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La sífilis se debe a la infección por T. pallidum, una espiroqueta que no puede sobrevivir
durante un período prolongado fuera del cuerpo humano. El T. pallidum ingresa a través de las
mucosas o la piel, alcanza los ganglios linfáticos en pocas horas y se disemina rápidamente por
todo el cuerpo.
La sífilis produce estadios primario, secundario y terciario (ver Clasificación de la sífilis), con
períodos de latencia prolongados entre ellos. Las personas infectadas contagian durante los
primeros 2 estadios.
TABLA
Clasificación de la sífilis
La infección suele transmitirse por contacto sexual (genital, bucogenital y anogenital), aunque
también puede hacerlopor otras vías, como a través del contacto de la piel o por vía
transplacentaria (ver Sífilis congénita). El riesgo de transmisión es de alrededor del 30% en un
solo encuentro sexual con una persona con sífilis primaria y oscila entre 60 y 80% cuando se
transmite de una madre infectada al feto. La infección no confiere inmunidad contra la
reinfección.
Signos y síntomas
La sífilis puede manifestarse en cualquier estadio y comprometer varios órganos o sólo uno,
por lo cual puede confundirse con varios trastornos. La evolución de la enfermedad puede
acelerarse en pacientes con infección por HIV coexistente, en cuyo caso el compromiso ocular,
la meningitis y otras complicaciones neurológicas son más frecuentes y graves.
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CONTROL AND PREVENTION.
Sífilis primaria
Los chancros pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en las
siguientes áreas:
Alrededor de la mitad de las mujeres infectadas y un tercio de los hombres infectados no saben
que tienen chancro, ya que causa pocos síntomas. Los chancros en el recto o la boca, por lo
general en los hombres, a menudo pasan desapercibidos.
Sífilis secundaria
Más del 80% de los pacientes presenta lesiones mucocutáneas; puede encontrarse una gran
variedad de lesiones y cualquier parte de la superficie corporal puede estar comprometida. Sin
tratamiento, las lesiones pueden desaparecer en pocos días o semanas, persistir durante varios
meses o recidivar tras la curación, pero todas desaparecen en algún momento, en general sin
La dermatitis sifilítica suele ser simétrica y predomina en las palmas y las plantas. Las lesiones
individuales son redondas, a menudo escamosas y pueden coalescer para producir lesiones
más grandes que, en general, no producen prurito ni dolor. Una vez resueltas, las áreas
afectadas pueden quedar más claras u oscuras que las normales. Si se ve comprometido el
cuero cabelludo, la alopecia areata es frecuente (pérdida del cabello en parches).
Los condilomas planos son pápulas planas hipertróficas de color rosado mate o gris que se
manifiestan en las uniones mucocutáneas y en áreas húmedas de la piel (p. ej., en la región
perianal, debajo de las mamas); las lesiones son muy infecciosas. Las localizadas en la boca, las
fauces, la laringe, el pene, la vulva o el recto suelen ser circulares, sobreelevadas y a menudo
de color gris o blanco con borde eritematoso.
Un 10% de los pacientes manifiesta lesiones en otros órganos, como oculares (uveítis),
óseas (periostitis), articulares, meníngeas, renales (glomerulitis), hepáticas (hepatitis) o
esplénicas.
Entre el 10 y el 30% de los pacientes presenta meningitis leve, pero el < 1% muestran
síntomas meníngeos, que pueden consistir en cefaleas, rigidez de nuca, lesiones de los
nervios craneales, sordera e inflamación ocular (p. ej., neuritis óptica, retinitis).
Sin embargo, la meningitis aguda o subaguda es más común entre los pacientes con infección
por HIV, y puede manifestarse con síntomas meníngeos o accidentes cerebrovasculares
debidos a la vasculitis intracraneal.
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Sífilis secundaria (espalda)
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Período de latencia
La sífilis latente puede ser precoz (< 1 año después de la infección) o tardía (≥ 1 año después de
la infección).
No hay signos ni síntomas, pero los anticuerpos persisten y pueden detectarse con pruebas
serológicas. Dado que los síntomas de los estadios primario y secundario a menudo son
mínimos o el paciente los ignora, muchas veces el diagnóstico se realiza durante el período de
latencia, cuando se buscan anticuerpos para detectar sífilis en exámenes de sangre
sistemáticos.
