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La lectura en México
2º C
17/oct7/2017
ÍNDICE
Antecedentes 2
Problema 3
Justificación 5
Objetivo 6
Proceso 7
Propuesta 8
Conclusión 9
Antecedentes
Desde hace muchos años se ha identificado a México como uno de los países
más alejados de la lectura. La falta de lectura en México es un grave problema
social y cultural que no nos ha permitido aprender, avanzar y superarnos,
manteniéndonos con una mentalidad ignorante. Lamentablemente estas
actividades y pensamientos provienen en gran parte de la herencia que hemos
recibido de nuestros padres y así sucesivamente, ya que el hábito de tomar un
libro y comenzar a leer nunca se ha inculcado y gracias a estas situaciones se ha
ido generando un enorme problema social llamado ignorancia.
En los últimos años se ha mencionado que la falta de lectura afecta a nuestro
país, algunas estadísticas como la de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura mencionan que por lo regular cada
mexicano lee aproximadamente medio libro al año.
El gran obstáculo de los mexicanos somos nosotros mismos, nadie nos puede
decir hasta donde podemos llegar, estamos acostumbrados a irnos por
la solución mas fácil, y no leen porque se les hace aburrido, difícil o tedioso, y no
se dan cuenta de lo que se están perdiendo, la oportunidad de ver mas allá de lo
que se nos presenta.
En los últimos años ,el internet cobro mucha fuerza, esta herramienta puede
sernos tanto útil, como inútil, ya que nos hace flojos a la hora de
buscar información solo copiamos y pegamos. En estos tiempos es muy poco
usual que la gente utilice un libro o una enciclopedia para buscar datos,
conceptos, etc. Es mucho más fácil, rápido y sencillo que abramos una pagina de
internet y saquemos de ahí la información que necesitamos.
Durante muchos años la duda sobre qué leemos los mexicanos, cuánto leemos y
por qué lo hacemos ha estado vigente. Pero una cosa es preguntarlo y otra es
encontrar respuestas totalmente confiables. Si bien antes de la era internet era
complejo saber el tamaño del gusto del mexicano por las letras, hoy, con el uso
masificado de los múltiples contenidos web y la inmensa ola de conversaciones en
las redes sociales, armar estadísticas puntuales y medibles a lo largo del tiempo
es una labor pendiente.
Lo es porque una buena parte de la población ya no sólo lee en papel sino que
utiliza parte de su tiempo en revisar y leer información entretenida, noticiosa,
educativa o chismosa por medios digitales, y todavía no existe un consenso en
sostener que lo que se ve en redes sociales o blogs pueda ser considerado
seriamente para medir el índice de lectura.
Así, debemos sujetarnos a pistas más tradicionales para saber qué y cuánto
leemos los mexicanos. El monto de libros fabricados y vendidos en el país es una
de esas claves, pero tampoco ofrece garantía plena, pues como bien insisten los
consultados por Contenido para este reportaje, una cosa son los libros “vendidos”
y otra los “leídos”. En el caso de México, además, hay un dato muy importante a
considerar: el libro de texto gratuito.
La lectura trae consigo grandes beneficios, pero aun así en México los hábitos de
lectura siguen sin instaurarse, incluso la UNESCO asegura que sólo el 2% de los
mexicanos tiene incorporado realmente este hábito.
La última encuesta nacional de lectura revela que sólo el 56.4% de los mexicanos
lee libros; sin embargo, la UNESCO asegura que sólo el 2% de los mexicanos
tiene un hábito real de lectura. Al ser consultados por las causas de la poca
lectura, un grupo de jóvenes de 12 a 17 años, declaró: un 30% que no le gusta
leer, el 61% que no tiene tiempo; mientras que un 48% dijo que nunca había
asistido a una biblioteca.
Problema
La mayor parte de los estudios e investigaciones sobre conducta lectora en
México coincide en una desalentadora conclusión que, por su carácter previsible,
puede perfectamente intuirse y resumirse en tres afirmaciones que prácticamente
no admiten controversia:
Estadísticamente, los verdaderos lectores son escasos y constituyen una ínfima
minoría en una enorme población que aun siendo alfabetizada y teniendo algún
contacto con los libros no puede denominarse lectora.
Existe un analfabetismo cultural (que es algo mucho más que funcional)
representado por las personas que aun sabiendo decodificar una palabra, una
frase, una oración, un párrafo, una página, al mismo tiempo no sólo carecen del
hábito de leer sino que, además, no creen que la lectura cotidiana de libros
constituya una experiencia digna de disfrutarse.
3. Estas personas pueden ser –y de hecho lo son– universitarias; muchas de ellas,
con carreras humanísticas (y aun con doctorados), y sin embargo no les interesa
leer por iniciativa propia ni tienen un comercio estrecho con los libros. (Los libros o
fragmentos de libros que leyeron en la universidad no tuvieron otro propósito que
el de sacar la carrera).
La mayor parte de los mexicanos se inclina por leer libros que han sido creados
más por la mercadotecnia que por un mero escritor.
Tenemos muchas casas editoras… bueno cada vez menos, hoy las encontramos
con “grupo editorial. Tenemos más de 52.5 millones de libros en las bibliotecas
públicas del país.
