Bolívar dominaba el francés y el inglés.
Entre tanto, los cohetes seguían expresando el regocijo del pueblo por el arribo del
bien amado venezolano.
Daba color musical al cuadro de la bienvenida, la banda de música de Araqueda, que
ampliaba su repertorio a joropos venezolanos y chuscadas del Perú.
Bolívar pregunta ¿Por qué los principales lugares de Gloriabamba tienen el terminativo
"ay"? Usted dice que estuvo en Marcamachay. Este lugar en el que ahora estamos se
llama Machaguay. El cerro de enfrente es el Chochoconday. El barrio de ingreso en la
ciudad donde la vez pasada unos jóvenes campesinos me obsequiaron un regio caballo
enjaezado en plata se llama Quingray.
Hay una laguna por aquí cerca de Gloriabamba que se llama Shunday. Saliendo para
Cajamarca hay un lugar que se llama Cauday. ¡El rocío matinal es conocido por e!
nombre de 'shullay', el frío por 'alalay', el miedo por' arrarray'. ¿Porque en todo está
metido ese bendito "ay"?
-La terminación "ay", en lenguaje huambisa, quiere decir "bonito", "impresionante".
Este lugar de ingreso a la ciudad de Gloriabamba indica que es un paraje "bonito" y de
impresionante belleza para el que arriba. El cerro que tenemos al frente,
Chochoconday, sería el "cerro bonito"; el barrio de Quingay, e! "barrio bonito"; la
laguna de Shunday, la "laguna bonita" y Cauday, el "lugar bonito".