La sífilis puede permanecer en estado de latencia, pero pueden producirse recidivas con
lesiones cutáneas o mucosas contagiosas durante el período de latencia temprano.
A menudo los pacientes reciben antibióticos para tratar otras enfermedades, que pueden curar
la sífilis latente y serían responsables de la inusual aparición del estadio latente tardío de la
enfermedad en los países desarrollados.
Una tercera parte de los pacientes no tratados presenta sífilis tardía, aunque recién varios años
o décadas después de la infección inicial. Las lesiones pueden clasificarse clínicamente como
sífilis terciaria benigna, sífilis cardiovascular o neurosífilis.
La sífilis terciaria benigna gomosa suele aparecer dentro de los 3 a los 10 años siguientes a la
infección y puede afectar la piel, los huesos y los órganos internos. Los gomas son tumores
blandos, inflamatorios y destructivos que se localizan en áreas características, aunque pueden
invadir órganos o tejidos en forma generalizada. Crecen y curan lentamente y dejan cicatrices.
Sífilis (goma)
Asintomática
Meningovascular
Parenquimatosa
Tabes dorsal
La neurosífilis asintomática causa meningitis leve en alrededor del 15% de los pacientes con
diagnóstico original de sífilis latente, en el 25 al 40% de los pacientes con sífilis secundaria, en
el 12% de aquellos con sífilis cardiovascular y en el 5% de los pacientes con sífilis terciaria
benigna. Sin tratamiento, la enfermedad evoluciona a una neurosífilis sintomática en el 5% de
los casos. Si el examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) no encuentra evidencia de meningitis
2 años después de la infección inicial, en general no se produce neurosífilis.
La mayoría de los pacientes con tabes dorsal son delgados y tienen una facies triste
característica y pupilas de Argyll Robertson (con respuesta de acomodación a la visión cercana
pero sin respuesta a la luz). También puede evidenciarse atrofia óptica. El examen de las
piernas revela hipotonía, hiporreflexia, compromiso del sentido vibratorio y de la posición de
las articulaciones, ataxia en la prueba de talón-rodilla, ausencia de sensibilidad dolorosa
profunda y signo de Romberg. El tabes dorsal tiende a ser resistente a los tratamientos. Las
crisis viscerales (dolor episódico) representan una variedad de tabes dorsal y se manifiestan
con paroxismos de dolor en diversos órganos, sobre todo el estómago (que induce vómitos),
pero también en el recto, la vejiga y la laringe.
Otras lesiones
Los síndromes oculares pueden afectar casi todas las partes del ojo y se manifiestan con
queratitis intersticial, uveítis (anterior, intermedia y posterior), coriorretinitis, retinitis, vasculitis
retiniana y trastornos de los nervios craneales y del nervio óptico. Los casos de sífilis ocular
ocurren en hombres infectados por HIV que tienen sexo con hombres. Varios casos dieron lugar
a una morbilidad significativa, incluyendo ceguera. Los pacientes con sífilis ocular tienen riesgo
elevado de neurosífilis.
Las lesiones tróficas secundarias a hipoestesia de la piel o los tejidos periarticulares pueden
presentarse en los estadios más avanzados. Pueden identificarse úlceras tróficas en las plantas
de los pies, que pueden penetrar en profundidad hasta el hueso subyacente.
Diagnóstico
(Véase también el resumen de las recomendaciones sobre screening for syphilis infection de la
US Preventive Services Task Force).
Debe sospecharse la sífilis en todos los pacientes con lesiones mucocutáneas típicas o
trastornos neurológicos de etiología incierta, en particular en áreas con prevalencia elevada de
la infección. En estas regiones, también debe considerarse el diagnóstico en pacientes con una
amplia variedad de hallazgos inexplicables. Como las manifestaciones clínicas son tan diversas y
los estadios avanzados son relativamente infrecuentes en la actualidad en la mayoría de los
países desarrollados, la sífilis puede pasar inadvertida. Los pacientes con HIV y sífilis pueden
presentar una enfermedad atípica o acelerada.
T. pallidum no puede aislarse en cultivo. En forma tradicional, las pruebas reagínicas se realizan
primero, y los resultados positivos se confirman con una prueba treponémica. Algunos
laboratorios actualmente invierten esta secuencia; realizan primero las pruebas treponémicas,
menos costosas, y confirman los resultados positivos con una prueba no treponémica.