Somos el país número uno que produce más libros en toda América Latina, sin
embargo, se considera que menos del 16% de los mexicanos no lee ni un solo
libro al año.
Cuando vamos a una librería nos encontramos con un sinfín de temas y títulos,
pero ¿sabe usted cuáles son los libros que leen los mexicanos?
Al contrario de lo que nos podríamos imaginar, los libros más vendidos son los
motivación personal, esoterismo, sexo e infantiles. (40% de la población en México
es menor de 18 años de edad.
Le siguen los del género narrativo: novela y cuento, después ensayo, y por último
(por género) figuran las enciclopedias, ello gracias a que tienen un lugar especial
en todos los hogares, oficinas y escuelas (claro, que en la actualidad como
adorno, o son utilizadas por aquellos que no entienden aún la tecnología y las
computadoras)
Justificación
1- Falta de motivación
Muchos se han sentido obligados en el colegio a leer libros que les resultaban
aburridos y de adultos de forma inconsciente asocian la lectura con algo pesado
que no les motiva lo más mínimo. Sin embargo, te aseguro que todos tenemos
una o varias aficiones que nos apasionan y que gracias a ellas, podemos ser
grandes lectores.
Por citarte un par de ejemplos, existen personas que no eran lectores habituales,
pero a quienes les encanta cocinar y ahora han descubierto el placer de leer ese
tipo de libros sobre gastronomía. También he tenido otros clientes que casi no
leían nunca, pero luego se han convertido en fieles lectores sobre jardinería.
2- Falta de atención
Personalmente yo suelo leer todas las noches antes de acostarme y así no hay
nada que me moleste.
3- Falta de hábito
Ya sabes que los hábitos constituyen nuestro carácter. Si estás haciendo una
cosa, dejas de hacer otra y de ahí la importancia de establecer prioridades en
nuestra vida. En muchos casos, las personas no tienen el hábito de leer porque en
su tiempo de ocio, se han acostumbrado a realizar otras tareas. Algunas de ellas
pueden ser activas, como bailar, pintar o hacer deporte y otras son pasivas, como
ver la televisión.
Hay estudios que demuestran que cuanta más televisión ve una persona menos
lee. Delante de la “caja tonta” , nuestro cerebro se vuelve pasivo, lo que produce
que cada vez tengas menos estímulo por la lectura, ya que tu cerebro debe
realizar cierto esfuerzo. Ocurre de igual forma con tus músculos, cuanto más
tiempo te pases sin ejercitarlos, más te costará cuando te decidas a hacerlo.
Objetivo
El objetivo de esta investigación es conocer la falta de lectura en algunas familias
de Tuxtla. Que se den cuenta de la importancia que le toman a la lectura, la cual
es poca y hacerlos reflexionar sobre la falta que nos hace los mexicanos leer más
a diario.
PROCESO encuesta sí no
Propuesta
1. El guardián entre el centeno (The catcher in the rye, J.D. Salinger, 1951)Se trata
de un joven que se escapa de la escuela para ir a Nueva York completamente solo por 3
días.
Un clásico que logra combinar, raramente, belleza con horror y que crea sentimientos de
culpa. Según los críticos, mucho mejor que la película.
Un libro sobre excesos, ambiciones, codicia, obsesiones; así como una trágica historia de
amor.
Una historia narrada en tercera persona que cuenta sobre pasiones y situaciones mágicas e
irónicas.
Se trata de la vida de Gregor Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia, quien
un día amanece convertido en un enorme insecto.
Conclusión
Gracias a todo esto se puede concluir que nuestra investigación de campo, nos da
una visión de que esta situación “es muy grave” y sin duda no dejará de ser un
problema que afecte a la mayoría de las personas. Logramos descifrar algunos de
los orígenes de este fenómeno y es la gigantesca tecnología y sus diferentes y
sofisticados aparatos así como las redes sociales y el internet, los cuales en
conjunto van creando generaciones cada vez más débiles ante la gran sed del
conocimiento.
No es necesario decir que tan importante son los libros, basta con investigar un
poco para darnos cuenta de que toda religión esta fundamentada en uno, que los
grandes movimientos sociales se han dado a partir de un documento escrito y que
los grandes desarrollos científicos han ido evolucionando a partir de registros
escritos. El libro es definitivamente el invento más valioso de la humanidad.
Los libros han demostrado a lo largo de la historia que son el pilar más importante
de la cultura humana, y a la fecha siguen teniendo más prestigio que la radio y la
televisión. ¿Pero y qué pasa con la lectura?
Cuando decimos imaginar pensamos en una condición natural del ser humano, lo
consideramos algo innato, algo que ya tenemos y que no es necesario estar
leyendo para fomentar esta capacidad humana, pero en realidad se trata de una
función cerebral que necesita ser ejercitada, y ha de ser en la edad temprana,
antes de los catorce años, pues si no se acostumbra a nuestro cerebro a leer
pierde interés y la lectura se vuelve una tarea cansada y sin sentido, pero esto se
debe a que ya hemos perdido la capacidad de relacionar las ideas impresas con
nuestra vida diaria.
Bibliografía