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Uso de tecnología en

primera infancia sí cambia


desarrollo del cerebro, pero
no necesariamente para mal
Estos aparatos pueden ser herramienta valiosa de aprendizaje, pero mal
usadas pueden generar problemas

Irene Rodríguez. 14 julio, 2017

Los padres, tíos, vecinos, educadores o algún adulto responsable deben utilizar los
dispositivos tecnológicos de forma conjunta con los menores de cinco o seis años.
Utilizar celulares, tabletas, pantallas o computadoras en los primeros
cinco años de vida sí cambia el desarrollo cerebral, pero no
necesariamente de forma negativa.

Si se le da el acompañamiento necesario por parte de un adulto, si se


escoge bien lo que ese niño va a ver, oír o interactuar con el
dispositivo y se limita el tiempo de uso, puede ser una herramienta
importante de aprendizaje y desarrollo a partir de los 18 meses.

Así lo destacó Lisa Guernsey, directora de tecnologías de aprendizaje


de la fundación New America. Durante más de dos años, ella y su
compañero Michael Levine, entrevistaron a más de una veintena de
neurólogos, educadores, psicopedagogos, psiquiatras, psicólogos y
desarrolladores de tecnologías, quienes han publicado estudios
científicos acerca del impacto del uso de las nuevas tecnologías
durante la primera infancia. Ellos publicaron sus conclusiones en el
libro Tap, click, read ("Toque, haga click, lea").

LEA: Abusar de aparatos electrónicos cambia las conexiones


cerebrales

Durante un curso para periodistas en la Universidad de Columbia, en


Nueva York, Guernsey habló de cómo potenciar el uso de estas
herramientas para que ayuden al desarrollo cerebral y no causen
daño.

"Con los dispositivos móviles como laptops, teléfonos inteligentes y


tabletas, pasa lo que primero pasó con la imprenta, luego con la radio
y más adelante con la televisión y las computadoras de escritorio:
como no lo conocemos y no medimos su alcance, les tenemos miedo
a cómo pueda afectarnos", manifestó la especialista.

"En noviembre pasado, la Asociación Estadounidense de Pediatría


(AAP, por sus siglas en inglés) levantó la recomendación de cero uso
de esta tecnología los primeros dos años de vida y aconsejó no
usarlas los primeros 18 meses de vida, pero a partir de ese entonces,
puede introducirse poco a poco la tecnología", añadió.
Eso sí, la AAP es enfática en que esto aplica para niños que tienen un
desarrollo normal a los 18 meses. Si el pediatra advierte sobre algún
rezago en el menor, de cualquier tipo, o este nació con algún tipo de
discapacidad, es mejor discutirlo con el médico.

Esto es especialmente importante en un mundo en el que los adultos


utilizan los aparatos tecnológicos en la vida diaria y muchos padres
incluyen dentro de los primeros juguetes de sus hijos tabletas o
computadoras.

Los menores pueden ser participantes activos a la hora de utilizar la tecnología, escoger
sus cuentos, juegos interactivos y participar. Pero un adulto debe participar con ellos en
todo momento.
Un estudio publicado en la revista Archives of Disease in Childhood en
diciembre de 2015, entrevistó a 82 padres de bebés de entre 12 y 30
meses. El 87% aceptó que les daba la tableta o el celular a sus hijos
para jugar y el 62% dijo haberles descargado aplicaciones.

Aún más: el 91% de los padres indicó que los menores manipulan y
cambian imágenes en la pantalla táctil; 50% reveló que su bebé
desbloquea el dispositivo, y 64, que el infante busca aplicaciones e
interactúa con ellas.

"Si sabemos utilizar bien esta tecnología, podemos tener niños con
habilidades en zonas cerebrales que antes se desarrollaban más tarde
(especialmente las relacionadas con motora fina) y hacen que los
niños crezcan con habilidades para utilizar estos dispositivos. Sin
embargo, no puede ser un uso pasivo o incontrolado, debe hacerse
con la guía de adultos responsables, que participen directamente con
ellos y con un tiempo limitado al día", sentenció Guernsley.