Además de las infecciones treponémicas, muchos otros trastornos (p. lupus eritematoso
sistémico, síndromes de anticuerpos antifosfolipídicos) pueden producir un resultado positivo
(falso positivo biológico) en una prueba reagínica. Las pruebas reagínicas en líquido
cefalorraquídeo son bastante sensibles durante la enfermedad temprana, pero menos en la
neurosífilis tardía. Estas últimas pruebas pueden emplearse para diagnosticar la neurosífilis o
para controlar la respuesta al tratamiento a través de la medición del título de anticuerpos.
Las pruebas reagínicas y las treponémicas no son positivas hasta que transcurrieron entre 3 y 6
semanas de la infección inicial. En consecuencia, los pacientes con sífilis primaria temprana
suelen obtener resultados negativos, lo que implica que la enfermedad no debe excluirse hasta
después de 6 semanas. Los títulos de las pruebas reagínicas disminuyen tras el tratamiento
efectivo y se negativizan al año en la sífilis primaria y a los 2 años en la sífilis secundaria. Las
pruebas treponémicas suelen permanecer positivas durante varias décadas a pesar del
tratamiento exitoso, y por lo tanto no pueden utilizarse para evaluar la eficacia de la terapia.
Si los pacientes han tenido sífilis, se efectúa una prueba reagínica. Un aumento de 4 veces en
el título sugiere una nueva infección o un tratamiento fallido.
Si los pacientes no han tenido sífilis, se realizan pruebas treponémicas y reagínicas. Los
resultados de las pruebas determinan los siguientes pasos:
Resultados positivos en ambas pruebas: estos resultados sugieren una nueva infección.
Sífilis primaria
La sífilis primaria suele sospecharse en pacientes con úlceras genitales (o en ocasiones
extragenitales) relativamente indoloras. Las úlceras sifilíticas deben distinguirse de otras
lesiones genitales de transmisión sexual (ver Diferenciación de las lesiones genitales más
frecuentes que se transmiten por vía sexual). Las coinfecciones por 2 microorganismos
patógenos productores de úlceras (p. ej., el virus herpes simple y el T. pallidum) no son
infrecuentes.
La microscopia de campo oscuro del material exudado de un chancro o del material aspirado
de un ganglio linfático puede confirmar el diagnóstico. Si los resultados son negativos o no es
posible realizar este examen, debe solicitarse una prueba de anticuerpos contra sífilis. Si los
resultados son negativos o no es posible realizar la prueba de inmediato pero el paciente
presenta una lesión cutánea desde hace < 3 semanas (antes de que la prueba sea positiva) y
otro diagnóstico parece poco probable, puede instituirse un tratamiento y debe repetirse la
prueba en 2 a 4 semanas.
Los pacientes con sífilis deben ser sometidos a otras pruebas para detectar enfermedades de
transmisión sexual (ETS), como la infección por HIV, en el momento del diagnóstico y 6 meses
más tarde.
Sífilis secundaria
Dado que la sífilis puede simular muchas enfermedades, debe considerarse el diagnóstico en
presencia de una erupción cutánea o una lesión mucosa no diagnosticada, en particular si se
identifica alguno de los siguientes elementos:
Adenopatía generalizada
Condilomas planos
En la evaluación clínica, la sífilis secundaria puede confundirse con una erupción farmacológica,
rubéola, mononucleosis infecciosa, eritema multiforme, pitiriasis roja pilar, infecciones
micóticas o, sobre todo, pitiriasis rosada. Los condilomas planos pueden confundirse con
verrugas, hemorroides o pénfigo vegetante, y las lesiones en el cuero cabelludo pueden
malinterpretarse como tiña o alopecia areata idiopática.
La sífilis secundaria se excluye con una prueba para sífilis negativa, que casi siempre es reactiva
durante este estadio, a menudo con un título elevado. Un síndrome compatible asociado con
una prueba de anticuerpos positiva (reagínica o treponémica) justifica la implementación del
tratamiento. Con escasa frecuencia, esta combinación representa una sífilis latente que
coexiste con otra enfermedad cutánea. Los pacientes con sífilis secundaria deben someterse a
pruebas para detectar otras ETS y neurosífilis asintomática.
