Las competencias de los Consejos Académicos en relación con el procedimiento de

elaboración de planes y programas de estudio son, entre otras, como se señala en la

fracción I del artículo 23 de la Ley Orgánica, las de “dictaminar y armonizar los proyectos
sobre planes y programas académicos, que le propongan los consejos divisionales…”. De
acuerdo con el punto 2.5 de la Exposición de Motivos del Reglamento Orgánico, se
consideró que estas competencias forman parte del régimen de desconcentración
funcional y administrativa de la Universidad que la propia Ley Orgánica prevé.

En función de este esquema institucional, se advierte que la elaboración de planes y

programas académicos en la Universidad tiene tres momentos relevantes: el primero, en
los Consejos Divisionales, cuando se instrumenta la formulación; el segundo, en los
Consejos Académicos al dictaminar y armonizar los proyectos propuestos; y el tercero, en
el Colegio Académico al determinar su aprobación. En cada una de estas etapas y
tomando en consideración las funciones que respectivamente les corresponde cumplir a
las Divisiones de las Unidades y a la Universidad, artículos 2 y 3 del Reglamento
Orgánico de la Institución, los proyectos deben ser discutidos en cuanto a la forma y al
contenido; esta posibilidad es la que garantiza la calidad académica de los resultados del
procedimiento de elaboración.

Los órganos colegiados que participan en el proceso pueden pretender las modificaciones
que estimen convenientes, respetando siempre la competencia que reglamentariamente
tengan los demás. El mismo punto 2.5 de la Exposición de Motivos del Reglamento
Orgánico citado termina con el siguiente concepto: “De esta manera se extienden las
funciones y responsabilidades establecidas en la Ley Orgánica, lo cual implica
reconocimiento expreso, y no simple delegación, de un ámbito de autonomía en las
materias relativas al objeto de la Universidad y mayor participación en las decisiones
sobre lo académico”.

En esta perspectiva, a los Consejos Académicos, en función de las competencias

atribuidas, les corresponde analizar y discutir los proyectos de planes y programas
académicos que les propongan los Consejos Divisionales. Esta discusión puede versar
sobre la forma y el contenido de dichos proyectos; por otra parte su facultad de armonizar
está en función de la posibilidad de ponderar los elementos del proyecto de forma tal, que
pueda integrar un sistema para presentarlo a la aprobación del Colegio Académico, sin
que la armonización implique formulación, pues esta competencia es de los Consejos
Divisionales.