TAMBIÉN: Cerebro es más activo en los primeros tres años de


vida, pero no guarda tantos recuerdos

Herramientas de aprendizaje, no de entretenimiento


Cuando se le preguntó sobre cómo utilizar estas tecnologías con los
niños pequeños, Guernsley fue enfática en una cosa: los padres no
pueden darle al niño simplemente un aparato para "que se entretenga
y esté tranquilo", un adulto no solo debe supervisar el uso, debe
participar activamente del proceso y utilizar el dispositivo a cada
momento en conjunto.

"Pueden leerles un cuento, ver algún video educativo, jugar, escuchar


música, pero hacerlo juntos. Y, según la edad, pueden hacer uso de
aplicaciones interactivas que les permitan aprender números, letras y
otro idioma. Pero todo esto debe ser en conjunto, estos dispositivos no
pueden utilizarse de forma pasiva", expresó.

Su colega Michael Levine agrega en un comentario al libro: "no es


entretenimiento puro, debemos procurar que sean juegos o apps con
valor educativo. Sí, el niño puede creer que está jugando, pero en
realidad está adquiriendo conocimientos".
En un pronunciamiento, la Asociación Nacional para la Educación de
la Niñez Temprana de Estados Unidos (NAEYC, por sus siglas en
inglés), fue enfática en cómo puede ser una herramienta valiosa,
siempre y cuando se le de un buen uso.

"El uso pasivo y no interactivo con la tecnología, así como su abuso


pueden interferir con un buen aprendizaje. (...) Pueden causar
patrones de sueño irregulares, problemas de comportamiento,
dificultades para poner atención o concentrarse,y hacer más lento el
desarrollo social y del lenguaje, entre otras cosas", cita el documento.

Es importante también utilizar otras herramientas más "tradicionales" –como los libros de
cuentos– a la hora de compartir con los niños.
No obstante, el texto añade: "conforme los dispositvos y sus
aplicaciones se van haciendo más amigables con el usuario, los niños
más pequeños se vuelven más hábiles para desarrollar habilidades en
ellas: tomar una foto, participar de un juego, grabar una historia, hacer
un dibujo, o aprender letras o números. Los dispositivos son
herramientas que pueden ayudar a esa exploración tan necesaria en
un niño".

Para Guernsley, esta alfabetización digital también ayudaría a los


niños en su proceso de aprender a leer.

¿Cómo y cuánto usarlos? Depende de edad y de


gustos
Las preguntas de oro de muchas personas con niños menores de
cinco años: ¿qué tipo de dispositivos pueden usar? ¿con qué
aplicaciones? y, lo más importante: ¿durante cuánto tiempo?

ADEMÁS: El tipo de crianza influye en el desarrollo cerebral de


los hijos

No hay respuestas únicas, pues eso depende de la edad, el desarrollo


y hasta los gustos del menor. Conforme los niños comienzan a
expresar sus gustos y preferencias, también pueden tomar un rol
activo al escoger e interactuar con la tecnología.

Pero sí hay algo en lo que todos los especialistas están de acuerdo: la


tecnología es una herramienta, no es una niñera, no es un distractor y
no sustituye la interacción con los padres y otros adultos, el compartir
con otras personas de su edad ni el tiempo de actividad física o al aire
libre.

Además, de acuerdo con la AAP debe tomarse en cuenta que hay


momentos que deben ser libres de todo tipo de dispositivo: por
ejemplo, las horas de comer, cuando falte menos de una hora para
dormir, los momentos de compartir en familia y los de hacer actividad
física.
La APP también señala que deben haber espacios libres de estas
tecnologías: como el cuarto de los niños y el comedor. Eso sí, los
padres tampoco deben utilizar sus dispositivos en estas zonas, pues
deben dar el ejemplo.

También se deben tomar en cuenta otras herramientas más


tradicionales y también vitales en el desarrollo cerebral, como los
libros de cuentos o para colorear, los bloques o "tucos" para armar, los
diferentes muñecos o juguetes yel poder inventar juegos con solo su
imaginación.
Consejos sobre uso de tecnología.
También se debe tomar en cuenta el ritmo del aprendizaje del menor.