Sífilis latente
La sífilis latente asintomática se diagnostica en presencia de pruebas reagínicas y treponémicas
positivas pero sin signos ni síntomas de sífilis activa. Estos pacientes deben someterse a una
evaluación minuciosa, en particular de los genitales, la piel, el sistema nervioso y el sistema
cardiovascular, con el fin de excluir sífilis secundaria y terciaria.
Los criterios para la sífilis latente temprana incluyen durante el año anterior, una conversión
documentada de la prueba treponémica de negativa a positiva; una prueba no treponémica
recientemente positivizada, o un aumento de 4 veces o mayor o sostenido (> 2 semanas) de los
títulos de las pruebas reagínicas además de cualquiera de los siguientes:
Una pareja sexual con sífilis primaria, secundaria o latente temprana documentada
Los pacientes con sífilis latente pero que no cumplen los criterios anteriores tienen sífilis
latente tardía.
Puede ser necesario el tratamiento y el seguimiento serológico de los pacientes durante varios
años para asegurar el éxito terapéutico, porque los títulos de las pruebas reagínicas disminuyen
lentamente.
La sífilis latente adquirida debe distinguirse de la forma latente congénita, la frambesia latente
y otras infecciones treponémicas.
Los pacientes con signos o síntomas de sífilis terciaria (en particular, trastornos neurológicos de
etiología desconocida) requieren pruebas de anticuerpos para sífilis. Si la prueba es reactiva,
deben solicitarse los siguientes procedimientos:
Pruebas de cribado en otros órganos que pueden estar comprometidos de acuerdo con
la evaluación clínica
En este estadio de la sífilis, la prueba reagínica casi siempre es positiva, salvo en algunos casos
de tabes dorsal.
El aneurisma sifilítico aórtico se sospecha en un paciente con insuficiencia aórtica sin estenosis
y en la radiografía de tórax, debido al ensanchamiento de la raíz de la aorta y el hallazgo de una
calcificación lineal en las paredes de la aorta ascendente. El diagnóstico de aneurisma se
confirma con estudios de diagnóstico por la imagen de la aorta (ecocardiografía transesofágica,
tomografía computarizada o resonancia magnética).
En la neurosífilis, la mayoría de los signos y los síntomas son inespecíficos, salvo la pupila de
Argyll Robertson, de manera que el diagnóstico se basa sobre todo en la consideración que el
médico le otorgue a esta entidad. La neurosífilis asintomática se diagnostica sobre la base de
los hallazgos anormales en el LCR (típicamente, pleocitosis linfocítica e hiperproteinorraquia) y
una prueba reagínica positiva en el LCR. En la neurosífilis parenquimatosa, las pruebas
reagínica y treponémica en el LCR son reactivas, y los hallazgos característicos en el LCR
consisten en pleocitosis linfocítica e hiperproteinorraquia. En pacientes con infección por HIV,
puede confundirse el diagnóstico porque este virus también causa pleocitosis leve y varios
otros síntomas neurológicos.
Si se diagnostica una sífilis ocular, debe indicarse un análisis del LCR para neurosífilis.
En el tabes dorsal, las pruebas reagínicas en suero pueden ser negativas si el paciente recibió
tratamiento con anterioridad, pero las pruebas treponémicas suelen ser positivas. El LCR suele
revelar pleocitosis linfocítica e hiperproteinorraquia, en ocasiones con resultados positivos en
las pruebas reagínicas y treponémicas; no obstante, en muchos pacientes tratados el LCR es
normal.
Tratamiento
Todas las parejas sexuales de los 3 meses anteriores (si se diagnostica sífilis primaria) y del año
anterior (en presencia de sífilis secundaria) deben evaluarse y, si están infectados, deben
tratarse.
Perlas y errores
Utilizar sólo penicilina benzatínica pura (Bicillin L-A) para la sífilis; no usar la
combinación de nombre similar de penicilina benzatínica y procaína (Bicillin C-R).
Para los pacientes (excepto embarazadas) con una alergia importante a la penicilina (anafilaxia,
broncoespasmo o urticaria), la primera alternativa es la doxiciclina en dosis de 100 mg por vía
oral, dos veces al día, durante 14 días (28 días para la sífilis latente tardía o la sífilis latente de
duración desconocida). La azitromicina en una sola dosis de 2 g por vía oral es eficaz para la
sífilis latente primaria, secundaria o temprana, causada por cepas sensibles. Sin embargo, una
mutación simple que aumenta la resistencia es cada vez más frecuente en muchas partes del
mundo, incluyendo los EE.UU., y se traduce en tasas de fracaso del tratamiento
inaceptablemente elevadas.
