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Agrega sulfato de aluminio. Para una reducción rápida del pH, no dependas de
la descomposición gradual de la materia orgánica. En cambio, utiliza uno de los
muchos aditivos para acidificar el suelo, disponibles en tu tienda de jardinería
local. Entre estos aditivos, el sulfato de aluminio es una de las opciones
disponibles de más rápido efecto. El sulfato de aluminio acidifica el suelo tan
pronto como se disuelve. Lo cual significa, para propósitos de jardinería, que
básicamente trabaja de forma instantánea.[7] Debido a esto, el sulfato de aluminio
es una opción ideal para reducciones urgentes de pH.
Dependiendo del pH inicial del suelo, la cantidad de sulfato de aluminio que debes
usar varía significativamente. En términos muy generales, aproximadamente 0,5
kilogramos de sulfato de aluminio deberían ser suficientes para bajar un punto en
la escala de pH, en un parche de 1 metro cuadrado de suelo (ej. de 7,0 a 6,0 y de
6,0 a 5,0, etc.).[8] Sin embargo, el uso excesivo de aditivo puede ser perjudicial
para tu planta, así que consulta un recurso en línea (cómo este) para obtener
información más precisa sobre su uso.
Agrega urea recubierta con azufre. Como el azufre y el sulfato de aluminio, los
aditivos del suelo que contienen urea revestida con azufre, incrementan la acidez
del suelo con el tiempo (bajando su pH). Como aditivo, la urea es de acción muy
rápida, produciendo algunos efectos en una o dos semanas luego de ser aplicada
al suelo.[11] La urea recubierta con azufre es un ingrediente común en muchos
fertilizantes. Por lo tanto, si piensas fertilizar tus plantas, podrías ahorrarte los
problemas de buscar el aditivo para el suelo de forma independiente, simplemente
eligiendo un fertilizante que contenga este tipo de urea.
El contenido de urea recubierta con azufre varía de fertilizante a fertilizante. Por
eso, consulta las instrucciones que vienen con tu fertilizante para determinar la
cantidad correcta para las necesidades de tu jardín.
Agua
Antrópico o de Gestión
Climático
1) Factores edáficos o del suelo: El suelo se puede definir como: El suelo es una
capa delgada de la corteza terrestre que sirve como un medio natural para el
crecimiento de las plantas. Los suelos se forman por las desintegraciones y
descomposición de las rocas parentales debido a la intemperie y la acción de los
organismos del suelo y también a la interacción de varias sustancias químicas
presentes en el suelo. El suelo se forma a partir de la roca madre por el proceso de
erosión durante un largo período por la acción del agua de lluvia, la temperatura y
los residuos de plantas y animales.
Un corte vertical de suelo de 1.5 a 2 m de profundidad indica una capa que varía de
unos pocos cm a unos 30 cm de suelo, llamada suelo de superficie, codo que una
capa de subsuelo y en la parte inferior, el material no compensado que es la roca
madre.
La profundidad del suelo varía como superficial, media y profunda. El suelo que
permanece donde se forma, conocido como suelo in situ, el suelo en las orillas del
río que se forma a partir de las partículas del suelo arrastradas por las lluvias de las
laderas de las colinas y depositadas en niveles más bajos se conoce como suelo
aluvial que es mucho más profundo y más fértil.
El suelo no es una masa inerte, sino una morada de millones de organismos vivos
que actúan sobre los residuos de plantas y liberan material de alimentos a las
plantas. El OM en descomposición también afloja el suelo para permitir la
circulación y la retención de humedad, que son necesarias para la vida y el
crecimiento de la planta; el suelo no es una masa ordinaria de partículas muertas de
roca sino un zumbido mediano con actividad, sensible al agua, Planta y manejo por
el agricultor.
LITERATURA CITADA
1. ↑ http://www.dummies.com/how-to/content/how-to-improve-garden-soil-with-
organic-matter.html
2. ↑ http://www.clemson.edu/extension/hgic/plants/other/soils/hgic1650.html
3. ↑ http://www.clemson.edu/extension/hgic/plants/other/soils/hgic1650.html