"Los niños necesitan tiempo de explorar la funcionalidad de la


tecnología antes de que puedan utilizar estas herramientas para
comunicarse. De la misma forma que les pedimos usar crayolas y
papel para que hagan trazso antes de enseñarles a escribir su
nombre, es bueno darles acceso a la tecnología para que la exploren
antes de que puedan darle un uso", indica NAEYC en su postulado.

En el caso de menores con algún tipo de discapacidad mental o física,


el uso de la tecnología debe ir apoyado con el consejo de pediatras y
educadores, pues cada uno de ellos lleva un ritmo diferente de
aprendizaje y desarrollo y podrá darle un diferente uso para sacarle
ventajas.

Del Archivo: Comprensión de lectura en niños no afecta si libro


es impreso o digital

Sin embargo, para que todos los menores puedan tener este uso
exploratorio, los adultos deben primero entender bien cómo se utilizan
estos dispositivos y cómo funcionan sus aplicaciones.

"Los adultos deben saber cómo utilizar cada dispositivo que van a
utilizar con los menores y saber manipularlo para poder estar
vigilantes a la hora de interactuar con los niños y el aparato",
establece el NAEYC.

En una entrevista anterior, Antonio Rizzoli, jefe de la Unidad de


Investigación en Neurodesarrollo del Hospital Infantil de México,
señaló que los padres deben educarse primero.

"Hay dos tipos de padres a los que debe educarse: a quienes no


tienen el menor contacto con la tecnología y no saben cómo usarla y a
quienes son dependientes de esta y no pueden pasar un minuto sin
tener el teléfono inteligente en sus manos. A estos últimos hay que
educarlos para que, por ejemplo, no lleven el celular a la mesa o dejen
de estarlo revisando mientras hablan con los hijos", aseguró Rizzoli.

La interacción cara a cara con otros adultos y el realizar actividades manuales también es
importante.
¿En qué fijarse a la hora de buscar una aplicación?
Guernsey y Levine aseguran que hay aspectos vitales a los que los
adultos deben poner atención antes de exponer a niños pequeños a la
tecnología, ellos las denominan "las tres C".

Contenido: deben asegurarse que la aplicación, video, juego o


música está adecuada para niños de su edad.
Contexto: cada niño tiene una rutina diferente, pero, en todo caso,
debe tomarse en cuenta las otras actividades que el niño realiza, el
tiempo que dura desplazándose de un lugar a otro, las horas de sueño
y si tiene algún miedo específico antes de busar el contenido.

Caso: conozca a su niño. ¿Es muy sensible a ciertos ruidos o


imágenes? ¿le cuesta dormir después de jugar? ¿de qué temas dice
que le gusta más aprender?

LEA: Primer paso de un buen lector se da antes de los cinco años

"Muchas veces el mal uso no tiene que ver con el tiempo que se le da
a los dispositivos si no en la forma, en el contenido y en la interacción
que se tienen con los adultos", manifestó Levine.

Para saber cuáles aplicaciones o contenidos son mejores para su hijo,


los especialistas recomiendan dos sitios en Internet que pueden
ayudarles a los padres a escoger. Ambas están en inglés.

La primera es www.commonsensemedia.org, y hace análisis de


apps, películas, programas de televisión y videojuegos según la edad
del menor. También hay foros de discusión y consejos para padres.
Dentro de esta página también hay una versión en español.

La segunda es www.knowwhatsinside.com, que está directamente


relacionada con apps que pueden utilizarse en tabletas y teléfonos
celulares. Estas exploran desde videos, música, juegos, aplicaciones
para colorear, entre otras.

TAMBIÉN: Lo aprendido antes de los seis años es vital

Actividad física debe ser prioridad


Una de las principales preocupaciones de quienes han investigado el
tema del uso de tecnologías en los primeros seis años de vida es el
hecho de que los niños que pasan más tiempo utilizando estos
aparatos tienen menor tiempo de actividad física y esto puede tener
repercusiones en la salud del menor.

