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Maestro en Administración Electoral

Jesús Valdés Sánchez


“No siempre ocurre que quienes participan
del poder sean personas competentes”.
Aristóteles, Política

Necesidad de la Ética Pública. Oscar Diego Bautista

Ética pública, ética para la política y la administración pública

El análisis sobre el perfil idóneo de aquellas personas que laboran en las instituciones públicas,
según el autor Diego (2011) expresa:

“es importante considerar que los cargos públicos no son para cualquiera sino para
los más aptos, los más idóneos, para los mejores”. (p. 16)

Es decir, que sus integrantes sean personas con un alto sentido de lealtad, de servicio y que
cuenten con valores éticos en el ejercicio de sus atribuciones, sólo así se cumplirá con la misión
de las instituciones.

En la actualidad, pareciera que la ética es un tema que le compete a unos cuantos, cuando su
trascendencia e importancia tiene un impacto en cada una de las personas en el mundo.
Asimismo, se ha descuidado el sensibilizar con esta área del conocimiento, que generalmente,
las instituciones son manejadas por servidores públicos no virtuosos, que hace que éstas sean
ineficaces e ineficientes, pues es la simulación y la lucha de poder sumado a la corrupción, lo
que hace que las buenas intenciones de algunos se vean rebasadas por el sistema normativo que
dicho sea de paso, está hecho a modo.

Por lo anterior, al ser la ley hecha a modo, los actuales instrumentos jurídicos parecen
insuficientes, pues los servidores públicos sin virtudes aprovechan la generalidad de ésta para
poder quebrantarla.

Con relación al derecho que tenemos los mexicanos a ser votados, cabe señalar que el autor
manifiesta la necesidad de que quienes ostenten un cargo público tienen que ser los más aptos,

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Maestro en Administración Electoral
Jesús Valdés Sánchez
“No siempre ocurre que quienes participan
del poder sean personas competentes”.
Aristóteles, Política

los más idóneos, los mejores, pero esa aseveración podría interpretarse como discriminación,
pues una característica de la democracia es la igualdad, cualquier ciudadano que cumpla con las
características de elegibilidad que la ley establece puede acceder a un cargo público, pues estos
requisitos no solicitan una formación específica.
El texto nos muestra un panorama amplio, que ha sido perfectamente delineado por el autor,
quien propone estrategias para fomentar la ética pública, con los que se pretende “vacunar” el
mal que sufren los gobiernos y sus instituciones desde dos frentes: educar para el momento
presente, es decir, ahora y para un futuro mejor, invertir en educación que siempre será la mejor
inversión del gobierno; así como instrumentar diversas acciones que garanticen el fomento de
los valores en la conducta en cualquier persona, que la frase del poeta Ovidio al decir: “Veo el
mal y lo desapruebo, pero hago el mal”, se revierta.

Como reflexión final, los campos en los que se debe trabajar son evidentes, lograr que las
instituciones incentiven a las personas a interiorizar la ética es una tarea que no debe
posponerse, los cambios sociales son a largo plazo pero siempre existe un inicio y un final,
cada individuo debe hacer de la ética su forma de vida.

“Toma de una vez y para siempre una regla conforme a la cual vivas y ajusta a ella toda tu
vida”.

Fuente de consulta

Diego Bautista, Oscar (2011). Necesidad de la ética pública, Colección Cuadernos de ética
para los servidores públicos No. 1. México: Poder Legislativos del Estado de México.

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