La azitromicina no debe usarse para tratar a mujeres embarazadas o la sífilis latente tardía. Las
pacientes embarazadas con alergia a la penicilina deben ser hospitalizadas y recibir un
tratamiento de desensibilización a la penicilina.
La ceftriaxona en dosis de 1 g por vía intramuscular o intravenosa una vez al día durante 10 a
14 días ha sido eficaz en algunos pacientes con sífilis temprana y puede ser eficaz en etapas
posteriores, pero la dosis óptima y la duración del tratamiento se desconocen.
La sífilis terciaria benigna o cardiovascular puede tratarse con los mismos fármacos que la
sífilis latente tardía.
Los pacientes con tabes dorsal y dolor terebrante deben recibir analgésicos a demanda; la
administración de 200 mg de carbamacepina por vía oral 3 o 4 veces al día a veces resulta útil.
Reacción de Jarisch-Herxheimer
La mayoría de los pacientes con sífilis primaria o secundaria, en especial la última, presentan
un síndrome de Jarisch-Herxeimer entre 6 y 12 horas después del inicio del tratamiento , que
se manifiesta típicamente con malestar general, fiebre, cefalea, sudoración, rigidez, ansiedad o
exacerbación temporaria de las lesiones sifilíticas. El mecanismo que ocasiona esta reacción no
se comprende completamente y la reacción puede confundirse con alergia.
Suele ceder en 24 horas y no expone al paciente a riesgo alguno. No obstante, los pacientes
con paresia generalizada o aumento del recuento celular en el LCR pueden presentar una
reacción más grave, con convulsiones o accidente cerebrovascular, y deben asesorarse y
controlarse en forma apropiada.
Los pacientes con sífilis no diagnosticada que reciben antibióticos antitreponémicos para tratar
otra infección pueden presentar una reacción de Jarisch-Herxheimer no anticipada
En los pacientes con neurosífilis, deben solicitarse evaluaciones en el LCR cada 6 meses
hasta que el recuento celular en este medio sea normal
En alrededor del 15% de los pacientes con sífilis primaria o secundaria tratados de la manera
recomendada, el título de la prueba reagínica no disminuye 4 veces (es decir, el criterio usado
para definir la respuesta al año del tratamiento). Estos pacientes deben ser seguidos
clínicamente y serológicamente; también deben ser evaluados para la infección por HIV. Si el
seguimiento no se puede garantizar, el LCR debe ser revisado para excluir neurosífilis (porque la
neurosífilis no identificada puede ser la causa del fracaso del tratamiento), o los pacientes se
deben volver a tratar con penicilina benzatínica 2,4 millones de unidades IM una vez/semana
durante 3 semanas.
Las pruebas treponémicas pueden ser positivas durante décadas o toda la vida del paciente y
no deben utilizarse para controlar el progreso. Entre 6 y 9 meses después del tratamiento, el
paciente puede presentar una recidiva serológica o clínica que, en general, afecta al sistema
nervioso, pero la causa puede ser una reinfección en lugar de una recidiva.
Los pacientes con neurosífilis requieren exámenes del LCR cada 6 meses hasta que el recuento
celular en este medio sea normal. En los pacientes infectados por HIV, la pleocitosis persistente
en el LCR puede reflejar los efectos del HIV más que una neurosífilis persistente. El recuento
celular normal en LCR, los resultados negativos de las pruebas reagínicas en LCR y suero, y la
falta de hallazgos en el examen neurológico durante 2 años indican una probable curación. Si
cualquiera de los siguientes está presente, está indicado un retratamiento con un régimen más
intensivo de antibióticos:
Recuento de células del LCR que permanece anormal durante > 2 años
Recaída clínica
Conceptos clave
Posteriormente, casi cualquier órgano puede ser afectado, pero la piel, las mucosas,
los ojos, los huesos, la aorta, las meninges y el cerebro son generalmente los más
afectados.
Diagnosticar mediante una prueba no treponémica (reagínica) (p. ej., RPR, VDRL), y
confirmar los resultados positivos mediante una prueba de anticuerpos
treponémicos.