Un estudio de la Universidad Saint George en Londres, Inglaterra,


señaló que los niños que pasan frente a pantallas más de tres horas al
día tienen más riesgo de tener niveles elevados de grasa corporal,
resistencia a la insulina y diabetes.

La investigación, publicada el pasado 13 de marzo en la


revista Archives of Disease in Childhood, tomó en cuenta a 4.495
menores de 200 escuelas. A todos ellos se les hicieron exámenes de
grasa en la sangre, resistencia a la insulina, químicos inflamatorios,
presión arterial y grasa abdominal. También se les preguntó por el
tiempo que pasaban a diario con el televisor, computadoras, celulares
o consolas de videojuegos.

ADEMÁS: Niños en edad preescolar también se deprimen

Los niños en promedio pasaban seis horas al día con estos


dispositivos, pero los efectos negativos comenzaban después de las
tres horas. Los hombres eran más propensos a pasar más tiempo en
estos dispositivos que las mujeres.

Entre más tiempo pasaban ante estos aparatos, mayor sobrepeso y


grasa corporal tenían.

"Si lográramos reducir el tiempo que los niños pasan ante estos
aparatos, podríamos también reducir el riesgo de que tengan diabetes
tipo 2 en su vida adulta", manifestó en un comunicado de prensa
Claire Nightingale, coordinadora del reporte.

Del archivo: Primeros mil días de vida del niño son cruciales

¿Qué deben de realizar de actividad física? En estas edades no es


necesario un programa estructurado de ejercicio, basta con que
salgan a jugar y hagan actividades que los reten físicamente: correr,
trotar, brincar, jugar escondido, jugar "quedó", brincar suiza o jugar
"elástico" o practicar fútbol, pueden ser algunas soluciones. O si no,
simplemente el hecho de salir a caminar.

Si estas actividades se realizan al aire libre, también hay una mayor


oxigenación del cuerpo y recibirían vitamina D de los rayos solares
(aunque sí es necesario utilizar bloqueador solar para evitar
quemaduras).

Guernsey concluye: "El mensaje es claro: la tecnología es una


herramienta, no una niñera ni un entretenimiento en sí mismo, puede
ser muy útil, pero también puede ser muy dañino. Y nada sustituye el
tiempo con los padres y abuelos, con los niños de su edad, al aire libre
y haciendo actividad física".

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primera infancia, infancia temprana, uso de tecnología, desarrollo


cerebral, cerebro, Universidad de
Columbia, celulares, tabletas, pantallas, smartphones
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Irene Rodríguez
Periodista en la sección Aldea Global. Máster en Salud Pública con Énfasis en Gerencia de la Salud
en la Universidad de Costa Rica. Ganó el Premio Nacional de Periodismo Científico del Conicit.
RECOMENDACIONES
Abusar de aparatos electrónicos cambia las conexiones cerebralesEl abuso de
celulares, tabletas o computadoras a edades muy tempranas puede alterar las conexiones
cerebrales relacionadas con el lenguaje y la socialización.

Cerebro es más activo en los primeros tres años de vida, pero no guarda tantos
recuerdosLa formación de neuronas y conexiones entre ellas es clave en esta edad, pero
puede verse afectada por las personas alrededor o las situaciones que se viven.

El tipo de crianza influye en el desarrollo cerebral de los hijosPor herencia o incluso


por costumbre criamos a nuestros hijos de la misma forma en la que nos criaron a nosotros.
Esto puede ser bueno o malo. Nadie es mal papá porque quiere serlo, pero muchas veces el
ambiente o lo que hemos visto como normal nos lleva a hacer cosas que pueden dañar a
nuestros hijos.

‘Lo aprendido antes de los seis años es vital’Yolanda Castañeda está en Costa Rica para
capacitar a maestras de preescolar sobre nuevos conocimientos en el desarrollo del
aprendizaje del pensamiento lógico y matemático.

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